Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
 

21

El Saffar (114) apunta acertadamente que todos los personajes principales se ven desde distintas perspectivas por los otros, y la confrontación con su propio egoísmo o sus límites personales por las otras voces les empujan a superarse y elevarse espiritualmente.

 

22

Como señala Gisela Casines, la gran escena de confesión pública es casi un cliché en la comedia española y las comedias de la Restauración inglesa. En Don Quijote, el episodio de la boda de Camacho ofrece una versión irónica y humorística de la convención, mientras que en «Las dos doncellas» se presenta una versión seria que precipita un fin espiritual y feliz.

 

23

Véase Kamen 194-98, Wright 8 y Tentler 17 sobre la larga historia de ir en romería como acto de penitencia.

 

24

Lleó Cañal 185-94 escribe de la reconfiguración tanto arquitectónica como emblemática de una Sevilla «celeste», «nueva Roma» en el siglo XVI, con la Catedral como centro de la ciudad y la construcción de la Giralda como ejemplo de esta empresa.

 

25

Se puede encontrar una representación de esta tradición de los tres principios   —46→   del alma (la razón, el apetito, el espíritu) en el Libro IV de La República. Claro que había romeros y romerías en la Edad Media, pero durante la época postridentina había un aumento dramático de peregrinajes como actos de devoción emprendidos para buscar intervención milagrosa o para cumplir con la penitencia (Kamen 194-98, Wright 7-8). El libro de Hahn ofrece una introducción excelente al rico simbolismo del peregrino en la época barroca.

 

26

Amezúa 158; emphasis added.

 

27

«Licenciado vidriera: persona excesivamente delicada y tímida». It is a nice irony that the Spanish language has transformed «el licenciado Vidriera», who is famous for his glib characterizations of social types, into one more such type («persona nimiamente delicada y tímida»). «We» have imposed this label not on the individual named Tomás-whose authentic identity does not matter to «us» and «our» agent, the narrator-but rather on the attitude, the humor, that arrests and rewards «our» attention while Tomás is out of his mind. The name inducted into the Academia's Diccionario de la lengua española is the crowd's name for the character (rather than his parents' name for him or his own name), and the definition too is supplied by the crowd and does not suit Tomás. (I add quotation marks to pronouns here and occasionally below to distinguish us who are real readers and the real author from the «us» created by the text, with the hope of inhibiting our careless identification with that «us», the imagined crowd and narrator and the latter's imagined readers.)

 

28

In a previous article, «Garbage», I lay out and treat more fully the claims of this and the preceding two paragraphs.

 

29

Numbers enclosed in braces { } refer to the list of «Vidriera's Reflections» in the Appendix.

 

30

Allusions to Madrid, the court after 1606, are mixed into the representation of Valladolid, the court from 1601 to 1606, suggesting that Cervantes perhaps wrote the story in Valladolid and revised it after the Court's move.