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ArribaAbajoII. Biblioteca de la mezquita Azzeituna de Túnez

Francisco Codera


En trabajo anterior, dí á la Academia noticia detallada de los tres manuscritos más importantes para España que existen en la biblioteca de la mezquita Azzeituna de Túnez: de los tres manuscritos pude dar cuenta de visu: de otros muchos que en la misma biblioteca se encuentran, pertenecientes á autores españoles, solo puedo dar noticia por lo que he visto en los catálogos, salvo de dos ó tres que pude examinar además de los ya indicados.

Aunque la biblioteca actual de la mezquita mayor de Túnez es de fundación reciente, tiene precedentes históricos en tiempos bastante antiguos; pues del reinado de Abu Farik Azuz ben Abu Alabbaç dice el historiador Albechí41 que fundó una biblioteca en la mezquita Azzeituna: el mismo autor (pág. imagen) vuelve á hablar de la misma ú otra biblioteca, diciendo que entre las obras llevadas á cabo por el Sultán Abu Amru Otsman (reinó de 839 á 893 de la heg. =1435 á 1487) estaba la biblioteca en la maksura (gabinete) oriental de la mezquita Azzeituna, biblioteca, que quizá desapareció pronto, pues de la misma maksura oriental, en la que se estableció ó amplió una biblioteca por el Sultán Abu Abdallah Mohammed ben Alhaçan (de 899 á 932 heg.=1493 á 1526) se hace mención más adelante.

De todos los manuscritos que llegaron á formar parte de la biblioteca en este período, es de suponer que nada quedase, después   —27→   de las vicisitudes de que fué teatro Túnez en los reinados inmediatos: la biblioteca actual es completamente moderna, organizada en el año 1256 de la heg. (1840), pues antes solo había unas 160 obras.

En el año 1256 imagen (1840 de Jesucristo) el Bey Ahmed compró con fondos propios la gran biblioteca de Husein Kocha, jefe que había sido de los mamelucos, caído en desgracia y arruinado por deudas, hasta el punto de haberse vendido en subasta sus bienes: agregando á los libros de Husein Kocha la biblioteca que existía en el Bardo, el Bey Ahmed donó todos estos libros á la mezquita Azzeituna para crear la nueva biblioteca: al organizarla, le dió un reglamento, en virtud del cual los libros estarían á disposición del público de sol á sol, creando dos plazas de bibliotecarios encargados: el ilustrado Bey, queriendo facilitar en lo posible el estudio y copia de los manuscritos, autorizó á que mediante orden escrita del Xeque al-islam, pudieran los libros sacarse de la mezquita, autorización que subsiste respecto á los libros de esta fundación, no á los que se han adquirido después, y figuran en otra sección: no creemos que fuera la intención del ilustrado Bey prohibir que los europeos pudieran aprovecharse de su fundación, pero es lo cierto que así se entiende por costumbre.

El número de volúmenes que figuran en los Catálogos impresos, es de más de 6.000, y algunos centenares que figuran en las adiciones manuscritas.

Los Catálogos están solo en lengua árabe, habiéndose hecho dos ó más ediciones: hé visto ejemplares del Catálogo de una sección del año imagen de la heg. y de la otra de imagen: del mismo año imagen hay otra edición de ambas secciones, bastante modificada en la distribución y con la particularidad de que se les llama 1.ª edición.

El Catálogo vigente hoy consta de dos secciones, según que los libros están á la derecha ó á la izquierda del mihrab: en la sección de la derecha, que comprende los libros más interesantes para nosotros, están incluidos los volúmenes que llevan los números siguientes: de 1 á 639; 1.875 á 2.628; 4.468 á 5.812; 5.910 á 5.959, y 6.154 á 6.207: en la sección de la izquierda están los   —28→   números que faltan en la primera, y son de 640 á 1.874; 2.629 á 4.467, y 5.812 á 6.153.

Como en la 1.ª edición hay libros que están en diferente sección, esto nos desconcertó no poco; pues desconfiando de poder conseguir ni aun un ejemplar para la Academia, hube de tomar nota de los libros españoles, sirviéndome de la 2.ª edición que me había sido facilitada: otro de nuestros amigos, en tanto que gestionaba el proporcionarnos un ejemplar en propiedad, nos facilitó uno de la 1.ª edición, de uso en la mezquita, con adiciones manuscritas, y al encontrar en la 1.ª sección libros españoles que no tenía anotados como existentes en la misma, hube de tomarme el trabajo de examinarlo todo y completar mis notas: al hacer esto, recordaba que los libros que iba anotando, en su mayor parte, si no todos, estaban también en la otra sección, pero creía que eran ejemplares repetidos como de hecho hay muchos en este caso, hasta que al ordenar luego los apuntes, resultaron con los mismos números, y estudiado el Catálogo, ví que se han trasladado de una sección á otra: con estos cambios, aún ha resultado otro inconveniente y es que algunos libros como el imagen, no consta ó al menos no lo encuentro en la 2.ª edición, y como en él me había fijado, desde que ligeramente pude ver en Argel un ejemplar del Catálogo, contribuyó bastante á que no saliera con facilidad de estos enredos, no teniendo, como nunca tuve al mismo tiempo ambas ediciones.

Aunque no puede decirse que el Catálogo esté mal hecho, dado el objeto que debieron proponerse al publicarlo, para los europeos no es suficiente, y por él no podemos formar juicio exacto de la importancia de las obras, por más que los libros estén apreciados, quizá por peritos, con cuya tasación nos conformaríamos siempre para comprar los libros antiguos; pues los Códices que á mí me interesaron especialmente están tasados, el de Aben Alfaridhí en 40 reales, el Aben Pascual en 20, y el Aben Hazam en 60: los títulos de las obras en muchos casos no se ponen completos y en pocos se dan indicaciones suficientes acerca del autor; así, por ejemplo, de una obra que probablemente tendrá interés par a nuestra historia y que también interesará á los arabistas franceses que en la Argelia se dedican á los estudios jurídicos,   —29→   hay varios ejemplares, y sin embargo de haber recorrido el Catálogo varias veces, no me apercibí de su importancia hasta hace pocos días; pero es porque me habían enseñado la misma obra en Constantina, con el título completo, que no podía menos de llamarme la atención: el título dice así:

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«Libro del justo peso occidental y la colección occidental de las decisiones en cuestiones de derecho de los sabios de Ifrikia, Alandalus y Almagrib, obra de Abu Alabbas Ahmed ben Yahya ben Mohammed ben Alí el Awanxariçi»: en el Catálogo consta solo con el título «Justo peso, por el xeque Ahmed el Awarixariçi: imposible que por el título comprenda el lector la importancia que esta obra pueda tener.

Por lo que llevo dicho, comprenderán los señores académicos que al dar cuenta de autores árabes españoles que figuran en el Catálogo de la mezquita mayor de Túnez, es muy fácil que deje de mencionar algunos que, siendo españoles, no lo sean para mí por no decirlo en el Catálogo y no serme previamente conocidos.

En el Catálogo se hace alguna vez indicación de la antigüedad de los códices, pero sospechamos que se ha confundido lo antiguo con lo viejo ó estropeado; pues hemos visto algunos bastante antiguos, de los cuales nada especial se dice, y en cambio de alguno que no pudimos ver y del cual se dice que es antiguo, nos han asegurado después de visto, que está muy deteriorado y con pretensiones de restauración: de algunos códices se dice en su descripción que son de escritura andaluçí, y esto nos hace suponer que tendrán indicación concreta de haber sido copiados en España: es muy posible que la historia de tales códices, contada por ellos mismos, nos interesara, aunque el libro por su asunto no tuviera importancia alguna para nosotros: comprenderá la Academia cuánto debió mortificarme la idea de estar muy cerca   —30→   de libros copiados ó poseidos por españoles, quizá muy conocidos y no poder examinarlos: es de esperar que el Gobierno francés procurara, abrir pronto al público aquellos tesoros que pueden dar mucha luz para los estudios de Derecho y Administración, que son los que en la Argelia y Túnez tienen hoy interés más concreto para Francia: para los estudios históricos y de crítica histórica la importancia debe ser grande, pues al menos por lo que se refiere á España, figuran en la biblioteca de Túnez muchos libros españoles que no existen en las bibliotecas de Europa.

Hechas estas indicaciones, pongo á continuación la lista de las obras de autores españoles que he encontrado en el Catálogo, con indicación del número correspondiente: no pongo la traducción de los títulos por ser casi imposible hacerla, y sobre todo porque en la mayor parte de los casos nada enseñan.

La lista va puesta por orden alfabético de autores, aunque no siempre hemos atendido al nombre propio, sino que no pocas veces nos guiamos por el sobrenombre del autor ó por alguno de los nombres más característicos de su genealogía ó ascendencia: al poner la nota de los libros españoles, quizá debiera haberme concretado á copiar las palabras del Catálogo sin ulterior investigación; pero como en muchos casos el autor nos era conocido con otros nombres, he creído más útil poner el nombre completo, aunque esto haya tenido el inconveniente de que en muchos casos haya revuelto bastantes apuntes y libros sin poder averiguar nada acerca del autor: en este caso, casi siempre hemos dicho que el autor nos es desconocido, con objeto de que personas más entendidas y con más datos completen estas indicaciones biográficas: respecto á la existencia de las mismas obras en otras bibliotecas, solo hacemos la referencia en casos especiales, cuando la indicación nos ha parecido de interés.

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(1) Este autor, citado por Hachi Jalifa núm. 1.938 de su Diccionario bibliográfico, se llamaba Ahmed ben Mohammed ben Abdelaziz: terminó esta obra en el año 1038 de la hegira.

(2) Quizá sea el mismo que el anterior.

(3) Como este autor escribió un comentario á la Mokaddamah de Aben Jaldun, le suponemos español; se llamaba Ahmed ben Mohammed: véase Hachi Jalifa, números 8.043 y 8.881: en la biblioteca de París hay un libro de este autor que trata de Historia de España: murió en el año 1041 de la hegira.

(4) De este xeque Andaluçí, si es uno solo, se citan en Hachi Jalifa, tomo VII, muchas obras como existentes en varias bibliotecas de Oriente: no se quién sea.

(5) No me fue posible examinar este volumen, por haber sido prestado y estar fuera de la biblioteca: por las extensas noticias que después me ha comunicado nuestro correspondiente M. Goguyer, resulta que efectivamente es lo que dice el Catálogo, y ejemplar según creo bastante bueno.

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(6) De Abu Mohammed Abdallah ben Mohammed ben Açcaid el gramático, natural de Badajoz, nacido en 444 y muerto en 521, se citan muchas obras: escribieron extensamente su biografía Aben Pascual, Adh-Dhabbí y Aben Jakan: de estas cinco obras solo consta que pertenecen á este autor la segunda y tercera; las otras tres pueden ser de algún otro autor natural de Badajoz.

(7) Abu Bequer ben Alarabí, natural de Sevilla, cuyo nombre completo era Mohammed ben Abdallah ben Mohammed ben Abdallah ben Ahmed ben Alarabí Abu Bequer, fué uno de los autores más celebrados de su tiempo: puede verse su biografía en Aben Pascual, Adh-Dhabbi, Aben Jalican y Almakkarí: murió en 513.

(8) De este Albolaidí no hubiéramos sabido que era español, aunque quizá lo hayamos leido en otra parte, si no hubiéramos tenido la nota bibliográfica de esta última obra, tomada del Catálogo de la biblioteca khedival del Cairo, donde se le llama el cherif, el kaid Mohammed ben Mohammed el Bolaidi el Maliquí el Axarí el Audaluçi, del cual añade que murió el 29 de ramadhan del año 1176 de la hegira.

(9) Del célebre Aben Albeitar, natural de Málaga, se conservan varias obras en casi todas las bibliotecas.

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(10) Este autor debe ser el mencionado por Hachi Jalifa y llamado Abdallah ben Çaâd ben Abu Chamrah el Azdí, el Andaluçí: murió en 525.

(11) No sé si todas estas obras son del que pudiéramos llamar nuestro Aben Aljathib: la 3.ª y 4.ª, la una por su contenido y la otra por estar citada como suya por Hachi Jalifa, pueden considerarse como del Aben Aljathib español: la 5.ª indudablemente es suya y de gran importancia; la copia es moderna, y por lo que pudimos ver en el poco rato que pudimos dedicar á su examen, es bastante regular.

(12) De Atsiroddin Abu Hayyan Mohammed ben Yuçuf el de Granada, muerto en 745 de la hegira, se conservan noticias de multitud de obras: la más celebrada es ésta, que anda impresa y figura manuscrita ó impresa en todas las bibliotecas de Oriente.

(13) Es uno de los autores de agricultura de que se sirvió Aben Alawam para escribir su célebre tratado, traducido y publicado por Banqueri.

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(14) Suponemos que estas dos obras son del celebrado escritor cordobés Abu Amru Otsman ben Çaîd ben Omar, conocido más comunmente por Abu Amru el de Denia, de quien se dice en el Catálogo de la biblioteca khedival del Cairo que era conocido en su tiempo por imagen Aben Assairafí, y en el nuestro, añade el autor de la nota, por Abu Amru el de Denia, por su estancia en ella: nació en 371 y murió á mitad de xawal del año 444 en Denia: se citan muchas obras suyas, de las cuales se conservan varias.

(15) Aunque en el Catálogo no se da el nombre del autor, la obra es de Abu Mohammed Abdallah ben Alí el Lajmí, el Roxetí: véase Hachi Jalifa, números 1.036 y 1.348: el Doctor Wüstenfeld le supone de Orihuela; Aben Pascual que le trató, dice que nació en Almería el sábado 8 de chumada postrero del año 466 y que murió en 540: otros dicen 542.

(16) Aunque no podemos asegurar que todas estas obras sean del célebre Abu Alwalíd ben Roxd, conocido por Averroes, pues algunas de ellas no figuran entre las que Aben Pascual le atribuye, creemos que serán suyas y no de su hijo Ahmed, también kadhí de Córdoba, de quien sus biógrafos, Aben Pascual, Adh-Dhabbi y Aben Alabbar, no dicen que escribiese obra alguna: el padre murió en el año 520 de la hegira y el hijo en 563.

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(17) La primera de estas obras no sabemos si es del sevillano Abu Bequer Mohammed ben Alhaçan el Zobaidí; pues no la encontramos entre las obras atribuidas al mismo por Hachi Jalifa: respecto á la segunda, no cabe duda de que sea del autor español, quien efectivamente escribió un Compendio del imagen: un ejemplar de esta obra se conserva en el archivo de la Audiencia de Granada (véase Derenbourg, imagen pág. 38.)

(18) Ambas obras son muy conocidas y abundan en las bibliotecas.

(19) Siendo varios los escritores conocidos á quienes se llama el Xohailí (el de Fuengirola?) no sabemos á cuál de ellos adjudicar estas obras: nos inclinamos á que la primera es del escritor Abu Alkáçim Abderrahman ben Aljathib Abdallah ben Aljathib Abu Omar Ahmed, de quien se conserva una obra en la biblioteca khedival del Cairo, en cuyo Catálogo leemos que este autor nació en Málaga en 508 y murió en Marruecos en 581: en Hachi Jalifa, tomo VII, páginas 114 y 383, se le cita solo con el patronímico imagen.

(20) Como en Hachi Jalifa se hace mención, tomo VII, pág. 20 de un Diwan de Ibraktim ben Çahal el de Sevilla, creemos que á éste debe referirse el Diwan de Túnez: en Aben Pascual encontramos una obra atribuida á un Aben Çahal, que no sabemos si será este mismo.

(21) Aunque en el Catálogo no se dice que sea español, como en Aben Pascual figura un Abu Alhaçan Alí ben Içmail ben Çaidah, natural de Murcia, que entre otras obras escribió una con este mismo título, no cabe duda de que es el mismo, a unque no se le mencione con todos los nombres: murió en 458.

(22) Con el sobrenombre de Aben Çidi Annaç encontramos citados dos literatos españoles, y es de creer que haya más; pero como al menos alguna de las obras de Abu Alfatah Mohammed ben Mohammed ben Çidi Annaç el Andaluçí, la hemos visto citada

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tada solo con el nombre de Aben Çidi Annaç y sabemos que escribió una obra titulada imagen, Historia ó vida del Profeta, creemos que será ésta: murió Aben Çidi Annaç, en 734.

(23) Quién ó quiénes sean estos escritores denominados el de Xátiva, no es fácil determinarlo: en los originales es muy probable que se hagan más indicaciones.

(24) Encontrando en Casiri, tomo II, pág. 114, un Káçim ben Abdallah ben Mohammed ben Axxath, sevillano, muerto en 123, y no encontrando este nombre en otra parte, sospechamos que sea éste.

(25) El comentador de las Makamas de Alhariri, es Abu Alabbaç Ahmed ben Abdelummen el de Jerez, muerto en 619: en Hachi Jalifa constan otras dos obras suyas; encuentro otros dos escritores de Jerez, cualquiera de los cuales puede ser el autor de la primera y tercera de estas obras: llamábase el uno Chemaleddin Mohammed ben Ahmed, muerto en 729 ó 769, pues ambas fechas aparecen, por errata sin duda, en Hachi Jalifa: el otro, muerto en 685, se llamaba Mohammed ben Ahmed el Andaluçí, el Becrí.

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(26) La primera de estas obras es de Xihabeddin Abu Chaâfar Ahmed ben Yuçuf el Andaluçí, el de Silves, pues figura una obra suya con este título: murió en 777 ó 779: en el Catálogo de la biblioteca de Leiden figura la misma obra, números 1.888 y 1.889, y al autor se le llama Xihabeddin Abu Alabbaç Ahmed ben Yunus: la segunda obra atribuida á un Xilbí, no sabemos si es de éste ó de otro.

(27) Es de suponer que el autor de esta obra sea Abu Alhachach Yuçuf ben Çuleiman, conocido por el Alam (el muy sabio) natural de Santa María de Algarbe, aunque sus biógrafos Aben Pascual y Aben Jalican no hacen mención de esta obra: murió en 476.

(28) Esta última obra, muy conocida é impresa, fué escrita por el célebre Tortoxí Abu Bequer Mohammad ben Alwalid, muerto en 520 ó 525, según otros: de la primera casi puede asegurarse lo mismo, pues Hachi Jalifa le atribuye una obra cuyo título viene á ser el mismo.

(29) Aunque estas tres obras no consta que sean de autores españoles, antes al contrario, de alguna consta que no lo es, las ponemos aquí por tratar de un musulmán español, natural de Murcia, que debió ser muy célebre entre los suyos.

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(30) De la primera de estas obras, atribuida á Mohammad ben Ibrahim ben Abbad, el Nafazí, hace mención Hachi Jalifa, añadiendo que el autor era de Ronda: aunque el autor de las otras cuatro no está tan determinado, suponemos que será el mismo.

(31) En Aben Pascual encontramos un Abdallah el Tochibí, natural de Ricla, autor de dos obras, y sospechamos que podrá ser este mismo.

(32) De este autor, natural de Guadix, muerto en 780 de la hegira, se conserva en el Escorial una obra de sus viajes por España, África, Egipto y Siria; Hachi Jalifa hace mención de la obra existente en Túnez y en el núm. 1.743 le atribuye otra que existe en el Museo británico.

(33) La obra conocida é impresa del geógrafo Abu Obaid el Becrí, muerto en 487.

(34) Ambas obras están indicadas en Hachi Jalifa como del cordobés Abu Amru Yuçuf ben Abdelbar.

(35) Esta misma obra se conserva en la biblioteca de Leiden, en cuyo Catálogo, número 2.008 se atribuye á Abu Mohammed Abdelhak ben Abderrahman ben Abdallah ben Hoçain ben Çaid el Azdí, natural de Sevilla: murió en 582: se conservan otras obras del mismo autor.

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(36) Esta última obra, conocida y publicada, fué escrita por Abu Omar Ahmed ben Mohammad ben Abderrabbih, muerto en 328: las dos primeras no sabemos si pertenecen al mismo autor ó á otro de los muchos que encontramos á quienes puede llamarse Aben Abderrabbih, pues no figuran entre las pocas obras que de aquel se mencionan, aunque consta que escribió muchas.

(37) Conocida y publicada.

(38) Entre las obras de Alí ben Mumin ben Osfur, el sevillano, muerto en 669, figura ésta, que existe también en la biblioteca de Leiden.

(39) El granadino Abu Bequer Mohammed ben Abdelhak ben Athiyah, muerto en 542, escribió un libro acerca de la interpretación del Korán, y sospecho que sea este mismo: en otros textos, al autor de esta Tafçirah se le llama el Magrebí.

(40) No sé si este Alí, de Málaga, podrá identificarse con Abu Alhaçan Alí ben Abu Mohammed Abdallah el Chodzaní, natural de Málaga, muerto en 781, y que escribió una Historia de los Reyes de Granada. (Casiri, t. II, pág. 30.)

(41) Para sospechar que este Alí ben Hudzail sea español, no tengo más indicio que el haber tratado de cosas de Alandalus.

(42) Sospecho que el autor de ambas obras es uno mismo, el Içraelita Abu Imran Muça ben Abdallah, médico de Córdoba.

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(43) Esta obra de Mohammed el Keiçi de Granada debe ser su obra geográfica llena de fábulas absurdas, obra que se conoce con el titulo de imagen, á la cual se ha puesto por título lo que constituye su materia ó asunto principal, como consta en los títulos de los capítulos ó libros en que está dividida la obra: el autor Mohammed ben Abderrahim ben Çuleimán el Keiçi murió en el año 565.

(44) El granadino Abu Chafar Ahmed el Roaní, murió en 780 de la hegira (Hachi Jalifa, núm. 1.743): del xerif granadino, autor de las dos primeras obras, nada sé, ni aun si es diferente del anterior.

(45) Ibrahim ben Alí ben Mohammed ben Farhun Borhaneddin, autor de algunas

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de estas obras, murió en 779 de la hegira: el Alí ben Mohammed ben Farhun, también español, autor de las dos últimas obras, parece que sea padre del primero: aún figura algun otro Aben Farhun, del cual se conserva alguna obra en la biblioteca khedival del Cairo.

(46) Con el nombre de Tafçirah del cordobés se conoce según Hachi Jalifa, número 3.861, una obra en dos volúmenes escrita por Abu Ablallah Mohammad ben Ahmed ben Abu Bequer ben Farech, natural de Córdoba, muerto en 671: al mismo debe atribuirse la obra tercera, muy común en las bibliotecas. (Vid Cat. del Museo Brit., p. 108.)

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(47) De este autor, natural de Baza, que murió en el año 891 de la hegira, da noticias detalladas Almakkarí, citando muchas de sus obras (tomo I, pág. 935): llamábase Abu Alhaçan Alí ben Mohammed ben Mohammed ben Alí el korxí, el de Baza, el kalasadí, que Hachi Jalifa llama kalasawí.

(48) Sospechamos que no son dos autores, sino uno, porque en el primero deba leerse imagen y no imagen y que sea el mismo que escribió un poema de agricultura que se conserva en parte en la biblioteca de la Universidad de Granada.

(49) Aunque no nos consta que fuese español, podemos suponerlo, pues encontramos en Adh-Dhabbí tres individuos de la misma familia, todos Mohammedes, hermano, hijo y nieto de Yahya ben Omar.

(50) Estas obras son debidas al célebre gramático Chemaleddin Mohammed ben Abdallah ben Malic, natural de Jaén, muerto en 672 ó 673.

(51) Hachi Jalifa, que cita otra obra de este autor, dejó en blanco la fecha de su muerte.

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(52) Chemaleddin Abu Abdallah ben Nabatah murió en 768 de la hegira.

(53) Abu Alkáçim Mohammed el Azdí ben Hani el Andaluçí fué muerto en el año 362: Hachi Jalifa, que menciona este Diwan, celebrándolo bajo la autoridad de Aben Jalican, dice que Aben Hani ocupa entre los poetas occidentales el lugar que Almotanebi entre los de Oriente.

(54) Abu Alwalid Çuleiman ben Jálaf, conocido más comunmente por Abu Alwalid el de Becha, autor muy celebrado, nació en Badajoz en el año 403, y murió en Almería en 474.

(55) De un Yahya ben Omar, natural de Córdoba, muerto en 567, se citan dos obras en el Catálogo del Museo británico: no sabemos si este Yahya, de Córdoba, será el mismo.

Del fecundísimo escritor Mahieddin Mohammed ben Alí el Thaí el Andaluçí, muerto en 638, no creo oportuno copiar aquí los títulos de todas las obras suyas que se conservan en la biblioteca   —44→   de Túnez, pues son muy numerosas: merecerían la pena, si abundaran los arabistas, de que alguien estudiase las obras de este autor, pues es indudable por el número de las que se conservan en todas partes, que debieron tener una inmensa circulación en todo el mundo musulmán: Hachi Jalifa cita más de 80 obras suyas: las que existen en la biblioteca de Túnez llevan en el Catálogo los números siguientes, poniendo reunidos los que se refieren á una misma obra.

Números 3.426, 6.244; 3.312; 4.661; 2.507; 4.489; 4.490; 3.821, 3.830; 3.835, 3.787, en este volumen se incluyen hasta 24 tratados, 3.505, 3.761; 3.680; 3.753; 3.785, 3.786; 3.787; 3.830; 3.831; 1.595; 3.310; 1.602; 507 y 508; esta última y alguna otra andan impresas.

Madrid 11 de Mayo de 1888.

FRANCISCO CODERA.



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