Jornada segunda |
|
Salen a un tiempo por las dos puertas, medio desnudos,
EL CONDESTABLE y ROBERTO, con las espadas desnudas, y EL
CONDE, con una luz en la mano, y encuéntranse en medio
del tablado.
|
ROBERTO. | ¿Qué ilusiones, Condestable,
| | qué fantásticos engaños | | vuestro
pecho han suspendido | | y nuestro lecho alterado? | | Cuando
con Blanca, mi hija, | 5 | vuestra esposa, pensé hallaros
| | más amante que marido | | y más fino que
casado, | | por ser la primera noche | | que entre sus luceros
claros | 10 | os vinculasteis dichoso, | | mariposa de sus rayos,
| | os levantáis poco cuerdo, | | y con la espada en
la mano | | desvanecéis a los aires | 15 | vuestros ímpetus
gallardos, | | y habiendo pedido luz, | | el semblante desmayado,
| | colérica la razón, | | muerto el amor, vivo
el daño, | 20 | toda la casa miráis? | | Decid,
pues solos estamos, | | ¿qué arrojamiento conduce
| | a vuestro error, vuestros pasos? | |
|
|
|
|
CONDESTABLE. | ¿Prometéis que vuestros labios
| | puertas sean, que cerradas | | oculten agravios tantos?
| |
|
|
ROBERTO. | Así la palabra os doy; | | pondré
al silencio candados. | 30 |
|
|
CONDESTABLE. | ¿No os toca mi honor
también | | como a padre mío? |
|
|
ROBERTO. | Es
llano, | | y la defensa me toca. | |
|
|
CONDESTABLE. | Pues óyeme
atento un rato: | | en túmulos de cristal | 35 | no bien
Febo sepultado, | | le hicieron funestas honras | | los huracanes
nevados, | | cuando sin las prevenciones | | usadas en los
palacios, | 40 | sin pedir al Rey licencia, | | en su privanza
fiado, | | en aquesta casería | | (bello objeto de esos
prados) | | me disteis a doña Blanca | 45 | esta noche.
|
|
|
ROBERTO. | Al
caso vamos | | ya os desposasteis con ella | | porque antes
enamorado | | me pedisteis por favor | | que os diese su blanca
mano. | 50 |
|
|
CONDESTABLE. | Anoche, pues, como digo, | | no bien
en tálamo blando | | en el éxtasis de amor
| | iba repitiendo abrazos, | | cuando a Blanca, vuestra hija
| 55 | (vuelvo otra vez a avisaros | | que sólo como a
mi padre | | mis congojas os declaro). | |
|
|
ROBERTO. | No tengáis,
Conde, recelos, | | que por padre y por anciano | 60 | me debéis
cuerdos avisos; | | porque es a veces descanso | | el declarar
los pesares | | a quien puede remediarlos. | |
|
|
CONDESTABLE. |
En efecto, yo amoroso, | 65 | prudente, apacible y grato, | |
almas dando en las razones | | y espíritus en los labios,
| | a Blanca, apenas mi esposa, | | blandamente me consagro,
| 70 | (que aun el dueño en los principios | | necesita
de agasajos;) | | cuando de sus bellos ojos | | dos arroyos
destilados | | por la margen de su rostro, | 75 | retóricamente
falsos, | | de mis futuras desdichas | | me anunciaron los
presagios. | | Y como la boca abría, | | (ya desmayado
topacio) | 80 | y las lágrimas bajaban | | por sus manantiales
claros | | y entrándose fugitivas | | por el clavel
desplegado, | | iban a su centro el alma, | 85 | vino a ser mayor
el llanto, | | pues exhalaba otra vez | | lo mismo que había
llorado | | los suspiros que arrojaba | | con despegos, con
enfados, | 90 | eran volcanes deshechos | | y eran congelados
rayos. | | Tanto, que al volverse entonces | | mal hallada
entre mis brazos | | a un lado, mató una vela | 95 | que
en un bufetillo acaso | | estaba a la cabecera; | | y por accidente
extraño, | | no con maña ni con soplo, | | que
ése es suceso ordinario, | 100 | sino el fuego de un suspiro,
| | volvió la llama a su estado. | | Pero viendo en
Blanca entonces | | más que lisonjas, cuidados, | |
aparteme a la fineza | 105 | y retireme al agrado. | | Finjo sueño,
miente el alma; | | la voz guardo, prendo el labio; | | casi
dos horas después | | deste suceso pasaron, | 110 | ella
suspirando siempre, | | yo siempre disimulando, | | cuando
sintiendo mis penas, | | siento en el retrete pasos; | | no
lo creo, aunque lo escucho, | 115 | si lo dudo, aunque lo alcanzo.
| | Doy el oído al silencio, | | a la evidencia me aguardo,
| | y oigo decir, «Blanca, Blanca». | | Ella, si no con los
labios, | 120 | respondió con la inquietud | | y el alboroto;
que hay casos | | en que por los accidentes | | se acreditan
los agravios. | | Yo, aunque a escuras (¡qué de penas!)
| 125 | tomo la espada irritado, | | y a la venganza y castigo,
| | o me arrojo o me levanto; | | tiro con la espada un golpe,
| | hallo en un broquel reparo, | 130 | y que me tira también
| | mi enemigo o mi contrario. | | Sígole, y él
se retira | | a esa cuadra; tras él salgo, | | doy voces,
y sacan luces | 135 | a este tiempo tus criados; | | y cuando pensaba
bailar | | la causa de asombros tantos | | ni a mí me
hallé en mi sentido, | | ni a nadie en las piezas hallo.
| 140 | Tomo la luz, como vide, | | Y hallo los cuartos cerrados
| | por de dentro con cerrojos, | | mi esposa sola en su cuarto
| | suspensa deste suceso; | 145 | yo mi ofensa imaginando, | |
dudo más y admiro más, | | peno, sufro, siento
y callo; | | ya ilusiones imagino, | | ya me confundo en encantos.
| 150 | Pues si no es que baya salido | | por el aire, no hay presagios,
| | estando cerrado todo, | | de que esto me haya pasado.
| | lo cierto es que oí la voz, | 155 | que he reñido,
que he dudado, | | que está Blanca descontenta, | |
que has salido y me has hallado, | | que aquesto me ha sucedido,
| | y que debes, como sabio, | 160 | o reducirme a consejos, | | o habilitarme a cuidados. | |
|
|
ROBERTO. | Condestable de Sicilia,
| | aunque debiera culparos | | en que acreditáis ofensas
| 165 | ilusiones de un encanto, | | no basta el enojo mío
| | ahora para enseñaros | | cómo debéis
proceder | | en tan aparentes cargos. | 170 | Y no os hablo como
padre | | de Blanca, ni apasionado | | en las cosas de mi honor,
| | como vuestro padre os hablo. | | Decís que Blanca,
mi hija, | 175 | vestida de desagrados | | al amor que amante os
debe, | | esta noche se ha negado. | | Decidme, ¿sabéis
que ayer, | | aún no a Enrique coronamos | 180 | en Palermo,
cuando yo, | | peligros atropellando | | sin que lo supiera
el Rey, | | de vuestra sangre obligado, | | viniendo a esta
casería | 185 | os di liberal su mano? | | Pues si ella
remisa entonces, | | yo entonces determinado | | quise atropellar
su amor, | | no acreditéis por extraños | 190 | despegos
tan naturales: | | Al amor engendra el trato; | | no tan presto
ha de quereros, | | tiempo habrá para obligaros, | | que es delito en los principios | 195 | hacer el amor halagos.
| | Personas hay que quisieran | | la noche de desposados,
| | aun en sus propias mujeres | | hallar decentes recatos,
| 200 | porque presumen celosos | | o imaginan deslumbrados, | | que quien sabe hacer finezas | | a los primeros abrazos.
| | Pues la representa en él, | 205 | que en otro las ha
ensayado. | | Y en lo que decís, que oísteis
| | esa voz, desengañaos, | | fábula es de vuestra
idea; | | que es la ilusión un engaño, | 210 | que
más que lo visto en ella | | viene a ser lo imaginado.
| | ¿Queréis ver que es ilusión | | de vuestro
confuso encanto? | | ¿Muchas veces no os sucede | 215 | estar tan
ciego y tan vario, | | que aquello mismo que hicisteis | |
dudáis si fue imaginado | | con la fuerza de la idea
| | y aprensión? Pues al contrario; | 220 | puede ser que
aquello mismo | | que fue un ente del engaño, | | una
ilusión del sentido | | o un discurso apresurado,
| | tan receloso os confunda | 225 | y os reduzca tan extraño
| | que acreditéis sucedido | | lo que aún no
fue en vos pensado. | | Y si hubo ruido de espadas, | | ¿cómo
ni vuestros criados | 230 | ni los míos han sentido | |
la pendencia? Moderaos | | en las fantasías, Conde,
| | que ¿cómo estando cerrados | | los postigos por
de dentro | 235 | pueda alguno haber entrado? | | Y si alguien
dentro quedara | | al acostaros, no es llano | | que al salir
dejara abierto? | | ¿Veis como estáis engañado?
| 240 | ¿Cómo es fantasía vuestra | | que os engolfa
en vuestro engaño? | | Y aunque me debáis enojos,
| | sabed, que nunca me espanto | | de ilusiones del sentido
| 245 | que son en el alma agravios; | | y en los casos del honor
| | que son los forzosos casos, | | no cumpliérades
con vos | | si valiente y arrojado | 250 | no os levantarais del
lecho, | | siquiera a desengañaros; | | que cuando las
ilusiones | | vienen a costar cuidados, | | en el escrúpulo
sólo | 255 | queda un noble deshonrado. | | Esto supuesto,
volved, | | con tan precisos descargos | | a los requiebros
primeros, | | que puesto que yo os allano | 260 | dificultades
de honor, | | tocándome de ellas tanto, | | os podréis
asegurar | | cuando en vuestro honor me encargo; | | con que
a un mismo tiempo aquí | 265 | cumplís con vuestro
recato; | | yo cumplo con mi consejo, | | y habremos dispuesto
entrambos, | | yo consejos, vos finezas, | | avisos yo, vos
agrados, | 270 | y, en fin, Blanca, vos y yo | | tendremos asegurado,
| | Blanca amor y vos sosiego, | | glorias ella y yo descanso.
| |
|
|
CONDESTABLE. | A evidencias del discurso | 275 | no he de mostrarme
contrario; | | pues me está tan bien creerlos, | | digo,
que yo me he engañado; | | y pues Blanca está
vestida | | y sale ya de su cuarto, | 280 | vos, señor,
os retirad, | | que quiero amoroso y grato | | agasajaría
discreto | | y desmentir avisado | | de su ofensa los indicios
| 285 | y de mi amor los recatos. | | Y pues que ya ha amanecido,
| | esa luz podéis llevaros. | |
|
|
|
|
ROBERTO. | Mucho debo a vuestro agrado; | 290 | vuestro
padre y vuestro amigo | | he de ser.
| (Vase.) |
|
|
CONDESTABLE. | Yo
vuestro esclavo; | | vestirme quiero, si es fuerza | | que
han de salir mis criados, | | y mirando mi alboroto | 295 | no
sabrán mis desengaños. | |
|
|
|
(Arrímese a
una puerta donde estará un bufete con la ropilla,
capa y sombrero y golilla y vueltas, pretina y daga, y acabarse
ha de vestir.)
|
|
Sale BLANCA por la otra puerta.
|
BLANCA. | (Ap.) |
Ni sé de mis pensamientos | | ni mis discursos
alcanzo, | | y aunque en toda yo me busco, | | en toda yo no
me hallo. | 300 | Anoche Enrique (¡ay de mí!), | | como
la llave ha guardado | | de la puerta del jardín,
| | mis infortunios dudando, | | no sabiendo el desposorio
| 305 | se entró por él hasta el cuarto | | de la
rompida pared; | | pero no bien hubo entrado | | cuando le
sintió mi esposo: | | Salió tras él;
mas a caso | 310 | se volvió a salir a escuras | | la rota
pared cerrando, | | con que está dudoso el Conde;
| | él está aquí, yo le hablo, | | aunque
fuerce mi albedrío: | 315 | ¡En qué confusión,
qué caos, | | se confunden mis sentidos! | | ¡Que un
amor de tantos años | | olvide tan presto a Enrique!
| | ¡Por los cielos soberanos | 320 | que si vengarme pudiera...
| | pero paso, penas, paso: | | Teneos, honor; tente, ofensa.
| | señor y dueño... No hallo | | camino para
fingir; | 325 | pero, corazón, finjamos | | que no soy yo
la primera | | que en tan miserable estado | | para aquél
que menos quiere | | se apercibe de agasajos. | 330 |
|
|
|
BLANCA. | Dueño y señor
soberano... | |
|
|
CONDESTABLE. | No en balde ese prado ameno,
| | fragrante alcázar del Mayo, | | copa en que la blanca
aurora | 335 | bebe aljófar destilado, | | os hace salva
de flores | | como a general del campo, | | abatiendo las banderas
| | de sus cogollos nevados, | 340 | no en balde... |
|
|
BLANCA. | Tened,
Señor, | | vuestras finezas extraño, | | que
haber estado confuso | | y arrojado levantaros, | | hablarme
ahora amoroso, | 345 | antes ciego y avisado... | |
|
|
CONDESTABLE. |
No prosigáis, deteneos; | | que quiero desengañaros.
| | Como quiso darme Dios | | gloria en vos y dicha en mí,
| 350 | de uno me hizo dos aquí | | por quereros como dos;
| | dos mitades fui por vos, | | ejemplo de mi lealtad, | |
y ansí, esta noche pensad | 355 | que impaciente y arrojado
| | tuve en mi mismo cuidado | | celos de mi otra mitad. | | Yo era aquél que me buscaba | | esta noche en mi osadía;
| 360 | mas cuanto me confundía | | menos tanto en mí
me hallaba. | | Uno era, y dos me dudaba, | | a fuerza del
ciego Dios | | y dije volviendo a vos: | 365 | ¿Por qué
me busco importuno, | | si no soy en mí más
de uno | | y para Blanca soy dos? | | Luego si en dos me partí
| | por quereros, fue fineza, | 370 | si el recelar fue extrañeza
| | de tener celos de mí. | | Sacad, pues, Blanca, de
aquí, | | que siendo yo el homicida | | de esta vida
dividida, | 375 | más fe en mis celos se advierte, | | pues
me buscaba la muerte | | porque me dabais la vida. | |
|
|
BLANCA. |
¡Oh, quién feriara a suspiros, | | dulce esposo, al
escucharos, | 380 | como un pecho para amaros, | | mil almas para
serviros! | | Mis cuidadosos retiros, | | si os han cansado
groseros | | no es, Conde, por no quereros | 385 | que en este
mar del amar, | | antes fue por conquistar | | almas para mereceros.
| | Es mi amor tan desigual | | de lo que amor suele ser,
| 390 | que ha llegado a merecer | | eternizarse inmortal. | | Tal
se alienta ánima tal | | en mis discursos ajenos | | que aunque viven de almas llenos, | 395 | como el vuestro queda
atrás, | | flor sólo deberos más | | me
holgara que fuera menos. | | A eternidad se convida | | aqueste
amor lisonjero, | 400 | que siempre el amor primero | | es el que
dura en la vida; | | y si la parca homicida | | cortare el
hilo mejor | | de vuestra vida, mi ardor | 405 | me asegura en
mi cuidado, | | que aunque vos me hayáis faltado,
| | no puede faltar mi amor. | |
|
|
CONDESTABLE. | Equívoca
habláis, Señora, | | con diferente sentido;
| 410 | pero aquí siento ruido, | | dejémoslo por
ahora. | |
|
|
|
Sale CUATRÍN.
|
CUATRÍN. | Sobre un mal
domado potro, | | comediante de la legua, | | porque sólo
en los lugares | 415 | los galanes representan; | | postillón
de la campaña, | | cortés por toda excelencia,
| | pues a cada paso suele | | hacer dos mil reverencias,
| 420 | se apea en aqueste instante... | | Pero ya pienso que llega;
| | él dirá quién es, pues yo | | quise
pintaros la yegua. | |
|
|
|
Sale ENRIQUE.
|
ENRIQUE. | No entre ninguno
conmigo; | 425 | quedaos todos allá fuera. | | ¡Condestable!
¡Doña Blanca! | |
|
|
CONDESTABLE. | Señor, ¿cómo
vuestra Alteza | | hace alcázar esta quinta | | y hace
cielo aquesta selva? | 430 |
|
|
ENRIQUE. | He salido esta mañana
| | a fatigar la maleza | | desos montes, que a los cielos
| | eternidades apuestan, | | con la Reina, y descubriendo
| 435 | vuestra quinta, quise en ella | | daros los justos castigos
| | de vuestras inobediencias; | | y ansí, la Reina
dejando | | en la nevada ribera | 440 | a quien airado Neptuno
| | con globos de espuma argenta, | | vengo a castigar delitos
| | de las intenciones vuestras. | | ¿Cómo os habéis
atrevido, | 445 | Conde, sin daros licencia | | a desposaros con
Blanca? | | ¿Qué resolución es ésa?
| | Vive Dios, que en mis enojos | | vuestros escarmientos vean,
| 450 | cortándoos las viles alas. | |
|
|
|
|
CONDESTABLE. | Roberto, padre de Blanca
| | me dijo, que vuestra Alteza | | lo permitió; y así,
yo... | 455 |
|
|
ENRIQUE. | Vive Dios, que si entendiera... | | Pero
llamadme a Roberto, | | porque los castigos tenga | | quien
tuviere los delitos. | | Id a llamarle. |
|
|
CONDESTABLE. | (Ap.) |
Hoy
recela | 460 | el alma nuevas desdichas. | | (Va a llamarle.) |
|
|
|
CUATRÍN. | Y
fuera, | | con sólo un guiñarme de ojo, | | de
dos trancos a Ginebra: | | ¿Qué es a Ginebra? a Dalmacia.
| 465 | ¿Qué es a Dalmacia? a la Armenia. | | y ansí
por no dar enojos, | | cejando con reverencias | | más
que quien lleva prestado, | | me iré tomando la vuelta
| 470 | desta sala hasta la otra, | | donde reyes no me vean,
| | dando este paso hacia aquí, | | con gorradas más
bien hechas | | que dan los que entran de balde | 475 | a un cobrador
de comedias. | | (Vase.) |
|
|
ENRIQUE. | Blanca
ingrata, fiera hermosa, | | basilisco destas selvas, | | hechizo
tiranamente, | | blandamente ingrata hiena, | 480 | que engañando
con la voz | | das muerte a tu forma mesma. | | Vive el ciclo,
esfinge aleve... | |
|
|
BLANCA. | Vuestra Alteza se detenga, | |
que no desmienten engaños | 485 | coléricas impaciencias;
| | si viene a darme a entender | | que de mi empleo le pesa,
| | no le pese, vive el cielo, | | ni a mí tampoco me
inquieta | 490 | que vuestra Alteza se case | | con Rosaura; y
así sea | | igual en los dos aquí | | la ingrata
correspondencia; | | que yo con mi esposo, el Conde, | 495 | tan
gozosa, tan contenta | | me hallo desde anoche acá,
| | que solamente me pesa... | |
|
|
|
|
ENRIQUE. | ¡Que esto mi enojo consienta!
| 500 |
|
|
BLANCA. | Ya sentí que anoche entró | | por
la rota pared, y ésta, | | más que fineza es
injuria, | | más que lisonja es ofensa. | |
|
|
ENRIQUE. |
Cuando olvidando el imperio, | 505 | que lo es mayor la belleza,
| | venía anoche a casarme, | | ¿Tan presto a llevar
te dejas | | de un agravio que es amor, | | de una injuria
que es fineza? | 510 | En fin, ¿te has casado? | |
|
|
BLANCA. | Sí;
| vengueme de tus ofensas.
| |
|
|
|
|
|
BLANCA. | Tarde
te quejas; | | tú me dejaste. |
|
|
ENRIQUE. | Tú
fuiste | 515 | la que por una sospecha | | o quizá por un
deseo, | | te casaste. |
|
|
BLANCA. | ¿Tú
me niegas | | que por reinar me olvidaste? | |
|
|
|
Sale EL CONDESTABLE.
|
|
BLANCA. | Es
evidencia; | 520 | lo que yo digo es verdad | | esposo, y dale
cuenta, | | por que está su Majestad | | culpando tu
inobediencia, | | y yo te estoy disculpando, | 525 | (Ap. | El alma
ya por la lengua | | iba a arrojarse. ¡Ay de mí! | | ¡Que mis congojas me ciegan!) | |
|
|
ENRIQUE. | Conde, ¿no viene
Roberto? | |
|
|
CONDESTABLE. | Dicen que está en la ribera
| 530 | con la Reina, mi Señora. | | (Ap. | ¿Qué me
perseguís, sospechas? | | ¿Qué me queréis,
fantasías? | | ¿El Rey dejando a la Reina | | se viene
a la casería? | 535 | ¿Qué enigmas, cielos, son
éstas? | |
|
|
ENRIQUE. | Aunque Roberto os casase, | | vuestra
culpa es manifiesta, | | pero es fuerza perdonaros; | | y así,
mañana quisiera | 540 | que a Palermo vengáis Conde.
| | (Ruido.) | ¿Pero qué es esto? |
|
|
CONDESTABLE. | La
Reina, | | que con Roberto ha llegado. | |
|
|
ENRIQUE. | No quisiera
que me viera; | | ¿por dónde podré salir? | 545 | Que se ha de enojar por fuerza | | pues la dije que a Palermo
| | me volvía. |
|
|
CONDESTABLE. | Sin
que os vea | | No puede ser. |
|
|
|
CONDESTABLE. | Mirad que a esta cuadra llega.
| 550 |
|
|
ENRIQUE. | pues yo me arrojo a salir. | |
|
|
|
Sale ROSAURA y ROBERTO.
|
ROSAURA. | Señor, ¿cómo vuestra Alteza | | en
aquesta casería? | |
|
|
ENRIQUE. | Como pasaba por ella,
| | y he entrado a ver a Roberto, | 555 | que desde mi edad primera
| | me ha criado; ya sabéis | | que éstas son
forzosas deudas | | de quien soy. |
|
|
ROSAURA. | Tenéis
razón; | | merecen mucho las prendas | 560 | de Roberto.
|
|
|
|
ROSAURA. | Blanca, ¿de qué es la
tristeza? | | Vos, Conde, ¿qué os suspendéis?
| | Roberto... |
|
|
|
ROSAURA. | Me
cuenta | | que queréis a Blanca mucho. | 565 |
|
|
CONDESTABLE. |
Tanto, que si ser pudiera | | que todos los que han amado
| | con diferentes finezas | | aquel amor redujesen | | a un
sujeto, y éste fuera | 570 | capaz de sufrirle todo, | | y contra naturaleza | | aspirar a ser mayor, | | y otra vez
se repartiera | | entre todos los amantes, | 575 | fuera el hacer
competencia | | una luz a la del día, | | una flor con
las estrellas, | | un arroyo con el mar | | a la menor llama
destas | 580 | que siento en el corazón; | | porque en Blanca
tan discreta, | | tan hermosamente afable, | | tan gallardamente
bella, | | que ella merece por sí, | 585 | como todas las
bellezas. | | Luego si una, siendo todas, | | vive eterna en
mis potencias, | | viendo los méritos suyos | | para
pagarlos, es fuerza, | 590 | si merece como todas, | | que como
todas la quiera. | |
|
|
|
BLANCA. | Poco el Conde me debiera | | si yo no digo mi amor
| 595 | (Vuestra Alteza dé licencia), | | que entre dos
que bien se quieren | | fuera muy poca fineza, | | que el uno
su incendio diga | | y otro calle sus ternezas. | 600 | Es mi amor
tan excesivo, | | que antes que mi esposo fuera | | sin haberle
visto nunca, | | dentro de mi propia idea | | le estaba queriendo
siempre, | 605 | tanto, que en mí es evidencia, | | que
no por verle le quise, | | sino por naturaleza. | | Pues si
amor es accidente | | que en el sentido se engendra, | 610 | y
mi esposo, el Conde, aquí | | de su afecto me confiesa
| | que me quiso por mirarme, | | más gloria a mi amor
se deba, | | pues yo le adoré sin verle; | 615 | síguese,
pues, que aunque tenga | | amor como todos juntos, | | ese
mismo amor me enseña | | que habiendo sido accidente,
| | por accidente pudiera | 620 | faltar también este amor.
| | Luego es fuerza que le exceda, | | si mi amor es natural
| | y su amor es contingencia. | |
|
|
ENRIQUE. | Mucho más
le quiere Blanca. | 625 | (Ap. | ¿Qué esto mi dolor consienta?)
| |
|
|
BLANCA. | (Ap.) | ¡Que a este tiempo haya llegado! | |
|
|
CONDESTABLE. | (Ap.) |
¡Ah, si éstas verdades fueran! | |
|
|
ROSAURA. | (Ap.) |
¡Ah, si así le quiere Blanca! | |
|
|
BLANCA. | (Ap.) | Mi enojo
y mi agravio sientan. | 630 |
|
|
ROSAURA. | Ya es hora de ir a Palermo.
| |
|
|
CONDESTABLE. | Permítame vuestra Alteza | | que vaya
hasta allá a servirla, | | puesto que no hay media
legua | | desta quinta hasta la corte. | 635 |
|
|
REINA. | Quedaos, Condestable,
en ella, | | porque sois recién casado, | | y es doña
Blanca muy bella, | | y haréis falta en vuestra casa.
| |
|
|
CONDESTABLE. | Mi silencio es mi obediencia. | 640 | (Ap. | ¡Qué
agravios! Qué desconsuelos!) | |
|
|
|
|
ROSAURA. | ¿No está
cansado tu Alteza | | de haber andado esta noche | 645 | fatigando
la maleza? | | ¿No venís? |
|
|
|
CONDESTABLE. | (Ap.) | ¡Esta noche ha estado fuera!
| |
|
|
ROSAURA. | Blanca, pues tenéis esposo | | que vuestras
partes merezca, | 650 | veneradle como a tal; | | no os digo más,
sois discreta. | | Conde, pues la queréis tanto, | | y ella adoraros confiesa, | | mirad que es hermosa Blanca,
| 655 | tened cuidado con ella. | |
|
|
|
(Vanse ROSAURA y ROBERTO.)
|
BLANCA. | (Ap.) | Honor mío, valor mío, | | ¿dónde
hallaré resistencia? | | Pero huir es valentía,
| | cuando es la desdicha cierta.
| 660 | (Vase.) |
|
|
|
|
ENRIQUE. | (Ap. | ¡Qué de espíritus
me lleva!) | | Adiós, Conde. |
|
|
|
ENRIQUE. | ¡Ay, Blanca, y cuánto
me cuestas! | | (Vase.) |
|
|
CONDESTABLE. | ¿Qué es esto que
por mí pasa? | 665 | ¿Qué confusiones son éstas?
| | Alerta, cuidados míos, | | que toca el honor a leva.
| | Discursos, huid de mí, | | apartaos de mí,
sospechas. | 670 | ¡Blanca anoche al desposarse | | triste, dudosa
y suspensa, | | trocado en nieve su nácar, | | su carmín
en azucenas! | | ¡En el lecho suspirando, | 675 | desmayada y macilenta,
| | mal hallada entre mis brazos, | | arrojando fuego en perlas!
| | ¡El Rey en la casería | | tan de mañana!
¡La Reina | 680 | siguiéndole cuidadosa, | | él escondiéndose
de ella! | | Cuando yo entraba, mi esposa... | | Pero no pronunciéis,
lengua, | | tanto linaje de injurias, | 685 | que unas con otras
se encuentran. | | ¡Ay del tiempo en que el agravio | | de
tal especie se engendra, | | que declararle es injuria | |
y reprimirle es ofensa! | 690 | Mas yo le digo a mí mismo,
| | pues no con mi honor cumpliera | | si no lo sintiera tanto;
| | que aunque es verdad que la afrenta | | en tanto afrenta
se llama | 695 | en cuanto pública sea, | | y ésta
sólo yo la juzgo, | | al que noble sangre alienta
| | más que la publica al mundo | | debe mirarla secreta.
| 700 | La Reina ha dado a entender | | que el Rey ha salido fuera
| | esta noche de palacio; | | yo sentí en mi cuadra
mesma | | voces y pasos; es cierto, | 705 | que esto de las apariencias
| | pueden engañar acaso; | | pero no hay porque se
crea | | que todos cinco sentidos | | uno toque y otro vea,
| 710 | uno escuche y otro alcance, | | y que todos cinco mientan.
| | Luego arguyo bien, es cierto; | | mas la Reina entre sus
penas, | | que era hermosa sí lo dijo, | 715 | y que mirase
por ella. | | Ea, ¿qué dudo? ¿qué aguardo?
| | ¡Oh ayúdeme mi prudencia! | | ¿Y que no advirtiese
yo | | (¡oh cuánto una pasión ciega!) | 720 | que
el Rey, antes que lo fuese, | | en esta quinta pudiera, | | puesto que vivió con Blanca, | | idolatrar su belleza?
| | Y si el Rey me negó a Blanca | 725 | al pedirla, ¿no
era fuerza | | que para hacerlo tuviese | | alguna llama encubierta?
| | ¿Pero esto, no puede ser | | que una fantasía sea,
| 730 | que de algún fácil principio | | poco aparente
proceda? | | No es posible; sí es posible, | | que a
veces en nuestra idea, | | como el natural humano | 735 | a los
discursos se deja, | | si alguno grabar procura | | la imaginación
primera | | en el carácter del alma, | | es el honor
de manera, | 740 | que cuanto se dice y habla, | | cuanto se imagina
y piensa, | | ya de otra razón se alegue, | | ya de
otra causa proceda, | | piensa que todo se dice | 745 | porque
se sabe su ofensa. | | Bien arguyo; ¿pero cómo | | se
ha de apagar este Etna | | que en la materia del alma | | pródigamente
se engendra? | 750 | ¿Cómo, si no las admito, | | no descarto
mis sospechas? | | Pero ya se me ha ofrecido | | una industria
con que es fuerza | | o que viva el desengaño | 755 | o
que mis discursos mueran. | | Yo he de intentar esta noche
| | ser juez de su inocencia, | | o testigo de mi agravio;
| | pues cuando a un tiempo me cercan | 760 | desengaños
al indicio, | | y a mis dudas evidencias, | | disimularlas
es yerro, | | reprimirlas imprudencia, | | no castigarlas delito,
| 765 | atropellarlas vileza, | | contenerlas es oprobio, | | no
buscarlas negligencia, | | recatarlas es rigor, | | apresurarlas
violencia | 770 | y así sólo averiguarlas | | mi
industria esta noche ordena, | | dando al indicio castigos,
| | dando al honor resistencias, | | al deseo sufrimientos,
| 775 | quilates a la prudencia, | | palma a mi honor si hay victoria,
| | muerte a Blanca si hay ofensa.
| | (Vase.) |
|
|
|
Salen BLANCA y SILVIA con una luz.
|
SILVIA. | Deja, Señora,
el llorar, | | pues le das al sentimiento | 780 | más quilates
de tormento, | | más incendio en que penar; | | más
pienso que por vivir | | inmortal en tu tristeza | | has hecho
naturaleza | 785 | el suspirar y sentir. | |
|
|
BLANCA. | No puede haber
suspensión | | en tan hallado tormento, | | pues las
lágrimas que siento | | sudores del alma son, | 790 | gran
fuego se alienta en mí. | |
|
|
SILVIA. | Di, Señora,
tu desvelo, | | pues quizá hallarás consuelo
| | en mí. |
|
|
BLANCA. | No
te toca a ti; | | mis penas el alma llora | 795 | déjame
conmigo estar. | |
|
|
SILVIA. | Obedecer y callar | | es lo que me
toca agora. | |
|
|
|
Sale CUATRÍN.
|
BLANCA. | ¿Y tú
qué quieres, Cuatrín? | |
|
|
CUATRÍN. | Vengo
a decir si te agrada... | 800 |
|
|
|
|
|
CUATRÍN. | Digo,
en fin, | | que el Conde... |
|
|
|
CUATRÍN. | Mi
señor | | en este instante va fuera, | | y dijo que
te dijera | 805 | que perdonases su error; | | porque no puede
venir | | esta noche entre tus lazos | | a gozar dulces abrazos;
| | yo no sé si iba a reñir, | 810 | porque al llegar
a avisar, | | sea mohína o deshonra, | | dijo que un
negocio de honra | | había de averiguar; | | en fin,
se fueron los dos, | 815 | y de lo que el Conde intenta | | he
venido a darte cuenta. | |
|
|
BLANCA. | Mala Pascua te de Dios,
| | vete. |
|
|
|
(Hace que se va y vuelve algunas veces hasta que
se entra.)
|
CUATRÍN. | Voyme,
aunque me espanto | | de lo mucho que has sentido, | 820 | porque
yo no he presumido | | que a tu esposo quieres tanto. | |
|
|
|
|
BLANCA. | No es ése ¡ay Dios! mi cuidado.
| |
|
|
CUATRÍN. | No pienso que te he contado | 825 | como llevaba
broquel. | | (Hace que se va y vuelve.) |
|
|
BLANCA. | Cuatrín,
enfadoso estás; | | déjame, acaba. |
|
|
CUATRÍN. |
Y,
en fin, | | digo que se irá Cuatrín; | | pero
dime... | (Hace que se va y vuelve.) |
|
|
|
CUATRÍN. | Ireme, pues te ofendiste, | | y
enojos tantos previenes: | | (Lo mismo.) | Así, ¿no
dirás qué tienes | | que estás, Señora,
tan triste? | |
|
|
BLANCA. | Vete o, vive Dios, grosero... | 835 |
|
|
CUATRÍN. |
Digo que soy un cansado, | | y que todo cuanto he hablado
| | fue por boca de barbero; | | pues sólo quien lo
es ahoga | | con arenga dilatada, | 840 | en viendo un hombre que
enfada, | | no hay cosa como dar soga. | |
|
|
|
Sale SILVIA.
|
SILVIA. |
Señora, el Rey ha llegado | | por la puerta del jardín,
| | y a no estar aquí Cuatrín | 845 | presumo que
hubiera entrado. | | sabe que el Conde está fuera,
| | y dice que te ha de ver. | |
|
|
BLANCA. | Silvia, ¿qué
tengo de hacer? | |
|
|
SILVIA. | Él entra ya, no quisiera
| 850 | estar aquí; yo me voy, | | porque se ha quedado
abierta | | del jardín la verde puerta.
| | (Vase.) |
|
|
|
|
|
Sale ENRIQUE.
|
ENRIQUE. | Blanca, perdona el
error, | 855 | que sabiendo que tu esposo | | fue a Palermo, cuidadoso
| | vengo a ablandar tu rigor; | | enternézcate el dolor
| | con que me busco en tus ojos, | 860 | y aunque en tan fieros
despojos | | no acredites mis ternezas, | | las que eran en
ti finezas | | no vengan a ser enojos. | | Aún no me
aparto de aquí, | 865 | cuando con nueva osadía,
| | como en tus ojos solía, | | me vuelvo a buscar en
ti. | | ¡Ay de mi vida! ¡Ay de mí! | | Pues que te llego
a querer | 870 | tanto, que más puede ser | | con que es
fuerza que haya sido | | dejar de haberte querido | | que dejarte
de querer. | |
|
|
BLANCA. | Enrique, rey de Sicilia, | 875 | monarca
el más poderoso, | | si avariento de tus rayos | | te
negaste a mis sollozos, | | ya que arrojado te induzcas,
| | te precipites furioso | 880 | a romper de aquestas puertas
| | bien merecidos decoros, | | oye en razones sucintas | | mal
declarados enojos, | | y débeme desengaños
| 885 | pues te debo injurias sólo. | | Qué de veces,
si te acuerdas, | | por este tabique roto, | | que un artífice
labró | | con secreto artificioso, | 890 | nos estudiamos
las almas, | | tan suspensos, tan absortos, | | tan iguales,
tan amantes, | | que en recatados coloquios | | nosotros mismos
tuvimos | 895 | dulces celos de nosotros. | | y viéndonos
tan suspensos | | el apacible Favonio, | | de las luces de
la aurora | | nos dio aviso en blandos soplos; | 900 | pero aquí
anhelando muero, | | aquí del llanto me ahogo; | | fuiste
rey, dándome amante | | mano y palabra de esposo.
| | fui a Palermo, hallete (¡ay Dios | 905 | con qué de afectos
lo lloro!) | | con Rosaura desposado. | | ¡Oh! entonces aquese
monstruo | | de nieve, ese mar soberbio, | | por rizos de espuma
escollos | 910 | me diera infausto sepulcro | | en su centro cavernoso
| | quise vengarme de mí, | | airada al daño
me expongo, | | desposeme con el Conde, | 915 | y tan otra me provoco,
| | que por darme ese castigo, | | diligencié mis oprobios.
| | Caseme, en fin; ¡cuánto yerra | | la que por vengar
su enojo | 920 | contra su gusto se casa | | habiendo querido a
otro! | | Pues darse entonces la muerte | | era una desdicha
sólo; | | pero casarse a disgusto | 925 | vienen a ser dos
ahogos: | | uno, no poder jamás | | desechar el amor
propio, | | que es natural, el primero; | | y es el otro, tener
odio | 930 | por los impulsos de amante | | a los afectos de esposo.
| | Y aunque todas estas cosas, | | blandamente rigoroso | | contra mi amor intentaste, | 935 | tanto a quererte me arrojo,
| | tanto; pero ¿cómo lengua, | | imaginaciones, cómo
| | os lleváis de los afectos? | | Señor, Señor,
aunque logro | 940 | honras en ser vuestra esclava, | | mi esposo
es noble, mis ojos | | con la lengua de su llanto, | | que
os están hablando a golfos, | | os suplican que os
venzáis; | 945 | dejadme en blando reposo | | de inquietudes
de mi vida | | solicitar desahogos. | | Y si arrojado intentáis
| | hacer al vulgo notorios | 950 | vuestros afectos pasados,
| | a mi esposo hacéis forzoso | | el agravio en la intención
| | cuando venganzas aborto | | por los ojos en mi injuria,
| 955 | cuando ni mi amor pregono, | | ni mis agravios allano,
| | ni mis impulsos revoco. | | Yo misma seré el suplicio
| | de mi vida rigoroso, | 960 | y sacando el corazón | | del pecho en que yo le acojo, | | tomaré venganza
en él, | | porque se inclinó alevoso | | a quereros
inconstante; | 965 | y agora esta mano, sólo | | porque
ha tocado a la vuestra, | | siendo cobarde despojo | | de la
ofrenda de marido | | he de abrasar poco a poco | 970 | en esta
confusa llama... | | (Va a quemarse la mano en la vela y mátala.) |
|
|
|
BLANCA. | Porque
de este modo... | | Mas ¡cielos, la luz he muerto! | | Silvia,
luz. |
|
|
ENRIQUE. | (Ap.) | Presumo
que oigo | | un golpe hacia aquesta parte, | 975 | (Suena dentro
ruido de golpe como de persona que salta.) | y puede ser
que su esposo | | haya entrado; yo me aparto | | por este jardín
frondoso, | | cuya llave traigo aquí; | | porque viene
a ser más logro, | 980 | ser por noble desdichado | | que
por ingrato dichoso. | | (Vase y no lo eche de ver BLANCA,
y prosigue, pensando que está aquí.) |
|
|
BLANCA. |
No puede tardar la luz; | | yo prosigo con mi enojo: | | En
efecto, rey Enrique, | 985 | pues una vida malogro, | | que fue
roca a tus finezas | | y a tus afectos escollo, | | no permitas,
no permitas | | no, que el vulgo malicioso | 990 | con sombras
de honor tirano | | eclipse mi honor heroico. | | Confieso
que te he querido, | | Enrique, siendo en el golfo | | Sale
EL
CONDE por la otra puerta con espada y broquel, lleno de
polvo, y vase careando con ella. | del amor de tanto tiempo
| 995 | poco cursado piloto. | | déjame, Enrique atrevido,
| | que aunque es verdad que a mi esposo | | no reportada aborrezco,
| | no tampoco, no tampoco | 1000 | te quiero, si antes te quise.
| | Aunque no constante borro | | de la memoria impresiones
| | que esculpí con líneas de oro, | | pero mi
esposo y mi honor | 1005 | antes han de ser que todo. | | Vete,
Enrique, déjame; | | pues a tus plantas me postro,
| | pidiendo... | | (Arrodíllase delante de su marido.) |
|
|
|
Sale SILVIA con luz.
|
|
BLANCA. | Esposo, ¡ay cielos! si tomo... | | Si yo...
si... porque... si acaso... | | Si Enrique...
| | (Túrbase.) |
|
|
CONDESTABLE. | Blanca, ¿qué asombros | | os conducen
tan suspensa? | 1015 | Vete Silvia. (Ap. Aquí, socorros
| | (Vase SILVIA.) | de mi ardiente corazón; | | aquí
fuego misterioso; | | el Rey estaba con Blanca, | | o ella
haciendo soliloquios | 1020 | se ensayaba en su venida. | | ¡En
qué de enigmas me engolfo! | | «Déjame, Enrique
atrevido, | | que aunque es verdad que a mi esposo | | no reportada
aborrezco, | 1025 | no tampoco, no tampoco | | te quiero, si antes
te quise.» | | Al examen rigoroso | | me llaman estas palabras
| | de mi honor. Mas ¡cielos! ¿cómo | 1030 | averiguaré
mi ofensa? | | Pero quedándonos solos | | he de ser
juez de mi causa; | | yo propio ¡ cielos! yo propio | | me
he de buscar la disculpa | 1035 | pues el cargo es tan notorio.
| | Cerrarla quiero, y salir | | a mirar si en los contornos
| | algún criado me escucha, | | que es honor tan melindroso
| 1040 | que después de averiguado, | | aunque le sirvan
de abono | | apariencias ya de pluma, | | evidencias ya de
plomo | | pensando que han de poner | 1045 | en las presunciones
dolo, | | queda recelosa el alma | | y el honor escrupuloso.)
| | (Cierra por fuera las puertas y vase.) |
|
|
BLANCA. | O es ilusión
lo que miro, | | o es engaño lo que toco, | 1050 | o es enigma
lo que advierto, | | fantasía lo que ignoro, | | o es
que ni alcanzarme puedo | | ni a mí misma me conozco.
| | ¿Mi esposo no estaba fuera? | 1055 | Pues ¿cómo entró
aquí mi esposo | | ¿El Rey no hablaba conmigo? | | ¡Qué
es esto, cielos piadosos | | pero sin duda se fue | | por el
jardín, receloso | 1060 | o airado de mis razones; | | gran
daño en mis males corro, | | pues mi esposo me ha cerrado;
| | todo es males, daños todo: | | Deme ya la muerte
fiera, | 1065 | aunque sin culpa la gozo. | | Pero ¿qué dirá
Sicilia | | de mi muerte? Si es forzoso | | que acredite no
inocencias, | | que si un marido celoso | 1070 | se determina arrojado,
| | piensa el vulgo escandaloso | | que hubo delito si hay
sangre | | que hubo culpa si hay enojos. | | pues consentir
el castigo | 1075 | es de mi sangre desdoro, | | hacer vanas resistencias
| | tampoco ha de ser ahorro. | | ¡Ay de mí! que tan
suspensa, | | tan discursiva me cobro, | 1080 | que ni a la muerte
me allano, | | ni a la vida me acomodo. | | ¿Qué tengo
de hacer? huir; | | mas si está cerrado todo, | | ¿cómo
saldré a esotra cuadra? | 1085 | Mas por el tabique roto,
| | pues no he tenido lugar | | para cerrarle, me arrojo | | en lance tan apretado | | a entrarme, porque es impropio
| 1090 | cuando hay salida a la vida | | peligrar en lo dudoso.
| | Y pues que salgo a otro cuarto, | | busco a mi padre, que
es logro | | de mi honor guardar mi vida, | 1095 | que en pasando
aqueste enojo, | | podrá haber satisfacciones | | y
ahora desdichas sólo. | |
|
|
|
(Ha de haber un tabique hecho
de madera y dado de cal por encima, que se abra, y después
a su tiempo se caiga todo, y encima dél ha de haber
algunas pinturas. Abre BLANCA el tabique y vase.)
|
|
Sale EL CONDESTABLE abriendo las puertas.
|
CONDESTABLE. | Todo este
cuarto he mirado | | advertido y cuidadoso, | 1100 | y nadie escucharnos
puede. | | ¡Oh cuánto, cielos, me importo | | para averiguar
yo mismo | | estos celos rigurosos! | | Mas ¿cómo no
está aquí Blanca? | 1105 | ¿Blanca? Suspenso y absorto
| | me tiene mi fantasía; | | Blanca hermosa, miento,
monstruo | | de mi honor. ¡Cielos! ¿qué es esto? | | por las venas y los poros | 1110 | helado sudor me cubre. | | ¿Qué
ilusión de mis enojos | | es ésta? ¿Yo no he
cerrado? | | Pues ¿cómo ¡ay pesares! cómo | | no parece Blanca? Quiero | 1115 | mirar si del alboroto | | dejé
las puertas abiertas; | | cerradas están; no topo
| | a mis discursos salida, | | pues tener llave es impropio,
| 1120 | que hoy he echado llaves nuevas | | a esas puertas, receloso
| | de una vana fantasía. | | Pues pensar que ha sido
asombro | | o ilusión, es desmentirme | 1125 | a mí
mismo; pues ¿qué modo | | tendré para averiguarlo?
| | Pero ya, ¡ay cielos! conozco | | que hay culpas en Blanca,
y muchas, | | pues huyendo de mis ojos | 1130 | las que en mí
fueron sospechas, | | son para su dueño abonos. | |
Él huyó, luego es culpada; | | pero, ¿por dónde,
si el Noto | | por impulso de sus alas | 1135 | no la ha llevado
a otro polo? | | (Llaman a una puerta.) | Cielos, llamaron;
yo quiero | | abrir, desmintiendo al rostro | | las sospechas
de mis males. | | ¿Quién es? |
|
|
|
Sale ROBERTO.
|
ROBERTO. |
Yo,
que a lo furioso | 1140 | de tus voces he llegado; | | ¿Qué
tienes, hijo? |
|
|
CONDESTABLE. | Estoy
otro | | de quien era en mi discurso, | | siendo enigma de
mis ojos. | | Blanca... |
|
|
ROBERTO. | ¿Qué
dices de Blanca? | 1145 | De Palermo vengo, y sólo | | a
Blanca encontré, arrojando | | por la margen de su
rostro | | en esta primera cuadra | | dos destilados arroyos.
| 1150 |
|
|
|
|
|
ROBERTO. | Reconozco
| | Que estás otro, como dices. | | ¿Blanca? |
|
|
|
Sale
BLANCA.
|
BLANCA. | (Ap.) | Señor,
yo me arrojo. | |
|
|
CONDESTABLE. | (Ap.) | O es ilusión cuánto
miro, | 1155 | o es incierto cuánto toco. | | ¿El Rey no
estaba con ella? | | ¿Yo no vine cuidadoso? | | ¿No sacó
Silvia la luz? | | ¿No cerré a Blanca yo propio? | 1160 | Pues ¿cómo ahora está fuera? | |
|
|
|
CONDESTABLE. | (Ap.) | Yo
propio | | ¿no me escondí aquesta noche? | | ¡Mas que
me ha de volver loco | | esta quinta! |
|
|
|
CONDESTABLE. | Tengo una pena que ignoro.
| |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
ROBERTO. | Oh, ayúdeme mi prudencia. | |
|
|
BLANCA. |
Sí hará, pero puede poco. | |
|
|