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Retórica y Poética

Introducción a la Poética y a la Retórica Latinas

José Antonio Hernández Guerrero
María del Carmen García Tejera

Como es sabido, Roma ‑que, a lo largo de su dilatada historia, recibió múltiples influencias de diversos pueblos‑ fue la discípula más aventajada de Grecia, la maestra indiscutible de la cultura occidental. Gracias a la estrecha cohesión política, a la extensa amplitud geográfica y a la dilatada duración histórica de sus múltiples actividades sociales y culturales, canalizó la herencia helénica, hizo arraigar sus valores esenciales y forjó las bases sólidas del mundo europeo.

La Retórica latina

Roma, aprovechando los principios y las nociones de la Retórica griega y respetando su dimensión filosófica, vertió sus contenidos fundamentales en moldes latinos y orientó sus enseñanzas en un sentido marcadamente pragmático. Adaptó el pensamiento a las exigencias prácticas de su vida política, social, cultural y económica.

El resumen histórico que a continuación presentamos pone de manifiesto la influencia de las condiciones políticas en el desarrollo de la Retórica y las repercusiones teóricas y didácticas que esta disciplina tuvo en las diferentes situaciones sociales. Las obras retóricas latinas, inicialmente meros calcos de los tratados griegos, fueron pasando por diferentes y contrapuestas etapas. Los primeros tratados latinos recogen las enseñanzas griegas pero las ofrecen vertidas en fórmulas originales. Dotan a las ideas aristotélicas de solidez al subordinar el ideal teórico a la utilidad práctica, la belleza a la grandeza ética y la pureza del placer estético al pragmatismo social del fin político.

Sus esfuerzos por adaptar las doctrinas griegas a las condiciones peculiares enriquecieron su sistema sin por ello modificarlo (Reboul, 1984: 18) y propiciaron su influencia social y su relativización histórica. En la época inicial la Retórica puso el énfasis en los contenidos más que en el estilo, y posteriormente, a medida que se fue escolarizando, se fue convirtiendo en un «tratado de la elocuencia», en un ars dicendi o en un arte de la palabra (Kennedy, 1972: 7).

La Retórica latina, al igual que la actitud espiritual que bajo ella subyace, potencia la concepción globalizadora como modelo educativo y estimula la valoración persuasiva de los recursos estéticos del discurso, pero su progresiva escolarización fue empobreciendo sus contenidos, abandonando su carácter interdisciplinar y perdiendo su índole filosófica.

Progresivamente, a partir de la época helenística, la Retórica, ocupada sobre todo en la ornamentación del discurso, se dedicó más a la «elocución» que a la «invención» y se hizo más lingüística y más literaria. Los historiadores señalan que una de las principales causas de la decadencia de la Retórica es la apatía social generalizada por el debilitamiento de la democracia que se produjo tras la caída de la República y la consolidación del absolutismo imperial.

Como indica E. A. Meador (en J. J. Murphy, ed., 1983: 162), las condiciones del nuevo Imperio no favorecieron la oratoria creativa: se redujeron la extensión de los discursos, el número de abogados y la duración de los juicios; los oradores temían molestar al Emperador cuyo poder invadía todas las instituciones. La elocuencia, encerrada en las escuelas, se limitó a las exhibiciones artificiosas de las «declamaciones» y al aprendizaje de preceptos retóricos.

Las «declamaciones» se generalizaron a lo largo de la Se­gunda Sofística, período comprendido entre la primera mitad del siglo I y el siglo V d. C. Eran unos ejercicios escolares de composición y de recitación que versaban sobre asuntos ima­ginarios. Los había de dos tipos: la suasoria, propia del géne­ro deliberativo, era la más simple, y figuraba al comienzo de los estudios; la controversia, que requería un mayor esfuer­zo, pertenecía al género judicial.

La Poética latina

La Poética latina mantiene y aplica, en líneas generales, los presupuestos básicos y los principios fundamentales de la griega -sobre todo los de Aristóteles- que fueron transmitidos durante la helenización de Roma a partir del siglo II a. C. Hemos de tener en cuenta que, para los latinos, el griego era la lengua de cultura, que las primeras enseñanzas literarias las impartieron maestros griegos (explicando la literatura latina a partir de la teoría desarrollada en Grecia) y que los romanos, para completar su formación cultural, acudían a centros griegos.

En este ámbito hemos de situar el papel de los grammatici que, aunque estaban dedicados a la educación de los jóvenes, eran críticos literarios que, a finales de la República, llegaron a tener una importancia decisiva en cuanto que tenían la facultad de consagrar a un poeta a partir de los juicios que emitían sobre él. Como comentaristas de poetas, los grammatici tenían que dominar todos los conocimientos que les permitieran interpretar, explicar y valorar los textos.

En su obra De grammaticis, Suetonio hace referencia a los críticos más destacados entre los siglos II a. C. y II d. C. -a los que llama clari professores- e indica que los estudios literarios llegaron a Roma con Crates de Malos, gramático de la Escuela de Pérgamo. Ya en el siglo I a. C. había en Roma más de veinte escuelas.

Los clari professores de los que habla Suetonio gozaban de gran consideración por su categoría intelectual y por la amplitud de sus conocimientos gramaticales, retóricos y literarios, que les permitían emitir atinados juicios críticos sobre diversos tipos de estilo así como componer obras eruditas sobre las fuentes utilizadas por los poetas (Vid. J. Cantó en C. Codoñer, ed., 1997: 741 y ss.).

Pese a la dependencia de la poética latina con respecto a la griega, podemos señalar algunos rasgos que las diferencian:

  • El pragmatismo característico de los romanos se manifiesta en las abundantes referencias y en las minuciosas descripciones del estilo, frente a la preocupación -de índole filosófica- sobre la naturaleza de la Poesía que manifestaron los griegos.
  • Mientras que en Grecia la Poética es obra de filósofos (Platón, Aristóteles...), la Poética latina está desarrollada por los mismos creadores que, según el género que cultiven, se dedican bien a la poesía (literatura) -como ocurre con Horacio-, bien a la prosa: como es sabido, en el género oratorio destacan Cicerón y Quintiliano.
  • La distinción, claramente marcada en Grecia, entre Poética (dedicada al arte verbal) y Retórica (dedicada a la persuasión mediante el discurso oral) queda prácticamente anulada en el mundo latino, en el que se produce una «retorización» de la Poética: el término «elocuencia» (que hace referencia a un uso artístico de la lengua) se aplica tanto en el ámbito de la Literatura como en el de la Oratoria e incluso en el campo de la Historia.
  • En gran medida, la Poética latina gira en torno al concepto de «elocuencia», lo que propiciará una mayor atención al estudio de los diferentes usos lingüísticos, que cristalizará en las teorías sobre el «estilo». Igualmente, desarrolla el concepto de decorum, referido al necesario equilibrio o adecuación entre los diferentes elementos que configuran cualquier obra artística (relaciones entre contenido y expresión; disposición de la obra; rasgos métricos, estilo, personajes... según el género al que pertenezca la creación).

Bibliografía

  • Antonio Alberte (1992), Historia de la Retórica latina, Ámsterdam, A. M. Hakkert Publisher.
  • Manuel Asensi Pérez (1998), Historia de la Teoría de la literatura (desde los inicios hasta el siglo XIX), vol. I, Valencia, Tirant lo Blanch.
  • Carmen Bobes y otros (1995), Historia de la Teoría literaria, 2 vols., I. La Antigüedad grecolatina, Madrid, Gredos.
  • Carmen Codoñer (ed.) (1997), Historia de la Literatura latina, Madrid, Cátedra.
  • José Antonio Hernández Guerrero y María del Carmen García Tejera (1994), Historia breve de la Retórica, Madrid, Síntesis.
  • José Antonio Hernández Guerrero y María del Carmen García Tejera (2005), Teoría, historia y práctica del comentario literario, Barcelona, Ariel.
  • George A. Kennedy (1972), The Art of Rhetoric in the Roman World, Princeton (Nueva Jersey), Princeton University Press.
  • Antonio López Eire (2002), Poéticas y Retóricas griegas, Madrid, Síntesis.
  • James J. Murphy (ed.) (1983), Sinopsis histórica de la Retórica clásica, Madrid, Gredos, 1988.
  • O. Reboul (1984), La Rhétorique, París, PUF.
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