¡Acuso a este Poder! Afluyen los dolores como ríos. Aquí no hay más país que este humillado, Aquí no hay más que un trino oculto y perseguido, Aquí vienen y van muchas cadenas. Canto con corazón todos sus cantos. Casa de mis ensueños: casa y patria. Con cántaros cautivos y cántaros de penas, De hedor infame, insano, mustio y yerto, De repente el buen árbol Debemos de cuidar nuestras raíces, Debemos de lidiar contra lo extraño, ¿Destellan por si acaso los destinos? El campo no es proclive a tomarse algún vuelo. El himno de la alegría es nuestro himno, El pueblo es quien soporta el peso oscuro El pueblo sin bandera, El que no muda de casa. El río lleva cántaros de penas. En el tiempo este pueblo Está el país en ocaso de impotencia, Este es un pueblo natural, un pueblo Habrá que construir de nuevo, de nuevo a nuestra patria. Hay más lamentos casi que arroyuelos. -Haz que me den pan todas las casas, Intuye no ser nada. ¡Nada! La historia aún espera: -La pobreza es la piedra en el zapato Las garras sobre el yermo. Esputa el polizonte. Le comen sus maderos, igual que a su destino. Le han robado de todo. Llena de penas, llena de incesantes Miasmas son, con aires de serpientes. Muchos vallados, muchos latigazos. No hay dilación que valga, no hay excusa que sirva: No importa que al presente sea como: No muerto está este pueblo casi muerto, No obstante la prisión, los prisioneros, No todo está perdido en esta patria Paraguayo inmortal, padre en sonidos, Parece que el país ha concurrido Parece que la vida es mudez y desprecio: ¡Poesía!: con resplandores cálidos y humanos, Presencia el arrabal muchas miserias, PROCLAMO República pequeña, pequeña y miserable, Se deben de acabar todos los males: Se ha muerto el buen rocío. Se mociona el silencio a todas horas. Se va el país camino de la pena. Se va toda la gente de este pueblo. Se vive en un estado de ceniza, Sin el pueblo Sin la mujer el hombre es igual a un calvero. Todos los días el pueblo tiene la vejez de un río, Un ejército estéril Un feo batallón se halla en la puerta Un héroe se perdió. Venimos de parajes muy diversos. Vive el presidio, vive el infortunio. Y llegan ante el muro de los lamentos: Y nadie se agenció para darle lumbre.
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