«Embellécese el Espolón -escribe Pinheiro da
Veiga en su
Fastiginia-, que es una salida que da sobre
el río y que queda como plaza cuadrada, con una puente grande; y, con un
pretil y asientos que la hicieron, queda como baranda de treinta brazas de
altura. Deja ver el río, con el camino por dentro y fuera, con una vista
bellísima de todas las alamedas, huertas, puentes, conventos y
demás particularidades del río y los barcos enramados que le
cubren, que son a modo de galeras y andan pasando y recreando a la gente que va
a esparcirse. Este es el paseo de invierno, donde van a tomar el
sol.»
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