Visor de obras.

Volumen 7 - carta nº 53

Quito, 24 enero 1885

Muy distingd.º Sr. mio, de mi mayor consideracion y aprecio: He recibido con particular agrado la estimable carta que V. ha tenido la bondad de escribirme de Santander. No sé si V. habrá recibido la mía con los impresos que le envié.

Ahora tengo el placer de saludar á V. muy afectuosamente y remitirle la «Nueva lira ecuatoriana». Me dicen que en la biblioteca de la Academia española existe un egemplar de la primera publicada por el Dr. Malestina. El Sr. Caro me escribió que habia enviado á V. «El Nuevo Luciano de Quito» por D. Franc.º Eugenio Espejo; mas por la estimable carta de V. veo que no le ha remitido sino una parte de esta obra inédita. Espejo escribió ó hizo, como él dice, una nueva edicion reformando y corrigiendo la primera y dedicandola al Conde de Campomanes con quien tenia correspondencia amistosa. Mas se ha perdido. La primera edicion le ocasionó persecucion violenta, prision, destierro y la muerte misma en una carcel; porque hirió el amor propio de personas notables y amenguó su buena fama ó reputacion literaria. Sobre todo, propagó ideas de independencia y fué autor de unas inscripciones que el Gobierno las calificó de sediciosas. La una decia: «Salva Cruce, liber esto», y la otra: «Salva Cruce, libertatem et gloriam consequnto».

Espejo escribió muchas obras; pero ninguna se ha dado á la estampa. En las «Memorias de la Academia» publicaremos algunas. Hemos comenzado por una disertacion sobre la viruela. Espejo fué médico, abogado, teólogo y dedicado especialmente al estudio de la literatura. Él contribuyó mucho á cultivar la inteligencia de Megía. Este notable orador casó con una hermana de Espejo, movido principalmente por el interes de aprovechar de su abundante y escogida libreria; pues ella fué, segun dicen los que la conocieron, vieja y fea, y él jóven gallardo.

Por el próximo vapor le enviaré apuntes biográficos de Olmedo.

Su muy att.º amigo y obedt. ^e servid. ^r