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ArribaAbajo Sobre Folklore Mexicano

Gisela Beutler, La historia de Fernando y Alamar. Contribución al estudio de las danzas de moros y cristianos en Puebla (México). Stuttgart, Franz Steiner Verlag, 1984, 342 págs. con 7 ilustraciones y un mapa


Lily Litvak


Universidad de Texas

Este hermoso e interesante libro analiza las danzas de moros y cristianos de México y publica una edición del baile dramatizado procedente de Ahuatempán, en Puebla. Estudia el texto como manifestación popular y tradicional y lo sitúa en el contexto general de los diversos tipos de bailes tradicionales introducidos en México durante la conquista. Traza sus asuntos, sus fuentes literarias, su posible procedencia y su forma de trasmisión. De este análisis surgen además sugerentes reflexiones sobre la relación entre la poesía tradicional mexicana y la comedia barroca española.

El libro se inicia con un estudio sobre las así llamadas danzas de moros y cristianos, o morismas, de origen medieval, e incorporadas en varios países de Latinoamérica bajo diversas manifestaciones: torneos, mascaradas, simulacros y danzas dramatizadas que se presentan en ocasiones políticas y religiosas. Considera que el país de origen fue España o posiblemente la Borgoña.

La primera mención de las danzas de moros y cristianos nos lleva al año 1150, cuando se realizaron en Lérida para conmemorar unas bodas reales. Con la conquista fueron llevadas de España a Latinoamérica, donde llegaron a ser parte integrante de fiestas cívicas y religiosas. En la promoción del baile en   —484→   el nuevo mundo influyó la tarea misionera de las órdenes religiosas, sobre todo los franciscanos, que cultivaron un teatro religioso inspirado en fuentes españolas, pero adaptado al ambiente cultural indígena. En México, la primera mención de los moros y cristianos data de 1524-25, una representación en Coatzacoalcos, acaecida pocos años después de la conquista de Tenochtitlán.

La autora traza la historia de estas representaciones en las crónicas españolas de la conquista, y revisa la crítica moderna que se ha ocupado de ellas, textos clásicos como los estudios de Marcel Bataillon y de Robert Ricard, hasta investigaciones más recientes, pues el interés por las danzas ha ido aumentando, y ello dio motivo para el congreso que sobre este tema se realizó en Alicante en 1974.

La Doctora Beutler pudo estudiar en México varias danzas de moros y cristianos, algunas sin diálogo y otras dialogadas. De la Historia de Fernando y Alamar consiguió recoger dos textos y eligió el de Puebla para estudiarlo en detalle, trabajo difícil pues los textos son sólo una parte del espectáculo que comprende también el simulacro y el baile. Los textos se mueven además en una zona que oscila entre lo literario y lo popular, lo trivial y lo culto. Han recibido constantes reelaboraciones, y su estructura, estereotipada, se cubre con una red caótica de personajes, motivos y asuntos aislados, tomados de asuntos culturales de ambos continentes a través de varios siglos. Este erudito estudio analiza la influencia en esos bailes del teatro prehispánico, y proporciona una sinopsis de los textos publicados hasta la fecha. Pasa a continuación a analizar los diversos ciclos que existen en los bailes: tres temas principales, el de Santiago, el de Pilatos y el granadino. La autora encuentra en los textos vestigios de la historia de la destrucción de Jerusalén, temas de la historia de Carlomagno y episodios de la reconquista. A este último tema pertenece indudablemente la danza dramática de la Historia de Fernando y Alamar que la investigadora edita.

Es de interés especial para el lector español un subcapítulo donde la Dra. Beutler analiza la tradición actual de las morismas en España, detallando los tipos de representaciones fundamentales: las embajadas de Levante, los dramas religiosos de Andalucía, el dance aragonés y los coloquios. Compara también los textos españoles con los mexicanos.

Después del estudio general de las morismas, se estudia en detalle el texto publicado. Allí figura entre los personajes Alamar, o sea Muhamad b. Yusuf b. Nasr, primer rey nazarí de Granada, cuyo posible modelo está en el Romancero. Con toda minucia se describe el manuscrito del texto, se lleva a cabo una investigación lingüística de las peculiaridades gramaticales, versificación, el drama, los actores, los diálogos, técnicas verbales, lenguaje popular e influencias culteranas. La autora extiende su análisis a la música, la forma de llevar a cabo la representación, la indumentaria de los actores y la coreografía,   —485→   y hace observaciones inclusive sobre el público. A continuación de este erudito y hermoso estudio viene la impecable presentación del texto de Puebla, completado con las notaciones musicales del espectáculo, varios dibujos de la indumentaria, una fotografía del folio del manuscrito y un mapa de la región estudiada.

Un libro de enorme interés para los estudiosos del folklore y de la literatura tradicional, y para aquéllos que se conmueven al ver que las tradiciones españolas, llevadas al nuevo mundo hace tantos siglos, continúan vivas como manifestaciones populares.