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ArribaAbajo Nota a la nota sobre una nota: «impressa», no «empressa»

Helena Percas de Ponseti



Emerita, Grinnell College

Dice Daniel Eisenberg que he defendido la lectura estâ impressa157 en la recomendación de Cide Hamete a su pluma de advertir a los historiadores de no tocarla con los famosos versos: «Tate tate follonzicos / de ninguno sea tocada / porque estâ impressa buen Rey, / para mí estaba guardada». Así aparece en la edición Príncipe del Quixote II, 1615. En primer lugar, lo que he buscado es explicarme cómo pudo encontrarse la locución estâ impressa en vez de la contextual (con perdón) esta empressa en la primera edición compuesta sobre el manuscrito de Cervantes. En mi nota, «A Revision: Cervantess Writing»158, di mis razones de creer que había un típico juego cervantino de ideas al poner simultáneamente en la misma palabra, impressa, dos conceptos distintos y sugerir que esta empresa estâ impresa y, por tanto, que quedará para la posteridad como creación de la pluma de Cervantes.

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Dice Daniel Eisenberg, cuyo conocimiento de las prácticas lingüísticas cervantinas y de la escritura cervantina es, desde luego, mucho mayor que el mío ya que ha estudiado el tema detenidamente, que no es fácil distinguir entre la e y la i (p. 125) en los pocos autógrafos y manuscritos que poseemos de Cervantes, por lo que el estâ impressa es creación del cajista quien no conocía las Guerras civiles de Granada de Ginés Pérez de Hita (p. 126) donde aparecen los versos del romance que recuerda aquí Cervantes. Se refiere a «Aquesa empresa, señor, / para mí estaba guardada» (a su vez proveniente de un romance sobre el cerco de Granada). Cervantes, en cambio, sí los conocía ya que los recuerda en otra parte. Aduce, además, que un cajista, familiarizado con imprentas e impresos (creo entender bien sus palabras: «un cajista, en cambio, sí se enfocaría en lo impreso y (desde su punto de vista) incambiable») pensaría en los términos sugeridos por su profesión. Por tanto, cree Eisenberg que «el manuscrito de Cervantes contenía "esta empressa", o acaso "esta empresa"».

En segundo lugar, que Cervantes conociera el romance y el cajista no, mal explicaría que éste fuera el creador de una locución, «estâ impressa», totalmente fuera de contexto, como ya dije en mi nota de 1989, sobre todo si estuviera pensando en lo que componía, como cree Eisenberg. Yo diría, más bien, que si la locución fuera de su cosecha el non-sequitur hubiera resultado por estar durmiendo. Por otra parte, el alterar textos ajenos y propios para fines ulteriores es una característica dominante del estilo cervantino, como se ha constatado en numerosas ocasiones. Esta característica cervantina hasta ha dado origen a correcciones de anotadores y polémicas de cervantistas así como, también, a creer que Cervantes citaba equivocadamente porque no tenía buena memoria.

En definitiva, la nota de Eisenberg me ha cerciorado que Cervantes puso impresa o impressa con una i bien clara, como pensé desde el principio. De otro modo, el cajista no se hubiera equivocado. Carlos Fernández Gómez en su Vocabulario de Cervantes (invocado tanto por mí como por Eisenberg con diferentes propósitos) recoge el impressa como anomalía por empressa. ¿Por qué sospecho que Cervantes escribió una i bien clara en esta ocasión? Porque impresa es una forma desusada de empresa, nos dice el diccionario de la Academia (ed. de 1956). Fonéticamente, resulta irónico el vocablo cuando aparece en una estrofilla burlona. Sobre todo, creo que Cervantes escribió impressa porque toda la estrofilla está en lenguaje familiar: Tate, tate, es una interjección familiar que se encuentra desde los más antiguos romances (nos dice Clemencín); follonzicos es un diminutivo despectivo que suaviza e intensifica a un tiempo su sentido   —166→   de vano, cobarde, arrogante y de ruin proceder. Remedando una pronunciación semi-rústica de esta empresa en la lengua hablada oiríamos est'impresa. El único verso en lenguaje corriente sería el último, para mí estaba guardada. ¿Por qué no jugaría Cervantes con el homónimo-homólogo impresa sugiriéndole al cajista la locución adverbial, estâ impressa, y a mí el juego de ideas esta empresa está impresa, es decir que perdurará para la posteridad, como en efecto ha sucedido?

Rodríguez Marín159 quien corrige esta empresa ha pensado, sin embargo, en el mismo sentido que yo, puesto que la estrofa le recuerda (la traducción es de Pedro Sánchez) los siguientes versos que puso Ovidio al final de su Metamorfosis:


Tal obra he yo compuesto y publicado
que no podrá borrarla la tragona [Vejez ...
ni la Muerte] que no tiene
Derecho más que en mi mortal persona.



Y también le recuerda lo que dice Barahona de Soto por su Angélica, que habrá memoria de él «en otros siglos, y será leído y celebrado en peregrina historia».

No entiendo qué tienen que ver «las prácticas editoriales del Siglo de Oro» de que habla Eisenberg con lo que piensa o escribe Cervantes, cuajado de sugerencias para sus lectores.

Entre los anotadores de la última década que enmiendan esta impresa en sus respectivas ediciones del Quijote se encuentran Juan Alcina Franch (Clásicos Aubí, 1977, p. 591); Celina Sabor de Cortázar e Isaías Lerner (Editorial Abril, 1983, 867); Vicente Gaos (Editorial Gredos, 1987, p.1043); y Martín de Riquer, quien anteriormente había enmendado empresa, y luego restableció impresa160.

Creo, por tanto, que mis razonamientos son válidos. Donde me he equivocado es al decir en mi nota «A Revision...» que la enmienda «esta impresa» no era aceptable. Al contrario; no sólo es aceptable sino que es la buena, ya que da los dos sentidos con el mismo vocablo sin violar la gramática. Siento haber llegado a la conclusión de hoy por etapas y no desde la primera vez que traté el tema.

Agosto, 1994