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Andrómeda y Perseo

Auto sacramental alegórico


Pedro Calderón de la Barca



PERSONAS
 
[ACTORES]
 
ANDRÓMEDA. FRANCISCA BEZÓN.
MEDUSA. FABIANA LAURA.
GRACIA. JOSEFA DE SAN MIGUEL.
CIENCIA. JOSEFA DE MORALES.
IGNOCIENCIA. LUISA LÓPEZ.
VOLUNTAD. SEBASTIANA FERNÁNDEZ.
FUEGO. BERNARDO PASCUAL.
AIRE. FRANCISCO DE LA CALLE.
AGUA. PABLO POLOPE.
TIERRA. SALVADOR DE LA CUEVA.
CENTRO. PEDRO SORIANO.
ALBEDRÍO. JERÓNIMO GARCÍA.
PERSEO. AGUSTÍN MANUEL.
DEMONIO. JOSÉ DE PRADO.
MERCURIO. MARÍA DE SANTOS.




 

Salen en tropa, cantando y bailando, la GRACIA [y el AGUA] con un espejo; la CIENCIA [y el AIRE] con un airón de plumas; la IGNOCIENCIA [y el FUEGO] con un manto imperial; y la VOLUNTAD [y la TIERRA] con un azafate de frutas y flores; y, detrás, ANDRÓMEDA, como vistiéndose, y el ALBEDRÍO.

 
MÚSICA
Los años floridos
de Andrómeda hermosa,
beldad destos montes,
deidad destas selvas,
ufano los cuente 5
el mayo con flores,
feliz los señale
el sol con estrellas.
ANDRÓMEDA
¡El espejo!
 

(Mírase en él, tomándole la GRACIA del elemento del AGUA.)

 
Peregrina
es en todo mi belleza. 10
¿Qué, Humana Naturaleza,
te falta para divina?
Los cielos no hicieron, no,
cosa, en todos sus modelos,
más hermosa. Ni aun los cielos 15
son tan bellos como yo;
pues sus orbes de cristal
obra inanimada han sido
y yo, con alma y sentido,
soy fábrica racional. 20
El Centro, mi padre fue,
de la Tierra; ella es mi madre;
y, aunque por madre y por padre,
humilde nací, no sé
que aje, por más que revuelva 25
el sol su edad presurosa.
ELLA y MÚSICA
Los años floridos
de Andrómeda hermosa,
deidad de este monte,
beldad de esta selva. 30
ALBEDRÍO
Infanta, idos poco a poco;
que, si altiva a veros llego,
vos tendréis la culpa, y luego
dirán que yo soy el loco;
pues, siendo vuestro Albedrío, 35
según dicen por ahí,
vos usaréis mal de mí
y vendrá el daño a ser mío.
GRACIA
Bien en mi puro cristal,
por ser obsequio que haces 40
a tu Hacedor, te complaces;
pues siendo la original
Gracia yo, en que te has criado,
cuando en mí viéndote estás,
ningún defecto hallarás. 45
ALBEDRÍO
Sí; mas temed que, manchado,
llegue a eclipsarse su pura
luna y, algún día, veáis
un cadáver cuando vais
a mirar una hermosura. 50
Temed del tiempo las huellas,
para que vuestros verdores...
ÉL y MÚSICA
...ufano los cuente
el mayo con flores;
feliz los señale 55
el sol con estrellas.
ANDRÓMEDA
¡El manto!
 

(Tómale la IGNOCIENCIA del elemento del FUEGO.)

 
IGNOCIENCIA
Ya su imprudencia
no anunciará tu desgracia,
viendo que al don de la Gracia
se sigue el de la Ignociencia. 60
Real púrpura, su color,
en jeroglífico, dice
que eres la reina felice
del universo.
 

(Llega [la VOLUNTAD] con las flores del elemento de la TIERRA.)

 
VOLUNTAD
Mejor
lo dirá la voluntad 65
con que yo, en flores y en frutos,
reconozco los tributos
que debo a la majestad.
 

(Llega [la CIENCIA] con las plumas del elemento del AIRE.)

 
ANDRÓMEDA
¡Las plumas! ¿Tú las traes?
CIENCIA
Sí.
La Natural Ciencia soy 70
y, así, las plumas te doy,
para volar desde aquí,
con las alas de mis plumas,
a la superior esfera.
ALBEDRÍO
Volad, pero de manera 75
que no deis en las espumas.
ANDRÓMEDA
En cuatro dotes noté,
si consulto mis alientos,
que están los cuatro elementos
simbolizados. Si fue 80
el del Agua el cristalino
espejo en que me copió
hoy la Gracia, ya se vio;
y ya se vio, si previno
la Ignociencia la imperial 85
púrpura, color de Fuego,
que ella es su elemento; luego,
si la Ciencia Natural
plumas me da con que vuele
mi fama, que el Aire es; 90
y si la Tierra, después,
no hay fruta y flor que no anhele
la Voluntad cultivar
para que me sirva hoy,
¿quién puede dudar que soy 95
el más perfecto ejemplar
que vio el sol, pues a ver llego
que la Gracia, la Ignociencia,
la Voluntad y la Ciencia
en Agua, Aire, Tierra y Fuego 100
me asisten, dando al ser mío
cristales, pompas, honores,
ciencias y frutos y flores
a vista de mi Albedrío?
AGUA
A tu obediencia, señora, 105
dones que engendran virtudes
harán que solicitudes
nuestras digan desde ahora
que ellas son, en cuyo celo
Dios sus tesoros encierra, 110
y por quien son, en la tierra,
los frutos dones del cielo.
ALBEDRÍO
Sí, mas duráraos poco,
si las llegáis a enojar.
ANDRÓMEDA
Basta; volved a cantar, 115
que está muy cuerdo este loco.
MÚSICA
Los años floridos
[de Andrómeda hermosa,
beldad de estos montes,
deidad de estas selvas, 120
ufano los cuente
el mayo con flores,
feliz los señale
el sol con estrellas].
 

(Dos cruzados.)

 
ANDRÓMEDA
¿Cúya aquesa letra es? 125
CIENCIA
Letra y tono es mío.
ANDRÓMEDA
No dudo
que uno y otro sólo pudo
ser desvelo tuyo; pues
siendo, en el felice estado
de tanto aplauso inmortal, 130
tú la Ciencia Natural,
de que el cielo me ha ilustrado,
sólo tuya ser podía
letra y voz que tanto eleva,
porque a la Ciencia se deba 135
la música y la poesía.
Y, aunque es verdad que jamás
nada tanto me ha agradado,
solamente he reparado
en el nombre que me das. 140
¿Por qué Andrómeda; y por qué,
ya que la licencia usaste
poética, y le disfrazaste,
en el de Andrómeda fue?
CIENCIA
La Natural Ciencia soy, 145
de que, como has dicho aquí,
el cielo te ilustró.
ANDRÓMEDA
Sí.
CIENCIA
Como envestigando voy
altas cosas cada día,
entre imágenes no vanas, 150
letras divinas y humanas
revolví en la fantasía.
En las humanas hallé,
por la docta astrología,
que una Andrómeda sería 155
de la Tierra hija; con que,
a las divinas pasando,
aunque ser fábula vi,
por si contuviese en sí
alguna alusión, dudando 160
dónde o cómo se eslabona,
anteví en San Isidoro
que el bello esplendor del oro,
que en tus rizos se corona,
andrómadas, en el griego 165
idioma, quiere decir.
Y, volviendo a proseguir,
Enrico Estephano luego
dice, andrómada, en el sacro
frase, es la florida edad; 170
y androdeas, la deidad,
la estatua y el simulacro.
Yo -viendo que señas tantas
tu rara hermosura encierra,
pues, siendo hija de la Tierra, 175
tu perfección adelantas,
de que una y otra virtud
expliquen en ti el poder
de su Autor al florecer
la edad de tu juventud, 180
y que ser tu ser alcanza
simulacro soberano,
que hizo de tierra su mano
labrado a su semejanza-
de todos estos sentidos 185
que en sí el griego frase trae,
androdeas, androae
y andromacas reducidos,
un nombre proprio saqué,
viendo convenir en ti 190
todas sus señas, y así
Andrómeda te llamé.
ALBEDRÍO
Yo creí ser droga, pues
récipe esperé, por Dios,
de andrómaca, dragmas dos 195
y androdeas uncías tres.
ANDRÓMEDA
La etimología he notado
y, por lograrte el concepto
en lo alegórico, acepto
ese nombre que me has dado; 200
y por que la sutileza
esté atenta a este auto, viendo
que soy Andrómeda siendo
la Humana Naturaleza,
ninguna me llame ya 205
de otra suerte; y pues el prado,
de matices esmaltado,
su hermoso albergue nos da
-siendo, a honra de su pincel,
cada emparrado una sombra, 210
cada matiz una alfombra,
y cada copa un dosel,
donde en tonos diferentes
diviertan nuestras congojas
los compases de las hojas, 215
las cláusulas de las fuentes,
cuyos concentos suaves,
por toda la azul campaña,
sonoramente acompaña
la música de las aves-, 220
venid conmigo cantando
por esa orilla del mar,
que pretendo desvelar
mis altiveces notando
esa playa, que con suma 225
soberbia al cielo retrata
y apenas monte es de plata
cuando aún no es selva de espuma.
GRACIA
Razón tiene tu atención
de mirar su maravilla. 230
ALBEDRÍO
Sí; y en ser desde la orilla
tiene mucha más razón.
VOLUNTAD
¿Por qué?
ALBEDRÍO
Por aquel vulgar
refrán de hablar de la caza
y comprarla en la plaza; 235
hablar de la guerra
y ni oílla ni vella;
hablar de las Indias
y ni vellas ni oíllas;
y hablar de la mar 240
y en ella no entrar.
ANDRÓMEDA
Dejadle; y la letra vuelva
que fue de mi nombre glosa.
ELLA y MÚSICA
Los años floridos
[de Andrómeda hermosa, 245
beldad de este monte,
deidad de esta selva].
 

(Terremoto y dice el DEMONIO.)

 
DEMONIO

 (Dentro.) 

Ni ufano los cuente
el mayo con flores,
ni el sol los señale 250
feliz con estrellas.
ANDRÓMEDA
¡Esperad! ¿Qué confusión
tan nueva y tan singular
se escucha dentro del mar?
GRACIA
Prodigios no vistos son 255
los que en sus senos encierra.
CIENCIA
Es verdad, pues en sus senos,
con relámpagos y truenos,
amenaza cielo y tierra.
 

(Terremoto.)

 
VOLUNTAD
Colérico, altivo y ciego, 260
rayos a forjar se atreve.
IGNOCIENCIA
¿Quién vio volcanes de nieve
inundar campos de fuego?
GRACIA
No hay orbe a quien no se atreva
su verdinegro arrebol. 265
CIENCIA
A ser cíclope del sol
sobre sí mismo se eleva.
 

(Terremoto.)

 
ANDRÓMEDA
Ya, en partidos horizontes,
apagar sus luces fragua,
poniendo montes de agua 270
sobre piélagos de montes.
ALBEDRÍO
Aun no es eso lo peor,
sino que, arrojando llamas,
de ovas, de conchas y escamas,
un monstruo aborta.
TODOS
¡Qué horror!
275
ANDRÓMEDA
Cortando la espuma helada,
por salir a tierra anhela.
TODOS
Ya no nada, sino vuela.
ALBEDRÍO
¿Vuela?
TODAS
Sí.
ALBEDRÍO
¿Y eso es nonada?
Es muchísimo.
IGNOCIENCIA
¡Qué espanto!
280
CIENCIA
¡Qué temor!
VOLUNTAD
¡Qué admiración!
GRACIA
¡Qué asombro!
ANDRÓMEDA
¡Qué confusión!
¿Dónde podré, cielo santo,
guarecerme si, tal vez
que empaña el sol con su aliento, 285
dejando de ser del viento
pájaro, del agua pez,
fiera de las fieras, viene
amenazando la tierra?
GRACIA
Contra su sañuda guerra, 290
huir, Andrómeda, conviene;
que sólo se vence, huyendo,
enemigo tan crüel.
ANDRÓMEDA
¿Cómo es posible huir de él,
absorta y ciega?
LAS TRES
Siguiendo
295
nuestros pasos.
GRACIA
Ven, que como
no nos pierdan tus extremos
de vista, salvar podremos
alma y vida.
ANDRÓMEDA
Al oíros, tomo
nuevo aliento; mas, ¡ay triste!, 300
que con la senda no encuentro.
¿Dónde voy a dar?
 

(Tropieza y va a dar en brazos del CENTRO DE LA TIERRA.)

 
CENTRO
Al centro
de la Tierra en que naciste;
que, como en él consideres
-asistida de Ignociencia, 305
Gracia, Voluntad y Ciencia-
lo que fuiste, lo que eres
y lo que serás, confío
venzas ese monstruo fiero;
y más cuando considero 310
que vienes con tu Albedrío.
ANDRÓMEDA
¡Ay, que es loco!
TODOS
Sé tú cuerda.
Ven; no temas.
 

(Llévanla entre TODOS.)

 
DEMONIO

 (Dentro.) 

¿Cómo no
ha de temer, si voy yo
para que todo lo pierda? 315

 (Sale al tablado.)  

El profeta Isaías,
viendo apagar en las tinieblas frías
de mi esplendor la llama,
lucero de sus piélagos me llama;
el águila divina, 320
que del sol a los rayos se examina,
dragón de las espumas;
y en otras mil definiciones sumas,
viendo a tormentas mi ira reducida,
bestia del mar Basilio me apellida. 325
Con estas opiniones,
y con que siempre son tribulaciones
las aguas en la pura,
misteriosa lección de la Escriptura,
¿quién dudará que puedo 330
-torpe embrión de esa marina foca
que, víbora, me aborta por la boca-
salir a dar -ya que informado quedo
de otro disfraz-, en este horror y miedo,
al universo Centro de la Tierra, 335
robándole la joya, a quien encierra,
temeroso de mí, verde alquería,
con quien es noche el rosicler del día?
Alta empresa me mueve,
tanto que, para que con ella salga, 340
es fuerza que me valga
de aquélla que sin ser a ser se atreve.
Conficionado horror de fuego y nieve,
añadido veneno a mi veneno,
¡oh tú, que el pavoroso obscuro seno 345
de esa bruta coluna
del venenoso monte de la luna
habitas, ponzoñosa y escondida,
mágico parasismo de la vida,
madre horrible del sueño, 350
alimentada furia del beleño,
susto de los mortales,
línea a los bienes, término a los males,
mesonera del llanto,
huéspeda de los reinos del espanto, 355
reloj de los momentos,
precisa acotación de los alientos,
separación penosa
de la más dulce unión. ¡Oh tú, horrorosa
imagen de la culpa y de la muerte, 360
que en piedra o bruto al racional convierte,
a pesar pareciendo, de lo bello,
un áspid cada crin de tu cabello;
cada semblante, un ceño de tu ira;
y, en fin, oh tú, que darte no se escusa 365
el equívoco nombre de que hoy usa
retórico el concepto de la fama,
pues siendo culpa y muerte...!
 

(Sale MEDUSA.)

 
[MEDUSA]
¿Quién me llama?
Mas no lo digas, que ya veo quién eres.
DEMONIO
¿En qué?
MEDUSA
En que al ir a pronunciar Medusa,
370
te respondo, me ves y no te mueres.
¿Qué es, pues, lo que me quieres,
que en derrotado traje de tormenta
me buscas?
DEMONIO
Sólo que me estés atenta: 375
De rebeldes espíritus caudillo...
MEDUSA
La Apocalipsis sé, no hay que decillo.
DEMONIO
...al mismo Dios le presenté batalla.
MEDUSA
Ezequiel lo dirá; no hay que contalla.
DEMONIO
Diome el ver un bosquejo, una belleza,... 380
MEDUSA
Ya sé que fue la gran Naturaleza.
DEMONIO
...ocasión al despecho, que hasta hoy lloro.
MEDUSA
Lo rencorioso de tu amor no ignoro.
DEMONIO
Y lleno de temores y recelos...
MEDUSA
También sé lo rabioso de tus celos. 385
DEMONIO
...sentí al instante el fuego que en mí lidia.
MEDUSA
Ya conozco el veneno de tu envidia.
DEMONIO
Y en fin, perdí la acción en lid tan dura,...
MEDUSA
El bien, la luz, la gracia y la hermosura.
DEMONIO
...quedando de mi patria desterrado... 390
MEDUSA
...a perpetuas tinieblas condenado.
Hasta aquí sé de tus desdichas graves.
DEMONIO
Pues oye desde aquí lo que no sabes.
Ese bellísimo encanto,
ese bellísimo asombro 395
de la hermosura -a quien yo,
por no adorarla, la adoro,
usando en mí de los dos
afectos más poderosos,
más encontrados y opuestos, 400
pues son el amor y el odio-,
tan postrado, tan rendido,
tan sujeto, tan penoso
me tiene que, hasta que pueda
llamarla mía, dispongo 405
no perdonar al deseo
medio ninguno de todos
cuantos discurre un amante
y cuantos piensa un celoso.
Andrómeda la ha llamado 410
la voz de no sé qué tono
que hoy, en la tranquilidad
de su paz, compuso el ocio.
Con esta causa, porque,
viéndome marino monstruo, 415
su disfraz y mi disfraz
convengan el uno al otro,
embrión de las espumas
y de las ondas aborto,
salí a aqueste sitio, envuelto 420
en ovas, fuego, humo y polvo,
donde, siguiendo la línea
que tan a dos luces corro,
por empresa he de llevar
en el escudo del rostro 425
esculpido «Finis-Ero»,
pues de sus dichas y gozos
he de ser fin; cuya letra
nombre me ha de dar famoso
de Fineo, pues Fineo 430
o «Finis-Ero» es lo proprio.
Ésta, pues, deidad humana,
hija de amasado lodo
en el Centro de la Tierra
-padre suyo- en un hermoso 435
jardín asistida vive
del siempre sagrado coro
de Ninfas Virtudes, que,
jurada reina de todo,
hacen que los elementos 440
la tributen, por despojos,
el Agua, claros cristales;
el Fuego, reflejos rojos;
la Tierra, sabrosos frutos;
y el Aire, blandos favonios. 445
Y, aún no contenta con esto,
sobre estado tan dichoso
de gracia y naturaleza,
aspira a ocupar el solio
que perdí. No sé, no sé, 450
cuando estas razones formo,
para qué salí del agua,
si con el aire me ahogo.
Mas sí sé; pues fue a valerme
de ti; que, si al numeroso 455
ejército de mis ansias
le entra el auxiliar socorro
de tus encantos, no dudo
que he de salir victorioso.
Compónme un hechizo; pues, 460
si como a culpa te invoco,
de ser la culpa hechicera
David me dará el apoyo,
diciendo que por la culpa
es bruto el hombre; si, como 465
muerte, mágica te llamo,
Samuel hablará en mi abono,
dándole voz al cadáver;
y si, en retóricos tropos
de alegórico concepto, 470
como a Medusa te nombro
es por convenir en ti
alusiones de uno y otro,
pues, muerte o culpa, hacer sabes
bruto al hombre, piedra o tronco. 475
Y así, compónme un hechizo,
otra vez a decir torno,
en su tósigo tan fuerte
o en su conjuro tan prompto,
que a mi amor la incline o que 480
quede incapaz para otro.
Tenga logro el rencor, ya
que no tenga el amor logro;
que si tú de aqueste monte
sales, y yo de este escollo, 485
tú a atraerla con tu hechizo,
y yo a llevarla en mi robo,
no dudes que el Centro quede
de la Tierra tan dudoso,
que caduque, titubeando, 490
al desquiciar de sus polos,
si se cai o no se cai,
todo ese pendiente globo
que borra la luna a giros
y el sol ilumina a tornos. 495
MEDUSA
No sé de qué especie o qué
género son tus ahogos,
que los oigo como ajenos
y los siento como proprios.
Júpiter, dios de los dioses, 500
si a la metáfora torno
-pues ya de otros empezada
fuerza es seguirla nosotros-;
Júpiter, dios de los dioses,
desde su supremo trono, 505
anteviendo que yo había,
si me introducía en los cotos
de sus vedados jardines,
de ser en ellos destrozo
de sus frutas, siendo en ellos 510
el ábrego, el cierzo, el noto
que los encendiese a rayos
o los apagase a soplos,
allá en su divina idea,
por que de mí huyesen todos 515
-al ver mi semblante, ciegos;
al oír mis voces, sordos-,
previno desfigurar
las facciones de mi rostro
tanto que nadie me viese 520
que no figurase absorto
el ser áspides la crencha
que cai de la frente al hombro,
con tal horror de mí misma,
que, por no verme, no oso 525
-con miedos de basilisco,
que al verse se mata él proprio-
en un arroyo aun a verme,
sin enturbiar el arroyo.
Conque, huyendo de mí, habito, 530
sin más ser, este horroroso
monte, entre el mar y la tierra,
medio risco y medio escollo,
hasta tener ocasión
en que vengar mis oprobios. 535
Y así, valiente Fineo
-que ya como a tal te nombro-,
puesto que a buscarme vienes
y que, a tu sombra, el arrojo
de manifestarme al mundo, 540
cómplice de tus enojos,
en tu valor me asegura,
a seguirte me dispongo,
que también me importa a mí
ir a ser; y más si noto 545
que aquesa Naturaleza,
que hoy goza tantos adornos,
es quien ha de introducir
la culpa por el demonio,
y por la culpa la muerte; 550
y así, atropellando estorbos,
lleguemos a su jardín,
asaltemos su frondoso
sitio y de nuestra secreta
mina, sus baluartes rotos, 555
desmantelados sus muros,
desembocados sus fosos,
entremos a sangre y fuego;
que si una vez en él pongo
la planta y de mi tocado 560
desprendo un cabello solo,
él derramará el veneno
que dentro del pecho escondo
en las causas naturales,
que mejor que ella conozco. 565
Ven, que si a ella el nombre dio
de Andrómeda un blando tono,
por ser juventud florida,
simulacro o mauseolo,
por agricultura, a mí, 570
menos blando y más ruidoso,
otro me dio el de Medusa,
que significa lo proprio.
DEMONIO
Pues ya que, de nuestra sorda
pólvora, el callado plomo 575
brecha nos ha abierto al bello
recinto de sus contornos,
¿qué esperas? Ese cristal
enturbie tu venenoso
tósigo, pues es ponerte 580
tú misma a ti misma en cobro.
MEDUSA
Dices bien; en esta fuente
el primer hechizo pongo;
mas, ¡ay de mí!
DEMONIO
¿Tiemblas?
MEDUSA
Sí.
DEMONIO
¿De qué?
MEDUSA
De que reconozco
585
que antes ha de ser el Agua
el antídoto piadoso
que, de la Gracia auxiliado,
lave la mancha del lodo
con que enturbiarla pretendo; 590
y más cuando en ella formo
un espejo no manchado
en que me quiebre los ojos.
DEMONIO
Pues ponle en aquestas flores.
MEDUSA
Sí haré; mas, ¡ay!, que tampoco 595
en ellas puedo.
DEMONIO
¿Por qué?
MEDUSA
Porque el cándido pimpollo
de una azucena, que aún no
el virgen botón ha roto
-símbolo de la ignociencia 600
en lo puro y en lo hermoso-,
en granos de oro contiene
un escondido tesoro;
que no hay ponzoña que pueda
inficionar granos de oro. 605
DEMONIO
Pues inficiona a estas vides.
MEDUSA
El mismo daño conozco.
DEMONIO
Tala estas mieses.
MEDUSA
No puedo.
DEMONIO
¿Cómo de ellas huyes?
MEDUSA
Como
la Ciencia, que está de guarda, 610
me amenaza, si las toco,
no sé en qué forma, a quien yo,
aun vista en sombras, me postro.
DEMONIO
Pues ya que en vides, en mieses,
en flores y en fuentes topo 615
defendidos los objectos
que en singular te propongo,
apesta el aire, que es
común aliento de todo:
perezca todo.
MEDUSA
Sí haré,
620
ya al aire el veneno arrojo;
mas no, que a un ave, que llena
de gracia sulca sus golfos,
tan alta la Voluntad
la lleva, que de los rojos 625
rayos del sol coronada,
me ha deslumbrado.
DEMONIO
¿De modo
que, en agua, tierra, aire y fuego,
si tus temores recorro,
cristal, flor, ambiente y luz, 630
diciendo está lo imperioso
de ignociencia, gracia, y ciencia
y voluntad...
MEDUSA
¿Qué?
DEMONIO
...que todos
los frutos que al hombre da
el cielo tienen su logro 635
en que las Virtudes sean
quien solicite[n] sus colmos?
MEDUSA
¿Eso dudas?
DEMONIO
No lo dudo,
que a mi pesar lo conozco,
pues no nos queda resquicio 640
por donde entremos nosotros.
MEDUSA
Sí queda.
DEMONIO
¿Cuál?
MEDUSA
Este árbol,
en cuyo vedado tronco,
supuesto que no es ni ave,
ni flor, ni aliento, ni arroyo, 645
atrevidamente osada
mi mortal hechizo pongo.
DEMONIO
Y yo el Árbol de la Muerte
desde este instante le nombro.
MEDUSA
¿Qué haremos para atraer 650
por aqueste sitio umbroso
a Andrómeda?
DEMONIO
Su Albedrío,
poco de mí temeroso,
hacia aquí viene; y si yo
entre mis brazos le cojo, 655
ella se vendrá tras él;
y podrá ser que su hermoso
fruto...
MEDUSA
Ya llega a ocultarte
tú, mientras yo en él me escondo,
a engañarla con la voz, 660
sin ver su muerte en mi rostro,
hasta que pierda la Gracia.
 

(Sale el ALBEDRÍO.)

 
ALBEDRÍO
Nunca yo fuera curioso,
pues no me atreviera -antes
de saber si el señor monstruo 665
se habrá vuelto a la marina
calesa en que cabe él solo-
a volver aquí, traído
del apetecido antojo
de las manzanas de un árbol, 670
que por aquí...
DEMONIO
¡Date, loco,
a prisión!
ALBEDRÍO
¿Cómo he de darme,
si soy libre? ¿No es un tonto
quien tal piensa?
DEMONIO
¡No des voces!
ALBEDRÍO
A darlas mil veces torno. 675
¡Cielos! ¿No hay quien me socorra?
PERSEO

 (Dentro.) 

Sí, que por ellas respondo
yo, pues para sólo dar
al afligido socorro,
en alada exhalación 680
la esfera del aire rompo.

 (Sale ahora.)  

¡Suelta la presa, tirano!
DEMONIO
¿Quién eres, que tan brioso
osas competir conmigo?
PERSEO
Soy quien soy.
DEMONIO
No te conozco;
685
quita la banda, que es
tupida nube, del rostro.
Sepa con quién lidio.
PERSEO
No ha
llegado el tiempo forzoso
en que has de saberlo. Baste 690
que ahora sepas que es mi heroico
valor el que está diciendo,
librándoles de ti a todos,
que sobre el albedrío no
tiene dominio el demonio. 695
DEMONIO
Ni en el acero que esgrimes,
que es rayo tan poderoso
que dando horror al horror,
que dando asombro al asombro,
ha de obligarme a que, huyendo 700
sus abrasados enojos
segunda vez, en aquel
escamado Bucentoro,
de cuyo buque la ira
me hizo náutico piloto, 705
perturbe en bandido rumbo,
infeste en pirata corso,
los mares con mis tormentas,
los montes con mis abordos,
hasta inundar todo el orbe 710
en venganza de este oprobio;
si ya no es que antes le vengue
algún áspid ponzoñoso
de los muchos que enroscados
quedan al pie de esos troncos. 715

 (Vase.)  

PERSEO
Ahora y entonces tú y él
seréis mi triunfal despojo.
ALBEDRÍO
Sepa usted, seor rebozado,
que yo soy un loquitonto,
que es peor que loco a secas, 720
y que, aunque el favor conozco,
no sé agradecer, y así
quiero le agradezcan otros.
¡Bella Andrómeda, Virtudes
y Elementos! ¡Venid todos, 725
venid; veréis a quién debo
la libertad, y vosotros
la libertad y la vida!
 

(Salen TODOS.)

 
VIRTUDES
Albedrío, ¿qué alboroto
es éste?
ELEMENTOS
¿De qué das voces?
730
ANDRÓMEDA
¿Cómo aquí, sin temor, solo
te quedaste?
ALBEDRÍO
No quedé,
que después vine curioso,
motivado de una fruta
de quien aún dura el antojo. 735
Con el señor monstruo di,
y con el señor no monstruo;
y, librándome, le hizo
volverse al mar, temeroso.
ANDRÓMEDA
El favor que a mi Albedrío 740
habéis dado, reconozco;
y así, para agradecerle
sabiendo a quién, el embozo
os suplico que corráis.
PERSEO
Perdonad, prodigio hermoso, 745
que hasta el prefinido tiempo
que una belleza, a quien rondo
en los disfraces de amante
para las dichas de esposo,
merezca llamarla mía, 750
nadie me ha de ver el rostro;
en cuyo intermedio, a causa
de que nunca pude ocioso
estar, quise que mis hechos
-para llegar más airoso, 755
cuando a declararme llegue-,
mi fama hiciese notorios
a todo el orbe. Y así,
con los azules rebozos,
que a imitación son de nubes 760
cortinas de sacro solio,
mi valor, siempre invencible,
mi espíritu, siempre heroico,
de otra patria en que nací
me sacó, con tan piadoso, 765
noble y desinteresado
fin, que su pretexto es sólo
buscar aventuras que
sean venturas para otros;
con que viendo ser mi empeño 770
sabio a un viso, altivo a otro,
Minerva, que de las Ciencias
deidad apellida el ocio,
me dio el cristalino escudo;
Mercurio, en los artes docto, 775
el templado acero; bien
pudiera decir que a logro,
que, más que dados, parece
que a victorias se los compro.
Dígalo vuestro Albedrío, 780
pues apenas su voz oigo,
cuando de la sugestión
acudí a darle socorro.
Y así, pues la gratitud
que me ofrece el generoso 785
afecto vuestro os estimo
-porque para mí no hay gozo
más que ver agradecidos-,
no atribuyáis a desdoro
no verme ahora; y ya que 790
con mis señas os informo
en humanas letras, haga
en las divinas lo proprio.
Las humanas dicen -bien
que en sentido fabuloso, 795
como sin luz de la fe-
que Júpiter, poderoso
dios de dioses, me engendró
concebido en lluvia de oro;
las divinas, que en rocío, 800
que cándido, puro, hermoso
vellón sin mancha cuajó,
hilada la nieve a copos.
Y así, mi nombre es en ambas,
con seguro de que, como 805
conmigo mismo y en mí
mismo por mí mismo obro,
y per se, en latino frase,
es el que obra por sí solo,
bien puedo asentar que, en fe 810
del per se, Perseo me nombro.
Y pues es el alto asumpto
de mis alientos briosos
hacer bien -a cuyo efecto,
a oposición de aquel monstruo 815
que undosos campos navega,
yo, en el blanco, generoso
caballo que vio Ezequiel,
azules campañas corro-,
no será el menor deciros, 820
¡oh bello prodigio hermoso!,
que si, de todos los frutos
de este jardín, monte y soto,
de alguno, que de mortal
cicuta, beleño y opio 825
inficionado está, no
os guardáis, será forzoso
morir muriendo; con que,
si agradecida al socorro
de ver libre al Albedrío 830
estáis, pagádmele en sólo
no comer de aquella fruta;
advirtiéndoos que son todos
vuestros riesgos esos mares,
ese árbol y ese escollo. 835

 (Vase.) 

ANDRÓMEDA
¡Oye, aguarda! ¿Dónde vas?
Mira que no puedo, no,
al viento quitarle yo
las alas que tú le das.
Mucho que dudar me das, 840
viéndote, en acción tan rara,
la cara encubrir. Repara
en que el que hace el mal es quien
la esconde; que el que hace el bien,
¿por qué ha de esconder la cara? 845
No con tanta ligereza
huyas, que nunca fue indicio
la fuga del beneficio,
ni el susto de la fineza.
Vuelve, pues; no a mi tristeza 850
ocasiones a dudar;
no me des qué imaginar,
pues me das qué agradecer;
que no es hacerme un placer
dejarme con un pesar. 855
Más veloz que el mismo viento
vuela. En vano voces doy.
ALBEDRÍO
Con todo esto, aún yo me estoy
a las manzanas atento.
ANDRÓMEDA
Ciencia, tú, a mi sentimiento, 860
qué es morir me has de decir.
CIENCIA
Dejar de ser.
ANDRÓMEDA
¿Y añadir
al morir «morir muriendo»?
¿Cómo he de morir no siendo,
si es dejar de ser morir? 865
CIENCIA
Como en tu humana fortuna
hay, si del bien usas mal,
dos muertes: la natural
del cuerpo será la una;
la otra, del alma.
ANDRÓMEDA
¿Y ninguna
870
podré excusar?
CIENCIA
Sí; y las dos.
ANDRÓMEDA
¿Cómo?
IGNOCIENCIA y
VOLUNTAD
Resignando en Dios,
advertida de la Ciencia,...
VOLUNTAD
...mi voluntad.
IGNOCIENCIA
...mi ignociencia.
ALBEDRÍO
¿Cómo calláis, Gracia, vos? 875
GRACIA
Como, por mí, hablando vi
que están las Virtudes bellas;
y mientras la asistan ellas,
no llega su error a mí.
ANDRÓMEDA
Decidme, pues, ¿cómo aquí, 880
ya que en vosotras me fío,
podré, entre logro y desvío,
distinguir el mal del bien?
CIENCIA
Esa distinción a quien
le toca es al saber mío, 885
pues me toca el proponer
y al Albedrío elegir.
ANDRÓMEDA
¿Qué haré para no morir?
ALBEDRÍO
No llamar médicos; ser
alegre, comer, beber; 890
y para hacer ahora gana,
dígalo aquella manzana.
ANDRÓMEDA
¡Qué esmaltado rosicler!
¿No es bella, Elementos?
TIERRA
¿No
ha de serlo, si yo he sido 895
el que, en la tierra prendido,
su tronco fertilizó?
AGUA
¿No ha de serlo, cuando yo
bañé en cristal sus raíces?
FUEGO
¿Y yo, cuando a sus matices 900
le dio el sol el lucimiento?
AIRE
¿Yo, cuando el aire el aliento?
ANDRÓMEDA
Ya sé que todos felices
la formasteis, para que,
cuando mi Albedrío la viera, 905
a gustarla me moviera;
y así...
CIENCIA
¡No hagas tal!
ANDRÓMEDA
¿Por qué?
CIENCIA
Porque aquesa fruta fue
la que vi que señaló
el que el riesgo te avisó 910
que entre las demás había.
ANDRÓMEDA
La Tierra, madre fue mía
-en su Centro me engendró-
y nacida de su Centro,
¿por qué tengo de pensar 915
que contra mí ha de encerrar,
cuando tan bella la encuentro,
noscivo tósigo dentro?
Y para explicarme más,
que no me ofenda jamás, 920
tronco, volved vos por vos.
MEDUSA

 (Dentro.) 

Come y serás como Dios;
come y inmortal serás.
ANDRÓMEDA
¿Inmortal y Dios?
UNOS
¡Advierte!
OTROS
¡Mira!
ANDRÓMEDA
Aquí no hay que mirar
925
ni advertir; yo he de llegar
a lograr tan alta suerte.
CIENCIA
¿Y si es la voz de la muerte?
ALBEDRÍO
¿Qué muerte?
CIENCIA
La que anunció
el que el precepto la dio. 930
ANDRÓMEDA
Albedrío, tú me guía.
ALBEDRÍO
Ciencia Natural, desvía;
déjala pasar, que no
la Ciencia debe impedir
al Albedrío.
CIENCIA
Sí debe,
935
cuando el Albedrío se mueve
sin Ciencia para advertir
el bien o el mal.
ANDRÓMEDA
Yo he de ir.
CIENCIA
Será sin mí.
AIRE
¡Ay de mí y de ella
si el Albedrío atropella 940
la Ciencia y mis plumas son
las que la dan la ambición!
CIENCIA
Pues no basto a detenella,
si errare, sea en mi ausencia;
no vea yo su desvarío. 945

 (Vase.)  

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