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21

Debido a la existencia de las almas antes de nacer y al contacto de éstas con las ideas absolutas, el proceso de aprender se reduce al de recordar: «And if it is true that we acquired our knowledge before our birth, and lost it at the moment of birth, but afterward, by the exercise of our senses upon sensible objects, recover the knowledge which we had once before, I suppose that what we call learning will be the recovery of our own knowledge, and surely we should be right in calling this recollection», Fedón, P. 59.

 

22

Tristana dota a Horacio de los atributos que lo acercan a la belleza absoluta, de la cual es aquél partícipe. Platón explica que las cosas son bellas según su mayor o menor grado de participación con la belleza absoluta: «It seems to me that whatever else is beautiful apart from absolute beauty is beautiful because it partakes of that absolute beauty, and for no other reason», Fedón, p. 81.

 

23

El amor infunde valor en el amante, según lo explica Platón en El banquete: «Nor is there any lover so faint of heart that he could desert his beloved or fail to help him in the hour of peril, for the very presence of Love kindles the same flame of valor in the faintest heart that burns in those whose courage is innate. And so, when Homer writes that some god 'breathed might' into one of the heroes, we may take it that this is what the power of Love effects in the heart of the lover» p. 533.

 

24

Zola proclama la «vuelta a la naturaleza -en su obra crítica La novela experimental (1880), lo cual implica el tener en cuenta las leyes de la naturaleza: «In short, the whole operation consists of taking facts from nature, then studying the mechanism of the data by acting en them through a modification of circumstances and environment without ever departing from, the laws of nature», en George J. Becker, Documents of Modern Literary Realism (Princeton, New jersey, 1963), p. 167. La idea de lo experimental no tiene nada de arbitrario y se refiere también a lo humano: «Whatever people may say, literature does not exist only in the writer; it is also in the nature which it depicts and in the man whom it studies» Ibid., p. 196. En el estudio sobre Edouard Manet dice el novelista francés: «Todo gran artista nos ofrece una traducción nueva y personal de la naturaleza. La realidad es el elemento fijo, y los diversos temperamentos son los elementos creadores que dan a las obras diferentes características... lo hermoso se convierte en la vida misma, se convierte en una mezcla entre el elemento humano y el elemento fijo que es la realidad, poniendo al día una creación que pertenece a la humanidad», citado por Josette Blanquat en su artículo sobre Galdós, «Lecturas de juventud», Cuadernos Hispanoamericanos, Nos. 250-252 (1971), p. 211. El artículo de Josette Blanquat pone de manifiesto las influencias clásicas que Galdós debió recibir por intermedio de su profesor de literatura latina en Madrid, don Alfredo Adolfo Camus, si bien la autora se restringe al campo de lo literario y no se ocupa de Platón. Al terminar nuestro artículo hemos podido ver cómo sus conclusiones se aproximan a las nuestras, en cuanto a la influencia del mundo clásico y del cristianismo en Galdós: «El humanismo considerado como síntesis de los valores metafísicos, morales y sociales de la antigüedad y del cristianismo, he aquí la armazón del pensamiento galdosiano, mucho más firme, mucho menos 'fluctuante' de lo que se ha querido hacer creer. A través del amigo Manso, el 'escultor de almas', impotente para sacar de su mediocridad a los pequeños burgueses madrileños, a través de Nazarín, el apóstol de 'la locura de Dios', solo y perseguido, es Platón y es Erasmo quienes condenan la sociedad española, son las luces conjugadas de la antigüedad y del cristianismo, fundidas en la mirada crítica del humanismo quienes permiten juzgarla», Ibid., p. 218. La influencia de Platón en Galdós preside en importancia a la del resto del mundo clásico por la dirección que imprime a su obra novelística.

 

25

Vida y obra de Galdós (Madrid, 1951), p. 91.

 

26

En Obras completas, IV (Madrid, 1954), 1460-61.

 

27

Mariano Baquero Goyanes, en La novela naturalista española: Emilia Pardo Bazán (Murcia, 1955), ha estudiado la misma comparación en Proust y en la Pardo Bazán, y ha presentado una serie de ejemplos de autores españoles y extranjeros. Tanto para entender mejor este punto como otros muchos de nuestro artículo remitimos al excelente libro de Baquero Goyanes.

 

28

En relación con Galdós, con su manera de construir el personaje, y con el modo en que el XIX compone una novela (porqué, origen y significado de la composición) véase el artículo de Joaquín Casalduero, «La Sombra», Anales Galdosianos, I (1966), 33-38.

 

29

En op. cit., V (Madrid, 1950), 948. En El amigo Manso (en ibid., t. IV, p. 1178) se dice de la viuda de García Grande: «De perfil tenía doña Cándida algo de figura romana. Era... muy semejante al Marco Aurelio de yeso que figuraba con los otros padrotes sobre mi estantería»; y en Cádiz, en ibid., I (Madrid, 1958), 856, se dice así de Lord Gray: «Yo he visto en alguna parte un busto del dios Brahma, que muchos años después me hizo recordar a Lord Gray».

 

30

En op. cit., t. V, p. 706.