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Capítulo XI

ARGUMENTO

Sofar, el tercero de los amigos de Job, toma la mano y reprehéndele como los demás con ásperas palabras: llámale arrogante; pide a Dios que le confunda; dice mucho del poderío de Dios. Y a la fin amonéstale a que haga penitencia y prométele buena dicha si la hace.

    ¡Oh, cuánto, Job, lo tienes mal pensado,

si por juntar palabras, no argüído

si piensas por hablar no ser culpado!,

    dijo el Sofar nemano. Di ¿rendido

todo te callará?; ¿tú solo haciendo burla,
5

serás de nadie escarnecido?

    Di, falto, ¿no sonó tu voz diciendo:

«soy libre de maldad, soy limpio y puro

en obras en palabras reluciendo»?

    ¡Oh, si rompiese Dios su velo escuro
10

y puesto en clara luz, y boca a boca

hablase con tu pecho terco y duro;

    y descubriese a tu arrogancia loca

su abismo de saber, su derecheza

y cómo a tu maldad su pena es poca!
15

    ¿Por caso has apeado su honda alteza?

¿al último poder y ser divino

por dicha penetró tu gran viveza?

    Subido es más qu'el cielo cristalino

pues ¿cómo llegarás? Es más profundo
20

qu'el centro, ¿que fará tu desatino?

    Si mides de una parte a otra el mundo,

mayor es su medida, y con su anchura

compuesto el ancho mar es muy segundo.

    Si todo lo talare y si en escura
25

cárcel cerrado todo lo escondiere,

¿habrá qué se le oponga, criatura?

    Cuanto el mortal y vano pecho hiciere

él lo conoce y cala sus intentos,

y entiende aun al que a sí no se entendiere.
30

    Que el hombre es vanidad, sus pensamientos

carecen de substancia, y es movido

como salvaje bruto a todos vientos.

    Mas dígote que si hora convertido

te vuelves con estable y firme pecho
35

y tiendes y los brazos y el gemido;

    si alejas de tu mano y de tu hecho

a toda la maldad; si el desafuero

no reposare más dentro en tu pecho,

    podrás alzar al cielo puro entero
40

el rostro y sin mancilla, y confiado

no te pondrá temor ningún mal fiero.

    Y tú de aquestos duelos olvidado

no quedará en ti dellos más memoria

que de las aguas raudas qu'han pasado.
45

    Será cual mediodía, y más tu gloria

y si rodare el tiempo, como aurora

dará más luz creciendo tu memoria.

    Seguro morirás pues se mejora

tu suerte, y como si cavado hubieras,
50

ansí te será el sueño de aquel hora.

    Sin miedo que figura o voces fieras

te asombren o te rompan tu reposo

descansarás las horas postrimeras.

    Colgados de tu amparo provechoso
55

te acatarán los tuyos, los extraños,

con que será tu nombre más glorioso.

    Mas ¿quién dirá del pecador los daños?

El miedo le consume vida y ojos,

guarida le fallece, y de sus años
60

el fin son males crudos más que abrojos.


Capítulo XII

ARGUMENTO

Responde Job a Sofar y con algún más desprecio que a los demás amigos, porque se mostró más arrogante que ellos, muestra que él no desconoce el poder y saber de Dios grandísimo; y así dice dél muchas grandezas por hermosa manera. Mas insiste siempre en decir que no siempre es pecador el que es afligido y maltratado.

    Torciendo Job el rostro, dice: «el mundo

sin duda en vos se encierra, y acabado

con vos todo el saber irá al profundo.

    Y yo de entendimiento soy dotado,

y no menos que vos a lo que creo,
5

ni quedo en decir esto muy loado.

    Mas pues tan sabio sois, ¿no veis qu'es feo

reír de un vuestro amigo en tal fortuna?,

¿no veis que Dios no oirá vuestro deseo?

    Atiéndeme: una tea ardiendo o una
10

atocha en rico techo es abatida

y guía bien los pies, cuando no hay luna.

    No porque es maltratada fue perdida

mi vida, ni soy malo aunque azotado,

que a veces la bondad es afligida.
15

    ¿No viste alguna vez de bien colmado

el techo del logrero, y del que adora

el Dios que con su mano ha fabricado?

    Mas Dios es poderoso, ¿quién lo ignora?

El ave lo dirá, que el aire vuela,
20

la fiera que en los bosques altos mora.

    La tierra torpe y bruta es como escuela

que enseña esa verdad; el mar tendido

y cuanto pez por él nadando cuela.

    ¿A qué cosa criada es escondido
25

que Dios con poderosa y sabia mano

crió la tierra y cielo y sol lucido;

    y que de su gobierno soberano

la vida del viviente está colgando,

y el soplo que gobierna el cuerpo humano?
30

    De cuanto razonáredes hablando

la oreja es el jüez, y en los sabores

el gusto es el que tiene el cetro y mando.

    Los viejos son muy grandes sabidores,

los días y los años prolongados
35

en caso de saber son los mejores.

    Mas mucho más en Dios aposentados

están todo el saber y valentía

con otros mil tesoros encerrados.

    Lo que su mano airada al suelo envía
40

no se edifica más, lo que él encierra

cerrado quedará de noche y día.

    Secáronse las fuentes y la tierra

cuando él detiene el agua, y cuando quiere

lanzándola destruye campo y sierra.
45

    Puede cuanto le place, y cuanto hiciere

es ley; y ni a sufrir, ni a poner lloro

es parte algún mortal, si él no quisiere.

    Desnudos dejará de su tesoro

los pechos donde el seso y ley moraba,
50

y convirtió en vil soga el cinto d'oro.

    El cinto tachonado que cercaba

los lomos del tirano desatado

le muda en vestidura pobre, esclava.

    Del sacerdocio santo despojado
55

por él va el sacerdote, y por su mano

el brazo poderoso es quebrantado.

    A todo el buen decir del pecho humano

deslengua, y si le place en desvarío

convierte el saber todo y seso anciano.
60

    Derrama los desprecios como un río

encima de los que resplandecían

subidos o en linaje o señorío.

    Y los que en honda noche se sumían

los pone en clara luz, y saca al cielo
65

a los que los abismos ascondían.

    Ya multiplica el pueblo, ya con duelo

lo mengua, y ya lo esparce, y lo destierra

y lo reduce ya a su propio suelo.

    A las cabezas altas de la tierra
70

las ciega y por los yermos sin camino

las lleva sin saber a do el pie yerra.

    Como el que en noche escura pierde el tino

y abraza por valerse el aire en vano,

así van, y cual al que manda el vino
75

que rompe aquí ya el pie ya allí la mano».


Capítulo XIII

ARGUMENTO

Concluyendo Job en el principio deste capítulo lo que platicaba en el pasado, dice que por lo dicho conocerán su saber. Y volviéndose a todos tres, los reprehende como a hombres que lisonjeaban a Dios, procurando defender su justicia con poner culpa en él sin tenerla, siendo así que Dios no se agrada de la mentira, ni tiene necesidad della para defender lo que hace. Y ansí los deja como a hombres ni bienintencionados ni sabios, y vuelto a Dios se le queja de que sin oírle le castiga, y le sujeta a la pena sin preceder cargo de culpa.

    Y dijo prosiguiendo todo aquesto:

«Lo sé por vista de ojos, y me ha sido

con voces verdaderas manifiesto.

    Que si entendidos sois, soy entendido,

si sabios, yo soy sabio, y si avisados
5

de vuestro aviso el mío no es vencido.

    Mas por decir verdad, si ya otorgado

me fuese del Señor, con él deseo

hablar, y deslindar en qué he pecado.

    Que en vos y en vuestros dichos sólo veo
10

un modo de mentir artificioso,

un colorar lo falso con rodeo.

    ¡Oh, cuán más sano os fuera, y más honroso

callar, y así callando ser tenidos

por hombres de prudencia y de reposo!
15

    Prestadme pues un rato los oídos,

mirad bien lo que arguyo, y cómo quiero

mostrar vuestros errores ascondidos.

    Decidme ¿en qué ley vistes, o en qué fuero,

que defendáis a Dios con la mentira,
20

que honréis con falsedad al verdadero?

    El pleito perderá si no se mira

y si no se respecta su persona,

si no le defendéis su causa espira.

    ¿Pensáis que la mentira en él se abona
25

o cómo la lisonja al hombre agrada

ansí le aplace a él y la perdona?

    Con faz y con palabra dura airada

si la verdad torcéis por su respecto

será vuestra razón por Dios turbada.
30

    ¿Habrá por aventura en vos sujeto

al golpe de su azote, o por ventura

su espanto en vuestro pecho no hace efeto?

    Será vileza y polvo vuestra altura,

serán vuestras razones afiladas,
35

el artificio vuestro vil basura.

    Callad no habléis de mí, que a mí son dadas

las voces de mis duelos; yo las quiero

si malas por vosotros son juzgadas.

    ¿Por qué si en mí las cuezo, yo me muero,
40

yo rabio, y me consumo, y me deshago

y con mis dientes despedazo el cuero?

    Hundirme ha, si me quejo, yo lo trago,

direle mi inocencia; darme ha vida,

que al malo repartió y al bueno el pago.
45

    Mas sea de vosotros recebida

mi voz; oídme bien lo que hora os digo

y sea mi razón bien entendida.

    En tela de jüicio yo me obligo

si oigo y si respondo según fuero
50

salir libre de culpa, y de castigo.

    Mas cargo no me hace como a reo

ni quiere pleitear comigo un día,

y ansí padezco, y callo, y triste muero.

    Dos cosas, oh Señor, de mí desvía,
55

de dos cosas me libra, y me asegura

y trataré ante ti la causa mía.

    Aparta allá tu azote y mano dura,

no me lastimes no, ni con espantos

me vuelvas la luz clara en noche escura.
60

    Mis males uno a uno todos cuantos

he hecho me demuestra, y oye luego

o hablo yo, y responde tú a mis llantos.

    Dime con claridad, Señor, te ruego

cuáles y cuántas son las culpas mías,
65

las culpas que merecen este fuego.

    ¿Qué fice que ansí encubres y desvías

tus ojos de mi rostro, y cómo aleve

me huyes y las noches y los días?

    ¿Quebrantas una hoja frágil, leve
70

y en contra de una astilla vil, liviana

tu grandeza, Señor, su brazo mueve?

    No dejas parte de mi carne sana,

hácesme amargo en todo, y heredero

de mi niñez culpada sin mi gana.
75

    Prendes los pies del hombre en cepo fiero

y ciérrasle con guardas el entrada,

las piernas con redondo y fuerte acero.

    Él finalmente a suerte tan pesada,

menor y desigual es consumido,
80

cual leño de carcoma, y cual guardada

ropa, do la polilla puso nido».


Capítulo XIV

[ARGUMENTO]

Por ocasión de lo último que dijo en el capítulo pasado de la miseria del hombre, dice Job en este más largamente della; y luego, vuelto a Dios con una querellosa lástima le pide, que pues hizo mortal la vida, y de plazo tan corto, esto poco que dura aquí se la dé con descanso; y le deje vivir en paz este termino breve. Y dice y encarece esto mismo por muchas y diferentes maneras.

    Y dijo prosiguiendo: «El hombre es nada,

muy hijo de mujer, muy corto en vida,

muy lleno de miseria amontonada.

    Es flor que apenas nace y ya es cogida,

es sombra que camina y se apresura
5

en manera ninguna detenida.

    ¿Y pones en él mientes de tu altura

y tienes por no indigno de tu alteza

trabar pendencia con tan baja hechura?

    ¿Quién del cieno sacó jamás limpieza?
10

¿Quién puro y reluciente de enconado?

Ninguno a quien firmó naturaleza.

    Pues si el vivir del hombre es limitado,

si término sus días tienen cierto

con fuero por ninguno traspasado,
15

    no apesgues mas sobre él, que cedo es muerto,

afloja, que él se acaba, y deseoso

anhela al fin, cual nave anhela al puerto.

    El árbol si es cortado es poderoso

a renovarse en ramas y en verdura
20

más firme que primero y más hermoso;

    y si plantado acaso en tierra dura

se seca su raíz y se envejece;

si el tronco muere falto de frescura,

    en regándole, al punto reverdece
25

al olor de la vena derivada:

cual fértil planta en tallo y hojas crece.

    Mas del varón la vida si es cortada

cortada quedará: si muere, muere;

ni vuelve, ni de sí deja pisada.
30

    En cuanto por secretas minas diere

la mar a las corrientes cebo, y cuanto

la lluvia de las nubes descendiere

    el hombre durará en su sueño, y tanto

que olvidarán los cielos su carrera
35

primero que despierte al gozo, al llanto.

    En fuesa sepultado ¿quién me diera estar,

cuando tu enojo se pasara

y que de mi en pasando acuerdo hubiera?

    Por mucho que este plazo se alargara,
40

por muchos que nacieran y murieran,

mi plazo alegremente ansí esperara.

    Cumplido me llamaras y te oyeran

alegres mis oídos y obedientes,

y que tus obras amas todos vieran.
45

    Mas hora en mis pisadas pones mientes

en todos mis pecados, y en olvido

pondrás por aventura lo que sientes.

    Cuanto en la edad primera te he ofendido

debajo de tu sello está guardado
50

y cuanto sobre aquesto he añadido.

    El monte firme perderá su estado

y el peñasco más duro de su asiento

movido caerá desmenuzado.

    A la piedra deshace el humor lento
55

y en el vergel de ayer se nada agora,

mas el morir va fuera deste cuento.

    Irrevocable ley que vencedora

a todos los sujetas, y vendados

envías a la cruda y postrer hora,
60

    a donde eternamente sepultados

ni de sus nietos la dichosa suerte

ni los casos sabrán desventurados.

    Y corriendo ansí el hombre a cierta muerte

en eso poco que en la vida expira
65

en la carne padece dolor fuerte,

en el alma amargor, tristeza e ira».


Capítulo XV

[ARGUMENTO]

Torna a tomar la mano y la voz del pleito Elifaz el de Temán, y reprehendiendo primero a Job de arrogante para con ellos y de osado y desacatado para con Dios, y notándole de impío acerca de su providencia, después, a fin de reducirle a mejor parecer y de probar la sentencia suya y de sus compañeros que a los malos en esta vida les sucede [siempre mal] pinta con palabras elegantes y copiosamente un tirano en el parecer próspero, y en lo secreto [de la] verdad atormentado de muchas maneras.

    Aquí Elifaz torno a tomar la mano,

Lifaz de aquesta lid autor primero,

osado en el hablar, Lifaz Temano.

    «¿Es de sabio ser vano y palabrero,

echar razones d'aire por la boca
5

desde el principio hasta el fin postrero?

    ¿Es, dice, de persona que no es loca

hablar sin regla y fin inútilmente,

decir lo que al propósito no toca?

    Inútil antes falsa y malamente,
10

que quien a tus razones diere oído

ni teme, ni respecta a Dios viviente.

    El mal del alma al rostro te ha salido,

la lengua reprendió del falso pecho,

hablaste como habla el más perdido.
15

    No te condeno yo, tu mismo hecho,

tu boca te condena y tus razones;

por malvado te dan con gran derecho.

    Dime: cuando Dios hizo las naciones

humanas ¿fuiste tú el primer formado?
20

O si después de ti los montes pones

    ¿Ha Dios contigo por ventura hablado?,

¿entraste en su consejo, por ventura?,

¿las venas del saber has tú agotado?

    ¿Qué sabes que no sepa?, ¿qué hondura
25

alcanzas que no alcance, o qué doctrina

a ti es manifiesta, a mí obscura?

    También en nuestra escuela y disciplina

hay canas y vejez, y quien en días

a tus padres y agüelos s'avecina.
30

    Conozco tus secretas fantasías;

menores, dices, son todos sus bienes

que lo que piden las dolencias mías.

    ¿Qué te escalienta el pecho?, ¿qué contienes

en tu furioso seno?, ¿qué guiñea,
35

qué amenaza tu rostro, frente, y sienes?

    ¿Qué azote, por mayor y mas que sea,

pondrá sobre ti Dios que corresponda

a lo que tu voz mala aquí vocea?

    ¿Quién es el hombre, o cuál su masa hedionda
40

para llamalle limpio?, ¿quién nacido

de hembra, que a su origen no responda?

    En el coro seráfico escogido

halló flaqueza y mal; y amancillados

en sus ojos los cielos son y han sido.
45

    ¿Cuánto, pues, serán más los desastrados,

los corruptibles hombres, los que beben

como l'agua los males y pecados?

    Atiéndeme que quiero que se ceben

de aquesto que te anuncio tus sentidos
50

y no temo los sabios lo reprueben,

    que de ellos lo aprendieron mis oídos

y aun ellos de sus padres y mayores,

que fueron del saber antiguos nidos,

    porque eran de sus pueblos los señores,
55

en que el saber perfecto conservaron

sin mezcla peregrina, y sin errores.

    Pues dicen lo que vieron y probaron:

qu'el malo siempre tiembla, y los tiranos

de luz segura y cierta no gozaron.
60

    Resuenan de contino con insanos

horrores sus oídos y al sosiego

más suyo, el robador mete las manos.

    No espera del escuro tiempo y ciego,

de la espantosa noche salir vivo
65

y junto con la luz ve el fierro luego.

    La mesa a que se allega le es motivo

de espanto miserable, que imagina

envuelto en el manjar bocado esquivo.

    De ansías por doquiera que camina,
70

como rey de sus huestes rodeado,

el miedo se le muestra y avecina.

    Porque con el ciego pecho el brazo osado

tendió contra el señor omnipotente

y opuso contra él su rico estado.
75

    Descarga Dios sobre él con furia ardiente

y corta la cerviz rolliza y llena

y el peto le traspasa reluciente.

    Diose al regalo muelle y vida amena,

creció en viciosa carne y en grosura
80

con que fortaleció más su cadena.

    Edificó palacios de hermosura

en lugares desiertos, retraídos,

criados para montes y espesura.

    Mas ni sus muchos bienes mal cogidos
85

ni a colmo llegará su gran riqueza

en breve día en humo convertidos.

    O quemado su ramo o de aspereza

de cielo enflaquecido en lo sombrío

no brotará rompiendo la corteza.
90

    Y va tan adelante en desvarío,

que no teme ni el fin de su camino

ni vuelta de fortuna, ni desvío.

    Y ansí los corta el mal que sobrevino

en su mas claro día no pensado
95

y sin que llegue a flor su desatino.

    Cual tronco de sus tallos despojado

y como de su hojas verde oliva

en quien con fuerza hiere viento airado.

    Que en casa de fingidos no deriva
100

el cielo, como en yermo bien ninguno

y la casa del logro es llama viva.

    Conciben en el ánimo importuno

maldades y quebrantos, y a las manos

les sale traïción sin fruto alguno
105

y sus designios son engaños vanos».


Capítulo XVI

    Aquí dio fin Lifaz el de Temano,

y Job torciendo el rostro de cansado

y vuelto a él tornó a tomar la mano,

    y dijo: «Ya mil veces he escuchado

esas... no se cuál llame. Dais sin duda
5

tormento por consuelo, y grande enfado.

    ¿Qué fin ha de tener tan vana y ruda

razón?, ¿cuándo diréis lo que convenga

a aquesto que entre nos s'alterca y duda?

    Que yo también de coro sé esa arenga,
10

o troquemos, si os place, la ventura,

y lo que a mí me avino, eso os avenga

    ¡Oh, cómo os consolara, qué blandura,

qué compasión, qué entrañas, con qué afeto

curara mitigar la suerte dura!
15

    Mas ¡cuán contrario agora es vuestro efeto!

Forzáisme a que razone lo que es pena

y oiga lo que pone en nuevo aprieto.

    Sin duda qu'el Señor me dio en la vena:

de cuanto me rodea no ha dejado
20

en mí, ni en cosas mías, cosa buena.

    Las rugas de qu'el rostro tengo arado

mis males testifican, gran testigo

es este cuerpo magro, y tan gastado.

    Con ira ardiendo apechugó comigo,
25

regañó contra mí sus fieros dientes

los ojos me enclavó como enemigo.

    Abrió para tragarme diferentes

bocas; hirió mi cara, y con mi vida

hartó la cruda hambre de mil gentes.
30

    Cerrado en paso estrecho y sin salida

en manos me entregó del falso y fiero,

del que de hacer maldades no s'olvida.

    Quebrome cuando estaba más entero

asiome y arrojome, y quebrantado
35

me puso a sus saetas por terrero.

    Con mil saetas suyas traspasado

el pecho y la entrañas, tengo el suelo

d'amarga, y miserable hiel bañado.

    A mal añadió mal, a duelo duelo;
40

corrió y atropellome fiero y crudo

ajeno de pavor y de recelo.

    Cilicio me vestí sobre el desnudo

cuerpo, y derramé polvo en frente y pecho,

señales de dolor y mal agudo.
45

    Del contino llorar está deshecho

mi rostro y afeado: en mis dos ojos

la noche ciega asiento tiene hecho.

    Y no porque mis manos con despojos

ajenos ensucié, que al cielo puras
50

d'agravios las alzá siempre, y d'enojos.

    Tierra, a quien nuestras obras son no escuras,

no calles lo que sabes de mis males,

ni les des escondrijo en tus honduras.

    Mas bien sé que en las sillas celestiales
55

tengo de mi limpieza fiel testigo,

aunque de lo contrario dé señales.

    Este, y aquel, y aqueste es falso amigo;

yo quiero mis angustias y mis duelos

tratar con Dios a solas y comigo.
60

    Presumís engañar a quien los cielos

gobierna como a vuestros semejantes,

cuyos ojos se cubren con mil velos.

    Mas corre y vuela el tiempo y sus instantes,

y de la cuenta al fin descubre el día,
65

desengaño de falsos e ignorantes

a do caminan todos a porfía».


Capítulo XVII

    Apenas ya respira en mí el aliento,

mis días acortó mi desventura,

la huesa sola es ya mi bien y asiento.

    Y fuera menos grave esto que dura,

si de estos palabreros la torpeza
5

no me bañara l'alma en amargura.

    Contigo, si templaras tu braveza,

contigo razonara, y diera luego

fianza, si la hallara en tal bajeza.

    Que como del saber les falta el fuego
10

no alcanzan lo que encubre el mal vestido

y juzgan por la pinta sola el juego.

    Adulan al amigo favorido,

mas si por caso se revuelve el viento

ni el hijo aunque perezca es conocido.
15

    Hacen de mi hablilla, hacen cuento

y porque soy herido me condenan

y tiénenme por vil por mi tormento;

    y dicen que mis iras desordenan

mi lengua, y que fue engaño y sombra vana
20

lo que en mi virtud mil bocas suenan.

    Y que admirado el bueno, soberana-

mente da gloria a Dios del caso mío,

y dice: al fin el malo aquesto gana.

    Y que se abraza el bien, y con mas brío
25

alarga el paso el justo en su carrera

y se mejora con mi desvarío.

    Buscad otra razón más verdadera,

armad otra maraña, que yo espero

seréis los que habéis sido en la primera.
30

    Mas ¿qué contiendas nuevas pido y quiero?

Ni tengo fuerzas ya, ni ser, ni vida,

aun del pensar me priva el dolor fiero.

    Y del contino llanto enflaquecida

la fuerza, en las tinieblas hondas velo
35

y es para mí la noche luz nacida.

    Y de la huesa triste el frío suelo

por mucho que m'esfuerce, ya m'espera,

allí será mi estrado y mi consuelo.

    Al gusano tendré por verdadera
40

madre, y por mi linaje y parentela

la hediondez y corrupción postrera.

    ¿Qué puedo yo esperar, pues ya la tela

de mi vivir y bien está cortada

y en mi daño lo malo y duro vela?
45

    La sepultura espero arrinconada

su lóbrego secreto y tenebroso,

y aun dudo si mi muerte allí cerrada

y vuelta en polvo alcanzará reposo».


Capítulo XVIII

    Bildad el de Suhí mal satisfecho

de lo que de ambas partes se decía

tornó segunda vez a abrir el pecho:

    «¿Qué fin ha de tener tu parlería?

Entiende bien primero nuestro intento
5

y -dice- caerás de tu porfía.

    ¿En qué ley cabe de comedimiento

nos trates como a tontos, sin primero

abrir a nuestra voz tu entendimiento?

    Destrúyete el coraje, saber quiero
10

si el mundo trocará su estilo usado,

o si por ti tendremos nuevo fuero.

    Es ley que no se muda, que al malvado,

su luz de todo punto se obscurezca

según que la experiencia lo ha mostrado.
15

    Y en su misma morada el bien perezca,

su dicha se le acabe, y dentro el pecho

ansia y mortal congoja siempre crezca.

    Sus pasos hallan el camino estrecho

y su poder antiguo se enflaquece,
20

y él mismo por sí mismo cae desecho.

    Y cuando en forcejar se desvanece

con su porfía loca más se enreda,

que Dios a su mal paso red le ofrece.

    Y como el pie enlazado en la red queda
25

el cazador acude diligente

sin que escaparse de sus lazos pueda.

    Aqueste bien que sigue es quien le miente

debajo de él el lazo está escondido

y andando por la cuerda no la siente.
30

    Y al paso que en la red se ve caído

se llena el pecho de terrible espanto,

que allí sus mismos pasos le han metido

    Ocupará sus hijos el quebranto,

la fuerza de su diestra: a su querida
35

mujer la aguarda la tristeza y llanto.

    Enfermedad a muerte parecida

sus miembros gastará: será arrancado

el más estable apoyo de su vida.

    Al miedo y a la muerte ya entregado
40

vendrá a ser su enemigo el heredero

con que todo su haber quede asolado

    Y ya sin esperanza todo entero,

los ramos con el tronco juntamente

se acabará por modo lastimero
45

    Y más, de la memoria de la gente

su fama se caerá ni será puesto

su nombre en plaza pública eminente,

    vendrá su nombre a sepultarse presto

en noche del olvido, y su memoria
50

desterrarán del mundo con denuesto.

    No habrá con hijos ni con nietos gloria,

ni quedará de su linaje alguno,

ni de su descendencia larga historia.

    Y cuando muera a todos de consuno
55

los mozos y los viejos que lo vieron

el pasmo y el temblor será importuno.

    Este es el fin de los que no sirvieron

a Dios de corazón, y la morada

de los que como brutos vida hicieron
60

con este triste fin es derrocada».


Capítulo XIX

[ARGUMENTO]

Responde Job. Cansado ya de oír una cosa por tantas maneras, no replica a sus impertinencias, sino hace de los males que pasa lastimosa historia. Profetiza la resurrectión postrera.

    De tan luengo escuchar atormentado

responde Job, y dice: «¿Hasta cuándo

seré de vuestros dichos fatigado?

    Ya sobre nueve veces baldonando

perseveráis mi mal, y cada hora
5

os vais más contra mí desvergonzando.

    Pues digo lo qu'he dicho hasta agora:

erré, pues quiero errar, y de contino

aqueste error comigo vive y mora.

    Por más que me digáis que desatino,
10

por más que porfiéis soberbiamente

que soy de cuanto mal padezco dino.

    Digo, porque entendáis más claramente

que a ser jüicio aqueste, el soberano

juez procedería no igualmente.
15

    Estoy por la siniestra y diestra mano

sitiado en derredor, y si voceo

llamando a quien me ayude llamo en vano.

    Bramo por ser oído, mas no veo

manera de jüicio, ni acusado
20

ni defendido soy, cual suele el reo.

    Veo que Dios los pasos me ha tomado,

cortándome la senda, y con escura

tiniebla mis caminos ha cerrado.

    Quitó de mi cabeza la hermosura
25

del rico resplandor con que iba al cielo,

desnudo me dejó con mano dura.

    Cortome al derredor y vine al suelo

cual árbol derrocado; mi esperanza

el viento la llevó con presto vuelo.
30

    Mostró de su furor la gran pujanza

airado, y triste yo como si fuera

contrario, ansí de sí me aparta y lanza.

    Corrió como en tropel su escuadra fiera

y vino y puso cerco a mi morada,
35

y abrió por medio della gran carrera.

    Hizo de mi dolor muy alejada

la ayuda de mis deudos; mis amigos

huyeron la amistad y fe olvidada:

    y los vecinos de mi mal testigos
40

huyeron, ¡ay!, y cuantos me trataban

me son como si fuesen enemigos.

    De mis puertas adentro los que estaban,

mis siervos, como ajeno me extrañaron,

como si huésped fuera me miraban.
45

    Estos labios que veis ya vocearon

al siervo que me huye más qu'el viento,

y con palabras blandas le rogaron.

    Y mi propria mujer huyó mi aliento

con asco y mis abrazos, y rogada
50

no quiso en su regazo darme asiento.

    ¿Qué más? Hasta la gente despreciada

me befan, y si dellos me desvío

hacen risa de mí cruel, malvada.

    Los qu'antes eran del secreto mío
55

abominan de mí, estos preciados

amigos me maltratan con desvío.

    Mis huesos al pellejo están pegados

y ya de consumidos brotan fuera

los dientes sobre el cuero señalados.
60

    Merced habed de mí, merced siquiera

vosotros mis amigos, que la mano

del alto me tocó pesada y fiera.

    Conténteos que no tengo hueso sano

sin que me acrecentéis mayor tormento,
65

no hartos de mi mal crudo inhumano.

    ¡Oh, quién me concediese que este cuento

quedase por escrito figurado

en libro que durase siglos ciento!

    O con buril de acero señalado
70

en plancha, o para ser más duradero

en pedernal durísimo formado.

    Si bramo, no por eso desespero,

bien sé que hay redemptor para mi vida

qu'el suelo hollará el día postrero;
75

    por quien después de rota, y consumida

mi carne reformada y mas dichosa

verá del jüez alto la venida.

    Yo mismo le veré, su luz hermosa

verán mis ojos sin estorbo alguno,
80

esta esperanza firme en mí reposa.

    Dígolo porque todos de consuno

Decís: "demos en él, que d'acosado

dará de su maldad indicio no uno".

    Temed, por Dios, temed el acerado
85

cuchillo, aquel cuchillo que apacienta

sus filos en las carnes del malvado

sabiendo que de todo ha de haber cuenta».


Capítulo XX

ARGUMENTO

Torna Sofar a la plática y dice que no se tendría él por quien es si no le respondiese. Dice que a los malos les sucede mal, y pinta para esto un malo levantado y caído; y encarece su caída contando por menudo todos los males della.

    Callábase ya Job, mas el Nemano

Sofar de enojo lleno y de despecho

volviendo contra sí la diestra mano

    «¿para eso -dice- tengo yo en mi pecho

saber? ¿Para ese fin dentro en mí mora
5

razón, que me reduce a lo derecho?

    Que si disimulando paso agora

afrenta me será cuanto he velado

y viento cuanto el pecho en sí atesora.

    Dime, ¿por aventura has olvidado
10

que desde que la tierra tiene asiento,

desde que en ella el hombre es sustentado,

    el canto del malvado es un momento,

al gozo del hipócrita fingido

en un abrir del ojo lleva el viento?
15

    Si levantare al cielo el cuello erguido,

si tocare a las nubes en alteza,

en rico trono altísimo subido.

    Como basura vil con gran presteza

del todo acabará, los que le vieron
20

dirán, ¿qu'es de él?, ¿qué se hizo su grandeza?

    Cual sueño volador que no pudieron

prenderle desparece, y más ligero

que las nocturnas sombras nunca fueron.

    Los ojos que le vían de primero
25

no le verán jamás, ni su morada,

ni el mármol peregrino, ni el madero.

    Sus hijos en pobreza avergonzada,

mendigos andarán y de sus manos

sustentarán la vida lacerada.
30

    Pues ocupó sus fuerzas en livianos

hechos de mocedad, tenga por cierto

que irán con él al polvo, a los gusanos.

    Súpole bien el mal, el desconcierto

al gusto lo aplicó y sin dejar nada
35

le dio por la garganta paso abierto.

    Dañósele el estómago, llegada

la mal dulce comida, en ponzoñoso

tóxico por las venas transformada.

    Cuanto tragó sin orden codicioso
40

lanzó con mortal vasca, y de su seno

lo saca Dios con brazo poderoso.

    Huyendo del vivir tendrá por bueno

qu'el áspide le beba sangre y vida

o lance en él la víbora el veneno.
45

    No quiso la vivienda enriquecida

de bienes inocentes del aldea,

de miel y de manteca bastecida.

    Quiso que ajeno mal su censo sea,

mas no gozará dél, ni de alegría
50

si rica con mil cambios l'arca vea.

    Pues contra el pobre el brazo convertía,

aunque pueda usurpar la ajena casa

jamás podrá fundar su tiranía.

    Pues que no conoció su hambre tasa
55

verá puesto en deseo y en bajeza

que toda ajena mano le es escasa.

    Cruel, no consintió que a la pobreza

sobrase de su mesa algún reparo

por donde será humo su riqueza.
60

    Cuando tuviere lleno el vientre avaro

reventará de harto, y cien dolores

harán que el mal bocado le sea caro.

    Y Dios descargará mil pasadores

vaciando en él la aljaba, y encendido
65

con ira lloverá sobrél temores.

    Del hierro huirá triste, afligido

dará sobrel acero, de un liviano

peligro dará en otro más crecido.

    Con la espada desnuda en alta mano,
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con el amargo fierro relumbrante

le seguirá terrible el soberano.

    Tendrá por gran riqueza el mal andante

la más cerrada cueva y más escura,

y allí le lucirá su mal delante.
75

    Y para más dolor y desventura

en triste soledad será abrasado

en fuego que sin soplo vive y dura.

    El suelo con el cielo concertado

aqueste de sus vicios hará cuento,
80

aquel se le opondrá terrible, airado.

    Y Dios destruirá desde el cimiento

su casa, esparcirá toda su gloria

con ira, cual al polvo esparce el viento.

    Aquesta de los malos es la historia;
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su granjería es esta, sus provechos

ansí los paga Dios, esta memoria

envían por los siglos de sus hechos».


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