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301

Así lo recoge Sánchez Salas, Art. cit., p. 49.

 

302

En una entrevista que, con motivo de la aparición de la segunda edición de su Historia documental, se hizo a Emilio García Riera, éste confesaba: «Como dije anteriormente, de toda la producción fílmica del periodo 1929-1966 pude ver aproximadamente un cincuenta por ciento. (...) En algunos casos, como tú sabes, sigo sin poder ver las películas; son aquéllos en los que, en lugar de comentarios, aparece una nota y una sinopsis basada en testimonios ajenos, lo mismo que los créditos. Pero cuando he podido ver las películas he descubierto nuevos errores.» V. Eduardo de la Vega Alfaro, «Una historia documental del cine mexicano. Entrevista con Emilio García Riera», Secuencias, 5 (octubre 1996), pp. 90-91.

 

303

Otras adaptaciones de Masip fueron Mamá Inés (Fernando Soler, 1946), sobre una obra de Enrique Suárez de Deza; Cuando los padres se quedan solos (Bustillo Oro, 1948), basada en la pieza teatral ¿Qué hacemos con los viejos?, de José Lucio; La loca de la casa (Bustillo Oro, 1950), según la obra teatral homónima de Pérez Galdós; Un gallo en corral ajeno (Julián Soler, 195 1), basada en una obra de Adolfo Torrado; Ahí viene Martín Corona y El enamorado (Vuelve Martín Corona) (Miguel Zacarías, 1951), sobre el serial radiofónico de Álvaro Gálvez y Fuentes; Canción de cuna (Fernando de Fuentes, 1952), adaptación de la obra homónima de Gregorio Martínez Sierra; y La intrusa (Miguel Morayta, 1953), sobre la novela radiofónica de Caridad Bravo Adams.

 

304

Son las siguientes: El barbero prodigioso (Fernando Soler, 1941), Lo que va de ayer a hoy (Juan Bustillo Oro, 1945), Hasta que perdió Jalisco (Fernando de Fuentes, 1945), No basta ser charro (Juan Bustillo Oro, 1945), Las colegialas (Miguel M. Delgado, 1945), La devoradora (Fernando de Fuentes, 1946), Los maderos de San Juan (Juan Bustillo Oro, 1946), Conozco a los dos (Gilberto Martínez Solares, 1948), Jalisco canta en Sevilla (Fernando de Fuentes, 1948), El seminarista (Roberto Rodríguez, 1949), Las tres Elenas (Emilio Gómez Muriel, 1953) y Pancho López (René Cardona, 1956) (v. Sánchez Salas, Art. cit., p. 49). Sin embargo, según García Riera, la autoría de Jalisco canta en Sevilla fue compartida con Adolfo Torrado (op. cit., vol.3, p. 299).

 

305

Aunque en el caso de El seminarista figura como autor de los diálogos Carlos González Dueñas (García Riera, op. cit. vol. 4, p. 37).

 

306

Me refiero a Yo soy charro de levita (Gilberto Martínez Solares, 1949), cuyo argumento comparte con Guz Águila; Las tandas del principal (Juan Bustillo Oro, 1949), escrita con el propio Bustillo Oro; Pena, penita, pena (Miguel Morayta, 1953), con Alejandro Verbitzky; Dios los cría (Gilberto Martínez Solares, 1953), también con Alejandro Verbitzky; El crucifijo de piedra (Carlos Touissant, 1954), cuyo argumento escribió un equipo compuesto por, además del director de la película y del propio Masip, Mario García Camberos y Alfonso Rosas Priego; y Lo que pasó a Sansón (G. Martínez Solares, 1954), con argumentos de Masip y Verbitzky.

 

307

Masip figura como autor de las siguientes adaptaciones: Cuando viajan las estrellas (Alberto Gout, 1942), adaptación y diálogos sobre un argumento del propio Gout; Viva mi desgracia (Roberto Rodríguez, 1943), diálogos con Elvira de la Mora y Sotelo Inclán; Fantasía ranchera (Juan José Segura, 1943), adaptación, junto con Adalberto Elías González, sobre un argumento de Antonio Gomezanda; Capullito de alhelí (Fernando Soler, 1944), adaptación, sobre un argumento de Miguel Zacarías; La selva de fuego (Fernando de Fuentes, 1945), adaptación, junto con el director, sobre una historia de Antonio Médiz; El tigre de Jalisco (René Cardona, 1946), adaptación, sobre un argumento de Pedro Neyra y Pablo Sánchez Mora; Un gallo en corral ajeno (Julián Soler, 1951), adaptación, sobre un argumento de Adolfo Torrado; Paco el elegante (Adolfo Fernández Bustamante, 1951), adaptación, con Fernández Bustamante, sobre una historia de éste; Los hijos de María Morales (Fernando de Fuentes, 1952), adaptación, junto con Ernesto Cortázar, sobre un argumento de Fernando Méndez; Me perderé contigo (Zacarías Gómez Urquiza, 1953), adaptación, con Luis Moya, sobre un argumento de Ángel y Luis Moya; Escuela de vagabundos (Rogelio A. González, 1954), adaptación, con Fernando de Fuentes, de un argumento de John Jevne; y Donde las dan las toman (Juan Bustillo Oro, 1957), en cuyos diálogos colabora con Enrique Uthoff, en un guión de Humberto Gómez Landero y Bustillo Oro.

 

308

Tampoco menciona el episodio, ni la polémica relación de Ugarte con Films Mundiales, Juan Antonio Ríos Carratalá en sus trabajos sobre el escritor; v. «Un amigo "raro" de Max Aub: Eduardo Ugarte», en Cecilio Alonso (edit.), Actas del Congreso Internacional «Max Aub y el laberinto español», Vol. 2, Valencia, Ayuntamiento de Valencia, 1996, págs. 779-786; y A la sombra de Lorca y Buñuel: Eduardo Ugarte, Alicante, Universidad de Alicante, 1995.

 

309

Diversos críticos han mencionado la colaboración habitual de Masip en la revista Cinema Reporter y el propio García Riera cita de un artículo del escritor en dicha publicación (v. nota 22). No he podido localizar por el momento, ni en España ni en México, una colección completa de Cinema Reporter, y en los números examinados no ha aparecido ningún artículo firmado por Paulino Masip.

 

310

Éstas fueron, además de El barbero prodigioso -que se rodó a partir del 29 de agosto de 1941 y fue estrenada el 29 de enero de 1942-, la adaptación de la obra homónima de Pedro Muñoz Seca, El verdugo de Sevilla (1942) -probablemente el proyecto que debía de tener entre manos Masip cuando se reencontró con Fink, pues esta película se rodaría en julio de 1942, y que acabó siendo producida ya por Films Mundiales-, Capullito de alhelí (194 4) y Mamá Inés (1945).