Phoenices primi, famae, si creditur: ausi:
Mansuram rudibus vocem signare figuris.
Véase la Gramática hebrea, de mi querido maestro D. Mariano Viscasillas, pág. 9.
La escritura de estas letras ha sido llamada ibérica y autónoma española.
D. Vicencio Juan de Lastanosa (y no Lastañosa como dicen casi todos los autores), señor de Figueruelas y espléndido Mecenas aragonés, vivió en Huesca a mediados del siglo XVII. Su casa magnífica dio origen al adagio vulgar: «No ha visto cosa, el que no vio la casa de Lastanosa». Entre otros muchos objetos de gran valor artístico, poseía una riquísima colección de monedas españolas, cuyo dibujo estampó en un volumen llamado Museo, el año 1645. Estas monedas tenían letras de las llamadas desconocidas, y de aquí que sean también llamadas de Lastanosa.
Ensayos sobre los alphabetos de letras desconocidas.
El Sr. Muñoz y Rivero (D. Jesús).
Nótese que César Cantú atribuye a los fenicios la introducción del papyrus.
El papyrus tenía entre los egipcios otras muchas aplicaciones: de la raíz, que era comestible, hacían vasos; de varios troncos, tejidos, hacían barcas; y del líber, fabricaban cuerdas y telas.
Los egipcios usaban las hojas inservibles escritas del papyrus para suelas de los zapatos. De estas suelas hay ejemplares de gran valor arqueológico en el Museo Británico (Londres).
Llamadas pugillares por los romanos.
Por un tropo fácil de explicar, se llamó luego estilo al conjunto de notas que caracterizan una obra literaria.