Obras

El historiador -también orador- Cornelio Tácito, oriundo de la Galia Narbonense, discípulo de Quintiliano, es probablemente el autor del Dialogus de oratoribus, en el que se pregunta por las causas de la decadencia de la elocuencia, y en el que se exponen las consecuencias oratorias originadas por el abandono del compromiso político.

Esta obra está estructurada en tres grupos de dos discursos en forma de debate, en el que participan cuatro personajes históricos: Materno, Apro, Julio Secundo y Mesala. En ella se discute acerca de la superioridad de la oratoria sobre la poesía, se constata la decadencia de la Retórica moderna y se analizan algunas de sus probables causas: en la época moderna, las deficiencias del sistema educativo y, en última instancia, la pérdida de libertad llevan consigo un descenso de la calidad oratoria tanto en los contenidos como en la expresión.

En el ámbito de la teoría resulta interesante su concepción totalizante o englobadora de la «elocuencia», definida como la facultad de expresarse, sea cual fuere el género de discurso, prosaico o poético. Esta tesis se aproxima a la doctrina del sofista Gorgias para quien la poesía y la prosa eran dos manifestaciones del logos, que podía ser «émmetros», si estaba «sometido a las leyes de la métrica», o «ámetros», si carecía de metro. Según Tácito, la utilitas ‑la finalidad práctica‑ define a la oratoria, mientras que la voluptas ‑la belleza y el placer‑ caracteriza a la poesía.

A juicio de Alberte, Tácito toma como modelo el tratado De Oratore de Cicerón, pues su Dialogus responde más a la búsqueda del orador ideal trazado por Cicerón que a su formación, tal como plantea Quintiliano (1992: 73).