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ArribaAbajo El mono y el yacaré

10 versiones y variantes


Cuentos del 760 al 769


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760. El mono y el yacaré

CORRIENTES

El mono quería pasá la laguna Iberá pa ir a unas fiestas grande que había. Entonce le vio al yacaré247, y como al yacaré le gusta tanto la niña, le dice:

-Tengo que decite una cosa que dijo mi hermana por vo.

-¿Qué dijo tu hermana por mí? -dijo el yacaré.

El yacaré le quería a la hermana del mono, pero la hermana del mono no le quería a él.

-Que sé un mozo lindo, nadador...

El yacaré se puso contento. Entonce el mono le dijo que le tenía que pasá al otro lado del Iberá y que él tenía que decir otra cosa que dijo la hermana.

Le dijo el yacaré que sí, que 'taba a su órdene, que le llevaba muy contento, que suba por su lomo.

El mono saltó por el lomo del yacaré y se puso a nadá muy ligero. Y en el viaje le iba preguntando:

-¿Qué, pa, dice tu hermana por mí?

-Qué sé un mozo de lindo ojo, que tené el lomo suave, que sabé cantá y bailá.

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-Ja, ja, eso me gusta -decía el yacaré y nadaba más ligero.

Como é largo de má el Iberá, volvió a preguntá el yacaré.

-¿Y qué má, pa, ha dicho por mí tu hermana?

-Que só un mozo valiente, que sabé trabajá bien y que sabé queré.

-Ja, ja, ja... eso me gusta -volvía a decí el yacaré.

Llegó po a la orilla y el mono saltó ligero. Y como se iba a despedí le volvía a preguntá el yacaré:

-¿Y qué má, pa, dice tu hermana por mí?

Y el mono que no le agradecía nada al yacaré, que le solía engañá siempre con eso cuento porque a él le gusta la niña, pero la guaina248 no le atiende por que é tan feo y malo, se subió en un árbol alto y le gritó:

-Mi hermana dice que bastante me molesta ese bicho viejo, de cuero duro como el güeso, de cola de serrucho, de ojo saltone, que no sabe más que gritá Abá-aigüé sá tacurú... (indio feo, ojos de tacurú...).

El yacaré se puso enojao de má pero no le pudo hacé nada al mono, pero juró que se iba a vengá por él. Por eso, cuando lo mono salta en collera lo arroyo y se cae el último, siempre hay un yacaré que lo espera y se lo come. Ésa es la venganza del yacaré.

Seferino Reinoso, 40 años. El Payubre. Mercedes. Corrientes, 1958.

El narrador es bilingüe guaraní-español. Tiene cultura superior a su medio.



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761. El mono y el yacaré

CORRIENTES

Cierto día un mono se vio interrumpido en su camino por un arroyo que estaba muy crecido. Observaba en todas direcciones, en busca de medios con qué poder salvar el obstáculo. A pocos metros ve un yacaré enorme que tomaba sol. Se dirige hacia él:

-Querido pariente, quiero me hagas pasar el arroyo, tú que eres un buen nadador -le dice.

El yacaré abriendo su boca, lanza un rugido.

-Querido pariente -dice nuevamente el mono-, ¡yacaré lindo, de linda boca!

-¿Qué quieres, hijo?

-No sé nadar, tú ya lo sabes.

-Sí, sí -dijo el yacaré, abriendo nuevamente la boca.

-Y quiero que me hagas pasar del otro lado, montado en tu fino y suave lomo.

-¿Tú no sabes nadar? -dijo el yacaré cerrando un ojo.

-Tú me harás pasar, yacaré lindo, de linda boca, de lomo fino y suave.

El yacaré exclama:

-Te haré pasar, hijo, con la condición de que en todo el trayecto tú irás repitiendo lo mismo.

-Acepto -dijo el mono.

-Sube sobre mi lomo y acomodate lo mejor que puedas.

Ya el mono va montado sobre el lomo del yacaré. El yacaré nada hacia la orilla opuesta, mientras el mono va repitiendo:

-¡Yacaré lindo, de linda boca, de lomo fino y suave!

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En la orilla saltó el mono a tierra firme y grita:

-¡Yacaré feo, de boca grande y lomo de serrucho!

El yacaré ofendido intentó correr al mono pero al ver que este trepó a un árbol mientras repetía la misma frase, y al verse impotente de vengarse, se largó en el agua y se fue.

Juan C. Balzaretti. Invernada. Esquina. Corrientes, 1950.

El narrador es Director de escuela. Oyó el cuento desde niño en distintas zonas de la provincia.

La expresión muy cuidada del narrador no corresponde a la lengua hablada de la narración; puede darse en la lengua escrita.



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762. El mono y el yacaré

CORRIENTES

El mono andaba por una costa de una laguna y quería pasar del otro lado. Y se encontró con un yacaré en la costa y le habló. Y le 'ijo249:

-¡Tanto tiempo que no le veo, cuñado!

Y le 'ijo que la hermana vivía siempre pensando en él, ¡tan lindo mozo!

En ese momento le pide si le podía hacé el favor de hacele pasá al otro lado de la laguna. Entonce el yacaré le 'ijo que sí, pero que le contara algo de la hermana, que qué 'ecía250 por él. Y le 'ijo que subiera por él.

Entonce el mono se jue arriba del yacaré. Y el mono de miedo, durante le llevaba arriba le 'ecía que la hermana 'ecía que era un lindo mozo, que tenía los ojos como mburucuyá251. Y él ía252 todo chusco253. Cuando la cerca de la costa el monito le desajeró. Le 'ijo que qué la hermana le ía hacer caso, que tenía el lomo como serrucho y el ojo savá254.

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-¡Que só un boca grande mismo! -le 'ijo.

Y el yacaré lo ía a largá, lo ía a fundí, y allá el mono salta y él quedó con rabia. Y se jue y se aprovechó mismo por él en esa jorma.

Silveria Pérez, 42 años. Paso de Los Libres. Corrientes, 1952.

La narradora es una campesina analfabeta, muy rústica. Habla el guaraní de Corrientes.



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763. La mona y el yacaré

CORRIENTES

La mona era comadre del yacaré. Y la mona se había ido al almacén. Y venía regresando con la maleta255 cargada de la mercadería que jue a comprar. Y tenía que pasar un riacho. Y el riacho estaba crecido. De vuelta encontró crecido, así, pues, había llovido en el tiempo que jue al almacén. Y bueno, no podía pasar ella. Quedó clavado la mona, parado en la costa. En un repente aparece el compadre. Le saluda la mona al compadre:

-¿Cómo te va compadre? -que hacía tiempo que no lo veía.

Contestó el yacaré. Pegó un coletazo, contento, y le pregunta a la comadre qué noticia güena le da.

Entonce la mona le dice:

-Pero, compadre, la noticia que te doy de las muchachas mejores, que s'acuerdan lo má bien de usté256. Que hace tiempo que usté no aparece en lo baile.

Pegó otro coletazo el yacaré ¡contento!, y le dice la comadre:

-Pero, yo quisiera pasar este riacho, compadre, no sé cómo pasarle.

Entonce le dice el compadre, el yacaré:

-Pero no é nada, comadre. Te voy a hacer pasar sobre mi lomo, con todo su mercadería que lleva en su maleta.

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Y la mona tuvo que arriejarse. Se hace pasá con el compadre, aunque no é nada bueno andá sobre el agua, y sobre el yacaré má todavía.

Bueno, se acomodó. Le cargó las cosas de ella, en el lomo del compadre y se acomodó ella también. Y cuando iban viajando por el centro del agua le preguntaba el compadre:

-¿Qué é el acuerdo que tienen la muchacha por mí?

Y le dice la comadre:

-Que é un mozo muy simpático. Eso ojo parece una flor de mburucuyá -le decía la comadre-. Que nunca va a terminá de acordarse bien por usté.

A vez en cuando257 el compadre pegaba otro coletazo por oír lo que decía la muchacha mejore. Y má le cargaba la comadre del acuerdo, lo má bien de la muchacha.

Bueno, se aprosimaron a la costa. Saltó la mona la barranca. Y ahí empezó a sacar las cosas de ella del lomo del compadre. Y bueno, ante de 'espedirlo258 le vuelve a preguntar a la comadre, qué acuerdo le va a llevar de él, a las niñas. Y la comadre había sido medio desagradecida. Y le dice al compadre:

-¡Quién te va a querer a vo, que sos fiero y todo serrucho el lomo!

-Si yo sabía, comadre, que me hiciste un chimento grande, te hubiera dejao abajo de lo camalote259.

-Le hizo agüería260, un engaño para que le pase el riacho al compadre.

La Cruz Chaves, 48 años. Mercedes. Corrientes, 1959.

El narrador es analfabeto. Habla el guaraní de Corrientes. Es un buen santero (imaginero) y curandero. Tomo el cuento en la cárcel de Corrientes, en donde está preso por robo.



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764. El mono y el yacaré

El monito muy letrao261 quería pasá por un arroyo que estaba crecido. En eso pasó un yacaré y como él quería que le lleve en el lomo, le dijo:

-¿Vo sabé que se acuerda por vo mucho la muchacha?

Entonce el yacaré se riyó y vino ande 'taba él y le dijo:

-¿Qué pa262 queré que te haga, chamigo?263

Entonce el monito le dijo:

-Si queré llevame sobre tu lomo a la otra banda del arroyo. Ahí tengo que ir nicó264.

El yacaré le dijo:

-Subí catú chamigo (puedes subir, mi amigo).

Cuando iban bandeando el arroyo le decía el yacaré:

-¿Qué ticó265 dicen por mí la muchacha?

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Y el mono le decía:

-Dicen nicó que so muy lindo. Que tené lindo lo ojo, linda la narí y la boquita muy chiquita. Que tu lomo parece catú un colchón (que tu lomo parece casi un colchón).

El yacaré se ponía contento y cuando acabaron de pasá el arroyo, el monito saltó en la orilla. Y entonce el yacaré volvió a decile:

-¿Qué ticó dicen por mí la muchacha?

Entonce el monito le dijo:

-Y que pa van a decí má, que vo tené el lomo serrucho, ti tortero, sa botö, yurú guazú... (lomo de serrucho, nariz de tortero, ojo de botón, boca grande...).

El yacaré enojado dio un coletazo pero ya no le alcanzó má al monito.

Facundo Oliveira, 41 años. Itatí. Corrientes, 1950.

El narrador es bilingüe y su expresión es la típica de la región norte de Corrientes, en donde aún se habla intensamente el guaraní.



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765. El mono y el yacaré

CORRIENTES

Una siesta de invierno estaba tomando sol un yacaré a orilla de un riacho. Un mono que tenía deseos de cruzar el riacho y no podía hacerlo, se presentó al yacaré y le dijo:

-¿Qué tal pa, amigo yacaré?

-Y... che rechapáma nicó, aiconte yaguá sin yáraicha (y... ya ves todo lo que me pasa, vivo como perro sin amo).

-Re yapónepa cheve una gauchada, nde picó che rovayá ¿ayepa? che mbojhasá na pé otra orillape. (¿Me harías una gauchada? Sos mi cuñado, quiero que me hagas pasar a la orilla opuesta).

-Bueno, pues, che rovayá -le contestó el yacaré-. ¿Y qué pa dice de mí tu hermana? (Bueno, pues, mi cuñado).

Y el mono con tal que lo pase al otro lado del riacho, le dice:

-Jhe'í ndé rejhé, pero qué lindo mozo es ese yacaré, amendasé nicó jhendi'é. (Dice de vos, pero qué lindo mozo es ese yacaré, querría casarme con él).

Y el mono cuando ya estaba sobre el lomo del yacaré, éste seguía preguntándole:

-¿Y qué más dice de mí tu hermana?

-Que tenés linda boca, que sos bueno, que tenés linda estampa, en una palabra, que ndé raijú266 sin igual. Cuando estaban   —482→   ya llegando a la otra orilla y el mono ya daba el salto en tierra consiguiendo su propósito, le dice el yacaré:

-Decile a tu hermana que yo también la quiero y que me espere para casarme con ella.

Y el mono vivo le contesta:

-¡Si mi hermana ya es casada! Y dice por vos: ese tobá mocái, acä chipá guazú, jheté cucú, rezá guazú, mboriajú locro (ese falso, cabeza de chipá grande, cuerpo lleno de pústulas, ojos saltones y quebrados como locro de pobre).

El yacaré indignado no tenía más remedio que resignarse y comprender que el mono fue más vivo que él. Lo engañó picó y consiguió que lo pase.

Valentina Zarza, 88 años. Manantiales. Mburucuyá. Corrientes, 1950.

La narradora, de cierta cultura, es bilingüe guaraní-español. Conoce el cuento desde sus primeros años.



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766. El yacaré y el mono

MISIONES

En el puerto de una laguna grande y honda de má, aparecía todo el día un yacaré grandote. Un mono iba al mismo lugar a bañarse todo lo día y veía al otro lado de la laguna un monte muy lindo con árbole lleno de fruta. Él quería bandear la laguna, pero no sabía cómo hacer. Entonce al 'tar en el puerto comenzó a saludar todo lo día al yacaré. Él pensó que el yacaré lo podía ayudar. Entonce le empezó a decí al yacaré el mono, que él tenía una hermana moza que lo recuerda con cariño. El yacaré se puso contento de má y lo do se empezaron a tratar de cuñado. Entonce el mono le dijo al yacaré que quería pasar al otro lado, pero que no tenía en qué pasar. Entonce le dijo el yacaré:

-Cuñado, yo le puedo llevar por mi lomo, usté irá seguro.

El mono tenía mucha gana de pasar. Le tenía miedo al yacaré, pero saltó sobre su lomo y el yacaré empezó a nadar para la otra orilla. El mono tenía miedo que en el medio de la laguna le matara y le comiera el yacaré y para 'tar má seguro le empezó a decir halago y zalamería que le gusta mucho al yacaré:

-Cuñado, mi hermana le quiere mucho. No puede 'tar sin recordarle. Ella dice que é tan simpático y lindo que por eso le tiene tanto cariño. Dice que tiene ojo dulce de má y que el lomo é como seda.

Eso le repetía el mono a cada momento. El yacaré de contento se reía y nadaba má ligero. Cuando llegaron a la orilla saltó el mono a tierra y se subió a un árbol. Y ya seguro le empezó   —484→   a decir cosa en contra del yacaré. Y ya le dijo que la hermana decía que era un bicho feo, con ojo saltone y lomo de serrucho, que todo le tenían miedo y que no servía nada más que de peligro, que nadie le podía querer.

El yacaré se puso enfurecido, le quería correr al mono, pero no podía. Entonce dio uno coletazo y se metió al agua y le dijo al mono que ande le encuentre le matará. El mono se reía de ver que el yacaré, que le gustan la zalamería, 'taba burlado.

Nolasco Rugía, 73 años. Posadas. Misiones, 1961.

Buen narrador.

El mal uso de las preposiciones es general en el habla de la región.



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767. El mono y el yacaré

FORMOSA

É gracioso el cuento del mono y el yacaré. El mono le engañó al yacaré. Como el mono é muy letrao. Al yacaré le gusta mucho la guaina267. El monito quería bandiar un riacho y él no sabe nadar. Al otro lado había mucha fruta y él quería comé. Taba en la orilla y vino el yacaré y él le dice:

-Cómo te va, chamigo. El otro día una guaina me preguntaron por vó. Dice que só un mozo muy lindo y muy elegante.

Y áhi pegó un coletazo el yacaré y le preguntó qué guaina era.

-Yo quiero ir a la otra banda porque hay una fiesta en la casa de esa guaina. Yo suelo ir siempre, pero hoy no puedo pasar. Yo te puedo presentá.

Entonce el yacaré le ha dicho que él lo puede llevar. Que suba por su lomo, que él le lleva. El mono le tenía mucho miedo pero con cuidado se sentó en el lomo del yacaré y el yacaré le pasó.

En el paso el mono le hablaba siempre de la guaina y el yacaré iba muy contento, pero cuando llegó al otro lado saltó y se subió a un árbol y le decía:

-Yacaré feo, lomo de serrucho, ninguna guaina pregunta por vó. Toda te tienen miedo y se ríen de vó.

El yacaré se enfurecía, pero no le podía hacer nada al mono pícaro, pero se la juró. Y por eso lo yacaré siempre tratan de matá a lo mono, porque le burló así.

Julia Aguallo, 33 años. Riacho Hê-Hê. Pilcomayo. Formosa, 1968.



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768. El yacaré y el mono

CHACO

Resulta que el mono 'taba por pasar un riacho y no podía. Y ahí llegó un yacaré. El mono le dijo al yacaré que si no le podía hacer un bien, que le pase el riacho. Y entonce le dice el yacaré:

-¿Qué dice por mí tu hermana?

Dice que le dijo el mono:

-Mi hermana dice por vo que é un tipo lindo, decente.

-Bueno, subí -le dijo entonce el yacaré.

Y sube el mono. Cuando va en el riacho le dice el yacaré:

-¿Qué dice por mí tu prima?

Ahí que le dijo:

-Dijo por vo que é un tipo que sabe bien nadar, que usté é muy güen nadador.

Y güeno, le llevó y le dejó en el otro lado. Y ahí le volvió a preguntá:

-¿Qué dice por mí tu hermana?

-¡Oh!, mi hermana no dijo nada por usté.

-¿Qué dice por mí tu prima?

-Mi prima dice por vó que usté e lomo de serrucho y é feo.

Y entonce se enoja el yacaré y se quedó enojao. El mono le dice eso hasta que tuvo que pasá el riacho y por fin pasó.

Anastasio Melgarejo, 21 años. Machagai. Chaco, 1959.

Campesino, hachero, que en este momento hace el servicio militar. Es bilingüe guaraní-español.



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769. El zorro y el yacaré

CHACO

Dicen que una güelta un zorro quería cruzar un arroyo, y se valió de un yacaré que estaba enamorado de su hermana.

-¿Queré cruzarme el arroyo, cuñao? -le dijo el zorro.

-¡Cómo no, subí en el lomo! ¿Y qué me hizo decir tu hermana?

-Que sos un lindo mozo de ojos grandes y brillantes -le contestó el zorro.

Cuando estaban por el medio del arroyo, volvió a preguntá el yacaré:

-¿Qué me hizo decir tu hermana?

-Que sos buen cantor y bailarín de primera.

El yacaré estaba muy contento.

Después que pasaron el arroyo, le preguntó de nuevo el yacaré:

-¿Qué me hizo decir tu hermana?

El zorro ya se encontraba fuera de peligro y le contestó:

-Que sos un sa perö galleta (ojo pelado como galleta).

Añá yacaré cué268, consentido!

Carlos Ojeda, 42 años. Barranqueras. San Fernando. Chaco, 1950.

El narrador es bilingüe guaraní-español.

El personaje invariable del cuento tradicional es el mono, no el zorro.



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ArribaAbajoNota

Nuestro cuento de El mono y el yacaré es muy popular en la región del Nordeste, pero no en el resto del país. Tiene difusión en el Paraguay y en el Brasil y figura entre los cuentos filipinos. El yacaré, animal sumamente peligroso, es burlado por el ingenio del mono, que explota su debilidad por el amor a las mujeres, según se le atribuye en su humanización, modalidad, en cierto modo, semejante a la del hombre de la región.

Difusión geográfica del cuento

Difusión geográfica del cuento





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ArribaAbajo El sapo y la rana

8 versiones y variantes


Cuentos del 770 al 777


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770. El castigo del sapo

SALTA

Una vez, hace ya muchos años, cuando han venido al mundo los sapos, uno de estos señores ha cometido un delito muy grave y lo han llevado preso. La autoridá le quería dar el pior castigo. Entonce uno de los jueces ha dicho:

-Lo han de quemar. Que le han de dar la pena del fuego.

Otro ha dicho:

-Lo han de echar al agua. Merece la pena del agua para que muera augado.

Y otro le ha preguntado al preso:

-A qué castigo le tiene más miedo.

Entonce el sapo ha dicho:

-Yo le tengo más miedo al agua que al fuego. Yo tengo mucho miedo de morir augado.

Entonce, para que sufra más lo han mandado a echar al agua. Y lo han tirado con todas las fuerzas, y ha caído bien adentro del agua, el sapo.

Todos han esperado ver aparecer al sapo muerto, pero el sapo ha nadado con todas sus fuerzas y de allá, lejo, ha empezado a cantar:


Qué más quiere el sapo que lo echen al agua.
Qué más quiere el sapo que lo echen al agua.



Y así ha salido el refrán: Qué más quiere el sapo que lo echen al agua.

Antenor Sánchez, 73 años. Chicoana. Valle de Lerma. Salta, 1954.



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771. El canto de los sapos

CATAMARCA

Dicen que los sapos en el canto cuentan lo que les ha pasado cuando eran gente. Porque dicen que eran gente. Dicen que un hombre muy rico cuando 'taba ya muy viejo ha reunido a los parientes pa ver qué corazón tenían. Cuando les ha preguntau qué podían hacer por él han dicho que nada, pero cuando ha dicho si lo querían heredar, todos han dicho que sí. Dicen que Dios los ha castigau y los ha hecho sapos. Dicen que 'tán castigaus a decir así, como una conversación. Uno dice primero y contestan los otros:


-Cuando yo me muera,
¿quién mi ha de llorar?
-No mi hi di ocupar,
no mi hi di ocupar.
-Cuando yo me muera,
¿quién mi ha de velar?
-No mi hi di ocupar,
no mi hi di ocupar.
-Cuando yo me muera,
¿quién mi ha de rezar?
-No mi hi di ocupar,
no mi hi di ocupar.
-Cuando yo me muera,
¿quién mi ha de enterrar?
-No mi hi di ocupar,
no mi hi di ocupar.
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-Cuando yo me muera,
¿quién mi ha de heredar?
-Yo, yo, yo, yo...



Y así dicen clarito y hasta el presente lo repiten.

Carmen Rasgido, 70 años. Belén. Catamarca, 1951.

La narradora imita con gran propiedad el llamado canto de los sapos, en el que suele oírse un solo y luego un coro.



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772. El castigo del sapo

CATAMARCA

Dicen qui una vez el sapo había cometido una falta muy grave y había caído preso. Los jueces han dicho qui hay que darle el pior castigo. Los castigos de entonce eran quemarlos en el juego o ahugarlos en l'agua. Y para que el preso penara más li han preguntau a cuál castigo le tenía más miedo. El sapo dicen qui ha dicho, sabiendo que lo querían martirizar:

-Yo al juego no le tengo nada de miedo. Si me queman, Dios me va perdonar todas las culpas. Al agua sí le tengo miedo. Los ahugados sufren mucho y se pudren en el barro. Yo prefiero el juego.

Y áhi no más que los jueces han mandau que lu echen al agua. Dicen que lu han tirau al agua y él si ha hundíu para que no lo descubran, pero claro, se moría de risa de todos, y áhi ha quedau más contento que si hubiera nacíu de nuevo.

Di áhi viene el dicho que dice: ¡Qué más quiere el sapo que lo boten al agua!

Carmen Rasgido, 70 años. Belén. Catamarca, 1951.



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773. Los sapos

MENDOZA

Era un sapo que se encontraba enfermo y por temor a morir llamó a sus familiares. En un charco di agua los había juntado a todos. Y les dijo:


-Cuando yo me muera,
¿quién me ayudará?
Y los parientes contestaron:
-Nar, nar, nar.
-Cuando yo me muera,
¿quién me velará?
-Nar, nar, nar.
-Cuando yo me muera,
¿quién me rezará?
-Nar, nar, nar.
-Cuando yo me muera,
¿quién me heredará?
-Yo, yo, yo.



Y por interesados los sapos fueron castigados. Y así se oye en los charcos el parlamento de los sapos y se oirá toda la vida. Nar en el lenguaje de los sapos quiere decir yo no.

Alberto Acevedo, 46 años. Rivadavia. Mendoza, 1951.



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774. Los sapos

SAN LUIS

Había una vez un hombre rico, que 'taba viejo, y pensando que podía morir en cualquier momento, determinó de llamar a sus hermanos para dejarles sus haberes. Que esti hombre no si había casau ni tenía hijos. Entonce los hizo llamar a los hermanos que eran varios para darles en herencia todo lo que tenía. Que había síu un hombre muy guapo y había juntau una güena fortuna.

Ya vinieron y se sentaron en el patio y 'taban conversando. Que éstos no maliciaban nada pa qué los había llamau el hermano. Entonce el hombre quiso ver cómo s' iban a portar con él cuando se muriera. Les preguntó que cuando a él le llegara el último momento, quén le iba ayudar a bien morir. Contestaron en coro que ellos no podían, que 'taban muy ocupados. Entonce preguntó quién lo velaría. Lo mesmo contestaron en coro que ellos no. Entonce preguntó quén le rezaría y quén lo enterraría, y ellos dijieron lo mesmo, que ellos no. Pero cuando preguntó quén lo heredaría, todos dijieron muy apurados: yo, yo, yo.

Y güeno; Dios los castigó a estos hermanos y los convirtió en sapos. Di áhi es que repiten en su canto estas palabras.

Uno pregunta, y contestan los demás:


-Cuando yo me muera,
¿quén mi ayudará?
-Yo no, yo no, yo no.
-Cuando yo me muera,
¿quén me velará?
-Yo no, yo no, yo no.
—497→
-Cuando yo me muera,
¿quén me enterrará?
-Yo no, yo no, yo no.
-Cuando yo me muera,
¿quén me rezará?
-Yo no, yo no, yo no.
-Cuando yo me muera,
¿quén me heredará?
-Yo, yo, yo, yo.



Y por ese castigo los sapos dicen en sus cantos estas palabras, que son más como rezos.

Pilar Ochoa, 46 años. La Cañada. La Capital. San Luis, 1925.

Campesina analfabeta. Buena narradora.



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775. El castigo del sapo

BUENOS AIRES

Resulta que el sapo fue condenado.

Y entonce, cuando lo iban a matar, le dejan hacer el pedido de gracia, como llaman, ¿no? Entonce le dicen al sapo:

-¿Ande quiere que lo tiremos, al juego u a l'agua?

Entonce, el sapo dice:

-Tiremén al juego.

Entonce dicen:

-Mirá, en vez de tirarlo al juego, a éste lo vamos a tirá al agua, que si áhugue.

Li tiraron al agua y salió nadando, el sapo.

Tomás Lértora, 73 años. Punta Indio. Magdalena. Buenos Aires, 1969.

El narrador ha pasado toda su vida en el campo. Modesto hacendado.



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776. La rana

JUJUY

'Taba la rana a la orilla di un riyu. Tiritando de friyu 'taba y ha dichu:

-Estu es muchu sufrir. Yo puedo jilar269 y hacermi manta u frezada.

Entonci ha cantado:


-Jilarichus, tejerichus,
chusi270 mi harichus271.



Pero al día siguiente, cuando el sol 'taba calientito, si ha olvidau de todu y ha dichu:


-Paqui chusi ni manta
si el friyu nu espanta.



Ha pasau el diya con el sol calientito. Cuando ha bajau el sol, ha empezau hacer friyu. Y más, y más friyu ha ido haciendu y ha empezau a tiritar la rana. Y ha empezau a decir:


-Jilarichus, tejerichus...



Y tiritaba más y más y las palabras le salían cortitas como un cantito, temblando, y decía:


-Jilarí, tejerí...
chusi mi harí...
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Jilarí, tejerí...
chusi mi harí...



Tiritandu, tiritandu por floja si ha hechu rana, por castigo, po. Y ha quedau así la rana desnudita, viviendo en l'agua y con ese cantitu:


-Jilarí, tejerí,
chusi mi harí;
jilarí, tejerí,
chusi mi harí.



Luisa Cruz de Colke, 60 años. Chucalezna. Humahuaca. Jujuy, 1946.

La narradora es colla, nativa del lugar y muy rústica. No habla quichua pero tiene la pronunciación de los puneños bilingües muy rústicos. Es una narradora graciosa y expresiva.



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777. El castigo de la rana

MISIONES

La rana se jue a una casa a hacé atropello de domicilio. Y era grave lo que hacía. Y entonce llamó la policía lo dueño de casa. Y entonce la policía le llevó. Él andaba detenido mucho tiempo. Y un güen día dice el comisario:

-¡No sé qué hacer de este tipo! -como era grave lo que hizo.

Entonce dice el comisario a lo agente:

-Vayen272, haga juego, un juego grande, y va a tirá este tipo en el juego.

Entonce la rana cantaba de contenta y decía que el juego le gustaba porque iba ir a la gloria, si la echaba al juego. Entonce el comisario cuando vio que estaba muy contenta, pensó y dice:

-Entonce, agarreló y llevelé al agua. Tireló al agua.

Y ahí dijo la rana:

-Eso no me gusta. Si me tira al agua voy a ir al infierno. No me gusta ir al agua.

Entonce el comisario dijo:

-Tireló no má al agua -y lo tiró a la rana al agua.

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Y entonce jhe' í yuí:

-¡Adió, mundo!, me tira al agua -pero estaba muy contenta porque en el agua vive ella, pero no quería que viera eso el comisario, porque él quería darle el mayor sufrimiento.

Y así quedó el refrán: ¡Adió, mundo!, dice la rana cuando jue al agua.

Pastora Vivero de Olivera, 49 años. Eldorado. Iguazú. Misiones, 1961.

Nativa de la región. Su expresión es la típica de los bilingües de la región guaranítica.



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ArribaAbajoNota

Nuestros cuantos del sapo y la rana son explicativos de la vida de estos batracios; dan la nota onomatopéyica de sus voces y en ellas las palabras que justifican el castigo por el que fueron transformados en animales. Los narradores les dan siempre gran animación al relato.

Difusión geográfica del cuento

Difusión geográfica del cuento

Entre los Cuentos del sapo de Grimm (N.º 105) hay uno muy breve que imita el grito del sapo.

En ellos tenemos el origen popular de la frase: Qué más quiere el sapo que lo echen al agua.





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