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Se trata de D. Juan Téllez Girón y Guzmán (1554-1594), que fue primer marqués de Peñafiel desde 1568 y segundo duque de Osuna y sexto conde de Ureña desde 1590 hasta su muerte. Alternó la espada con la pluma: Lope de Vega lo cita como ingenio de las letras en La Arcadia (libro V, p. 425), y Pedro de Espinosa publicará algunas composiciones suyas en las Flores de poetas ilustres (1605). Le fueron dedicados varios libros: las Rimas españolas de Barahona de Soto, las Obras poéticas de Juan de la Cueva, El pastor de Iberia de Bernardo de la Vega o los Discursos de la paciencia cristiana de Fernando de Zárate. En la dedicatoria de La Arcadia (1598) Lope dice que la tenía destinada para él, pero al retrasarse algo la publicación y en el ínterin fallecer el marqués en 1594, optó por dirigirla a su hijo, D. Pedro Téllez Girón, III Duque de Osuna.
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He aquí los pasajes: «Pasados tres meses que estuvimos en Flandes [...], un día me dijo su señoría: "Ea, amigo fiel (que así me llamaba), vámonos a España". Y por no hallar navío compró una barca muy grande y le echaron cubierta y obras muertas. Partímonos y llegamos a Sevilla en salvamento. Diome su señoría aquel navichuelo o barca, que lo troqué por otro inglés y di ochocientos ducados, y apresté viaje para Irlanda y de camino a Inglaterra y otras partes»
(Viaje, I, 13, p. 64); «Con el Marqués de Peñafiel fui a Madrid, Zaragoza, Pamplona, Francia, hasta Ginebra, Rochela y Cales, Flandes y otras islas, hasta volver a Sevilla; fueron más de mil leguas. Un viaje a Inglaterra, Dania y todo aquel mar Mediterráneo [el mar de Dinamarca, el Báltico], a Noruega, Irlanda, Escocia, Hibernia y vuelta a Sevilla, más de mil y quinientas leguas. Segundo viaje a Indias...»
(Cuarenta triunfos, prólogo «Al letor»).
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Personaje histórico, natural de Loja; fue veedor en Río de la Plata y Paraguay, conservándose documentos con su nombre por los años de 1530-1540. Como ahora estamos hacia 1580 o poco después, si acaso no fuera este mismo Alonso de Cabrera, podría tratarse de un hijo suyo.
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Guillot, 1961, pp. 212-18; conviene con él Borrego Plá, 1983, pp. 432-33.
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Un destacado especialista como Ramos Pérez, 1973, p. 459, solo la menciona para insistir en su carácter aventurero y fantasioso.
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La presencia de Mateo Rodríguez fundando poblaciones a orillas del Río Grande de la Magdalena desde antes de 1570 está contrastada; ver Borrego Plá, 1983, pp. 396-99.
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Miranda Vázquez (1976, pp. 148-49) anota que el gobernador de Santa Marta durante el periodo 1576-1586 fue Lope de Orozco, pero justo en ese año de 1586 la Audiencia de Santa Fe nombra a un sustituto, Diego Hidalgo de Montemayor, y le comisiona para que acuda a Cartagena en defensa del ataque de Drake. Tras esto, no consta que Hidalgo de Montemayor «se posesionara del gobierno de Santa Marta»
(Miranda Vázquez, 1976, pp. 149), y lo más probable es que siguiera en el cargo de forma interina Lope de Orozco, hasta la llegada de su cuñado, Francisco Marmolejo, como nuevo gobernador (1589-1592).
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La nación tairona fue una de las que mayor resistencia ofreció a la colonización española, con rebeliones en 1528-1529, 1536, 1545, 1553, 1571, 1590 y 1592, hasta su total reducción en 1599-1600 por el gobernador de Santa Marta, Juan Guiral Velón (ver Morales Gómez, 1992, pp. 123-26). Morales Gómez no registra el alzamiento tairona que ahora nos ocupa, de 1586.
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Pedro Fernández del Busto empezó el año de 1586 siendo gobernador interino de Cartagena, pero tras la entrada de Drake en la ciudad (febrero-abril) llegó el gobernador titular, Pedro de Lodeña. Guillot (1961, p. 302) ya cita una «Carta a Su Majestad» de Pedro de Lodeña, gobernador de Cartagena, escrita en esta ciudad el 13 de agosto de 1586; por otro lado, en uno de los documentos recopilados por Friede (1976, vol. VIII, pp. 360-61), consta asimismo que Lodeña estaba en Cartagena el 30 de octubre de 1586.