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Juan Pérez de Montalbán

Sinopsis de comedias varias de Montalbán

Sinopsis de La más constante, mujer (edición de Philip Allen)

Jornada primera

La primera jornada comienza in medias res durante un acalorado diálogo entre Carlos Esforcia e Isabel Borromeo. Carlos e Isabel son dos milaneses que están enamorados, pero los Borromeo y los Esforcia son rivales, hecho que dificulta sobremanera su relación. Además, el padre de Isabel le ha dado permiso al Duque de Milán para que case a su hija, siempre que no la case con un Esforcia. Lo que no sabe su padre es que el Duque quiere a Isabel para sí mismo y que Rosaura, la hermana del Duque, le ha prometido la mano de Isabel al Conde de Puzol. Carlos le comenta a Isabel que conoce la gravedad de la situación porque ha escuchado la conversación entre su padre y el Duque. Carlos e Isabel discuten porque Isabel quiere que Carlos actúe, pero éste no tiene valor para ir en contra de su señor. La conversación es interrumpida cuando entra el Duque con la intención de declararle su amor a Isabel, pero ella consigue evitarle. El Duque decide encargarle a Carlos que hable en su nombre con Isabel y, a su vez, Rosaura le encarga a Isabel que hable en su nombre con Carlos. Asustada, Isabel le recuerda a Rosaura que debe casarse con el Duque de Urbino, pero Rosaura no se deja convencer e insinúa que quiere que Isabel vaya a hablar con Carlos en su nombre. Carlos le explica la situación a su criado, Serón, y éste sugiere que Carlos le confiese al Duque su amor por Isabel, puesto que hay bastante confianza entre ambos. El Duque interrumpe la conversación entre Carlos y Serón para presionar a Carlos y Rosaura hace lo mismo con Isabel. Los protagonistas se encuentran en un cuarto del palacio para llevar a cabo la voluntad de sus respectivos amos. Los dos comentan la desgracia que supone estar enamorados el uno del otro y ambos mencionan que preferirían morir a vivir sin el otro. Justo antes de despedirse, los dos se juran amor eterno.

Jornada segunda

Serón –criado de Carlos– y Flora –criada de Isabel– hablan de la situación de sus amos, que planean irse de palacio esa misma noche para casarse y escapar del Duque y Rosaura. Serón y Flora tienen miedo de las posibles consecuencias. Cuando el Duque viene para hablar con Isabel, Carlos y Serón se esconden. El Duque le confiesa su amor a Isabel y le da un mensaje escrito en un papel. Cuando se va, Carlos y Serón salen de su escondite e Isabel le entrega el papel a Carlos, quien lo lee en voz alta. El Duque planea casarse con Isabel al día siguiente. Carlos se desanima hasta el punto de aconsejarle a Isabel que se vaya con el Duque. Isabel no se deja convencer y destruye el papel. Nada más tirar los pedazos de papel al suelo, el Duque vuelve a llamar a la puerta y Carlos vuelve a esconderse con Serón. El Duque, impaciente, ha venido para saber la respuesta de Isabel, pero ésta no le da una respuesta clara. El Duque intenta forzarla y Carlos sale de su escondite. El Duque decide no matar a Carlos en ese momento porque sabe que a Carlos le gustaría morir por amor, así que sólo le echa del cuarto. Isabel, en secreto, le dice a Carlos que la espere fuera porque va a huir con él, como habían planeado originalmente. Serón se queda a solas con el Duque, quien empieza a interrogarle sobre la situación de Carlos e Isabel. En este momento entra su hermana, Rosaura, a la que le cuenta todo lo sucedido. Rosaura se queda sorprendida y dolida por la noticia y empieza a planear su propia venganza. Acuerdan que Carlos irá preso al día siguiente. Sin embargo, Carlos e Isabel ya están a punto de irse de palacio, pero antes Serón les relata los planes del Duque y Rosaura. Isabel decide que Carlos tiene que marcharse solo, ya que el Duque no tiene interés en matar a ella, y mientras tanto buscará una manera de salvarle la vida. Carlos se marcha.

Jornada tercera

Isabel está encarcelada y Rosaura la interroga sobre la ausencia de Carlos, pero Isabel se niega a decirle nada al respecto. Sólo le confiesa que ambos están ya casados y que Carlos se dio a la fuga. Rosaura amenaza con torturarla, pero Isabel no se deja intimidar. Cuando llega el Duque, Rosaura le cuenta que Isabel y Carlos ya están casados y que ella piensa vengarse. El Duque se toma esta noticia muy mal y amenaza con violar a Isabel si es la única forma de hacer justicia, a lo que ésta le responde que se suicidaría antes de dejar que eso pasara. Es en esta conversación cuando, ante la insistencia del Duque, Isabel le contesta que ella es la mujer más constante. Sin embargo, el Duque no puede hacer nada porque Carlos ha regresado para hablar con él y recordarle sus servicios. El Duque se lleva a Carlos y Rosaura se lleva a Isabel. Tras hablar con Isabel y enterarse de que el Duque planea matar a Carlos, Rosaura entra en razón y le dice que no gana nada con la muerte de Carlos y que tiene que hacer lo que le corresponde como dama noble: ayudar a Isabel a liberarle. Le da una llave para abrir la puerta del cuarto donde Carlos está encerrado y unas armas para defenderse. En el otro cuarto, el Duque le encarga al Conde de Puzol que mate a Carlos. Cuando el conde y tres soldados van a matar a Carlos se encuentran con Isabel, quien les ataca y se defiende con espada y escudo. El Duque llega poco después e Isabel le detalla una vez más su amor por Carlos y cómo su amor le ha movido a actuar de esta manera. El Duque cambia completamente de parecer y permite que vaya a liberar a Carlos, a quien abraza. Se hacen las paces. Carlos e Isabel quedan como marido y mujer y se organiza el matrimonio de Serón y Flora.

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