Volumen 15 - carta nº 448
De MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO |
A CARLOS CAÑAL |
Santander, 3 septiembre 1899
Mi querido amigo: Perdóneme Vd. que no haya contestado antes de ahora á su estimada carta de Junio pasado. Este verano, por ocupaciones urgentes de varia índole, he tenido casi interrumpida mi correspondencia.
No sé si estará ya nombrado el tribunal de oposiciones para la cátedra de Historia Universal de Sevilla, pero por mi parte estoy resuelto á no aceptar el cargo de juez en este género de concursos, tanto por el tiempo que quitan, como por la consideración de no ser yo consejero de Instrucción Pública (ni ganas) y de haberse arrogado los tales consejeros la presidencia de todos los tribunales. Á mí personalmente nada me importa, y en cualquier lugar me encuentro honrado y bien avenido, pero no me parece decoroso, siendo Jefe de un Cuerpo facultativo, con categoría de Director General, ir á ser presidido por un consejero cualquiera, que puede muy bien ser un catedrático de Instituto, ó un maestro de escuela normal, ó un telegrafista, que de todo se han visto casos.
Por otra parte, el mérito de Vd. ha de ser reconocido por cualquier tribunal que le juzgue, á no estar compuesto de sectarios sin conciencia, lo cual no es probable dada la justificación y el buen espíritu que hoy reina en las esferas oficiales respecto de la enseñanza. Si en algo puedo influir con el Ministro y con el Sr. Hinojosa, indicando nombres de vocales, ó de cualquiera otra suerte, crea Vd. que lo haré con toda eficacia y buena voluntad, porque me interesa mucho que un jóven de tan brillantes y excepcionales dotes como Vd. encuentre franca la carrera de sus estudios y llegue al logro de sus legítimas aspiraciones.
De Vd. buen amigo y s.s. q.s.m.b.
M. Menéndez y Pelayo