Sala de la quinta del MARQUÉS DEL ROBLE una puerta y dos ventanas en el foro que dan al jardín. A la izquierda una puerta que da al interior. A la derecha otra que da salida a la calle. A un lado hay un piano.
Escena
IX | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||
DOÑA ROSA y DON CARLOS, en el fondo, y DOÑA VENTURA al piano cantando. | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||
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(DOÑA ROSA hace señas a su hermano de que se acerque. DON CARLOS sale, y se coloca junto a su hermana.) | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||
DON CARLOS. - Quién es esta joven que... | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||
DOÑA ROSA. - Chist..., ahora. (DON CARLOS se acerca poco a poco para verle la cara. DOÑA VENTURA vuelve de repente la cabeza, y se interrumpe.) | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||
DON CARLOS. - ¡Qué veo! | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||
D.ª VENTURA BAZÁN. - ¡Cielos! (Levantándose precipitada.) | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||
DON CARLOS. - ¡Me engañan mis ojos! | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||
DOÑA ROSA. - ¡Qué les ha dado! | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||
DON CARLOS. - ¡No puede ser! Acaso la semejanza... | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||
DOÑA ROSA. - ¡La semejanza! Hermano, ¿qué dices? | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||
D.ª VENTURA BAZÁN. - ¡Su hermano! (Turbada.) | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||
DOÑA ROSA. -¡Callas! ¡Y usted también, Venturita! ¿Se ha quedado usted muda? | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||
DON CARLOS. - ¡Hermosa Venturita, es usted! ¡Cuando yo la hacía a usted a muchas leguas de aquí en el camino de Burgos! Cómo es que... | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||
D.ª VENTURA BAZÁN. - Cometí la torpeza de tomar una diligencia por otra, y a no ser por la extremada bondad del señor marqués... | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||
DON CARLOS. - ¡Qué oigo! ¡Conque debo a una casualidad tan maravillosa la dicha de volverla a ver!... | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||
DOÑA ROSA. - Pero explíquenme ustedes esto. ¡Conque se conocían ustedes ya! | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||
DON CARLOS. - Sí, hermana; una casualidad me hizo conocer a esta señorita en Madrid; y esta mañana misma la encontré en la casa de diligencias pronta a marchar a Burgos. | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||
DOÑA ROSA. - ¡Qué aventura! ¡Despedirse en Madrid para tomar dos caminos opuestos, y encontrarse a las pocas horas, sin haber dado la vuelta al mundo! ¡Luego dirán que estas cosas no se ven más que en las comedias! | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||
DON CARLOS. - Te aseguro, hermana, que lo veo y no lo creo. Este encuentro parece por magia. ¡Ah! ¡Conque es tanta mi felicidad! (Aparece el MARQUÉS, y se detiene.) |
Escena X | ||||
El MARQUÉS y DICHOS. | ||||
DON CARLOS. - Pues sepa usted que mi corazón... (A DOÑA VENTURA, queriendo besarle la mano.) | ||||
D.ª VENTURA BAZÁN. - ¡Qué hace usted!... Esa libertad... (Retirándola.) | ||||
MARQUÉS DEL ROBLE. -(¡Hola, hola!) | ||||
DON CARLOS. - ¡Ah! Ya no es tiempo de... (A DOÑA VENTURA.) (¡Cielos, mi padre!) | ||||
D.ª VENTURA BAZÁN. - (¡El marqués!) | ||||
MARQUÉS DEL ROBLE. - (Con tono festivo.) Rosa, tu madre ha conocido que no eras tú la que tocaba hace poco el piano. | ||||
DOÑA ROSA. - No era difícil conocerlo, papá. Esta señorita lo hace mucho mejor que yo. | ||||
MARQUÉS DEL ROBLE. - Sí; no hay duda; y Carlos, como es tan filarmónico, le estaba manifestando su admiración... | ||||
DON CARLOS. - (¡Me ha visto!) | ||||
DOÑA ROSA. - Pero papá... (Aparte al MARQUÉS.) | ||||
MARQUÉS. - Todo lo he visto, y estoy contento de ella. (Aparte a DOÑA ROSA.) Carlos, palabra. (Aparte a DON CARLOS.) Tu madre necesita de una joven que la cuide, y quiere recibir a esta, cuya modestia y aspecto de candor le han agradado mucho. | ||||
DON CARLOS. - ¿Esta joven se queda en casa? | ||||
MARQUÉS DEL ROBLE. - Sí. Ya sabes cuál es tu deber. | ||||
DON CARLOS. - Basta, papá: lo sé. | ||||
MARQUÉS DEL ROBLE. - Señorita (Alto.) , he visto con mucho placer que tiene usted habilidades muy apreciables, sobre todo en el canto, y nos prometemos disfrutar de ellas. | ||||
D.ª VENTURA BAZÁN. - Pero señor... | ||||
MARQUÉS. - Mi mujer y yo acabamos de decidir que se quede usted con nosotros. | ||||
D.ª VENTURA BAZÁN. - ¡Yo!... (Conmovida.) | ||||
DOÑA ROSA. - ¡Amiga mía! ¡Qué contenta estoy! | ||||
DON CARLOS. - ¡Se queda en casa!... (¡Y mi deber es huir de ella!) | ||||
MARQUÉS DEL ROBLE. - Ahora vamos al cuarto de mi mujer, y... | ||||
D.ª VENTURA BAZÁN. - Señor marqués, ¿quiere usted oírme un instante? | ||||
MARQUÉS DEL ROBLE. - Hable usted. | ||||
D.ª VENTURA BAZÁN. - Pero... (Señalando a DOÑA ROSA y a DON CARLOS.) | ||||
MARQUÉS DEL ROBLE. -Hijos, allá vamos nosotros. | ||||
DOÑA ROSA. - Después de lo que yo he trabajado no vaya usted a rehusar... (Aparte a DOÑA VENTURA.) | ||||
MARQUÉS DEL ROBLE. - Rosa, déjanos. | ||||
DON CARLOS. - Ven, hermana. (Desde la puerta, y se van los dos por la izquierda.) |
Escena
XI | ||||
EL MARQUÉS Y DOÑA VENTURA. | ||||
MARQUÉS DEL ROBLE. - Hable usted, Venturita. | ||||
D.ª VENTURA BAZÁN. - Señor marqués, hace pocos instantes que hubiera sido para mí una felicidad vivir en el seno de tan respetable familia; pero en este momento faltaría a lo que debo a usted, y a lo que me debo a mí misma, si aceptara su generosa oferta. | ||||
MARQUÉS DEL ROBLE. - No entiendo..., explíquese usted. | ||||
D.ª VENTURA BAZÁN. - Yo ignoraba cuando vine a esta casa que encontraría en ella a un sujeto que, paseándose en Madrid por el Prado, me defendió de dos insolentes que me faltaron al respeto. | ||||
MARQUÉS DEL ROBLE. - ¡Calle! Es usted la misma que... ¿Y por qué no quiere usted vivir con los padres de su caballero andante? | ||||
D.ª VENTURA BAZÁN. - Señor marqués..., es que..., me ha parecido que su hijo de usted..., por lo que me ha dicho... | ||||
MARQUÉS DEL ROBLE. - Ya entiendo. No le ha parecido usted saco de paja..., no lo extraño. Pero tranquilícese usted: mi hijo sabrá respetar a una persona que se halla bajo la protección de su madre, querida de su hermana, y considerada por mí. | ||||
D.ª VENTURA BAZÁN. - Pero señor marqués..., es que..., yo no | ||||
me atrevo... | ||||
MARQUÉS DEL ROBLE. - Vamos; usted se ha empeñado en que yo adivine. Tampoco el muchacho le ha parecido a usted costal de trigo, ¿eh? | ||||
D.ª VENTURA BAZÁN. - Señor marqués... (Turbada.) | ||||
MARQUÉS DEL ROBLE. - Lo adiviné. Eso ya es más serio. Sin embargo, cuando se conoce el peligro se puede fácilmente... ¡Calle! ¡Qué traerá don Cenón, que viene hecho un puercoespín! |
Escena XII | ||||
DICHOS y DON CENÓN. | ||||
D. CENÓN CARCOMA. - ¡Señor marqués! ¡Vengo como un leopardo! | ||||
MARQUÉS DEL ROBLE. - ¿Contra quién? | ||||
D. CENÓN CARCOMA. - Contra todo el mundo. | ||||
MARQUÉS DEL ROBLE. - Mucho es eso. | ||||
D. CENÓN CARCOMA. - ¡Esto es una picardía! ¡Una muerte civil! ¡Cuándo se ha visto!... ¡Uf! (Se deja caer en un sillón limpiándose el sudor y respirando fuerte.) | ||||
MARQUÉS DEL ROBLE. - Venturita, vaya usted con los otros. | ||||
D.ª VENTURA BAZÁN. - Pero..., él estará allí. | ||||
MARQUÉS DEL ROBLE. - No importa: luego trataremos de ese punto. Vaya usted. |
Escena XIII | ||||
DON CENÓN y el MARQUÉS. | ||||
MARQUÉS DEL ROBLE. - Conque, cuando acabe usted de tomar aliento me contará... | ||||
D. CENÓN CARCOMA. - ¡Los he visto, señor marqués! (Levantándose de repente.) Han pasado por delante de mí..., así; por mis hocicos..., sí señor, mi sobrina y el oficial. | ||||
MARQUÉS DEL ROBLE. - ¡Pero hombre, en este pueblo, separado del camino! | ||||
D. CENÓN CARCOMA. - ¡Ahí verá V. S.! Al fin de esta calle veo parada una silla de posta, tirada por un solo caballo: paso adelante sin hacer el menor caso, y apenas había andado diez pasos pasa corriendo la silla por mi lado, y oigo clara y distintamente estas palabras: «¡cielos, mi tío!» Era la voz de mi sobrina; y me lo acabó de probar el ver a Mendoza, que saca la cabeza por verme. Comienzo a gritar, «para, para.» ¡Que si quieres! Iba la silla que el diablo se la llevaba. En esto veo salir de las casas una multitud de salvajes que me cercan, se paran, me miran, se ríen, miran a la silla, y ninguno se mueve. ¡No es una infamia que las gentes de este maldito pueblo no presten auxilio a un hombre de bien! ¿O hay aquí algún convenio tácito de favorecer a las muchachas robadas? | ||||
MARQUÉS DEL ROBLE. - Oiga usted, don Cenón: cuando las muchachas robadas no llaman ellas mismas a su socorro, es difícil que los espectadores decidan quién tiene razón si el raptor, o el que los persigue. | ||||
D. CENÓN CARCOMA. - Por más que V. S. diga..., es un delito de negligencia... | ||||
MARQUÉS DEL ROBLE. - Vamos, tranquilícese usted. | ||||
D. CENÓN CARCOMA. - ¡Cómo es posible!, ¡verlos pasar pegaditos, y no poderlos pillar!..., ¡pero qué veo!... ¿Ese que llega no es don Ventura Almazán? Él es..., por qué casualidad... |
Escena XIV | ||||
DICHOS y ALMAZÁN. | ||||
D. VENTURA ALMAZÁN. - Ah, señor marqués, perdóneme la descortesía: dijéronme que aquí hallaría a don Cenón con mi novia, y he corrido... ¡Ah, don Cenón! (Viéndole.) ¡Cuánto me alegro de verlo!, venga un abrazo. (Lo abraza.) | ||||
MARQUÉS DEL ROBLE. - Señor Almazán, usted está en su casa: hablen ustedes... | ||||
D. VENTURA ALMAZÁN. - Si no hay nada que hablar. Yo vengo a casarme con la sobrina, ya se lo dije esta mañana; conque una vez que usted está en autos... | ||||
MARQUÉS DEL ROBLE. - Sí; pero don Cenón puede tener algo que decirle a usted, y no es cosa de..., me alegro de que haya esta ocasión de ofrecer mi casa al hijo de mi antiguo amigo y paisano. (Vase.) |
Escena XV | ||||
DON CENÓN, ALMAZÁN, y luego ZAMORA y un payo. | ||||
D. CENÓN CARCOMA. - (En verdad, no sé cómo decírselo.) | ||||
D. VENTURA ALMAZÁN. - ¡Qué guapo es este marqués! Conque don Cenón, aquí me tiene. | ||||
D. CENÓN CARCOMA. - ¡Ya lo veo! (Tristemente.) | ||||
D. VENTURA ALMAZÁN. - Sabe que con su condenada carta me ha hecho apresurarme tanto que..., ¡canario! ¡Verá qué regalos le traigo a mi novia!... ¿Pero qué tiene? ¿Está malo? | ||||
D. CENÓN CARCOMA. - Precisamente malo no; pero..., mi sobrina... | ||||
D. VENTURA ALMAZÁN. - ¡Su sobrina! ¡Ah!, del cansancio del viaje... | ||||
D. CENÓN CARCOMA. - No señor... En fin, amigo Almazán, no puedo menos de decirle que..., le han informado mal: mi sobrina no está aquí. | ||||
D. VENTURA ALMAZÁN. - ¿Dónde está? | ||||
D. CENÓN CARCOMA. - Está..., está viajando. | ||||
D. VENTURA ALMAZÁN. - ¡Viajando! | ||||
D. CENÓN CARCOMA. - Sí..., ¡un capricho!..., se ha empeñado..., marchó esta mañana, y la acompaña un oficial. | ||||
D. VENTURA ALMAZÁN. - ¡Un oficial! | ||||
D. CENÓN CARCOMA. - Mire usted si decía yo bien en mi carta. | ||||
Sale ZAMORA y payo. - Don Cenón, este hombre quiere hablar con usted. (Vase ZAMORA.) | ||||
D. CENÓN CARCOMA. - ¿Qué hay? (Se retira a hablar con el payo.) | ||||
D. VENTURA ALMAZÁN. - ¡Marcharse con un oficial! ¡Vaya un modo de viajar! ¡Canario! ¡He llegado a tiempo! | ||||
D. CENÓN CARCOMA. - Bien, bien, admirablemente. Toma, toma, por el trabajo. (Le da una moneda y vase el payo.) . ¡Una dicha inesperada, amigo Almazán! ¿Señor marqués? (Llamando.) ¿Señor marqués? ¡Ya los atrapamos, amigo Almazán! El caballo que llevaban... No, ya no se me escaparán. | ||||
D. VENTURA ALMAZÁN. - Pero cuénteme, hombre... | ||||
D. CENÓN CARCOMA. - ¡Ah! ¡Señor marqués! (Salen CARLOS y el MARQUÉS.) |
Escena XVI | ||||
DON CENÓN, ALMAZÁN, DON CARLOS y el MARQUÉS. | ||||
D. CENÓN CARCOMA. - Vengan ustedes, vengan ustedes. ¡Castigo del cielo! Uno del pueblo ha venido a avisarme que mis fugitivos están detenidos cerca de aquí por un accidente que nos dará tiempo para pillarlos. Vamos, vamos a llamar... | ||||
DON CARLOS. - ¿Pero cómo ha sido?... | ||||
D. CENÓN CARCOMA. - ¿No le dije a V. S., señor marqués, que la silla de posta no llevaba más que un caballo? Pues bien, el caballo, reventado de tanto correr, se ha tumbado a un cuarto de legua de aquí, y no pueden continuar..., conque ya ven ustedes. Vamos, vamos corriendo... | ||||
D. VENTURA ALMAZÁN. - A ver, aguarde un poco. ¿Qué es lo que ha dicho don Cenón? ¿Una silla de posta con un caballo? ¿Una silla verde? | ||||
D. CENÓN CARCOMA. - ¡Verde, verde, amigo Almazán! | ||||
D. VENTURA ALMAZÁN. - ¿Y un caballo tordo? | ||||
D. CENÓN CARCOMA. - ¡Tordo, tordo, amigo Almazán! | ||||
D. VENTURA ALMAZÁN. - ¡Burro de mí! (Dando un grito, y corriendo por la sala.) | ||||
D. CENÓN CARCOMA. - ¿Qué es eso? | ||||
D. VENTURA ALMAZÁN. - ¡Yo mismo! ¡Yo mismo!... | ||||
DON CARLOS. - ¿Qué dice este hombre? | ||||
D. VENTURA ALMAZÁN. - Corran, sí, corran... ¡Ya puede que estén en Ocaña! | ||||
D. CENÓN CARCOMA. - Pero explíquese usted. | ||||
D. VENTURA ALMAZÁN. - ¡Qué tiene que explicar! Oigan, y pásmense de mi estrella. Tomo en Ocaña dos caballos y un guía, y a cosa de un cuarto de legua de este pueblo me encuentro una silla de posta con el caballo por tierra. Allí había un oficial esperando dos mozos que había enviado al pueblo para que le trajeran otro caballo: dentro de la silla había una señora muy tapada llorando amargamente. Yo, como me vi cerca, determiné andarme el cuarto de legua a pie por hacer un favor a aquellas gentes, y..., ¡borrico de mí!, les doy mis caballos y el guía y los ayudo yo mismo a enganchar. | ||||
D. CENÓN CARCOMA. - ¡Hombre asesino! ¿Y después? | ||||
D. VENTURA ALMAZÁN. - Después el oficial me dio las gracias, me abrazó, y subió en la silla gritando: «postillón, a escape», y a escape van. | ||||
D. CENÓN CARCOMA. - ¡Maldita sea su estampa de usted! | ||||
D. VENTURA ALMAZÁN. - Y aquella señora de la silla verde era... | ||||
D. CENÓN CARCOMA. - Su novia de usted: hombre atroz... | ||||
D. VENTURA ALMAZÁN. - ¡Ah, cocodrilo! (Desesperado, y gritando.) | ||||
DON CARLOS. - ¡La aventura es graciosa!, ah, ah. (Riendo.) | ||||
MARQUÉS DEL ROBLE. - Carlos, no te rías. (Conteniendo la risa.) | ||||
DON CARLOS. - Pues usted también se ríe, papá. |
Escena XVII | ||||
DICHOS, DOÑA ROSA, y DOÑA VENTURA por la izquierda. | ||||
DOÑA ROSA. - ¡Toma! ¡Si se están riendo! Perdone usted, papá; oímos tanto ruido que temíamos... | ||||
MARQUÉS DEL ROBLE. - Nada, hija mía... El señor, que nos estaba contando... ¡Ah!, señorita (A DOÑA VENTURA.) , acérquese usted. Señor Almazán, aquí tiene usted la persona que equivocada al oír su nombre de usted, que se parece un poco al suyo, ocupó su asiento de usted en la diligencia de Valencia, en vez de subir en la de Vitoria. | ||||
D. VENTURA ALMAZÁN. - Conque fue esta señorita la que... | ||||
MARQUÉS DEL ROBLE. - Sí señor: usted se llama don Ventura Almazán, y esta señorita doña Ventura Bazán; ya ve usted... | ||||
D. CENÓN CARCOMA. - ¿Bazán dice usted? Hombre, he conocido mucho un valiente oficial del mismo apellido. | ||||
D.ª VENTURA BAZÁN. - ¿En el Quintanar de la Orden? | ||||
D. CENÓN CARCOMA. - Sí señora. Vivía en mi misma casa: de esto hará unos veinte años. Vaya si me acuerdo; como que serví yo de testigo en su boda con una guapa chica que llamaban doña Rosa, y... | ||||
D.ª VENTURA BAZÁN. - ¿Doña Rosa Calvo? | ||||
D. CENÓN CARCOMA. - Justamente. | ||||
MARQUÉS DEL ROBLE. - ¡Rosa Calvo! | ||||
D.ª VENTURA BAZÁN. - ¡Esa era mi madre! | ||||
MARQUÉS DEL ROBLE. - ¡Su madre de usted! ¡Dios mío! ¡Ah! Diga usted, ¿de dónde era? | ||||
D.ª VENTURA BAZÁN. - De Tuy. | ||||
MARQUÉS DEL ROBLE. - ¡No hay duda!... Abrázame, Ventura..., yo soy tu tío. | ||||
TODOS. - ¡Su tío! | ||||
MARQUÉS DEL ROBLE. - Sí, sí: esta es hija de aquella hermana a quien amé tanto, y que en vano he buscado desde mi vuelta a España. | ||||
D.ª VENTURA BAZÁN. - ¡Es posible! ¡Qué felicidad! | ||||
MARQUÉS DEL ROBLE. - ¡Pobre Rosa! ¡Pobre hermana mía! He aquí la que va a reemplazate. Ventura, ya no te separarás de mí. Tú serás también hija mía. | ||||
DON CARLOS. - ¡Hija de usted! Eso no puede ser sino de un modo. | ||||
MARQUÉS DEL ROBLE. - ¿Cómo? | ||||
DON CARLOS. - Casándose conmigo. | ||||
MARQUÉS DEL ROBLE. - ¡Ah bribonzuelo! Por mí..., si ella consiente... | ||||
DOÑA ROSA. - Si tú consientes..., oyes, primita. (Con malicia.) | ||||
D.ª VENTURA BAZÁN. - ¡Tantas felicidades en un día! | ||||
MARQUÉS DEL ROBLE. - ¡Y en qué poco ha estado que no te viese jamás! (Abrazándola.) | ||||
D. VENTURA ALMAZÁN. - A mí..., a mí se me debe todo; sí señor. Si yo no me llamara Ventura Almazán, si no hubiera faltado a la hora de la diligencia..., esta señorita se hubiera ido a Burgos, no hubiera venido a la quinta, usted no hubiera hallado a su sobrina, ni el señor se hubiera casado con su prima. Conque a mí, a mí es a quien todo el mundo debe dar las gracias. | ||||
D. CENÓN CARCOMA. - Menos yo, señor Almazán. Si usted hubiera llegado dos días antes, se hubiera casado con mi sobrina, y luego... | ||||
D. VENTURA ALMAZÁN. - Y luego hubiera llegado el regimiento, y yo me hubiera coronado de gloria, ¿no es esto? Muchas gracias, señor don Cenón; mejor estoy así. | ||||
MARQUÉS DEL ROBLE. - Tiene razón. Señores, el cambio de diligencia ha venido bien a todos, porque tengan ustedes entendido que en este mundo nada sucede que no deba suceder, y muchas veces se suele acertar errando. |
FIN