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El deseo de seguidillas

(1769)

Ramón de la Cruz

Mireille Coulon (ed. lit.)



Estrenado en Madrid por la compañía de Juan Ponce el 7 de octubre 1769 con la comedia de Calderón ¿Cuál es mayor perfección, hermosura o discreción?, este sainete agradó indudablemente al público, pues fue representado con mucha regularidad en los años sucesivos (por lo menos hasta 1786), siempre en la misma época del año, es decir durante las ferias de otoño, por ser éste el marco temporal de la acción. Es muy significativa la abundancia de detalles sacados de la realidad que vivía diariamente el pueblo madrileño, evocándose por ejemplo de manera muy concreta el oficio de Manolillo -Chinica- (vv. 321 y siguientes) o los problemas económicos de Lorenza y Sebastián -Joaquina y Espejo- (vv. 238-241); cabe subrayar además que por su defensa de las tradiciones auténticamente españolas que se conservaban entre la gente de los barrios populares (Lavapiés en este caso), y por la consiguiente justificación del «majismo» encarnado por don Pedro -Simón-, se enmarca el sainete dentro de la polémica que había desatado contra Ramón de la Cruz el éxito de sus zarzuelas: la misma compañía había estrenado en mayo ¿Cuál es tu enemigo? y a finales de noviembre había de dar a la escena el más famoso de los sainetes de D. Ramón, Manolo.

El texto que se reproduce aquí es la versión que incluyó Cotarelo en el tomo II de su colección de Sainetes de don Ramón de la Cruz, en su mayoría inéditos1; se han dejado los nombres de los actores en lugar del de los personajes, como solía hacerlo Ramón de la Cruz cuando el texto no estaba destinado a la impresión2.





 

El teatro representa calle pública. Salen por un lado PONCE y GALVÁN, de militar3, y por el otro MERINO y SIMÓN, de capa y peluquín y chupa, a lo majo usía4.

 
PONCE
¡Qué lástima que las ferias5
se hayan acabado!
GALVÁN
Es cierto;
que mejores quince días
no los hay en este pueblo.
PONCE
Hombre hay que se va a pasear 5
hacia allá en amaneciendo,
y hasta las diez de la noche
suele durar el paseo.
 

(Sale MERINO.)

 
MERINO
Conque ello ¿hasta el Lavapiés
no hemos de parar, don Pedro? 10
SIMÓN
Y por mi gusto me había
de quedar allí de asiento.
MERINO
Tenéis vocación de tuno6,
amigo.
SIMÓN
Yo lo confieso;
pero, como dijo el otro, 15
Dios me entiende y yo me entiendo7.
MERINO
Y ¿por dónde hemos de echar,
que es un barrio en que no creo
que he estado en toda mi vida?
SIMÓN
Gire usted todo derecho, 20
bajaremos por la calle
del olivar.
PONCE
Caballeros,
¿de capita tan temprano?
MERINO
Señores, ¿a dónde bueno
por aquí?
PONCE
Hacia la comedia
25
un rato, que aún no está el tiempo
para apetecer el sol.
GALVÁN
Y ¿cómo en el día primero
de la temporada8 faltan
dos tan firmes mosqueteros9 30
de nuestra tertulia?
MERINO
Yo
tenía ese pensamiento,
o ya fuese por costumbre,
o fuese por el deseo
de ver qué tal nos hacían 35
la primer comedia; pero
pasó por casa el amigo
y me hizo dos argumentos
tan graciosos y eficaces,
que al fin no he podido menos 40
de seguirle al Lavapiés.
PONCE
¿Sarao de candilejo10
hay armado?
SIMÓN
No le hay
armado, mas le armaremos,
si Dios quiere.
PONCE
¡Que tengáis
45
ese gusto tan perverso,
tan vil y tan chabacano!
MERINO
No seáis bobo, don Pedro;
vámonos a la comedia
a ver qué nos dan de nuevo. 50
GALVÁN
Puede ser que la Mayora11
cante algo.
PONCE
O quizá tendremos
algún baile.
MERINO
Vamos, hombre.
SIMÓN
Dígole a usted que no quiero;
que estoy de arias y cabriolas 55
atestado hasta los sesos12,
y me he empeñado en oír
a una muchacha de trueno13
cantar unas seguidillas
manchegas con el pandero, 60
y verlas bailar con toda
el alma y con todo el cuerpo.
PONCE
Cosas vuestras.
SIMÓN
Cosas mías
serán; pero yo me acuerdo
de que he nacido en España, 65
y de cuando en cuando quiero
ir a mi tierra.
MERINO
Pues ¿dónde
estáis?
SIMÓN
No lo sé de cierto;
sólo sé que cuando voy
a los arrabales nuestros, 70
veo bayeta y rodetes,
paño pardo con remiendos,
mujeres que laven, críen
y cuiden de su puchero;
hombres que vengan cansados 75
del trabajo, que hablen recio,
y de cada suspiro
echen una casa al suelo14.
MERINO
¡Bravo gusto!
SIMÓN
Y, sobre todo,
yo discurro, cuando veo 80
aquellas mujeres bravas
y diligentes, aquellos
hombres tan mal afeitados
y aquellos chicos en cueros,
que así como a las montañas 85
de Asturias se recogieron
los últimos godos, por
temer de los sarracenos
el mayor poder, así
se albergan a los extremos 90
de Madrid las pocas barbas
que nos han quedado, huyendo
la inundación de velleras,
modistas y peluqueros,
que han arrasado el bigote 95
de la patria a sangre y fuego15.
MERINO
¡Hombre!: tenéis unas cosas,
que no parecéis, por cierto,
hombre de bien ni de gusto.
SIMÓN
A mí me gusta lo bueno, 100
y he asistido a las zarzuelas,
los bailes y los conciertos
puntual; pero como son
extraordinario alimento
los faisanes para mí, 105
me he saciado, y apetezco
mi antigua olla de cascos
y de carne de pescuezo.
MERINO
Pues no lo digáis delante
de muchos, y buen provecho. 110
SIMÓN
Delante de todo el mundo.
¿Pues qué? ¿es acaso defecto
de honor ni de religión
el decir que los festejos
de mi tierra me divierten? 115
Amigo, lo que yo veo
(y a un ladito adulaciones),
que los mismos extranjeros
y paisanos que nos culpan
y hacen ascos, en oyendo 120
unas buenas seguidillas
se levantan del asiento,
y al ver bailar el fandango,
les da convulsión de nervios.
GALVÁN
En eso no hay la menor 125
dificultad.
PONCE
Pero hablemos
claro: ¿hay partido ajustado,
o tenéis conocimiento
por allá en alguna casa
donde la tarde pasemos? 130
SIMÓN
Tengo yo allí una Lorenza,
un tío Sebastián, yesero,
y un Manolillo, tallista,
que se apostarán a textos
y erudición picaresca 135
con Torres16 y con Quevedo.
GALVÁN
Pues eso no es de perder.
MERINO
Vámonos allá, y dejemos
por hoy la comedia.
SIMÓN
Ved
que allí quizá no tendremos 140
canapés, turés17 ni batas,
ni sacarán el refresco
en vasos de talco18, ni
oiréis arias de instrumentos
obligados.
GALVÁN y PONCE
Pues ¿qué habrá?
145
SIMÓN
Un gabinete tan negro
como colgado del humo
natural; unos asientos
sin respaldo; si pedís
de beber, un jarro viejo; 150
si queréis bailar, guitarra,
castañuelas y pandero,
y si os gusta alguna moza
y la empezáis con requiebros,
os responderá: «¡Pues!... ¡Vaya!... 155
¡Toma!... ¡Ya me lo dijeron!...
¡Hola! ¿qué me cuenta usía?...
Póngase usía más lejos,
que hace calor y se chafa
con la jerga el terciopelo... 160
¡Que si quiés...! ¡Afuera, chucho!»
y si se ven en aprieto
resolverán la cuestión
con un respingo y un cuerno19.
LOS TRES
Vamos allá.
SIMÓN
Sin embargo,
165
¿veis sólo este triste peso
gordo? Pues distribuido
en una vela de sebo,
cuerdas para la guitarra,
en vino, sardinas, huevos 170
duros, pan y uvas jaenes,
nos ha de dar un festejo
y una merienda a la ley;
nos ha de sobrar dinero,
y nos han de preguntar 175
al salir cuándo volvemos.
PONCE
No creí que eras tan tuno
ni bromista.
SIMÓN
Más de ciento
sé yo que lo disimulan,
y pueden ser mis maestros. 180
LOS TRES
Vamos a aburrir la tarde.
SIMÓN
A la vuelta nos veremos.
 

(Casa pobre, y salen, como de casa, las señoras JOAQUINA y MAYORA, y por el otro lado la CORTINAS, con un pandero muy encintado; y así éstas como los demás que saldrán después, de rodetes o cofias y de majas, sin plata y oro20.)

 
CORTINAS
Tía Lorenza, ¿está usté en casa.
JOAQUINA
¿Qué traes?
CORTINAS
Vea usted qué pandero
me feriaron ayer tarde. 185
JOAQUINA
¡Valientes ferias, por cierto!
CORTINAS
Tal cual son, yo las estimo
y me alabaré, a lo menos,
de que me las dio, digamos,
un hombre de fundamento. 190
JOAQUINA
¿Qué fundamento de hombre
será el de quien da un pellejo
sobre cuatro palitroques
y un cascabelito dentro?
MAYORA
¡Mire usted que media libra 195
de pernil para el puchero!
CORTINAS
Veamos las ferias de ustedes,
ya que hacen tanto desprecio
de las mías.
MAYORA
Unos vasos
tiene mi tía allá dentro, 200
que, arrojados en la calle
cualquiera dará por ellos
un peso gordo. Esos sí
son prendas de caballeros
de pelo proprio21 y galones, 205
que honran con sólo el resuello,
y quedan como quien son;
pero un pito y un pandero
son ferias que sólo toma
la gente de poco pelo22. 210
CORTINAS
¡Anda, fuera vanidá;
y se quitaba los piejos23!
 

(Sale ESPEJO.)

 
ESPEJO
¡Por siempre sea alabado
el que mata los gallegos24!
JOAQUINA
¿Cómo vienes tan temprano, 215
Sebastián?
ESPEJO
Ya no hay más yeso
que llevar por esta tarde.
Daca la capa, que quiero
ir un rato a la comedia
a ver si le han puesto a Espejo 220
buen papel en el sainete25.
 

(Sale CALLEJO.)

 
CALLEJO
¿Tiene usted mucho dinero,
tío Sebastián?
ESPEJO
¿Qué se ofrece,
Alonsillo?
CALLEJO
Es que no tengo
para ir esta tarde un rato 225
al patio26 del coliseo
del Príncipe.
ESPEJO
¿Oyes? ¿Y sabes
si nos echan algo bueno?
CALLEJO
[Sí, Antonio, que la comedia
es de Calderón.
ESPEJO
Apuesto
230
que es mejor que cuantas hacen
los poetas de estos tiempos.]27
ESPEJO
Y ¿tiene tramoyas28?
CALLEJO
No;
pero hay un sainete nuevo,
tonadillas, seguidillas 235
y ¡qué sé yo!
ESPEJO
Me alegro.
Pues, hombre, vamos allá:
daca la capa.
JOAQUINA
No quiero;
porque con una peseta
que vas a gastar tenemos 240
mañana para comer;
y unos probes jornaleros
no se han de divertir más
que los días de fiesta29.
ESPEJO
Eso
no es de tu cuenta. La capa. 245
 

(Sale CHINICA.)

 
CHINICA
Buenas tardes, caballeros.
¿Qué haces aquí tú, Marica,
y la puerta abierta?
CORTINAS
Vengo
ahora mesmo.
CHINICA
¿A qué?
CORTINAS
A enseñar
a la vecina el pandero. 250
CHINICA
¡Malhaya quien te le ha dado,
que he sido yo, y más sabiendo
tu poco juicio, y con él
has de acabar de perderlo!
¿Dónde está tu madre?
CORTINAS
Al río.
255
CHINICA
¿Me has remendado el coleto?
CORTINAS
No, que he estado todo el día
encintando mi pandero.
CHINICA
¡Y que me haya dado Dios
este genio tan abierto 260
para ragalarte a ti,
con la experiencia que tengo
de lo mal que me lo pagas!
ESPEJO
Daca la capa.
JOAQUINA
Es empeño
que no has de ir a la comedia. 265
ESPEJO
¿Cuánto ha que no te solfeo,
Lorenza?
JOAQUINA
Ya ha algunos días;
aguarda a ver si me acuerdo.
MAYORA
Yo me acuerdo, tía; desde
el día de San Lorenzo. 270
ESPEJO
Es verdad; la capa, o voy
por la varita allá dentro.
CALLEJO
Tome usted la mía, o yo
la dejaré aquí, y iremos
los dos a lo melitar30, 275
o si no, vamos en cuerpo
a la taberna, que allí
no hay gente de cumplimiento.
CHINICA
Vamos de aquí, con licencia
de los señores, que tengo 280
que decirte...
 

(Salen SIMÓN y los suyos.)

 
SIMÓN
¡Tía Lorenza!
JOAQUINA
¡Oh, señores, caballeros!
MAYORA
Sean ustedes bien venidos.
ESPEJO
¡Vaya, vaya! ¿Qué buen viento
los arroja acá esta tarde? 285
SIMÓN
Venimos con un empeño
con usted, tío Sebastián.
ESPEJO
Ya sabe usted que deseo
servirle, como yo pueda.
Mande usted, señor don Pedro. 290
SIMÓN
Pues es necesario armar
un ratico de bureo
para divertir la tarde;
porque venimos hambrientos
de seguidillas.
JOAQUINA
Por mí
295
ya sabe usted que es el dueño
de la casa y las presonas31.
MERINO
Querida, ¡qué lindo pelo
tiene usted!
MAYORA
Pues todo es mío.
MERINO
No se puede creer sin verlo. 300
MAYORA
Sáquese usted bien los ojos
hacia fuera, y véalo.
MERINO
¡Fuego
de Dios, y qué gentecilla!
MAYORA
¡Qué traza de bollo tierno
sin sal tiene el tal señor! 305
PONCE
Aunque es atrevimiento,
¿es la señora mujer?
CHINICA
Yo no lo sé; pero creo
que las faldas dan más señas
de mujer que de camello. 310
PONCE
Yo pregunto mujer propria.
CORTINAS
No, señor; tengo mal genio
yo para apropiarme a nadie.
PONCE
Y ¿por qué?
CHINICA
También es eso
querer saber mucho; ella 315
se entenderá, y yo la entiendo.
SIMÓN
¿Y Manolillo, el tallista?
CHINICA
Aquí estoy, señor don Pedro;
¿no me ha visto su merced32?
SIMÓN
No, amigo; ¡cuánto me alegro! 320
¿Se trabaja mucho ahora?
CHINICA
No, señor; lo más que hacemos
al año son cornucopias
para los hombres33, y espejos
para las mujeres.
SIMÓN
Vaya,
325
que todo vale dinero.
¿Y la guitarra?
CHINICA
Encordada
a la ley, y aquí la tengo
en casa de ésta, que es ahora
archivo de mis secretos, 330
y yo lo soy de los suyos.
CORTINAS
Si no vea usté qué estrumento
me ha feriado.
CHINICA
Calla, tonta,
que se abichorna34 un sujeto
de escuchar sus alabanzas: 335
estímalo tú, y callemos;
que en un lance así, cualquiera
sabe gastar el dinero.
SIMÓN
Pues marcha por la guitarra;
y usted avise al momento 340
a las vecinas y alguno
que traiga qué merendemos.
CALLEJO
¡Esa es una gran palabra!
JOAQUINA
¿Para qué son cumplimientos?
No, señor.
SIMÓN
Aquí está un duro.
345
JOAQUINA
Nosotras le ablandaremos.
SIMÓN
¿Qué ha de ser?
JOAQUINA
Lo que usted quiera.
SIMÓN
¿Creerá usted que aún me acuerdo
de aquel gazpacho de marras35?
JOAQUINA
¿Sí? Pues verá usted qué presto 350
le dispongo.
SIMÓN
¡Qué gazpacho!
Aún me saben bien los dedos
a él, cuando me los chupo.
ESPEJO
Y vaya sin cumplimiento;
¿lo beben ustedes blanco 355
o tinto?
MERINO
Acá bebemos
de todo.
ESPEJO
Esa es la causa
de andar tantos escupiendo.
JOAQUINA
Voy a disponerlo todo.

 (Vase.) 

MAYORA
Tomen ustedes asiento 360
entre tanto.
 

(Sale CHINICA.)

 
CHINICA
Aquí estoy yo;
pero ¿sabe usted qué pienso?
¿Qué milagro es que falten
ustedes del coliseo
esta tarde?
MERINO
Estar ahítos
365
de bailes y cantos serios,
y querer oír y bailar
seguidillas.
ESPEJO
Pues, don Pedro36,
con perdón de usted, yo juzgo
que los bailes extranjeros 370
y las arias italianas
de moda son mucho cuento.
CHINICA
¡Vaya, hombre! Haga usté cuenta
que, para mí, todo aquello
me parece que no es más 375
que un fandango por lo serio.
GALVÁN
Sin embargo, allí se baila
con arte y conocimiento.
CALLEJO
Hombre, hay por acá en el barrio,
que, en bebiendo de lo negro 380
un cuartillo más, no da
un paso sin contratiempo.
MERINO
¿Y las arias?
MAYORA
No me gustan,
porque yo no las entiendo
una palabra.
ESPEJO
Yo sí,
385
y me quedo boquiabierto.
CHINICA
Yo no, porque no me río.
CALLEJO
Para mí todo es muy bueno,
y me divierte.
CORTINAS
A mí nada
me divierte no saliendo 390
el de los botones gordos
el caga-la-olla, el viejo37,
y no habiendo tonadilla
para rematar el cuento.
MERINO
Alternado uno con otro, 395
todo es gran cosa.
SIMÓN
Dejemos
la conversación, y vamos
a nuestro asiento.
CHINICA
Cantemos
algo.
CORTINAS
Canta tú, Manolo,
porque oigan el estrumento 400
y acudan alguna cosa.
CHINICA
Yo canto como un becerro;
pero una seguidillas
las vomitaré.
TODOS
¡Silencio!
CHINICA
«La cartilla he estudiado 405
    letra por letra,
y sólo he deprendido38
    Pe a pa, Pepa.
    ¡Come pimientos,
te pondrás colorada 410
    como un madreño39
MERINO
¿Dónde nos habéis metido?
SIMÓN
¡Poco a poco, caballeros,
que esto es empezar!
MERINO
¿Por dónde,
si así empieza, acabaremos? 415
ESPEJO
¿Estás ronco, Manolillo?
CHINICA
¿Quién? ¿Yo ronco? No por cierto;
antes tengo ahora una voz
como una trompa.
MERINO
De cuerno40.
ESPEJO
Sobrina; canta tú algunas. 420
CORTINAS
¿Quieres que te acompañemos?
CHINICA
Canta un dúo con tu tío,
nos darás un rato bueno.
MAYORA
En ese caso, mejor
cantaré sola.
TODOS
¡Silencio!
425
 

(Seguidillas majas la MAYORA.)

 
SIMÓN
Y ahora, ¿qué dicen ustedes?
LOS TRES
¡Amigo, esto es mucho cuento!
 

(Sale JOAQUINA.)

 
JOAQUINA
Ya está aquí la gente.
 

(Salen los MAJOS y MAJAS que quisieren.)

 
MAJOS
¡Dios
bendiga todo lo güeno!
PONCE
Amigo, ¡valiente flota! 430
JOAQUINA
Pues no hay que perder el tiempo;
que aquí se viene a bailar.
MERINO
Pues que bailen.
CORTINAS
Los primeros
que han de bailar son usías.
JOAQUINA
Y si no, toco a despejo. 435

 (Vase.)  

MAYORA
Eso es, que para hacer bulra,
con nosotras mismas semos
bastantes.
SIMÓN
Dice muy bien.
CHINICA
Chica, enarbola el pandero,
y brinque más el que pueda. 440
TODOS
¡Que viva el señor don Pedro!
 

(Bailan al son del pandero o panderos entre ocho.)

 
CHINICA
«Unos gustan de cascos
    y otros de lomo;
pero al fin y a la postre,
    carnero es todo. 445
    Naide se asombre;
porque esto de los gustos
    va en opiniones»41.
TODOS
¡Prosiga!
 

(Sale JOAQUINA.)

 
JOAQUINA
Vengan ustedes,
que ya está el gazpacho hecho, 450
en casa de esta vecina,
que ha comprado platos nuevos
y cucharas en la feria,
y también allí podremos
bailar, que es mejor la sala. 455
CORTINAS
Tanta dicha no merezco,
mujer.
ESPEJO
Señores, lo mismo
que en mi casa, y en viniendo
su madre verán ustedes
una moza de talento. 460
CHINICA
Y que ni el mayor doctor
dará mejores remedios
que ella para las lombrices,
los sabañones y el muermo.
PONCE y MERINO
Vamos donde ustedes manden. 465
CORTINAS
Pues si habemos de ir ¿qué hacemos?
ESPEJO
Aguárdate, que es preciso
mostrar agradecimientos
debidos, por tantas honras,
a quien hoy se las debemos. 470
CHINICA
Y todo el año.
CORTINAS
Por mí,
todo lo más en que puedo
servirles es en cantar
una tonadilla.
CALLEJO
Bueno;
que no estamos obligados 475
a más de lo que podemos.
ESPEJO
Y así como el maldecir
es vil pensión de los necios,
es carácter de los sabios
el disimular defectos, 480
TODOS
cuya piedad imporamos
para indulto de los nuestros.



 
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