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Para fines de esta reflexión utilizo «americano» como procedente del conglomerado de países de Latinoamérica que estuvieron bajo el control colonial de España durante los siglos XVI al XIX. La América colonial se designaba en los escritos de la época con el nombre colectivo de «Nuevo Mundo», o simplemente como «América», y es precisamente a ese sustantivo globalizante al que me refiero cuando postulo saberes o identidades propiamente americanas. Dejo fuera en mi utilización de este término los debates posteriores que se suscitaron en torno a la organicidad de este sustantivo para denominar una compleja realidad cultural internacional que contemporáneamente se alude con el nombre colectivo de Latinoamérica.

 

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Este tipo de estudios ha sido llevado a cabo por Mabel Moraña «Apologías y defensas: discursos de la marginalidad en el barroco hispanoamericano», «Barroco y conciencia criolla en Hispanoamérica», «Colonialismo y construcción de la nación criolla en Sor Juana Inés de la Cruz» y en su introducción al libro Relecturas del Barroco de Lidias, Edmundo O'Gorman, Meditaciones sobre el criollismo; Ana Pizarro, ed., América Latina: Palavra, Literatura e Cultura; Sergio Fernández, «Sor Juana Inés de la Cruz»; Canny y Pagden, Colonial Identity in the Atlantic World, entre otros.

 

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Sobre esta denigración del criollo por los intereses metropolitanos, ver los estudios de Marie Cécile Bénassy-Berling, «Los criollos y el poder eclesiástico en la época colonial: el caso del jesuita mexicano Antonio Núñez de Miranda», Stuart Schwartz, «Colonial Identities and the Sociedad de Castas»; José Joaquín Blanco, Esplendores miserias de los criollos, y Jacques Lafaye, Quetzalcoatl and Guadalupe: the formation of Mexican National Consciousness 1531-1813, entre otros.

 

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Para esta reflexión ha sido crucial la ponencia de Dolores Aponte Ramos titulada «¿Puede un subalterno hablar por otro? Sor Juana Inés de la Cruz y la representación poética de los africanos subsaháricos» leída en 47th. Annual Kentucky Foreign Lauguage Conference del 21-23 de abril de 1994.

 

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Esta es la tesis principal del estudio de Rafael Catalá, El sincretismo criollo en el barroco americano y su expresión en la obra de Sor Juana Inés de la Cruz y de su ensayo «El Neptuno alegórico de Sor Juana: ontogenia de América». En este punto parecen estar de acuerdo otros estudiosos, tales como Gabriel Méndez Plancarte, Humanismo mexicano del siglo XVI y Humanistas del siglo XVIII, quien también vincula este protonacionalismo con las comentes humanistas que llegaban al sector intelectual criollo por medio de la educación jesuita; Francisco López Cámara, La génesis de la conciencia liberal en México; Edmundo O'Gorman, La invención de América y Meditaciones sobre el criollismo; Guillermo Céspedes del Castillo, América hispánica; y Jara y Spadaccini, 1492-1992 Rediscovering colonial writing, entre otros. Pocos trabajos se oponen a esta tesis, como lo es el caso de Hernán Vidal en su libro Sociohistoria de la literatura colonial hispanoamericana, quien no ve el americanismo como un rasgo del criollismo temprano.

 

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Me refiero a los trabajos de José Portuondo, «El barroco latinoamericano, expresión de un proceso midatorio»; Hernán Vidal, Socio-historia de la literatura colonial hispanoamericana; Germán Posada Mejía, «Sigüenza y Góngora, historiador»; José M. Gallegos Rocafull, El pensamiento mexicano en los siglos X VI y XVII; Miguel León Portilla, «Pre-Hispanic Thought»; Luis Leal, «El hechizo derramado: elementos mestizos de Sor Juana», así como las ediciones de Jara y Spadaccini, Amerindian Images and the Legacy of Columbus y Canny y Pagden, Colonial Identity in tlhe Atlantic World, entre otros.

 

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Esta misma estrategia de mediación y reorganización de saberes alternativos se desarrolla en el ambiente intelectual europeo. Sobre esta administración y regulación de saberes americanos para el mercadeo en la Europa del siglo XVII ver el estudio de Stephanie Jed sobre la construcción de la categoría de «Décima musa» para definir la escritura de Sor Juana y Anne Bradstreet. El mismo se titula, «The Tenth Muse: Gender, Rationality and the Marketing of Knowledge».

 

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Me refiero nuevamente a su ponencia «¿Puede un subalterno hablar por otro? Sor Juana Inés de la Cruz y la representación poética de los africanos subsaháricos». Robert Ricard también ha señalado los problemas de esta representación humorística del negro en su ensayo Une poétesse mexicaine du XVIIe siécle, Sor Juana Inés de la Cruz.

 

9

Ya he trabajado algunos de los modos en que Sor Juana incorpora la voz negra e indígena en su poesía en el cuarto capítulo de este estudio, donde comento particularmente cuáles son los gestos predominantes de este proceso de apertura discursiva y cómo los textos replican una jerarquía que privilegia al indígena como más asimilable a la cultura católica que el negro sincretizador. Esta jerarquización refleja cómo la sociedad colonial novohispana también redistribuía sus espacios sociales a nivel local, de modo que unos sujetos subalternos se constituían como más rescatables que otros dentro de la estructura del poder virreinal.

 

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Ya hemos trabajado con la naturaleza «desfasada» de las adivinanzas que proponen el negro y el indio en este villancico en el Capítulo IV.

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