A mí buscadme siempre A veces se produce Agazapada tras un mueble, huraña, Algo para después, para un presente Algo se mueve en las crujías Alguna vez lo pienso. ¿Cómo Anclado en mi tristeza de profeta Apenas si recuerdo tu voz, pero me dueles Aquí quedaron estas viejas piedras Cada mañana el mismo Cierro los ojos y veo Como el dedo que pasa sobre la superficie polvorienta Como la nada repetida, copia ¿Cómo te lo diría? Era Cuando te conocí Dame la mano; el cuerpo. Necesito Deberías saber que esto que tiene forma Donde sonó una risa, en el recinto Ella vendrá, saladamente húmeda, En la trasera del palacio, cerca Ese cuello oferente, Ese tiemblo en reposo Estaba allí el instante aquel; no era Estoy esperando una llamada. Hace Frente a mí estás. Invades, inauguras Ha recostado sin pudor la vaca Haciendo otoño vamos. Nos florece He venido hasta aquí, por ver si el polvo La certidumbre llega como un deslumbramiento. La vida sigue andando al fondo Me decías que no. Por tu mirada No es fácil retener cuanto de cierto No tengo más que un gesto; ya lo has visto. Pasa la vida y no pregunta: Penetra el mundo por la piel. Se adhiere Por el jardín agazapados, cada ¿Qué ruido es ese? Abro ¿Qué será del bohío Recuerdo aquella vez. Fue la primera. Recuerdo esta canción. Sonaba, suena, Se vive solamente Si este ungüentario de cristal romano Siempre llegamos a destiempo. Te estoy tejiendo una guirnalda Te me deshaces en el beso, amiga. Toma en sus manos el cincel y, solo, Tu voz como un rescoldo Tu voz pequeña, tu cintura ausente, Tu voz. Un aire de cristal, como filtrado Vengo de no saber de dónde vengo Voy solo entre el desorden del gentío. De pronto Yo sólo puedo hablar, amigos, cuando
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