Jornada Primera |
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Salen JULIA, ELENA, ESPERANZA y LEONOR.
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ELENA | Templa el llanto a tus enojos. | |
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JULIA | Dos nubes
hay en mis ojos | | que ha congelado una pena. | |
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ELENA | Lluevan,
pues, y tu dolor | | mengüe, si alivio le das. | |
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JULIA | Antes
cuanto lloro más, | | se hace la lluvia mayor. | |
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JULIA | Mira
la nube | | preñada de exhalaciones, | | que a penetrar
las regiones | | del aire diáfano sube. | | que si del rayo
el calor | | le hace derretir la nieve, | | de aquello mismo que
llueve | | va naciendo otro vapor. | | Mira un río a su
albedrío | | que al mar se va a despeñar, | | y por
sus venas el mar | | le vuelve a hacer que sea río. | |
Iguales hoy los enojos | | son del mal que me condena, | | una
lloro, y otra pena | | vuelve a congelar mis ojos. | | Despeño
el corriente frío | | de mis mejillas al mar, | | y este
mar vuelve a prestar | | caudales de plata al río. | | ¿Pues
qué importará en rigor | | despeñar corriente
igual, | | si río logro un caudal, | | y nube abrazo un
vapor? | |
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ELENA | A visitarte he venido | | por templarte esos enojos, | | y habla mi voz con tus ojos | | y aun no me escucha tu oído; | | que tienes razón confieso; | | di tu mal, y no lo llores: | | yo también siento dolores | | y no los lloro por eso: | | dime tu pena también. | |
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JULIA | Un
amor; | | ¿tú qué sientes? |
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JULIA | Querida soy, y mi vida | | de imposibles
adolece. | |
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ELENA | Mayor mi desdicha crece, | | pues quiero y no
soy querida. | |
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JULIA | Mi amante y dueño sabrás | | que me quiere más que a sí. | |
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ELENA | Mi amante
me quiere a mí | | de cumplimiento no más. | |
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JULIA |
Como a mi amante lograra | | hoy fuera mi amor dichoso. | |
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ELENA |
Quisiérame a mí mi esposo, | | y mas que no le
gozara. | |
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JULIA | Que no le amas tanto creo. | |
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ELENA | Tibio está
tu antiguo ardor. | |
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JULIA | Esa es tema y no es amor. | |
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ELENA | Ése
no es más de un deseo. | |
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ELENA | Que es imagino en rigor | | mala urbanidad de amor | | el
querer por conseguir. | |
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JULIA | Quien no aspira a merecer | | no
quiere. |
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ELENA | Engañada
estás, | | antes quiere mucho más | | la que quiere
por querer, | | y este amor goce renombre | | que estrella ha infundido
bella. | |
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JULIA | Eso es amar una estrella | | y esotro es amar un
hombre. | |
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ELENA | Con verle está mi pasión | | con
templanza y sin enojos. | |
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JULIA | Eso es halagar los ojos | | y
enojar el corazón. | |
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ELENA |
Salga en palabras veloz | | a declararse mi agravio. | |
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JULIA | Use
mi pena del labio, | | logre mi queja la voz. | |
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ELENA | Salte allá
fuera, Leonora. | |
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JULIA | Esperanza, vete fuera. | | (Vanse las
criadas.) | Ya sabes que esta ciudad | | de Verona, en civil
guerra | | cuatro años ha padecido | | la prolija competencia | | de dos antiguas familias | | que la dan lustre y nobleza. | |
Montescos y Capeletes, | | en cuyas cenizas muertas | | de no apagados
del odio | | y de cubiertos en ella, | | por memoria o por reliquia | | algunos carbones queman. | |
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ELENA | Ya sé todo lo que
dices, | | y que la amistad estrecha | | que en las dos se ha conformado, | | aunque en linajes opuestas | | nos ha unido tan iguales, | | que
excepción damos violenta | | desta regla de la ira | | siendo,
del hado a la fuerza, | | tú del árbol Capelete, | | yo de la rama Montesca. | |
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JULIA | Fue el principio destos bandos | | una inútil academia | | en que justaron un día | | el valor y la destreza. | | Tu padre Otavio Romeo | | (a cuya
anciana experiencia | | Verona debió más lauros | | que Roma triunfos a César) | | mantenedor de un torneo, | | vibrando en la mano diestra | | contra su competidor | | asta
de pino ligera, | | por la visera una astilla | | halló
la entrada tan cierta | | (Que a veces hace el acaso | | mucho
más que la destreza), | | que dio la muerte a mi hermano | | Luis Capelet, sin que hubiera | | quien achacase a su enojo | | de aquella muerte una seña; | | mas como la sangre es
fuego, | | sopló el dolor la materia | | de la envidia,
que fue siempre | | una hipócrita pavesa | | que está
ardiendo como viva | | y humeando como muerta; | | y todos los
Capeletes | | cobrar la venganza intentan | | en tu noble padre
anciano, | | que entre valores envuelta | | rindió la vida,
dejando | | póstuma otra vida nueva | | que nació
de aquella muerte, | | porque toda Italia sepa | | que las canas
de los nobles | | (bien que embotadas parezcan) | | cobran más
seguros filos | | si se aguzan en la ofensa. | | Tu hermano Alejandro,
entonces | | la espada indigna soberbia | | en venganza de su padre, | | con tanta ira, que apenas | | logró del primer amago | | la satisfacción primera | | cuando todos los Montescos | | sus parciales, aprovechan | | la ira más que el valor, | | y con saña torpe y ciega | | no perdonan Capelete | | que
de su espada sangrienta | | no sea ejemplo de sí | | y escarmiento
de otro sea. | | Anciano en quien florecieron | | canas de cien
primaveras, | | dio por fruto los corales | | que maduraba en sus
venas, | | tierno infante que en la cuna | | se adormeció
a la querencia | | del arrullo, a su inocente | | noble sangre
se gorjea: | | llegó la saña a los templos, | | la
voz regiones penetra; | | ¡vivan los Montescos! dicen | | los unos,
los otros ¡mueran! | | Capelete allí agoniza; | | un Montesco
allí pelea | | con la muerte; el alarido | | se escucha,
mas no la queja; | | cayose aquel edificio, | | a titubear otro
empieza, | | y son puntales del flaco | | los que del caído
cuelgan. | | Da el hijo voces al padre, | | la madre al hijo lamenta, | | y con ser tan grande el daño | | aun es mayor la sospecha. | | Llega Alejandro a mi casa, | | y tan indignado llega | | a dar
la muerte a mi padre, | | que no hallándole, se venga | | en los criados, y entrando | | más adentro, no reserva | | pintado halcón, que las aves | | descubre en ruda floresta; | | maniatado bruto, a quien | | regaló mano grosera; | | temporal
ave, que canta | | en la infancia de la selva; | | y llegando hasta
una cuadra | | donde mis pestañas negras | | iban ensartando
el llanto | | que se quejaba en mi pena, | | quiere darme muerte;
y yo, | | porque no se compadezca | | de mi llanto, doy al rostro | | esa blanca usada tela | | a quien ocupa el dolor | | y le inventó
la limpieza. | | Con el acero me busca | | y con la mano siniestra | | quita el Cambray de mis ojos, | | y no los ha visto apenas, | | cuando dejó en el amago | | a la ejecución perpleja. | | En fin, si fue piedad suya | | o fuese verme tan muerta | | que
estaba inútil su acero | | no estando ociosa mi pena: | | o fuese verme rendida, | | o fuese porque es nobleza | | del rayo
no emplear iras | | donde faltan resistencias: | | o fuese por
mi hermosura, | | o porque (aunque no la tenga) | | no se hacen
todos los ojos | | a la luz de la belleza: | | o fue, qué
sé yo por qué, | | que siempre en estas materias | | aquello que no se sabe | | es aquello que más prenda; | | apagar hizo aquel odio | | que ardiendo en nobles centellas | | tuvo en el mismo no arder | | aun más pertinaz materia. | | Agradezco su valor, | | y quedé, decir pudiera, | | mucho
más que agradecida; | | mas quedó en mí
la dolencia; | | porque habrá alguno que llame | | facilidad
a la fuerza. | | Solicítame después | | con cuidado
y con fineza; | | dile oídos, y él me dijo | | aquellas
mentiras tiernas, | | que, sabiendo que lo son, | | no hay mujer
que no las crea. | | Háblame una y otra noche | | por los
hierros de una reja; | | rogaba, escúchole el ruego; | | quejábase, oigo la queja; | | finge enojos como airado, | | y créolos como necia; | | pídeme en mi casa entrada, | | cierro a su oído la puerta; | | porfía, no lo
permito; | | háceme aquellas protestas | | que hacen todos,
y ninguno | | cumple, aunque cumplirlas quiera. | | Déjole
entrar en mi casa, | | vase hallando mucho en ella; | | díceme
que es ya lo más | | haber entrado a esta fuerza; | | que
me rinda a los partidos | | de ser mi esposo. Aquí vieras, | | ya su ruego, ya su amor, | | pelear con mis sospechas. | | Creía
yo sus palabras | | como amante, y al creerlas | | sólo
la desconfianza | | de mí me tuvo suspensa. | | A mí
sola me temía; | | que mala hora es aquella | | en que una
mujer de partes | | desconfía de sí mesma. | | mi
amor ya le has entendido, | | ya te dije su asistencia; | | yo
soy mujer, y él galán; | | hubo días, hay
finezas. | | El trato es parcial de errores, | | la noche siempre
es tercera; | | Y así... pero no eres tú | | tan
bozal, tan extranjera, | | que no entiendes el lenguaje | | del
amor; calle mi lengua, | | y colige mi desdicha | | de mi silencio
en las señas; | | que males deste linaje | | no se entienden
si se cuentan, | | y sólo se explican más | | si
los calla la vergüenza. | | Ya por el mar de las dudas | | navegaban mis sospechas | | por el viento de un suspiro | | y
un leve Cambray por vela; | | cuando halle próspero el
cielo, | | y a mi Alejandro que intenta | | con rendimientos más
finos | | solicitarme más tierna. | | Mas desde entonces
me quiere, | | y al ver que soy la primera | | que quiere a un
hombre premiado | | por mérito o por estrella, | | dije,
viéndome al espejo, | | que me halaga y lisonjea | | mientes
cristal, que me finges | | en sombras una belleza, | | que no fuera
yo dichosa | | si yo no fuera algo fea; | | pero como siempre el
mal | | es sombra del bien, y es fuerza | | que a una dicha que
es gran dicha | | una desdicha suceda, | | mi primo, Andrés
Capelete, | | casarse conmigo intenta, | | y a mi padre o mi enemigo, | | con porfías y con quejas | | le pide mi mano, y él, | | por su sangre y por sus prendas, | | parece, aunque no le admite, | | que tampoco le desprecia. | | Hoy mi padre me ha pedido | | que
con él case; tú piensa | | a cuántos riesgos
están | | mi vida y mi fama expuestas. | | Si a casar con
él mi padre | | me obliga, si no me fuerza, | | mal podré
sin honra ser | | mujer de quien honra tenga. | | Pues si Alejandro,
mi dueño, | | sabe que hay quien me pretenda | | y que yo
escucho este amor, | | me expongo a que me aborrezca; | | que aunque
celos vulgarmente | | dan a este fuego materia, | | también
se sabe que hay muchas | | excepciones desta regla, | | que unos
con celos se encienden, | | y otros con celos se hielan. | | Casarme
con Alejandro | | no es posible, aunque pudiera, | | pues mi padre
es su enemigo | | o por venganza o por tema: | | y que ha de ser
tan difícil, | | imagina mi dolencia, | | que le quiera
por esposo | | como que yo no le quiera. | | De suerte, que un
enemigo | | sitiando esta fortaleza | | a desembocar mis ojos | |
(foso de mi amor) se acerca. | | si al socorro de Alejandro | | voy esperando que venga, | | ¿cómo si le estorban tantas | | artificiales trincheras? | | Olvidarle no es posible; | | casar
con otro es violencia; | | obedecer a mi padre | | no es obedecer
mi estrella; | | para aguardar que se ajusten | | estos bandos
no hay paciencia; | | convalecer, no es posible; | | desesperar,
es flaqueza; | | olvidar, cruel remedio; | | querer, imposible
fuerza; | | quejarme más, no es valor; | | callar más,
no es fortaleza; | | y así, pues sabes de amor, | | como
amante me aconseja, | | amiga me persuade, | | y como hermana me
templa, | | porque te deba mi fama | | y porque mi amor te deba, | | ella decentes alivios, | | y él maduras experiencias. | |
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ELENA | Pues yo te quiero contar | | mayor pena. |
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(Sale ESPERANZA.)
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ESPERANZA | Alejandro
Homeo | | dice que te quiere hablar. | |
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JULIA | ¿Es él, o
me has engañado? | |
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ESPERANZA | Por señas que trae
consigo | | a Carlos, su grande amigo, | | que es quien siempre
anda a su lado. | |
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JULIA | ¡Qué querrá, cielos!
¿qué es esto? | |
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ESPERANZA | Dentro, en la antesala está. | |
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JULIA | Dile que no se entre acá, | | que aunque no vendrá
tan presto | | mi padre, le temo. |
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ALEJANDRO | (Dentro.) | Di | | que tengo de entrar. |
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JULIA | Señor, | | advierte que no es amor | | no mirar por ti y por mí. | |
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ALEJANDRO | (Dentro.) | Ahora mi intento sabrás, | | mi imposible soberana; | | ¿estás sola? |
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JULIA | Sí,
tu hermana | | está conmigo no más; | | vete, Alejandro,
que yo | | verte a la noche confío. | |
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ALEJANDRO | (Dentro.) | ¿No
vino un criado mío | | a darte un recado? |
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(Salen ALEJANDRO y CARLOS.)
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ALEJANDRO | Pues a decir mi cuidado | | se arroja mi confianza. | |
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JULIA | Cierra esa puerta, Esperanza, | | presto, y vete, dueño amado. | |
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ALEJANDRO | Pues bien,
podéis iros vos. | |
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CARLOS | Pues adiós,
amigo. | (Vase.) |
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ALEJANDRO | Adiós. | | Julia, yo no vengo a verte, | | a tu padre vengo a hablar. | |
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ALEJANDRO | Y
a remediar | | con una voz una muerte. | | Pedirte por dueño
quiero, | | que no tengo por peor | | fallecer de su rigor | | si
de tu esperanza muero. | | Que te adoro le diré, | | que
bien veo (aunque estoy ciego) | | que por arriesgar un ruego | | no se aventura una fe. | | Los bandos que yo encendí | | el tiempo los apagó; | | días ha que dura el
no, | | instantes hay para el sí. | | A poner remedio acuda | | mi fe a esta dificultad, | | muera yo de una verdad | | si he
de morir de la duda. | |
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JULIA | Dueño mío, ¿cómo
un daño | | tan evidente no ves? | |
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ALEJANDRO | Ya de mi dolencia
es | | medicina el desengaño. | |
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ALEJANDRO |
Tu
amor no divierta | | mi intento, porque es en vano | | porfiar. |
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ELENA | Considera,
hermano... | | (Llaman.) |
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ESPERANZA | Llamando están a la
puerta. | |
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JULIA | ¿Quién puede ser? ¡muerta estoy! | | Mira
quién es al instante. | |
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GUARDAINFANTE | (Dentro.) |
Abre, Guardainfante soy. | |
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(Entra GUARDAINFANTE, lleno de yeso.)
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ALEJANDRO | ¿Cómo vienes tan manchado? | |
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ALEJANDRO | ¿Cómo
has tardado | | tanto en llegar? |
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ALEJANDRO | Un recado que le he dado, | | ¿cómo a traerle
no vino? | |
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GUARDAINFANTE | ¿No ves tú que en el camino | | me han dado a mí mi recado? | |
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JULIA | Esperanza: cierra
ahí, | | ¡no entre mi padre! |
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GUARDAINFANTE | No hará, que yo le dejé | | más de diez calles de aquí. | |
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ESPERANZA | ¿Aun
a hablar no se atreve? | |
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ESPERANZA | ¿Qué es eso? ¿es alojería? | |
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GUARDAINFANTE | Es el diablo que la lleve. | |
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JULIA | Ea, Guardainfante,
hablad. | |
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GUARDAINFANTE |
Ya sabes tú que ayer tarde | | cené mucho. |
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GUARDAINFANTE | Salí de casa a llevar | | un
recado esta mañana, | | y en la calle me dio gana | | de
volver a descenar. | | Y aunque por diez avestruces | | tengo el
calor natural, | | entreme en cierto portal, | | y hallele lleno
de cruces. | | Partí luego diligente | | con gran prisa
y gran afán | | a entrar en otro zaguán, | | y hallele
lleno de gente. | | A otro paso, y éste dejo | | con mi
pasión natural, | | y hallo ocupado el portal | | de un
zapatero de viejo. | | Voy después con ansia fiera | | a
otro que estaba primero, | | y encuentro en él un hormero, | | y en otro una soletera. | | Voy, la gana decentada, | | hacia
una obra que vi, | | y por la calle que fui | | dejé gran
obra cortada. | | Entré en la obra con mil | | ansias, que
el descanso cobra, | | y viome empezar la obra | | cierto peón
de albañil: | | ¿Qué hace aquí? -me dijo,
viendo | | la prisa con que acudí; | | pero yo le respondí, | | -No hago, que estoy deshaciendo.- | | A un alarife vi ser | |
quien más me estaba mirando, | | y dije, éste
está ajustando | | qué cascote he menester. | | Quíseme
escapar por eso: | | tarde al remedio acudí, | | trajeron
el cuezo allí | | donde tenían el yeso, | | y pusiéronse
a la par | | a tabicar el postigo; | | que no me le cierren, digo, | | y el maestro dijo: Alzar.- | | Un peón como un Roldán, | | dijo a esotros: No le deis, | | Montescos somos los seis, | |
y es Montesco este galán. | | -Es así (dijo un
pobrete | | con furia muy temeraria) | | pero su parte contraria | | bien se ve que es Capelete.- | | Hicieron luego otra masa | |
de yeso vivo y cal muerta, | | vaciáronme por la puerta, | | y fuime a enjuagar a casa. | |
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ALEJANDRO | En fin, mi intento
divierto. | | ¿No hablaré a tu padre? |
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JULIA | No; | | dime tú, ¿quién más que yo | | sabe de
mi padre? |
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ALEJANDRO | Es
cierto; | | pues no se aventure todo; | | lo que me ordenas haré. | |
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JULIA | Esta noche te veré, | | y dispondremos el modo | | para hablarle con templanza, | | y ocasión que hacerlo
quiera. | |
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ALEJANDRO | Y será la vez primera | | que halle
puerto una esperanza. | |
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JULIA | Mas cuando me niegue el sí, | | mi amor no te olvidará. | |
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ALEJANDRO | Ni el hado permitirá | | que yo te aborrezca a ti. | |
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JULIA | Mas si te hallase mudado. | | más quiero, dueño querido... | |
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JULIA | Que
hayas aborrecido, | | que no que hayas olvidado. | |
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ALEJANDRO | ¡Oh
qué mal sabes curar | | los accidentes de amor! | | Dime,
Julia, ¿no es peor | | aborrecer que olvidar? | |
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|
JULIA | Tu falsa
opinión por necia | | no debe ser admitida, | | que el que
aborrece, no olvida, | | pero el que olvida, desprecia. | |
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ALEJANDRO |
Aborrecer he creído | | que al necio olvidar excede, | | que en una memoria puede | | hallar remedio un olvido. | | Difícil
es ver trocado | | un odio en amor posible; | | y acordarse es
imposible | | de aquello que se ha olvidado. | | Luego si con mi
argumento | | te pongo por ejemplar | | que es tan difícil
amar | | sobre un aborrecimiento; | | y ahora colegirás | | con evidencia también, | | que es tan fácil querer
bien | | sobre un olvido no más; | | luego va (por no entendida) | | toda tu opinión errada, | | y es mejor ser olvidada | | que no ser aborrecida. | |
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|
JULIA | Sí, pero el que ha aborrecido, | | y aborrece, puede ser | | que en el mismo aborrecer | | se acuerde
de que ha querido. | | Pero aquel que se olvidó | | de las
glorias de amor loco, | | aun no se acuerda tampoco | | del tiempo
que aborreció. | | Pues más quiero, aunque esté
errada | | esta mi opinión creída, | | ser por odio
aborrecida, | | que por desprecio olvidada. | |
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ALEJANDRO | Aborrecer
he pensado | | que es vengarse. |
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|
JULIA | Es
porfiar, | | y olvidar es no estimar | | aquello que se ha gozado, | |
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ALEJANDRO | Divertido sólo está | | quien olvida,
airado no. | |
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|
JULIA | Por eso el que aborreció | | nunca se
divertirá. | |
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|
JULIA |
No
es buena | | la que sigue tu pasión. | |
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|
JULIA | Di tu parecer, Elena, | | habla
amiga por tu vida. | |
|
|
ELENA | Si responder es forzoso, | | el conde
Paris, mi esposo | | me ha aborrecido, y me olvida. | |
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|
ALEJANDRO |
Pues si antes te ha aborrecido... | |
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|
ELENA | El
olvido; | | porque más estimo yo | | (dado que le halle
inconstante) | | que hoy se acuerde el que es amante | | de que
ayer me aborreció, | | que no (en mi desprecio) ver, | | cuando yo más fina estoy, | | que llegue a olvidarme
hoy | | de que me ha querido ayer. | |
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GUARDAINFANTE | Con licencia este ejemplillo. | | quiere alguna dama bien | | a un galán por su dinero, | | destos que dan un puchero | | (aunque hay pocos que lo den). | | y ella, con muy malos modos, | | con verle fino y fiel | | vino
a hacer después con él | | lo que hacen todas
con todos. | | Como era dama del pasto, | | bien que a los riesgos
del susto, | | tenía otro del gusto, | | que esto pasa a
los del gasto. | | Ve el gastador sus errores | | (así el
que es bobo se llama); | | que poner sitio a una dama | | no se
hace sin gastadores; | | vase airado y furibundo, | | déjala
el tal caballero, | | después que ha sido el postrero | | que supo lo del segundo. | | Mas la dama escarmentada | | de ver
que el galán perdió, | | que ayer con olla se
vio | | y hoy se mira desollada; | | y viendo que obrando van | |
tantas hambres enemigas, | | en casa de sus amigas | | anda rondando
al galán. | | Y sabiendo que va allí | | a verlas
todos los días, | | las pregunta: amigas mías, | | ¿este hombre no habla de mí? | | -Él te llega
a aborrecer,- | | la dicen, sabe sentir,- | | y ella empieza a
discurrir,- | | este hombre ha de volver.- | | Y dicen ellas así | | cuando en su cónclave están | | peor fuera que
mi galán | | no hablara nada de mí | | pues si las
damas del pido, | | como en mi ejemplo verás, | | solicitan
mucho más | | el odio que no el olvido, | | con fingir una
pasión | | que a ser pasión no se asoma; | | ¿Porque
las damas del toma | | no han de seguir su opinión? | |
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|
JULIA | De ti me dejo vencer; | | ¿tú no me has de aborrecer? | |
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|
JULIA |
¿Tú no me has
de olvidar? | |
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|
ALEJANDRO | A desconfianza pasa | | ese recelo, esa
pena. | |
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ALEJANDRO | Ven,
Elena, | | Te iré acompañando a casa. | | Adiós,
divino arrebol, | | en cuyos rayos cegué, | | que esta noche
te veré. | |
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|
JULIA | ¡Oh, muérase presto el sol! | |
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ELENA | Y otra vez en tan civiles | | cosas no porfiéis
los dos. | |
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|
(Llaman a la puerta.)
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JULIA | Mira,
esposo, | | que todo se echa a perder. | |
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ALEJANDRO | ¿Yo me tengo
de esconder? | |
|
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|
JULIA |
Ya
es forzoso | | esconderte. |
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|
ALEJANDRO | ¿Habrá
templanza | | en mi fortuna cruel? | |
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JULIA | Elena, éntrate
con él; | | Abre esa puerta, Esperanza. | |
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ALEJANDRO | ¡Estoy
muerto! | | Quiérome esconder por ti. | |
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(Escóndense
ALEJANDRO, ELENA y GUARDAINFANTE al paño.)
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(Salen
ANTONIO y ANDRÉS.)
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ANDRÉS | Voz de hombre digo
que oí. | |
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ANTONIO | Ya estás, Andrés, importuno. | |
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ANDRÉS | Vedlo, y veréis que es así. | |
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ANTONIO |
Julia, ¿quién ha entrado aquí? | |
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JULIA | Aquí
no ha entrado ninguno. | |
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ANTONIO | ¿Veis, sobrino, cómo
vos | | sois porfiado? |
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ANTONIO | Pues mi casa he de mirar | | por la duda, vive
Dios. | |
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JULIA | Satisfacerle es en vano | | a mi primo o mi enemigo | | porque ha de tomar conmigo | | el parentesco de hermano. | |
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ANTONIO | Esperad, porque primero | | he de ver toda la
casa. | |
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ANTONIO | Yo he de curar una duda | | con una experiencia;
entrad. | |
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ANTONIO | Hoy
ha de ver | | en mi verdad a su error | |
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JULIA | (Ap.) | Él entra ahora ¡ay de
mí! | | Y a Alejandro ha de encontrar. | |
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ANDRÉS |
¡Que viniese yo a enojar | | a Julia! |
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ANDRÉS | Entrar a ayudarle intento. | |
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ANTONIO |
Diga quien es al momento, | | si quiere librar su vida. | |
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(Saca
a GUARDAINFANTE.)
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GUARDAINFANTE | Suplico a usted que se espere. | |
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ESPERANZA | A Guardainfante encontró. | |
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GUARDAINFANTE | Un albañil,
¿qué me quiere? | |
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ANTONIO | ¿Pues qué hay aquí
que labrar | |
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ANTONIO | ¿Cómo no dice a qué vino? | |
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GUARDAINFANTE | Yo he venido a trastejar. | |
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ANTONIO | Ya que trastejar
quisieras, | | ¿junto a mi cama hay tejado? | |
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GUARDAINFANTE | ¿Pues
qué cama de hombre honrado | | hay que no tenga goteras? | |
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ANTONIO | Pues dime, ¿quién te llamó | | a mi casa? |
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GUARDAINFANTE | (Ap.) | Él
me ha pescado, | | ¿qué diré? |
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ESPERANZA | (Ap.
| Él se ha turbado.) | | El casero nos le envió | | para que el tejado viera. | |
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ANDRÉS | A este aposento ¿a qué entró? | |
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GUARDAINFANTE | Sor sobrino,
fondo en yerno, | | ¿quiéreme usted dejar? | |
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GUARDAINFANTE | Sí, Señor,
para el invierno. | |
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ANTONIO | Vuelva otra vez, que ahora vino | | a muy mal tiempo. |
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GUARDAINFANTE | No
trastejo yo | | en casa donde hay sobrino. | |
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GUARDAINFANTE | (Ap.
| Ahora me río, | | burlados quedan los dos.) | | Ah, señor
sobrino, adiós. | |
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GUARDAINFANTE |
Servidor,
seor tío. | | (Vase.) |
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ANTONIO | Que ha sido gran demasía | | la vuestra. |
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ANDRÉS | Confieso,
que es | | enojarte yerro mío. | |
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JULIA | Que mi padre no querrá | | violentarme
el albedrío. | |
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ESPERANZA | El
conde Paris | | quiere hablarte. |
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JULIA | (Ap.
| ¡Soy de hielo!) | | Por no escucharte me iré. | |
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JULIA | (Ap.) | Cielos,
¿qué haré? | |
(Vase ANDRÉS, y JULIA se
queda al paño; y salen al paño a otra puerta
ALEJANDRO, y a otra ELENA.)
|
(Sale EL CONDE.)
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|
CONDE | Amigo,
guárdeos el cielo. | |
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CONDE | Porque
mi cuidado | | no puede estar sosegado. | |
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|
ANTONIO | Pues decid,
¿qué me mandáis? | |
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|
CONDE | Que a una discreta venganza | | me ayudéis sólo quisiera; | | vaya esa criada
fuera. | |
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|
ANTONIO | Vete allá fuera, Esperanza. | |
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ALEJANDRO | (Al paño.) | Salir ahora es forzoso. | |
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|
ELENA | (Al paño.) | Veré qué intenta
mi esposo. | |
|
|
ALEJANDRO | (Al paño.) | Escucharé
mi enemigo. | |
|
|
JULIA | (Al paño.) | Escuchar desde aquí
intento; | | ojos, el llanto templad. | |
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|
|
CONDE | Noble Antonio Capelete, | | en cuyas canas
y acero | | debe la Milicia triunfos | | y experiencias el consejo; | | yo enfermo de dos dolencias, | | en dos accidentes peno; | | yo
tengo odio y tengo amor, | | yo quiero bien y no quiero. | | Dos
extremos hay en mí | | sin hallar el medio en ellos | |
que aunque no se pueden dar | | extremos sin que haya medio, | | amo con tanta pasión, | | con tanta ira aborrezco, | |
que no veo más en mí, | | cuando verme más
deseo, | | sino a un extremo del odio | | y del amor otro extremo. | |
|
|
ANTONIO | ¿Aborrecéis y queréis | | a un tiempo
a un mismo sujeto? | |
|
|
CONDE | No, Antonio; dos son los males, | | dos causas hay para ellos, | | y tengo para los dos | | repartidos
dos afectos. | |
|
|
ANTONIO | ¿A quién queréis me decid? | |
|
|
CONDE | Quiero deciros primero | | a la que aborrezco airado | |
por gastar este despecho, | | y después a la que adoro, | | porque si a la voz enseño | | a pronunciar los ardores, | | que errará las iras temo | | con el curso que a la voz | | hace el labio lisonjero; | | pero no errará después, | | si antes por el odio empiezo; | | que el que ha de contar que
adora, | | es bien que diga primero | | que ha aborrecido, y no
es bien | | de odio y de amor en el duelo | | que el que cuenta
que ha querido | | diga que aborrece luego. | |
|
|
ANTONIO | ¿Pues a
quién aborrecéis? | | Ea, decídmelo presto. | |
|
|
CONDE | Sí haré, porque tengo gana | | de decir
a la que quiero. | |
|
|
|
CONDE | A
Elena, mi esposa, | | es a la que yo aborrezco. | |
|
|
ELENA | ¡Cómo
duele el escucharlo | | aun mucho más que el saberlo! | |
|
|
ANTONIO | ¿Pues no la adorabais antes? | |
|
|
CONDE | El que entra a
un jardín ameno, | | elige la azul violeta | | porque la
encontró más presto | | que a la rosa que esperaba | | púrpura y nácar vertiendo; | | mas luego que
ve a la rosa, | | reina del campo, que ha puesto | | para guardar
su hermosura | | las espinas por archeros, | | porque la ve más
guardada | | la procura. (¡Oh vil respeto | | de los hombres que
nos vamos | | a solicitar los riesgos!) | | Y porque es inconveniente, | | no porque es mejor, queremos | | más el desdén
de una espina | | que de otra flor el requiebro. | |
|
|
ANTONIO | ¿Pues
por qué la aborrecéis? | |
|
|
CONDE | Como Alejandro
Romeo | | es su hermano, y como es | | del árbol noble Montesco | | y yo Capelete soy, | | con ver que a mi lado tengo | | una mujer
que me es siempre | | embarazo para el lecho, | | fatiga para el
descanso, | | e inquietud para el sosiego, | | estoy tan desesperado. | |
|
|
|
CONDE | Porque
como al tiempo | | que yo me casé con ella | | no estaba
encendido el fuego | | de aquestos bandos que hoy | | arde en callados
incendios, | | es mi sentimiento más, | | y ha llegado mi
despecho | | a tiempo que la he querido | | dar la muerte; mas
no quiero, | | puesto que hoy puedo un ardid, | | aprovechar un
acero. | |
|
|
|
|
|
CONDE | Intento | | que el juez dé este matrimonio | | por nulo. |
|
|
|
CONDE | Porque
al tiempo | | que yo casé con Elena, | | tan mal me quiso
este tiempo, | | que viendo que hermano y padre | | me hicieron
su esposo y dueño, | | protestó que la casaban | | por fuerza. |
|
|
ANTONIO | ¿Y
hay instrumentos | | para probarlo? |
|
|
|
ANTONIO | ¿Y ella convendrá en hacerlo? | |
|
|
|
|
CONDE | Desta misma fuerza
espero | | valerme; si ella quisiera | | no ser mi esposa, ¿no
es cierto | | que el matrimonio se diera | | por inválido? |
|
|
|
CONDE | Pues yo me he de aprovechar | | de su misma
fuerza, puesto | | que si ella fue violentada, | | fue el matrimonio
violento. | |
|
|
|
|
ANTONIO | ¿Por
qué | | vos la aborrecéis? |
|
|
CONDE | Por
eso, | | que es pensión del que aborrece | | ser querido. |
|
|
ANTONIO | ¡Oh,
cuánto precio | | que estas ramas apartadas | | del Capelete
árbol regio | | vuelvan al cuerpo del árbol! | |
|
|
CONDE |
No quede vivo un Montesco | | sin que en pálidas cenizas | | espíritus libre el viento. | |
|
|
ANTONIO | Deraos primero
la muerte | | a este Alejandro Romeo, | | pues sin la cabeza quedan | | defectuosos los miembros. | |
|
|
|
JULIA | (Ap.) |
¡Oh
palabras, | | que me penetráis el pecho! | |
|
|
|
|
|
|
CONDE | Que dado que el matrimonio | | de Elena quede
deshecho | | me daréis... |
|
|
|
|
ALEJANDRO | (Ap.) | Ahora,
cielos, | | es ocasión de morir. | |
|
|
JULIA | (Ap.) | Ahora,
ahora un acero. | |
|
|
ANTONIO | ¿Luego es a quien vos queréis? | |
|
|
CONDE | Es la luz por quien yo veo. | |
|
|
ANTONIO | Sí; mas
si yo os la ofreciere, | | y el matrimonio a este tiempo | | por
defecto de probanza | | quede válido... |
|
|
CONDE | Yo
ofrezco | | ser su esposo, viva Julia | |
|
|
ANTONIO | Conde amigo, mucho
temo | | que no lo podáis cumplir, | | que aunque es verdad
que yo os creo... | |
|
|
CONDE | Vuelvo otra vez a deciros | | que hay
puñales y venenos, | | ¿que respondéis? |
|
|
|
|
|
CONDE | Pues vivan los Capeletes. | |
|
|
ANTONIO | Mueran todos
los Montescos. | |
|
|
|
|
CONDE | Que
habléis a Julia en esto. | |
|
|
ANTONIO | Pues a ese cuarto,
que es mío, | | os retirad, porque intento... | |
|
|
CONDE | ¿Qué
es lo que intentáis, amigo? | |
|
|
ANTONIO | Que desde él
oigáis mi ruego, | | que yo al cuarto de mi hija | | voy
a hablarla. |
|
|
|
ANTONIO | Pues vivan los Capeletes. | |
|
|
CONDE | Mueran todos
los Montescos, | |
|
|
|
|
|
|
ELENA | (Ap.) | Si él ha de entrar
yo me arrojo. | |
|
|
ALEJANDRO | (Ap.) | Si me ha de hallar, salir quiero. | |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
ELENA | (Ap.) | ¿En
qué me suspendo? | |
|
|
|
|
|
|
ANTONIO | Pues yo voy a hablar a Julia | |
|
|
|
|
|
|
|
(Salen ALEJANDRO y
ELENA.)
|
ALEJANDRO | No querrá el cielo traidores. | |
|
|
ELENA |
Ingrato, no querrá el cielo. | |
|
|
ANTONIO | ¿Pues cómo
tú aquí, Alejandro? | |
|
|
CONDE | ¿Tú, Elena,
cómo aquí dentro? | |
|
|
JULIA | (Ap.) | ¿Ahora qué
he de hacer de mí? | |
|
|
|
|
ANTONIO | Dentro de mi casa ¿cómo | | ahora? |
|
|
|
|
ALEJANDRO |
Respóndeme tú primero | | cómo eres traidor,
que yo | | te daré respuesta luego. | |
|
|
CONDE | ¿Tú,
cómo estás aquí, Elena? | |
|
|
ELENA | Respóndeme
tú si es yerro | | que te quiera yo, y después | | diré cómo entré aquí dentro. | |
|
|
ANTONIO | Yo busco a la ofensa mía | | la venganza como
puedo. | |
|
|
ALEJANDRO | Hija es del valor la ira, | | pero la traición
del miedo. | |
|
|
CONDE | Tú eres del contrario bando. | |
|
|
ELENA |
También tu aborrecimiento | | es contra el bando de amor, | | y te adoro a todo riesgo. | |
|
|
|
|
|
(Sale ANDRÉS.)
|
ANDRÉS | Y yo a tu lado
pretendo | | dar venganza a una sospecha. | |
|
|
|
ALEJANDRO | Para traidores sois pocos. | |
|
|
|
(Sale JULIA.)
|
JULIA | Padre y señor, si merezco | | que hallen lugar
en tus iras | | las caricias de mi ruego, | | sabe que... (Ap.
Desta manera | | remediar procuro un riesgo.) | |
|
|
|
JULIA | Que
es Alejandro | | mi amante, mi esposo y dueño, | | y que
das muerte a tu honor | | si le matas. |
|
|
ANTONIO | Antes
quiero | | porque no muera mi honor | | darle muerte. |
|
|
CONDE | Pues
yo empiezo | | ahora a tener más iras. | | porque empiezo
a tener celos. | |
|
|
ANDRÉS | Pues yo tengo amor también. | | luego también yo los tengo. | |
|
|
|
|
(Riñen todos contra ALEJANDRO.)
|
|
|
|
ANTONIO | No es traidor el que se venga. | |
|
|
ALEJANDRO |
Vive el cielo que me huelgo | | que seáis tantos. |
|
|
|
(Sale
CARLOS, pónese al lado de ALEJANDRO.)
|
CARLOS | A
tu lado | | tienes a Carlos Romeo; | | tu criado me avisó | | tu riesgo, y vine a tu riesgo, | | deudos, parciales, amigos | | tuyos me vienen siguiendo. | |
|
|
|
|
|
|
ALEJANDRO | Pues mueran los Capeletes. | |
|
|
|
|
|
(Éntranse acuchillando y tornan salir
EL CONDE, sin espada, ALEJANDRO, JULIA y ELENA.)
|
CONDE | Detén
la espada, Alejandro. | |
|
|
|
CONDE | Yo
no creo | | que la muerte me has de dar | | sin espada. |
|
|
ALEJANDRO |
Yo
no tengo | | lástima del que es traidor, | | muere. |
|
|
|
(Pónese
ELENA en medio.)
|
ELENA | Detén
el acero, | | que es mi esposo. |
|
|
JULIA | Dale
muerte, | | que es mi enemigo. |
|
|
|
ELENA | Mira que es el dueño mío. | |
|
|
JULIA |
Mira que es quien te da celos. | |
|
|
|
|
ELENA | Qué importa, si yo le quiero. | |
|
|
JULIA |
Que es quien quiere serlo mío. | |
|
|
|
|
|
|
|
JULIA | No me quieres, si perdonas | | a quien me quiere. |
|
|
|
ELENA | No soy tu sangre, si matas | | al que
es mi esposo y mi dueño. | |
|
|
CARLOS | (Dentro.) | ¡Mueran
Capeletes! |
|
|
|
|
ANTONIO | (Dentro) | Socorro,
Andrés Capelete, | | que me dan la muerte. |
|
|
JULIA | Presto, | | ve a socorrer a mi padre. | |
|
|
ALEJANDRO | Detente, Carlos Montesco, | | no le des la muerte, aguarda. | |
|
|
JULIA | Libra a mi padre de
un riesgo, | | que si aquesta vida es tuya, | | ésta es
la que yo le debo. | |
|
|
ALEJANDRO | Pues a ti yo te doy muerte | |
con dejarte con los celos; | | a ti te doy una vida, | | pues con
tu esposo te dejo; | | y a mí me añado un blasón, | | pues no te doy muerte y puedo. | |
|
|
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|
JULIA | Pues a mi casa te vuelvo. | |
|
|
ALEJANDRO | Veré
si obligo a tu padre. | |
|
|
|
|
CONDE | Por tu mano no la quiero. | |
|
|
ELENA | ¡Muriendo de penas vivo! | | (Vase.) |
|
|
CONDE | ¡Muriendo de celos muero! | | (Vase.) |
|
|
|
|
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|
JULIA | Déjeme el cielo ser tuya. | |
|
|
ALEJANDRO | Deme esta
fortuna el cielo. | |
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|