Archivo de la Catedral. Capellanes de coro, caj. 45: Testamento de Camargo.
Teatro completo de Juan del Encina, página XXIX. El poeta dedicó a este prelado una poesía en 20 coplas que se halla al folio liij vuelto de este Cancionero.
Murió en Segovia, el 20 de agosto de 1506. En esta familia hubo otros dos Gutierres que siguieron la carrera eclesiástica: Don Gutierre de Toledo, hermano del abuelo del protector de Encina, que fue obispo de Palencia, y el célebre don Gutierre de Toledo, prelado de la archidiócesis de su nombre de 1422 a 1445, que tanto influyó en la política de su tiempo y en la prosperidad de su familia. El primero de estos dos es el que creyó Barrera que fuese el amo de Encina en Salamanca. Clemencín, en su Elogio de la Reina Católica, dice que nuestro don Gutierre era en 1488 cancelario de la Universidad de Salamanca, y que en dicho año se matricularon 7.000 estudiantes, uno de los cuales sería Juan del Encina.
Llamábase don Fadrique Álvarez de Toledo, segundo duque de Alba de Tormes, marqués de Coria, conde de Salvatierra y Piedrahita; señor de Valdecorneja, Huéscar y otros lugares, abuelo del insigne general de Felipe II y primo hermano del Rey Católico.
Era hijo de don García Álvarez de Toledo, primer duque, y de doña María Enríquez, hermana de doña Juana, reina de Aragón. Sirvió a los Reyes Católicos en Andalucía, donde le dejaron en 1486 por capitán general de la frontera de Granada e hizo varias entradas en la Vega. Dos años después, a 20 de junio, sucedió a su padre, y en 1489 se distinguió en el cerco de Baza. En 1504, a la muerte de la reina doña Isabel, fue el que levantó pendones por su hija doña Juana, y en 1512, general en jefe del ejército que conquistó a Navarra. Alcanzó los tiempos del emperador Carlos V, de quien fue Mayordomo mayor, muriendo en 18 de octubre de 1531.
No sólo fue militar ilustre, caballero del Toisón y Mecenas de literatos, sino que también compuso versos, de los que figura una canción en el Cancionero general de 1511.
Estuvo casado con doña Isabel de Zúñiga y Pimentel, hija primera de don Álvaro de Zúñiga, duque de Arévalo, Plasencia y Béjar, y de su segunda esposa, doña Leonor Pimentel. Hijo primogénito de ambos fue el bizarro don García Álvarez de Toledo, que murió heroicamente, luchando con los moros en la desgraciada jornada de los Gelves, a 20 de agosto de 1510, a los veintitrés años de su edad, y a quien Encina dedicó también alguna de sus obras. Fue padre del insigne don Fernando.
Garcilaso de la Vega: Égloga II. En Autores españoles, tomo 32, pág. 15.
En el presente Cancionero, fol. lij vuelto, se hallan unos versos escritos «después que el Duque y Duquesa, sus señores, le recibieron por suyo.» Pero no son cien coplas, sino 20 de arte mayor. Pudo haberlas reducido al imprimirlas; pero también hay otra poesía a la Duquesa que tiene justamente 105 coplas de arte menor: quizá sea esta la poesía entregada en 1492.
Espinosa: ob. cit. Añales de 1495-1497, fol. 128.
Espinosa: ob. cit. Añales, 1498, fol. 52.
La bula de este beneficio, dirigida al obispo de Zamora, al Deán de Oviedo y al Arcediano de Cornado, en la iglesia compostelana, dice que «dilectos filius Johannes del Enzina, clericus salamantinus, familliaris noster, nobis hactenus impendit et ad hunc solicitis studiis impendere non desistit, necnon vitae ac morium honestas allia que laudabilis probitatis & virtutem merita. Quibus personam suam tam familliari sperientia quam etiam fidedignorum testimoniis innari percipimus» le movieron a darle cierta «portio ecclesiae salamantinae quam dilectus filius Antonio Carrillo, alias Vivero, dictae ecclesiae portionarius» obtenía; y por cuanto por su muerte y vacante había vuelto al Papa, «nos volentis prefacto Johanni qui etiam continus comensalis noster existit premissorum obsequiorum et meritorum suorum instruitu gratiam facere speciae ipsumque Johannem»... «cum cura et cine cura», para lo cual le concede dispensa... (Roma, 1500 (sic) «tertio nonis augusti...» «año octavo de nuestro pontificado», que es efectivamente el de 1500.
Esta noticia fue ya conocida por el que la comunicó al chantre Álvarez de Castro y éste a Cañete (pág. xxx), pero equivocando la fecha o confundiéndola con la ración del año 1502. Antes la había también estampado don A. Vidal y Díaz en su Historia de la Universidad de Salamanca.
El que hacía la salva. En España eran los maestresalas.