21
L. Sánchez Agesta, «Introducción al pensamiento español del despotismo ilustrado», Arbor, 60 (1950), págs. 371-373.
22
J. de Cadalso, Cartas marruecas y Noches lúgubres, ed. de E. Martínez Mata, estudio preliminar de N. Glendinning, Barcelona, Crítica (Biblioteca Clásica, 86), 2000, pág. 83.
23
F. Sánchez-Blanco, «Una ética secular: la amistad entre los ilustrados», Cuadernos de Estudios del Siglo XVIII, 2 (1992), págs. 97-116.
24
F. Gutiérrez de los Ríos, tercer conde de Fernán Núñez, El hombre práctico, o discursos varios sobre su conocimiento y enseñanzas [1686], ed. de J. Pérez Magallón y R. P. Sebold, Córdoba, Caja Sur, 2000, págs. 283-286.
25
B. J. Feijoo, Teatro crítico universal, selección, introducción y notas de Agustín Millares Cario, Madrid, Espasa Calpe, 1975, pág. 304a-b.
26
Ibíd., pág. 341a.
27
G. M. de Jovellanos, Espectáculos y diversiones públicas, ed. de G. Carnero, Madrid, Cátedra, 1997, pág. 196.
28
J. de Cadalso, Escritos..., ob. cit., pág. 127.
29
J. de Cadalso, Noches lúgubres, ob. cit., pág. 238.
30
«Pero ¿tiene razón? Aquí
entra un distingo escolástico. Si habla de la amistad y
amigos comunes, esto es, de aquellos que en los palacios, cortes y
embajadas, empleos grandes y máquinas de la ambición
se buscan para construir cada uno su fortuna sobre el trabajo del
otro, tiene mil razones y hace bien en ponerse de mal humor. Pero
no dice bien, sino muy mal si habla de la amistad que nace, crece y
vive siempre entre unos hombres honrados, algo filósofos,
propensos a la lectura y que limitan toda su ambición a
pasar su juventud adquiriendo noticias de literatura para tener una
vejez llena del consuelo que da la medianía, la
instrucción y la jovialidad. En este caso no tiene
razón el señor Tediato. De esta especie tengo unos
pocos amigos, cuyas prendas me han hecho panegirista del
género humano, tan maltratado por otros, y me mantienen en
la firme creencia de que hay verdadera amistad en el mundo y que la
encontrará el que la busque»
, J. de Cadalso,
Escritos..., ob. cit.,
págs. 99-100.