41
Sólo unos
pocos ejemplos: «Así va todo y
así se pone del lodo»
(II, 144, lín. 9); «Siempre hallé en el que convida boca de
miel y manos de hiel»
(III, 10; I, 18); «No me atreví a jugar por no hacerlo con
gente de milicia, que juegan siempre con mucha malicia»
(IV, 43; I, 22); «El se hace romero y
ella ramera»
(IV, 218; I, 10). Muchas otras agudezas, de
este y de otros tipos, podrían espigarse en las
páginas del Guzmán. Por ser éstas las
que más gráficamente pueden dar una idea de la
ingeniosidad conceptuosa que culmina en Gracián, las hemos
escogido.
42
«Era entrado el verano, fin de mayo, y el pago
de Gelves y San Juan de Alfarache el más deleitoso de
aquella comarca, por la fertilidad de la tierra, que es toda una, y
vecindad cercana que le hace el río Guadalquivir famoso,
regando y calificando con sus aguas todas aquellas huertas y
florestas...»
, etc.
(I, 79). ¿No parece esto el principio de una novela ejemplar
de Cervantes?
43
«Y el mejor, cuando muy bueno, es un poco de
polvo. Escojan de cual polvo quieren ser, si de tierra o de ceniza,
porque no hay otro. Y si de tierra, traigan a la memoria que cuando
su principio fué lodo, porque se amasó con agua, y
fué lo mismo que decirles que se fertilizasen para el
cielo...»
, etc.
(III, 186). ¿No suenan estas palabras al Quevedo más
grave y severo?
44
«Como la fruta verde mal sazonada no tiene sabor
perfecto, antes acedo y desabrido, así no le ha llegado al
mozo su maduro. Fáltale el sabor, la especulación de
las cosas y conocimiento verdadero dellas. Y no es maravilla que
yerre: antes lo sería si acertase. Con todo esto el buen
natural de ordinario siempre tiene más capacidad para las
consideraciones»
(II, 229) ¿No se encuentra ya
aquí, en núcleo, la disciplinada concisión del
estilo de Gracián?