Jornada primera |
|
Entra
REINALDOS y
MALGESÍ.
|
REINALDOS | Sin duda que el ser pobre es causa desto; | | pues, ¡vive Dios!, que pueden estas manos | | |
-fol. 30r-
| echar a todas horas todo el resto | | con bárbaros, franceses y paganos. | | ¿A mí, Roldán, a mí se ha de hacer
esto? | 5 | Levántate a los cielos soberanos, | | el confalón que tienes de la Iglesia. | | O reniego, o descreo... |
|
|
|
|
MALGESÍ | Mira que suenan mal esas razones. | |
|
|
REINALDOS | Nunca las pasa mi intención del techo. | 10 |
|
|
MALGESÍ | Pues, ¿por qué a pronunciallas te dispones? | |
|
|
REINALDOS | ¡Rabio de enojo y muero de despecho! | |
|
|
|
REINALDOS | Y tú me pones... | | ¡Déjame, que revienta de ira el pecho! | |
|
|
MALGESÍ | ¡Por Dios!, que has de decirme en este instante | 15 | con quién las has. |
|
|
REINALDOS | Con el señor de Aglante. | | Con aquese bastardo, malnacido, | | arrogante, hablador, antojadizo, | | más de soberbia que de honor vestido. | |
|
|
MALGESÍ | ¿No me dirás, Reinaldos, qué te hizo? | 20 |
|
|
REINALDOS | ¿Que a tanto desprecio he yo venido, | | que así ose atrevérseme un mestizo? | | Pues ¡juro a fe que, aunque le valga Roma, | | que le mate, y le guise, y me le coma! | | En un balcón estaba de palacio, | 25 | y con él Galalón junto a su lado; | | yo entraba por el patio, muy de espacio, | | cual suelo, de mí mismo acompañado; | | los dos miraron mi bohemio lacio | | y no de perlas mi capelo ornado; | 30 | tomáronse a reír, y a lo que creo, | | la risa fue de ver mi pobre arreo. | | Subí, como con alas, la escalera, | | de rabia lleno y de temor vacío; | | no los hallé donde los vi, y quisiera | 35 | ejecutar en mí mi furia y brío. | | Entráronse allá dentro, y, si no fuera | | porque debo respeto al señor mío, | | en su presencia le sacara el alma, | | pequeña a tanta injuria, y débil palma. | 40 | De aquel traidor de Galalón no hago | | |
-fol. 30v-
| cuenta ninguna, que es cobarde y necio; | | de Roldán, sí, y en ira me deshago, | | pues me conoce, y no me tiene en precio. | | Pero presto tendrán los dos el pago, | 45 | pagando con sus vidas mi desprecio, | | aunque lo estorbe... |
|
|
|
REINALDOS | Con aquesas palabras más me indinas. | |
|
|
MALGESÍ | Roldán es éste, vesle aquí que
sale, | | y con él Galalón. |
|
|
REINALDOS | Hazte a una parte, | 50 | que quiero ver lo que este infame vale, | | que es tenido en el mundo por un Marte. | |
(Entra
ROLDÁN y
GALALÓN.)
| ¡Agora, sí, burlón, que no te cale | | en la estancia de Carlos retirarte, | | ni a ti forjar traiciones y mentiras | 55 | para volver pacíficas mis iras! | |
|
|
GALALÓN | Vuélvome, porque es éste un atrevido
| | y el decir y hacer pone en un punto. | |
|
|
|
[Vase.]
|
REINALDOS | ¡Bien os habéis de mi ademán reído | | los dos, a fe! |
|
|
ROLDÁN | ¡Que está loco barrunto! | 60 |
|
|
REINALDOS | ¿Dónde está aquel cobarde? |
|
|
|
REINALDOS | Tuvo temor de no quedar difunto | | si un soplo le alcanzara de mi boca. | |
|
|
ROLDÁN | ¡A risa su arrogancia me provoca! | | ¿Con quién las has,
Reinaldos? |
|
|
|
ROLDÁN | ¿Conmigo? Pues, ¿por
qué? |
|
|
|
ROLDÁN | No sé más de que siempre fui tu amigo, | | pues de mi voluntad tienes las llaves. | |
|
|
REINALDOS | Tu risa ha sido deso buen testigo; | | no hay para qué tan sin porqué te alabes. | 70 | Dime: ¿puede, por dicha, la pobreza | | quitar lo que nos da naturaleza? | | Que yo trujera con anillos de oro | | adornadas mis manos y trujera | | con pompa, a modo de real decoro, | 75 | mi persona compuesta; ¿adondequiera | | rindiera yo con esto al fuerte moro | | o al gallardo español, que nos espera? | | |
-fol. 31r-
| No; que no dan costosos atavíos | | fuerza a los brazos y a los pechos bríos. | 80 | Mi persona desnuda, y esta espada, | | y este indomable pecho que conoces, | | ancha se harán adondequiera entrada, | | como en la seca mies agudas hoces. | | Mi fuerza conocida y estimada | 85 | está por todo el orbe dando voces, | | diciendo quién yo soy; y así, tu burla | | contra toda razón de mí se burla. | | Y, porque veas que en razón me fundo, | | mete mano a la espada y haz la prueba: | 90 | verás que en nada no te soy segundo, | | ni es para mí el probarte cosa nueva. | | ¿Que de nuevo te ríes, pese al mundo? | |
|
|
ROLDÁN | ¿Qué endiablado furor, primo, te lleva | | a romper nuestras paces, o qué risa | 95 | así el aviso tuyo desavisa? | |
|
|
MALGESÍ | Dice que dél hiciste burla cuando | | entraba por el patio de palacio, | | su poco fausto y soledad mirando, | | y su bohemio, por antiguo, lacio. | 100 | Pensólo, y, su estrecheza contemplando, | | y creyendo la burla, en poco espacio | | la escalera subió; y, si allí os hallara, | | en llanto vuestra risa se tornara. | |
|
|
ROLDÁN | Hiciera mal, porque por Dios os juro | 105 | que no me pasó tal por pensamiento; | | y desto puede estar cierto y seguro, | | pues yo lo digo y más con juramento. | | Al pilar de la Iglesia, al fuerte muro, | | al amparo de Francia y al aliento | 110 | de los pechos valientes, ¿quién osara, | | aunque en ello la vida le importara? | | Esta disculpa baste, ¡oh primo amado!, | | para templar vuestra no vista furia; | | que no es costumbre de mi pecho honrado | 115 | hacer a nadie semejante injuria. | | Y más a vos, que solo habéis ganado | | más oro que tendrá y tiene Liguria, | | |
-fol. 31v-
| si es que la honra vale más que el oro | | que en Tíbar cierne el mal vestido moro. | 120 | Dadme esa mano, ¡oh primo!, porque, en uno | | estas dos que imagino sin iguales, | | no siento yo que habrá valor alguno | | que de su puerta llegue a los umbrales. | |
|
|
|
(Vuelve
GALALÓN con el
EMPERADOR CARLOMAGNO.)
|
EMPERADOR | ¿Que así comenzó a hablar el importuno, | 125 | y descubrió en el modo indicios tales, | | que presto de la lengua desmandada | | pasaría la cólera a la espada? | |
|
|
GALALÓN | No los pongas en paz, porque es prudencia, | | y en materia de estado esto se advierte, | 130 | tener a tales dos en diferencia, | | que son ministros de tu vida y muerte; | | que, habiendo entre dos grandes competencia | | y entre dos consejeros, de tal suerte | | el uno y otro a sus contrarios temen, | 135 | que es fuerza que en virtud ambos se estremen, | | por temor de las ciertas parlerías | | que te podrá decir aquél de aquéste; | | y no desprecies las razones mías, | | si no quieres que caro no te cueste. | 140 |
|
|
EMPERADOR | No están de aquel talante que decías. | | Di: ¿Roldán no es aquél? ¿Reinaldos,
éste? | | En paz están, y asidos de la mano. | |
|
|
GALALÓN | Señores, ¿no habéis visto a Carlomano? | |
|
|
|
EMPERADOR | ¡Oh amados primos! | 145 | ¿Habéis tenido algún enojo acaso? | |
|
|
ROLDÁN | Sin padrinos los dos nos avenimos | | cuando torcemos de amistad el paso. | | Muchas veces confieso que reñimos, | | mas ninguna de veras. |
|
|
GALALÓN | A hablar paso | 150 | Reinaldos y sin cólera, no hiciera | | que nuestro emperador aquí viniera; | | que yo le truje imaginando, cierto, | | que estábades los dos ya en gran batalla. | |
|
|
MALGESÍ | Holgáraste que el uno fuera muerto, | 155 | y aun los dos; que este intento en ti se halla. | |
|
|
EMPERADOR | Tu temor ha salido en todo incierto. | | |
-fol. 32r-
| De lo que a mí me place, es que la malla | | y los aceros destos dos varones | | requieren más honrosas ocasiones. | 160 |
|
|
ROLDÁN | Reinaldos, no le tengas ojeriza | | a Galalón, que a fe que es nuestro amigo. | |
|
|
MALGESÍ | ¡Así le viese yo hecho ceniza, | | o de la suerte que en mi mente digo! | | Éste es el soplo que aquel fuego atiza | 165 | y enciende, por quien siempre es enemigo | | nuestro buen rey de nuestro buen linaje. | |
|
|
REINALDOS | ¡Cuán sin aliento viene aqueste paje! | |
|
|
PAJE | Señor, si quieres ver una ventura, | | que en la vida se ha visto semejante, | 170 | ponte a ese corredor: que te aseguro | | que es aventicio hermoso y elegante. | |
|
|
REINALDOS | ¡Donoso ha estado el paje! |
|
|
PAJE | Yo lo juro | | por vida de mi padre. Trae delante | | una diosa del cielo dos salvajes | 175 | que sirven de escuderos y de pajes; | | una que debe ser su bisabuela | | viene detrás sobre una mula puesta. | | Digo que es cosa de admirar. Mas hela | | do asoma: ved si viene bien compuesta. | 180 |
|
|
MALGESÍ | ¿Si viene con mistura de cautela | | tan grande novedad? |
|
|
EMPERADOR | Poco te cuesta | | saberlo si tu libro traes a mano. | |
|
|
MALGESÍ | Aquí le tengo, y el saberlo es llano. | |
|
|
|
(Apártase
MALGESÍ a un lado del teatro, saca un libro
pequeño, pónese a leer en él, y luego sale una figura de
demonio por lo hueco del teatro y pónese al lado de
MALGESÍ; y han de haber comenzado a entrar por el
patio
ANGÉLICA la bella, sobre un palafrén,
embozada y la más ricamente vestida que ser pudiere; traen la rienda dos
salvajes, vestidos de yedra o de cáñamo teñido de verde;
detrás viene una dueña sobre una mula con gualdrapa: trae delante
de sí un rico cofrecillo y a una perrilla de falda; en dando una vuelta
al patio, la apean los salvajes, y va donde está el
EMPERADOR, el cual, como la vee, dice:)
|
-fol. 32v-
|
EMPERADOR | Digo que trae gallarda compostura | 185 | y que es gallardo el traje y peregrino, | | y que si llega al brío la hermosura, | | que pasa de lo humano a lo divino. | |
|
|
MALGESÍ | ¿Aventura es aquésta? Es desventura. | |
|
|
|
MALGESÍ | No determino | 190 | aún bien lo que es. |
|
|
|
MALGESÍ | Ya procuro cumplir tu mandamiento. | |
|
|
EMPERADOR | Salid a la escalera a recebilla, | | y traed a la dama a mi presencia. | |
|
|
REINALDOS | Cierto que es ésta estraña maravilla. | 195 |
|
|
MALGESÍ | Cierto que no yerra aquí mi ciencia. | |
|
|
|
MALGESÍ | Darás a oílla | | gratos oídos, pero no creencia; | | que esta dama que ves... Aún no sé el resto; | | escúchala, que yo lo sabré presto. | 200 |
|
|
|
(Entra en el teatro
ANGÉLICA con los salvajes y la
DUEÑA, acompañada de
REINALDOS,
ROLDÁN y
GALALÓN; viene
ANGÉLICA embozada.)
|
ANGÉLICA | Prospere el alto cielo, | | poderoso señor, tu real estado, | | y seas en el suelo | | por uno y otro siglo prolongado | | de tan rara ventura, | 205 | que del tiempo mudable esté segura. | | Puesto que tu presciencia | | de un sí cortés me tiene asegurada, | | no osaré sin licencia | | decirte, ¡oh gran señor!, una embajada, | 210 | que aumentará la fama | | que a tanto prez y a tanto honor te llama. | |
|
|
EMPERADOR | Decid lo que os pluguiere. | |
|
|
ANGÉLICA | Hizo verdad tu sí mi pensamiento. | | Presta a lo que dijere, | 215 | sagrado emperador, oído atento, | | y préstenmele aquéllos | | a quien la gola señaló sus cuellos. | | Soy única heredera | | |
-fol. 33r-
| del gran rey Galafrón, cuyo ancho imperio | 220 | deste mar la ribera, | | ni aun casi la mitad del hemisferio, | | sus límites describe; | | que en otros mares y otros cielos vive. | | A su grandeza iguala | 225 | su saber, en el cual tuvo noticia | | ser mi ventura mala, | | si así como el estado real codicia, | | a varón me entregase | | que en sangre y en grandeza me igualase. | 230 | Halló por cierto y llano | | que el que venciese en singular batalla | | a un mi pequeño hermano | | que viste honrosa, aunque temprana malla, | | éste, cierto, sería | 235 | bien de su reino y la ventura mía. | | Por provincias diversas | | he venido con él, donde he tenido | | ya prósperas, ya adversas | | venturas, y a la fin me he conducido | 240 | a este reino de Francia, | | donde tengo por cierta mi ganancia. | | De Ardenia en las umbrosas | | selvas queda mi hermano, allí esperando | | quien, ya por codiciosas | 245 | prendas, o esta belleza deseando, | | (Desembózase.) | su fuerte brazo pruebe; | | y es lo que he de decir lo que hacer debe. | | Quien fuere derribado | | del golpe de la lanza, ha de ser preso, | 250 | porque le está vedado | | poner mano a la espada; y es expreso | | del rey este mandato, | | o, por mejor decir, concierto y pacto. | | Y si tocare el suelo | 255 | mi hermano, quedará quien le venciere | | |
-fol. 33v-
| levantado a mi cielo, | | o noble sea, o sea el que se fuere, | | y no de otra manera. | |
|
|
MALGESÍ | ¡Qué bien que lo relata la hechicera! | 260 |
|
|
ANGÉLICA | ¡Ea, pues, caballeros!, | | quien reinos apetece y gentileza, | | aprestad los aceros, | | que a poco precio venden la belleza | | que veis, venid en vuelo. | 265 |
|
|
|
|
ANGÉLICA | Ya te he dicho mi intento. | | Conviéneme que dé la vuelta luego. | |
|
|
|
(Éntrase la
SOMBRA.)
|
EMPERADOR | Deteneos un momento, | | si es que puede con vos mi mando o ruego, | 270 | porque seáis servida | | según vuestra grandeza conocida. | |
|
|
ANGÉLICA | Lo imposible me pides; | | dame licencia y queda en paz. |
|
|
EMPERADOR | Pues veo | | que a tu gusto te mides, | 275 | en buen hora te vuelve, y el deseo | | de servirte recibe. | |
|
|
MALGESÍ | ¡El mismo engaño en esta falsa vive! | |
|
|
|
(Vase
ANGÉLICA y su compañía.)
|
REINALDOS | ¿Para qué vas tras ella, | | Roldán? |
|
|
ROLDÁN | Son escusadas tus demandas. | 280 |
|
|
REINALDOS | Yo solo he de ir con ella. | |
|
|
ROLDÁN | ¡Qué impertinente y qué soberbio andas! | |
|
|
|
ROLDÁN | Reinaldos, bueno está; no me persigas. | |
|
|
MALGESÍ | Deténlos, no los dejes; | 285 | haz, señor, que se prenda aquella maga. | |
|
|
REINALDOS | Como de aquí te alejes, | | daréte de tu intento justa paga. | |
|
|
EMPERADOR | ¿Qué desvergüenza es ésta? | |
|
|
MALGESÍ | Manda prender aquella deshonesta, | 290 | que será, a lo que veo, | | |
-fol. 35r [34r]-
| la ruina de Francia en cierto modo. | |
|
|
ROLDÁN | Cumpliré mi deseo | | a tu pesar, y aun al del mundo todo. | |
|
|
REINALDOS | Camina, pues, y guarte. | 295 |
|
|
EMPERADOR | Acaba, Malgesí, de declararte. | |
|
|
MALGESÍ | Ésta que has visto es hija | | del Galafrón, cual dijo; mas su intento, | | que el cielo le corrija, | | es diferente del fingido cuento, | 300 | porque su padre ordena | | tener tus Doce Pares en cadena; | | y, si los prende, piensa | | venir sobre tu reino y conquistalle; | | y trázase esta ofensa | 305 | con enviar su hijo y adornalle | | con una hermosa lanza, | | con que de todos la vitoria alcanza. | | La lanza es encantada, | | y tiene tal virtud, que, aquel que toca, | 310 | le atierra, y es dorada; | | por eso pide aquella infame y loca | | que la espada no prueben | | los que a la empresa con valor se atreven. | | Por añagaza pone | 315 | aquella incomparable hermosura, | | que el corazón dispone | | aun de la más cobarde criatura | | para que el hecho intente, | | do, aunque se pierda, nunca se arrepiente. | 320 | Serán tus Doce Pares | | presos si no lo estorbas, señor mío, | | y otros muchos millares | | de los tuyos que tienen fuerza y brío | | para mayores cosas. | 325 |
|
|
EMPERADOR | Las que has contado son bien espantosas; | | mas no sé remediallas, | | y es porque no las creo. A ti te queda | | creellas y estorballas. | |
|
|
MALGESÍ | Haré cuanto mi industria y ciencia pueda. | 330 |
|
|
|
|
(Éntrase el
EMPERADOR y
GALALÓN.)
|
MALGESÍ | Mi hermano va enojado | | con Roldán; estorbar quiero su daño. | | En laberinto he entrado | 335 | que apenas saldré dél. ¡Oh ciego
engaño, | | oh fuerza poderosa | | de la mujer que es, sobre falsa, hermosa! | |
|
|
|
(Éntrase
MALGESÍ, y entra
BERNARDO DEL CARPIO, armado, y tráele la celada
un
VIZCAÍNO, su escudero, con botas y fieltro y su
espada.)
|
BERNARDO | Aquí, fuera de camino, | | podré reposar un poco. | 340 |
|
|
VIZCAÍNO | Señor sabio, que estás loco, | | tino vuelves desatino. | | Vizcaíno que escudero | | llevas contigo, te avisa | | camines no tanta prisa, | 345 | paso lleves de arriero. | | Tierra buscas, tierra dejas, | | tanta parece hazaña, | | pues, metiendo en tierra estraña, | | por Dios, de propria te alejas. | 350 | Bien que en España hay que hacer; | | moros tienes en fronteras, | | tambores, pitos, banderas | | hay allá; ya puedes ver. | |
|
|
BERNARDO | ¿Ya no te he dicho el intento | 355 | que a esta tierra me ha traído? | |
|
|
VIZCAÍNO | Curioso mucho atrevido | | goza nunca pensamiento. | | Bien podrás, bien podrás, | | dejar mala tanto hazaña; | 360 | a las de guerra y España | | llama. |
|
|
|
VIZCAÍNO | Bien es que sepas de yo | | buenos que consejos doy; | | que, por Juan Gaicoa, soy | 365 | vizcaíno; burro, no. | | Señor, mira, si es que ver | | poder quieres del francés, | | camino aqueste no es | | derecho; puedes volver. | 370 |
|
|
BERNARDO | Dicen que estas selvas son | | donde se hallan de contino, | | por cualquier senda o camino, | | venturas de admiración, | | y que en la mitad o al fin, | 375 | o al principio, o no sé dónde, | | entre unos bosques se esconde | | el gran padrón de Merlín, | | aquel grande encantador, | | que fue su padre el demonio. | 380 |
|
|
VIZCAÍNO | Echado está testimonio, | | y levántanle, señor. | |
|
|
BERNARDO | Hele de buscar y hallar, | | si mil veces rodease | | estas selvas. |
|
|
VIZCAÍNO | Tiempo vase; | 385 | |
-fol. 35r-
| duerme, o vuelve a caminar. | |
|
|
BERNARDO | Vuelve, y ve si Ferraguto | | viene, que se quedó atrás, | | y a do quedo le dirás. | |
|
|
VIZCAÍNO | Escudero siempre puto. | 390 |
|
|
BERNARDO | Dura y detestable guerra, | | por sólo aquesto eres buena: | | que en pluma vuelves la arena, | | y en blanda cama la tierra. | | Tú ofreces, doquier que estás, | 395 | anchos y estendidos lechos, | | si no es que hay campos estrechos | | por donde los pasos das. | | Eres un cierto beleño | | que, entre cuidados y enojos, | 400 | ofreces siempre a los ojos | | blando, aunque forzoso sueño. | | Eres de su calidad, | | según muestra la experiencia, | | madre de la diligencia, | 405 | madrastra de ociosidad. | | Venid acá vos, cimera, | | rica y estremada pieza, | | y, pues sois de la cabeza, | | servidme de cabecera, | 410 | que ya el sueño de rondón | | va ocupando mis sentidos. | | ¡Bien dicen que los dormidos | | imagen de muerte son! | |
|
|
|
(Échase a dormir
BERNARDO junto al padrón de
MERLÍN, que ha de ser un mármol jaspeado,
que se pueda abrir y cerrar, y a este instante parece encima de la
montaña el mancebo
ARGALIA, hermano de
ANGÉLICA la bella, armado y con una lanza
dorada.)
|
ARGALIA | Mucha tierra se descubre | 415 | de encima desta montaña: | | de aquesta parte es campaña, | | de estotra el bosque la cubre; | | allí el camino blanquea, | | y hasta París va derecho. | 420 | ¡Si mi hermana hubiese hecho | | el gran caso que desea! | | Mas, si no me miente acaso | | la vista, aquélla es, sin duda, | | que el camino trueca y muda, | 425 | y hacia aquí endereza el paso. | | Los palafrenes envía | | por el camino real. | | En cuanto hace, no hace mal; | | recebirla es cortesía. | 430 |
|
|
|
(Éntrase
ARGALIA y sale
ANGÉLICA con los salvajes y la
DUEÑA.)
|
ANGÉLICA | Cierto que es ésta la senda, | | o no acierto bien las señas, | | y a la vuelta destas peñas | | sin duda está nuestra tienda. | |
|
|
DUEÑA | ¿Cuándo, señora, veremos | 435 | el fin de nuestros caminos? | | ¿Cuándo destos desatinos | | a buen acuerdo saldremos? | | ¿Cuándo me veré, ¡ay de
mí!, | | con mi almohadilla, sentada | 440 | en estrado y descansada, | | como algún tiempo me vi? | | ¿Cuándo dejaré de andar, | | cuando el sol salga o tramonte, | | deste monte en aquel monte, | 445 | de un lugar a otro lugar? | | ¿Cuándo de mis redomillas | | veré los blancos afeites, | | las unturas, los aceites, | | las adobadas pasillas? | 450 | ¿Cuándo me daré un buen
rato | | |
-fol. 35v-
| en reposo y sin sospecha? | | Que traigo esta cara hecha | | una suela de zapato. | | Los crudos aires de Francia | 455 | me tienen de aqueste modo. | |
|
|
ANGÉLICA | Calla, que bien se hará todo. | |
|
|
DUEÑA | No te arriendo la ganancia; | | que según yo vi el denuedo | | de aquellos dos paladines, | 460 | de tus caminos y fines | | esperar buen fin no puedo. | |
|
|
ANGÉLICA | No atinas con la verdad; | | calla, que mi hermano viene. | |
|
|
|
(Entra
ARGALIA.)
|
ARGALIA | ¡Oh rico archivo, do tiene | 465 | sus tesoros la beldad! | | ¿Cómo vienes, y en qué modo | | has salido con tu intento? | |
|
|
ANGÉLICA | Midióse a mi pensamiento | | la ventura casi en todo. | 470 | Vámonos al pabellón, | | que allí, de espacio y sentada, | | contaré de mi embajada | | el principio y conclusión. | |
|
|
ARGALIA | Bien dices, hermana; ven, | 475 | que bien cerca de aquí está. | |
|
|
DUEÑA | La triste que cual yo va, | | yo sé que no va muy bien; | | que de la madre me aprieta | | un gran dolor en verdad. | 480 | Todo aquesto es frialdad | | deste andar a la jineta. | |
|
|
|
(Éntranse todos, sino es
BERNARDO, que aún duerme; suene música de
flautas tristes; despierta
BERNARDO, ábrese el padrón, pare una
figura de muerto, y dice:)
|
ESPÍRITU | Valeroso español, cuyo alto intento | | de tu patria y amigos te destierra, | | vuelve a tu amado padre el pensamiento, | 485 | a quien larga prisión y escura encierra. | | A tal hazaña es gran razón que atento | | estés, y no en buscar inútil guerra | | por tan remotas partes y escusadas, | | adonde son las dichas desdichadas. | 490 | Tiempo vendrá que del francés
valiente, | | al margen de los montes Pireneos, | | bajes la altiva y generosa frente | | y goces de honrosísimos trofeos. | | Sigue de tu ventura la corriente, | 495 | que iguala al gran valor de tus deseos; | | verás como te sube tu fortuna | | sobre la faz convexa de la luna. | | Por ti tu patria se verá en sosiego, | | |
-fol. 36r-
| libre de ajeno mando y señorío; | 500 | tú serás agua al encendido fuego | | que arde en el pecho que de casto es frío. | | Deja estas selvas, do caminas ciego, | | llevado de un curioso desvarío. | | Vuelve, vuelve, Bernardo, a do te llama | 505 | un inmortal renombre y clara fama. | | De Merlín el espíritu encantado | | soy, que aquí yago en esta selva obscura, | | del cielo para bien y mal guardado, | | aunque en mis males siempre se conjura; | 510 | y no seré deste lugar llevado | | a la negra región do el llanto dura, | | hasta que crucen estas selvas fieras | | muchas y cristianísimas banderas. | | Mil cosas se me quedan por contarte, | 515 | que otra vez te diré, porque ahora importa | | detrás de aquestas ramas ocultarte, | | donde será tu estada breve y corta. | | A dos, que cada cual por sí es un Marte, | | pondrás en paz, o mostrarás que corta | 520 | tu espada. Y, sin hablar, haz lo que digo, | | y entiende que te soy y seré amigo. | |
|
|
|
(Ciérrase el padrón, éntrase
en él
BERNARDO sin hablar palabra, y luego sale
REINALDOS.)
|
REINALDOS | En vano mis pasos muevo | | pues, entre estas flores tantas | | no hay señales de las plantas | 525 | que por guía y norte llevo. | | Que si aquí hubieran pisado, | | claro estaba que este suelo | | fuera un traslado del cielo, | | de varias lumbres pintado. | 530 | ¿Qué flor tocará la bella | | planta, a mí tan dulce y cara, | | que luego no se tornara, | | o ya en sol, o en clara estrella? | | Lejos estoy del camino | 535 | que a do está mi cielo guía, | | pues este suelo no envía, | | o luz clara, o olor divino. | | Mas ya no tendré pereza | | en buscar este sol bello, | 540 | pues me han de guiar a vello | | ya su luz, ya su belleza. | | Pero, ¿qué es esto, que el
sueño | | así me acosa y aprieta? | | ¡Oh fuerza libre, sujeta | 545 | a fuerzas de tan vil dueño! | | |
-fol. 36v-
| Aquí me habré de acostar, | | al pie deste risco yerto, | | haciendo imagen de un muerto, | | pues estoy para espirar. | 550 |
|
|
|
(Recuéstase
REINALDOS, pone el escudo por cabecera, y entra luego
ROLDÁN embrazado de el suyo.)
|
ROLDÁN | ¡Tantas vueltas sin provecho! | | ¿Dónde, ¡oh sol!, te tramontaste | | después que tu luz dejaste | | en lo mejor de mi pecho? | | Descúbrete, sol hermoso, | 555 | que voy buscando tu lumbre | | por el llano y por la cumbre, | | desalentado y ansioso. | | ¡Oh, Angélica, luz divina | | de mi humana ceguedad, | 560 | norte cuya claridad | | a nuevo ser me encamina! | | ¿Cuándo te verán mis ojos, | | o cuándo, si no he de verte, | | vendrá la espantosa muerte | 565 | a triunfar de mis despojos? | | Mas, ¿quién es este
holgazán | | que duerme con tal remanso? | | No hay quien no viva en descanso | | sino el mísero Roldán. | 570 | ¿Qué es esto? Reinaldos es | | el que yace aquí dormido. | | ¡Oh primo, al mundo nacido | | para grillos de mis pies, | | para esposas de mis manos, | 575 | para infierno de mis glorias, | | para opuesto a mis vitorias, | | para hacer mis triunfos vanos, | | para acíbar de mi gusto! | | Mas yo haré que no lo seas: | 580 | sin que el mundo ni tú veas | | que paso el término justo, | | quitarte quiero la vida. | | Mas, ¡ay, Roldán! ¿Cómo es esto? | | ¿Ansí os arrojáis tan presto | 585 | a ser traidor y homicida? | | ¿Qué decís, mal
pensamiento? | | ¿Decísme que es mi rival, | | y que consiste en su mal | | todo el bien de mi tormento? | 590 | Sí decís; mas yo sé, al
fin, | | que el que es buen enamorado | | tiene más de pecho honrado | | que de traidor y de ruin. | | Yo fui Roldán sin amor, | 595 | y seré Roldán con él, | | en todo tiempo fïel, | | pues en todo busco honor. | | Duerme, pues, primo, en sazón; | | que arrimo te sea mi escudo; | 600 | que, aunque amor vencerme pudo, | | no me vence la traición. | | El tuyo quiero tomar, | | porque adviertas, si despiertas, | | que amistades que son ciertas | 605 | nadie las puede turbar. | |
|
|
|
(Échase
ROLDÁN junto a
REINALDOS y pone a su cabecera el escudo de
REINALDOS, y luego despierta
REINALDOS.)
|
REINALDOS | ¡Angélica! ¡Oh estraña
vista! | | ¿No es Roldán este que veo, | | y el que del bien que deseo | | procura hacer la conquista? | 610 | Él es; pero, ¿quién me puso | | su escudo para mi arrimo? | | Tu cortés bondad, ¡oh primo!, | | sin duda que esto dispuso. | | Bien me pudieras matar, | 615 | |
-fol. 37r-
| pues durmiendo me hallaste, | | por quitar aquel contraste | | que en mi vida has de hallar; | | empero tu cortesía | | más que amor pudo en tu pecho, | 620 | por la costumbre que has hecho | | de hacer actos de hidalguía. | | Mas, ¿si fue por menosprecio | | el dejarme con la vida? | | No, por ser cosa sabida | 625 | que yo soy hombre de precio; | | y tú mismo lo has probado | | una y otra vez y ciento. | | No atino cuál pensamiento | | tenga por más acertado: | 630 | si me deja de arrogante, | | o si fue por amistad; | | que tal vez la deslealtad | | vive en el celoso amante. | | ¡Oh! Si aquéste me dejase | 635 | señero en mi pretensión, | | con el alma y corazón, | | ¡vive Dios!, que le adorase; | | pero si no, no imagines, | | primo, que por tu bondad | 640 | dejará mi voluntad | | de seguir sus dulces fines. | | Y de aquesta intención mía | | no me debes de culpar, | | porque el amor y el reinar | 645 | nunca admiten compañía. | | Seguramente a mi lado | | pudiste echarte a dormir, | | pues no se puede herir | | un hombre que es encantado; | 650 | y así, la ocasión quitaste | | que tu sueño me ofrecía, | | para usar la cortesía | | de que tú conmigo usaste. | | Pero, despierto, veremos | 655 | tu intención a dó se inclina; | | y si donde yo camina, | | pondré medio en sus estremos. | | Irá el parentesco afuera, | | la cortesía a una parte, | 660 | si bajase el mismo Marte | | a impedirlo de su esfera. | | ¡Ah, Roldán! ¡Roldán,
despierta!, | | que es gran descuido el que tienes, | | y más si, por dicha, vienes | 665 | donde mi sospecha acierta. | | Toma tu escudo, y el mío | | me vuelve. ¡Despierta agora! | |
|
|
[ROLDÁN] | [Soñando.] | ¡Ay, Angélica, señora | | de mi vida y mi albedrío! | 670 | ¿A dó se esconde tu faz | | que todo mi bien encierra? | |
|
|
REINALDOS | Declarada es nuestra guerra, | | y perdida nuestra paz. | | ¡Roldán, acaba, levanta; | 675 | destroquemos los escudos! | |
|
|
ROLDÁN | [Soñando.] | ¡Con qué dulces, ciegos nudos | | me añudaste la garganta; | | la voluntad decir quiero, | | y el alma que te entregué! | 680 |
|
|
REINALDOS | ¡Si no despiertas, a fe | | que te despierte este acero, | | y aun te mate, pues me matas, | | ahora duermas, ahora veles! | | Estos intentos crueles | 685 | nacen de entrañas ingratas. | | Estoy por dejar de ser | | quien soy. ¡Acudid al punto, | | respetos, que está difunto | | mi acertado proceder! | 690 | ¡Ansias que me consumís, | | sospechas que me cansáis, | | recelos que me acabáis, | | celos que me pervertís! | |
|
|
-fol. 37v-
|
|
(ROLDÁN despierta.)
|
ROLDÁN | Reinaldos, ¿qué quies hacer? | 695 |
|
|
REINALDOS | ¡Deshacerme, o deshacerte! | |
|
|
ROLDÁN | ¿Quieres, primo, darme muerte? | |
|
|
REINALDOS | Tu vida está en mi querer. | |
|
|
|
REINALDOS | Dirélo: | | no más de en querer decirme | 700 | si vienes a perseguirme | | en la busca de mi cielo; | | si es tu venida a buscar | | a Angélica. ¿No me entiendes? | |
|
|
ROLDÁN | ¿De saber lo que pretendes...? | 705 |
|
|
|
ROLDÁN | ¿Tanto el vivir te embaraza, | | que tras tu muerte caminas? | |
|
|
REINALDOS | Profeta falso, adivinas | | el mal que así te amenaza. | 710 |
|
|
ROLDÁN | Contigo las cortesías | | siempre fueron por demás. | |
|
|
REINALDOS | Dame mi escudo, y verás | | como siempre desvarías. | | Si a París no te vuelves, | 715 | verás también en un punto | | tu culpa y castigo junto. | |
|
|
ROLDÁN | ¡Fácilmente te resuelves! | | Ni a París he de volver, | | ni a Angélica he de dejar. | 720 | Mira qué quieres. |
|
|
REINALDOS | Cortar | | tu insolente proceder. | | ¡Desharéte entre mis brazos, | | aunque seas encantado! | |
|
|
ROLDÁN | ¡Eres villano atestado, | 725 | y quieres luchar a brazos! | |
|
|
REINALDOS | ¡Mientes! Y ven con la espada, | | que, aunque seas de diamante, | | verás, infame arrogante, | | mi verdad averiguada! | 730 |
|
|
|
(Vanse a herir con las espadas; salen del hueco
del teatro llamas de fuego, que no los deja llegar.)
|
ROLDÁN | Bien sé que anda por aquí, | | temeroso de tu muerte, | | mas no ha de poder valerte, | | tu hechicero Malgesí; | | que pasaré de Aqueronte | 735 | la barca por castigarte. | |
|
|
REINALDOS | Yo pondré por alcanzarte | | un monte sobre otro monte; | | arrojaréme en el fuego, | | como ves que aquí lo hago. | 740 |
|
|
ROLDÁN | No te deja dar tu pago | | tu hermano. |
|
|
|
|
(Dice el espíritu de
MERLÍN:)
|
ESPÍRITU | Fuerte Bernardo, sal fuera, | | y a los dos en paz pondrás. | |
|
|
|
(Sale
BERNARDO.)
|
BERNARDO | ¡Caballeros, no haya más! | 745 | ¡Guerreros fuertes, afuera! | |
|
|
REINALDOS | ¿Hate el cielo aquí llovido? | | ¿Qué quieres, o qué nos mandas? | |
|
|
BERNARDO | Son tan justas mis demandas, | | que he de ser obedecido. | 750 | Y es que dejéis la dudosa | | lid de tan esquivo trance. | |
|
|
REINALDOS | Tú has echado muy buen lance, | | y la demanda es donosa. | | ¿Eres español, a dicha? | 755 |
|
|
|
REINALDOS | Vete, porque sólo el sol | | ha de ver nuestra desdicha; | | |
-fol. 38r-
| que no queremos testigos | | más que el sol en la lid nuestra. | 760 |
|
|
BERNARDO | No me he de ir sin que la diestra | | os deis de buenos amigos. | |
|
|
|
BERNARDO | Más pesados | | estáis los dos, si advertís. | |
|
|
REINALDOS | Español, ¿cómo no os is? | 765 |
|
|
BERNARDO | Por corteses o rogados, | | vuestra quistión, por ahora, | | no ha de pasar adelante. | |
|
|
ROLDÁN | Yo soy el señor de Aglante. | |
|
|
|
BERNARDO | Sea en buen hora; | 770 | que ser quien sois os obliga | | a conceder con mi ruego. | |
|
|
|
REINALDOS | Este español me atosiga; | | que siempre aquesta nación | 775 | fue arrogante y porfiada. | |
|
|
ROLDÁN | Señor, pues que no os va nada, | | no impidáis nuestra quistión; | | dejadnos llevar al fin | | nuestro deseo, que es justo. | 780 |
|
|
BERNARDO | Aquése fuera mi gusto, | | a serlo así el de Merlín. | |
|
|
ROLDÁN | ¡Oh cuerpo de San Dionís, | | con el español marrano! | |
|
|
BERNARDO | ¡Mientes, infame villano! | 785 |
|
|
REINALDOS | A plomo cayó el mentís. | | ¡Afuera, Roldán, no más! | |
|
|
ROLDÁN | ¡Deja, que me abraso en ira! | | ¿Qué es esto? ¿Quién me retira? | | ¿El pie de Roldán atrás? | 790 | ¿Roldán el pie atrás?
¿Qué es esto? | | ¡Ni huyo, ni me retiro! | |
|
|
|
BERNARDO | Pues yo haré que huyáis presto. | |
|
|
|
(Vase retirando
ROLDÁN hacia atrás, y sube por la
montaña como por fuerza de oculta virtud.)
|
REINALDOS | ¡Por cierto, a gentiles manos | 795 | te ha traído tu fortuna! | |
|
|
BERNARDO | Manos, yo no veo ninguna; | | pies, sí, ligeros y sanos, | | y que os importa tenellos | | para huir de mi presencia. | 800 |
|
|
REINALDOS | ¡Sin igual es tu insolencia! | |
|
|
|
(Sube
BERNARDO por la peña arriba, siguiendo a
ROLDÁN, y va tras él
REINALDOS. Sale
MARFISA, armada ricamente; trae por timbre una ave
Fénix y una águila blanca pintada en el escudo, y, mirando subir
a los tres de la montaña, con las espadas desnudas y que se acaban de
desparecer, dice:)
|
MARFISA | ¿Si se combaten aquéllos? | | Si hacen, ponerlos quiero | | en paz, si fuere posible. | | ¡Oh, qué montaña terrible! | 805 | Subir por ella no espero, | | ni podré a caballo ir, | | aunque le vuelva a tomar; | | mas, con todo, he de probar | | el trabajo del subir. | 810 | Bien se queda en la espesura | | mi caballo hasta que vuelva; | | nunca falta en esta selva | | o buena o mala ventura. | |
|
|
|
(Sube
MARFISA por la montaña, y vuelven a salir al
teatro, riñendo,
ROLDÁN,
BERNARDO y
REINALDOS.)
|
-fol. 38v-
|
ROLDÁN | No sé yo cómo sea | 815 | que contra ti no tengo alguna saña, | | ni puedo en tal pelea | | mover la espada. ¡Cosa es ésta estraña! | |
|
|
BERNARDO | La razón que me ayuda | | pone tus fuerzas y tu esfuerzo en duda. | 820 |
|
|
REINALDOS | De Merlín es el hecho, | | que no hay razón que valga con su encanto; | | que, aunque fuera su pecho | | león en furia y en dureza un canto, | | si hechiceros no hubiera, | 825 | nunca mi primo atrás el pie volviera. | |
|
|
|
(Entra
ANGÉLICA, llorando, y con ella el
VIZCAÍNO, escudero de
BERNARDO.)
|
VIZCAÍNO | ¡Pardiós, echóte al
río! | | ¡Tienes Granada, bravo Ferraguto! | |
|
|
|
ROLDÁN | ¿Por qué ese cielo al suelo da tributo | 830 | de lágrimas tan bellas, | | si el mismo cielo se le debe a ellas? | |
|
|
ANGÉLICA | Un español ha muerto | | a mi querido hermano; y es un moro | | que no guardó el concierto | 835 | debido a la milicia y su decoro, | | y arrojóle en un río. | |
|
|
|
|
ROLDÁN | ¿Amigo tuyo? ¡Oh perro, | | tú llevarás de su maldad la pena! | 840 |
|
|
REINALDOS | Roldán, no hagas tal yerro; | | deja a mí el castigo. |
|
|
ANGÉLICA | Aquí se ordena | | mi muerte, y más desdicha | | si de los dos me coge alguno, a dicha. | | A esta selva escura | 845 | quiero entregar ya mis ligeras plantas, | | mi guarda y mi ventura. | |
|
|
BERNARDO | ¿Cómo, Reinaldos, di, no te adelantas | | a herirme con tu primo? | | Por la honra, la vida en poco estimo. | 850 |
|
|
-fol. 39r-
|
|
(Sale
MARFISA, poniendo paz y poniendo mano a la espada;
éntrase huyendo
ANGÉLICA.)
|
MARFISA | ¿Qué es esto? ¡Afuera,
afuera; | | afuera, caballeros!, que os lo pide | | quien mandarlo pudiera; | | que, si no es que mi luz la vista impide, | | mirando esta divisa, | 855 | veréis que soy la sin igual Marfisa. | |
|
|
VIZCAÍNO | La puta, la doncella, | | se es ida. |
|
|
ROLDÁN | ¡Oh nunca vista desventura!; | | forzoso he de ir tras ella. | |
|
|
|
ROLDÁN | ¡Notable es tu locura! | 860 |
|
|
REINALDOS | No muevas de aquí el paso. | |
|
|
ROLDÁN | No hago yo de tus locuras caso. | |
|
|
REINALDOS | ¡Por Dios que, si te mueves, | | que te haga pedazos al instante! | |
|
|
ROLDÁN | ¿Que a estorbarme te atreves, | 865 | fanfarrón, pordiosero y arrogante? | | ¿Cómo te estás tan quedo? | | ¡Que no me tenga este cobarde miedo! | |
|
|
|
(Éntrase
ROLDÁN.)
|
VIZCAÍNO | Señor, déjale vaya; | | que pues no por allí, que por la senda | 870 | quedan arraz, en playa | | poned a la dama. |
|
|
MARFISA | ¿Por qué fue la contienda? | |
|
|
BERNARDO | Por celos sé que ha sido. | | Dime: ¿Ferraguto quedó herido? | |
|
|
VIZCAÍNO | Bueno, puto, y qué sano. | 875 |
|
|
|
VIZCAÍNO | ¿Ya no oíste? | | Batalla con hermano | | de bella huidora, y pobre, y muerto, y triste, | | de moro enojo, brío | | teniendo, dio con él todo en el río, | 880 | y queda aquí aguardando | | espaldas de montaña. | |
|
|
-fol. 39v-
|
MARFISA | Iréte acompañando, | | que quiero saber más de tu hazaña; | | que descubro en ti muestras | 885 | que muestran que eres más de lo que muestras. | | Y advierte que contigo | | llevas a la sin par sola Marfisa, | | que, en señas y testigo | | que es única en el mundo, la divisa | 890 | trae de aquella ave nueva | | que en el fuego la vida se renueva. | |
|
|
[BERNARDO] | Haréte compañía | | subas al cielo o bajes al abismo. | |
|
|
MARFISA | Tan grande cortesía | 895 | no puede parecer sino a ti mismo, | | y, usando deste gusto, | | yo he de seguir el tuyo, que es muy justo. | |
|
|
Jornada segunda |
|
Sale
LAUSO, pastor, por una parte de la montaña, con
su guitarra, y
CORINTO, por la otra, con otra.
|
|
|
|
|
|
CORINTO | Algún árbol te encubre, alguna rama, | | o estás en el lugar donde suspiras | | cuando Clori te muestra el rostro airado, | 5 | y en solitaria parte te retiras. | | Baja, si quieres, Lauso, al verde prado, | | en tanto que de Febo la carrera | | declina desta cumbre al otro lado. | | Cantaremos de Clori lisonjera, | 10 | al pie de un verde sauce o murto umbroso, | | que pasa el pensamiento en ser ligera. | |
|
|
LAUSO | Ya abajo; pero no a buscar reposo, | | sino a cumplir lo que amistad me obliga | | y a pasar a la sombra el sol fogoso; | 15 | que en tanto que la dulce mi enemiga | | se esté fortalecida en su dureza | | |
-fol. 40r-
| no hay mal que huya ni placer que siga. | |
|
|
|
(Bajan los dos de la montaña.)
|
CORINTO | Pesado contrapeso es la pobreza | | para volar de amor, ¡oh Lauso!, al cielo, | 20 | aunque tengas cien alas de firmeza. | | No hay amor que se abata ya al señuelo | | de un ingenio sutil, de un tierno pecho, | | de un raro proceder, de un casto celo. | | Granjería común amor se ha hecho, | 25 | y dél hay feria franca dondequiera, | | do cada cual atiende a su provecho. | |
|
|
LAUSO | ¡Oh Clori, para mí serpiente fiera | | por mi estrecheza, aunque paloma mansa | | para un alma de piedra verdadera! | 30 | ¿Que es posible, cruel, que no te cansa | | de Rústico el ingenio, que es de robre, | | y que el tuyo estimado en él descansa? | |
|
|
CORINTO | Vuélvese el oro más cendrado en
cobre, | | y el ingenio más claro en tonta ciencia, | 35 | si le toca o le tiene el hombre pobre, | | y desto es buen testigo la esperiencia. | | Pero escucha; que cantan en la sierra, | | y aun es la voz bien para dalle audiencia. | |
|
|
|
(Canta
CLORI en la montaña, y sale cogiendo
flores.)
|
[CLORI] | Derramastes el agua, la niña, | 40 | y no dijistes: «¡Agua va!» | | La justicia os prenderá. | |
|
|
LAUSO | De aquella que el placer de mí destierra | | es el suave y regalado acento, | | y aun quien sus gustos el amor encierra. | 45 |
|
|
|
|
CLORI | Derramástesla a deshora, | | y fue con tan poca cuenta, | | que mojastes con afrenta | | al que os sirve y os adora. | 50 | Pero llegada la hora | | donde el daño se sabrá, | | la justicia os prenderá. | |
|
|
LAUSO | Bien es que la ayudemos: | | acuerda con el mío tu instrumento. | 55 |
|
|
-fol. 40v-
|
CORINTO | Yo creo que está bien; mas, ¿qué
diremos? | |
|
|
LAUSO | Su mismo villancico, trastrocado, | | cual tú sabrás hacer. |
|
|
|
|
(Canta
CORINTO.)
|
CORINTO | Cautivástesme el alma, la niña, | | y tenéisla siempre allá; | 60 | el Amor me vengará. | | Vuestros ojos salteadores, | | sin ser de nadie impedidos, | | se entraron por mis sentidos, | | y se hicieron salteadores; | 65 | lleváronme los mejores, | | y tenéislos siempre allá; | | el Amor me vengará. | |
|
|
LAUSO | Así, Clori gentil, te ofrezca el prado, | | en mitad del invierno, flores bellas, | 70 | y cuando el campo esté más agostado; | | y que siempre te halles al cogellas | | con el júbilo alegre que nos muestra | | la voz con que se ahuyentan mis querellas; | | que esa rara beldad, que nos adiestra | 75 | a conocer al Hacedor del cielo, | | en este sitio haga alegre muestra. | | Volverás paraíso aqueste suelo, | | y este calor que nos abrasa, ardiente, | | en aura blanda y regalado yelo. | 80 |
|
|
CLORI | Porque no es tu demanda impertinente, | | cual otras veces suele, haré tu gusto, | | que es en todo del mío diferente. | |
|
|
CORINTO | Dime, Clori gentil, ¿dó está el
robusto, | | el bronce, el robre, el mármol, leño o tronco | 85 | que así a tu gusto le ha venido al justo? | | Por aquel, digo, desarmado y bronco, | | calzado de la frente y de pies ancho, | | corto de zancas y de pecho ronco, | | cuyo dios es el estendido pancho, | 90 | y a do tiene la crápula su estancia, | | él tiene siempre su manida y rancho. | |
|
|
CLORI | Con él tengo, Corinto, más ganancia | | que contigo, con Lauso y con Riselo, | | que vendéis discreción con arrogancia. | 95 | Rústica el alma, y rústico es el
velo | | que al alma cubre, y Rústico es el nombre | | |
-fol. 41r-
| del pastor que me tiene por su cielo. | | Mas, por rústico que es, en fin es hombre | | que de sus manos llueve plata y oro, | 100 | Júpiter nuevo, y con mejor renombre. | | Él guarda de mis gustos el decoro, | | ora le envíe al blanco cita frío | | o al tostado, engañoso libio moro. | | Tiene por justa ley el gusto mío, | 105 | y el levantado cuello humilde inclina | | al yugo que le pone mi albedrío. | | No tiene el rico Oriente otra tal mina | | como es la que yo saco de sus manos, | | ora cruel me muestre, ora benigna. | 110 | Quédense los pastores cortesanos | | con la melifluidad de sus razones | | y dichos, aunque agudos, siempre vanos. | | No se sustenta el cuerpo de intenciones, | | ni de conceptos trasnochados hace | 115 | sus muchas y forzosas provisiones. | | El rústico, si es rico, satisface | | aun a los ojos del entendimiento | | y el más sabio, si es pobre, en nada aplace. | | Dirán Corinto y Lauso que yo miento, | 120 | y muestra la esperiencia lo contrario, | | y Rústico lo sabe, y yo lo siento. | |
|
|
LAUSO | Es gusto de mujeres ordinario, | | en lo que es opinión, tener la parte | | que más descubra ser su ingenio vario. | 125 | Quisiera dese error, Clori, sacarte; | | mas ya estás pertinaz en tu locura, | | y en vano será agora predicarte. | |
|
|
CORINTO | Así, pastora, goces tu hermosura, | | que me dejes hacer una esperiencia; | 130 | quizá te hará volver a tu locura. | | Verás, pastora, al vivo la inocencia | | de Rústico, el pastor, por quien nos dejas. | |
|
|
CLORI | ¿Para qué es el pedirme a mí licencia? | |
|
|
LAUSO | Paréceme que llega a mis orejas | 135 | de Rústico la voz. |
|
|
CORINTO | Él es, sin duda, | | que a sestear recoge sus ovejas. | |
|
|
-fol. 41v-
|
|
(RÚSTICO parece por la
montaña.)
|
RÚSTICO | Mirad si se cayó en aquella azuda | | una oveja, pastores; corred luego, | | y cada cual a su remedio acuda. | 140 | Dejad, mal hora, del herrón el juego. | | Aguija, Coridón. ¡Oh, cómo corre! | | ¡Quién quitara a Damón de su sosiego! | | Llegó; ya se arrojó; ya la socorre | | y la saca en los brazos medio muerta, | 145 | y parece que un río de ambos corre. | | Esta noche tú, ¡hola!, está
alerta, | | no venga, como hizo en la pasada, | | el lobo que la cabra dejó muerta. | | Tú acudirás, Cloanto, a la majada | 150 | del valle de la Enceña, y darás orden | | que estén todos aquí de madrugada. | | ¡Oh Compo! Tú harás que se
concorden | | en el pasto Corbato con Francenio; | | que me da pesadumbre su desorden. | 155 |
|
|
CLORI | ¡Mirad si tiene Rústico el ingenio | | para mandar acomodado y presto! | |
|
|
RÚSTICO | Tú acude a las colmenas, buen Partenio. | | Llévese de las vacas todo el resto | | al padrón de Merlín, y de las cabras | 160 | al monte o soto de ciprés funesto. | |
|
|
CLORI | ¿Parécenos de pobre las palabras | | que dice? |
|
|
CORINTO | Pues aquí, en esta espesura, | | te has de esconder, y mira que no abras | | la boca, porque importa a la aventura | 165 | que queremos probar de nuestro intento, | | por ver si es suya o nuestra la locura. | |
|
|
CLORI | Yo enmudezco y me escondo, y vuestro cuento | | sea, si puede ser, breve y ligero; | | que, si es pesado y grande, da tormento. | 170 |
|
|
|
(Escóndese
CLORI.)
|
LAUSO | Corinto, ¿qué has de hacer? |
|
|
CORINTO | Estáme atento. | | |
-fol. 42r-
| Rústico amigo, al llano abaja; aguija, | | que es cosa que te importa; corre, corre. | |
|
|
RÚSTICO | Ya voy, Corinto amigo; espera, espera | | mientras que cuento un centenar de bueyes, | 175 | y tres hatos de ovejas, y otros cinco | | de cabras desde encima deste pico | | do estoy sentado. ¿No me ves? |
|
|
CORINTO | ¡Acaba! | | ¿Haces burla de mí? |
|
|
RÚSTICO | Por Dios, no hago; | | mas yo lo dejo todo por servirte. | 180 | Vesme aquí: ¿qué me mandas? |
|
|
CORINTO | Que me ayudes | | a alcanzar deste ramo un papagayo | | que viene del camino de las Indias, | | y esta noche hizo venta en aquel hueco | | deste árbol, y alcanzalle me conviene. | 185 |
|
|
RÚSTICO | ¿Qué llamas papagayo? ¿Es un pintado, | | que al barquero da voces y a la barca, | | y se llama real por fantasía? | |
|
|
CORINTO | Desa ralea es éste; pero entiendo | | que es bachiller y sabe muchas lenguas, | 190 | principal la que llaman bergamasca. | |
|
|
RÚSTICO | ¿Pues qué se ha de hacer para alcanzalle? | |
|
|
CORINTO | Conviene que te pongas desta suerte. | | Daca este brazo, y lígale tú, Lauso, | | y átale bien, que yo le ataré estotro. | 195 |
|
|
RÚSTICO | ¿Pues yo no estaré quedo sin atarme? | |
|
|
CORINTO | Si te meneas, espantarse ha el pájaro; | | y así, conviene que aun los pies te atemos. | |
|
|
RÚSTICO | Atad cuanto quisiéredes; que, a trueco | | de tener esta joya entre mis manos, | 200 | para que luego esté en las de mi Clori, | | dejaré que me atéis dentro de un saco. | | Ya bien atado estoy. ¿Qué falta agora? | |
|
|
CORINTO | Que yo me suba encima de tus hombros, | | y que Lauso, pasito y con silencio, | 205 | me ayude a levantar las verdes hojas | | que cubren, según pienso, el dulce nido. | |
|
|
RÚSTICO | Sube, pues. ¿A qué esperas? |
|
|
CORINTO | Ten paciencia; | | que no soy tan pesado como piensas. | |
|
|
RÚSTICO | ¡Vive Dios, que me brumas las costillas! | 210 | ¿Has llegado a la cumbre? |
|
|
|
-fol. 42v-
|
RÚSTICO | Avisa a Lauso que las ramas mueva | | pasito, no se vaya el pajarote. | |
|
|
LAUSO | No se nos puede ir, que ya le he visto. | |
|
|
RÚSTICO | Pregúntale, Corinto, lo que suelen | 215 | preguntar a los otros papagayos, | | por ver si entiende bien nuestro lenguaje. | |
|
|
CORINTO | ¿Cómo estás, loro, di?
«¿Cómo? Cautivo». | |
|
|
RÚSTICO | ¡Hi de puta, qué pieza! Di otra cosa. | |
|
|
CORINTO | «¡Daca la barca, hao; daca la barca!» | 220 |
|
|
RÚSTICO | Y aqueso, ¿quién lo dijo? |
|
|
|
RÚSTICO | ¡Oh Clori, qué presente que te hago! | |
|
|
CORINTO | «¡Clori, Clori, Clori, Clori, Clori!» | |
|
|
RÚSTICO | ¿Es todavía el papagayo aquése? | |
|
|
CORINTO | Pues, ¿quién había de ser? |
|
|
|
CORINTO | Dentro en mi caperuza está ya preso. | |
|
|
RÚSTICO | Deciende, pues, y véndemele, amigo, | | que te daré por él cuatro novillos | | que aún no ha llegado el yugo a sus cervices, | | no más de porque dél mi Clori goce. | 230 |
|
|
LAUSO | No se dará por treinta mil florines. | |
|
|
RÚSTICO | ¡Ah, por amor de Dios, yo daré ciento! | | Desatadme de aquí, porque a mi gusto | | le vea y le contemple. |
|
|
CORINTO | Es ceremonia | | que en semejantes cazas suele usarse, | 235 | que tan sola una mano se desate | | del que las dos tuviere y pies atados; | | con ésta suelta, puedes blandamente | | alzar mi caperuza venturosa, | | que tal tesoro encubre. Despabila | 240 | los ojos para ver belleza tanta. | | Pasito, no le ahajes. Mas espera, | | que está la mano sucia; con saliva | | te la puedes limpiar. |
|
|
|
CORINTO | Agora sí. ¡Dichoso aquel que llega | 245 | a descubrir tan codiciosa prenda! | |
|
|
RÚSTICO | ¡Donosa está la burla! Di, Corinto: | | ¿es ése el papagayo? |
|
|
CORINTO | Éste es el pico; | | las alas, éstas; éstas, las orejas | | del asno de mi Rústico y amigo. | 250 |
|
|
RÚSTICO | ¡Desátenme, que a fe que yo me vengue! | |
|
|
-fol. 43r-
|
|
(Sale
CLORI.)
|
|
RÚSTICO | ¿Y haslo visto, Clori? | | Por ti la burla siento, y no por otrie. | |
|
|
CLORI | Calla, que para aquello que me sirves, | | más sabes que trecientos Salomones. | 255 | Di que se vista Lauso desta burla, | | o que compre Corinto algún tributo, | | o me envíe mañana una patena | | y unos ricos corales, como espero | | que podrás y querrás, con tu simpleza, | 260 | enviármelos luego. |
|
|
RÚSTICO | ¿Y cómo, Clori? | | Y aun dos sartas de perlas hermosísimas. | |
|
|
CLORI | ¿Compárase con esto algún soneto, | | Lauso? Y dime, Corinto: ¿habrá sonada, | | aunque se cante a tres ni aun a trecientos, | 265 | que a la patena y sartas se compare? | |
|
|
LAUSO | Eres mujer y sigues tu costumbre. | |
|
|
|
LAUSO | Será milagro | | hallarla en las mujeres. |
|
|
CLORI | ¿Qué razones | | puede decir la lengua que se mueve | 270 | guiada del desdén y de los celos? | | Tú eres la causa. |
|
|
|
(Entra
ANGÉLICA, alborotada.)
|
ANGÉLICA | ¡Socorredme, cielos, | | si en vuestros pechos mora | | misericordia alguna! | | Hermosa y agradable compañía: | 275 | en mí os ofrece agora | | el cielo y la fortuna, | | sujeto igual a vuestra cortesía; | | que, la desdicha mía | | sabida, me asegura | 280 | que podrá enterneceros | | y al remedio moveros, | | si es que le tiene tanta desventura. | |
|
|
|
ANGÉLICA | Sin tasa males, y ningunos bienes. | 285 | |
-fol. 43v-
| Pero no estoy en tiempo | | en que pueda contaros | | de mi dolor la parte más pequeña; | | ni vuestro pasatiempo | | será bien estorbaros | 290 | contando el mal que ablandará esta peña. | | ¿No hay por aquí una breña | | donde me esconda, amigos? | |
|
|
LAUSO | Luego, ¿quies esconderte? | | ¿Quién podrá aquí ofenderte? | 295 |
|
|
ANGÉLICA | Persíguenme dos bravos enemigos. | |
|
|
|
ANGÉLICA | Ni aun a tres mil no temerán los otros. | | Llevadme a vuestras chozas, | | mudadme este vestido; | 300 | amigos, escondedme. | |
|
|
LAUSO | No te espantes. | | ¿Para qué te alborozas, | | si has a parte venido | | do se estiman en poco los gigantes? | 305 | Montalbanes y Aglantes | | se tienen aquí en nada; | | porque, ¡por Dios!, si quiero, | | que los compre a dinero. | |
|
|
ANGÉLICA | ¡Hoy acaba mi vida su jornada! | 310 |
|
|
CORINTO | ¿Quieres que te escondamos? | |
|
|
|
LAUSO | Pues, ¡sus!, ¿en qué tardamos? | | Ven; mudarás de traje | | y de lugar y todo. | |
|
|
ANGÉLICA | De mis contrarios casi veo la sombra. | 315 |
|
|
CORINTO | Parece de linaje, | | y su habla y su modo | | a mí me admira. | |
|
|
RÚSTICO | Pues a mí me asombra. | |
(Éntrase
ANGÉLICA y
LAUSO.)
| ¿Sabéis cómo se nombra? | 320 |
|
|
CORINTO | Pues, ¿cómo he de sabello? | |
|
|
RÚSTICO | Busca algún nuevo ensayo. | |
|
|
CORINTO | Buscaré un papagayo | | que me lo diga. |
|
|
|
-fol. 44r-
|
|
CLORI | Siempre tus burlas para mí son buenas. | |
|
|
|
(Éntranse todos, y sale
REINALDOS.)
|
REINALDOS | ¿Eres Dafne, por ventura, | | que de Apolo va huyendo, | | o eres Juno, que procura | | librarse del monstruo horrendo | 330 | cerrada en la nube obscura? | | ¡Oh selvas de encantos llenas, | | do jamás se ha visto apenas | | cosa en su ser verdadero, | | contar de vosotras quiero | 335 | aun las menudas arenas! | | Quizá esta fiera homicida, | | que cual sombra desparece | | porque padezca mi vida, | | adonde menos se ofrece | 340 | la tendrá amor escondida. | | De nuevo vuelvan mis plantas | | a buscar entre estas plantas | | a la bella fugitiva. | | ¡Dura ocasión, que yo viva | 345 | muriendo de muertes tantas! | |
(Crujidos de cadenas, ayes y suspiros
dentro.)
| ¡Válgame Dios! ¿Qué
ruido | | es este que suena estraño? | | ¿Estoy despierto, o dormido? | | ¿Engáñome o no me engaño? | 350 | Otra vez llega al oído. | | De entre estas hojas entiendo | | que sale el horrible estruendo. | | Mas, ¡ay!, ¿qué boca espantosa, | | terrible y estraña cosa, | 355 | es aquesta que estoy viendo? | | Mientras más vomitas llamas, | | boca horrenda o cueva oscura, | | más me incitas y me inflamas. | | A ver si en esta aventura | 360 | para algún buen fin me llamas. | |
(Descúbrese la boca de la
sierpe.)
| Acógeme allá en tu centro, | | porque por tus fuegos entro | | a tu estómago de azufre. | |
|
|
|
(MALGESÍ, vestido como
diré; sale por la boca de la sierpe.)
|
MALGESÍ | ¿Adónde aquesto se sufre? | 365 |
|
|
REINALDOS | ¡Éste sí que es mal encuentro! | | ¿Quién eres? |
|
|
MALGESÍ | Soy el Horror, | | portero de aquesta puerta, | | adonde vive el temor | | y la sospecha más cierta | 370 | que engendra el cielo de amor. | | Soy ministro de los duelos, | | embajador de los celos, | | que habitan en esta cueva. | |
|
|
REINALDOS | Pues adonde están me lleva. | 375 |
|
|
MALGESÍ | Espera, y avisarélos. | | Mas primero has de mirar | | las guardas que puestas tiene | | en este triste lugar, | | y esto es lo que te conviene. | 380 |
|
|
REINALDOS | Comiénzalas a mostrar; | | que, aunque me muestras cifrados | | en ellas los condenados | | rostros que encierra el abismo, | | seré en este trance el mismo | 385 | |
-fol. 44v-
| que he sido en los regalados. | |
|
|
|
(Suena dentro música triste, como la
pasada del padrón; sale el
TEMOR, vestido como diré: con una tunicela parda,
ceñida con culebras.)
|
MALGESÍ | Esta figura que ves | | es el Temor sospechoso, | | que engendra ajeno interés, | | impertinente curioso, | 390 | que mira siempre al través; | | y así, el mezquino se admira | | de cada cosa que mira, | | ora sea mala o buena; | | la verdad le causa pena, | 395 | y tiembla con la mentira. | |
(Sale la
SOSPECHA, con una tunicela de varias colores.)
| Ésta es la infame Sospecha, | | de los Celos muy parienta, | | toda de contrarios hecha, | | siempre de saber sedienta | 400 | lo que menos le aprovecha. | | Aquí nace, y muere allí, | | y torna a nacer aquí; | | tiene mil padres a un punto: | | éste, vivo; aquél, difunto, | 405 | y ella vive y muere así. | |
(Sale
CURIOSIDAD.)
| La vana Curiosidad | | es ésta que ves presente, | | hija de la Liviandad, | | con cien ojos en la frente, | 410 | y los más con ceguedad. | | Es en todo entremetida, | | y susténtale la vida | | estar contino despierta, | | y hace la guarda a una puerta | 415 | de muy difícil salida. | |
(Con una soga a la garganta y una daga
desenvainada en la mano, sale la
DESESPERACIÓN, como diré.)
| Es la Desesperación | | esta espantosa figura, | | sobre todas cuantas son, | | y, aunque es mala su hechura, | 420 | es peor su condición. | | Ésta sigue las pisadas | | de los Celos, desdichadas, | | y anda tan junto con ellos, | | que desde aquí puedes vellos | 425 | si cesan las llamaradas. | |
(Suena la música triste, y salen los
CELOS, como diré, con una tunicela azul,
pintada en ella sierpes y lagartos, con una cabellera blanca, negra y
azul.)
| Mas veslos, salen: advierte | | que cuanto con ellos miras | | amenazan triste suerte, | | ciertos y luengos pesares | 430 | y, al fin, desdichada muerte. | | Todos sus secuaces son, | | puestos en comparación, | | de sus males una sombra | | que, puesto que nos asombra, | 435 | no desmaya al corazón. | | Toca su mano y verás | | en el estado que quedas, | | |
-fol. 45r-
| diferente del que estás; | | y tal quedes, que no puedas | 440 | ni quieras ya querer más. | |
|
|
|
(Tocan los
CELOS la mano a
REINALDOS.)
|
REINALDOS | ¡Celos, que se me abrasa el pecho | | y se cela! ¡En duro estrecho | | me pone el señor de Aglante! | | ¡Celos, quitáosme delante: | 445 | basta el mal que me habéis hecho! | |
|
|
MALGESÍ | ¿Cómo que con la invención | | de quien yo tanto fié | | no se cela el corazón | | de mi primo? Yo no sé | 450 | la causa ni la razón. | |
|
|
|
(Dice de dentro
MERLÍN.)
|
[MERLÍN] | Malgesí, ¡cuán poco sabes! | | Mas yo haré que no te alabes | | de tu invención, aunque estraña. | | Pártete desta montaña | 455 | antes que la vida acabes. | |
|
|
MALGESÍ | Ya te conozco, Merlín; | | pero yo veré si puedo | | ver de mi deseo el fin, | | porque no me pone miedo | 460 | desa tu voz el retín. | |
|
|
MERLÍN | A tu primo entre esa yerba | | pondrás, que a mí se reserva | | y a mi fuente su salud; | | que hasta agora su virtud | 465 | el cielo en ella conserva. | |
|
|
MALGESÍ | Volveos por do venistes, | | figuras feas y tristes, | | que mi primo quedará | | adonde esperar podrá | 470 | el remedio que no distes. | |
(Éntranse las sombras.)
| Y yo, en tanto, buscaré | | medio para remedialle, | | y creo que lo hallaré. | |
|
|
|
(Desvía de allí a
REINALDOS.)
|
MERLÍN | Calla y procura dejalle, | 475 | Malgesí. |
|
|
|
|
(Éntrase
MALGESÍ.)
|
|
(Parece a este instante el carro [de] fuego, de
los leones de la montaña, y en él la diosa
VENUS.)
|
VENUS | De Adonis la compañía | | dejo casi de mi grado | | por seguir la fantasía | | deste espíritu encantado | 480 | que en apremiarme porfía. | | Espérame hasta que vuelva, | | mi Adonis, y amor resuelva | | tu brío, que no le alabo; | | mira que es el puerco bravo | 485 | de la Calidonia selva. | | Pero, ¿qué puedo hacer | | sin mi hijo en este trance, | | donde tanto es menester? | | Merlín ha errado este lance; | 490 | que a veces yerra el saber. | | Mas yo le quiero llamar, | | que a las veces suele estar | | mezclado entre los pastores, | | y entonces son los amores | 495 | para mirar y admirar. | | Hijo mío, ¿dónde
estáis? | | Si acaso la voz oís, | | y como a madre me amáis, | | decid: ¿cómo no venís?, | 500 | que si venís, ya tardáis. | | Mas los músicos acentos | | |
-fol. 45v-
| que van rompiendo los vientos | | su venida manifiestan. | | ¡Oh hijo, y cuánto que cuestan | 505 | aun tus fingidos contentos! | |
|
|
|
(Suena música de chirimías; sale la
nube, y en ella el dios
CUPIDO, vestido y con alas, flecha y arco
desarmado.)
|
AMOR | ¿Qué quieres, madre querida, | | que con tal priesa me llamas? | |
|
|
VENUS | Está en peligro una vida, | | ardiendo en tus vivas llamas, | 510 | y en un yelo consumida. | | Los celos, que en opinión | | están que tus hijos son, | | ciego y simple desvarío, | | le tienen el pecho frío | 515 | y abrasado el corazón. | | Conviene que te resuelvas | | en su bien, y que le vuelvas | | en su antigua libertad. | |
|
|
AMOR | Remedio a su enfermedad | 520 | ha de hallar en estas selvas. | | Por tiempo hallará una fuente, | | cuyo corriente templado | | apaga mi fuego ardiente, | | y mi pena enamorada | 525 | vuelve en desdén insolente. | | Beberá Reinaldos della, | | y de Angélica la bella, | | la hermosura que así quiere, | | si agora por vella muere, | 530 | ha de morir por no vella. | | Levanta, guerrero invicto, | | y tiende otra vez el paso | | cerca de aqueste distrito, | | que en él hallarás acaso | 535 | medio a tu mal infinito. | | Aunque has de pasar primero | | trances que callarlos quiero, | | pues decillos no conviene. | |
|
|
REINALDOS | Aquel que celos no tiene, | 540 | no tiene amor verdadero. | |
|
|
|
(Éntrase
REINALDOS.)
|
VENUS | Ya aqueste negocio es hecho. | | ¿No me dirás, hijo amado, | | si es invención de provecho | | andar en traje no usado | 545 | y el arco roto y deshecho? | | ¿Quién te le rompió? ¿Y
quién pudo | | cubrir tu cuerpo desnudo, | | que su libertad mostraba? | | ¿Quién te ha quitado el aljaba | 550 | y la venda? Di; ¿estás mudo? | |
|
|
AMOR | Has de saber, madre mía, | | que en la corte donde he estado | | no hay amor sin granjería, | | y el interés se ha usurpado | 555 | mi reino y mi monarquía. | | Yo, viendo que mi poder | | poco me podía valer, | | usé de astucia, y vestíme, | | y con él entremetíme, | 560 | y todo fue menester. | | Quité a mis alas el pelo, | | y en su lugar me dispuse, | | a volar con terciopelo; | | y, al instante que lo puse, | 565 | sentí aligerar mi vuelo. | | Del carcaj hice bolsón, | | y del dorado arpón | | de cada flecha, un escudo, | | y con esto, y no ir desnudo, | 570 | alcancé mi pretensión. | | Hallé entradas en los pechos | | que a la vista parecían | | |
-fol. 46r-
| de acero o de mármol hechos; | | pero luego se rendían | 575 | al golpe de mis provechos. | | No valen en nuestros días | | las antiguas bizarrías | | de Heros ni de Leandros, | | y valen dos Alejandros | 580 | más que docientos Macías. | |
|
|
|
(Entra
RÚSTICO.)
|
RÚSTICO | Lauso, acude; y tú, Corinto, | | acude, que, a lo que creo, | | otro papagayo veo, | | o si no, pájaro pinto. | 585 | Acude, Clori, y verás | | la verdad de lo que digo; | | y trae a esotra contigo, | | y más, si quisieres más. | |
|
|
AMOR | Yo sé bien que estos pastores | 590 | nos han de dar un buen rato. | |
|
|
|
(Entra
LAUSO,
CORINTO y
CLORI, y
ANGÉLICA, como pastora.)
|
LAUSO | ¿Tú no miras, insensato, | | que aquél es el dios de amor[es]? | |
|
|
RÚSTICO | Como con alas le vi, | | entendí que era alcotán. | 595 |
|
|
CORINTO | ¡Quítate de aquí, pausán! | |
|
|
RÚSTICO | ¿Pues yo qué te hago aquí? | |
|
|
CORINTO | No te me pongas delante, | | que quiero hacer reverencia | | a este niño. |
|
|
RÚSTICO | ¡Qué inocencia! | 600 | ¿Niño es éste? |
|
|
|
RÚSTICO | Niñazo le llamo yo, | | pues ya le apunta el bigote. | | No os burléis con el cogote. | | ¡Mal haya quien me vistió! | 605 |
|
|
AMOR | No quiero que me hagáis, | | buena gente, sacrificio, | | y téngoos en gran servicio | | la voluntad que mostráis; | | y en pago quiero deciros | 610 | la ventura que os espera. | |
|
|
VENUS | Harás, hijo, de manera | | que den vado a sus suspiros. | |
|
|
AMOR | Tú, Lauso, jamás serás | | desechado ni admitido; | 615 | tú, Corinto, da al olvido | | tu pretensión desde hoy más; | | Rústico, mientras tuviere | | riquezas, tendrá contento: | | mudará cada momento | 620 | Clori el bien que poseyere; | | la pastora disfrazada | | suplicará a quien la ruega. | | Y, esto dicho, el fin se llega | | de dar fin a esta jornada. | 625 |
|
|
LAUSO | En tanto, Amor, que te vas, | | porque algún contento goces, | | de nuestras rústicas voces | | el rústico acento oirás. | | Corinto y Clori, ayudadme; | 630 | cantaréis lo que diré. | |
|
|
|
|
LAUSO | Diréis después, y escuchadme. | |
Venga norabuena | |
Cupido a nuestras selvas, | 635 |
norabuena venga. | | Sea bienvenido | | médico tan grave, | | que así curar sabe | | de desdén y olvido; | 640 | hémosle entendido, | | y lo que él ordena | |
sea norabuena. | | Quedan estas peñas | | ricas de ventura, | 645 | |
-fol. 46v-
| pues tanta hermosura | | hoy en ella enseñas. | | Brotarán sus breñas | | néctar dondequiera. | |
¡Norabuena [sea]! | 650 |
|
|
|
(Mientras cantan, se va el carro de
VENUS, y
CUPIDO en él; y suenen las chirimías, y
luego dice
LAUSO:)
|
LAUSO | Vamos a nuestras cabañas | | a hacer nuevas alegrías, | | pues vemos en nuestros días | | tan ricas estas montañas; | | y si aquello que desea | 655 | cada cual no ha sucedido, | | pues el Amor lo ha querido, | | decid: «¡Norabuena sea!» | |
|
|
|
(Todos:
«¡Norabuena sea, sea norabuena!», y
éntranse, y sale
BERNARDO y su
ESCUDERO.)
|
|
ESCUDERO | Detrás quedó de aquel monte. | 660 |
|
|
BERNARDO | Pues sobre ese risco ponte, | | y mira si se divisa. | |
|
|
ESCUDERO | Ella dijo que al momento | | tras nosotros se vendría. | |
|
|
BERNARDO | ¡Estraña es su bizarría! | 665 |
|
|
ESCUDERO | Y su valor, según siento. | |
|
|
BERNARDO | A lo menos su arrogancia, | | pues la lleva sin parar | | a sola desafiar | | los Doce Pares de Francia; | 670 | y tengo de acompañalla, | | que ya se lo he prometido. | |
|
|
ESCUDERO | En negocio te has metido | | harto estraño. |
|
|
BERNARDO | ¡Simple, calla!; | | que siempre es mi intención | 675 | buscar y ver aventuras. | | En París están seguras, | | si se traba esta quistión. | | Y veré dó llegar puede | | el valor de aquesta dama. | 680 |
|
|
ESCUDERO | Llegará donde su fama | | que a las mejores excede. | |
|
|
BERNARDO | ¿Que se nos fue Ferraguto? | |
|
|
ESCUDERO | Siempre, en cuanto hacía aquel moro, | | le vi guardar un decoro | 685 | arrojado y resoluto. | | Después que mató a Argalia, | | y en el río le arrojó, | | al momento se partió. | |
|
|
BERNARDO | Tiene loca fantasía. | 690 | Mas dime: ¿no es el que asoma | | aquel gallardo francés | | de la pendencia? |
|
|
ESCUDERO | Sí es, | | y es confaloner de Roma. | |
|
|
|
|
BERNARDO | Agora quiero proballo, | | pues nadie podrá estorballo | | en este solo desierto. | | ¡Qué pensativo que viene! | | ¿No parece que algo busca? | 700 |
|
|
ESCUDERO | Todo el sentido le ofusca | | amor que en el pecho tiene. | |
|
|
|
ESCUDERO | ¿No viste | | que la pendencia dejó, | | y tras la dama corrió, | 705 | que allí se mostró tan triste? | |
|
|
|
|
|
ROLDÁN | ¡Oh Angélica!, ¿dónde
estás? | |
|
|
ESCUDERO | ¿Ves si le abrasa su llama? | 710 |
|
|
ROLDÁN | ¿Qué me quieres, caballero? | |
|
|
-fol. 47r-
|
|
|
ESCUDERO | Bien en lo que digo acierto: | | él es de amor prisionero. | | Haré yo una buena apuesta | 715 | que está puesto en tal abismo, | | que no sabe de sí mismo. | |
|
|
BERNARDO | ¿Hay cosa que iguale a ésta? | | ¿Que no me conoces? |
|
|
|
BERNARDO | Pues yo te conozco a ti. | 720 | ¿No eres Roldán? |
|
|
|
ESCUDERO | Mirad si lo digo yo. | | En «creo» pone si es él; | | ¡cuál le tiene Amor esquivo! | |
|
|
BERNARDO | El estar tan pensativo | 725 | nos muestra su mal crüel. | | ¡Ah, Roldán, señor,
señor! | |
|
|
ROLDÁN | ¿Habláis conmigo, por dicha? | |
|
|
BERNARDO | ¡Ésta si que es gran desdicha! | |
|
|
ESCUDERO | Como desdicha de amor. | 730 | ¡Estraño embelesamiento! | |
|
|
ROLDÁN | ¡Oh Angélica dulce y cara! | | ¿Adónde escondes la cara, | | que es gloria de mi tormento? | | El corazón se me quema, | 735 | ¡oh Angélica, mi reposo! | |
|
|
ESCUDERO | Deste sermón amoroso, | | esta Angélica es el tema. | | Parece que está en ser | | que puedes desafialle. | 740 |
|
|
BERNARDO | Quisiera yo remedialle | | si lo pudiera hacer. | |
|
|
|
(Parece
ANGÉLICA, y va tras ella
ROLDÁN; pónese en la tramoya y desparece,
y a la vuelta parece la
MALA FAMA, vestida como diré, con una tunicela
negra, una trompeta negra en la mano, y alas negras y cabellera negra.)
|
ROLDÁN | ¿No es aquél mi cielo, cielos? | | Él es, pero ya se encubre; | | pues, cuando él se me descubre | 745 | es porque me cubran duelos. | | Tras ti voy, nueva Atalanta; | | que, si quiere socorrerme | | amor, puede aquí ponerme | | mil alas en cada planta. | 750 | Mi sol, ¿dó te transmontaste, | | y qué sombra te sucede? | | Mas, bien es que en noche quede | | el que de tu luz privaste. | |
|
|
BERNARDO | De aventuras están llenas | 755 | estas selvas, según veo. | |
|
|
ESCUDERO | Viendo estoy lo que no creo. | |
|
|
|
|
MALA FAMA | Detén el paso, senador romano, | | y aun la intención pudieras detenella, | 760 | si tras sí, en vuelo presuroso y vano, | | no la llevara Angélica la bella. | | ¿Mas tu consejo y proceder liviano | | así la entregas, que cebado en ella | | quieres que quede, ¡oh grave desventura!, | 765 | tu clara fama para siempre obscura? | | La Mala Fama soy, que tiene cuenta | | con las torpezas de excelentes hombres | | para entregallas a perpetua afrenta, | | |
-fol. 47v-
| y a viva muerte sus subidos nombres. | 770 | Mi mano en este libro negro asienta, | | borrando la altivez de sus renombres, | | los hechos malos que en el tiempo hicieron | | cuando de amor la vana ley siguieron. | | Aquí está el grande Alcides, no
cortando | 775 | de la hidra lernea las cabezas, | | sino a los pies de Deyanira hilando, | | con mujeriles paños y ternezas. | | Está el rey Salomón; mas no juzgando | | las diferencias faltas de certezas, | 780 | sino dando ocasión por mil razones | | que esté su salvación en opiniones. | | Uno de aquel famoso triunvirato | | aquí le tengo escrito y señalado, | | cuando, a su patria y a su honor ingrato, | 785 | cegó en la luz del rostro delicado. | | En mitad de la pompa y aparato | | del bélico furor, de miedo armado, | | los ojos vuelve y ánimo a la nueva | | Angélica egipciana que le lleva. | 790 | Es infinito el número que encierran | | aquestas negras hojas de los hechos | | de aquellos que su nombre y fama atierran, | | porque amor sujetó sus duros pechos; | | y si tú quieres ser de los que yerran, | 795 | aunque están los renglones tan estrechos, | | ancho lugar haré para que escriba | | tu nombre, y en infamia eterna viva. | |
|
|
|
(Vuélvese la tramoya.)
|
ROLDÁN | Yo mudaré parecer, | | a pesar de lo que quiero. | 800 |
|
|
|
ROLDÁN | Pues, ¿no os he de conocer? | | [Bi]en sé que sois español | | y que Bernardo os llamáis. | |
|
|
BERNARDO | ¡Gracias a Dios que miráis | 805 | ya sin nublados el sol! | |
|
|
ROLDÁN | ¿Habéis estado presente | | al caso de admiración? | |
|
|
|
ROLDÁN | ¿Y no es gran razón | | que yo vuelva diferente, | 810 | siendo una joya la honra | | que no se puede estimar? | |
|
|
BERNARDO | Verdad es; mas por amar | | |
-fol. 48r-
| no se adquiere la deshonra. | |
|
|
ROLDÁN | No hay amador que no haga | 815 | mil disparates, si es fino; | | mas, ya que he cobrado el tino, | | y sanado de mi llaga, | | mis pasos caminarán | | por diferente sendero. | 820 |
|
|
|
(Entra
MARFISA.)
|
MARFISA | Bernardo, ¿no es el guerrero | | éste a quien llaman Roldán? | |
|
|
BERNARDO | Él es. Mas, ¿por qué lo
dices? | |
|
|
MARFISA | Porque su fama me fuerza | | a probar con él mi fuerza, | 825 | porque tú la solenices | | y veas qué compañero | | te ha dado en mí la fortuna. | |
|
|
ROLDÁN | ¡No hay, cual Angélica, alguna | | en todo nuestro hemisfero! | 830 |
|
|
ESCUDERO | ¡Por Dios, que se ha vuelto al tema! | |
|
|
ROLDÁN | Falsa fue aquella visión, | | y de nuevo el corazón | | parece que se me quema. | |
(Aparece otra vez
ANGÉLICA, y huye a la tramoya, y
vuélvese, y parece la
BUENA FAMA, vestida de blanco, con una corona en la
cabeza, alas pintadas de varias colores y una trompeta.)
| ¿Has tornado a amanecer, | 835 | sol mío? Pues ya te sigo. | |
|
|
ESCUDERO | Poco ha durado el amigo | | en su honroso parecer. | |
|
|
MARFISA | Bernardo, ¿qué es lo que veo? | |
|
|
BERNARDO | Calla y escucha, y verás | 840 | misterios. |
|
|
ESCUDERO | No digas más, | | que quiere hablar, según creo. | |
|
|
BUENA FAMA | Pues temor de la infamia no ha podido | | tus deseos volver a mejor parte, | | vuélvalos el amor de ser tenido, | 845 | en todo el orbe por segundo Marte. | | En este libro de oro está esculpido, | | como en mármol o en bronce, en esta parte, | | tu nombre y el de aquellos esforzados | | que dieron a las armas sus cuidados. | 850 | Aquí, con inmortal, alto trofeo, | | notado tengo en la verdad que sigo, | | aquel gran caballero Macabeo, | | guía del pueblo que de Dios fue amigo. | | Casi a su lado el nombre escrito veo | 855 | de aquel batallador que fue enemigo | | de la pereza infame, del que, en suma, | | puso en igual balanza, lanza y pluma. | | Tengo otros mil que no puedo contarte, | | porque el tiempo y lugar no lo concede, | 860 | y porque yo le tenga de avisarte | | |
-fol. 48v-
| lo que mi voz con mis escritos puede. | | Della verás, y dellos levantarte | | sobre el altura que aun al cielo excede, | | si dejas de seguir del niño ciego | 865 | la blandura y regalo y dulce fuego. | | Huye, Roldán, de Angélica, y
advierte | | que, en seguir la belleza que te inflama, | | la vida pierdes y granjeas la muerte, | | perdiendo a mí, que soy la Buena Fama. | 870 | Deben estas razones convencerte, | | pues Marte a nombre sin igual te llama, | | Amor a un abatido. En paz te queda, | | y lo que te deseo te suceda. | |
|
|
|
(Vuélvese la tramoya.)
|
ROLDÁN | Bien sé que de Malgesí | 875 | son todas estas visiones. | |
|
|
BERNARDO | Pues dime: ¿a qué te dispones? | |
|
|
MARFISA | De espanto no estoy en mí. | | Mal dije; de admiración, | | que espanto jamás le tuve. | 880 |
|
|
ROLDÁN | Corto de manos anduve | | con una y otra visión; | | si pedazos las hiciera, | | no me dejaran confuso; | | mas volverán, que es su uso | 885 | asaltarme dondequiera. | | Respondiendo, pues, Bernardo, | | a lo que me preguntaste, | | digo que no hay mar que baste | | templar el fuego en que ardo. | 890 | Y quedaos en paz los dos, | | porque ir de aquí me conviene. | |
|
|
|
BERNARDO | Dios vaya, Roldán, con vos. | |
|
|
MARFISA | Vilo, y no puedo creello: | 895 | tal es lo que visto habemos. | |
|
|
BERNARDO | Por el camino podremos | | hacer discurso sobre ello. | |
|
|
|
BERNARDO | ¿Ya no te he dicho que sí? | 900 |
|
|
|
ESCUDERO | Por allí | | hay camino, si advertís. | |
|
|
BERNARDO | Los caballos, ¿dónde están? | |
|
|
|
|
ESCUDERO | Allá subiréis en ellos. | 905 |
|
|
|
Jornada tercera |
|
Salen
LAUSO y
CORINTO, pastores.
|
LAUSO | En el silencio de la noche, cuando | | |
-fol. 49r-
| ocupa el dulce sueño a los mortales, | | la pobre cuenta de mis ricos males | | estoy al cielo y a mi Clori dando. | | Y, al tiempo cuando el sol se va mostrando, | 5 | por las rosadas puertas orientales, | | con gemidos y acentos desiguales | | voy la antigua querella renovando. | | Y cuando el sol de su estrellado asiento | | derechos rayos a la tierra envía, | 10 | el llanto crece, y doblo los gemidos. | | Vuelve la noche, y vuelvo al triste cuento, | | y siempre hallo en mi mortal porfía | | al cielo sordo, a Clori sin oídos. | |
|
|
CORINTO | ¿Para qué tantas endechas? | 15 | Lauso amigo, déjalas, | | pues mientras más dices, más | | siempre menos te aprovechas. | | Yo tengo el corazón negro | | por Clori y por sus desdenes; | 20 | mas, pues no me vienen bienes, | | ya con los males me alegro. | | Clori y la nueva pastora, | | ajenas de nuestros males, | | con voces claras e iguales, | 25 | venían cantando agora. | | Al encuentro les salgamos | | y ayudemos su canticio; | | que tanto llorar es vicio, | | si bien lo consideramos. | 30 |
|
|
LAUSO | ¿Viene Rústico con ellas? | |
|
|
CORINTO | No se les quita del lado. | |
|
|
LAUSO | ¡Ah pastor afortunado! | | Ni quiero oíllas, ni vellas. | |
|
|
CORINTO | Eso ya no puede ser, | 35 | que veslas, vienen allí; | | canta por amor de mí. | |
|
|
|
|
(Entra
CLORI, cantando, y
RÚSTICO con ellas, y
ANGÉLICA.)
|
[CLORI] | ¡Bien haya quien
hizo | |
cadenitas, cadenas; | 40 |
bien haya quien hizo | |
cadenas de amor! | | ¡Bien haya el acero | | de que se formaron, | | y los que inventaron | 45 | amor verdadero! | | ¡Bien haya el dinero | | de metal mejor; | | bien haya quien hizo | |
cadenas de amor! | 50 |
|
|
LAUSO | ¡Bien haya el amante | | que a tantos vaivenes, | | iras y desdenes, | | firme está y constante! | | Éste se adelante | 55 | al rico mayor. | | ¡Bien haya quien hizo | |
cadenas de amor! | |
|
|
RÚSTICO | ¡Oh, quién supiera cantar! | |
|
|
CORINTO | ¿Que no lo sabes, pastor? | 60 |
|
|
RÚSTICO | Ni contralto ni tenor; | | que estoy para reventar. | |
|
|
CORINTO | Mas, ¿va que tienes agallas? | | Muestra: abre bien la boca, | | |
-fol. 49v-
| que esta cura a mí me toca; | 65 | abre más, si he de curallas. | | Ven acá. ¡Mal hayas tú | | y el padre que te engendró! | |
|
|
RÚSTICO | Pues, ¿qué culpa tengo yo? | |
|
|
CORINTO | ¡Ofrézcote a Bercebú! | 70 | ¿Y no has caído en la cuenta | | de que tenías agallas? | |
|
|
RÚSTICO | Pues, ¿hay más sino sacallas? | |
|
|
CLORI | Esta burla me contenta; | | que, puesto que bien le quiero, | 75 | que le burlen me da gusto. | |
|
|
CORINTO | Yo te sacaré, a tu gusto, | | o cantor o pregonero. | | ¿Tienes algún senojil? | |
|
|
RÚSTICO | Una ligapierna tengo, | 80 | y buena. |
|
|
CORINTO | Ya me prevengo | | a hacerte cantor sutil. | | Aquésta poco aprovecha; | | que, para este menester, | | izquierda tiene de ser, | 85 | que no vale la derecha. | | ¿Qué me darás, y te
haré | | cantor subido y notable? | |
|
|
RÚSTICO | En la paga no se hable, | | que un novillo te daré. | 90 | La liga izquierda es aquésta: | | tómala, y pon diligencia | | en mostrar aquí tu ciencia. | |
|
|
CORINTO | Dios sabe cuánto me cuesta. | | Mas con esta liga y lazo | 95 | saldré muy bien con mi intento. | |
|
|
RÚSTICO | Hacia esta parte las siento. | |
|
|
CORINTO | Déjame atar; quita el brazo. | | ¿Con qué voz quieres quedar: | | tiple, contralto o tenor? | 100 |
|
|
|
CORINTO | Ese no te ha de faltar | | mientras tratares conmigo. | | Ten paciencia, sufre y calla; | | ya se ha quebrado una agalla. | 105 |
|
|
|
CORINTO | Contralto quedas, sin duda, | | que la voz lo manifiesta. | | [...] pues aun ahora está en muda; | | a otro estirón que le dé, | 110 | estará como ha de estar. | |
|
|
RÚSTICO | Ladrón, ¿quiéresme ahogar? | |
|
|
|
|
RÚSTICO | ¡A mí semejantes burlas! | 115 |
|
|
CORINTO | Rústico, ¿de mí te burlas, | | que no me pagas y vaste? | | ¡Pues a fee que has de llevar | | comida y sobrecomida! | | Todo, amigo, se comida | 120 | a ayudarme a este cantar: | |
Corrido va el abad, | |
por el cañaveral. | | Corrido va el abad, | | corrido va y muy mohíno, | 125 | porque, por su desatino, | | cierto desastre le vino | | que le hizo caminar | |
por el cañaveral. | | Confiado en que es muy rico, | 130 | no ha caído en que es borrico; | | y por aquesto me aplico | | a decirle este cantar: | |
por el cañaveral... | |
|
|
|
(Parece
REINALDOS por la montaña.)
|
LAUSO | La burla ha estado, a lo menos | 135 | como al sujeto conviene. | |
|
|
ANGÉLICA | ¡Otra vez mi muerte viene! | | ¡Abrid, tierra, vuestros senos | | y encerradme en ellos luego! | |
|
|
LAUSO | ¿De qué, pastora, te espantas? | 140 |
|
|
ANGÉLICA | ¡A vosotras, tiernas plantas, | | mi vida o mi muerte entrego! | |
|
|
|
(Éntrase
ANGÉLICA huyendo.)
|
-fol. 50r-
|
CLORI | Lauso, vámonos tras ella, | | a ver qué le ha sucedido. | |
|
|
LAUSO | A tu voluntad rendido | 145 | estoy siempre, ingrata bella. | |
|
|
|
(Éntranse todos, y quédase
CORINTO.)
|
CORINTO | Quedar quiero, a ver quién es | | este pensativo y bravo. | | El ademán yo le alabo; | | mas, ¿si es paladín francés? | 150 |
|
|
REINALDOS | O le falta al Amor conocimiento, | | o le sobra crueldad, o no es mi pena | | igual a la ocasión que me condena | | al género más duro de tormento. | | Pero si Amor es dios, es argumento | 155 | que nada ignora, y es razón muy buena | | que un dios no sea cruel. Pues, ¿quién ordena | | el terrible dolor que adoro y siento? | | Si digo que es Angélica, no acierto; | | que tanto mal en tanto bien no cabe, | 160 | ni me viene del cielo esta rüina. | | Presto habré de morir, que es lo más
cierto; | | que, al mal de quien la causa no se sabe, | | milagro es acertar la medicina. | |
|
|
CORINTO | ¡Ta, ta! De amor viene herido; | 165 | bien tenemos que hacer. | |
|
|
REINALDOS | ¿Que no quieres parecer, | | oh bien, por mi mal perdido? | | ¿Has visto, pastor, acaso, | | por entre aquesta espesura, | 170 | un milagro de hermosura | | por quien yo mil muertes paso? | | ¿Has visto unos ojos bellos | | que dos estrellas semejan, | | y unos cabellos que dejan, | 175 | por ser oro, ser cabellos? | | ¿Has visto, a dicha, una frente | | como espaciosa ribera, | | y una hilera y otra hilera | | de ricas perlas de Oriente? | 180 | Dime si has visto una boca | | que respira olor sabeo, | | y unos labios por quien creo | | que el fino coral se apoca. | | Di si has visto una garganta | 185 | que es coluna deste cielo, | | y un blanco pecho de yelo, | | do su fuego Amor quebranta; | | y unas manos que son hechas | | a torno de marfil blanco, | 190 | y un compuesto que es el blanco | | do Amor despunta sus flechas. | |
|
|
CORINTO | ¿Tiene, por dicha, señor, | | ombligo aquesa quimera, | | o pies de barro, como era | 195 | la de aquel rey Donosor? | | Porque, a decirte verdad, | | no he visto en estas montañas | | cosas tan ricas y estrañas | | y de tanta calidad. | 200 | Y fuera muy fácil cosa, | | si ellas por aquí anduvieran, | | |
-fol. 50v-
| por invisibles que fueran | | verlas mi vista curiosa. | | Que una espaciosa ribera, | 205 | dos estrellas y un tesoro | | de cabellos, que son oro, | | ¿dónde esconderse pudiera? | | Y el sabeo olor que dices, | | ¿no me llevara tras sí? | 210 | Porque en mi vida sentí | | romadizo en mis narices. | | Mas, en fin, decirte quiero | | lo que he hallado, y no ser terco. | |
|
|
|
CORINTO | Tres pies de puerco | 215 | y unas manos de carnero. | |
|
|
REINALDOS | ¡Oh hi de puta, bellaco!; | | pues, ¿con Reinaldos de burlas? | |
|
|
CORINTO | De mis donaires y burlas | | siempre tales premios saco. | 220 |
|
|
|
(Éntrase huyendo
CORINTO.)
|
|
(Suena dentro esta voz de
ANGÉLICA.)
|
ANGÉLICA | ¡Socorredme, Reinaldos, que me matan! | | ¡Mira que soy la sin ventura Angélica! | |
|
|
REINALDOS | La voz es ésta de mi amada diosa. | | ¿Adónde estás, tesoro de mi alma, | | única al mundo en hermosura y gracia? | 225 | La triste barca del barquero horrendo | | pasaré por hallarte, y al abismo, | | cual nuevo Orfeo, bajaré llorando | | y romperé las puertas de diamante. | |
|
|
ANGÉLICA | ¡Moriré si te tardas; date prisa! | 230 |
|
|
REINALDOS | ¿Qué camino he de hacer, amada mía? | | ¿Estás en las entrañas de la tierra, | | o enciérrante estas peñas en su centro? | | Doquier que estás te buscaré, viviendo, | | o ya desnudo espíritu sin carne. | 235 |
|
|
|
(Salen dos
SÁTIROS que traen a
ANGÉLICA como arrastrando, con un cordel a la
garganta.)
|
ANGÉLICA | ¡Socorredme, Reinaldos, que me matan! | |
|
|
REINALDOS | No corráis más; volved, ligeras plantas, | | que no os va menos que la vida en esto. | | ¡Miserable de mí! ¿Quién me detiene?
| | ¿Quién mis pies ha clavado con la tierra? | 240 | ¡Verdugos infernales, deteneos! | | |
-fol. 51r-
| ¡No añudéis el cordel a la garganta, | | que es basa donde asienta y donde estriba | | el cielo de hermosura sobrehumana! | | ¡Miserable de mí cien mil vegadas, | 245 | que no puedo moverme ni dar paso! | | Canalla infame, ¿para qué os dais prisa | | a acabar esa vida de mi vida, | | a escurecer el sol que alumbra el mundo? | | ¡Tate, traidores, que apretáis un cuello | 250 | adonde el amor forma tales voces, | | que el mal desmenguan y la gloria aumentan | | del venturoso que escucharlas puede! | | ¡Oh, que la ahogan! ¡Socorredla, cielos, | | pues yo no puedo! ¡Oh sátiros lascivos! | 255 | ¿Cómo tanta belleza no os ablanda? | |
(Vanse los
SÁTIROS.)
| Ya dieron fin a su cruel empresa; | | muerta queda mi vida, muerta queda | | la esperanza que en pie la sostenía: | | ahora os moveré, pues, sin provecho; | 260 | otra vez y otras mil soy miserable; | | ahora, pies, me llevaréis do vea | | la imagen de la muerte más hermosa | | que vieron ni verán ojos humanos; | | ¡oh pies, al bien enfermos y al mal sanos! | 265 |
(Llégase
REINALDOS a
ANGÉLICA.)
| ¿Es posible que ante mí | | te mataron, dulce amiga? | | ¿Y es posible que se diga | | que yo no te socorrí? | | ¿Que es posible que la muerte | 270 | ha sido tan atrevida, | | que acabó tu dulce vida | | con trance amargo y tan fuerte? | | ¿Y que mi ventura encierra | | tanta desventura y duelo, | 275 | que hoy tengo de ver mi cielo | | puesto debajo la tierra? | | ¿Qué antropófagos, qué
scitas | | contra ti se conjuraron, | | y qué manos te acabaron | 280 | sacrílegas y malditas? | | Sin duda, el infierno todo | | fue en tan desdichada empresa, | | que así lo afirma y confiesa | | de tu muerte el triste modo. | 285 | |
-fol. 51v-
| Mas yo le moveré guerra, | | si es que me alcanza la vida | | en tu triste despedida | | para vivir en la tierra. | | ¿Yo vivir? Démoste agora | 290 | sepultura, ¡oh ángel bello!, | | y después me veré en ello | | cuando se llegue la hora. | | Será de azada esta daga, | | que abrirá la estrecha fuesa, | 295 | y daráse en ello priesa, | | porque ha de hacer otra llaga. | | Brazo en valor sin segundo, | | trabajad con entereza | | para enterrar la riqueza | 300 | mayor que ha tenido el mundo. | | Vuestro afán, y no mi celo, | | parece que en esto yerra, | | si he de sacar tanta tierra | | que venga a cubrir el cielo. | 305 | La tierra te sea liviana, | | estremo de la beldad | | que crió en cualquier edad | | la naturaleza humana. | | El tesoro desentierra | 310 | el que halla algún tesoro; | | mas yo sigo otro decoro, | | que cubro el mío con tierra. | | Esta parte es concluida; | | otra falta, y concluiráse, | 315 | si bien el alma costase, | | como ha de costar la vida. | | Otra sepultura esquiva | | abriréis, daga, en mi pecho, | | con que daréis fin a un hecho | 320 | que por luengos siglos viva. | | Mi cuerpo, mi dulce y bella, | | quede en esta tierra dura | | cual piedra de sepultura, | | que dice quién yace en ella. | 325 | ¡Ea, cobarde francés, | | morid con bríos ufanos, | | pues no os ataron las manos | | como os ligaron los pies! | |
|
|
|
(Vase a dar
REINALDOS con la daga; sale
MALGESÍ en su mesma figura y detiénele el
brazo, diciendo:)
|
MALGESÍ | No hagas tal, hermano amado; | 330 | porque, en este desconcierto, | | antes que no verte muerto | | quiero verte enamorado. | | Aquesta enterrada y muerta | | no es Angélica la bella, | 335 | sino sombra o imagen della, | | que su vista desconcierta. | | Para volverte en tu ser, | | hice aquesta semejanza; | | que el amor sin esperanza | 340 | no suele permanecer. | | Mas, pues es tal tu locura, | | que aun sin ella perseveras, | | mira, para que no mueras, | | vacía la sepultura. | 345 |
|
|
REINALDOS | ¿Que estos sobresaltos das | | al que tienes por hermano? | | Hechicero, mal cristiano; | | mas tú me lo pagarás. | | Pues lo sabes, ¿por qué gustas | 350 | de tratarme deste modo? | |
|
|
MALGESÍ | Porque te estremas en todo, | | y a ningún medio te ajustas. | | Ven, y pondréte en la mano | | a Angélica, y no fingida. | 355 |
|
|
REINALDOS | Seréte toda mi vida | | humilde, obediente hermano. | |
|
|
|
(Éntranse todos.)
|
-fol. 52r-
|
|
(Suena una trompeta bastarda, lejos, y entran en
el teatro
CARLOMAGNO y
GALALÓN.)
|
CARLOMAGNO | ¿Qué trompeta es la que suena? | | ¿Si es acaso otra aventura | | que nos ponga en desventura, | 360 | que la otra no fue buena? | | Bien lo dijo Malgesí; | | mas yo, incrédulo y cristiano, | | tuve su aviso por vano, | | y crédito no le di. | 365 | Otra vez suena. ¿No habrá | | quien nos avise qué es esto? | |
|
|
GALALÓN | Yo te lo diré bien presto. | |
|
|
|
|
(Entra un
PAJE.)
|
PAJE | Por San Dionís han entrado | 370 | dos apuestos caballeros | | que parecen forasteros, | | pero de esfuerzo sobrado: | | uno mayor y robusto, | | otro mancebo y galán. | 375 |
|
|
|
PAJE | Llegarán. | | Mas miradlos, si os da gusto, | | que veis do asoman allí. | |
|
|
|
(Entra
MARFISA y
BERNARDO, a caballo.)
|
CARLOMAGNO | ¡Bravo ademán y valiente! | |
|
|
GALALÓN | ¡Qué gran número de gente | 380 | que traen los dos tras de sí! | |
|
|
CARLOMAGNO | Pondré yo que es desafío. | |
|
|
GALALÓN | El continente así muestra. | |
|
|
CARLOMAGNO | ¿Dónde está agora la diestra | | de Roldán? |
|
|
GALALÓN | ¡Ah, señor mío! | 385 | ¿Faltan en tu corte iguales | | a Roldán? |
|
|
CARLOMAGNO | Yo no lo sé. | | Calla, que hablan. |
|
|
|
|
MARFISA | Escúchame, Carlomagno, | 390 | que yo hablaré como alcance | | mi voz hasta tus orejas, | | por más que estemos distantes; | | y denme también oídos | | tus famosos Doce Pares, | 395 | que yo les daré mis manos | | cada y cuando que gustaren. | | Una mujer soy que encierra | | deseos en sí tan grandes, | | que compiten con el cielo, | 400 | porque en la tierra no caben. | | Soy más varón en las obras | | que mujer en el semblante; | | ciño espada y traigo escudo, | | huigo a Venus, sigo a Marte; | 405 | poco me curo de Cristo; | | de Mahoma no hay hablarme; | | es mi dios mi brazo solo, | | y mis obras, mis Penates. | | Fama quiero y honra busco, | 410 | no entre bailes ni cantares, | | sino entre acerados petos, | | entre lanzas y entre alfanjes. | | Y es fama que las que vibran | | y las que ciñen tus Pares | 415 | vuelan y cortan más que otras | | regidas de brazos tales. | | Por probar si esto es verdad, | | vivos deseos me traen, | | y a todos los desafío, | 420 | pero a singular certamen; | | y, para que no se afrenten | | de una mujer que esto hace, | | mi nombre quiero decilles: | | soy Marfisa, y esto baste. | 425 |
|
|
BERNARDO | En el padrón de Merlín | | va Marfisa a aposentarse, | | |
-fol. 52v-
| donde esperará tres días | | el deseado combate; | | y si tantos acudieren | 430 | que no puedan despacharse, | | ella desde aquí me escoge | | y elige por su ayudante. | | Soy caballero español | | de prendas y de linaje, | 435 | y quizá el mismo deseo | | de Marfisa aquí me trae. | | Y entended que el desafío | | ha de ser a todo trance, | | porque grandes honras deben | 440 | comprarse a peligros grandes. | |
|
|
MARFISA | Decid que deje Roldán | | amorosos disparates, | | que con Venus y Cupido | | se aviene mal el dios Marte. | 445 | Lo que el español ha dicho | | lo confirmo; y, porque es tarde | | y el padrón no está muy cerca, | | el Dios que adoráis os guarde. | |
|
|
CARLOMAGNO | ¿Hay, por dicha, Galalón, | 450 | en París otros Roldanes? | | ¿Hay otro alguno que pueda | | con Reinaldos igualarse? | | Si los hay, ¿cómo han callado, | | oyendo desafiarse? | 455 | ¡Oh, mal hubieses, Angélica, | | que tantos males me haces! | | Colgados de tu hermosura, | | todos mis valientes traes; | | solo han dejado a París, | 460 | solo, por ir a buscarte. | |
|
|
GALALÓN | Mientras vive Galalón, | | ninguno podrá agraviarte; | | y mañana con las obras | | haré mis dichos verdades. | 465 | Dame licencia, señor, | | porque al punto vaya a armarme. | |
|
|
CARLOMAGNO | No hay para qué me la pida | | quien es de los Doce Pares. | |
|
|
|
(Éntranse.)
|
|
(Entran
FERRAGUTO y
ROLDÁN, riñendo, con las espadas
desnudas.)
|
ROLDÁN | Tú le mataste, y fue alevosamente, | 470 | moro español, sin fe y sin Dios nacido. | |
|
|
FERRAGUTO | Tu falsa lengua, como falso, miente, | | y mentirá mil veces, y ha mentido. | |
|
|
ROLDÁN | ¿No fue maldad echarle en la corriente | | del río? |
|
|
FERRAGUTO | Muy bien puede del vencido | 475 | hacer el vencedor lo que quisiere. | |
|
|
ROLDÁN | De tu falso argüir eso se infiere. | | No te retires, bárbaro arrogante, | | que quiero castigar tu alevosía. | |
|
|
FERRAGUTO | Si me retiro, fanfarrón de Aglante, | 480 | el paso sí, la voluntad no es mía. | | Por Mahoma te juro, y Trivigante, | | |
-fol. 53r-
| que no sé quién me impele y me desvía | | de tu presencia, ¡oh paladín gallardo! | |
|
|
ROLDÁN | Con ésta acabarás, que ya me tardo. | 485 |
|
|
|
(Retírase
FERRAGUTO, y, puesto en la tramoya, al tirarle
ROLDÁN una estocada, se vuelva la tramoya, y
parece en ella
ANGÉLICA, y
ROLDÁN, echándose a los pies della; al
punto que se inclina, se vuelve la tramoya, y parece uno de los
SÁTIROS, y hállase
ROLDÁN abrazado con sus pies.)
|
ROLDÁN | ¿Qué milagros son éstos, Dios
inmenso? | | ¿Es piedad del Amor ésta que veo? | | Arrójome a tus pies, y en esto pienso | | que satisfago en todo a mi deseo. | | Coge, amada enemiga, el fruto y censo | 490 | que estos labios te dan, y por trofeo | | ponga Amor en su templo que un Orlando | | está tus bellas plantas adorando. | | De ámbar pensé, mas no es sino de
azufre, | | el olor que despiden estas plantas. | 495 | ¿Adónde tanto engaño, Amor, se sufre, | | o quién puede formar visiones tantas? | | Ésta veré si esta estocada sufre. | |
|
|
|
(Vuélvese la tramoya, y parece
MALGESÍ en su forma.)
|
MALGESÍ | Primo, ¿que no te enmiendas ni te espantas? | |
|
|
ROLDÁN | ¡Oh Malgesí! Hazaña ha sido aquésta | 500 | que mi amor y tu ciencia manifiesta. | | Mas, dime: ¿de qué sirven tantas
pruebas | | para ver que estoy loco y que me pierdo, | | sabiendo que el estilo que tú llevas | | ni le cree ni le admite el hombre cuerdo? | 505 |
|
|
MALGESÍ | Ven conmigo, Roldán; daréte nuevas | | de tu bien por tu mal. |
|
|
ROLDÁN | ¡Oh sabio acuerdo! | | Llévame, primo, en presuroso vuelo | | |
-fol. 53v-
| deste infierno de ausencia a ver mi cielo. | |
|
|
MALGESÍ | Arrima las espaldas a esa caña, | 510 | los ojos cierra y de Jesús te olvida. | |
|
|
|
MALGESÍ | Date maña, | | que importa a tu contento esta venida. | |
|
|
|
|
ROLDÁN | Jesús me valga, | | aunque jamás con esta empresa salga. | 515 |
|
|
|
(Vuélvese la tramoya con
ROLDÁN; salen
BERNARDO y
MARFISA, y suena dentro una trompeta.)
|
BERNARDO | Trompeta y caballos siento, | | y, según mi parecer, | | paladín debe de ser | | que viene al padrón contento, | | y seguro de alcanzar | 520 | de ti, Marfisa, el trofeo. | |
|
|
MARFISA | A pie viene, a lo que veo. | |
|
|
BERNARDO | Pues, ¿quién le hizo apear? | |
|
|
MARFISA | Lo que a nosotros. ¿No ves | | que aquí caballo no llega? | 525 |
|
|
BERNARDO | Sin duda, es de la refriega; | | que me parece francés. | |
|
|
|
(Entra
GALALÓN, armado de peto y espaldar.)
|
GALALÓN | Sálveos Dios, copia dichosa, | | tan bella como valiente. | |
|
|
BERNARDO | Dios te salve y te contente. | 530 |
|
|
MARFISA | ¡Salutación enfadosa! | | Sálveme mi brazo a mí, | | y conténteme mi fuerza. | |
|
|
GALALÓN | Vuestro desafío me fuerza | | y mueve a venir aquí. | 535 |
|
|
|
|
|
|
|
GALALÓN | No más de a ver si hay qué ver | 540 | en ti y la bella Marfisa. | |
|
|
BERNARDO | Tú te has dado buena prisa. | |
|
|
GALALÓN | Conviene, porque hay que hacer. | |
|
|
|
GALALÓN | Venceros | | y dar a París la vuelta. | 545 |
|
|
BERNARDO | Si cual tienes lengua suelta | | tienes agudos aceros, | | bien saldrás con tu intención. | | Mas, dime: ¿cómo es tu nombre? | |
|
|
GALALÓN | Diréoslo, porque os asombre: | 550 | es mi nombre Galalón, | | el gran señor de Maganza, | | de los Doce el escogido. | |
|
|
BERNARDO | Días ha que yo he sabido | | que eres una buena lanza, | 555 | un crisol de la verdad, | | un abismo de elocuencia, | | un imposible de ciencia, | | un archivo de lealtad. | |
|
|
MARFISA | Contra la razón te pones, | 560 | Bernardo, porque la fama | | por todo el mundo derrama | | que éste es saco de traiciones, | | y aun enemigo mortal | | de todos los paladines, | 565 | |
-fol. 54r-
| malsín sobre los malsines, | | mentiroso y desleal, | | y, sobre todo, cobarde. | |
|
|
GALALÓN | A la prueba me remito, | | y vengamos al conflito, | 570 | que se va haciendo tarde. | | Empero, si queréis iros | | sin comenzar esta empresa, | | yo os juro y hago promesa | | de eternamente serviros | 575 | y de no desenvainar | | en contra vuestra mi espada. | |
|
|
BERNARDO | Promesa calificada | | y muy digna de estimar. | |
|
|
MARFISA | Dame la mano, que quiero | 580 | aceptarte por amigo. | |
|
|
GALALÓN | Doyla, porque siempre sigo | | proceder de caballero. | | ¡Cuerpo de quien me parió, | | que los huesos me quebrantas! | 585 |
|
|
MARFISA | Pues, ¿desto poco te espantas? | |
|
|
GALALÓN | De menos me espanto yo. | | De modo vas apretando, | | que se acerca ya mi fin. | |
|
|
BERNARDO | ¿Un famoso paladín | 590 | ansí se ha de estar quejando | | porque le dé una doncella | | la mano por gran favor? | |
|
|
GALALÓN | ¿Ésta es doncella? Es furor, | | es rayo que me atropella, | 595 | es de mi vida el contraste, | | pues que ya me la ha quitado. | |
|
|
MARFISA | ¡Por Dios, que se ha desmayado! | |
|
|
BERNARDO | ¿Cómo, y tanto le apretaste? | |
|
|
MARFISA | La mano le hice pedazos. | 600 |
|
|
|
MARFISA | Quitarle quiero el arnés, | | pues viene sin guardabrazos, | | y ponerle por trofeo | | colgado de alguna rama, | 605 | con un mote que su fama | | descubra, como deseo. | | Pero fáltanme instrumentos | | con que ponerlo en efecto. | |
|
|
|
(MALGESÍ dice de
dentro:)
|
MALGESÍ | No faltarán, te prometo, | 610 | pues sé tus buenos intentos. | | Esos ministros que envío | | cumplirán tu voluntad. | |
|
|
BERNARDO | ¡Oh, qué estraña novedad! | |
|
|
MARFISA | ¿Quién sabe el intento mío? | 615 | Los versos dicen lo mismo | | que imaginé en mi intención. | | ¿Si llevan a Galalón | | estos diablos al abismo? | |
|
|
GALALÓN | Ya yo entiendo que aquí andas; | 620 | a ti digo, Malgesí. | | Di: ¿no hallaste para mí | | otro coche ni otras andas? | |
|
|
|
(Llévanle los
SÁTIROS en brazos a
GALALÓN.)
|
MARFISA | Di cómo dice el trofeo; | | quizá yo no lo he entendido. | 625 |
|
|
|
|
BERNARDO | En voz lo leo: | | Estar tan limpio y terso aqueste acero, | | con la entereza que por todo alcanza, | | nos dice que es, y es dicho verdadero, | 630 | del señor de la casa de Maganza. | | |
-fol. 54v-
| Estas selvas está cierto | | que están llenas de aventuras. | |
|
|
MARFISA | Quedado habemos a escuras, | | por el sol que se ha encubierto; | 635 | y, entre tanto que él visita | | los antípodas de abajo, | | demos al sueño el trabajo | | que el reposo solicita. | | A esta parte dormiré; | 640 | tú, Bernardo, duerme a aquélla, | | hasta que salga la estrella | | que a Febo guarda la fe. | | Y si en aquestos tres días | | no vinieren paladines, | 645 | buscaremos otros fines | | de más altas bizarrías. | |
|
|
BERNARDO | Bien dices, aunque el sosiego | | pocas veces le procuro, | | con todo, a este peñón duro | 650 | el sueño y cabeza entrego. | |
|
|
|
(Échase a dormir.)
|
|
(Sale por lo hueco del teatro
CASTILLA, con un león en la una mano, y en la
otra un castillo.)
|
CASTILLA | ¿Duermes, Bernardo amigo, | | y aun de pesado sueño, | | como el que de cuidados no procede? | | ¿Huyes de ser testigo | 655 | de que un estraño dueño | | tu amada patria sin razón herede? | | ¿Esto sufrirse puede? | | Advierte que tu tío, | | contra todo derecho, | 660 | forma en el casto pecho | | una opinión, un miedo, un desvarío | | que le mueve a hacer cosa | | ingrata a ti, infame a mí, y dañosa. | | Quiere entregarme a Francia, | 665 | temeroso que, él muerto, | | en mis despojos no se entregue el moro, | | y está en esta ignorancia | | de mi valor incierto | | y dese tuyo sin igual que adoro. | 670 | No mira que el decoro | | de animosa y valiente, | | sin cansancio o desmayo, | | que me infundió Pelayo, | | he guardado en mi pecho eternamente, | 675 | y he de guardar contino, | | |
-fol. 55r-
| sin que pavor le tuerza su camino. | | Ven, y con tu presencia | | infundirás un nuevo | | corazón en los pechos desmayados; | 680 | curarás la dolencia | | del rey, que, ciego al cebo | | de pensamientos en temor fundados, | | sigue vanos cuidados, | | tan en deshonra mía, | 685 | que, si tú no me acorres | | y luego me socorres, | | huiré la luz del sol, huiré del día, | | y en noche eterna obscura | | lloraré sin cesar mi desventura. | 690 | Por oculto camino | | del centro de la tierra | | te llevaré, Bernardo, al patrio suelo. | | Ven luego, que el destino | | propicio tuyo encierra | 695 | tú en tu brazo tu honra y mi consuelo. | | Ven, que el benigno Cielo | | a tu favor se inclina. | | Llevaré a tu escudero | | por el mismo sendero. | 700 | Y tú, sin par, que aspiras a divina, | | procura otras empresas, | | que es poco lo que en éstas interesas. | | Nadie en esta querella | | batallará contigo, | 705 | que tras sí se los lleva la hermosura | | de Angélica la bella, | | común fiero enemigo | | de los que en esto ponen su ventura. | | Y está cierta y segura | 710 | que dentro en pocos años | | verás estrañas cosas, | | amargas y gustosas, | | engaños falsos, ciertos desengaños. | | Y, en tanto, en paz te queda, | 715 | y así cual lo deseo te suceda. | |
|
|
-fol. 55v-
|
|
(Éntrase
CASTILLA con
BERNARDO por lo hueco del teatro.)
|
MARFISA | Selvas de encantos llenas, | | ¿qué es aquesto que veo? | | ¿Qué figuras son éstas que se ofrecen? | | ¿Son malas o son buenas? | 720 | Entre creo y no creo, | | me tienen estas sombras que parecen: | | admiraciones crecen | | en mí, no ningún miedo. | | Lleváronme a Bernardo, | 725 | y aquí sin causa aguardo. | | Ir quiero a do mostrar mi esfuerzo puedo. | | Vuelto me he en un instante; | | derecha voy al campo de Agramante. | |
|
|
|
(CORINTO, pastor, y
ANGÉLICA, como pastora.)
|
CORINTO | Digo que te llevaré, | 730 | si fuese a cabo del mundo. | |
|
|
ANGÉLICA | En tu valor, sin segundo, | | sé bien que bien me fié. | |
|
|
CORINTO | Haya güelte, y tú verás | | si te llevo do quisieres. | 735 |
|
|
ANGÉLICA | Mira tú cuánto pudieres, | | que eso mismo gastarás; | | que tengo joyas que son | | de valor y parecer. | |
|
|
CORINTO | Y ¿adónde se han de vender? | 740 |
|
|
|
CORINTO | No reparar en el precio: | | que, cuando hay necesidad, | | es punto de habilidad | | dar la cosa a menos precio. | 745 | Y más, que todo lo allana | | un buen ingenio cursado. | | Y ¿cuándo has determinado | | que partamos? |
|
|
|
CORINTO | Daremos de aquí en Marsella, | 750 | y allí nos embarcaremos, | | y el camino tomaremos | | para España, rica y bella. | | Y, en saliendo del Estrecho, | | tomar el rumbo a esta mano | 755 | por el mar profundo y cano | | que tantas burlas me ha hecho. | | Digo que si naves hay, | | y en el viento no hay reveses, | | en menos de trece meses | 760 | yo te pondré en el Catay. | | ¿Quieres más? |
|
|
ANGÉLICA | Eso me basta, | | si así lo ordenase el Cielo. | |
|
|
CORINTO | Aunque me ves deste pelo, | | soy marinero de casta, | 765 | y nado como un atún, | | y descubro como un lince, | | y trabajo más que quince, | | y más que veinte, y aún. | | Pues, en el guardar secreto, | 770 | haz cuenta que mudo soy. | | |
-fol. 56r-
| ¿Quieres que nos vamos hoy? | |
|
|
|
(Entra
REINALDOS.)
|
ANGÉLICA | ¡Oh nuevo y terrible aprieto! | | Si éste me conoce, es cierta | | mi muerte y mi sepultura. | 775 |
|
|
CORINTO | Pues encubre tu hermosura, | | si es que puede estar cubierta. | | Pero dime: ¿que éste es | | el francés del otro día? | | ¡Adiós, pastoraza mía, | 780 | que está mi vida en mis pies! | |
|
|
|
(Huye
CORINTO.)
|
ANGÉLICA | No es acertado esperalle; | | muy mejor será huir. | |
|
|
REINALDOS | ¿Sabrásme, amiga, decir, | | de un rostro, donaire y talle | 785 | que es, más que humano, divino? | | Alza el rostro. ¿A qué te encubres, | | que parece que descubres | | un no sé qué peregrino? | | Alza a ver. ¡Oh santos cielos! | 790 | ¿Qué es esto que ven mis ojos? | | ¡Oh gloria de mis enojos, | | oh quietud de mis recelos! | | ¿Quién os puso en este traje? | | ¿Huísos? Pues, ¡vive Dios!, | 795 | ingrata, que he de ir tras vos | | hasta que al infierno baje, | | o hasta que al cielo me encumbre, | | si allá os pensáis esconder; | | que el tino no he de perder, | 800 | pues va delante tal lumbre. | |
|
|
|
(Corre
ANGÉLICA y entra por una puerta, y
REINALDOS tras ella; y, al salir por otra, haya entrado
ROLDÁN, y encuentra con ella.)
|
ROLDÁN | De mi dolor conmovido, | | te ha puesto el cielo en mis brazos. | |
|
|
REINALDOS | Suelta, que te haré pedazos, | | amante descomedido; | 805 | suelta, digo, y considera | | la grosería que haces. | |
|
|
ROLDÁN | ¿Para qué turbas mis paces, | | sombra despiadada y fiera? | | ¿No ves que esta prenda es mía | 810 | de razón y de derecho? | |
|
|
REINALDOS | ¡Por Dios, que te pase el pecho! | |
|
|
ANGÉLICA | ¡Suerte airada, estrella impía! | |
|
|
REINALDOS | ¿Fíaste en ser encantado, | | que no quieres defenderte? | 815 |
|
|
ROLDÁN | No fío sino en tenerte | | por un simple enamorado. | |
|
|
REINALDOS | ¡Mataréte, vive el cielo! | |
|
|
ROLDÁN | Si puedes, luego me acaba. | |
|
|
REINALDOS | ¿Hay desvergüenza tan brava? | 820 |
|
|
ROLDÁN | ¿Hay tan necio y simple celo? | |
|
|
ANGÉLICA | ¿Hay hembra tan sin ventura | | como yo? Dúdolo, cierto. | | ¡Suelta, cruel, que me has muerto | | a manos de tu locura! | 825 |
|
|
|
|
|
|
|
ROLDÁN | Yo lo confieso, | | aunque de estar cuerdo espero. | |
|
|
ANGÉLICA | Divididme en dos pedazos, | 830 | y repartid por mitad. | |
|
|
ROLDÁN | No parto yo la beldad | | que tengo puesta en mis brazos. | |
|
|
REINALDOS | Dejarla tienes entera, | | o la vida en estas manos. | 835 |
|
|
ANGÉLICA | ¡Oh hambrientos lobos tiranos, | | cuál tenéis esta cordera! | | El cielo se viene abajo, | | de mi angustia condolido. | |
|
|
ROLDÁN | ¡Oh salteador atrevido, | 840 | cuán sin fruto es tu trabajo! | |
|
|
-fol. 56v-
|
|
(Descuélgase la nube y cubre a todos tres,
que se esconden por lo hueco del teatro; y salen luego el
EMPERADOR CARLOMAGNO y
GALALÓN, la mano en una banda, lastimada cuando
se la apretó
MARFISA.)
|
CARLOMAGNO | ¿Que vencistes a Marfisa? | |
|
|
GALALÓN | Llegué y vencí todo junto, | | porque yo no pierdo punto | | si acaso importa la prisa. | 845 | Maltratóme aquesta mano | | de un bravo golpe de espada, | | de que quedó magullada, | | porque fue el golpe de llano. | |
|
|
CARLOMAGNO | ¿Qué se hizo el español? | 850 |
|
|
GALALÓN | Como vio en mí a toda Francia, | | se deshizo su arrogancia | | como las nubes al sol. | | También le dejé vencido. | |
|
|
CARLOMAGNO | ¡Brava hazaña, Galalón! | 855 |
|
|
GALALÓN | Hazaña de un corazón | | que es de ti favorecido. | |
|
|
|
|
CARLOMAGNO | ¡Oh, a qué buen tiempo que viene! | | Parece que se detiene. | 860 | ¿Viene armado? |
|
|
|
|
(Entra
MALGESÍ con el escudo de
GALALÓN, donde vienen escritos los cuatro versos
de antes.)
|
CARLOMAGNO | Estraña armadura es ésta, | | ¡oh Malgesí!, caro amigo. | |
|
|
GALALÓN | La ciencia deste enemigo | | honra y vida y más me cuesta. | 865 |
|
|
MALGESÍ | Señor, pues sabéis leer, | | leed aquesta escritura. | |
|
|
GALALÓN | Mi cobardía se apura | | si más quiero aquí atender. | | Irme quiero a procurar | 870 | venganza deste embaidor. | |
|
|
|
(Entra
GALALÓN.)
|
MALGESÍ | Después os diré, señor, | | cosas que os han de admirar. | |
|
|
CARLOMAGNO | ¿Adónde queda Roldán, | | y adónde queda Reinaldos? | 875 |
|
|
MALGESÍ | Sacro emperador, miraldos | | de la manera que están. | |
|
|
|
(Vuelven a salir
ROLDÁN,
REINALDOS y
ANGÉLICA, de la misma manera como se entraron
cuando les cubrió la nube.)
|
REINALDOS | Mi trabajo doy al viento, | | por más que mi fuerza empleo. | |
|
|
ROLDÁN | Reinaldos, no soy Anteo, | 880 | que me ha de faltar aliento. | |
|
|
ANGÉLICA | ¡Cobardes como arrogantes, | | de tal modo me tratáis, | | que no es posible seáis | | ni caballeros ni amantes! | 885 |
|
|
MALGESÍ | Vuelve la vista, emperador supremo; | | verás el genio de París rompiendo | | los aires y las nubes, paraninfo | | despachado del cielo en favor tuyo. | |
|
|
CARLOMAGNO | ¡Hermosa vista y novedad es ésta! | 890 |
|
|
-fol. 57r-
|
|
(Parece un
ÁNGEL en una nube volante.)
|
ÁNGEL | Préstame, Carlo, atento y grato oído,
| | y escucha del divino acuerdo cuanto | | tiene en tu daño y gusto estatuido | | allá en las aulas del alcázar santo. | | Presto estos campos con marcial rüido | 895 | retumbarán, y con horror y espanto | | volverá las espaldas la cristiana | | a la gente agarena y africana. | | En honor de Macón y Trivigante, | | con torcida y errada fantasía, | 900 | viste las duras [armas] Agramante, | | y deja Ferragut a Andalucía. | | Rodamonte feroz viene delante; | | sus fuertes moros Zaragoza envía, | | con Marsilio, su rey, y el rey Sobrino, | 905 | tan prudente, que casi es adivino. | | Queda Libia desierta, sin un moro; | | de África quedan solas las mezquitas, | | y todos a una voz tus lirios de oro | | afrentan con palabras inauditas. | 910 | Mas tú, guardando el sin igual decoro | | que guardas en empresas exquisitas, | | sal al encuentro luego a esta canalla, | | puesto que perderás en la batalla. | | Pero después la poderosa mano | 915 | ayudarte de modo determina, | | que del moro español y el africano | | seas el miedo y la total rüina. | | Vuelvo con esto al trono soberano, | | a ver si en tu favor se determina | 920 | de nuevo alguna cosa, y en un punto | | tendrás mi vista y el aviso junto. | |
|
|
|
(Vase.)
|
CARLOMAGNO | ¡Gracias te doy, Dios inmenso, | | por el aviso y merced! | |
|
|
ROLDÁN | Pues ella cayó en mi red, | 925 | gozalla, sin duda, pienso. | |
|
|
|
|
CARLOMAGNO | De vuestra loca porfía | | he de sacar buen suceso, | 930 | |
-fol. 57v-
| y ha de ser desta manera: | | aquesta dama llevad, | | y al momento la entregad | | al gran duque de Baviera, | | y el que más daño hiciere | 935 | en el contrario escuadrón, | | llevará por galardón | | la prenda que tanto quiere. | |
|
|
|
|
ROLDÁN | ¡Morirán luego a mis manos | 940 | andaluces y africanos! | |
|
|
MALGESÍ | ¡Vano saldrá vuestro intento! | |
|
|
ROLDÁN | ¡Despedazaré a Agramante | | y a su ejército en un punto! | | Cuéntenle ya por difunto. | 945 |
|
|
MALGESÍ | No te alargues, arrogante, | | que Dios dispone otra cosa, | | como en efecto verás. | |
|
|
ROLDÁN | ¡Oh Agramante! ¿Dónde estás? | |
|
|
REINALDOS | ¡Por mía cuento esta diosa! | 950 | Cuando con victoria vuelvas, | | crecerá tu gusto y fama, | | que por ahora nos llama | | fin suspenso a nuestras selvas. | |
|
|
|
(Suenan chirimías, y dase fin a la
comedia.)
|