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391

139-8. B, Br: de. (N. del E.)

 

392

139-9. A: verasmes. (N. del E.)

 

393

139-19. B, C, Br: aora. (N. del E.)

 

394

139-28. B, C, Br: aora. (N. del E.)

 

395

140-8. Compárese: «En qué manera deben jurar los cristianos», Siete Partidas, III, título XI, ley XIX. Acerca del romance aludido, consúltese Menéndez y Pelayo: Antología de Poetas líricos, IX, página 40; y un romance del Cid, VIII, página 59. (N. del E.)

 

396

140-17. A: yase. (N. del E.)

 

397

140-30. C: mismo. (N. del E.)

 

398

140-32. Mambrino (véase Boiardo: Orlando, I, 4, estrofa 82), rey moro, cuyo era el yelmo encantado que ganó Reinaldos de Montalbán; según Ariosto: Orlando furioso, XVIII, no era Sacripante (amante desdeñado de Angélica), sino Dardinel, a quien costó tan caro dicho yelmo. (N. del E.)

 

399

141-22. Boiardo: op. cit., I, 10 y siguientes: el ejército de Agricane, uno de los caudillos, era bastante formidable:


«Ventidue centinara di migliara
di cavalieri avea quel re nel campo.»



Albracca era castillo del rey Galafrone del Catay; en él estaba encerrada Angélica, hija de dicho rey. (N. del E.)

 

400

141-23. B, C, Br: assí. (N. del E.)