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Juan Pérez de Montalbán

Sinopsis de comedias varias de Montalbán

Sinopsis de Morir y disimular (edición de Claudia Demattè)

Jornada I

Clavela empieza en un largo monólogo, quejándose de que su hermana Aurora quiere a Félix a pesar de que éste ya sea el secreto esposo de Clavela. La boda se mantiene secreta porque los padres se odiaban y el padre de Clavela en su testamento había incluido como condición desheredar a la hija que osase casarse con alguien de la otra familia (vv. 1-110). Mientras Clavela se esconde detrás del paño, sale su hermana Aurora proclamando su amor. De Aurora sabemos que el príncipe de Inglaterra galantea a Clavela mientras Félix ha ido a la guerra. El intento de Aurora es que Félix sea su amante, declaración que desencadena la reacción de Clavela, que sale enojada. Pero llega Sabina para avisar que el príncipe quiere ver a Clavela (vv. 111-317).

Las palabras amorosas del príncipe no ablandan el corazón de Clavela quien pide que no vuelva a visitarla para no suscitar murmuraciones entre la gente. Don Juan, que acompaña al príncipe en sus visitas, está enamorado de Aurora y quiere que Sabina encuentre la forma para que él la vea, pero Sabina está enamorada de él y piensa estorbar esta relación (vv. 318-506). Mientras el príncipe intenta coger la mano a Clavela, ella se lo impide y al mismo tiempo sale Félix en hábito de camino. Éste se sorprende de encontrar a su mujer en compañía de un hombre pero decide fingir que ha venido buscando al príncipe y no a Clavela. El príncipe con falsa alegría ofrece sus brazos al que estima por ser su primo, general y amigo (vv. 507-586).

Jornada II

Aurora le pide a Sabina que le cuente lo que ha pasado entre Clavela y el príncipe. Sabina aprovecha la ocasión para decirle, mintiendo, que Félix le ha pedido que diga a Aurora que ha mudado su amor de Clavela a la hermana porque el príncipe solicita el amor de Clavela. Aurora afirma que si no es así le dirá al príncipe que Clavela es amante de Félix para vengarse. Al enterarse de que don Juan está al paño, Sabina finge estar concertando su amor con Aurora. Cuando ésta se va, Sabina le entrega a don Juan la carta que Aurora ha escrito, en realidad, para don Félix para que venga esa misma noche, ya que piensa hacerse pasar por Aurora en la oscuridad de la noche para disfrutar del amor de don Juan (vv. 587-770).

Félix y Juanelo observan a don Juan salir de la casa de Clavela y piensan que ha traído algún papel del príncipe. Félix en un largo parlamento expresa su sentimiento, decide que callará su amor y concluye diciendo: moriré disimulando. Juanelo lo anima a través de la enumeración de unos tópicos sobre los suegros y promete callarse, contrariamente a lo que es costumbre en los criados (vv. 771-1047).

Mientras Aurora no ve llegar la hora de la cita con Félix, éste llega buscando a Clavera pero decide fingir su amor hacia Aurora para que ésta no revele al príncipe su presencia en la casa y así conseguir ver a la hermana. Desafortunadamente Clavela asiste al paño a toda la escena del cortejo y deduce que Félix la está traicionando con Aurora. Clavela sale para interrumpir a los dos pero llega Sabina alborotada para avisar, mintiendo, que está llegando el príncipe (vv. 1048-1164). Queda Clavela en la escena quejándose de que su esposo es galán de su hermana y de su incapacidad de reaccionar ya que más bien prefiere «morir y disimular» (vv. 1165-1271).

Sabina sale a la reja para engañar a don Juan pero llega también el príncipe que piensa que se trata de un galán de Clavela. Mientras considera cómo reaccionar, llegan también Félix y Juanelo. En la oscuridad no se reconocen y sacan las espadas el príncipe y Félix mientras don Juan huye. La pelea se traslada fuera de escena. A la vuelta Félix cuenta que el príncipe se ha ido sin que descubriera su identidad ya que Félix ha disimulado su voz (vv. 1272- 1479).

Jornada III

Don Juan, que ha venido a ver a Aurora, le cuenta a Sabina lo que pasó la noche anterior con el embozado; Sabina le entrega una carta para el príncipe y con esa excusa no le deja ver a Aurora. Al irse don Juan, llega Juanelo pero Sabina no lo quiere dejar pasar porque es un lacayo alcahuete. Mientras Sabina da voces, sale Clavela y ella se queja con Juanelo de que Félix pretende a Aurora. El gracioso le jura que se equivoca y que el amor de su amo hacia Clavela es firme. Además le lleva un recado para que esta noche pueda ver a Félix (vv. 1480-1719). Sale Félix quejándose de sus penas amorosas pero Juanelo le comunica que puede ver esa noche a Clavela (vv. 1720-1827). Mientras tanto el príncipe lee la carta que Sabina le ha escrito donde quedan en que lo acompañará hasta el cuarto de Clavela solo si va acompañado por don Juan (vv. 1827-1875).

De noche llegan don Juan y el príncipe, y Sabina los deja entrar. Acto seguido llegan Félix y Juanelo y entran al jardín. A oscuras, Félix y Juanelo van por la casa y don Juan se retira al paño para ver quién llega (vv. 1876-1999). Clavela, desde dentro, pide ayuda porque el príncipe amenaza su honor y Félix saca la espada. Sale Clavela alborotada con la daga del príncipe en la mano mientras por otra parte sale Aurora con una vela. Al ver a Félix el príncipe se sorprende y Clavela explica que ha venido por ella pero Aurora también declara que es por ella por quien ha venido Félix aunque se da cuenta que la traición ha sido de Sabrina (vv. 2000-2007). Clavela en un largo parlamento admite que Félix es su marido desde hace dos años y que no podían declararlo por temor a su padre. Arroja la daga al tablado porque no hace falta que se quite la vida ni que nadie la mate, ya que morirá si no puede vivir con el amor de Félix. El príncipe se sorprende por la valentía de Clavela mientras don Juan y Aurora entienden que ha sido todo una traición de Sabina (vv. 2008-2151). Félix se dirige entonces al príncipe para declarar que para él también Clavela es su vida y que no le importa morir si no puede vivir con su esposa (vv. 2152-2339). El príncipe, pues, se rinde a este amor y ofrece su mano a Aurora para que la comedia acabe con las bodas rituales (vv. 2240-2399).

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