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COUTIÑO (FRAY PABLO). De Coimbra; hijo de Diego Coutiño y de María de Acosta. Tomó el hábito de los ermitaños de San Agustín, profesando en el convento de Lisboa; año de 1596. Fue doctor en teología y erudito en letras humanas. Dejó manuscrito un Tratado de Arte Poética, en el cual incluyó sus cuatro comedias portuguesas, tituladas:

San Clemente.

San Lorenzo.

Santa Rita de Cassia.

A Victoria de Ceuta.

COUTO (FRAY IGNACIO JAVIER DE). Nació en Yelves, a 17 de agosto de 1697; su padre fue el doctor Lope Gil de Couto, médico de cámara de los reyes don Pedro II y don Juan V. Estudió gramática y filosofía en Lisboa, y pasando luego a Castilla, tomó el hábito de trinitario en el convento de Marbella, el 6 de enero de 1716. Cursó después filosofía y teología en el de Sevilla, y fue procurador general de la Orden en su provincia. Trasladóse, en 1736, a su país natal, donde residía en 1738. Fue distinguido predicador, y se ejercitó en la poesía, imprimiendo algunas de sus muchas composiciones. En Sevilla, aunque sin expresar el lugar y a nombre de «un curioso portugués», publicó:

Métrica descripción de la suntuosísima publicación de cautivos, que el... real convento de Santa Justa y Rufina, hizo en... Sevilla el año de 1725.

Imprimiéronse en Castilla sus dos comedias tituladas:

La vida en trance mortal.

El odio del amor.

COUTO FÉLIX (LUIS DE). Lisbonense: nació el 30 de agosto de 1642; sus padres fueron Antonio de Couto Franco, del hábito de Cristo, secretario de la casa de Braganza, y doña Isabel de Carvallaes Pita. Hizo brillantes estudios en Evora y Coimbra; fue doctísimo en lenguas, jurista y teólogo. Perteneció a las Academias de los Solitarios de Santarem y de los Generosos de Lisboa. En 1703, fue nombrado guarda mayor del Archivo real de la Torre do Tombo, en cuyo destino prestó grandes servicios a la Historia y literatura patrias. Falleció en su quinta de Orem, el 4 de agosto de 1713. Tradujo y comentó los tres primeros libros de Tácito, obra que se publicó póstuma (Lisboa, 1715), ilustrada con la Vida del traductor. Imprimiéronse algunas de sus poesías; pero quedaron la mayor parte inéditas; así como su Historia de los reyes de Lusitania, la Crónica de don Juan IV y otras importantes obras de su pluma. Entre las poéticas se citan:

Dos comedias castellanas.

COUTO PESTANA (JOSÉ DE). Nació en Lisboa el 19 de mayo de 1678, hijo del capitán Juan Pereira Pestana y de doña Antonia Coutiño de Andrade. Obtuvo el hábito de Cristo y el empleo de contador en la general de guerra. Humanista y versificador muy celebrado, perteneció a varias academias lisbonenses: la Portuguesa, la de los Anónimos y la Real de la Historia. Falleció en dicha capital, el 7 de agosto de 1735. Muchas de sus obras académicas y poesías líricas se publicaron; dejó, y se citan como inéditas, las siguientes comedias:

Donde hay razón, hay disculpa.

El sueño es vida.

Todo es riesgo lo fingido.

Campos Elysios de amor y confusión de los nombres.

Hechizo de amor los celos.

COZAR. Autor dramático, sevillano, anterior a Lope de Vega. Nómbrale Juan de la Cueva en su Exemplar poético (1605), hablando de los que siguieron los preceptos clásicos:


Ya fueron a estas leyes obedientes
los sevillanos cómicos, Guevara,
Gutierre de Cetina, Cozar, Fuentes...



CRESPO DE LA PINILLA (ALONSO). En Zamora, a fines de 1709, tenía concluida su curiosa obra titulada: Filomena española, que se dirige a saber hablar y escribir la lengua castellana (Desagravios ortógrafos de su bárbara injuria.), la cual no llegó a imprimirse. Su manuscrito autógrafo, firmado, y con las aprobaciones originales o juicios de la obra, emitidos privadamente por dos personas respetables y doctas de aquella ciudad62, existe en mi librería (manuscrito núm. 16).

Esta obra (de unos 500 folios, en 4.º), escrita en diálogos, y bajo una ingeniosa ficción, versa principalmente sobre la ortografía; y aunque adolece de pedantismo, es apreciable por la novedad, y la copiosa erudición con que el asunto se halla tratado. Pinilla usa y propone varias reformas ortográficas, algunas absurdas; trata, con más o menos acierto, cuestiones de lenguaje; habla de los sucesos de la guerra que agitaba a España, mostrándose partidario de Felipe V, y no omite una que otra noticia acerca de su propia persona. En la dedicatoria a María Santísima se expresa así (copiamos su ortografía):

Va ofreciendo a la Virgen el libro, y añade:

No os olvidéis de su autor, mecenas mía: bien os constan sus miserias. El languente es de la Piscina, no ignoráis los langores qe agoniza. Los mismos treinta y ocho de la enfermedad de aqel son los años de su edad: estos ha qe se qeja de que no tiene hombre: Hominem non babeo. No tengo hombre, poderosa señora; sed vos mi hombre.



En el capítulo VII se introduce a sí mismo bajo el nombre del maestro Posidonio.

...Preguntó Urbano: ¿Qé ha estudiado vuestra merced? -Respondió Posidouio: Señor, estudié la gramática latina, pasé a la dialéctica, metafísica y física, y en la sagrada teología escribí algunas materias; y estando bien hallado con Minerva, deslicé los ojos a Venus... Caséme en fin; logré en mi esposa correspondidos cariños; honra mucha, pero hacienda poca, lo cual me ha precisado para mantenerla, vender mi patrimonio, y ya consumido, eligir el medio qe comunmente eligen los perdidos, para no perderse del todo; qe es abrir escuela para lidiar con niños en pena de no haber sabido ser hombre...: pero lo qe mas me desalienta es, qe siendo un empleo tan noble, sea de tan baja estimación.



Es indudablemente el autor de la comedia:

Saber ser loco es cordura.

CRUZ (SOR JUANA INÉS DE LA). Doña Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Cantillana. Nació la docta, ingeniosa y celebrada «monja de Méjico» en San Miguel de Nepanthla, alquería que se hallaba situada a doce leguas de aquella metrópoli de Nueva-España, el día 12 de noviembre de 1651. Fueron sus padres don Pedro Manuel de Asbaje, natural de Vergara, en Vizcaya, y doña Isabel Ramírez de Cantillana, que lo era de Ayacapixtla, en Nueva-España, aunque hija de padres nacidos en la península. Bautizóse en el pueblo de Ameca-Ameca, distante cuatro leguas de la expresada casería, lo cual ha dado origen a dudas y equivocaciones sobre el lugar de su nacimiento.

Desde la edad más tierna manifestó una vivísima inclinación al estudio; aprendió a leer en la de tres años, según refiere; y, dando precoces muestras de su ingenio, a los ocho, aún no cumplidos, «porque la ofrecieron por premio un libro, riqueza de que siempre tuvo sedienta codicia» compuso una loa sacramental, que se representó con aplauso y admiración en una fiesta religiosa. Pedía con instancia a sus padres que la enviasen a Méjico a estudiar en la Universidad, disfrazada con traje de hombre. Lleváronla, con efecto, a dicha capital apenas cumplió los ocho años, y allí vivió con un abuelo suyo hasta la edad núbil, sin que, en punto a la instrucción literaria que deseaba, la complaciesen, sino muy escasamente. Solo recibió unas veinte lecciones de lengua latina del bachiller Martín de Olivas, a quien dedica en sus obras un soneto acróstico; pero a la falta de maestros suplió su apasionado y ardiente deseo; y proporcionándose algunos libros, adquirió por sí misma el caudal de conocimientos que tanto contribuyó a su celebridad.

Crecía con la edad en discreción y belleza la contrariada poetisa; y sus parientes (dice el biógrafo), «conociendo el riesgo que podría correr de desgraciada por discreta y de perseguida por hermosa», la colocaron en el palacio del marqués de Mancera, virey a la sazón de Méjico, donde ya antes entraba con título de muy querida de la señora vireina. Captóse la voluntad y el aprecio de sus señores, pudo dedicar allí más libremente sus ocios al estudio; y en una especie de examen literario a que el virey tuvo gusto de someterla, congregando un día en su palacio, con este objeto, a los más distinguidos profesores e ingenios de Méjico, obtuvo el más completo y brillante triunfo. Contaba entonces diez y siete años de edad.

Poco después tomó el hábito de religiosa en el convento de San Jerónimo de Méjico; resolución que apoyó con sus consejos el padre Antonio Núñez, jesuita, confesor de los de Mancera. Favorecióla con el necesario dote don Pedro Velázquez de la Cadena, a quien constantemente se declaró agradecida.

En su nuevo estado pudo sor Juana entregarse ya con más tranquilidad a sus tareas favoritas. Objeto de admiración y empleo de la fama, estimada de los hombres de letras, y honrada por las personas más distinguidas de aquel país y de la península, era su locutorio una academia; recibía continuamente cartas y versos encomiásticos, regalos de joyas y ricas preseas. Se la encargaban composiciones líricas y dramáticas para festejos y solemnidades; ocupación muy frecuente de su pluma, pero que no la embarazaba para otras tareas de más espontánea inspiración.

Experimentó, sin embargo, en el claustro algunas contrariedades; se censuró por autorizadas personas su ocupación y distraimiento en el ejercicio de la poesía, y se llegó a solicitar, no sin éxito, que se la prohibiese el estudio.

Una vez (retiere) lo consiguieron con una prelada muy santa y muy cándida, que creyó que el estudio era cosa de Inquisición, y me mandó que no estudiase; yo la obedecí (unos tres meses que duró el poder ella mandar) en cuanto a no tomar libro; en cuanto a no estudiar absolutamente, como no cae debajo de mi potestad, no lo pude hacer; porque aunque no estudiaba en los libros, estudiaba en todas las cosas que Dios crió, sirviéndome ellas de letras, y de libro toda esta máquina universal.



Enfermó entonces, según su biógrafo, de no trabajar con el estudio, y por dictamen de los médicos hubo de alzarse aquel entredicho, volviendo sor Juana a sus libros «con sed de prohibida».

En lo poco que se ha impreso mío (decía en su carta al obispo de la Puebla, fechada el 1.º de marzo 1691) no solo mi nombre, pero ni el consentimiento para la impresión ha sido dictamen propio, sino libertad agena... de suerte, que solamente unos Ejercicios devotos para los nueve días antes del de la Purísima Encarnación, y unos Ofrecimientos para el Santo Rosario... que se ha de rezar el día de los Dolores de Nuestra Señora, se imprimieron con gusto mío, por la pública devoción, pero sin mi nombre63.



Habíanse dado a la estampa en Méjico, años de 1677, 79, 83, 85 y 87, diferentes villancicos escritos por nuestra poetisa (y acaso por ella puestos en música, dado que fue excelente profesora), y cantados en la catedral y en el convento de la Merced de Méjico. Precedió asimismo a la publicación del primer tomo de sus Obras el curioso papel que escribió por encargo de aquel cabildo, con título de

Neptuno alegórico, occéano de colores, simvlacro político que erigió la... Iglesia metropolitana de Méjico, en las lucidas alegóricas ideas de un arco triunphal, que consagró... á la feliz entrada del Excmo. señor don Thomás... de la Cerda... conde de Paredes, marqués de la Laguna... virey de la Nueva-España... Méjico, 16...

Rebosa en este papel64 la erudición de sor Juana. Describe el arco, y explica sus alegorías, primero en prosa, y después más brevemente en verso.

Habiendo de regresar a España el referido virey, conde de Paredes, con su señora esposa doña María Luisa Gonzaga Manrique de Lara, sor Juana (de estos señores tan favorecida y amiga) «envió a la Condesa, pedidos por curiosidad de buen gusto», los cuadernos «mal unidos» de sus poesías, que pudo recoger de varias personas en cuyo poder andaban repartidas. Inscribió a su frente un afectuoso y rendido soneto, dedicándolas a la misma señora. Acaso fue desde luego el intento de ésta darlas a la prensa en España. No consta positivamente así; pero es lo cierto que se imprimieron en Madrid, año de 1689, con el pomposo título de Inundación Castálida de la única poetisa, musa décima, etc., etc., como sacados a la pública luz por don Juan Camacho Gayna, caballerizo que había sido del virey conde de Paredes. Hízose nueva edición de estos versos en Madrid, año de 1690, corregidos y aumentados por la autora, y con su primitivo título, que tanto se prestaba al epigrama, ya cambiado en el más modesto de Poemas.

Por el mismo año de 1690 se imprimía en la ciudad de la Puebla de los Ángeles, a diligencia del obispo, de aquella diócesis, electo arzobispo y virey de Méjico, don Manuel Fernández de Santa Cruz, la admirable impugnación que escribió sor Juana, y dirigió en carta, y sin deseo de que se publicase, a uno de sus favorecedores, relativa al Sermón de las finezas de Cristo, predicado y dado a luz por el célebre padre Antonio de Vieyra, de la Compañía de Jesús. El Obispo, a cuyas manos había llegado esta excelente obra de la insigne monja, tuvo el gusto de remitírsela impresa, acompañada de una sabia carta, en que, disfrazado bajo el nombre de sor Philotea de la Cruz65, alaba y aprueba con los más encarecidos términos producción tan estimable, ensalza las prendas y talentos de su autora, y la exhorta con paternales y cariñosas palabras y santos ejemplos a que, dejando ya las ciencias curiosas y las tareas literario-profanas, se aplique a estudios que no roben la posesión de su entendimiento a la sabiduría divina, empleando sus talentos en composiciones puramente morales y ascéticas. Imprimióse asimismo esta carta en la Puebla, año de 1690; no puedo afirmar si suelta, o encabezando el discurso de sor Juana, al cual puso título el prelado de Carta athenagórica. Reproducido al año siguiente, en el segundo tomo de las Obras de nuestra poetisa, se lo denominó: Crisis sobre un sermón de un orador grande entro los mayores, etc. Había corrido este papel manuscrito, y antes de imprimirse merecido los honores de la crítica y de la apología; siendo impugnado por un parcial de Vieyra, y defendido por amigos de la erudita escritora.

Respondió ésta cumplidamente a la carta del ilustrísimo de la Puebla, con otra, tan interesante por la narración que hace de sus inclinaciones y estudios y de las contrariedades que había sufrido, por la explicación que da sobre los motivos que había tenido para escribir poco en materias sagradas, y por la defensa que elocuente y eruditamente rasguea de la conveniencia de los estudios y del mérito del ingenio en las mujeres, que en verdad merecía, sin embargo de ser muy conocida66, el honor de una moderna e ilustrada reimpresión. Brillan en esta Carga los más puros sentimientos y la más reverente gratitud de la autora, a su favorecedor y consejero espiritual.

Disponía, entretanto, después de haber cuidado de corregir y mejorar el publicado tomo de sus obras, la remisión de otras varias de ellas a don Juan de Orue, caballero de la Orden de Santiago, residente en Andalucía, a quien las dedicaba. Diólas éste a la estampa en Sevilla, a fines de 1691, con el título de Segundo tomo de las obras de sor Juana... etc. La rareza de esta edición y la sensible supresión de su dedicatoria en la segunda, de Barcelona, 1693, que tengo presente, me impiden aclarar ahora si la poetisa dio estas obras en Méjico al editor Orue o si las remitió a España; y si en cualquier caso fue con intento y deseo de que se imprimiesen.

Los consejos y exhortaciones del prelado Santa Cruz y los del padre Antonio Núñez, movieron por fin a sor Juana Inés a entregarse exclusivamente a una vida de penitencia y recogimiento, entrado ya el año de 1693. Después de hacer una detenida confesión general, escribió las dos Protestas y la Petición al Tribunal divino, que están impresas en su tercer tomo; remitió la mayor parte de su librería, compuesta de 4,000 volúmenes, al arzobispo de Méjico, para que socorriese con su producto a los pobres; vendió con igual objeto cuanto poseía de ricas joyas, instrumentos matemáticos y músicos, y «no dejó en su celda más de solos tres libritos de devoción, y muchos silicios y disciplinas». Algún tiempo después, su confesor, el expresado padre Núñez, contestaba, preguntado sobre los adelantos virtuosos de la arrepentida madre:

Es menester mortificarla para que no se mortifique mucho, yéndola a la mano en sus penitencias, porque no pierda la salud y se inhabilite; porque Juana Inés no corre en la virtud, sino vuela.



Dos años pasó en esta vida santa y ejemplar. El de 1695, acometida de una enfermedad epidémica y contagiosa que diezmó su convento, y en la cual asistió con caritativo celo a sus hermanas, falleció, día 17 de abril, a los cuarenta y cuatro años y cinco meses de su edad.

Hiciéronse lenguas en poético elogio de la famosa Julia (tal era el nombre arcádico de sor Juana) los ingenios de América y España. De los panegíricos americanos formó libro en Méjico el bachiller don Lorenzo González de la Sancha, con título de

Exequias mythológicas, Llantos piérides, Coronación apolínea, en la rama póstuma de la singular poetisa, etc. que estuvo para darse a la estampa con la Oración fúnebre, escrita por don Carlos de Sigüenza y Góngora, catedrático de matemáticas en la Universidad mejicana. Se aprovechó, en parte, de esta Colección el doctor don Juan Ignacio de Castorena y Ursúa, capellán de honor de S. M., y prebendado de Méjico, al formar la análoga suya, que tuvo dispuesta para el molde desde fines de 1698. Incluyó en esté libro todas las obras póstumas, o no publicadas en España, que pudo recoger de la poetisa; y ya esperando nuevas adquisiciones, ya con el intento de reimprimir al mismo tiempo los dos anteriores volúmenes, retrasó la publicación de este tercero hasta el año 1700, dándole por fin suelto. Esta edición primera de las Obras y fama póstuma de sor Juana, es de Madrid, y en extremo rara. Lleva su retrato en una lámina profusamente ornada de emblemas y alegorías, y con los escudos de armas de la Reina y de la marquesa del Valle, que patrocinaron la publicación67.

Los tres tomos de estas obras se han reimpreso después repetidamente.

En la Floresta de rimas castellanas, colectada por Bohl de Faber, y en el segundo tomo de Poetas líricos de la Biblioteca de Autores españoles, de M. Rivadejaeyra, se han insertado algunas escogidas composiciones de sor Juana. Todavía pudiera acrecentarse esta Colección, demostrando cuán felices disposiciones adornaron a esta mujer eminente para el cultivo de cierto género de poesía, malogradas en ella por su afanoso empeño de adquirir conocimientos científicos. Excusado es decir que se dejó llevar del mal gusto literario de su época; sin embargo, nadie dirá que pertenecen a la de fines del siglo XVII algunas de sus producciones líricas. En la Silva que denominó: El sueño, se propuso imitar las Soledades, dé Góngora.

En el Semanario Pintoresco español, tomo X, correspondiente al año de 1845, se insertó una biografía de sor Juana, tomada, con algunos aumentos y correcciones, de la escrita por el padre Calleja. Este artículo biográfico redactado, y acaso publicado en Méjico (circunstancia, la primera, que de él consta, aunque la calla el Semanario), va ilustrado con un buen retrato de la poetisa que la representa de edad ya consistente, y del cual se dice al fin del mismo artículo:

El retrato que ofrecemos al público, es copia exacta del que se conserva en el convento de San Gerónimo, de esta ciudad.



Léense en la Fama póstuma, de sor Juana, publicada por Castorena, composiciones de don José de Cañizares, de los condes de Torrepalma, Clavijo y la Granja, de Llamosas, Bueno, etc., etc., y es notable un soneto del bachiller don Martín de Olivas, presbítero, preceptor de latinidad que fue de la poetisa. Entre los escritos no impresos de ésta menciona Castorena en el prólogo del tercer tomo:

...Un poema dramático que dejó sin acabar don Agustín de Salazar y perficionó con graciosa propiedad la poetisa cuyo original guarda... don Francisco de las fieras, caballero del Orden de Santiago, regidor desta villa; y por ser propio del primer tomo, no te doy a la estampa en este libro, y se está imprimiendo para representarse a SS. MM.



Inundacion Castálida de la vnica poetisa Mvsa décima Soror Jvana Ines de la Crvz, religiosa professa, en el monasterio de San Gerónimo de la imperial ciudad de México. Que en varios metros, idiomas y estilos, fertiliza varios asumptos; con elegantes, svtiles, claros, ingeniosos, vtiles versos, para enseñanza, recreo y admiracion. Dedícalos a la excelentísima señora, señora doña María Luisa Gonçaga Manrique de Lara, condesa de Paredes, marquesa de la Laguna. Y los saca a lvz don Jvan Camacho Gayna, caballero del Orden de Santiago, mayordomo, y cavallerizo que fue de su excelencia, governador actual de la ciudad del Puerto de Santa María. Con privilegio. -En Madrid, por Jvan García Infanzon. Año de 1689; 4.º

Romance endecasílabo de don José Pérez de Montoro. -Soneto de doña Catalina de Alfaro, monja en Alcaraz. -Aprobación de fray Luis Tíneo de Morales, premonstratense. Madrid, 20 de agosto de 1689. -Licencia del ordinario; Madrid, 22 de id. -Aprobación del padre Diego Calleja, por el Consejo; 12 setiembre id. -Suma del privilegio a favor de Camacho Gayna, por diez años; setiembre 19 de id. -Erratas y Tasa, noviembre id. -Prólogo «Al lector». -Soneto. -(Es la dedicatoria de la autora). -Texto.

Contiene:

Loa en las huertas, donde fue a divertirse la excelentísima señora condesa de Paredes.

Loa a los felices años del señor Virey, conde de Paredes, marqués de la Laguna.

Loa a los años de la Reina nuestra señora doña María Luisa de Borbón.

Loa en celebración de los años del Rey nuestra señor.

Loas al mismo asunto (dos).

Loa al año que cumplió el señor don José de la Cerda, primogénito del señor Virey conde de Paredes.

Loa a los años del Rey nuestro señor Carlos II, que celebra don Josef de la Cerda, primogénito del señor Virey, conde de Paredes.

Loa a los años del reverendísimo padre maestro fray Diego Velázquez de la Cadena; representada en el colegio de San Pablo. (De Méjico; del cual fue rector y lector de escritura.)

Poemas de la única poetisa americana, Musa décima, soror Juana Inés de la Cruz, religiosa professa en el monasterio de San Gerónimo, de la imperial ciudad de México. Corregidos y mejorados en esta segunda impressión por su autora. Dedícalos a la excelentísima señora doña María... etc. Y los saca a luz don Juan Camacho Gayna... etc. Madrid, 1690; 4.º

Poemas de la única poetisa americana, Musa décima, soror Juana Inés... etc. Corregidos en esta impressión por su autora. Dedícalos... etc. Los saca a luz don Juan Camacho Gayna... -Barcelona. 1691; 4.º

Segundo tomo de las Obras de soror Juana, etc. -Sevilla, 1691.

Censura del reverendísimo padre maestro Juan Navarro Vélez de los clérigos menores, lector jubilado, provincial que ha sido de la provincia de Andalucía... etc. Firmada, «en esta casa de clérigos menores de Sevilla, a 18 de julio de 1691».

Dedicatoria de la autora A don Juan de Orue, caballero del Orden de Santiago, residente en Andalucía. -Ofrécele la poetisa algunos otros papeles suyas, que en efecto le remitió después.

El contenido de esta rarísima edición, es sin duda el mismo que el de su reimpresión de Barcelona, 1693, por lo respectivo al texto.

Segundo tomo de las Obras de soror Juana Inés de la Cruz, monja professa en el monasterio del Señor San Gerónimo, de la civdad de México. Añadido en esta segvnda impression por su autora. Año de 1693. -Impresso en Barcelona, por Joseph Llopis, y á su costa; 4.º

Censura del reverendísimo padre maestro Juan Navarro Vélez, de los clérigos menores, lector jubilado, provincial que ha sido de la provincia de Andalucía, asistente provincial de esta provincia, y calificador del Santo Oficio de la Inquisición. -Comienza así: «El segundo tomo de las obras de la madre soror Juana... que el señor don Joseph de Bayas, provisor y vicario general de este arzobispado, se ha servido de remitir a mi examen...»; y concluye: «Así lo siento,salvo meliori, etc. En esta casa de clérigos menores de Sevilla a 18 de julio de 1691».

No lleva más preliminares. Contiene:

Loa celebrando la Concepción de María Santísima.

Loa para

El Mártir del Sacramento, San Hermenegildo. (Auto historial alegórico.)

Loa para

El cetro de Josef. (Auto historial alegórico.)

Loa a los años del Rey nuestro señor don Carlos II.

Loa a los años de la Reina madre doña Mariana de Austria.

Encomiástico poema a los años de la excelentísimo señora Condesa de Galve.

Loa a los años del excelentísimo señor de Galve.

Precedió a la comedia:

Amor el más labirinto.

«De la cual las jornadas primera y tercera son de la madre Juana, y la segunda, del licenciado don Juan de Guevara, Ingenio conocido de la ciudad de

Loa (celebrando la entrada en Méjico del nuevo Virey, conde de Paredes). Precedió i la comedia:

Los empeños de una casa.

Sarao de cuatro naciones, que son: Españoles, Negros, Italianos y Mexicanos. (Pieza de baile, canto y representación; fin de la fiesta antecedente.)

Fama y obras póstumas del Fénix de México, décima musa, poetisa americana sor Juana Inés de la Cruz. (O bien)

Tercer parte de las obras, y fama póstuma de sor Juana... etc. -Madrid, 1700. Con el retrato de la poetisa. Publicó este libro el doctor don Juan Ignacio de Castorena y Ursúa, capellán de honor, Prebendado de la catedral de Méjico. Las aprobaciones son de los padres Diego de Heredia, rector del Colegio Imperial, y Diego Calleja, dadas en diciembre de 1698. La segunda, comprende una apreciable biografía de la poetisa.

Lleva otro parecer aprobativo del doctor cinto Muñoz de Castilblanque, arzobispo electo de Manila, predicador y capellán de S. M. etc., en 5 de enero de 1700. El prólogo del editor Castrorena es interesantísimo.

No contiene este tomo pieza alguna dramática.

Tercer tomo de las obras, y fama póstuma de sor Juana, etc. -Lisboa, 1701; 4.º

Obras... (Los tres tomos). -Madrid, 1714. En la Imprenta Real, por Joseph Rodríguez y Escobar, impresor de la Santa Cruzada. -Madrid, en la imprenta de Ángel Pascual Rubio, año de 1725; 4.º (El retrato, grabado toscamente en madera, va en las portadas). -Zaragoza, 1725.

Dionisio Saniso. (Auto).

De esta poetisa se ha reimpreso en la Biblioteca de Autores españoles, de M. Rivadeneyra, la comedia: Los empeños de una casa.

Auto sacramental: El divino Narciso. Catálogo de Nieto Molina. Esta pieza es indudablemente la que hemos citado con el extraño título de Dionisio Saniso, reproduciendo la material errata en otra índice cometida. Se debió de imprimir suelta o en algún libro de fiestas religiosas.

CRUZ (FRAY JERÓNIMO DE LA). Religioso de la Orden de san Jerónimo, lector de moral en su convento de Madrid. Concurrió a la primera justa poética de san Isidro, año de 1620, con cuatro bellísimas octavas que sin duda hubieron de ser premiadas en tercer lugar, Lope, no obstante, lo omitió en el Romance laudatorio de los justadores.

Años después, escribió y publicó:

Defensa de los Estatutos y noblezas españolas: destierro de los abusos y rigores de los informantes. -Zaragoza, 1637; en fol.

Job Evangélico. -Zaragoza, 1638.

En San Jerónimo el Real de esta corte, a 22 de junio de 1634, firmó la aprobación de la obra del insigne fray Gabriel Telliz, que lleva el título de Deleitar aprovechando, expresándose en los términos más honrosos para el autor.

Pudiera muy bien serlo de la siguiente comedia, impresa bajo el nombre de:

CRUZ Y MENDOZA (DON JERÓNIMO DE LA).

Sufrir más por valer más. (P. 31).

CRUZ (PADRE LUIS DE LA). Doctísimo jesuita portugués; nació en Lisboa por los años de 1540; hijo de Leonardo de la Cruz y de Leonor López. Entró en la Compañía, colegio de Coimbra, el 1.º de enero de 1558. Enseñó allí por espacio de doce años retórica y Sagrada Escritura, distinguiéndose al mismo tiempo como elocuente predicador. Murió en Coimbra el 18 de julio de 1604. Fue uno de los más insignes poetas latinos de su época. Su Interpretatio Poética latine in centum quinquaginta Psalmos, obtuvo seis ediciones; la primera en Ingolstadt, año de 1597; la segunda en Madrid, por Luis Sánchez, 1600. Escribió cuatro tragedias latinas, que salieron a luz en un tomo, titulado:

Tragicoe, comicoeque actiones à Regio Artium Collegio S. J. datoe Conimbricoe in publicum Theatrum. -Lugduni, apud Horatium Cardon, 1605. De dichas cuatro tragedias, la titulada: Sedecias, fue representada al rey don Sebastián, cuando visitó a Coimbra, en 1570.

CUADRA.

Las proezas do Esplandian. Catálogo del señor Mesonero.

CUBILLO DE ARAGÓN (DON ÁLVARO). Son harto escasas las noticias que tenemos de la vida de este aventajado escritor dramático. Fue su cuna la morisca Granada, su nacimiento en los primeros años del siglo XVII. Sin duda originario de distinguida familia, parece, no obstante, que tuvo en poco estas vanidades, y no hizo mucho uso del distintivo nobiliario; sus contemporáneos le nombraron más frecuentemente sin él; a veces se le concede y cercena en una misma obra.

Se ha inferido de un pasaje del prólogo en verso que escribió al frente de su libro titulado: El Enano de las Musas (1654), que debió de seguir la carrera forense. Es de creer que no la concluyese, llevado de su instintiva inclinación a la poesía, y dedicado principalmente a la composición dramática. Véase el pasaje a que nos referimos.


Lector, yo soy un Ingenio
de fortuna (Dios delante),
que para uno y otro agüero
no es menester más achaque.
Hiciéronme conocido,
cuando muchacho, las clases,
Cuando joven, las audiencias,
Cuando adulto, los corrales.
Y para ser desgraciado
en aquestas tres edades,
la mayor maña que tuve
fue buscar los consonantes.
Hice versos (Dios nos libre),
hice coplas (Dios nos guarde;
que de cien comedias, ¿quién
sino Dios podrá guardarme?
Ciento corrieron fortuna
en España a todo trance,
donde la mosquetería
es milicia formidable.
Perdonóme muchas veces
En medio de los embales
de Lopes y Calderones,
de Vélez y Villaizanes.
Que no hay bala despedida
del salitre, que se iguale
A la censura de aquellos
que hilan el mismo estambre, etc.



En 1625 publicó su poemita de no escaso mérito: Las Cortes del león y del águila. Hallábase en Granada a fines de abril de 1637, según consta del autógrafo de su auto sacramental intitulado: El mayor desempeño, que poseyó el señor Salvá (don Vicente).

Quizá por aquel mismo tiempo fue cuando, habiendo pasado a Sevilla con objeto de evacuar algunos negocios para él importantes, tomó parte en los ejercicios literarios de una lúcida academia de los mayores ingenios de aquella ciudad, que patrocinaba en su casa, calle de las Armas, el conde de la Torre, D... de Ribera, Saavedra y Guzmán. Fue nuestro don Álvaro secretario de ella, siendo presidente el insigne Antonio Ortiz Melgarejo, sevillano, del hábito de San Juan. Esta noticia debemos a Luis Vélez de Guevara (El Diablo cojuelo, 1641, tranco IX.), que en esta ocasión trata muy galantemente a Cubillo de «excelente cómico y grande versificador, con aquel fuego andaluz que todos los que nacen en aquel clima tienen».

En 1632 había ya dado nuestro autor al teatro sus dos comedias de El Rayo de Andalucía o el Genízaro de España (de asunto fundado en la heroica y popular historia de los siete infantes de Lara y el bastardo Mudarra), que fueron recibidas con extraordinario aplauso. Compruébalo así el testimonio de Montalbán, quien al incluir a Cubillo en su Memoria de los autores que escribían comedias en Castilla (Para todos, 1632), se expresó en tales términos: «Álvaro Cubillo, bizarro poeta, hace excelentes comedias, como lo fueron en esta corte y en toda España las dos de Mudarra». Fue más justo Montalbán con el insigne granadino, que lo había sido Lope omitiendo su elogio en el Laurel de Apolo.

Objeto sus dramas de la censura de Lope, Calderón y otros ingenios, Cubillo debió de retraerse bastante de las amistades y relaciones literarias: así se abstuvo de escribir composición alguna para las coronas fúnebres del Fénix y de su predilecto discípulo; y no se reunió jamás, que sepamos, con otros escritores en colaboración dramática.

Más de cien comedias, repite en la dedicatoria de El Enano de las Musas, que llevaba compuestas a la fecha de 1654; pero tan solo se conservan de ellas unas treinta i poco más, y algunas son extremadamente raras. Tanto en el género heroico, para el cual poseía grandes dotes, como en el cómico y festivo, presenta el repertorio de nuestro autor bellísimas produciones; sobresaliendo entre ellas las dos de El Genízaro de España y Rayo de Andalucía, las de El Conde de Saldaña, La honestidad defendido, La perfecta Casada, y Las muñecas de Marcela.

Atenido al producto de sus obras, vivía en Madrid por los años de 1646 a 1654, sobrecargado de una familia numerosa. Su poco lisonjera situación le ponía en la necesidad de ser el obligado panegirista de grandes y magnates; necesidad que sin duda no era nueva para él, pues que ya años antes el Conde-duque había sido objeto de sus encomios poéticos. Con más resolución solía tal cual vez recurrir a la piedad y gusto literario del Rey, escribiendo versos en su alabanza, o de las reinas Isabel y Mariana, y solicitando a renglón seguido la competente recompensa. En su referido libro se hallan interpoladas con las diez comedias que contiene, muchas de estas poesías laudatorias, mereciendo particular mención el soneto que dirigió a la reina doña Mariana de Austria y la entregó, según cuenta, «en la carrera de Atocha, un sábado por la tarde», poniéndole en manos del Rey, a quien pedía en dos composiciones adjuntas el material premio de su trabajo. Recibiále, en efecto, como él mismo refiere:


   Dile en su mano al Rey, y agradecido,
[...]
Atento a su decoro
volvió a la mía la respuesta en oro.
Por catorce renglones
me dio S. M. quince doblones:
¿Qué más hiciera un lince,
que brujulear catorce y ganar quince?



Concurrió nuestro don Álvaro a la justa poética celebrada por la Universidad de Alcalá, en 6 de febrero de 1658, para festejar el nacimiento del príncipe don Felipe Próspero. Dos años después se presentó a otros dos, certámenes: al de la Soledad (traslación de esta imagen a su nueva capilla del convento de la Victoria, de Madrid), en 19 de setiembre de 1660, y al celebrado en Jaén para solemnizar la dedicación solemne de aquella catedral, en octubre del mismo año. Aspiró en el de Madrid al premio de las glosas y al de los sonetos, y no debió quedar desairado. He aquí el vejamen que le aplicó Avellaneda:

Álvaro Cabillo, ingenio de alquitrán, por ser de Granada y por el fuego de sus obras, pues han dado tanta lumbre que corren muy válidas en la región del aire; porque en alas de cohetes han penetrado esas esferas azules; sitiado de los carneritas de las glosas, pide socorro al polvorista de la calle de aquestos cavalleros, pues siempre fue la de los Majadericos. Urban le socorrió de carretilla, disparando por mecha aquesta redondilla:


    Glosistas, en quien ya es
ociosa la zancadilla,
castigue la carretilla
a poetas buscapiés.



Este Certamen de la Soledad no se imprimió hasta el año de 1664. Ignoramos si a esta fecha vivía nuestro Cubillo, de quien no tenemos posteriores noticias.

De sus comedias tan solo sacó a luz, coleccionadas, las diez que comprende el Enano de las Musas. En las Colecciones de Varios se imprimieron algunas.

Pudieran escogerse algunas composiciones líricas de Cubillo excelentes, como el soneto que hizo a su propio retrato:


   Agradece al pincel ¡oh sombra vana!
Tanto esplendor, que a breve lienzo fía,
exento a la cobarde valentía
de aquel que huyendo mi verdor profana.
    Hoy me parezco a ti, mas no mañana:
¡Dichoso tú que naces cada día,
y el tiempo no podrá con su porfía
poner en ti una arruga ni una cana!
    ¡Dichoso tú que el curso fugitivo,
de su voraz carrera despreciando,
siglos apuestas a vivir no vivo!
    ¡Y sin ventura yo, que siempre dando
cada paso a la muerte, fugitivo
sé que no vivo, y muero no sé cuando!



Para la justa de Alcalá escribió un soneto y una glosa; en la de Jaén aspiró al premio de las octavas.

Catálogo de sus obras dramáticas:

El mayor desempeño. (Auto sacramental.) Manuscrito, en 4.º, casi todo autógrafo, y firmado al fin. «En Granada a 31 de abril de 1637 años. -Álvaro Cubillo de Aragón». Citado con el número 328 en el Catálogo de la librería de don Vicente Salvá. -París, 1834.

El Genízaro de España. Manuscrito anónimo. Biblioteca de Osuna.

La perfecta Casada. Manuscrito, al parecer copia, de mediados del siglo XVII; en el códice número 13 de mi librería, comprensivo de varias comedias de diversos autores; manuscritos que fueron de las compañías de Manuel Vallejo y de Francisca por los años de 1662 a 1675.

La gran comedia de los desagravios de Xpto. Manuscrito con esta nota, de la letra misma, al fin de la segunda jornada: «Soy de Gerónimo de Sandoval, autor de comedias por su Magestad; se trasladó en Jirona, a los siete días del mes de octubre de 1672. (Firmada.) -Bernardo de Heredia». Al principio tiene las aprobaciones del censor Avellaneda y del fiscal. (Madrid, enero y febrero de 1675), y la licencia para su repetición. -Manuscrito de mi librería.

El Enano de las Musas. Comedias y obras diversas, con un poema de las Cortes del León y del Águila. -Madrid, 1654; 4.º

Contiene:

La honestidad defendida, o Elisa Dido, Reina de Cartago.

Los triunfos de San Miguel.

El Genízaro de España y Rayo de Andalucía. Dos partes.

Los desagravios de Cristo.

El invisible Príncipe del Baúl.

Las muñecas de Marcela.

El Señor de noches buenos. (Don Enrique del Rincón.)

El amor cómo ha de ser.

La tragedia del Duque de Berganza.

Comedias en las Colecciones de Varios.

Los desagravios de Cristo. (Jerusalem destruida por Tito y Vespasiano. La venganza en el imperio.) (Parte treinta y dos con doce comedias de diferentes autores. -Zaragoza, 1640.)

Entro los sueltos caballos. (Doce comedias de diferentes autores. Parte 57. Año 1646. -En Valencia, a costa de Juan Sonzoni.)

El mejor Rey del mundo, y Templo de Salomón. (Quinta parte de las comedias de Lope de Vega. -Sevilla... (?) -(Fajardo.)

El Señor de noches buenas. (Don Enrique del Rincón.) (Flor de las mejores doce comedias de los mayores ingenios de España... -Madrid, 1652.) (Va atribuida a don Antonio Hurtado de Mendoza.)

La honestidad defendida de Elisa Dido, Reina y fundadora de Cartago.

El invisible Príncipe del Baúl.

Las muñecas de Marcela. (Ameno jardín de comedias de los insignes autores D. A. de Zamora, don J. B. Diamante y don Álvaro Cubillo de Aragón. -Madrid, 1734; 4.º)

Perderse por no perderse. (P. 8.ª)

La mayor venganza de honor y los Comendadores de Córdoba. (P. 10.)

Prudente, sabia y honrada. La perfecta Casada. (P. 12.)

El Conde de Saldaña, segunda parte. Los hechos de Bernardo del Carpio. (P. 13.)

Ganar por la mano el juego. (P. 29.)

Comedias sueltas.

Añasco el de Talavera.

El Bandolero de Flandes.

Los casados por fuerza, y ejemplo de desdichas. (Del engaño hacer virtud.)

El Conde de Saldaña, primera parte.

El Conde de Irlos. (¿Será la de Lope de Vega?)

La corona del agravio.

El justo Loth.

La manga de Sarracino.

El Vencedor de sí mismo.

Autos:

La muerte de Froilán.

El Rey Seleuco en Asia.

El fuego dado del cielo.

Auto sacramental: Nuestra Señora del Rosario, ciento por uno. (Navidad y Corpus-Christi festejados por los mejores ingenios de España. -Madrid, 1664.)

El hereje. (Auto.)

Compúsole en tres días, poco después de la Semana Santa de 1640, para las riestas religiosas que en Granada se celebraron en desagravio de la Santísima Virgen, con motivo del pasquín ofensivo a su pureza inmaculada, puesto por un hereje entre las puertas del cabildo de dicha ciudad, la noche del jueves santo. Le representó la compañía de Antonio de Prado, con otro de Calderón titulado: La hidalga, relativo al misterio de la Concepción. Da noticia de él, haciendo grande elogio de su autor, el P. Paracuellos, en sus Triunfales celebraciones... (Relación de estas fiestas de Granada. Las hubo asimismo por el propio suceso en otras muchas poblaciones.) Hállase citado este auto en el Catálogo de Huerta, del modo siguiente: «Auto en alegoría del sacrílego cartel que pusieron en la ciudad de Granada, contra la ley de Dios y su santísima Madre.

Entre los sueltos caballos.

Esta comedia se ha impreso y consta en los Catálogos atribuida a Cubillo; sin embargo, se ha sospechado que pudiera ser obra de Luis Vélez de Guevara, teniendo presente aquella composición satírica dirigida a éste último, que empieza:


    Entre los sueltos caballos
de la mosquetera gente
que la otra noche silbaron
entre lo Roque, lo Vélez, etc.



Las comedias de Cubillo publicadas en la Biblioteca de Autores españoles, de M. Rivadeneyra, TOMO XLVII (Dramáticos posteriores a Lope de Vega), son:

El Conde de Saldaña, primera parte.

Hechos de Bernardo del Carpio, segunda id.

La perfecta Casada.

Las muñecas de Marcela.

El Señor de noches buenas.

El amor cómo a de ser.

El invisible Príncipe del Baúl.

CUELLAR (DON JERÓNIMO DE). Natural de Madrid; bautizóse en la parroquia de San Justo; fueron sus padres Juan Lorenzo de Cuellar, contralor de la casa real, natural de esta corte, y doña Ángela de Chaux, francesa, de Semerecur, en Lorena, camarista de la reina doña Isabel, esposa de Felipe IV.

En 1650 era don Jerónimo ayuda de cámara de S. M., que en el propio año le hizo merced del hábito de Santiago. Acompañó al Rey en la jornada a la frontera de Francia para la entrega de la infanta doña María Teresa, año de 1660. A la vuelta obtuvo la secretaría de los descargos, luego la de cámara del Consejo de Cruzada, que servía en 1665, y últimamente pasó a secretario del de las Órdenes.

Tuvo excelente ingenio; hállanse versos suyos en varios libros de aquel tiempo, y compuso algunas comedias. De estas, la titulada: El Pastelero de Madrigal, que corre anónima, ha conservado aceptación y se ha reimpreso en nuestros días.

En 1652 le dedicó el librero Pedro de Logroño la apreciable antología que publicó, titulada: Flor de las mejores doce comedias de los mayores ingenios de España, (Madrid, dicho año.) En la dedicatoria refiere varias noticias de Cuellar y de su familia; pero no inserta en el tomo comedia alguna de este autor.

La comedia de Cuellar, Cada cual a su negocio, ha sido últimamente reimpresa en la colección de Dramáticos posteriores a Lope de Vega, tomo I, Biblioteca de Autores españoles, de M. Rivadeneyra.

Hacer cada uno lo que debe, (o cada cual a su negocio).

(Parte cuarenta y tres de comedias de diferentes autores. -Zaragoza, 1650.)

(Parte cuarenta y tres... -Valencia, 1660. -Fajardo. Y en la Parte sexta, de Madrid.)

El Pastelero de Madrigal.

CUENCA Y ARGUELLO (DON AMBROSIO DE).

Nadie se atreva al honor. Manuscrito; copia; siglo XVIII, en el códice M-178 de la Biblioteca Nacional.

A igual agravio no hay duelo. (P. 13.)

Nuestra Señora de Regla, (la Fénix de Andalucía). (P. 27.)

Nadie se atreva al honor.

Apelar de un hado a otro.

Entremés de Los Tejedores. Autógrafo; con fecha de 1660. Biblioteca de Osuna.

CUERO Y TAPIA (DON JUAN DE). Señor del mayorazgo de su apellido, en Madrid, y de la casa y castillo del Castellar, en Cataluña. Nació en esta corte, año de 1597; fue bautizado el 16 de setiembre en la parroquia de Santiago. Sus padres, don Gregorio de Cuero y Tapia, secretario del Consejo de Ordenes y doña Ana de Solís y Medrano. Obtuvo el hábito de Santiago en 1628. Fue regidor perpetuo y decano de este Ayuntamiento, y en 1649, su procurador a Cortes. Sirvió de gentil hombre de la casa real, y en el tercio de la nobleza levantado por esta villa, obtuvo el grado de capitán de infantería. Casó dos veces: la primera, con doña Francisca Collantes y Guerra, de quien tuvo, entre otros hijos, a doña Mariana que sucedió en la casa; y la segunda, con doña Ana María de Cuero y Tapia, su sobrina. Murió de ochenta y siete años (1684), en sus casas principales, a la Puerta de Balnadú.

Fue muy versado en todo género de letras, y especial aficionado a la poesía; colector curioso de noticias y papeles. Recogió las obras de su sobrino, el erudito don Gregorio de Tapia y Salcedo; y escribió él varias, pero solamente imprimió de ellas un Memorial de sus servicios; en folio.

Ignoraríamos que este ilustrado caballero hubiese cultivado la poesía dramática si don Gaspar Agustín de Lara, en su Obelisco fúnebre a Calderón, con ocasión de impugnar en el interesante prólogo que le precede algunos errores cometidos por don Juan de Vera Tassis y Villarroel al ilustrar y colectar las comedias de aquel insigne dramático, no hubiese sacado a cuento de estos errores otros del mismo Vera Tassis, relativos a don Agustín de Salazar y Torres, cuyas obras también colectó y dio a la estampa; y entre ellos el de atribuir a dicho Salazar «la comedia de don Juan Cuero de Tapia, caballero de Santiago; cuyos borradores», añade Lara que había tenido a la vista «que yo vi en sus borradores». En la duda que tenemos, y va indicada oportunamente, acerca de si Vera Tassis publicó ya la Segunda parte de las obras de Salazar, que comprende nueve comedias, en 1681, cuando la primera, o en 1694, no podemos calcular si Lara se refiere a una de esas piezas, o bien a alguna cita de aquel editor. Hallamos que Montalbán en su Índice o Catálogo de ingenios de Madrid (Para todos, 1632) incluye a

Don Juan de Tapia: lucido poeta lírico y cómico, ha escrito y escribe muchos versos a varios propósitos; y los de gracia, particularmente, con mucho donaire.



Álvarez Baena omite a don Juan de Tapia; y en el artículo de don Juan Cuero de Tapia no hace el menor mérito de la cita de Montalbán, quien, a mi juicio, se refirió al ilustre caballero, cuya biografía acabamos de trascribir; si bien advertiré que pudo acaso hacer referencia a don Juan de Tapia y Ballesteros, autor de una comedia y de varios entremeses.

CUERVO (ANTONIO).

Entremés de La Honrado. Autógrafo; con fecha de Madrid, 51 de marzo de 1659; en la Biblioteca de Osuna.

CUEVA (DON ANTONIO DE LA). Residió en Nápoles, donde en 1672 dio a la estampa su comedia: No hay deuda donde hay agravio, dedicándola a don Domingo Marcio Carrafa y Pacheco, duque de Matalón, marqués de Arienzo, conde de Avellaneda y Cherrito, etc.

Hércules. (Tragicomedia). Manuscrito. Biblioteca de Osuna.

Como noble y ofendido. (P. 42.)

No hay deuda donde hay agravio. -Nápoles, por Egidio Longo, 1672; 4.º

El sepulcro en la corona.

CUEVA (JUAN DE LA). Fecundo y afluente ingenio, poeta de los más célebres que produjo la escuela sevillana de los Mal-Laras, Girones y Medinas, a fines del segundo tercio del siglo XVI. Nació en Sevilla, por los años de 1550, de ilustre y esclarecida familia. Discípulo de tan eminentes maestros, dio tempranas muestras de su feliz disposición para la poesía: bellísimas flores de las cuales podemos citar dos sonetos recientemente publicados68; uno en alabanza del poema de Mal-Lara: La muerte de Orfeo, y otro al maestro Diego Girón, habiendo sucedido por muerte de aquel doctísimo preceptor en la lección de su estudio. Mal-Lara falleció en 1571.

El teatro español por aquella época, después del impulso que le había dado con su feliz inventiva y práctica dirección el insigne sevillano Lope de Rueda, caminaba rápidamente a su más brillante periodo. El ingenioso autor del Viaje entretenido, nos señala a Juan de la Cueva como el primero de los poetas que introdujeron en la comedia figuras graves de reyes y reinas. El mismo Cueva dice69:


   A mi me culpan de que fui el primero
que reyes y deidades di al tablado,
de las comedias traspasando el fuero:
    Que el un acto de cinco le he quitado;
que reducí los actos en jornadas,
cual vemos que es en nuestro tiempo usado.

(Ejemplar poético. -Ep. 3.ª).                




No obstante, debe advertirse que en la comedia, muy anterior (1563), de La Duquesa de la Rosa, compuesta por Alonso de la Vega, entran ya Infantes y magnates.

Puede ser contado nuestro autor entre los primeros que trabajaron por dar mayor importancia al drama, prefiriendo los argumentos históricos, y muy señaladamente los nacionales. Merecen elogio sus esfuerzos; por más que la ilustrada y severa crítica moderna halle, a la par de grandes bellezas, considerables defectos en sus producciones dramáticas.

A catorce llega el número de estas; representáronse todas en Sevilla, años de 1579, 80 y 81; la mayor parte en la huerta de doña Elvira, dos en las Atarazanas y una en el corral de don Juan. Los famosos representantes Alonso Rodríguez, Pedro de Saldaña, Alonso de Capilla y Alonso de Cisneros, fueron sus protagonistas. No las dio su autor a la estampa hasta el año de 1588, en Sevilla, poniendo a la colección el epígrafe de Primera parte; de lo cual se infiere que tenía compuestos, o pensaba escribir, otros dramas, que al fin no llegó a publicar, ni son conocidos.

Al tiempo mismo que tanto se distinguía como escritor dramático, preparaba la impresión de sus poesías líricas, que dio a luz con título de

Obras... -Sevilla; por Andrea Pescioni, 1582; 8.º, de 139 hojas.

Este libro, rarísimo y no reimpreso, contiene sonetos, elegías y canciones al gusto italiano, con algunos madrigales: al fin tres églogas y el poemita. Llanto de Venus en la muerte de Adonis70.

En 1587, dio Cueva al público su Romancero:

Coro fébeo de romances historiales, compuesto por Joan de la Cueva. -Sevilla, Juan León, 1587; 8.º -Reimpreso Íbid, en 1588.

Según el señor Durán, este Romancero (de cuyos cien romances transcribe dicho crítico en el último suyo unos sesenta y tres), es muy raro, pero poco importante. Divídese en diez libros. Cueva escribió una segunda parte de este Coro fébeo, que inédita poseyó den Nicolás Antonio.

Desde el año de 1588, en que dio a la estampa la Parte primera de sus obras dramáticas, hasta el de 1603, nuestro autor dedicó principalmente sus vigilias literarias a la composición de un excelente poema heroico de argumento verdaderamente digno y nacional, y a la reunión y perfeccionamiento de sus obras líricas. El expresado poema:

La conquista de la Bélica (por el santo Rey don Fernando). -Sevilla: Francisco Pérez, 1603; 8.º

es uno de los más regulares que posee nuestra Épica, y a pesar de su falta de animación y movimiento, y de otros defectos que oscurecen su mérito, es digno del aprecio y del lugar que le dio Estala en los tomos XIV y XV de la Colección que publicó bajo el seudónimo de don Ramón Fernández.

En 1.º de enero de 1603 escribía nuestro poeta en Sevilla la dedicatoria de su completa Colección de obras líricas al doctor Claudio de la Cueva, su hermano, inquisidor y visitador de la inquisición de Sicilia. Formábanla dos gruesos volúmenes en 4.º, que por el año 1774 poseía en Sevilla el señor conde del Águila, escritos en su mayor parte de mano del autor. Comprendía el primer tomo las poesías que había impreso en el año de 1582, con adiciones considerables. El segundo, que actualmente posee el señor duque de Gor, en su selecta librería de Granada, contiene:

Siete églogas.

Los amores de Marte y Venus. Poemita en octavas dedicado, a don Enrique de la Cueva.

El llanto de Venus.

Historia de la Cueva y descendencia de los duques de Alburquerque. Poema dedicado a la marquesa de Tarifa, doña Ana Tellez Girón, con fecha de 15 de setiembre de 1604.

Viaje de Sannio, poeía, al cielo de Júpiter. Poema didáctico alegórico; contiene elogios de célebres ingenios españoles. Lleva fecha de 1585, y dedicatoria a don Fernando Afan de Ribera Enríquez, marqués de Tarifa.

Ejemplar poético.

Los cuatro libros de los inventores de las cosas. Poema en verso suelto; ampliación de la obra de Polidoro Virgilio.

Hasta aquí van conformes en esta relación el biógrafo de Cueva en el Parnaso Español, y los traductores del Ticknor. Pero el primero añade al contenido del manuscrito lo siguiente:

Epístola a Cristóbal de Zayas, con una Invectiva contra la poesía, leída en la academia de Mal-Lara.

La Muracinda. Poema burlesco, no concluido.

Batalla de ranas y ratones. Poema, traducción de la Bairacomiomaquia, de Homero. Fragmentos.

Aunque la dedicatoria de esta Colección lleva la fecha de 1603, según el parnasista, si no hay yerro en la cita, puede calcularse que Cueva, después de escrita aquella al frente del tomo I, fue sucesivamente agregando en los siguientes años las obras que concluía o perfeccionaba. Por una de estas dos causas se explican únicamente las fechas posteriores a 1603, que tienen, ya en el tomo II, ya en algún otro manuscrito, varias de las obras que dicho volumen comprende. La historia de la cueva hemos visto que lleva data de 1604. Del Ejemplar poético guardaba, en 1774, el señor don Benito Martínez Gómez Gayoso, archivero de la Secretaría de Estado en su exquisita librería, un códice autógrafo (4.º de 50 pág.), con la dedicatoria al duque de Alcalá, firmada por el autor en Sevilla, a 30 de noviembre 1606, y la portada impresa en la misma ciudad y fecha.

Finalmente, el poema de Los Inventores tiene, según el parnasista, a su principio una epístola de Cueva a doña Jerónima María de Guzmán (por cuyo mandato le compuso) con la siguiente data: «De esta ciudad de Cuenca, y de mayo 9 del año de nuestra salud de 1607».

De las obras debidas a la pluma de Juan de la Cueva se han impreso en la moderna época, además de las ya citadas, el Ejemplar poético, seguido de dos canciones y una elegía en el tomo VIII del Parnaso español (1774); el poema de Los Inventores de las cosas, en la misma Colección, tomo IX; un romance satírico en la Floresta, de Bohl, y las comedias: El saco de Roma y El Infamador, en el Tesoro del Teatro español, colectado por don E. de Ochoa, tomo I, París, 1838.

El Ejemplar o Arte Poética española, en tres epístolas excelentemente versificadas, es obra digna de estimación por su doctrina y por las noticias que contiene sobre la poesía castellana y sus cultivadores. López Sedano estuvo tan feliz en su publicación, cuanto desacertado en la del libro de Los Inventores, que nada tiene de poético y está lleno de ridículas patrañas. Ilustró dicho editor estas obras con notas críticas y bibliográficas, con las noticias que del autor supo y con el retrato de éste, sacado del de cuerpo entero, pintura antigua, que poseía en Sevilla el conde del Águila. La estampa, grabada por Carmona, nos le representa como de cuarenta años, o algo más, de edad; persona y facciones robustas, frente espaciosa, ojos vivos, cabello crespo, semblante ceñudo y desapacible.

Cervantes, que sin duda trató a Cueva en Sevilla, le celebra en el Canto de Calíope. Herrera en un bello soneto. No recibió igual honra del Fénix de los ingenios, que tenía sus caprichos y sus olvidos muy singulares.

Don L. F. de Moratín, Quintana, y don A. de Montiano han sido los más notables críticos que modernamente han juzgado las obras de Cueva. El primero analiza todas las dramáticas, y censurándolas con sujeción a sus doctrinas, reconoce y alaba las bellezas que encierran. Montiano, limitándose a las tragedias, es aun menos rígido en su juicio.

Quintana, después de calificarle de «uno de los primeros corruptores del teatro», examina principalmente el poema la Conquista de la Bética, apreciando con justa crítica su mérito y sus defectos.

Primera parte de comedias de Juan de la Cueva. -Sevilla, Juan León, 1588. Lleva un prólogo del autor.

Contiene:

Comedia de La muerte del Rey don Sancho, y roto de Zamora, por don Diego Ordóñez. «Esta farsa fue representada la primera vez en Sevilla, año de 1579, siendo Asistente de ella don Francisco Zapata de Cisneros. Representóla Alonso Rodríguez, autor de comedias, en la huerta de doña Elvira».

Comedia de El saco de Roma, y muerte de Borbón, y coronación de nuestro invicto Emperador Carlos V. «Fue representada esta farsa la primera vez en Sevilla, por Alonso Rodríguez, famoso representante, en la huerta de doña Elvira, siendo Asistente don Francisco Zapata de Cisneros, conde de Barajas».

Tragedia de Los siete Infantes de Lara. «Esta tragedia, representó la primera vez en Sevilla, en la huerta de doña Elvira, Antonio Rodríguez, siendo Asistente don Francisco Zapata»... etc.

Comedia de La libertad de España por Bernardo del Carpio. «Esta farsa fue representada la primera vez en Sevilla, por Pedro de Saldaña, famoso autor y excelente representante. Representóse en las Atarazanas», etc.

Comedia de El Degollado. «Esta comedia representó la primera vez en Sevilla, por Pedro de Saldaba. Recitóse en la huerta de doña Elvira...», etc.

Tragedia de La muerte de Ayax Telamón sobre las armas de Aquiles. «Representó esta tragedia Pedro de Saldaña, haciendo él mismo la figura de Ayax admirablemente. Recitóse la primera vez en Sevilla, en la huerta de doña Elvira», etc.

Comedia de El Tutor. «Fue representada esta comedia por primera vez en Sevilla, en la huerta de doña Elvira, por Pedro de Saldaña», etc.

Comedia de La constancia de Arcelina. «Fue representada esta comedia con grandísimo extremo en la huerta de doña Elvira, por Pedro de Saldaña».

Tragedia de La muerte de Virginia y Apio Claudio. «Representóse esta tragedia en la huerta de doña Elvira, por el excelente e ingenioso representante Pedro de Saldaña», etc.

Comedia de El Príncipe tirano, primera parte. «Representóse esta comedia la primera vez en la huerta de doña Elvira, en Sevilla, por Pedro de Saldaña», etc.

Tragedia de El Príncipe tirano, segunda parte. «Esta tragedia representó Pedro de Saldaña, la primera vez en Sevilla, en la huerta de doña Elvira», etc.

Comedia de El Viejo enamorado. «Esta comedia representó Pedro de Saldaña la primera vez en Sevilla, en el corral de don Juan», etc.

Comedia de La libertad de Roma por Mucio Scévola. «Esta farsa representó Alonso de Capilla, ingenioso representante, en las Atarazanas, en Sevilla», etc.

Comedia de El Infamador. «Fue representada esta comedia la primera vez en Sevilla, por el excelente y gracioso representante Alonso de Cisneros, en la huerta de doña Elvira», etc.

Estas piezas dramáticas van todas divididas en cuatro jornadas; su diálogo es una mezcla de estrofas líricas, endecasílabos sueltos, redondillas, tercetos y octavas.

CUEVA (SALVADOR DE LA).

Cuál el lo más en amor, el desprecio o el favor. (Fiesta de Zarzuela). (Parte cuarenta y tres de comedias de diferentes autores. -Valencia,1660. Fajardo.) Y en la Parte cuarenta y tres, de Madrid.

Baile: El Soldado de la Guardia. Índice del señor Fernández-Guerra.

CUEVA Y SILVA (DON FRANCISCO DE LA). Nació en Medina del Campo, de ilustre familia, consanguínea de los duques de Alburquerque, por los años de 1550.

Fue jurisconsulto insigne, erudito filólogo, poeta lírico y dramático. La mayor parte de los datos que tenemos acerca de este escritor se reducen a elogios. Pocos habrá que hayan merecido tantos y tan pomposos encomios bajo el doble concepto que él, coma legista y como poeta.

El doctor Navarro le incluye en su Catálogo de insignes dramáticos: «El licenciado don Francisco de la Cueva, tan docto y tan celebrado como sabemos de todos los ingenios de España». Rojas Villandrando le nombra entre los autores que después de Lope de Rueda fueron ensanchando el dominio de la fábula teatral. «Hicieron (dice):


Sus Tratos de Argel Cervantes:
Hizo el comendador Vega
sus Lauras, y el Bello Adonis
Don Francisco de la Cueva.



Lope de Vega, que fue íntimo y apasionado amigo suyo, le menciona en la Dorotea, escrita en sus años juveniles, como a uno de los grandes poetas de aquella época; dedícale su comedia: La mal Casada (Décimaquinta parte: 1620), llamándole nuevo Alciato; y le dirige la Epístola 1.ª de La Filomena (1621), donde, a vuelta de los más exagerados encomios, «milagro al mundo, octava maravilla», le honra con el dictado de «Demóstenes castellano», y como a poeta con elogios repetidos, entre los cuales notamos estos:


   Oh vos, claro Francisco, a quien pretenden
las Musas por su Apolo y su divino
Orfeo, en cuya múgica se encienden:
    Vos, que quitates de la fuente a Dino
el primero laurel; nestóreos años
viva ese ingenio a cuya luz me inclino.



Últimamente en el Laurel do Apolo teje su corona fúnebre con sentidos y afectuosos versos.

Le alabó Cervantes encarecidamente en el Canto de Calíope (Galatea, 1584), y después en el Viaje del Parnaso. Quevedo fue su íntimo amigo y le dedicó un soneto, que es el XVI de su musa Melpomene.

Don Nicolás Antonio le califica de «príncipe de los jurisconsultos de su tiempo, por su doctrina, ingenio y elocuencia».

Pero solamente cita de su pluma la

Información de derecho divino y humano por la Purísima Concepción de la Virgen Nuestra Señora. -Madrid, 1625; folio.

Cristóbal de Mesa en el libro X de su poema: La restauración de España (Madrid, 1607), alabó justamente a los dos célebres jurisconsultos y poetas coetáneos Berrio y don Francisco de la Cueva; ambos poco afortunados respecto de la conservación de sus trabajos literarios.

Murió Cueva y Silva a fines del año de 1621. Atribuyóse a veneno su muerte, y se creyó hallar conexión entre este suceso (a la verdad bien poco extraño, dado que Cueva ya llegaba a los setenta años) y la enemistad que parece se había granjeado del condeduque de Olivares.

El elogio que Lope le tributó en el Laurel es el que sigue:


Medina, en cuyo campo solamente
pudo hallarse la Cueva del Parnaso,
ofrece diligente
a Baldo en el espíritu de Laso,
al docto don Francisco de la Cueva
que los versos de Píndaro renueva:
Tan gran ingenio, que con triste suerte
la más sangrienta ley lloró su muerte:
Que deben con razón llorar las leyes
los que honran patrias y engrandecen reyes.
¡Qué triste de su pluma nos advierte
(si bien en verde edad primero fruto)
Porcía después que del famoso bruto
supo y creyó la miserable suerte!
Llorad, pues, juntas, de su muerte ciertas,
Musas y leyes, si no sois las muertas;
y yo también por las que obligan tanto
de la eterna amistad, vínculo santo,
diciendo a su divino entendimiento
con triste musa en lamentable acento:
«Paulo, jurisconsulto soberano,
que del César de eterna monarquía
y el supremo Pontífice tenía
todo el Digesto en la divina mano;
el que al hebreo, al griego y al romano
la Instituta Cathólica escribía;
en una decisión dijo que había
de morir una vez el hombre humano.
¡Oh ilustre don Francisco! ¡Oh siempre clara
luz de las letras! Si la muerte oyera
y tu divino ingenio la informara,
a la ley del morir réplica hubiera:
Que tu divina voz la dilatara
si menos que de Dios sentencia fuera.



La composición lírica de Cueva y Silva cuyos dos primeros versos ingirió Lope en el transcrito elogio del Laurel, se había publicado íntegra en la Primera parte de las Flores de poetas ilustres (Valladolid, 1605). La reprodujo el padre Baltasar Gracián, como ejemplo, en su Agudeza y arte de ingenio.

Consérvase manuscrita en la Biblioteca Nacional de esta corte, una tragedia de nuestro autor titulada: Narciso, único drama suyo que se conoce.

Creemos oportuna la inserción aquí de un notable periodo de la mencionada dedicatoria que le dirigió Lope con su excelente comedia: La mal Casada. Hablando de la falta de observancia de los preceptos clásicos de que adolecían las comedias como aquella, escritas al uso de España, dice:

...pero pues vuesa merced no ha sido de los escrupulosos en esta materia, excusada fuera esta satisfacción, que solo la he dado a su divino ingenio, tan justamente celebrado en Europa... Reciba, pues, vuesa merced en su protección, ya como caballero tan noble... ya como tan insigne orador y jurisconsulto, a La mal Casada, etc.



El bello Adonis. Citada por Agustín de Rojas Villandrando. Debió de escribirla Cueva por los años de 1580.

Narciso. (Tragedia.) Manuscrito en un códice de la Biblioteca Nacional.

CUEVA Y SILVA (DOÑA LEONOR DE LA). Probablemente hija del anterior. Escribió un elegante soneto a la muerte de la reina doña Isabel de Borbón (Pompa funeral... Madrid, 1645, pág. 97 v.)

La firmeza en la ausencia. Manuscrito. Biblioteca de Osuna.

CUEVA Y BENAVIDES (DON PEDRO ALFONSO DE LA).

A cada riesgo un encanto. Inédita. Catálogo del señor Durán. Escrita en la segunda cuarta del siglo XVIII.

CURCIO Y PALOMERO (LICENCIADO DON FRANCISCO). Abogado, corregidor de Madrigal. Para la proclamación de Fernando VI en aquella villa, año de 1746, compuso, precedida de una relación de las fiestas, y con su loa correspondiente, la comedia:

Reinar por sacro blasón.




ArribaAbajo- D -

DANIEL (DON LORENZO). Titúlase criado da S. M. y AA. en la portada de la comedia denominada. La toma de San Felipe por las armas españolas, que escribió en 1782, con el murciano don Alonso Antonio Quadrado, por encargo del Ayuntamiento de Madrid, para festejar la reconquista de Menorca, y en obsequio de nuestro huésped el conde de Artois. En la portada va citado en primer lugar.

Jornada de La toma de San Felipe por las armas españolas. (Con don Alonso Antonio Quadrado Fernández de Anduga.)

DÁVILA Y HEREDIA (DON ANDRÉS). Señor de la Garena. En 1686 era capitán de caballos, profesor de matemáticas e ingeniero militar por S. M. Estos títulos se pone en su librito denominado:

Ivnta de animales contra el hombre. Por... -Impresso en Zaragoza por los herederos de Domingo la Puyada, impresor del reyno, año de 1686; 12.º

Apólogo en prosa, filosófico y erudito, aunque pesado. Antes había dado al público una sátira en prosa de las representaciones musicales, que tituló:

Comedia sin música. -Valencia, 1676; 12.º

En contestación, al famoso libro del padre Fuente la Peña (tan apreciado y buscado modernamente por los filósofos alemanes). El Ente dilucidado. Discurso que muestra que hay, en naturaleza animales irracionales invisibles, y cuales sean (Madrid, 1676); escribió nuestro autor el que lleva este epígrafe:

Responde don Andrés Dávila Heredia al libro de El Ente dilucidado.-Valencia, 1678; 4.º

Es opúsculo en extremo escaso, dice don V. Salvá. Suyo es asimismo el libro titulado:

Tienda de antojos políticos. -1673.

DÁVILA Y PALOMARES (DON MARTÍN).

Imposibles vence Amor. (Comedia con música.) Manuscrito inédito citado en el Catálogo del señor Durán. Pieza escrita por los años de 1723.

DÁVILA, PONCE DE LEÓN (DON RODRIGO). Caballero de la Orden de Santiago, y comisario general de la caballería de las Ordenes militares. En 1635 escribió para la Fama póstuma de Lope de Vega, un elegante soneto, y otro en 1644, a la muerte de la reina doña Isabel de Borbón. Del epígrafe de este último, inserto en la Pompa funeral (descripción de las honras y exequias de dicha augusta señora) constan su destino y condecoración. Fue amigo del distinguido poeta don Luis de Ulloa Pereyra; juntos escribieron la comedia titulada: Pico y Canente, que se representó en palacio en celebridad de haberse restablecido la reina doña Mariana del accidente que le sobrevino estando el rey en las Descalzas, y del cual volvió con la presencia de su augusto esposo71.Don Antonio de Solís compuso para esta función una loa y un sainete.

Concurrió a la justa poética celebrada por la Universidad de Alcalá, en el nacimiento del príncipe don Felipe Próspero, año de 1658, aspirando al premio de los epigramas latinos, con uno muy elegante que comienza:


¿Quid fit ut Empyreis nascatur Prosper ab Astris
Mague Fhilipe, tuus natus ad arma puer?



Jornada de Pico y Canente. (Con don Luis de Ulloa Pereyra).

DELGADO (JUAN). Natural de Madrid. Poeta lírico y dramático, mencionado en el Para todos, de Montalbán. Era joven cuando Lope escribió su elogio en el Laurel de Apolo (1628 a 1630), donde lo alaba de galán y apuesto gentil hombre. Dice así:


De Juan Delgado con razón asombre
el no estar declarado
si habemos de llamarle Juan Delgado
por el entendimiento o por el nombre.
No implica el ser galán y gentil hombre,
que aunque digan algunos que el cuidado
de los estudios no permite aseo,
del gusto de las musas no lo creo,
que como damas son, galanes aman,
y el desaseo y la fealdad desaman.



Escribió un soneto y una silva a la muerte de Lope (Fama póstuma, 1636), y dos sonetos a la de Montalbán (Lágrimas panegíricas, 1639). -Conócese una comedia suya que se halla inserta en la Parte treinta y seis, de Madrid.

En el Epítome de la ortografía latina y castellana, del maestro Jiménez Patón (Baeza, 1614) se leo una décima laudatoria, compuesta por el doctor Juan Delgado, médico. Dudo mucho que sea el loado por Lope.

El prodigio de Polonia. (San Jacinto.) (P. 36.)

DELGADO (DON MANUEL DANIEL). Autor de mediados del siglo XVIII, citado por Moratín.

Cómo se engañan los celos. (Moratín.)

DELICADO (FRANCISCO). Natural de Martos, discípulo del insigne Antonio de Lebrija; titulóse repetidamente «vicario del valle de la Cabezuela». Pasando a Italia, en Roma, año de 1524, compuso una novela dramática (en extremo obscena, pero interesante para el estudio del idioma) de la clase de las Celestinas «en el común hablar de la polida Andalucía», con título de Retrato de la lozana Andaluza, obra peregrina de que existe ejemplar, impreso sin lugar ni año en la Biblioteca Imperial de Viena, y copia de él en la del señor don Pascual de Gayangos. La publicó anónima, pero se declaró luego por su autor en la introducción que puso al libro tercero del Primaleon72, al corregir y enmendar este libro caballeresco para su bella edición de Venecia, 1554. En esta ciudad, a lo que parece, se dedicaba a corregir libros españoles de los muchos que reimprimían aquellos acreditados tipógrafos; y así lo verificó esmeradamente en la edición del famoso Amadís de Gaula (1533), una de las más bellas y estimadas. Delicado manifestó en sus prólogos e ilustraciones a estos libros, así como antes en la desahogada Lozana, su buen gusto y profundo conocimiento del idioma patrio. -Al señor de Gayangos debemos las noticias que nos revelan en el atildado corrector de Amadís y Primaleon, al autor encubierto del

Retrato de la lozana Andaluza; en lengua española; muy claríssima. Compuesto en Roma. (Aquí un grabado en madera.) El qual Retrato demuestra lo que en Roma passaua y contiene munchas (sic) más cosas que la Celestina. Sin l. ni a.: en 4.º; 54 folios; signaturas Aij-Niij: -con grabados en madera. Imprimióse en Venecia, por el año de 1528, según su final.

Siguen dos grabados a la vuelta de la portada, y después otro en el principio de la segunda bola, al lado de la dedicatoria que comienza: «Ilustre señor. Sabiendo yo que vuestra señoría toma placer cuando oye hablar en cosas de amor...». No tiene fecha ni firma, ni expresa a quien va dirigida, pero si que se escribía en Roma. Ya luego un prólogo que el autor denomina Argumento; y al folio tercero: «Comiença la historia ó Retrato sacado del Jure cevil natural. De la Señora Loçana; compuesto el año mill y quinietos y veynte é quatro; á treynta dias del mes de junio: en Roma, alma cibdad, y como auia de ser partido en capítulos va por mamotretos, porque en semejante obra mejor conuiene».

Va dividida en sesenta y seis mamotretos, y al fin una epístola que «añadió el autor el año de 1527»; después ciertos graciosos versos, otra epístola de la Lozana, y por último: «Digresión que cuenta el autor en Venecia». De la cual traslado los siguientes párrafos:

«Cordialísimos lectores: Pienso que muchas y muchas tragedias se dirán de la entrada y salida de los soldados en Roma...». (El ejército de Borbón entró el 6 de mayo de 1527 y salió en febrero alguiente.) «Salimos de Roma a diez días de febrero... avisándome que de los que con el felicísimo exército salimos hombres pacíficos, no se halla, salvo yo, en Venecia... que me acompañe a visitar nuestro santíssimo protector... (Santiago)... que no hallé otro español en esta ínclita cibdá, y esta necessidad me compelió a dar este Retrato a un estampador, por remediar mi no tener ni poder, el qual Retrato me valió más que otros cartapacios que yo tenía por mis legítimas obras, y este que no era legítimo, por ser cosas ridículas me valió a tiempo...» etc.

DIAMANTE (DON JUAN BAUTISTA). Uno de los más fecundos y celebrados poetas dramáticos que produjo España en la segunda mitad del siglo XVII. Algunos escritores portugueses le han supuesto natural de aquella comarca de nuestra península; pero Diego Barbosa Machado (Bibliotheca Lusitana, tomo II, Lisboa, 1747), afirma expresamente que nació en Castilla, de padre español, que lo fue Santiago (Iácome) Diamante, y de madre portuguesa. La fecha de su nacimiento se ignora, pero con bastante probabilidad se puede fijar en la década comprendida entre 1630 y 1640.

Hubo de seguir Diamante la profesión militar en su primera juventud73; Barbosa dice que fue insigne en todos las artes dignas de un caballero, distinguiéndose en el jugar de las armas y en el arte de la jineta. Ya fuese únicamente por servicios especiales suyos, ya por lo ilustre y esclarecido de su linaje, obtuvo el hábito de la Orden de San Juan, y en ella el priorato y encomienda de Morón. Caballero de esta Orden era ya en el año de 1660, cuando concurrió al certamen poético, celebrado en Madrid, para festejar la traslación de la imagen de nuestra señora de la Soledad a su nueva capilla. Escribió unas Décimas y un Romance, que fueron premiados, y recibió del fiscal Avellaneda el siguiente vejamen:

Padre mío, mire que el segundo premio le toca a don Juan Diamante, aunque es ingenio sin segundo, y, de grandes fondos a todas luces, y el más valiente poeta de nuestra nación, pues logra su pluma por puntos del buen corte de su acero, y su espada de la razón de su pluma. Urban, que tal oyó, le arrojó un trabuco y un montante, diciendo:


Galán, discreto y valiente,
conocer puede Diamante
que el premiarle con montante
que fue cálamo currente.



Dedicado a la composición dramática, empezó nuestro poeta a dar obras al teatro por los años de 155774. Acaso fue la primera de ellas: El Honrador de su padre, drama notable que salió impreso en la Parte once de Comedias de Varios; Madrid, 1659, y en el cual se observan bellezas de primer orden al traves de sus muchas irregularidades. Diamante escribió esta pieza teniendo a la vista Las mocedades del Cid, de Castro, y su imitación, hecha por Corneille, y tomando de una y otra lo que le pareció conveniente.

Fue sucesivamente dando al público otras muchas piezas dramáticas, que se imprimieron, ya sueltas, ya en los tomos siguientes de la Colección de Varios. En 1670 y 1674 publicó en dos volúmenes veinte y cuatro de ellas; Colección que ya es difícil de encontrar completa.

Tuvo Diamante facilidad en la composición, y si hubiera poseído más dotes de inventiva y de originalidad, o logrado mejor acierto en la elección de argumentos, escribiendo al mismo tiempo en estilo menos pomposo y afectadamente culto, pudiera ser contado sin duda entre los mejores dramáticos españoles de segundo orden.

Fue bastante inclinado a componer en colaboración; escribió con Matos, Moreto, don Juan Vélez de Guevara, Villaviciosa, Avellaneda y otros notables autores, que sin duda le honraron y distinguieron con su amistad.

Por las escasas líneas que le dedica don Nicolás Antonio, consta que aún vivía en el año de 1684, a cuya fecha debía de tener lo más cincuenta y cuatro de edad. Nada indican Barbosa ni otros biógrafos acerca de la época de su muerte. El diligente, si bien algunas veces ligero e inexacto, M. G. Ticknor, afirma que Diamante, «como otros muchos poetas españoles... entró en religión y acabó sus días en un convento». ¿De dónde procede tan curiosa y peregrina noticia? No se sirve decirlo el señor Ticknor; solo añade que se ignora la época de su muerte, aunque es de presumir fuese a fines del siglo XVII».

El veneno para sí. Manuscrito autógrafo con la firma Licenciado Juan Bautista Diamante, y la fecha de Madrid, 25 de mayo de 1656. Biblioteca del señor duque de Osuna.

Comedias de don Juan Bautista Diamante, del hábito de San Juan, prior y comendador de Moron. Primera parte. -Madrid, por Andrés García de la Iglesia, 1670; 4.º

Contiene:

El defensor del Peñón.

El remedio en el peligro.

Santa Juliana.

Pasión vencida de afecto.

El Sol de la sierra.

Más encanto es la hermosura.

Triunfo de la paz y el tiempo.

No aspirar a merecer.

Santa María del Monte, y convento de San Juan.

El Hércules de Ocaña, o Céspedes de Ocaña.

Júpiter y Semele. (Zarzuela.)

Santa María Magdalena de Pazzi.

Comedias de don Juan Bautista Diamante, del hábito de San Juan, prior y comendador de Morón. Segunda parte. -Madrid, por Roque Rico de Miranda, 1674; 4.º

Contiene:

Alfeo y Aretusa.

Ir por el riesgo a la dicha.

Cumplir a Dios la palabra, o la hija de Jepté.

Cuánto mienten los indicios, y Ganapán de desdichas.

El jubileo de la Porciúncula.

El cerco de Zamora.

Zarzuela del Nacimiento de Cristo.

El negro más prodigioso.

Amor es sangre y no puede engañarse.

Santa Teresa de Jesús.

La Reina María Estuarda. Las religiosas constancias en las bárbaras tragedias.

Lides de amor y desdén. (Zarzuela.)

Comedias en las Colecciones de Varios.

Cumplir a Dios la palabra, o La hija de Jepté. (Parte segunda de Varios, antigua. Fajardo.)

El Honrador de su padre. (P. 11.)

Servir para merecer. (P. 12.)

Santo Tomás de Villanueva. (P. 23.)

El Vaquero de Granada.

El Mancebo del camino. (P. 26.) Manuscrito al parecer autógrafo, en la Colección del señor Sancho Rayón. Expresa haber sido escrito el drama «para Antonio Escamilla».

El laberinto de Creta.

La cruz de Caravaca. (P. 27.)

El Tirano castigado.

La dicha por el agravio. (P. 36.)

El valor no tiene edad, y Sansón de Extremadura. (Diego García de Paredes. El gran Capitán Paredes.) (P. 48.)

La comedia publicada en la Parte veinte y siete con título de La Judía de Toledo, no es de Diamante, sino de don Antonio Mira de Amescua. El señor Ticknor ha tenido presente su manuscrito autógrafo, muy castigado por los censores y con la licencia para su representación, dada en 10 de abril de 1605. El título original del drama es: La desgraciada Raquel.

El veneno para sí. (P. 39.) (Va anónima, de un ingenio de esta corte. Se publicó la Parte treinta y nueve en 1673.)

Más encanto es la hermosura.

El defensor del Peñón.

Pasión vencida de afecto.

Santa Juliana.

El remedio en el peligro.

El Sol de la sierra. (Ameno jardín de comedias, de los insignes autores... -Zamora, Diamante y Cubillo. -Madrid, 1734.)

Comedias sueltas:

¿Hombre, Demonio y Mujer. (De Cañizares?)

Industrias de amor logradas. Juanilla la de Jerez.

Juan Sánchez de Talavera.

La Magdalena de Roma y bella Catalina.

La devoción del Rosario, o El Esclavo de María, o El defensor del Rosario. Impresa ya en 1672.

El Infante don Pelayo y Restaurador de Arterias. (Autos.)

Pleito de Dios contra Dios, y justicia por el hombre.

La Virgen del Buen exceso. Segunda jornada de La Cortesana en la tierra. (Con Matos y don Juan Vélez de Guevara.) (P. 27)75.

El Apóstol de Valencia, San Vicente Ferrer. (Con Lanini Sagredo.)

Fray Francisco Jiménez de Cisneros. (Con Lanini Sagredo.)

Primera jornada de Reinar por obedecer. (Con Villaviciosa [don Sebastián] y Matos.) (P. 8.ª.)

Segunda jornada de El Vaquero Emperador; Tamerlan de Persia. (Con Matos y don Andrés Gil Enríquez.) (P. 39.) De esta comedia existe en la biblioteca de Osuna un manuscrito anónimo.

Jornada o escenas de Vida y muerte de San Cayetano. (P. 38.) (Con Moreto, don Sebastián de Villaviciosa, Avellaneda, Matos y don A. de Arce.)

Baile, en esdrújulos. (Verdores del Parnaso. -Madrid, por Domingo García Morrás, 1668; 4.º)

Baile: Enjuga los aljófares. (Libro de Entremeses, de diferentes autores, incompleto y sin portada ni preliminares, impreso, al parecer, de 1970 a 1675. -Bibliotecas de los señores Durán y Fernández-Guerra.)

Loa de Carnestolendas.

Loa humana del Arbol florido. (Con Monteser.) (Flor de entremeses, bailes y loas. -Zaragoza, 1676.)

Entremés de Pascual y Menga. Comedias de Diamante insertas en la colección de Dramáticos de la Biblioteca de Autores españoles, de M. Rivadeneyra.

El valor no tiene edad, y Sansón de Extremadura.

El Honrador de su padre.

Cuánto mienten los indicios, y Ganapán de desdichas.

La Judía de Toledo, que se incluye como de Diamante, es de Mira de Amescua.

El Mancebo del camino. (P. 26.) Manuscrito al parecer autógrafo, en la Colección del señor Sancho Rayón. Expresa haber sido escrito el drama «para Antonio Escamilla».

DÍAZ (ALONSO).

Poema castellano de la historia de Nuestra Señora de Aguas Santas; en octavas, por Alonso Díaz. -Sevilla, por Mathías Clavijo, 1611; 8.º

¿Es este Alonso Díaz, el poeta de Sevilla que compuso allí la comedia de San Antonio, citada por Agustín de Rojas Villandrando? (Viaje entretenido. -Loa de la comedia. -1603.) Dice:


Llegó el tiempo que se usaron
las comedias de apariencia,
de santos y de tramoyas,
y entre estas, farsas de guerra.
Hizo Pedro Díaz entonces
La del Rosario, y fue buena;
San Antonio, Alonso Díaz;
y al fin no quedó poeta
en Sevilla que no hiciese
de algún santo su comedia.



Comedia de San Antonio. Desconocida.

DÍAZ (BALTASAR). Fue natural de la isla de la Madera, ciego de nacimiento, y uno de los más eruditos y celebrados poetas del tiempo del rey don Sebastián. Sus obras dramáticas se han impreso repetidamente en Portugal; Barbosa cita las ediciones y piezas siguientes:

Tragedia del Marquez de Mantua é do Emperador Carloto Magno, a qual trata... etc. -Lisboa, 1665.

Auto del Rey Salama. Évora, 1612. -Lisboa, 1612.

Auto da Paixa de Christo. -Lisboa, 1613, 1617, 1633.

Auto de Santo Aleixo. -Lisboa, 1615, 1638. -Évora, 1616.

Auto de Santa Catherina. Évora, 1616. -Lisboa, 1633, 1659.

Auto da Feira da Ladra. -Lisboa, 1619.

Auto da Malicia das Mulheres. -Lisboa, 1640.

Auto do Nacimento de Christo. -Lisboa, 1665.

DÍAZ (FERNANDO).

Farsa nueuamente trobada por Fernando Díaz. En la qual se introduzen tres pastores llamados: Juan Casado, Antón Bodigo, Pero Grullor y un Ángel. La cual farsa, demás de ser muy graciosa, habla en loor del nascimiento de Jesu Christo. Entra primero Juan Casado. (Sobre este título un grabado en madera que representa al Niño Dios en el pesebre; y estampada la fecha, 1554).

Al fin el colofón.

Impressa en Burgos, en casa de Juan de Junta. En 4.º, de ocho hojas. Escrita en estrofas de ocho versos. (Tomo de Farsas antiguas españolas. -Biblioteca Real de Munich.)

DÍAZ (MANUEL).

Entremés de El encanto en el abanico. (Ramillete de sainetes escogidos de los mejores ingenios de España. -Zaragoza, 1672.)

DÍAZ (LICENCIADO PEDRO). Nombrado honrosamente en el Catálogo de autores dramáticos que forma el doctor Navarro: «El licenciado Pedro Díaz, jurisconsulto, que fue de los primeros que pusieron las comedias en estilo».

Creo que sea el mismo Pedro Díaz, autor de la comedia del Rosario; que cita Rojas.


Llegó el tiempo que se usaron
las comedias de apariencia,
de santos y de tramoyas,
y entre estas, farsas de guerra.
Hizo Pedro Díaz entonces
La del Rosario, y fue buena:
[...]
Y al fin no quedó poeta
en Sevilla que no hiciese
de algún santo su comedia.



DÍAZ (PEDRO).

Comedia del Rosario. (Desconocida.)

DÍAZ CALLECERRADA (MARCELO). Natural de Madrid, era ya de madura edad por los años de 1627. En su juventud sirvió en la ilustre casa de don Martín Rodríguez de Ledesma y Guzmán, señor de Santiz, del castillo de Almesnar, de Santaren, etc., caballero de Calatrava, gentil hombre que fue del infante cardenal don Fernando; y procedente, por la línea materna, de la casa de Toral. A este caballero, que, siendo estudiante y rector de la Universidad de Salamanca, escribió en verso «con erudición y tierno estilos, una Fábula de Pomona, dedicó nuestro Marcelo su

Endimión. -Madrid, por la viuda de Luis Sánchez, 1627; 4.º76

Poemita mitológico, en octavas, dividido en tres cantos. Su dedicatoria comienza así:

Cuando leí la Fábula de Pomona, que escribió vuestra señoría..., determiné seguir el estilo claro y cierto de Castilla, contra quien se levantaban entonces torres de presunciones vanas, fundadas solo sobre la oscuridad, que es nada puro. No se debe poco al Mercurio que con docta vara discierne el camino...; y esta deuda sola, de las muchas que a vuestra señoría tengo, pretendo pagar ahora con los tres cantos de Endimión..., no para que con su amparo..., más para que la enmiende y examine si pertenece a la escuela de Lope de Vega, de quien vuestra a señoría aprendió, y a quien yo a voces llamaré maestro, con eterno elogio mío, porque lo es doctísimo de España, de Europa, del orbe.



No obstante el propósito de nuestro autor, su obra adolece de culteranismo; aunque por sus bellezas de invención y de poesía, no menos que por la facilidad y armonía de su versificación, merece bien el lugar que la ha dado el señor Rosell en su colección de Poemas épicos de la Biblioteca de Autores españoles, de M. Rivadeneyra.

Incluyó Montalbán en el Para todos, entre los ingenios matritenses, a Díaz Callecerrada, a quien llama teólogo, y alaba de poeta claro, sutil y agudo. Hace mérito de su fábula de Endymión y la Luna, y añade que había compuesto algunas comedias y muchos papeles sueltos77.

Lope de Vega, en el Laurel (Silva 7.ª) le da el siguiente elogio:


Marcelo Díaz, la feliz fortuna
de Endymión dejó a la fama escrita,
conque tantos laureles solicita;
que si por el pastor la blanca luna
paso los pies de plata vez alguna
en el Latmo, pudiera
por Marcelo mejor dejar su esfera.



No se halla composición alguna de este poeta en las coronas fúnebres de Lope y de Montalbán.

DÍAZ DE LA CALLE (DON JUAN).

Dejar por Dios la corona, y prodigios de Valencia.

Entremés de Las Mozas de la Galera. (Tardes apacibles de gustos o entretenimiento, repartidas en varios entremeses... -Madrid, 1683.)

DÍAZ PALHAES (DOMINGO). Citado en unos apuntes manuscritos como autor dramático. No se halla incluido en la obra de Barbosa.

DÍAZ DE SARRALDE (DON VICENTE). Valenciano; doctor en jurisprudencia. Fue gran partidario del archiduque Carlos, el pretendiente de la corona española. Dominando este en Nápoles, año de 1718, residía allí don Vicente, y se titulaba del Consejo de SS. MM. CC. y alcalde de su real casa y corte. Escribió, además de alguna pieza dramática,

Epopcia panegírica de los célebres triunphos... que comandando las invictas armas de la M. C. C. del señor don Carlos de Austria, sexto emperador de romanos, siempre augusto, y tercero de las Españas, monarcha potentíssimo, obtuvo de las huestes sarracenas... la acertada conducta de S A. el... príncipe Eugenio de Saboya..., -En Nápoles, en la imprenta de Félix Mosca, el año de 1718...; 8.º

Poema gongorino de noventa y ocho octavas. Va dedicado al mismo príncipe Eugenio. -En la ciudad de Valencia, su patria, era, por los años de 1701, abogado de aquel real Concejo. Publicó en dicho año el auto que citamos a continuación.

El Salvador en su imagen. (Auto sacramental de la venida del Santísimo Christo del Salvador a Valencia. -Valencia, por Francisco Marzal, 1701; 4.º

DÍAZ SIRIGO (DON RAMIRO).

El Demofonte. Escrita en la segunda cuarta parte del siglo XVIII.

DÍAZ TANCO DE FREGENAL (VASCO). Nació en Fregenal (Extremadura) a fines del siglo XV, y murió por los años de 1560, según probables conjeturas. Escritor laborioso y en extremo fecundo, pero extravagante en sus ideas, invención y lenguaje. Fue de los primeros que, siguiendo el ejemplo dado por Juan de Mena, pretendieron latinizar el idioma castellano, introduciendo en él, no ya solamente voces, sino la construcción latina.

Estuvo Díaz Tanco, según él mismo refiere, cautivo algún tiempo en poder de infieles, y residió la mayor parte de su vida en Galicia y Portugal. En su juventud, y también probablemente en edad mayor, compuso gran número de producciones dramáticas: tres tragedias, tres comedias, tres farsas, veinte y cuatro autos y tres coloquios, las más a lo divino, que debieron de representarse; pero sin duda no se imprimieron (infiérese claramente), cuando más, se imprimirían las incluidas en los Ternos, cuyas portadas y preliminares se han hallado encuadernados con uno de sus libros. Conocemos de las piezas de su repertorio, los títulos o argumentos, de que nos dejó noticia en la prefación a su Jardín del alma cristiana. -Valladolid, 1552.

Hacia el año de 1530 dio a la estampa su libro intitulado:

Los veinte triumphos. S. l. ni a.: l. gót.

dedicado a veinte duques españoles, y destinado a contar poéticamente y con su latino estilo, los sucesos más notables de la vida de Carlos V, su coronación, enlace, nacimiento de Felipe II, etc. Los metros son castellanos cada triunfo lleva su pomposo y afectado título: Triunfo nupcial vandálico; Triunfo natalicio hispano, y así los demás. Este último, en que celebra el nacimiento de Felipe, año de 1527, le compuso ya de edad madura, según afirma Montiano; por tanto, si el libro se imprimió año 1530, es evidente que Díaz Tanco nació en los postreros años del siglo XV.

Muchos después dio al público, dedicada al mismo príncipe don Felipe, una historia de los turcos, sacada de las que escribieron sobre esta materia Paulo Jovio y otros; su título:

Libro intitulado Palinodia, de la nephanda y fiera nación de los turcos, y de su engañoso arte y cruel modo de guerrear, y de los imperies, reinos y provincias que han subjectado y poseen con inquieta ferocidad. -Orense, 1547. -Fol.; l. g.: grabados en madera: libro rarísimo, Núm. 670 del Catálogo grande de Salvá.

Finalmente, además de estas obras y del ya citado

Jardín del alma christiana. -Valladolid, Juan de Carvajal, 1552; en 4.º

Publicó otra sobre los

Títulos de dignidades temporales y mayorazgos de España.

Composiciones dramáticas que aseguró haber escrito, y cuyo catálogo insertó en su libro: Jardín del alma christiana. -Valladolid, 1552.

Tragedia de Absalón.

Tragedia de Amón y Saúl.

Tragedia de Jonathás en el monte de Gelboe.

Comedia: Justina.

Comedia: Potenciana, la cual trata de las brujas.

Comedia: Dorothea, de los milagros de Santiago.

Farsa: Benedicta, de la Natividad de Jesu-Christo.

Farsa: Aretina, del mismo natal, por otro estilo e arte.

Farsa: Patricia, que trata de la Cuaresma y del ayuno Autos.

La embaxada del Ángel Gabriel a Nuestra Señora.

La embaxada de los Clérigos pobres al Papa, en Roma.

La embaxada de los Concejos al Rey, estando ausente.

La destruición de Jerusalén por Nabucodhonosor.

La captura de Jerusalén por Vespasiano y Tito.

La empresa de Jerusalén por Constantino el Magno.

La entrada de Jerusalén por Godofredo de Bullón.

Autos cuadragesimales.

Auto del Baptismo celebrado en el río Jordán.

Auto de La Templación en el desierto.

Auto de Abraham cuando llevó su hijo a sacrificar.

Auto de La Chananea que pidió salud para su hija.

Auto de Sancta Susana, como fue acusada falsamente.

Auto de Cómo Jesu Xpo. sanó al Ciego.

Auto de Cuando Herodes mandó degollar a Sant Juan.

Auto de La Samaritana que estaba al pozo.

Auto de La Resurresción de Lázaro, como Xpo. le resucitó.

Auto delConsejo de los judíos sobre la passión de Xpo.

Auto de Cómo Jesu Xpo. entró en Jerusalén con clamores.

Auto de Cómo Xpo. echó los cambiadores del templo.

Auto de La Cena postrera de Xpo. con sus Discípulos.

Auto de La Prisión de Xpo. en el huerto.

Auto de Cómo Jesu Xpo. fue acusado y crucificado.

Auto de Cómo Judas desesperado se ahorcó.

Auto de La Resurresción de Jesu Xpo; muy complido, por estilo muy extraño y muy regocijado.

Coloquios.

Coloquio de La violencia.

Coloquio del Esfuerzo bélico.

Coloquio de la Loca osadía.

Las portadas de los Ternos se citan a continuación.

Terno dialogal autual, de Vasco Díaz Tanco de Frexenal, dedicado al ilustrísimo señor don Pedro de Velasco, condestable de Castilla; 4.º

Terno comediario, de Vasco..., dirigido al muy magnífico señor don Juan de Aragón, castellano de Amposta, en el ínclito reino de Aragón; 4.º

Terno farsario autual, de Vasco..., enderezado al illustre y cathólico señor don Juan Puertocarrero, marqués de Villanueva.

Existían estas portadas, impresas juntamente con los respectivos prólogos y dedicatorias, al fin de un ejemplar de los Veinte triumphos, del mismo autor, que poseía Gámez y citan los señores Durán y Gayangos.

Según el prefacio de su Jardín del alma cristiana, el Terno dialogal contiene:

Diálogo real, que da cuenta de todos los reyes de Castilla...

Diálogo imperial, que trata de todos los emperadores que en el mundo ha habido...

Diálogo pontifical, que trata de todos los Pontífices romanos...

DÍEZ (ANTONIO) (?).

Auto llamado de Clarindo, sacado de las obras del captivo, por Antonio Díez, librero sordo, y en partes añadido y enmendado. Es obra muy sentida y graciosa para se representar; va partida en tres jornadas, y las figuras que entran son las siguientes: Clarindo, caballero; Clarissa, doncella; Floriana, criada; Florinda, dama; Antonica, criada; Estor, criado; Coristan, criado; Pandulfo, bobo; Aliano y Raimundo, padres de las damas; Felecin, caballero; un pastor llamado Vidal, que hace el entrada, y entra cantando, y dice...

4.º: letra gótica, sin l. ni a. Pertenece al señor marqués de Pidal. Citan esta farsa del género de las Celestinas los traductores y anotadores del Tricknor, sospechando que se imprimió en Toledo hacia 1535.

DÍEZ DE AUX (DON FRANCISCO). Natural de Daroca. Poeta ingenioso de la primera mitad del siglo XVII. Compuso diez y siete comedias de diferentes argumentos, según asegura Ustarroz en su Aganipe.

DUQUE DE ESTRADA (DON DIEGO). Nació en Toledo, a 15 de agosto de 1589; fue hijo de don Juan y doña Isabel Duque de Estrada, de ascendencia ilustre, y doblemente enlazados, siendo la madre sobrina de su esposo. Había éste trasladado a Toledo su residencia desde Flandes, llamado con título de maestre de campo, para levantar un tercio de soldados. Perdió don Diego un año después a su madre, y en 1592 falleció también su padre, dejándole bajo la tutela de un íntimo y honrado amigo, que cuidó de darle una brillante educación, digna de la cuna y de las precoces y asombrosas disposiciones del huérfano.

La varia, peregrina y entretenida historia de este caballero, aun compendiada en lo posible, llenaría grande espacio en nuestra obra. La tarea de referirla con extensión, sería además casi excusada, puesto que al tiempo mismo en que escribimos estas líneas, llega a su término la impresión del libro auto-biográfico del mismo don Diego, que ya en otro artículo hemos tenido ocasión de citar.

Salen con efecto a luz en el Memorial histórico español, que publica la Real Academia de la Historia, ilustrados por el señor don Pascual de Gayangos, los Comentarios del desengañado de sí mesmo, prueba de todos estados, y elección del mejor de ellos. Vida del mismo autor. (Don Diego Duque de Estrada.)

Imprímense por el manuscrito que mencionó y extractó Pellicer, propio de la Biblioteca Nacional, antigua copia que fue de don Juan de Cervellón, amigo del autor.

Llegan estos comentarios, de curiosísima importancia para nuestra historia, al año de 1646, en que el autor era prior del convento de San Juan de Dios, de la ciudad de Caller, en la isla de Cerdeña. No se tienen de él posteriores noticias. Una hija suya vivía casada, y con sucesión, en Nápoles. Los condes de la Vega de Sella han venido a ser sucesores de la casa de los Duque de Estrada.

Compuso don Diego, según nos refiere con alabanza no escasa de sus talentos o ingenio, muchas poesías líricas y diez y siete comedias, cuyos títulos estampa, expresando que algunas se representaron. Estas piezas dramáticas, hoy desconocidas, no debieron de imprimirse. Por los años de 1646 escribía una obra que titulaba: Reducción general, y de la cual no hay otra noticia.

Escribió y publicó:

Octavas rimas a la insigne victoria que la sereníssima alteza del príncipe Filiberto ha tenido, conseguida por el exçellentísimo señor marqués de Sancta Cruz... -En Mezina, por Pedro Brea, MDCXXIV; 4.º

Posee ejemplar el señor Gayangos, con una dedicatoria autógrafa de don Diego.

Por el año de 1838 tuve un libro impreso en Ratisbona de 1630 a 36 (época en que residió allí Estrada), obra político-doctrinal en castellano. Creo recordar que su autor era el mismo don Diego: por lo menos contenía prólogo, elogio o dedicatoria con su nombre.

Comedias suyas que él mismo cita en los Comentarios de su vida. Manuscrito. Biblioteca Nacional, H-130.

El Renegado por celos.

Grandezas del Duque de Sajonia.

La vega de Toledo.

El ejemplo en la pobreza.

Compuso estas cuatro primeras en Roma, año de 1614.

La igualdad de la Desconocida.

El Venturoso vencido.

El Rey don Sebastián fingido.

El forzado Vencedor.

Representóla Barrios.

La más constante en amar.

El Villano General.

La ventura en las desdichas.

(De su misma historia.)

La conquista de las islas Baleares por Enrique IV, de Barcelona, y Vida de San Olaguer, obispo de aquella ciudad.

Hecha y representada en ocho días.

Milagros y sucesos de San Carlos Borromeo.

Hizo estas dos últimos en Barcelona, año de 1613.

El casarse sin pensar.

El servir sin ser premiado.

El agravio escrito en piedra.

El amor vuelto en desdén.

Estas cuatro también de su propia historia.

DURÁN (DON MANUEL).

Historia cómica de la conquista de Sevilla... por don Manuel Durán... -Madrid, 1737; 4.º

Constituyen principalmente este libro, que no he tenido a la vista, las comedias:

Mentir con honra, primera parte de la Restauración de Sevilla.

Sevilla sitiada, segunda parte.

Sevilla restaurada, tercera parte.

DURÁN RUIZ DE CÓRDOBA (DON JUAN). Cadete del regimiento de las Alpujarras.

Timbre y blasón de los Lusos, y conquista de Granada. Inédita; señor Durán. Primera cuarta parte del siglo XVIII.




ArribaAbajo- E -

EGUAL (DOÑA MARÍA). Marquesa de Castelfort. Nació en Castellón de la Plana el 6 de enero de 1698, hija de don José Egual y doña Basilia Miquel. Casó en Valencia con el marqués de Castelfort, don Juan Crisóstomo78 Peris, caballero del hábito de Santiago, y gentil hombre de S. M. don Carlos II. Fue dama discretísima y erudita; compuso tantos versos que, según sus biógrafos, llenaban una grande arca. Condenólos sin piedad al fuego, acometida, siendo, aún joven, de una grave enfermedad que la tuvo muchos años impedida, y dio largas a la rigorosa sentencia. Reserváronse por esto algunos que, reunidos, formando tres tomos en 4.º, poseía, en 1749, el marqués de Castelfort, sobrino de la autora. La cual murió de solos treinta y siete años, a 23 de abril de 1735, en la ciudad de Valencia.

Los prodigios de Thesalia.

Triunfos de amor en el aire. (Comedia con música.)

Una y otra «de bastidores».

Loa para la comedia de Salazar y Torres: También se ama en el abismo, que se representó en casa de nuestra autora.

ENCINA (JUAN DEL). Bajo el reinado de Isabel I y Fernando, libre España del yugo sarraceno, y al tiempo mismo que bajo tan felices auspicios descubría Colón el Nuevo-Mundo, «comenzaron en Castilla, año de 1492, las compañías a representar públicamente comedias por Juan del Encina, poeta de gran donaire, graciosidad y entretenimiento, fostejando con ellas a don Fadrique Enríquez, almirante de Castilla, a don Íñigo López de Mendoza, segundo duque del Infantado, al príncipe don Juan y a los duques de Alba». (Catálogo Real de España, por Méndez Silva, edición de 167579. -Rojas: Viaje entretenido.)

Nació Juan del Encina por los años de 1468 al 69 en la aldea de Encinas80, inmediata a Salamanca. Estudió en aquella Universidad, protegido del maestrescuela don Gulierre de Toledo, hermano de don García, conde de Alba. Siguió después la corte, y a los veinte y cinco años se hallaba colocado en la casa de los duques de Alba, don Fadrique de Toledo y doña Isabel Pimentél. En 1496, publicó en Salamanca la primera edición de sus obras, con título de Cancionero, que contiene las líricas y dramáticas que había compuesto hasta aquella fecha. Dividiólas en cuatro partes, dedicándolas respectivamente a los Reyes. Católicos, al príncipe don Juan, a los duques de Alba y al primogénito de éstos, don García de Toledo, que después murió en la jornada de los Gelves.

Aun cuando los autores citados hablan de la pública representación de los sencillos, cuanto graciosos, elegantes y poéticos dramas de Encina, debe entenderse que a ellos solamente asistieron el Príncipe y los magnates referidos, con otros caballeros y damas de la corte. El autor mismo, según claramente se infiere, hacía en ellos su papel, contribuyendo a su más perfecto desempeño.

Algunos años después, Juan del Encina pasó a Roma, abrazó el estado eclesiástico, y por su gran pericia en la música mereció que el papa León X le nombrase director de su capilla. En aquella capital compuso y publicó, año de 1514, su celebrada Farsa de Plácida e Victoriano, que prohibida luego por el Santo Oficio, no parece haber llegado a nuestros días.

En 1519 hizo un viaje a Jerusalén acompañando al marqués de Tarifa, don Fadrique Enríquez Afan de Ribera; regresó a Roma a mediados de 1520, y un año después imprimió allí su Tribagia o Via Sacra de Hierusalem, relación métrica de aquella peregrinación. Reimprimióse después varias veces, junta con otra Relación en prosa del viaje, escrita por dicho Marqués.

Manifestó Encina en esta obra hallarse muy contento y satisfecho en la corte pontificia. No obstante, agraciado luego, siendo ya de edad avanzada, con el priorato de León, regresó a España, y murió en Salamanca de sesenta y cinco años, el de 1534. Fue sepultado en la catedral, donde se erigió a su memoria un monumento que ya no existe.

El Cancionero, de Encina, se reimprimió cinco veces durante el siglo XVI; su cuarta edición (de Salamanca, 1509) es la más completa. De sus farsas o églogas, algunas fueron además estampadas aparte, como la de Fileno y Zambardo. La prohibida, que hemos citado, solo se imprimió suelta. Sus Disparates trovados se hallan asimismo de edición aislada (Salamanca, 1496). Póstumas se publicaron, atribuidas al propio autor, una composición titulada: Eco en el Cancionero general, de Castillo; y en 1556, sin lugar de impresión, 4.º, letra gótica:

Documento e instrucción provechosa para las doncellas desposadas y recién casadas, con una justa d'amores, hecha por Juan del Encina a una doncella que mucho le penaba.

Cancionero de todas las obras de Juan del Encina... Fue impreso en Salamanca,... acabóse a 20 de junio de 1496. Folio, gótico, a dos y tres columnas. Contiene solo nueve representaciones. No comprende la De las grandes lluvias, ni la de Fileno y Zambardo, ni el auto del Repelón.

Cancionero de todas las obras de... -Sevilla, Juan de Pegnicer y Magno Herbit. Acabóse a XVI de enero de 1501. Folio, gótico, a dos y tres columnas.

El mismo. -Burgos, Andrés de Burgos; acabóse a XIII de febrero de 1505. Folio, gótico, a dos y tres columnas.

Cancionero de todas las obras de Juan del Encina, con las coplas de Zambardo e con el auto del Repelón, en el cual se introducen dos pastores: Piernicurto e Johan... e con otras cosas nuevamente añadidas.

Colofón final. Fue esta presenle obra emprimida por Hans Gysser, alemán de Silgenstat, en la muy noble y leal cibdad de Salamanca, la qual dicha obra se acabó a VII del mes d'agosto del año de mil e quinientos e nueve años. Folio, gótico, 104 hojas.

Contiene las piezas dramáticas:

Égloga, representada en la noche de la Navidad...

Égloga, representada en la mesma noche...

Representación a la muy bendita Pasión y muerte de nuestro precioso Redemptor.

Representación a la santísima Resurrección de Christo.

Égloga, representada en la noche postrera de Carnal (que dicen de antruejo o Carnestollendas.)

Égloga, representada la mesma noche de antruejo o Carnestollendas.

Égloga, representada en recúesta de unos amores. (Del Escudero tornado pastor.)

Égloga, representada por las mesmas personas, etc. (De los Pastores vueltos palaciegos.)

Representación por Juan del Encina ante el muy esclarecido e muy illustre príncipe don Juan, nuestro soberano señor. (Triunfo de amor.)

Aucto del Repelón, en el cual se introducen dos pastores: Piernicurto y Juan Paramas, etc.

Égloga trovada... (De Fileno y Zambardo.)

Égloga trovada... representada en la noche de Navidad... (De las grandes lluvias.)

Todas están escritas en verso.

Hállanse reimpresas en la Colección de Bohl de Faber (Teatro español anterior a Lope de Vega, Hamburgo, 1852), la primera y segunda, unidas, la tercera, sexta, sétima, octava y duodécima; en la de Moratín la quinta y sétima, y en el Criticon de don D. J. Gallardo, núm. 5.º, la novena.

Cancionero de todas las obras de... -Zaragoza, 1512.

El mismo. -Zaragoza, por Jorje Coci; acabóse a XV días del mes de diciembre, año de mill e quinientos e deziséis años; folio, gótico, 98 hojas.

Égloga nuevamente trovada por Iuan del Enzina, en la cual se introducen dos enamorados llamados Plácida e Victoriano. -Roma, 1514.

De esta pieza, que el autor del Diálogo de las lenguas estimaba por la mejor de las obras de Encina, compuesta y publicada en Roma, no se conoce ejemplar alguno. Fue prohibida por la Inquisición. (Índices de 1559 y 1667.)

Égloga trobada por Juan del Enzina, en la cual se introducen tres pastores: Fileno, Zambardo, Cardonio, etc. S. l. ni a. 4.º, gótica.

La misma. -Toledo en casa de Juan de Ayala, 1553; 4.º

ENCISO (BARTOLOMÉ DE). Bajo este nombre se encuentra impresa en la Parte treinta y tres, Madrid, 167081,la comedia titulada:

El casamiento con celos, y rey don Pedro de Aragón.

El Enciso principalmente conocido en nuestro Parnaso dramático es don Diego Jiménez de Enciso. Existió, sin embargo, poco anterior a él, un Bartolomé López de Enciso, natural de Tendilla, autor de la novela pastoril: Desengaño de celos (Madrid, 1586),dedicada a don Luis Enríquez, conde de Melgar82;inventiva desatinada que Cervantes condenó sin discusión al brazo seglar del ama. De su prólogo resulta que López de Enciso la compuso en su edad juvenil.

Otro Enciso, por el mismo Cervantes elogiado encarecidamente en el Viaje del Parnaso (capítulo 2.º), donde asimismo menciona con alabanza al dicho don Diego Jiménez de Enciso (capítulo 4.º),contamos en el catálogo de los poetas de aquella época. Su nombre no me es conocido. Era natural de Madrid (pero se ocultó su noticia a la diligencia de Álvarez Baena), y residía quizá en Toledo. Así resulta del citado y siguiente elogio de Cervantes.


   Este es Enciso, gloria y ornamento
del Tajo, y claro honor de Manzanares,
que con tal hijo aumenta su contento.

No hallo, pues, inconveniente en creer que la comedia: El casamiento con celos pueda ser obra de uno de estos Encisos, distintos de don Diego, y sobre todo del tendillano, cuyo nombre conviene con el expresado en la Parte treinta y tres.

El casamiento con celos, y Rey don Pedro de Aragón. (P. 33.)

ENCISO (DON DIEGO JIMÉNEZ DE). Nació en Sevilla a fines del siglo XVI83: fue Veinticuatro de la misma ciudad, y caballero del hábito de Santiago. Celebróle ya de elegante poeta, Lope de Vega en el Canto XIX de la Jerusalén, impresa en el año de 1609, pero concluida algunos antes. Dice:


   De don Diego Ximénez dulcemente
Bétis se alabe, y sobra vidros puros,
traslade hasta las aguas de Occidente,
versos que hicieran otra vez sus muros.



Y al márgen escribe: «don Diego Ximénez de Enciso, caballero de Sevilla». Al mismo debió años después en el Laurel de Apolo (1630), otro elogio, de los más pomposos y encarecidos que contiene el poema, elogio que transcribiremos también más adelante.

Fue muy estimado del conde-duque de Olivares, que le confió la tenencia de su alcaldía de los Reales Alcázares de Sevilla.

Residió mucho tiempo en Madrid, donde se representaron con grande aplauso sus producciones dramáticas. En las fiestas que se hicieron en palacio, año de 1632, para celebrar la solemne jura en Cortes del malogrado príncipe don Baltasar Carlos, se representó, escrita al intento para ellas, una ingeniosa comedia de Enciso, de grande espectáculo, intitulada: Júpiter vengado, cuyas «excelentes y varias apariencias» fueron obra del célebre Cosme Loti.

La mejor de las obras dramáticas de Jiménez Enciso es la titulada: Los Médicis de Florencia. Montalbán, haciendo mención de nuestro don Diego en su Para todos, 1632, dice:

No ha menester más elogios... que su nombre, y decir que escribió Los Médicis... que ha sido pauta y ejemplo para todas las comedias grandes.



Don Francisco de Bances Candamo, en su obra inédita intitulada: Theatro de los teatros de los pasados y presentes siglos: Historia escénica griega, romana y castellana, escrita en defensa de las comedias, y cuyo original, han tenido presente los traductores de la Historia de la Literatura española, de Ticknor, dice, hablando de don. D. Jiménez de Enciso:

Este empezó las comedias que llaman de capa y espada; siguiéronle después don Pedro Rosete,... Rojas,... Calderón,... etc.84



El doctor Antonio Navarro menciona en su Discurso apologético de las comedias a «don Diego Jiménez de Enciso, caballero de Sevilla», entre los autores dramáticos del tiempo de Lope de Vega. Cervantes le alaba en los siguientes versos de su Viaje del Parnaso (1614):


   Luego se descubrió por los undosos
llanos del mar una pequeña barca,
impelida de remos presurosos:
    Llegó, y al punto de ella desembarca
el gran don Juan de Argote y de Gamboa
en compañía de don Diego Abarca;
    sugetos dinos de incesable loa:
Y don Diego Jiménez y de Enciso
dio un salto a tierra desde la alta proa.
    En estos tres, la gala y el aviso
cifró cuanto de gusto en sí contienen,
como su ingenio y obras dan aviso.



Lope de Vega le incluyó entre los ingenios cuyas efigies supone colocadas en el Jardín alegórico, descrito en la Epístola 8.ª de su Filomena. Dice así:


   Descubre, en artificio peregrina,
de don Diego Jiménez la sonora
lira, lustrosa imagen cristalina.



El elogio con que le honró cultamente en el Laurel del Apolo (Silva 2.ª), es el que sigue:


   ¿Qué elogio no será distinto y breve
si la pluma se atreve
a tantas obras y tan bien escritas
de don Diego Jiménez, cuyo Inciso
pequeño inciso hiciera
el término más alto,
castigando la pluma porque quiso
proporcionar distancias infinitas;
que a tanto Sol de tan ilustre esfera
el ingenio mayor quedará falto;
luego ¿no será justo que presuma
por ver los rayos abrasar la pluma?



Hace muy señalada mención de este poeta don Fernando de Vera, en el Panegírico por la Poesía:

Don Diego Jiménez de Enciso y Zúñiga (Terencio Sevillano), es bien conocido en Italia por lo que ha escrito; pues sus versos bastan a perpetuar la memoria de los duques de Florencia, y su fama las apuesta con la eternidad.



El erudito bibliófilo sevillano, don Justino Matute y Gaviria, publicó en el Correo de Sevilla, papel periódico que salió a luz desde 1803 a 1808, dos bellas Canciones, hasta entonces inéditas, de Jiménez de Enciso; la una: Al Invierno, y la otra: A la Primavera. En una nota puesta a su frente, después de indicar la escasez de noticias biográficas de Enciso, dice:

...Más al paso que no hemos podido descubrir nada que pueda ilustrarlas circunstancias de su vida, hemos hallado dos Canciones inéditas bien suficientes para calificar su ingenio, que fueron hechas en ocasión de un certamen poético, celebrado en San Juan de Alfarache (cercanías de Sevilla), a que concurrieron muy buenos ingenios, de los que fue presidente nuestro Jiménez.



No hallamos composición alguna de don Diego Jiménez de Enciso entre las que se escribieron a la muerte de Lope de Vega, (1635), a la de Montalbán (1639), y a la de la reina doña Isabel de Borbón (1645).

En una hoja suelta que cita el señor Schack, intitulada: Carta de un Cortesano a uno de los señores Obispos de estos reinos (Madrid y noviembre 18 de 1623), se lee. «Han dado hábito a don Diego Jiménez de Enciso, Veinticuatro de Sevilla». Obtuvo en efecto esta gracia, con fecha del 11 de dicho mes.

Tragedia del primer Duque de Florencia. Por don Gabriel de Henao y Monjaraz. Manuscrito de letra del siglo XVII; en la biblioteca del señor Gayangos.

Es el drama: Los Médicis de Florencia, de Jiménez de Enciso. Lleva el manuscrito una nota de Gallardo que salva el error o el falso supuesto.

(Henao fue poeta vallisoletano, muy amigo y celebrado de Lope, cuya Primera parte de comedias, salió en la edición de Valladolid, dirigida al mismo.)

Júpiter vengado. La escribió para las fiestas que se hicieron en palacio, con motivo de la solemne jura en Cortes del malogrado príncipe don Baltasar Carlos, año de 1652. «Junto con ser tan ingeniosa y grave (dice don Antonio Hurtado de Mendoza en la Relación que escribió de aquel acto), la acompañaron excelentes y varias apariencias, introducidas por el autor y fabricadas por el arte de Cosme Loti, insigne ingeniero florentín, que sirve a S. M. en esta ocupación; adornándola de todos los mayores representantes, sacando de cada compañía el más señalado... Representóse a SS. MM. y AA. el domingo de Carnestolendas...». Y después, el lunes y martes a los Consejos, Procuradores a Cortes, etc., etc.

Dio estas funciones la condesa-duquesa de Olivares, aya del príncipe.

Los Médicis de Florencia (Doce comedias nuevas de Lope de Vega Carpio y otros autores. Segunda parte. -Barcelona, por G. Margarit, 1630.)

(Comedias de los mejores y más insignes ingenios de España. -Colonia, 1697.)

El valiente Sevillano. (Pedro Lobon.) Primera y segunda parte.

La mayor hazaña de Carlos V.

Santa Margarita. (Parte treinta y tres de doce comedias famosas de varios autores. -Valencia, 1642.)

La mayor hazaña de Carlos V. (Comedias de los mejores y más insignes ingenios de España. -Lisboa, 1652.)

Juan Latino. (P. 2.ª)

Los Médicis de Florencia. (Partes 6.ª y 18.)85

Comedias sueltas:

El Príncipe don Carlos.

El encubierto.

Quien calla otorga. (¿Será la de Tellez?)

En la Biblioteca de Autores españoles, de M. Rivadeneyra, se ha insertado la titulada: Los Médicis de Florencia.

ENCISO.

Los celos en el caballo. (Parte veinte y cinco de comedias recopiladas de diferentes autores. -Zaragoza, 1632). Solo se expresa en esta edición el apellido del autor.

ENEBRO (DON JUAN DE).

El amor y la cautela.