101
Francisco Ruiz Ramón lo ha definito «caballero del instante». Cfr. «Dialéctica de la dualidad. Deseo/castigo. El Burlador de Sevilla y Convidado de piedra , in Paradigmas del teatro clásico español, Madrid, Cátedra, 1997, p. 270. Il Vossler considera invece don Juan, nella sua leggerezza, incarnazione della «prepotencia de sus instintos sexuales», della sua sessualità di «varón y macho, un bruto con aire de hidalgo, maneras aristocráticas, espíritu cortesano y galán, costumbres pundonorosas, sin sombra de honradez escueta y verdadera, una fiera feroz e inconsciente, equipada y pertrechada de elegancias seductoras». Cfr. K. Vossler, «El platonismo de Tirso y El burlador de Sevilla», in Lecciones sobre Tirso de Molina, op. cit., p. 99.
102
Cito da: «Atribuido a Tirso de Molina», El Burlador de Sevilla, Edición de Alfredo Rodríguez López-Vázquez, Madrid, Cátedra, 1997. Si vedano dello studio introduttivo le pp. 93-124, a proposito dell'«autoría» dell'opera, che lo studioso finisce per attribuire a Andrés de Claramonte, attribuzione confutata da Laura Dolfì negli studi precedentemente citati.
103
T. de Molina, El Burlador de Sevilla, op. cit., Atto I.
104
Preferisco qui il testo a cura di Federico Sainz de Robles, que segue la princeps : T. de Molina, El Burlador de Sevilla, Lisboa, Amigos do livro, s. a. (Contiene anche El condenado por desconfiado e Don Gil de las calzas verdes).
105
Ibidem.
106
Ibidem.
107
Ibidem.
108
Ibidem.
109
Ibidem.
110
A. Valbuena Prat, Historia del teatro español, op. cit., p. 109.