451
166-7. B, C, Br: assi. (N. del E.)
452
166-16. B, C, Br: encontrado. (N. del E.)
453
167-11. C, Br omiten: que. (N. del E.)
454
167-25. Acerca de esta leyenda, consúltese: Persiles y Sigismunda, I, página 341 (nota); a lo dicho allí se puede añadir una cita sacada de Julián del Castillo: Historia de los Reyes godos, etc., Burgos, 1582, folio 54: «el rey Artús [...] fué muerto de heridas en una batalla y sepultado, según algunos, en Inglaterra, y, según otros, se perdió y no pareció, y le esperan en figura de cuervo, y por ello no matan cuervos, y fué famoso Rey: todo lo qual concuerda con el pronóstico de Merlín». Cervantes pudo leer lo de Artús en Castillo. Consúltese también: Andrés Muñoz: Viaje de Felipe segundo a Inglaterra (1554), edición Gayangos, Madrid, 1877, páginas 80 y 113; Paul Sébillot: Le Folk-lore de France, 1907, III, página 209; J. Douglas Bruce: The Evolution of Arthurian Romance, Baltimore, 1923 (dos tomos). W. J. Entwistle (op. cit.) no parece conocer a ningún autor anterior a Cervantes que mencionase la metamorfosis del rey Artús en cuervo. Véase también Clem., I, 259 y siguientes. De la institución de la orden de la Tabla Redonda también habla Castillo, folios 54 y 156, añadiendo una descripción de dicha Tabla, conservada, según sus palabras: «en la ciudad o villa de Hunchistre», alusión a Winchester. La licencia del libro de Castillo está firmada por el amigo de Cervantes, Pedro Laynez, el poeta. Por fin, el lector debe consultar E. K. Chambers: Arthur of Britain, Londres, 1927, página 229. Johan Sedeño, en su Summa de Varones illustres, Medina del Campo, 1551, fol. 50, dice. «El rey Artur instituyó en la ciudad de Cornubia la orden de los caualleros de la tabla redonda.» (N. del E.)
455
168-23. C: mismo. (N. del E.)
456
169-1. A: juyyio. (N. del E.)
457
169-2. C: misma. (N. del E.)
458
169-3. B, C, Br: recebian. (N. del E.)
459
169-21. C: mismo. (N. del E.)
460
170-2. C: ella. (N. del E.)