De los dos dedos inferiores el meñique es el que está en contacto con el papel. Lo mismo sucede cuando se rasguea a pulso.
Véanse las láminas 12 y 18. Stírling fue inglés, pero sus obras caligráficas son españolas.
Los estudios de letra magistral pueden hacerse en una pauta cuya caja tenga nueve milímetros de altura, en la forma vertical, o de longitud, tomada por la oblicua de treinta grados de inclinación, en la forma inclinada. La caja de la cursiva, medida de igual manera, no ha de ser menor de tres milímetros.
Estos trazos son de ordinario las curvas bajas y las curvas altas con el punto de enlace en la línea de división de la caja. La letra gótica y la alemana carecen de estos trazos de enlace; la itálica los tiene, pero sus puntos de enlace no están en la línea de división.
Esta condición de la pluma de letra inglesa representa una ventaja notoria sobre los tipos; que se escriben con plumas de pala. La superioridad de la pluma única explica bastante la preferencia que el comercio da al uso de la letra inglesa.
Algunos pendolistas que pretenden escribir las letras redondilla, gótico y alemán con pluma de letra española, escriben, sin saberlo, letra española vertical con la forma de otras letras, alterando la pureza del carácter y produciendo una mixtificación censurable desde el punto de vista de la Caligrafía.
La causa de esta diferencia es la colocación de la pluma, que es opuesta en la letra italiana a la de la letra inglesa. Estos dos tipos de letra se diferencian además por la forma de algunos trazos importantes.
Es un error muy generalizado creer que la parte inferior es la característica de la letra. Tápese la mitad superior de un renglón, y será casi imposible leerle: tápese la parte inferior, y no será difícil interpretarle bien; luego lo característico de la letra es la parte superior, en la cual nos fijamos principalmente al leer, aun sin darnos cuenta de ello.
No se trata aquí de otras letras como la letra carrée y la spenceriana, tan común en algunas repúblicas de América, porque son letras no caligráficas, inventadas y enseñadas con un fin puramente utilitario, pues dichos tipos de letra, prescindiendo de todo elemento estético, sólo tienen por fin representar toscamente los sonidos orales.
Ofrece muy notables observaciones sobre este punto la interesante monografía de M. Tissié, presentada el año 1895 al Congreso de protección de la infancia, de Burdeos. Este mismo autor recomienda el uso de la tinta negra en papel blanco con preferencia a cualquiera otra combinación de tintas y papeles de color.