Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
Indice
Abajo

Carta de Vicente Blasco Ibáñez a María Blasco del Cacho1

Valencia, 27 de septiembre de 1888

Transcripción

Vicente Blasco Ibáñez





  -[fol. 1r]-  

[Membrete:]

V. BLASCO IBÁÑEZ

VALENCIA

Setiembre 27/88

Chatita mía:

No puedes figurarte la alegría que he tenido al recibir tu carta. ¡Yo estaba tan triste cuando leía y releía la primera en que tan mal me tratabas!

Pero hoy he recibido tu segunda en la cual estás muy cariñosita y me he puesto tan alegre que le he dado muchos besitos, y además dos o tres a tu retrato que siempre tengo encima de la mesa frente a mí.

¡Así te quiero ver!, nenita mía. Que me quieras y me digas cosas bonitas y no que me riñas a cada instante.

Cuando vaya a esa (que será el próximo domingo) ya te contaré lo del meeting   -[fol. 1v]-   y por qué no quería yo que fueras.

Además de «Para todo el mundo» cuando vaya a Villavieja también te llevaré «El adiós de Schubert» que ya está impreso aparte y encuadernado.

¿Ves, nenita mía, cómo me acuerdo de todo lo tuyo? Además la coqueta de Hortensita la llevará esta tarde apenas termine esta carta.

Esta tarde he encontrado a D. Benito y a su hijo que ya estaban de vuelta y me han dicho que estáis buenas.

¡Tengo unas ganas de verte! Cuando te vea, nenín mío, te tengo que dar un abrazo bien apretado. ¡Si supieras cuando tú te vas qué solo me quedo!

Me paseo solo por las calles y cuando llega la noche después de cenar (que siempre es allá a las ocho) me voy hasta las 10 a la   -[fol. 2r]-   Juventud donde hablo de política con los que allí están. Y... nada más. Esta es mi vida; aburriéndome de lo lindo y pensando siempre en ti, feíta mía.

De seguro que tú no harás otro tanto y que no te acordarás tanto de mí. Yo te cuento lo que hago porque tú me dices que te gusta saber todo lo que me pasa.

Cuando seamos casaditos no nos separaremos nunca y entonces seremos muy felices y no tendremos que escribirnos ni tan siquiera llamarnos de lejos porque siempre estaremos juntitos e iremos juntitos a todas partes.

Qué días más felices pasaremos en esa casa de Villavieja cuando seamos casados.

Por la mañana yo escribiré sobre la mesa de piedra del huerto   -[fol. 2v]-   y tú estarás a mi lado y después comeremos los dos sentados juntos, y de vez en cuando nos daremos besitos y por la noche cogidos del brazo nos pasearemos por entre los árboles. En fin, nenita mía, ya verás cuán felices somos.

¡Qué ganas tengo de que llegue el momento de casarnos!

Entonces tú serás mi mujercita monísima y yo te mimaré y te cuidaré y solo viviré para ti.

Adiós nene mío. Esta carta se va haciendo larga y ya no queda papel.

Escribe pronto a tu nene que aguarda con impaciencia tu carta, al que más te quiere en el mundo, a tu novito, a tu apasionadísimo

Vicente





Indice