Fábula I
No hay gloria sin
pena | ||||
Los jóvenes y la ofrenda | ||||
En un vergel ameno | ||||
mil jóvenes sin freno | ||||
discurren distraídos, | ||||
aquí y allí perdidos. | ||||
Uno a otro, de un arranque | ||||
zambulle en un estanque, | ||||
y el otro a su vecino | ||||
le acuesta en un espino. | ||||
Para ellos esculturas | ||||
son hórridas figuras; | ||||
y así, cual en retablo, | ||||
copiando las del diablo, | ||||
les pintan sutilmente | ||||
un no sé qué en la frente. | ||||
Ya sin panza de un taco | ||||
me dejan al dios Baco; | ||||
y ya a Venus la bella, | ||||
tan sin pudor como ella, | ||||
por más que se agazapa | ||||
haciendo que se tapa, | ||||
la hacen que como un charro | ||||
fumando esté un cigarro. | ||||
Uno al fin sobre Apolo, | ||||
travieso como él solo, | ||||
mostrando una corona, | ||||
esto a todos pregona: | ||||
-«Aunque envidias provoque, | ||||
del que el extremo toque | ||||
de ese ciprés que ondea | ||||
premio esta ofrenda sea». | ||||
-«¡Arriba!» -gritan todos, | ||||
corriendo de mil modos: | ||||
y en trances infelices | ||||
los ojos y narices | ||||
ya ven de día estrellas, | ||||
ya acaso barren huellas, | ||||
ya el alto viene abajo | ||||
asido del zancajo, | ||||
o ya el más bajo al otro | ||||
le monta como a un potro; | ||||
hasta que uno elevado, | ||||
que más que otros, lo osado | ||||
con lo dichoso junta, | ||||
tocó al ciprés la punta | ||||
al fuego que le inflama, | ||||
y ¡chasc!... rota la rama, | ||||
cayó rápidamente, | ||||
haciéndose en la frente, | ||||
amén de algún rasguño, | ||||
un chichón como un puño. | ||||
Cercáronle con prisa | ||||
unos fingiendo risa | ||||
y otros mostrando pena | ||||
por la ventura ajena; | ||||
y vendando sus sienes, | ||||
tras de mil parabienes, | ||||
por cima de la venda | ||||
ciñéronle la ofrenda. | ||||
Dos coronas contemplo | ||||
que ha de ceñir el sabio | ||||
para alcanzar victoria, | ||||
si de la gloria al templo, | ||||
despreciando su agravio, | ||||
aspira en su delirio: | ||||
antes la del MARTIRIO, | ||||
después la de la GLORIA. |
Fábula I
Insuficiencia de
las leyes | ||||
El reino de los beodos | ||||
Tuvo un reino una vez tantos beodos | ||||
que se puede decir que lo Eran todos, | ||||
en el cual por ley, justa se previno: | ||||
-Ninguno cate el vino.- | ||||
Con júbilo el más loco | ||||
aplaudiose la ley, por costar poco: | ||||
acatarla después, ya es otro paso; | ||||
pero en fin, es el caso. | ||||
que la dieron un sesgo muy distinto, | ||||
creyendo que vedaba sólo el tinto, | ||||
y del modo más franco | ||||
se achisparon después con vino blanco. | ||||
Extrañando que el pueblo no la entienda, | ||||
el Senado a la ley pone una enmienda, | ||||
y a aquello de Ninguno cate el vino, | ||||
añadió, blanco, al parecer con tino. | ||||
Respetando la enmienda el populacho, | ||||
volvió con vino tinto a estar borracho, | ||||
creyendo por instinto ¡mas qué instinto! | ||||
que el privado en tal caso no era el tinto | ||||
Corrido ya el Senado, | ||||
en la segunda enmienda, de contado, | ||||
-Ninguno cate el vino, | ||||
sea blanco, sea, tinto-; les previno; | ||||
y el pueblo, por salir del nuevo atranco, | ||||
con vino tinto entonces mezcló el blanco, | ||||
hallando otra evasión de esta manera, | ||||
pues ni blanco ni tinto entonces era. | ||||
Tercera vez burlado, | ||||
-«no es eso, no señor», dijo el Senado; | ||||
«o el pueblo es muy zoquete, o muy ladino: | ||||
se prohíbe mezclar vino con vino».- | ||||
mas ¡cuánto un pueblo rebelado fragua! | ||||
¿Creéis que luego lo mezcló con agua? | ||||
Dejando entonces el Senado el puesto, | ||||
de este modo al cesar dio un manifiesto: | ||||
La ley es red en la que siempre se halla | ||||
descompuesta una malla, | ||||
por donde el ruin, que en su razón no fía, | ||||
se evade suspicaz... ¡Qué bien decía! | ||||
Y en lo demás, colijo | ||||
que debiera decir, si no lo dijo: | ||||
Jamás la ley enfrena | ||||
al que a su infamia su malicia iguala: | ||||
si se ha de obedecer, la mala es buena; | ||||
mas si se ha de eludir, la buena es mala. |
Fábula II
Instituciones inútiles | ||||
El arquitecto y el andamio | ||||
Quitó el andamio Simón | ||||
cuando la casa hubo hecho, | ||||
y el andamio con despecho | ||||
exclamó:-¡Qué ingrata acción! - | ||||
A tan necia exclamación. | ||||
dijo Simón muy formal: | ||||
-Quitarte antes, animal, | ||||
fuera imprudencia no escasa; | ||||
mas después de hecha la casa, | ||||
¿hay cosa más natural? |
Fábula III
Oficios mutuos | ||||
El
gato y el milano | ||||
Desplumaba a una tórtola un milano, | ||||
y un gato que gruñendo lo veía, | ||||
el hocico lamiéndose, aunque en vano, | ||||
-¡Ah, verdugo! -furioso le decía. | ||||
-Y tú ¿qué eres! -el ave le contesta. | ||||
Calló el gato, ocultando su deseo, | ||||
y echándole las garras por respuesta, | ||||
-¿qué he de ser, contestó, siendo tú el reo? - | ||||
Dotado siempre está de ansia inhumana | ||||
cuanto arrojar al mundo a Dios le plugo: | ||||
verdugos de hoy, reos serán mañana, | ||||
pues el reo de ayer es hoy verdugo. |
Fábula
IV
El falso heroísmo | ||||
El veterano
y el pastor | ||||
Volviendo hacia su tierra | ||||
un pobre veterano de la guerra | ||||
donde en trances sacó nada felices | ||||
un pie de palo y varias cicatrices, | ||||
a un pastor que encontró por carambola, | ||||
le dijo en tono adusto: | ||||
-¿Cómo entre tanto arbusto | ||||
se ve con hojas esta encina sola? - | ||||
El pastor contestó:-Salió de madre, | ||||
aquel cercano río, | ||||
y estos arbustos deshojando impío, | ||||
perdonó sólo a esa gigante encina, | ||||
que llaman desde entonces la heroína | ||||
-Pues mire usted, compadre, | ||||
-replicó el veterano;- | ||||
es más digna de encomio la desgracia | ||||
de tanto arbusto enano, | ||||
que la gloria de ese árbol eminente; | ||||
porque no tiene gracia | ||||
que no la hollase el bramador torrente, | ||||
cuando tan alta levantó la frente. | ||||
Soy Juan Fernández, para quien sin duda | ||||
la trompa de la fama ha sido muda; | ||||
pues sepa usted que al redactar mi jefe | ||||
(que por Dios que era un grande mequetrefe) | ||||
las siguientes palabras: | ||||
voy a asaltar el muro, | ||||
en verdad le aseguro | ||||
como es usted lacayo de esas cabras, | ||||
que sólo en lance tal sufrió la mecha | ||||
el pobre Juan Fernández en la brecha. | ||||
¿Y qué sacó? Esta pierna de rebaja. | ||||
¿Y el jefe? Nada menos que la faja. | ||||
Y así Porque esta encina | ||||
desde hoy no vuelva, con su orgullo necio, | ||||
de tanto pobre arbusto con desprecio | ||||
a honrarse con el nombre de heroína, | ||||
o voto a Dios le rompo la cabeza, | ||||
o me entalla usted esto en su corteza: | ||||
Porque nació más alta, es más felice, | ||||
y porque es más felice, es la HEROÍNA. | ||||
¡Cuántos héroes habrá como esta encina! | ||||
Juan Fernández lo dice. |
Fábula V
La igualdad | ||||
La col y la rosa | ||||
Una col en un cercado | ||||
probaba a una rosa bella | ||||
que era tan buena como ella | ||||
y aún de una tierra mejor. | ||||
-Mas aunque de cuna iguales - | ||||
dijo un pepino, -¡mastuerza! | ||||
¿dejarás tú de ser berza, | ||||
mientras que ella es una flor? |
Fábula VI
Pelear por un mismo fin | ||||
Guerras civiles | ||||
Era un reino feliz en donde altivo | ||||
un partido de olivo un dios quería; | ||||
y otro partido que en el reino había | ||||
pidió el dios de aceituno en vez de olivo, | ||||
clamando guerra en su furor activo | ||||
al golpe asolador del hacha impía | ||||
fue tumba universal la monarquía, | ||||
de un yermo la nación fue ejemplo vivo. | ||||
Hecho el dios de aceituno a sus antojos, | ||||
un partido en sus glorias importuno, | ||||
lo encumbró sobre míseros despojos, | ||||
hasta que, el dios mirando de aceituno, | ||||
vieron por fin con desolados ojos | ||||
que aceituno y olivo era todo uno. |
Fábulas VII y VIII
Fábula
IX
Descubrir la hilaza | ||||
Los aldeanos
y el caminante | ||||
Viendo a unos aldeanos | ||||
que injertaban en roble los manzanos; | ||||
-¿A qué son tan ridículas mixturas - | ||||
les dijo un caminante - | ||||
Pudiendo a cada instante | ||||
comer bellotas o manzanas puras? | ||||
¿No echáis de ver que nacerán idiotas, | ||||
si vuestras esperanzas no son vanas, | ||||
ya bellotas que sepan a manzanas, | ||||
ya manzanas con dejos de bellotas? - | ||||
Aunque en roble villano | ||||
injertéis, gran señor, algún manzano, | ||||
pese a tanta locura, | ||||
al ver sus frutos con un dejo doble, | ||||
se ha de saber que tiene vuestra hechura | ||||
de manzano la sien y el pie de roble. |
Fábula X
Glorias llovidas | ||||
El mastín y el conejo | ||||
Por la margen de un río iba un conejo | ||||
huyendo de un mastín con planta esquiva, | ||||
y al verle caer al agua sin consejo, | ||||
-¡Ya lo maté! -dijo con voz altiva. | ||||
Formando de conejos un consejo, | ||||
¡Viva el héroe conejo! -exclama:- ¡viva! | ||||
¡Oh, cuántos deben, con llovidas glorias, | ||||
a un azar del contrario sus victorias! |
Fábula XI
Percances | ||||
El ladrón y el sargento | ||||
De los reyes con perdón, | ||||
oculto en cuanto robaba, | ||||
en un árbol se sentaba | ||||
como en un trono, un ladrón. | ||||
Cogió un sargento al bribón | ||||
y al árbol le ahorcó en su encono. | ||||
Sepa algún rey en su abono, | ||||
que a veces Dios, y no es falso, | ||||
ya hace trono de un cadalso, | ||||
ya hace de un cadalso un trono. |
Fábula XII
Tiranías justas | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
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Fábula
XIII
Un daño destruye otro | ||||
El
dogo y los lobos | ||||
-¡Ay! -un dogo inocente | ||||
exclama triste en el confuso idioma | ||||
que los perros entienden solamente. | ||||
-No me coma, don Lobo, no me coma, | ||||
porque nunca a su raza la he debido | ||||
ni siquiera un ladrido, | ||||
y es más digno de garras tan atroces | ||||
cebarse en animales más feroces. - | ||||
El lobo, ya sobre él, no oye sus quejas, | ||||
(como quejas al fin de un infelice), | ||||
y meneando la cola y las orejas, | ||||
parece que le dice: | ||||
-Muere, pícaro, aquí, mal que te cuadre; | ||||
que aunque sé que a mi raza no has ladrado, | ||||
recuerdo, sin embargo, haber pasado | ||||
por donde en tono vil ladró tu padre. | ||||
-Pues mi padre hizo mal -clamó espirante; | ||||
y ya iba el lobo a devorarle fiero, | ||||
cuando en el mismo instante | ||||
apareció otro lobo carnicero, | ||||
que mirando hacia allí con vista impía, | ||||
pudiérase decir que le decía: | ||||
-No le toques al pelo; | ||||
que con él quiero, por vengar mi afrenta, | ||||
solventar una cuenta | ||||
que me quedó a deber su infame abuelo. | ||||
-¡Infame abuelo! sí -pienso que dijo | ||||
el dogo en tanto aprieto;- | ||||
¿Y he de sufrir la muerte, | ||||
no sólo por ser hijo, | ||||
mas también por ser nieto? | ||||
¡Oh, ley, más que inhumana, del más fuerte! - | ||||
Encarados el lobo con el lobo, | ||||
el segundo al primero, | ||||
-suelta, le dijo, bobo; | ||||
verás cómo en tan bajo marrullero | ||||
vengo ta agravio con rencor profundo. | ||||
-Mil gracias -le contesta | ||||
el primero al segundo: - | ||||
yo solo en este impío | ||||
vengaré el honor mío. | ||||
Y sin otra respuesta, | ||||
-Es muy justo a mi ver -de nuevo dijo- | ||||
que el galardón de un padre herede un hijo. | ||||
-Pues alto ahí, compadre - | ||||
el segundo prorrumpe en son de queja; | ||||
-si así hilas la madeja, | ||||
es de mi contingente, | ||||
pues me ha ultrajado el padre de su padre. | ||||
-Mi ofensa es más reciente. | ||||
-La mía más añeja. | ||||
-Pues no le matarás. -Ni tú tampoco. - | ||||
Y con intento loco | ||||
se enzarzaron, embate tras embate, | ||||
en tan igual como feroz combate; | ||||
mientras que el triste dogo, muerto el perro, | ||||
se agacha humilde en tan atroz fracaso, | ||||
sufriendo las pisadas que por yerro | ||||
le desuellan la piel, sin ser del caso: | ||||
hasta que viendo la refriega entrada, | ||||
como quien no hace nada, | ||||
sin decir tus ni mus, huyendo el diente, | ||||
taimado se escurrió bonitamente. | ||||
¡Cuántas veces por ruines, | ||||
con encontrados fines, | ||||
traban lid importuna | ||||
dos enemigos fuertes | ||||
y no les dan ninguna, | ||||
por querer con afán darles dos muertes! |
Fábula XIV
Hacer sonar a tiempo | ||||
El concierto de los animales | ||||
Supuesto que respira, | ||||
se hace oír bien o mal cualquier garganta; | ||||
y en esto no hay mentira, | ||||
pues mal o bien, el que respira, canta. | ||||
Hablen, si no, mil animales duchos | ||||
que dieron un concierto como muchos. | ||||
Y es fama que el sentido | ||||
no acompaña a los órganos vocales, | ||||
por lo que ha sucedido; | ||||
que en la patria de dichos animales, | ||||
cada cual presumiéndose asaz diestro, | ||||
gritó: -¡Caiga el león! ¡fuera el maestro! - | ||||
Cayó la monarquía, | ||||
y en república el reino convirtieron. | ||||
-Vaya una sinfonía | ||||
de nuestros triunfos en honor -dijeron - | ||||
cada uno cante cual le venga a mano: | ||||
ya no más director: muera el tirano. - | ||||
Comenzose el concierto, | ||||
cá-cá-ra cá gritando el polli-gallo: | ||||
y al primer desacierto | ||||
con un relincho contestó el caballo; | ||||
a-y-o, a-y-o Siguió el pollino; | ||||
pí-pí-pí el colorín, ufff el cochino. | ||||
El mis y el marramau | ||||
cantó el gato montés, cual tigre bravo; | ||||
y con cierto pau-pau | ||||
le acompañaba el indolente pavo; | ||||
formando tan horrenda algarabía | ||||
que ni el mismo Luzbel la aguantaría. | ||||
El león destronado, | ||||
viendo el reino en desórdenes tan grandes, | ||||
-silencio, -dijo airado, | ||||
mostrando un arcabuz ganado en Flandes; | ||||
-el rey va a dirigir: atrás, canalla;- | ||||
y al verle cada cual, se amorra y calla. | ||||
-Vuelva a sonar la orquesta, | ||||
siguió el tirano, de Nerón trasunto; - | ||||
y ¡ay de la, pobre testa | ||||
de aquel que por gruñir me coma un punto! | ||||
¿Qué es replicar? No hay réplica ninguna. | ||||
Palo o canción: vamos a ver: ¡a una! | ||||
Y la orquesta empezando | ||||
pí-pí, cá-cá-ra-cá, mis-mis, miau-miau | ||||
siguió después sonando | ||||
o-y o, a-y-o, ufff-ufff, pau-pau, pau-pau. | ||||
Y tal sonó la música. que alabo, | ||||
que el mundo gritó absorto: -¡Bravo! ¡bravo! - | ||||
Fue el concierto, antes loco, | ||||
la maravilla, vive Dios, del arte; | ||||
y aunque gruñendo un poco, | ||||
cada animal desempeñó su parte, | ||||
aprendiendo, en perjuicio de su testa, | ||||
que sin buen director, no hay buena orquesta. |
Fábula XV
Leyes fundamentales | ||||
Con ánimos sencillos | ||||
varios chiquillos cierto día un dado | ||||
para jugar hicieron; | ||||
y las leyes del juego los chiquillos | ||||
por seguir a la letra, | ||||
del dado aquel en cada faz pusieron | ||||
el uno, el dos, el tres, el cuatro...etcétera. | ||||
De niños entre el bando | ||||
alguno de ellos calculó prudente | ||||
que, por los bordes subrepticiamente | ||||
la cara de su número limando, | ||||
siempre a la mesa en amoldarse esquiva | ||||
quedaría, rodando, | ||||
la cara de su número hacia arriba. | ||||
De esta manera a todos el fullero, | ||||
como era natural, ganó el dinero, | ||||
hasta que al fin de sus falaces modos | ||||
apercibidos todos, | ||||
dando de su pericia muestras claras, | ||||
limando y más limando | ||||
fueron también dejando | ||||
convexas de sus números las caras. | ||||
De este modo el exdado, | ||||
por ángulos y bordes cepillado, | ||||
al impulso menor del aura sola | ||||
rodaba, ya se ve, como una bola. | ||||
Desde entonces el número de azares | ||||
se sucede a millares, | ||||
y la igualdad geométrica admirando | ||||
de equilibrio tan justo, | ||||
unas veces perdiendo, otras ganando, | ||||
se divierten los niños que es un gusto. | ||||
Con lengua atrabiliaria | ||||
a cada azar del inconstante dado | ||||
agotan su afición parlamentaria, | ||||
y sucede un discurso a otro discurso | ||||
sobre si el aire le sopló de un lado, | ||||
sobre si un pelo interrumpió su curso. | ||||
Y acaban las cuestiones, | ||||
su furor conteniendo en breves plazos, | ||||
los que son vencedores, a razones; | ||||
los que vencidos son, a sombrerazos; | ||||
y en caos importuno | ||||
alzándose hoy los que caerán mañana, | ||||
todos se pierden y ninguno gana, | ||||
ganando todos sin perder ninguno. | ||||
Y entretanto, sediento de emociones, | ||||
y ajeno el pueblo espectador del fraude, | ||||
aplaude tan continuas variaciones, | ||||
pues siempre el pueblo la comedia aplaude | ||||
si van y vienen sin cesar telones. | ||||
Desde el feliz momento | ||||
que la moral he oído de este cuento, | ||||
ignoro cómo hay gente | ||||
que idolatrar como a sus ojos pueda | ||||
la ley fundamental, que blandamente | ||||
a donde quiera que la impelen rueda. |
Fábula I
Dios es causa de
las cosas | ||||
La urraca, la rama, el árbol, la tierra
y el sol | ||||
Al lado de una iglesia un olmo había, | ||||
desde donde una urraca escuchó un día | ||||
que un fraile predicaba de este modo: | ||||
Dios todo lo hace y lo dispone todo. | ||||
Torciendo entonces el agudo gesto, | ||||
dijo la atea urraca: -Por supuesto; | ||||
Dios dispondrá si quiere de lo suyo, | ||||
porque, yo sin sus órdenes arguyo | ||||
que, ya corro, ya vuelo, | ||||
según me viene a pelo, | ||||
y, aunque su ley traspase soberana, | ||||
hoy canto aquí porque me da la gana. | ||||
-Porque yo te sustento | ||||
(dijo la rama con sutil acento), | ||||
gracias al troneo adusto | ||||
que me encumbra robusto. | ||||
-Y yo (con acento ronco gritó | ||||
a la rama el tronco) | ||||
te encumbro a ti, porque la tierra amante | ||||
con brazo creador me alzó triunfante. | ||||
-Y yo te levanté (dijo la tierra, | ||||
sus entrañas abriendo en son que aterra), | ||||
porque ese sol que de su luz me inunda, | ||||
con sus rayos mis gérmenes, fecunda. | ||||
-Y yo (contestó el sol de orgullo lleno, | ||||
con voz de quien es eco el bronco trueno), | ||||
la tierra fecundizo, | ||||
porque el potente Ser que todo lo hizo, | ||||
desde mi trono alzado | ||||
hasta el último fin de lo increado, | ||||
la clara sombra de su luz me presta - | ||||
Desde entonces la urraca, | ||||
con una fe que su temor aplaca, | ||||
cuando oye prorrumpir en el otero, | ||||
«Yo canto estas rondeñas porque quiero»; | ||||
-Cantáis porque Dios quiere ¡bachilleras! | ||||
(grita a sus compañeras): | ||||
-¿Cómo ultrajáis al cielo de ese modo? | ||||
Dios todo lo hace y lo dispone todo.- |
Fábula I
La carambola | ||||
El
chico, el mulo y el gato | ||||
Pasando por un pueblo un maragato | ||||
llevaba sobre un mulo atado un gato, | ||||
al que un chico, mostrando disimulo, | ||||
le asió la cola por detrás del mulo. | ||||
Herido el gato, al parecer sensible, | ||||
pegole al macho un arañazo horrible; | ||||
y herido entonces el sensible macho, | ||||
pegó una coz y derribó al muchacho. | ||||
Es el mundo a mi ver una cadena, | ||||
do rodando la bola, | ||||
el mal que hacemos en cabeza ajena | ||||
refluye en nuestro mal, por CARAMBOLA. |
Fábula
II
Ganar el flanco a la suerte | ||||
El piloto
y su aprendiz | ||||
-¿De qué modo tan vario, | ||||
un aprendiz a un náutico decía, - | ||||
sigue usted siempre la trazada vía, | ||||
ya sea el viento próspero o contrario? - | ||||
Entonces el piloto le contesta, | ||||
mientras que el otro copia la respuesta: | ||||
-Si ves que por la popa arrecia el viento, | ||||
sin torcer el timón, recto camina; | ||||
si es por la proa, gana el barlovento; | ||||
y si es por el babor, marcha en bolina. - | ||||
Así en el mar del mundo, el buen piloto, | ||||
no exponiendo el bajel a innobles tumbos, | ||||
por donde quiera que le acosa el noto, | ||||
gana puerto también, trocando rumbos. |
Fábula
III
Partidas de ruines | ||||
El galgo y el
podenco | ||||
Persiguiendo un conejo de gran traza, | ||||
al ladrador podenco dijo el galgo: | ||||
-Calla y no ladres tanto, mala raza, | ||||
que maldito sea yo si sirves de algo. | ||||
¿A qué venimos -prosiguió- de caza, | ||||
si en saliendo la espantas, mal hidalgo? - | ||||
Así el ruin, que seguirlo en vano intenta, | ||||
porque otro no lo alcance, el bien ahuyenta. |
Fábula IV | ||||
La justicia en un cuento | ||||
El viejo y el mendigo | ||||
Rodeado el tío Blas de gente, | ||||
dijo: -Vaya un cuento ahora; - | ||||
y ya iban tres cuartos de hora, | ||||
cuando él iba en lo siguiente: | ||||
-Aunque pobre, el juez prudente | ||||
le hizo justicia, al momento.- | ||||
Y un pobre, que oía atento, | ||||
dijo al tío Blas con malicia: | ||||
-¿Pobre, y se le hizo justicia? | ||||
Dice usted bien: eso es cuento.- |
Fábula V
Virtud y orgullo | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||
La encina y el rosal | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||
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Fábula VI
El método | ||||
El mancebo y los pájaros | ||||
Vio Gil de un árbol caer | ||||
cinco pájaros, y todos, | ||||
corriendo por varios modos, | ||||
los quiso a un tiempo coger. | ||||
-Deja, buen Gil, de correr, | ||||
que no cogerás ninguno. | ||||
¿A qué tras cinco ¡importuno! | ||||
a un tiempo vas con ahínco, | ||||
si para coger los cinco | ||||
tienes que empezar por uno? |
Fábula
VII
La piedad bien entendida | ||||
El muchacho,
el podador y el manzano | ||||
A un manzano podaba un hortelano, | ||||
y un muchacho con íntimas querellas, | ||||
-¿Por qué -decía a gritos -inhumano | ||||
del tronco a quitar vas ramas tan bellas? | ||||
-Córtalas, podador -dijo el manzano,- | ||||
que se me quiere encaramar por ellas.- | ||||
El tal rapaz, que procuraba arguyo | ||||
el bien ajeno en beneficio suyo. |
Fábula VIII
Baladronadas | ||||
La vid, el olmo y la yedra | ||||
En continua querella, | ||||
una vid y una yedra, a un olmo asidas, | ||||
se despreciaban, de odio estremecidas, | ||||
poniéndose a su vez de más es ella. | ||||
-¿Ves aquel ave, que en tendido vuelo- | ||||
dijo la vid por fin- ya besa el cielo? | ||||
-Pues si quiero subir, sin más arrimo | ||||
le llevo a que meriende este racimo. - | ||||
-Pues si me subo yo -dijo la yedra, | ||||
que sólo asida de los olmos medra- | ||||
formo un dosel al cielo, | ||||
que, interpuesto entre el sol, enlute el suelo. | ||||
Vamos a ver si no -siguió importuna. | ||||
-Vamos -dijo la vid: -¡A una! -¡A una! - | ||||
En tono el más sencillo, | ||||
-¡No, por Dios; no, por Dios! -gritó un tomillo- | ||||
que pueden sus bravuras | ||||
dejar el mundo a oscuras.- | ||||
Llegando ya de su impaciencia al colmo, | ||||
dijo al tomillo el olmo: | ||||
-Puedes perder el miedo, en mi conciencia, | ||||
si nadie miedo a los cobardes tuvo, | ||||
pues sé por experiencia | ||||
que jamás subirán si yo no subo.- |
Fábula IX
Un bobo hace ciento | ||||||||||||||||||||||||
La mona, el mono
y el loro | ||||||||||||||||||||||||
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Fábula
X
Contras de la mala fe | ||||
Los dos gorriones | ||||
-Llégame el comedero- | ||||
dijo a un gorrión otro gorrión muy maula. | ||||
-Pues ábreme primero- | ||||
contestó aquél -la puerta de la jaula. | ||||
-¿Y si al verte ya libre, en tu embeleso, | ||||
te vas sin darme de comer en pago? | ||||
-¿Y quién me dice a mí -responde el preso,- | ||||
que me abrirás, si llenas el monago? - | ||||
y en conclusión, por si ha de ser primero | ||||
llegar el comedero | ||||
o correr el alambre, | ||||
quedose el enjaulado prisionero | ||||
y el hambriento volvióse con el hambre, | ||||
¡Digno amigo, por Dios, de tal amigo! | ||||
Y ahora diréis, y bien, como yo digo: | ||||
¡Vaya, que son en ciertas ocasiones | ||||
lo mismo que los hombres los gorriones! |
Fábula XI
De pequeñas
causas grandes efectos | ||||||||||||||||||||
El pastor y el insecto | ||||||||||||||||||||
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Fábula
XII
Si eres débil, sé prudente | ||||
El perro y la rana | ||||
-Calla, maldita rana- | ||||
un perro desde un hato prorrumpía: | ||||
y ella car car y más car car seguía, | ||||
como quien dice: -«no me da la gana». - | ||||
(Esta rana, en invierno y en verano | ||||
cantaba por decreto sobrehumano, | ||||
aunque jure algún sabio, echando un terno, | ||||
que nunca ha visto ranas en invierno.) | ||||
-«¿Conque te sales -dijo aquél -del río. | ||||
para venir a incomodarme al hato? | ||||
Por Dios, que si no hiciera tanto frío, | ||||
anoche salgo, te sorprendo y mato. | ||||
-«Car car car, car car car» -siguió la rana | ||||
burlándose del perro con orgullo. | ||||
-¿Y es posible que creas | ||||
le contestó la vana, - | ||||
que en moviendo tú un pie yo me zambullo? | ||||
¡Car car car! ¡car car car!» -«Maldita seas!» | ||||
clamó el perro siguiéndola enojado. | ||||
La rana, de contado, | ||||
¡cataplum! se echó al río; | ||||
mas como helado estaba por el frío, | ||||
sin concederla plazos, | ||||
sobre el hielo el mastín la hizo pedazos. | ||||
No insultes al más fuerte, | ||||
aunque libre, al huir, tengas el paso; | ||||
que si lo encuentras obstruido acaso, | ||||
como la rana sufrirás la muerte. |
Fábula
XIII
Amar por las apariencias | ||||||||||||||||||||||||
El alcornoque
y la enredadera | ||||||||||||||||||||||||
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no advierten que han amado a un alcornoque! |
Fábula XIV
Escusas necias | ||||||||||||||||||||||||||||
El cuervo y el reptil | ||||||||||||||||||||||||||||
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Fábula XV
El diablo predicador | ||||
El beodo en el festín | ||||
Un beodo en una orgía: | ||||
-«Brindo por que el alto cielo | ||||
purgue de vicios al suelo», - | ||||
con voz de trueno decía: | ||||
-«¡Guerra al vicio!» -repetía, | ||||
y un vaso apuró hasta el poso. | ||||
Que en este mundo engañoso, | ||||
dando al labio torpe oficio, | ||||
hay quien habla mal del vicio | ||||
siendo él el primer vicioso. |
Fábula XVI
Delirios del amor | ||||
La niña halagüeña | ||||
Los que vuestro amoroso pensamiento | ||||
tenéis por el non plus, oidun cuento: | ||||
A un enfermo una niña cierto día | ||||
acariciaba con honesto modo, | ||||
y en la ilusión de su placer decía: | ||||
-Mi rey, mi luz, mi sol, mi Dios, mi todo. - | ||||
Y para que veáis de qué manera | ||||
el afecto su juicio turbaría, | ||||
el rey, el sol y el dios, ¿sabéis quién era? | ||||
Un dogo que de ahilado se moría. |
Fábula XVII
Lisonjas viles | ||||||||||||||||||||||||||||
El enfermo y los dos médicos | ||||||||||||||||||||||||||||
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Fábula XVIII
Acusar delitos propios | ||||
La urraca y la gallina | ||||
-¡Qué escándalo! -en tono fiero | ||||
una gallina decía | ||||
a una urruca que comía | ||||
las flores de un limonero. | ||||
-¡Que se come, jardinero, | ||||
de las de arriba a destajo! | ||||
-Celebro tu desparpajo - | ||||
contestó la urraca altiva: | ||||
-¡No he de comer las de arriba, | ||||
si no has dejado una abajo?- |
Fábula XIX
No hay mal como un
falso amigo | ||||||||||||||||||||||||
El jilguero y el reclamo | ||||||||||||||||||||||||
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Fábula XX
Nunca una moral nos
cuadra | ||||
La madre, el hijo y la concurrencia | ||||
Fastidiaba a una noble concurrencia | ||||
una madre amorosa, que asentaba | ||||
que de Adolfo a admirar iban la ciencia | ||||
si alguna fabulilla recitaba. | ||||
-Ven acá -dijo- niño. | ||||
Y Adolfo, al escuchar su voz severa, | ||||
con mucha más pereza que cariño, | ||||
la fábula empezó de esta manera: | ||||
-LA OVEJA Y EL CORDERO. Cierto día | ||||
la oveja, con el tono que ella sabe, | ||||
daba a su hijo lecciones de ser grave, | ||||
las que él pronto olvidaba, o no aprendía. | ||||
¿Lección diréis, y en una edad tan corta? | ||||
Es necio, sí. Mas voy a lo que importa. | ||||
La oveja en vano en enseñar se ahínca, | ||||
porque el hijo no aprende una palabra; | ||||
mas corre, y viene, y va cual suelta cabra, | ||||
y vuelta, y dale, y brinca que te brinca. | ||||
La madre del cordero era tan porra... - | ||||
Truncó Adolfo la historia de repente, | ||||
cual cayendo en estúpida modorra; | ||||
y es que viendo de dulces una fuente, | ||||
de su memoria en mengua, | ||||
dura como el turrón quedó su mente | ||||
y en agua vuelta la movible lengua. | ||||
-Sigue, niño -la madre le decía. | ||||
-Era tan porra... -el niño repetía. | ||||
La madre con sus guiños lo hostigaba; | ||||
-Y tan porra... -el muchacho replicaba. | ||||
Y con que si era porra, o no lo era, | ||||
llegó a cansar la sociedad entera. | ||||
La madre al fin lo dijo, ya corrida: | ||||
-Aparta, que estás siendo, majadero, | ||||
más torpe que el cordero de la historia. - | ||||
Y ¡oh, qué frágil memoria! | ||||
¡no acordarse que ella era distraída, | ||||
más porra que la madre del cordero! | ||||
No hay acción mala o buena | ||||
que aplicación no tenga, si es ajena, | ||||
más siendo propio el caso, | ||||
jamás la aplicación nos sale al paso. |
Fábula XXI
La curiosidad | ||||
Los dos esposos y el veneno | ||||
Para matar ratones | ||||
hizo Guzmán algunas confecciones, | ||||
las que encerradas con rigor tenía | ||||
en un lugar, en el que escrito había: | ||||
«Ninguno, para cosa mala o buena, | ||||
me llegue a esta alacena». | ||||
Su mujer, Blasa, que con él reñida | ||||
la mayor parte estaba de su vida | ||||
(porque según la vecindad pregona, | ||||
tanto como curiosa, era gruñona), | ||||
presumió que su esposo allí encerraba | ||||
el tósigo fatal con que trataba | ||||
de castigar su eterna impertinencia | ||||
(señal que le argüía la conciencia), | ||||
y buscando las viles confecciones, | ||||
encontró el solimán. ¡Qué imprecaciones! | ||||
-¡Un veneno! -frenética decía; | ||||
-¡Un veneno!! ¡un veneno!!! -repetía. | ||||
Y con verle y tocarle aún no contenta, | ||||
llega, lo huele, pruébalo, y revienta. | ||||
Si lo ven por acaso, | ||||
atad a los curiosos corto el freno, | ||||
o apurarán el vaso | ||||
aunque escribáis sobre él: -aquí hay veneno.- |
Fábula XXII
De los males el más visto | ||||
El médico y el
inválido | ||||
Un inválido a un médico decía: | ||||
-Si me corto esta pierna gangrenada, | ||||
¿podré vivir, al parecer de usía?- | ||||
Y el médico dudando respondía: | ||||
-Podrá ser por acaso, camarada. | ||||
-La duda -replicó- no me hace al caso. | ||||
Mas si la corto, ¿sabe si de fijo | ||||
podré vivir aunque no dé ni un paso?- | ||||
Dudando siempre el médico, le dijo: | ||||
-Podrá ser, camarada, por acaso. | ||||
-Pues si al cortarla ataco la existencia, | ||||
y el no cortarla es un dudoso medio, | ||||
a la cura prefiero la dolencia.- | ||||
Yo también prefiriera, en mi conciencia, | ||||
morir antes del mal que del remedio. |
Fábula
XXIII
Efectos de la injusticia | ||||||||||||||||||||||||
El lugareño
y el magnate | ||||||||||||||||||||||||
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Fábula I
No siempre el bien
es fortuna | ||||
El pájaro encarcelado | ||||
En una jaula un ave | ||||
nació y vivió contento, | ||||
sin cruzar nunca el viento | ||||
con revolar süave. | ||||
¡Qué vanamente grave, | ||||
porque más no desea, | ||||
de una a otra barandilla | ||||
con voluntad sencilla | ||||
cantando se, pasea! | ||||
Créalo quien lo crea: | ||||
mas lo cierto es que el preso | ||||
nunca con loco exceso | ||||
en ocasión ninguna | ||||
maldijo la fortuna, | ||||
ni tuvo a vituperio | ||||
su dulce cautiverio. | ||||
Por último, es el caso | ||||
que un día que la puerta | ||||
vio de la jaula abierta, | ||||
llegó paso tras paso, | ||||
a la vecina huerta. | ||||
¡Cómo entonces contento, | ||||
con emoción extraña | ||||
goza en la azul campaña | ||||
del extendido viento | ||||
la libertad querida, | ||||
nunca por él sentida! | ||||
De rama en rama vuela | ||||
con la calma inefable | ||||
de la virtud amable | ||||
que el crimen no recela, | ||||
y al más cercano arbusto, | ||||
lanzándose con gusto, | ||||
quedó a la liga en suma | ||||
presa otra vez su pluma. | ||||
¡Triste imagen del hado | ||||
fue el pájaro inocente, | ||||
pues se trocó su estado | ||||
tan repentinamente! | ||||
Tornó a ver a despecho | ||||
la antes prisión amada, | ||||
mas nunca la alborada | ||||
volvió a encomiar su pecho | ||||
con su común tonada. | ||||
-¿Por qué con tal quebranto- | ||||
su dueña le decía,- | ||||
mi gozo y tu alegría | ||||
no ensalzas con tu canto | ||||
cual suceder solía? - | ||||
Sin dar respuesta alguna, | ||||
las penas una a una, | ||||
con el dolor más grave | ||||
de su dueña querida, | ||||
acabaron del ave | ||||
la macilenta vida; | ||||
que aunque en la cárcel fiera | ||||
pasó la vida entera | ||||
sin que echase de menos | ||||
los céfiros serenos, | ||||
después que hubo probado | ||||
su esfera siempre amena, | ||||
cuando volvió a su estado | ||||
murió el triste de pena. | ||||
¡Huid, mentido bando | ||||
de alegres ilusiones, | ||||
que nos henchís, pasando, | ||||
de locas ambiciones! | ||||
¡Dejadme que tranquilo | ||||
muera en mi pobre asilo, | ||||
pues que sólo un momento | ||||
vive el mayor contento! | ||||
¿Por qué queréis que ansioso | ||||
deje mi humilde estado, | ||||
si es más desventurado | ||||
quien fue una vez dichoso? |
Fábula
II
Yendo a más, venir a menos | ||||
La abeja, el burro y la rana | ||||
La abeja, de una rama de romero | ||||
formaba su panal de mieles rico; | ||||
mas la rama encontrando en un lindero, | ||||
se la comió un borrico. | ||||
¡Pobre rama olorosa | ||||
que el blasón iba a ser de los panales, | ||||
y ya entre las mandíbulas asnales | ||||
podrá ser, menos miel, cualquiera cosa! | ||||
¡Oh, qué bien con su ejemplo nos declama | ||||
lo inestable del destino, | ||||
cuando al ir a ser miel la noble rama | ||||
el pienso quedó a ser de un vil Pollino! |
Fábula III
Caprichos del hado | ||||
El escultor y los dos troncos | ||||
Cierto escultor un día | ||||
viendo dos troncos, entre sí decía: | ||||
-De este zoquete vil, lleno de lodo, | ||||
un San Roque he de hacer con perro y todo; | ||||
y éste, aunque para santo mejor era, | ||||
del templo servirá para madera. - | ||||
Así el hado cruel, que engaña a tantos, | ||||
convierte, con tristísimos ejemplos, | ||||
en madera de templos a los santos, | ||||
y en santos la madera de los templos. |
Fábula VI
Placeres falsos | ||||
El muchacho y la manzana | ||||
Tiró Andrés una piedra a una manzana | ||||
y por dar a la fruta, dio al ambiente; | ||||
tirole la segunda: ¡empresa vana! | ||||
la tercera tiró: ¡malditamente! | ||||
tiró otra, en fin: cayó; mas de tal gana, | ||||
que con golpe mortal hirió su frente. | ||||
Hay bienes que en llegando, al mal iguales, | ||||
la cabeza nos rompen cual los males. |
Fábula V
Deseos locos | ||||
El pastor y el navío | ||||
Del mar en la ribera | ||||
quejábase el pastor de esta manera: | ||||
-¡Oh, qué sordas que tiene a mis congojas | ||||
el cielo las orejas, | ||||
pues no me saca de zagal de ovejas, | ||||
patituertas las más, y algunas cojas! | ||||
¡Quién me diera, halagando mi albedrío, | ||||
dirigir, por ejemplo, aquel navío, | ||||
y a la playa arribar del indio o moro, | ||||
para volver con él cargado de oro! | ||||
¡Por amigos tuviera y por amigas | ||||
entonces a señoras y señores, | ||||
pese a cuantas ovejas y pastores | ||||
rumiaron yerbas o mascaron migas! | ||||
Mas ¡ay! la suerte fiera | ||||
me arrastra, sea invierno, sea verano, | ||||
desde el monte al redil, y de éste al llano; | ||||
y aunque oirlas no quiera, | ||||
me hace escuchar las simples avecillas, | ||||
que por más maravillas | ||||
que dicen que hacen los que de ellas cuentan, | ||||
cada vez que las oigo, me revientan. - | ||||
Así el pastor decía, | ||||
cuando el bajel ya apenas se veía, | ||||
y su intenso dolor llegaba a tanto, | ||||
que sus mejillas inundó de llanto. | ||||
Era al morir el sol, según asienta | ||||
quien dijo que del ábrego la saña | ||||
removió aquella noche una tormenta | ||||
que ni la oyó el pastor en su cabaña. | ||||
Al otro día su manada entero, | ||||
condujo, como siempre, a la ribera | ||||
y del mar acercándose a la orilla, | ||||
vio aquí y allí fragmentos de una quilla. | ||||
Buscando del naufragio indicios ciertos, | ||||
halló al fin gavias, y después mesanas, | ||||
trinquetes desvelados, hombres muertos... | ||||
¡leves cimientos de esperanzas vanas! | ||||
Entonces se acordó de su navío, | ||||
y viendo fin tan triste, | ||||
-¡qué bien hiciste, oh Dios, qué bien hiciste | ||||
en coartarme -dijo- el albedrío! - | ||||
Y sin ver que a los muertos hacía agravios, | ||||
una sonrisa se asomó a sus labios; | ||||
y escuchando las simples avecillas, | ||||
que hacían, según dijo, maravillas. | ||||
tradujo de sus plácidos gorjeos: | ||||
Modera tus deseos. | ||||
Aunque pierdas, llorando, tus encantos, | ||||
no halagues esperanzas indecisas; | ||||
cada muerta esperanza brota llantos; | ||||
cada llanto vertido engendra risas. |
Fábula VI
De gustos no hay nada
escrito | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
El conejo, el gallo y el cerdo | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
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Fábula VII
Los lindes del bien
y el mal | ||||
El poeta y los lectores | ||||
Si escucháis esos míseros lamentos, | ||||
son del difunto rey los funerales; | ||||
y esos vivas que ruedan por los vientos, | ||||
del rey nuevo los cantos inmortales. | ||||
Mas diréis entre penas y contentos: | ||||
-¿Se cantan bienes, o se lloran males? - | ||||
Nadie el linde a marcar se atrevería | ||||
que separa el pesar de la alegría. |
Fábula VIII
La inocentada | ||||||||||||||||||||
La madre y el hijo | ||||||||||||||||||||
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Fábula IX
Liviandad de nuestras
glorias | ||||
El joven y el reloj de arena | ||||
Viendo un reloj de arena, | ||||
paseábase Román con faz serena. | ||||
-Pasa luego -decía,- | ||||
hora cual nunca impía; | ||||
que pronto Inés, con amoroso fuego, | ||||
me esperará en la reja; pasa luego. - | ||||
Y dando vueltas, su mirar sombrío | ||||
en el reloj fijaba, asaz tardío, | ||||
hasta que al fin echó de ver que insano | ||||
atascado se hallaba un leve grano; | ||||
y saliendo a la calle diligente, | ||||
llamó a la reja, pero inútilmente: | ||||
volvió a llamar de nuevo, | ||||
más ya no estaba Inés: ¡pobre mancebo! | ||||
¡Quién por buscar se apena | ||||
de este mundo las dichas ilusorias, | ||||
cuando un grano de arena | ||||
rémora puede ser de nuestras glorias! |
Fábula X
La dicha
es un acaso | ||||
Los cien cuerdos y el bobo | ||||
Si mal no lo recuerdo, | ||||
un bobo entre cien cuerdos, por acaso | ||||
(y aquí diré de paso | ||||
que hay a veces mil bobos por un cuerdo), | ||||
admiraba el espléndido palacio | ||||
do la fortuna desigual moraba, | ||||
tan rico, que a sus ojos se mostraba | ||||
con puertas de oro y muros de topacio. | ||||
La señora fortuna, | ||||
que del mundo entre todas las señoras | ||||
tal vez no habrá ninguna | ||||
que la gane a mudarse a todas horas, | ||||
se le antojó salir en aquel día | ||||
a hacer a uno feliz: ¡quién lo diría! | ||||
Al verla los cien cuerdos | ||||
(en verdad nada lerdos), | ||||
con presteza importuna | ||||
-¡la fortuna! -prorrumpen- ¡la fortuna!, | ||||
y arrancan en pos de ella, | ||||
mientras que, presurosa, | ||||
si bien como ellas bella, | ||||
como mujer al fin, huyó alevosa; | ||||
y si como ellas es verdad que huía, | ||||
como mujer también les sonreía. | ||||
Al verla el bobo huir con tal exceso: | ||||
-Vaya con Dios -la dijo el muy camueso;- | ||||
y en celestial arrobo, | ||||
dándosele una higa | ||||
porque alguno la siga o no la siga, | ||||
a dormir se tendió: ¡maldito bobo! | ||||
Siguiéronla los cuerdos locamente, | ||||
pero con tal ahínco, | ||||
que alguno por correr dio un falso brinco | ||||
y se aplastó la frente. | ||||
Otros perdieron sólo el sufrimiento; | ||||
y otros, menos felices, | ||||
el camino sembraron, y no es cuento, | ||||
de piernas, ojos, brazos o narices. | ||||
De engañar a los cuerdos ya cansada | ||||
la señora fortuna, siempre porra, | ||||
ganándoles las vueltas como zorra, | ||||
determinó volverse a su morada. | ||||
Mas ¡oh imprevisto caso! | ||||
pues cuando al ir su paso | ||||
el linde a trasponer de la ancha puerta, | ||||
¡tropieza con el bobo y le despierta! | ||||
-¡Caíste en el garlito! | ||||
gritó el simple, cual bollos los mofletes: | ||||
y sin andarse en dimes ni diretes, | ||||
con ella en casa entró: ¡bobo maldito! | ||||
Yo llames, Fabio, tonto | ||||
al que cual tú no corre tras la gloria; | ||||
por correr más, no llegarás mas pronto: | ||||
pregúntaselo al bobo de la historia. |
Fábula XI
La vida y la muerte | ||||||||||||||||||||
El padre y sus hijos | ||||||||||||||||||||
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Fábula
XII
A un gran mal otro mayor | ||||
El ruiseñor
y el ratón | ||||
Clamó un ratón sin consuelo, | ||||
preso en una cárcel fuerte: | ||||
-¡Imposible es que la suerte | ||||
pudiese aumentar mi duelo! - | ||||
Y alzando la vista al cielo | ||||
para acusar su dolor, | ||||
le preguntó un ruiseñor | ||||
de un halcón arrebatado; | ||||
-¿Truecas conmigo tu estado?- | ||||
Y él contestó: -No, señor.- |
Fábula XIII
Del tronco sale la
rana | ||||
El potro y la yegua | ||||
Era una yegua pía, | ||||
que sin ánimos ya para dar coces, | ||||
a un hijo que tenía | ||||
así lo reprendía, | ||||
si no con éstas, con iguales voces: | ||||
-No des coces ¡impío!; | ||||
maldita sea tu costumbre ingrata: | ||||
cual yo modera el brío; | ||||
ten presente, hijo mío, | ||||
que es mala educación sacar la pata. - | ||||
Al decir -bien- el hijo, | ||||
la saludó con singular donaire | ||||
de puro regocijo, | ||||
después de lo que dijo, | ||||
miles de coces disparando al aire. | ||||
Y en ocasión tan calva, | ||||
si los hallase en parte más contigua, | ||||
presumo que en la salva, | ||||
al lucero del alba | ||||
y a la madre, de un par me los santigua. | ||||
-¿De quién aprendería - | ||||
siguió la yegua -inclinación tan basta? | ||||
La zorra pues la oía; | ||||
-De nadie -le decía, | ||||
-creálo usted, vecina: ésa es la casta.- |
Fábula
XIV
Lecciones amargas | ||||||||||||||||||||
El padre, el hijo
y el perro | ||||||||||||||||||||
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Fábula XV
La muerte todo lo iguala | ||||
La vuelta del campesino | ||||
Halló al volver con otros a su tierra | ||||
un nuevo cementerio un campesino, | ||||
y al cruzar por enmedio del camino | ||||
vio escrita en él esta inscripción que aterra: | ||||
-UN PONCE DE LEÓN aquí se encierra: | ||||
dobla al pasar la frente, ¡oh peregrino! | ||||
y acata humilde al que postró el destino, | ||||
recto juez en la paz, y héroe en la guerra. | ||||
Fija la vista en los eternos bronces, | ||||
gestos de admiración haciendo extraños, | ||||
dijo turbado el campesino entonces: | ||||
-¡Por Dios que son terribles desengaños! | ||||
¡Quien les dijera a los ilustres PONCES | ||||
que aquí enterré yo un burro hace dos años!- |
Fábula XVI
No hay dicha cumplida | ||||||||||||||||||||||||
El placer y el pesar | ||||||||||||||||||||||||
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Fábula XVII
Bienes prometidos | ||||
El mundo al empezar, si bien me fundo, | ||||
Júpiter trajo al mundo, | ||||
para dar por igual a los mortales, | ||||
en una arca los bienes | ||||
y en otra arca los males. | ||||
Cogió el arca primera | ||||
(que por mi mal la de los males era), | ||||
y el censo atroz de los odiosos males | ||||
distribuyendo con piadoso intento, | ||||
ciento a Luis, ciento a Juan y a Ramón ciento, | ||||
quedamos, salvo error, todos iguales. | ||||
Abrió el arca segunda | ||||
y tanto criminal (que Dios confunda) | ||||
acudió a ver los bienes, que brillante | ||||
lucían cual riquísimos diamantes, | ||||
que al fin los más bribones | ||||
entraron de robar en tentaciones. | ||||
Por detrás un avaro sin decoro | ||||
sustrajo bienes mil (mil onzas de oro); | ||||
y un alcalde (un truhán) dando pisadas, | ||||
diez bienes se apropió (diez alcaldadas); | ||||
aquí un lascivo su placer corona | ||||
con una virgen que aspiró a matrona.; | ||||
allí un poeta (un cándido, presumo) | ||||
tan sólo robó un bien (la gloria; ¡humo!), | ||||
y un ruin magnate, de nobleza rancia, | ||||
veinte bienes sustrajo sin conciencia, | ||||
reducidos, en última substancia, | ||||
a diez y nueve cruces y un vuecencia. | ||||
Tantas eran, por fin, las sustracciones | ||||
de ambiciosos, avaros y ladrones, | ||||
que Júpiter, atándose la capa | ||||
(lo que prueba la fe de los humanos), | ||||
andaba con los pies y con las manos | ||||
por aquí y por allí tapa que tapa. | ||||
Al ver tanta ruindad en los mortales | ||||
por último el buen dios perdió la calma, | ||||
y llevándose el arca en cuerpo y alma, | ||||
dijo, al cerrar las puertas celestiales: | ||||
-Yo juro por esta arca que ahora encierra | ||||
los bienes que el mortal anhela tanto, | ||||
de no sacar un bien ni aún para un santo, | ||||
hasta que no haya infames en la tierra. - | ||||
Dijo así el dios; y el diablo que lo oía | ||||
(pues siempre anda del hombre en compañía) | ||||
gritó a la gente, que se vio burlada, | ||||
lanzando una insolente carcajada: | ||||
-Noble mortal, mi digno descendiente | ||||
(lo cual nunca en tus actos se desmiente); | ||||
el dios que escuchas, de inocencia lleno, | ||||
sus bienes te promete, en siendo bueno: | ||||
si hasta entonces no aguardas otros bienes, | ||||
acuéstate a dormir, que tiempo tienes. |
Fábula XVIII
Principio y fin
de las cosas | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
El labrador y la morera | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
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