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191

«Razón y suceso de la dramática galdosiana», Anales Galdosianos, 5 (1970), 39. (N. del A.)

 

192

De aquí a las acotaciones de Valle-Inclán, con su propio estilo naturalmente, no hay gran distancia. (N. del A.)

 

193

Son dos novelas complementarias, con modalizaciones diferentes, entre las que se establece una dialéctica irónica. Así lo sostienen Ricardo Gullón en los Prólogos de sus dos ediciones (Madrid: Taurus, 1976 y 1977, respectivamente); Roberto Sánchez, «Artificio y perspectiva en La incógnita y Realidad», ob. cit.; Robert H. Russell, «La óptica del novelista en La incógnita y Realidad», Filología, 10 (1964), 179-86; mi artículo en prensa, «La ironía galdosiana. Apuntes sobre La incógnita y Realidad». (N. del A.)

 

194

Para Leopoldo Alas los soliloquios carecen de «verosimilitud formal», ya que son en «gran parte artificiales, puestos retóricamente en boca de los personajes» (Beser, p. 256). (N. del A.)

 

195

Véase, por ejemplo, en la jornada 2.ª, las del soliloquio de Federico en la escena IV. (N. del A.)

 

196

Aunque en la versión teatral se eliminan estos elementos maravillosos, no nos parece que puedan considerarse irreales en la novela. Son, en todo caso, como ha demostrado Ricardo Gullón, en Galdós, novelista moderno (Madrid: Gredos, 1973), verosímiles, y Galdós se esfuerza en justificarlos como alucinaciones, «ámbitos oscuros», contenidos de conciencia o del subconsciente. Si Sobejano las relaciona con los «ghosts» de Ricardo III o Hamlet, Francisco Rico lo hace con la sombra de don Alonso en El Caballero de Olmedo (Prólogo a su edición [Salamanca: Anaya, 1968], p. 52). (N. del A.)

 

197

Carta a Pereda, fechada en Madrid a 20 de diciembre de 1898, en Carmen Bravo Villasante, «28 cartas de Galdós a Pereda», Cuadernos Hispanoamericanos, núms. 250-252 (1970-1971), p. 50. (N. del A.)

 

198

Véase, por ejemplo, el capítulo XXIX, que refleja el espíritu de resistencia tenaz de los zaragozanos. Empieza con una pregunta retórica a la que responde el sentimiento colectivo: «¿Zaragoza se rendirá? La muerte al que esto diga». Cito por Benito Pérez Galdós, Obras completas, I (Madrid: Aguilar, 1958). (N. del A.)

 

199

«Les Sources historiques de Zaragoza», Bulletin Hispanique, 22 (1921), 129-41. (N. del A.)

 

200

«Shakespeare, Galdós y Zaragoza», en Aspectos de la novela de Galdós (Almería: Estudios Literarios, 1967), pp. 15-34. Rodríguez también traza las semejanzas entre el usurero Candiola y Shylock, avaro cruel del Mercader de Venecia. Esta comparación ya la sugirió el narrador Araceli en su descripción tan peyorativa de Candiola (p. 685). (N. del A.)

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