 Jornada I
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Dice MENÓN dentro los versos
siguientes.
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MENÓN | Haced alto
en esta parte, | | y, en uno y otro escuadrón | |
divididos, saludad | | con salva al Rey mi señor.
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(Tocan cajas, y dice LISÍAS a la otra
parte.)
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LISÍAS | Cantad aquí, mientras
llega | 5 | el Rey a estos montes hoy, | | y a aquellas salvas
de Marte | | sucedan las del Amor. | |
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MÚSICOS | Coronado
de laureles, | | lleno de fama y de honor, | 10 | vuelva el
valeroso Nino | | a los montes de Ascalón. | |
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(Ha de haber una puerta de una gruta al lado izquierdo,
y dentro den golpes, y dice SEMÍRAMIS dentro.)
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SEMÍRAMIS | Tiresias, abre esta puerta, | |
o, a manos de mi furor, | | muerte me dará el verdugo
| 15 | de mi desesperación. | |
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(Sale TIRESIAS,
viejo, vestido de pieles largas, como sacerdote antiguo y
dice los versos siguientes, con admiración.)
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TIRESIAS | Allí trompetas y cajas, | | de Marte bélico
horror, | | y allí voces e instrumentos, | | dulces
lisonjas de amor, | 20 | escucho; y cuando, informado | |
de tan desconforme unión | | de músicas, a
admirarme | | en las causas de ella voy, | | estos golpes
que a esta puerta | 25 | se dan, y en mi corazón | | a un tiempo, me han detenido. | | Confuso y medroso estoy.
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MENÓN | (Dentro.) | Haced salva; que ya el Rey
| | desde aquí se descubrió. | 30 |
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(Cajas.)
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LISÍAS | (Dentro.) | Vuelva la
música a dar | | al aire su dulce voz. | |
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MÚSICOS | (Dentro.) | A tanta admiración, | | suspenso queda
en su carrera el Sol. | |
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(En la gruta, SEMÍRAMIS,
y golpes.)
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SEMÍRAMIS | Tiresias, si hoy
no dispensas | 35 | las leyes de esta prisión | | donde
sepultada vivo, | | la muerte me daré hoy. | |
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TIRESIAS |
Del acero de mi vida | | ya tres los imanes son; | 40 | éste
llama con más fuerza, | | a responder a éste
voy. | | ¿Qué das voces? |
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(Abre la puerta
y sale SEMÍRAMIS, vestida de pieles.)
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SEMÍRAMIS |
Dos
acentos, | | que a un tiempo el aire veloz | | pronuncia,
dando a mi oído | 45 | los dos equivocación,
| | por no haberlos escuchado | | jamás -que jamás
llegó | | a mi noticia el ruidoso | | aparato de su
voz- | 50 | la cárcel romper intentan | | donde aprisionada
estoy | | desde que nací, porque | | confusamente
los dos | | me elevan y me arrebatan: | 55 | éste que
dulce sonó, | | con dulces halagos, hijos | | de su
misma suspensión; | | éste que, horrible, con
fieros | | impulsos, tras quien me voy, | 60 | sin saber dónde,
y que iguales | | me arrancan del corazón | | blandura
y fiereza, agrado, | | ira, lisonja y horror; | | cuándo
un estruendo a esta parte, | 65 | cuándo a ésta
una admiración; | | ésta adormece el sentido,
| | ésta despierta el valor, | | repitiéndome
los ecos | | del bronce y de la canción... | 70 |
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(Todo junto, música y cajas.)
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MÚSICOS |
A tanta admiración, | | suspenso queda en su carrera
el Sol. | |
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TIRESIAS | No en vano yo me recelo | | que fuese
despertador | | del letargo de tu vida | 75 | ese confuso
reloj | | de los vientos, que hoy ha hecho | | desacertado
el rumor. | | Hablarte quise, porque | | esas novedades dos
| 80 | temí siempre que engendrasen | | en tu altiva
condición | | nuevos deseos de ver | | a quien las
ocasionó. | | Y así, quiero prevenirte | 85 | de lo que es, para que no | | te desespere tu vida | |
y el influjo superior, | | que, a voluntad de los dioses,
| | te tiene en esta prisión, | 90 | la facilite, sin
que | | baste a embarazarlo yo. | | Sabrás, pues,
que Nino, Rey | | de Siria, ya vencedor | | de las bárbaras
naciones | 95 | del Oriente, vuelve hoy | | a Nínive,
Corte suya; | | por aquí pasa, y al son | | de sus
cajas y trompetas, | | lenguas del sangriento dios, | 100 | los rústicos moradores | | de los montes de Ascalón
| | le aclaman. Y pues que ya | | sabes toda la ocasión
| | del militar aparato | 105 | y la dulce elevación,
| | sosiégate, y vuelve, vuelve | | a la estancia
que te dio | | por cuna y sepulcro el Cielo; | | que me está
dando temor | 110 | pensar que el Sol te ve, y que | | sabe
enamorarse el Sol. | |
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SEMÍRAMIS | En vano, Tiresias,
quieres | | que ya te obedezca, que hoy | | la margen de
tus preceptos | 115 | ha de romper mi ambición. | |
Yo no he de volver a él | | si tu sañudo furor
| | me hiciese dos mil pedazos. | |
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TIRESIAS | ¿Ya
olvidó | 120 | tu memoria cuán infausto | |
fue tu nacimiento? |
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SEMÍRAMIS | No;
| | bien lo sé de ti, que fuiste | | segundo padre,
a quien yo | | debí la vida. |
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TIRESIAS | Pues
¿cómo | 125 | no me obedece tu amor? | |
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SEMÍRAMIS |
Como mi obediencia ya | | la última línea tocó
| | del sufrimiento, alentado | | del discurso y la razón.
| 130 |
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TIRESIAS | ¿Te acordarás que te dije?... | |
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SEMÍRAMIS |
Sí, que Venus te anunció, | | atenta al provecho
mío, | | que había de ser horror | | del mundo,
y que por mí habría, | 135 | en cuanto ilumina
el Sol, | | tragedias, muertes, insultos, | | ira, llanto
y confusión. | |
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SEMÍRAMIS | Que
a un Rey | | glorioso te haría mi amor | 140 | tirano,
y que al fin vendría | | a darle la muerte yo. | |
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TIRESIAS |
Pues si eso sabes de ti, | | y el fin que el hado
antevió | | a tu vida, ¿por qué quieres | 145 | buscarle? |
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SEMÍRAMIS | Porque
es error | | temerle; dudarle basta. | | ¿Qué importa
que mi ambición | | digan que ha de despeñarme
| | del lugar más superior, | 150 | si para vencerla
a ella | | tengo entendimiento yo? | | Y si ya me mata el
verme | | de esta suerte, ¿no es mejor | | que me mate la
verdad, | 155 | que no la imaginación? | | Sí;
que es dos veces cobarde | | el que por vivir murió;
| | pues no pudiera hacer más | | el contrario más
atroz, | 160 | que matarle, y eso mismo | | hizo su mismo
temor. | | Y así, yo no he de volver | | a esa lóbrega
mansión; | | que quiero morir del rayo, | 165 | y de
sólo el trueno no. | |
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TIRESIAS | Pues antes que te resuelvas
| | a tan temeraria acción | | como darte a conocer,
| | sabré embarazarlo yo. | 170 |
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(Cajas y
música juntos.)
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SEMÍRAMIS | ¿De qué
suerte, si ya vuelven | | a alentar mi presunción
| | esas voces? |
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TIRESIAS | De
esta suerte. | | ¡Guardas del monte! |
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(Salen soldados.)
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TIRESIAS | Pues vosotros sois a quien | 175 | este prodigio
fió | | mi confianza, sin que | | el rostro viese
a los dos, | | esa fiera racional | | reducid a su prisión.
| 180 |
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SEMÍRAMIS | Tened, no lleguéis, villanos;
| | que no quiere mi valor | | darse a partido; y así,
| | para que no quedes hoy | | vano de haberme vencido, | 185 | tengo de vencerme yo. | | Mira, Tiresias, a cuánto
| | se extiende mi presunción; | | pues, porque nadie
me fuerce, | | voluntariamente voy | 190 | a sepultarme yo
misma | | en esta oscura estación | | de mi vida...,
de mi muerte | | tumba, dijera mejor. | | (Vase.)
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TIRESIAS | Cerraré la puerta. Grande | 195 | Júpiter, dame favor | | para que embarace tanto
| | asombro como antevió | | Venus, prevenido en este
| | raro prodigio de amor. | 200 |
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(Las cajas y soldados
por una puerta; NINO, REY, y MENÓN, GENERAL, e IRENE
con espada y plumas; MÚSICOS vestidos de villanos;
LISÍAS, CHATO y SIRENE.)
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LISÍAS |
Vuelvas felizmente, | | de laureles ceñida la alta
frente, | | a ver, de tan extraños horizontes, | |
hoy, gran señor, aquestos patrios montes | | que
ausente te han tenido edades tantas. | 205 |
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CHATO | Y a todos
su merced nos dé las plantas, | | pues de creer es
que para tales fines | | todos los reyes traigan escarpines;
| | y déselas también aquí a Sirene,
| | mi mujer, que a besárselas hoy viene | 210 | y
se las besará con alegría, | | por besar una
cosa que no es mía. | |
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SIRENE | ¿Que luego, hubiese,
Chato, | | de ver el Rey que sois un mentecato? | |
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NINO | Alzad
todos del suelo. | 215 | Yo, Lisías, os estimo el noble
celo | | con que Ascalón recibe mi persona. | |
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LISÍAS |
Vuestra Grandeza mi humildad abona; | | que, aunque es verdad
que yo le he gobernado, | | este amor no se debe a mi cuidado,
| 220 | sino a su gran lealtad. Y vos, señora, | |
de tanto humano Sol divina Aurora, | | a todos dad la mano.
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CHATO | Sino a Sirene, mi mujer; que es llano | | que si
llega en sus labios a ponella, | 225 | de asco en un mes no
comeréis con ella. | |
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SIRENE | ¡Para ésta, picarote!,
| | que, los huéspedes idos, haya escote. | |
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NINO |
Puesto que ya mi gente | | las fértiles Provincias
del Oriente | 230 | discurrió numerosa | | con tan
grandes conquistas victoriosa, | | pues a sus armas yace
la Fenicia, | | la Bitinia, la Siria, la Cilicia, | | la
Propóntida, Lidia, Egipto y Caria, | 235 | donde apenas
quedó nación contraria | | que no me obedeciese
| | desde el Tanais al Nilo, cese, cese | | el militar acento
| | de estremecer al Sol, herir al viento, | 240 | turbar
el mar y fatigar la tierra, | | hoy a la blanda paz ceda
la guerra. | | Desde hoy vivir en ella determino | | en la
ciudad que, de mi nombre, Nino, | | Nínive se ha llamado,
| 245 | a quien por grandeza he edificado. | | Tú,
Menón, que valiente | | los sagrados laureles de mi
frente | | tanto has facilitado, | | que a ti el mirarme
de ellos coronado | 250 | confesaré que debo, | | si
bien bien a pagártelos me atrevo, | | hoy con la gente
en Ascalón te queda, | | donde, a tu orden, disponer
se pueda | | ese despojo todo; | 255 | y en su distribución
dispón el modo, | | de suerte que el más mísero
soldado | | no vuelva sin que vuelva coronado | | con trofeos
marciales | | a pisar de su casa los umbrales. | 260 | Y porque
a dar hoy enseñado vivas, | | quiero que antes recibas;
| | porque no sabe cuánto es lisonjero | | el dar,
el que primero | | no supo cuánto fue, Menón,
penoso | 265 | que liberal no fuera un poderoso; | | quiero
que en este punto | | el dar y el recibir lo aprendas junto.
| | Esa Provincia bella, | | con cuanto en sí contiene,
hinche y es de ella, | 270 | es tuya; de Ascalón eres
ya dueño, | | aunque triunfo pequeño | | a
tus grandes servicios. | | Pero estos no son premios, sino
indicios | | de mi amor. No te ofrezcas | 275 | a mis pies,
ni eso poco me agradezcas. | | Toma la posesión, paga
la gente, | | y todo esto sea brevemente; | | porque tu aviso
creo | | que te le está notando mi deseo; | 280 | que
yo con la divina y soberana | | beldad de Irene, mi gallarda
hermana, | | a quien, la Palas siendo de este Marte, | |
mis aplausos debieron tanta parte, | | ir a Nínive
quiero; | 285 | en ella, pues, te espero, | | para partir
contigo | | mi cetro y mi corona. El Sol testigo | | será
de una privanza | | a quien nunca se siga la mudanza. | 290 |
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MENÓN | Invictísimo joven, cuya frente | |
no sólo de los rayos del Oriente | | inmortal se corona,
| | pero de zona trascendiendo en zona, | | de hemisferio
pasando en hemisferio, | 295 | hasta el ocaso extenderá
su imperio. | | Yo estoy de ti premiado | | sólo con
ver, señor, que hayas llegado | | a dejarte pagar
de mis deseos; | | que nadie es acreedor de tus trofeos,
| 300 | sino tu aliento sólo, | | Marte en la guerra
y en la paz Apolo. | |
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NINO | Dame, Menón, tus brazos,
| | y cree que aquestos lazos | | nudo serán tan fuerte
| 305 | que sólo le desate... |
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IRENE | De mil contentos
llena, | | no a dar, a recibir la norabuena | | me ofrezco
yo, Menón, porque a ninguna | | persona toca más
vuestra fortuna. | 310 |
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MENÓN | En eso no hacéis
nada, | | que sois en ella muy interesada; | | pues cuanto
yo valiere | | no es más que un corto don que darme
quiere | | el Cielo, porque tenga | 315 | un sacrificio más
que te prevenga | | llegar con mudo ejemplo | | al no piadoso
umbral de vuestro templo. | | Dadme a besar la mano, | |
si merezco favor tan soberano | 320 | en esta despedida.
| |
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IRENE | La mano no, los brazos y aun la vida | | os doy,
Menón, en ellos. | |
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MENÓN | ¡Oh, si como adorallos,
merecellos | | hoy mi humildad pudiera! | 325 |
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IRENE | Haced
breve esta ausencia. | (Vase.) |
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MENÓN |
Feliz fuera | | amante que a adorar un Sol se atreve, | |
si él a la ausencia hacer pudiera breve. | |
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LISÍAS | (Aparte.) | (Aunque el ver he sentido | | que mi patria hoy
a ser haya venido | 330 | vasalla del vasallo, | | callaré,
pues no puedo remediallo.) | | La merced que os ha hecho
| | el Rey, Menón invicto, ya mi pecho | | por mí
propia reconoce: | 335 | largas edades vuestra edad la goce.
| |
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MENÓN | No dudo yo, Lisías, | | tendréis
por vuestras las venturas mías; | | mas lo que a vos
y a todos juntos digo | | es que en mí, no señor,
tendréis amigo | 340 | que a todos os estime, | | y
sólo a honraros el poder me anime. | |
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CHATO | Pues si
hoy amigo, y no señor tenemos, | | justo es que como
amigos nos tratemos. | | ¿Cómo estáis? Y pues
es cosa asentada | 345 | que a un amigo no se ha de callar
nada, | | y más cosas de pena y de cuidado, | | sabed
que con Sirene estoy casado. | | Llegad acá, verá
mi amigo ahora | | con qué cara amanezco cada aurora.
| 350 |
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CHATO | No;
mas la mía | | no es mi mujer. |
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MENÓN | Dejad
para otro día | | el gusto de escucharos. | | Lisías,
hoy fiaros | | de mi cuidado espero | 355 | la parte principal;
venid, que quiero | | que me advirtáis en todo | |
el estilo y el modo | | de alojar, mientras pago aquesta
gente; | | y quiero, juntamente, | 360 | que noticias me deis
de aquesta tierra, | | y qué es lo que en sus términos
encierra. | |
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MENÓN |
Viento, llévale a Irene estos suspiros, | | y tú,
diosa Fortuna, | 365 | condicional imagen de la Luna, | |
estate un punto queda; | | diviértela tú, Amor,
para su rueda, | | para que sean testigos | | los Cielos
que una vez han sido amigos. | 370 |
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(Vanse, y se
quedan CHATO y SIRENE.)
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SIRENE | Bien veis cuán
desvergonzado | | sin Dios, sin justicia y ley, | | delante
del propio Rey | | hoy conmigo habéis andado | | diciendo
males de mí. | 375 |
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CHATO | No os cause aqueso inquietud;
| | que pensé que era virtud. | |
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CHATO | A
un sacerdote oí | | del dios Baco el otro día,
| | que sus sacerdotes son | 380 | con quien tengo devoción,
| | que hace mal el que decía | | de sus propias cosas
bien; | | y como sois propia cosa | | vos, puesto que sois
mi esposa, | 385 | dije mal para hacer bien. | |
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SIRENE | Pues
¿cómo dicen de mí, | | cuantos de fuera me
ven, | | siempre muchísimo bien? | |
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CHATO | Como os
ven de fuera, oíd: | 390 | sale al templo una mujer,
| | y como no ha de reñir | | con los dioses, viéndola
ir | | tan devota, al parecer, | | dice la gente: «¡Una santa
| 395 | es fulana!», y es porque | | dentro en su casa no
ven | | la condición con que espanta. | | Sale luego
a una visita, | | y como allá no ha de dar | 400 |
en casa ajena pesar, | | dicen de ella: «¡Una Angelita | | es por cierto!». Mentecato, | | vive con ella ocho días,
| | verás esas Angélicas, | 405 | demonios a
cada rato. | | Venla en la reja tocada, | | y dicen que es
muy hermosa. | | Tonto, ese jazmín y rosa | | es retama,
destocada. | 410 | Sale a la calle prendida, | | y dicen:
«¡Qué limpia es!». | | Bruto, ¿no ves que no ves | | la pata que está escondida? | | Si la vieras descalza,
| 415 | sin medias y sin zapatos, | | dedos con más
garabatos | | que una letra procesada, | | nunca que es limpia
dijeras. | | ¿Pues qué habiendo de asistir | 420 |
al desnudar y vestir? | | Y más si, tal vez, la vieras,
| | por los hombros un manteo, | | en chapines ir andando
| | con los pies de águila, cuando | 425 | es necesario
el deseo, | | llegaras a conocer | | que tú mirándola
estás | | como una mujer no más, | | y yo como
mi mujer. | 430 |
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|
SIRENE | Todo aquesto no es disculpa, | | y
bien que llegamos ya | | a casa, y que sabré allá
| | absolveros de esa culpa | | con la tranca de la puerta.
| 435 |
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(Sale FLORO.)
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CHATO | ¿Qué es aquí
una, dos, tres? | |
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FLORO | La casa en que se concierta | |
mi alojamiento. |
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FLORO | ¿Sois vos a quien llaman Chato? | 440 |
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FLORO | Mentecato,
| | ¿por qué lo negáis? |
|
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CHATO | Porque
| | me da a mí tanto pesar | | soldado huésped
tener, | | como a mi mujer placer, | 445 | y, así,
quisiera negar | | quién soy y la casa mía.
| |
|
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|
CHATO | No
| | leo bien veletas yo; | | mi mujer sí. |
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|
SIRENE |
¡Qué
porfía! | 450 | ¿Aquí hay más que vos,
señor, | | por huésped nos heis1 caído?
| | Pues seáis muy bien venido | | donde os sirvamos
los dos. | |
|
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FLORO | Cese ya vuestra porfía, | 455 | que
dar yo pesar no intento | | jamás con mi alojamiento.
| |
|
|
CHATO | Pues ésta es mi alojería. | |
|
|
SIRENE |
Sois villano malicioso. | | Entrad presto a prevenir | 460 | vos adonde ha de asistir. | |
|
|
|
FLORO | Mil
veces dichoso | | he sido en haber venido | | a conocer la
piedad | | vuestra y la gran voluntad | 465 | con que me habéis
recibido. | |
|
|
SIRENE | En viendo un soldado yo, | | se me quitan
los enojos, | | tras él me llevan los ojos. | |
|
|
FLORO |
Ya con aqueso me dio | 470 | vuestra hermosura licencia | | para un abrazo que os pido. | |
|
|
SIRENE | A ningún recién
venido | | fuera el negarlo decencia; | | pero esto es en
cortesía. | 475 |
|
|
FLORO | ¿Quién vio tan villano
agrado? | |
|
|
|
(Sale CHATO.)
|
CHATO | ¡Válamos
Dios, seor soldado! | | ¿Pues tanta prisa corría
| | que no esperarais a entrar | | en casa? Venid, por Dios;
| 480 | no deis qué decir de vos | | en la calle.
|
|
|
|
|
FLORO | ...es muy mal vicio. | | En cortesía
me dio | | este abrazo; y así, no, | 485 | no maliciéis.
|
|
|
CHATO | ¿Yo
malicio? | | Ya sé yo que es muy cortés | |
Sirene, y esto advertí, | | que está muy segura
en mí. | | No os enojéis; entrad, pues, | 490 | en buena hora, señor. | |
|
|
FLORO | Pues que es más
vuestra que mía, | | venid acá en cortesía.
| | (Llévala de la mano.) |
|
|
CHATO |
Ya estamos solos, honor: | | ¿qué hemos de hacer?
¡Qué sé yo! | 495 | Si el mundo bajo me hizo
| | de barro tan quebradizo, | | y de bronce y mármol
no, | | ¿qué hay que esperar, si me ven | | quebrar
al primero tri? | 500 | ¿Eso dices, honor? Sí, | |
juro a Dios que dices bien. | | ¿Qué pie o brazo me
ha quebrado | | su abrazo? ¿De qué me asusto? | |
Fuera que sentir el gusto | 505 | del prójimo es gran
pecado. | | Y entre éstas y otras, yo, | | por estarme
discurriendo, | | aun estorbar no pretendo | | lo que otra
venganza no. | 510 |
|
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(Salen LIBIO y ARSIDAS.)
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CHATO | Tengo un poco que
estorbar, | | y ahora no hay lugar. | |
|
|
ARSIDAS | Responded
a mis deseos. | | Decidme, ¿el Rey Nino, cuándo | 515 | a esta Provincia llegó? | |
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|
CHATO | Hoy llegó
y hoy se ausentó. | |
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ARSIDAS | ¿Y hacia dónde
va marchando? | |
|
|
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ARSIDAS | Y
decid, | | ¿qué tanto Nínive está | 520 | de Ascalón? |
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|
CHATO | Pienso
que habrá | | cien millas. |
|
|
|
CHATO | Todo eso es cosa perdida.
| | Si es que a mi gusto buscáis, | | y por ahora
me estáis | 525 | dando con la entretenida, | | no
hay para qué; entrad los dos | | y en amor compaña
acá | | hablaremos. | (Vase.) |
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ARSIDAS | Idos
ya, | | que no os quiero más. Adiós. | 530 |
|
|
LIBIO |
Di, ¿qué pretendes hacer? | | Que buscar al
que venció | | tu reino y te despojó, | | da
que dudar y temer. | |
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|
ARSIDAS | Lidoro, rey de Lidia desdichado
| 535 | soy; pues sin ver jamás victoria alguna, | | siempre, Libio, ojeriza fui del hado, | | siempre cólera
fui de la fortuna. | | Nino, de Siria el más afortunado
| | Rey que vio el Sol debajo de la Luna, | 540 | de mi estado
y mi patria me destierra; | | que éstos son los estragos
de la guerra. | | Con el último encuentro expiró
el día, | | y en un bruto, veloz Belerofonte, | |
me salí, huyendo de la hueste mía, | 545 | a
las piedades rústicas del monte. | | Ni más
destino ni elección tenía | | que las líneas
tocar de otro horizonte; | | y, así, dejé el
caballo a su albedrío, | | si el suyo era mejor que
lo era el mío. | 550 | Después de haber gran
rato caminado, | | cuando lejos del campo estar pensaba,
| | viendo el bruto del peso fatigado | | -mas ¿qué
mucho, si huyendo me llevaba?-, | | de una áspera
montaña en lo intrincado | 555 | me apeo, y en un tronco
que allí estaba | | le arriendo, pues al ver su furia
inmensa, | | no es poco don el ocio en recompensa. | | Arrójome
en el suelo, y, suspirando, | | que es el mejor idioma de
la queja, | 560 | cerca de mí, la estancia examinando,
| | oigo una voz que mísera se queja. | | Por entre
la espesura caminando | | voy, por si acaso descubrir se
deja, | | y un bulto veo agonizando en una | 565 | maleza,
a los cambiantes de la luna. | | Acércome con ánimo
piadoso, | | casi ya en mis desdichas consolado; | | que
un desdichado pienso que es dichoso | | en topando otro que
es más desdichado. | 570 | Ella, con un suspiro lastimoso,
| | al verme dijo: «Pues llegáis, soldado, | | a socorrerme
con piedad humana, | | sabed que Irene soy, de Nino hermana.
| | En este último encuentro mi caballo | 575 | perdí,
y, como la noche oscura y fría | | cerró, sola
y herida y a pie me hallo, | | sin gente, sin favor, sin
compañía». | | En mis hombros la puse al escuchallo,
| | sin acordarme de la pena mía, | 580 | y piadoso
con ella, cruel conmigo, | | en el cuartel me entré
de mi enemigo. | | A este tiempo -que ser antes no pudo-
| | ya su gente la había echado menos, | | y con trémula
voz y dolor mudo | 585 | ya se miraban de esperanza ajenos.
| | Yo, que, poblados de esplendor, no dudo, | | de la noche
los páramos amenos, | | doy voces; llegan, y ella,
agradecida, | | con este anillo me pagó la vida.
| 590 | Vila a la luz, y vi de su hermosura | | el milagro mayor,
y en un instante | | su beldad adoré. Mas ¡qué
locura, | | el día que fui pobre, ser amante! | |
Pero como la vi en la noche oscura, | 595 | jurisdicción
de estrellas, no te espante | | que a amarla me obligase
y a querella, | | pues a todo presente está mi estrella.
| | Lleváronla a la tienda sus soldados, | | y yo,
por no ser de ellos conocido, | 600 | me quedé, viendo
ya de mis cuidados, | | con amor, todo el número cumplido.
| | El infeliz influjo de mis hados | | a Batria me llevó,
donde, admitido | | de Estorbato, viví en confusa
llama; | 605 | que, en fin, descansa mal el que bien ama.
| | (Vanse.) |
|
|
|
(Salen MENÓN y LISÍAS.)
|
MENÓN | De todas cuantas grandezas | | de
esta Provincia me has dicho, | | ésta que buscando
vengo | | solamente es la que admiro. | 610 | Y, así,
en tanto que llegamos | | a tocar el primer friso | | de
aquese rústico templo, | | tarde de los hombres visto,
| | vuelve otra vez a contarlo, | 615 | que quiero otra vez
oírlo, | | porque se informe mejor | | mi ardimiento
de tu aviso. | |
|
|
LISÍAS | Yace, señor, en la falda
| | de aquel eminente risco, | 620 | una laguna, pedazo | | de Leteo, oscuro río | | de Aqueronte, pues sus
ondas, | | en siempre lóbregos giros, | | infunden
a quien las bebe | 625 | sueño, pereza y olvido. | | En una isleta que hay | | en medio de su distrito, | |
hay una ninfa de mármol, | | sin que hasta hoy se
haya sabido, | 630 | de tres lustros a esta parte, | | ni
quién ni por quién se hizo. | | De esotra parte
del lago | | hay un rústico edificio, | | templo donde
Venus vio | 635 | hacerle sus sacrificios | | bien poco ha;
pero cesaron, | | porque Tiresias nos dijo, | | su sacerdote,
que nadie | | pisase en todo este sitio, | 640 | ni examinase
ni viese | | lo que en él está escondido;
| | que es cada tronco un horror, | | cada peñasco
un castigo, | | un asombro cada piedra | 645 | y cada planta
un peligro. | | Con esto, y con añadirse | | a esto
que algunos vecinos | | de estos montes, que tal vez | |
se hallaron en él perdidos, | 650 | han escuchado en
el templo | | mil veces roncos gemidos, | | lamentos desesperados
| | y lastimosos suspiros, | | ha crecido en todos tanto
| 655 | el pavor, que nadie ha habido | | que se atreva a
examinar | | la causa. Y, así, te pido | | te vuelvas,
señor, sin que | | profanes los vaticinios. | 660 |
|
|
MENÓN |
Dar un corazón, Lisías, | | a
admiraciones, rendido | | a los hechos de los dioses, | |
más tiene de sacrificio | | que de irreverencia.
Ven | 665 | talando lo entretejido | | de estas peñas
y estos ramos. | | No temas, pues vas conmigo. | |
|
|
LISÍAS |
No temo yo, mas recelo, | | y uno de otro es muy distinto.
| 670 | Y aun no recelo tampoco | | los riesgos a que me animo,
| | tanto como a esta maleza | | no saber bien el camino;
| | y así, de aquestos villanos, | 675 | para esto
sólo venidos, | | permite, señor, que llame
| | alguno. |
|
|
MENÓN | Que
llames, digo, | | al más experto en el monte. | |
|
|
LISÍAS |
Éste dicen que lo ha sido, | 680 | por haberse en él
criado. | | Llega, Chato. |
|
|
|
(Sale CHATO.)
|
CHATO | ¿Qué
hay, amigo? | | Un soldado me enviasteis | | a mi casa, el
más bonito; | | tan hallado en ella está | 685 | que parece nuestro hijo. | |
|
|
MENÓN | Dime, ¿tú
sabes el monte? | |
|
|
CHATO | Sabíale; mas imagino | |
que no le sabré, después | | que hay encantos
y hay hechizos. | 690 |
|
|
MENÓN | Guíame al templo
de Venus. | |
|
|
CHATO | ¡Ay, señor! Un desatino | | tamaño
como este puño | | su merced ahora dijo. | | ¿Al templo
de Venus yo, | 695 | habiendo Tijeras dicho | | que allá
no vamos, porque | | hay portentos y prodigios? | |
|
|
MENÓN |
Sí, villano; guía presto. | |
|
|
CHATO | Si ha de
ser, venid conmigo, | 700 | que por aquí es. |
|
|
MENÓN |
Nunca
vi | | tan confuso laberinto | | de bien marañadas
ramas | | y de mal compuestos riscos. | |
|
|
|
(Dentro
SEMÍRAMIS.)
|
|
|
|
|
|
MENÓN | Oigamos si otra vez | | se oye el eco más
distinto. | 710 |
|
|
SEMÍRAMIS | ¡Oh, monstruo de la fortuna!
| | ¿Dónde vas sin luz ni aviso? | | Si el fin es
morir, ¿por qué | | andas rodeando el camino? | |
|
|
LISÍAS |
Mujer es la que se lamenta | 715 | de la fortuna. |
|
|
CHATO |
Un
hechizo | | tiene que se entra en el alma. | |
|
|
|
SEMÍRAMIS | Contigo,
| | contigo, fortuna, hablo. | |
|
|
MENÓN | Ya me equivocó
el aviso. | 720 |
|
|
SEMÍRAMIS | Pero no me has de vencer,
| | que yo, con valiente brío, | | sabré quebrarte
los ojos. | |
|
|
MENÓN | Sin luz quedaron los míos
| | al oírlo; rayo fue | 725 | esta voz, que mis sentidos
| | frías cenizas ha hecho | | acá dentro de
mí mismo. | | ¡Qué frenesí!, ¡qué
locura!, | | ¡qué letargo!, ¡qué delirio! | 730 |
|
|
|
MENÓN | ¿Volver
yo | | sin haberlo todo visto? | | Entra en lo más
intrincado. | |
|
|
CHATO | No puedo, porque me intrinco | | yo
también. |
|
|
|
(Sale TIRESIAS.)
|
TIRESIAS |
Detén
el paso, | 735 | oh ignorante peregrino | | que de este sagrado
coto | | osas penetrar el sitio. | |
|
|
|
MENÓN | Llamado
| | de mi valor he venido, | 740 | aquí, Tiresias,
no a hacer | | sacrílegos desperdicios | | de las
leyes de los dioses, | | sino, como su ministro | | yo también,
pues soy señor | 745 | de esta Provincia, a cumplirlos.
| | Y así, vengo a que me des | | parte de aqueste
prodigio | | que guardas, para saber | | si la causa que
has tenido | 750 | para alterar esta tierra | | es religión
o es delito. | |
|
|
TIRESIAS | En vano lo has intentado, | | porque
yo no he de decirlo. | |
|
|
MENÓN | ¿Qué mujer es
la que llora | 755 | de la fortuna castigos? | |
|
|
TIRESIAS | No
sé de ninguna yo, | | ni la he hablado ni la he visto.
| |
|
|
SEMÍRAMIS | (Dentro.) | ¡Ay, infelice de mí!
| |
|
|
MENÓN | Aquí dentro es el gemido. | 760 | Negarlo
todo ya es | | de tu grave culpa indicio. | | Abre esa puerta.
|
|
|
TIRESIAS | Primero
| | que las llaves, que conmigo | | están, a hombre
humano entregue, | 765 | cumpliendo los vaticinios | | de
mi Diosa, me daré | | la muerte; y así, atrevido,
| | ese lago a mi cadáver | | le dé sepulcro
de vidrio. | 770 | (Vase.) |
|
|
|
|
MENÓN | Nada me causa pavor. | | A romper me
determino | | las puertas. Horrible monstruo | 775 | que aquí
encerrado has vivido, | | sal a ver el Sol. |
|
|
|
(Sale
SEMÍRAMIS.)
|
|
MENÓN | Mejor dijera divino | | monstruo,
pues truecas las señas | | de lo rústico en
lo lindo, | 780 | de lo bárbaro en lo hermoso, | |
de lo inculto en lo pulido, | | lo silvestre en lo labrado,
| | lo miserable en lo rico. | |
|
|
SEMÍRAMIS | No menos
me admira a mí | 785 | confundir, cuando te admiro,
| | las equivocadas señas | | de lo piadoso y lo altivo,
| | de lo gallardo y lo fuerte, | | de lo amable y de lo
esquivo. | 790 |
|
|
CHATO | Si todos los monstruos son | | como
aqueste monstruocico | | yo pienso llevarme uno, | | dos
o tres, o cuatro o cinco. | |
|
|
MENÓN | ¿Quién eres?
Cómo o por qué | 795 | aquí encerrada
has vivido | | me cuenta. |
|
|
SEMÍRAMIS | Lo
que de mí | | sé, por lo que otro me dijo,
| | escucha, bizarro joven, | | a quien con vergüenza
miro, | 800 | porque el segundo hombre eres | | que hasta
hoy cara a cara he visto. | | Arceta, una ninfa bella | |
que en estos campos floridos | | fue consagrada a Diana,
| 805 | en todos sus ejercicios | | festejada de un amante,
| | fue pagando con desvíos | | las finezas; que lo
ingrato | | sólo en la mujer no es vicio. | 810 | Él
a este templo de Venus | | una y muchas veces vino, | | como
era madre de Amor, | | a rendirle sacrificios. | | Venus,
del culto obligada, | 815 | ya que quererle no hizo, | | hizo
que hallarla pudiese | | en el despoblado sitio | | de este
monte, donde, necio, | | hizo el mérito delito. | 820 | Bajo género de amor | | debe de ser en los ritos
| | suyos -que yo hasta ahora ignoro- | | la violencia, si
imagino | | que no quiso como noble | 825 | quien como tirano
quiso; | | pues no es victoria del alma | | aquélla
que yo consigo | | sin la voluntad de quien | | no me la
dé por sí mismo. | 830 | De esta especie de
bastardo | | amor, de amor mal nacido, | | fui concepto.
¿Cuál será | | mi fin, si éste es mi
principio? | | Mañosamente quejosa, | 835 | Arceta
se satisfizo | | de sus disculpas, bien como | | la serpiente
que con silbos | | halaga para morder; | | y fue así,
pues, divertido, | 840 | le aseguró con blanduras,
| | hasta que rosas y lirios | | que él hizo tálamo
torpe, | | torpe túmulo ella hizo. | | Diole muerte
con su acero, | 845 | y, pasando los precisos | | términos
que estableció | | Naturaleza consigo, | | llegó
severo el infausto, | | el infeliz, el impío | 850 | día de su parto, en tal | | horóscopo, según
dijo | | Tiresias, que estaba todo | | ese globo cristalino
| | -por un comunero eclipse | 855 | que al Sol desposeerle
quiso | | del imperio de los días- | | parcial, turbado
y diviso, | | tanto, que entre sí lidiaron, | | sobre
campañas de vidrio, | 860 | las tropas de las estrellas,
| | las escuadras de los signos, | | acometiéndose
airados | | y ensangrentándose a visos. | | En civil
guerra los dioses | 865 | vieron este azul zafiro, | | en
sus ejes titubeando, | | desplomado de sus quicios. | | Arceta,
temiendo más | | su opinión que su peligro,
| 870 | sola al monte se salió, | | y en el más
hondo retiro | | llamó a Lucina, que al parto | |
vino tarde, o nunca vino, | | pues, víbora humana,
yo | 875 | rompí aquel seno nativo, | | costándole
al Cielo ya | | mi vida dos homicidios. | | Aquí fue
donde Tiresias | | me contó, más indeciso,
| 880 | de la suerte que me halló. | | ¡Quién
supiera repetirlo! | | A los últimos alientos | |
de Arceta, y a mis gemidos, | | acudieron cuantas fieras
| 885 | contiene el monte en su asilo, | | y cuantas aves
el viento; | | pero con fines distintos, | | porque las fieras
quisieron | | despedazarnos y herirnos, | 890 | y las aves
defenderlo, | | estorbarlo y resistirlo. | | En esta lid
nos halló | | Tiresias, que había salido | | a hacer del mortal eclipse | 895 | no sé qué
astrólogo juicio; | | y viendo de fieras y aves,
| | en dos bandos divididos, | | un duelo tan desusado, | | un tan nuevo desafío, | 900 | llegó al lugar,
viome en él, | | y llevándome consigo, | |
vio que le seguían las aves, | | llevando en garras
y en picos | | de las rústicas majadas | 905 | hurtados
los lacticinios, | | que ser pudiesen entonces | | primero
alimento mío. | | A tanto portento absorto, | | fue
a consultar el divino | 910 | oráculo de Venus, | |
que de esta suerte le dijo: | | «Esa infanta alumna es mía,
| | y como siempre vivimos | | opuestas Diana y yo, | 915 | la ofende ella y yo la libro. | | Corrida de ver violada
| | una ninfa suya, quiso | | que las fieras la ocultasen
| | hoy en los sepulcros vivos | 920 | de sus vientres; pero
yo, | | que a defenderla me animo, | | porque fui primera
causa | | que alma y vida la dedico, | | las aves, como,
en efecto, | 925 | Diosa del Aire, la envío | | a que
la defiendan; ellas, | | a ley de preceptos míos,
| | serán desde hoy sus nutrices, | | trayéndola
a aqueste sitio | 930 | cada día su alimento, | | bien
que a costa del aviso | | que no sepan nunca de ella | |
los hombres; porque he temido | | que Diana ha de vengarse
| 935 | de mí en ella, y con prodigios | | ha de alterar
todo el Orbe, | | haciendo que sea el peligro | | más
general su hermosura, | | que es el don que tiene mío.
| 940 | Excusa, pues, los insultos, | | los escándalos,
los vicios, | | los alborotos, las ruinas, | | las muertes
y los delitos | | que han de suceder por ella, | 945 | desque
aquí al rey más invicto | | haga tirano hasta
que | | muera en fatal precipicio». | | Dijo la Diosa, añadiendo
| | que al yerto cadáver frío | 950 | de Arceta
lo colocase, | | ya en un mármol convertido, | | en
medio de esa laguna. | | Todo Tiresias lo hizo, | | y, así,
en aquesta prisión | 955 | tantos años me ha
tenido | | sin que sepa más de aquello | | sólo
que enseñarme quiso; | | y como en la lengua siria,
| | quien dijo pájaro dijo | 960 | Semíramis,
este nombre | | me puso por haber sido | | Hija del Aire
y las aves, | | que son los tutores míos. | | Pues
que tú, gallardo joven, | 965 | hoy la cárcel
has rompido | | que fue mi centro, te ruego | | que allá
me lleves, contigo, | | donde yo, pues advertida | | voy
ya de los hados míos, | 970 | sabré vencerlos;
pues sé, | | aunque sé poco, que impío
| | el Cielo no avasalló | | la elección de
nuestro juicio. | | Esto postrada te ruego, | 975 | esto humillada
te pido, | | como mujer te lo mando, | | como esclava lo
suplico, | | porque, si hoy la ocasión pierdo | |
de verme libre, mi brío | 980 | desesperado sabrá
| | darse la muerte a sí mismo, | | donde la misma
razón | | de excusar mi precipicio | | será
la que le apresure; | 985 | pues nada se vio cumplido | |
más presto que lo que el hombre | | que no fuese presto
quiso. | |
|
|
MENÓN | Alza, Semíramis bella, | |
del suelo, porque es indigno | 990 | que esté en el
suelo postrado | | todo el Cielo que en ti he visto. | | Prodigiosamente
hermosa | | eres, y aunque en ti previno | | el hado tantos
sucesos, | 995 | ya tú doctamente has dicho | | que
puede el juicio enmendarlos: | | ¡dichoso el que llega a
oírlos! | | Y así, Semíramis, hoy | | he de llevarte conmigo | 1000 | donde tu hermosura sea,
| | aún más que escándalo, alivio | | de los mortales. |
|
|
SEMÍRAMIS | Adiós,
| | tenebroso centro mío; | | que voy a ser racional
| 1005 | ya que hasta aquí bruto he sido. | |
|
|
MENÓN |
Ea, vuelve tú a guiarnos. | |
|
|
CHATO | Yo era un tonto,
y lo que he visto | | me ha hecho dos tontos. No sé
| | si he de acertar el camino. | 1010 |
|
|
|
|
|
|
LISÍAS | ...que, gusano humano, no | | labres
tu muerte tú mismo! | |
|
|