Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
 

41

Recuérdense las palabras antes citadas de Sarmiento, en el mismo sentido. Es posible encontrar en el AHN peticiones de «oficios literarios», que suelen ser secretarías, puestos de embajadas y otros similares. (N. del A.)

 

42

Este plan lleva el número 1 y el siguiente comentario en papel aparte: «comprehende demasiadas cosas, pero hay especies útiles». (N. del A.)

 

43

Diminuto: «Defectuoso y falto de lo que debía tener para su cabal perfección. Ordinariamente se aplica a los tratados, discursos y autores», Diccionario de Autoridades, s. v. (N. del A.)

 

44

Cotarelo (1897, pág. 232, nota 1) piensa que se refiere a Luzán; sin embargo, éste había muerto en 1754, mientras que la primera edición de la Gramática apareció en 1771. Y, aunque Luzán tuvo un importante papel en la elaboración del tratado de la Academia, no puede imputársele su composición, ni todos sus errores, principalmente si tenemos presente que los académicos siguieron trabajando en dicha obra durante casi veinte años más después de la desaparición de Luzán. Él mismo se refería a la necesidad de «perficionar lo que hay trabajado de la Gramática», en su Plan de una Academia..., vid. Carnero (1990, pág. 170). Para la labor de Luzán en los trabajos académicos, vid. Álvarez Barrientos, «La aportación de Ignacio de Luzán a la Ortografía y la Gramática de la Academia» (en prensa). (N. del A.)

 

45

Iriarte es de los pocos que habla del oficio de escritor, y lo entiende como profesión. Obsérvese, de paso, el amplio sentido del término literato, en consonancia con la significación que se daba a la palabra literatura. (N. del A.)

 

46

Floridablanca debió de leer, en efecto, estas páginas de Tomás de Iriarte porque hace la misma observación en algunos de los comentarios que escribió, al margen, en las peticiones que le dirigieron algunos escritores suplicándole alguna ayuda o la posibilidad de dedicarle sus obras. (N. del A.)

 

47

Este estudio se escribió para el volumen de Siglo XVIII de una Historia de la Literatura Española donde aparece reducido, sin intervención en ello de su autor, a la cuarta parte de su extensión. Lo damos íntegro porque dicha reducción no refleja los conocimientos que lo sustentan ni los matices del pensamiento que pretende exponer. (N. del E.)

 

48

Un espectador excesivamente compasivo verá su compasión reducida por la que experimenta en el teatro, por el hábito de ejercitarla. La compasión excesiva será igualmente reducida por el temor teatral, al desplazarse la preocupación por el mal ajeno, propia de la primera, hacia la preocupación por el mal propio, propia del segundo. (N. del A.)

Una compasión insuficiente será aumentada por el estímulo de la compasión teatral; y también por el temor teatral, desde la analogía que percibe el espectador entre su propio yo y el del personaje trágico.

Un temor excesivo será reducido por el temor teatral, por la insensibilización relativa que produce el ejercicio del segundo; y por la compasión teatral, al ceder parte del temor egoísta en beneficio de la simpatía compasiva.

Un temor insuficiente será aumentado por el estímulo del temor teatral, y también por la compasión teatral, desde la analogía antes mencionada. Véase Kommerell, 1990, pp. 111-112.

 

49

La influencia del costumbrismo en la aparición y desarrollo de la novela realista es uno de los aspectos más discutidos en la crítica sobre el tema, en particular desde el trabajo de José Fernández Montesinos. La vinculación entre las colecciones de tipos y escenas y la obra narrativa de escritores como Alarcón, Valera, Galdós o Blasco Ibáñez resulta incuestionable para Enrique Rubio (1983 y 1988). (N. del A.)

 

50

La tan debatida cuestión de la higiene pública no alcanza su fundamento científico hasta el siglo XIX (AA. VV.; Mercedes Granjel, pp. 17-74): entre 1848 y 1914 la higiene se constituye como ciencia y quedan definitivamente resueltas las doctrinas del contagio con las investigaciones sobre microbio logía. El método que sirve de base a esta ciencia en una primera fase es el de la estadística demográfico-sanitaria, de cuya utilización dan fe, entre otros, los trabajos de A. Quetelet (conocido por su concepto de «l’homme moyen»).

La influencia inglesa, pionera en las investigaciones sobre el tema, se hizo sentir en varios países, entre ellos España, donde destaca la labor de Pedro Felipe Monlau, sin duda el más brillante de los higienistas españoles (1846, 1847). (N. del A.)