—57→
El subir a la Cucaña más que fuerza quiere maña
Anda la China la rueda y entre dos manos se queda
Es en Carmona maestro quien es en tirar más diestro
Para jugar al navero es preciso andar ligero
Ni destreza ni donaire quiere la Pelota de aire
La Rueda, con sus canciones, alegra los corazones
—59→El juego de tradición oral construye el alzado básico del ritmo y cadencia colectiva. El estribillo de los juegos danzados permite en su periódico retorno la participación coral, fijando nemotécnicamente una estructura binaria: verso + estribillo. Advertimos que la repetición, el ir y venir, sístole y diástole, implica la noción «de un concepto más amplio, muy importante en la poesía popular: la concepción binaria del movimiento poético», apunta Sánchez Romeralo55.
La recurrencia lleva en el «decir poético» popular una disponibilidad a que las palabras resuenen con lo anteriormente dicho, es decir a la rima.
Las pautas anotadas ya habían sido expuestas por Huizinga en Homo Ludens, un agudo ensayo sobre el rol del juego en la cultura del hombre.
La poesía compartida colectivamente es una forma de construcción lúdica del arte poético, porque
(Huizinga: Homo ludens)56 |
En el valioso estudio de Antonio Sánchez Romeralo sobre el villancico y la lírica popular en los siglos XV-XVI, encontramos sugerentes ideas que nos permiten aplicarlas a los textos de esta antología, algunos de ellos documentados en fuentes literarias del Siglo de Oro (por ejemplo, núm. 89).
Atendiendo a la vigencia oral-gestual, colectiva del juego a través del tiempo, consideramos las letras, cancioncillas, formulillas, —60→ retahílas acompañantes al juego, como poesía tradicional infantil. Compartir la validez de esta afirmación resulta más inmediato cuando la letra es una forma poética reconocida; por ejemplo, coplas, seguidillas, romances. Los juegos de corro, escenificados, danzados, atesoran una gran riqueza de la lírica infantil, en formas poéticas fijas, pero también en gran variedad de versificación irregular. Por ahora hemos dejado deliberadamente los textos orales, fácilmente identificables en cuanto forma, para un posterior estudio de poesía infantil.
Concentramos la atención en las letras de los juegos (palabra-movimiento-cuerpo), cuyos textos nos incitan a otra lectura de lo poético, una mirada atenta a su multiformalidad, a una organización anterior a las formas poéticas fijadas. Siguiendo a Sánchez Romeralo57 subrayamos ciertas pistas claves:
- Ciertas letras, retahílas de los juegos infantiles, no constituyen «un contenido poético determinado por una forma poética que los prefigura, sino un decir poético, cuya forma no es fija» a la manera de una copla, romance.
- Este decir poético, es un decir rítmico, apoyado por los acentos, la dinámica del movimiento, el silabeo prosódico. El sinsentido de las retahílas de sorteo tiene un sentido rítmico y no conceptual.
- El decir poético «va guiado por un cierto sentido de recurrencia que lleva a la rima».
- En las letrillas nos encontramos con elementos de organización del texto oral, que no son las estrofas y la métrica, formas poéticas académicas, clásicas. Al hacer mención de esos elementos organizadores, hablaríamos de estructuras internas en el cancionero infantil.
—61→
Hemos considerado, con toda la inexactitud de que se recarga una clasificación58, tres núcleos organizadores:
1. Estructuras binarias
- movimiento binario
- diálogo: pregunta, respuesta
- reiteración: verso y estribillo
2. Estructuras acumulativas
- numerales (crecientes/decrecientes)
- enumerativas
- adicionales
- encadenadas
3. Estructuras mixtas
1. Estructuras binarias
1.1. La estructura binaria supone un movimiento rítmico dual, y también conceptual. Dos elementos alternativos (A + B) arman la estructura, que aparece por debajo de la forma, y de la variación de versos, sílabas y métrica, con independencia de ellos.
1.2. En la estructura binaria hallamos esquemas-diálogos: dos voces que, a manera de coloquio, desarrollan situaciones, a menudo ilógicas, en preguntas y respuestas (pregunta A - contesta B):
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1.3. El diálogo deja oír las voces de los personajes, que manifiestan un deseo o petición, creando un núcleo dramatizado, una escena con personajes.
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1.4. El movimiento binario aparece con toda claridad en la reiteración. Un elemento reiterativo -estribillo- conjuga con un verso alternativamente, o con un par de versos. Verso y estribillo alterno:
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Reiteración - estribillo:
2. Estructuras Acumulativas
Movimiento de seriación, elementos diversos reunidos, con voluntad de multiplicidad.
Aparece en estas estructuras:
2.1. un orden aritmético (estructuras numerales).
2.2. un listado, inventario de elementos lógicos o alógicos (estructuras enumerativas).
2.3. una suma de nuevos elementos creando una profusa relación (estructuras adicionales).
2.4. enlaza un elemento terminal con otro inicial, en un toma y deja (estructuras encadenadas).
2.1. Numerales
Por seriación lógica, encontramos ejemplos de organización numeral creciente:
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y numeral decreciente:
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(Continúa «disminuyendo» hasta quedar sin ningún perrito.)
2.2. Enumerativas
Reunión de elementos a manera de un inventario, o listado de acciones, cosas, personajes:
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—65→
2.2.1. Enumeración alógica
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2.3. Adicionales
A partir de un elemento se suman otros, reiterándose cada nuevo elemento.
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2.4. Encadenamiento
Un término final aparece en primer lugar del verso siguiente. En algunos casos se inicia una cuenta atrás (A), un efecto desencadenante...59
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Aunque hemos considerado el encadenamiento dentro del mecanismo de seriación, es decir, en las estructuras acumulativas, resulta que en el ejemplo B el encadenamiento, toma y deja, opera con un movimiento binario, debiendo considerar:
3. Estructuras mixtas (binarias-acumulativas)
3.1. Veamos dos ejemplos. En el primero consideramos que la enumeración es acompañada por un movimiento dual, correspondiente a la estructura binaria.
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—68→
3.2. En otro caso aparece el diálogo, dos voces alternándose (binario), yuxtaponiéndose al esquema encadenamiento.
- ¿De dónde viene el ganso?
- De tierras del garbanzo.
- ¿Qué trae en el pico?
- Un pollo mal pelado.
- ¿Quién lo peló?
- El agüita que cayó.
- ¿Dónde está el agüita?
- La gallinita la bebió.
- ¿Dónde está la gallinita?
- Poniendo huevos en su casita.
- ¿Dónde están los huevos?
- Los frailes se los comieron.
- ¿Dónde están los frailes?
- Diciendo misa en sus altares.
Tarés Tarés cucururusé.
Radiografía de las estructuras
El análisis y comprensión de las estructuras elementales posibilita realizar un divertido juego de «desmonte» y construcción, como armar-desarmar un rompecabezas, activo puzzle poético. Desentrañar las técnicas y mecanismos de creación. Dibujar su huella en el espacio. Jugando a radiografiar, transcribimos en signos el armazón, y nos quedará este posible esqueleto, este gráfico del cuerpo, organización de las estructuras de encadenamiento:
Ésta es la llave de Roma.
- La suma de juegos-cantinelas ha sido agrupada según sus junciones, respetando la comunicación de los informantes. Responde la junción a la acción, movimiento, el cuándo, qué, para qué, se escoge tal o cual entretenimiento, cómo se practica y cuáles son «las palabras», recitadas o cantadas.
La funcionalidad lúdica de la letrilla es variable, según el grupo y procedencia de los jugadores: por ejemplo, ¿De dónde viene el ganso? Aparece aquí en distintos apartados (núm. 62, para balancear al niño en las rodillas; en el 183, para columpiarse; en otra versión no incluida, la letra era «un cuento para contar a los niños pequeños»). Otro tanto ocurre con otras cantinelas, y no dudamos que el lector necesita re-clasificar el juego, pues el texto recordado amplía una funcionalidad diferente.
- La descripción sucinta de la manera de jugarlos no aparece junto a la letra, sino en Notas para jugar (ver págs. 109-119). Nos ha guiado el doble criterio, de clasificarlos según su funcionalidad, y, al mismo tiempo, dar el ritmo de la palabra, lírica continuidad y recurrencia, sin interrupción o quebrantamiento de la descripción.
—70→Clasificación
I. Dichos y juegos de los primeros años
- Retahílas/dichos para mover las manos.
- Balanceos, galopes en las rodillas.
- Enseñarles a andar, saltar.
- De cosquillas, risas.
- De curar.
- Conjuros-invocaciones.
II. Juegos, rimas, retahílas
Juegos de acción y motricidad
- Movilidad-inmovilidad.
- De tiento (a ciegas).
- Saltos.
- Escondite, persecución.
- Otros.
Juegos con objetos
- Piedrecillas, huesos, hilos.
- Canicas, bolos, palos, chapas.
- Pelota, trompo, etc.
- Otros.
Retahílas de sorteo
Juegos rítmicos
- Manos/palmas-botando pelotas.
- Cantarcillos de comba.
- Columpio.
- De corro:
Con movimiento.
Formando calles, pasillos, arcos.
Con mímica, escenificados.
En el bloque I incluimos los dichos familiares, rimas de palabras y aprendizajes de movimiento (cosquillas, balanceos, reconocimiento de las manos) del niño pequeño (0 a 3 años).
En el bloque II, juegos de niños (4-8 años), participantes ya de grupos infantiles de edades varias. Aunque esta clasificación adolezca de imprecisión, hemos dejado para el tercer volumen de esta colección las adivinanzas, trabalenguas, canciones y romances por predominancia lírica.
En este muestreo adoptamos las versiones notoriamente ligadas a la noción juego-movimiento-ritmo, otorgando relevancia a
- palabra y movimiento corporal, en un ritmo binario (balanceo, saltos entre dos); ritmo-acción-prosodia (juegos de columpio, palma-pelotas),
- palabra encantación-conjuro (magia, invocación a la naturaleza),
- palabra sin sentido, sonsonetes, reiteración, ritmo (retahílas de sorteo),
- palabra en acción-situación de juego de imitación. Esbozo de juego dramático (El milano, Lobo, ¿estás?)
Atestiguando el proceso de la tradición oral, que adopta y adapta, la letra, arropada en lo colectivo, crea variantes. Hemos incluido algunos ejemplos de cómo un texto, prescindiendo aquí de su funcionalidad, se transforma, ligándose en otro texto, y cambia radicalmente. Ver el caso de Pipirigaña (43), Pinto maraña (45, 46, 47).
Letras y retahílas de tradición oral, recogidas en la antología, constituyen un muestrario, de material de nuestra colección (CAP), realizado entre 1976-84, en lenta, fascinante recuperación de juegos colectivos. Múltiples y variadas voces resuenan en el juego de cada quién. Recuperadas oral-lúdicamente en pueblos, plazas, patios y aulas escolares, cursos para educadores de variada procedencia geográfica, grupos de trabajo, comunicaciones de amigos y familiares de amigos60. Las edades de los informantes discurren entre los 7 y 70 años. Las letras, ritmos, gestos, del material incluido viven, cuerpo vivo.
Para que las doscientas y tantas retahílas-juegos aquí impresas desplieguen su potencial y magia convocadora, necesitan de la —72→ memoria y recreación, del impulso vital, museo vibrante y sonoro del juego de cada cual. Sólo así nos será dado compartir nuestro-vuestro universo lúdico con la infancia próxima, restituyendo este diminuto microcosmos de lenguaje y acción a la cotidianidad del niño pequeño61.
Atando hilos, pacientemente tirando de hilos, he ovillado una madeja, sólo perceptible su movimiento encantatorio, lazo, nexo, heredad, al desmadejarlo en personal vivencia.
Entrego el espejo de una prodigiosa madeja por devanar: su propia memoria.
Tres movimientos para que los textos, en fascinante maqueta, desplieguen la horizontalidad y la verticalidad del juego:
- Reconstruir su memoria.
- Reconstruir el movimiento-ritmo-espacio-tiempo.
- Transmitir a los niños. Continuidad incesante de este/ese legado.
Y ahora por fin
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