Volumen 10 - carta nº 287
De MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO |
A GUMERSINDO LAVERDE CÍRCULO DE RECREO SANTANDER |
Santander, 14 enero 1890
Mi muy querido Gumersindo: Empiezo por descarte un feliz año nuevo y pedirte mil perdones por mi largo silencio de mes y medio. He aprovechado éstas vacaciones para ir despachando algunas de las infinitas cosas que tengo pendientes,
y no he tenido tiempo ni reposo para escribir ninguna carta. Por otro lado, quería decirte algo positivo acerca de tu asunto, y hasta ahora nada puedo comunicarte. El Ministro contestó que no había un fondo especial para sustituciones &.& y que, por consiguiente, la cosa tenía mal arreglo. Yo dirigí desde entonces mis esfuerzos á conseguir que dejaran en suspenso el asunto, para que entre tanto fuera pasando el tiempo que te falta para la jubilación, ó para que viniendo otro Ministerio, se te pueda conferir una comision que te autorize para cobrar el sueldo entero sin ir á clase. Como nadie, desde que estoy aquí, me ha escrito nada, supongo que el statu quo continúa en los mismos términos en que yo se lo supliqué al Director y al Ministro. Iré á Madrid el Domingo próximo, y allá puedes escribirme, dándome tus instrucciones.
He escapado bien de la epidemia reinante, salvo un poco de tos que no me ha obligado á guardar cama ningún día, y que ya ha cesado del todo. El principal trabajo de estas vacaciones ha sido completar la corrección del tomo 1.º de la Estética, que era el más flojo y desaliñado de la obra, procurando ponerle en erudición y estilo á la altura de los siguientes. No le vás á conocer cuando le veas.
Nada he hecho del discurso de entrada en la Academia de Ciencias Morales y Políticas. Fluctúo entre dos temas que me parecen igualmente interesantes: Séneca y Dn. Francisco de Quevedo considerados como moralistas - Francisco Sánchez y los precursores españoles de Kant.
Supongo que habrás recibido la antología de líricos italianos de Estelrich.
Rico, de Alicante, me ha mandado con puntualidad los pliegos de su curioso diccionario biográfico-bibliográfico de escritores de aquella provincia. Encuentro que lo biográfico predomina con exceso, y que los libros no están generalmente bien descritos, sobre todo los antiguos, pero en fin no es poco lo que ha hecho, en el aislamiento en que trabaja. ¡Ojalá cada provincia de España tuviera ya un libro igual! Pero poco á poco vamos avanzando. Tres nuevas bibliografías se están imprimiendo, procedentes del concurso del año pasado.
Vá muy adelante el primer tomo de Lope. El Discurso crítico debe ir al fin de toda la colección, como síntesis de ella. En éste primero no cabe más que la biografía, los documentos biográficos, y un artículo de Dn. Agustín Durán, que puso Barrera á modo de prólogo al frente de su Biografía. Bueno es, de todas véras, el trabajo de Dn. Cayetano, y quizá no haya otra vida de autor español ilustrada con tanta minuciosidad y diligencia, aunque es lástima que el respeto á la verdad histórica le haya obligado á contar tantas picardías del gran poeta. Pero en ésto él creía, y yo tambien, que la historia es historia, y que nadie tiene el derecho de alterarla, siempre que se escriba con honradez erudita y sin escándalo, como él lo hizo.
Tuyo de todo corazón
Marcelino