431
Para recabar más información sobre la película, consúltense el estudio citado de Daniel Sánchez Salas y los artículos de José Luis Castro de Paz (en Antología crítica del cine español. 1906-1995, Cátedra /Filmoteca Española, Madrid, 1997, pp. 239-242), Jesús González Requena (en Revista de Occidente: la guerra civil y el cine, 53/Octubre de 1985, pp. 76- 91). Ferrán Alberich realizó en 1984 para Filmoteca Española el documental Bajo el signo de las sombras.
432
Vid. SÁNCHEZ SALAS, Daniel, op. cit., pp. 9-10.
433
Art. cit., p. 79.
434
Carlos Durán realizará una sesión idéntica de sus películas de viaje de novios con Ana, en la secuencia 21 según el decoupage realizado por Daniel Sánchez (p. 23). Durán recordará las home movies de los de Winter en la secuencia 41.
435
Vid. un análisis más pormenorizado de esta radicalización y descendiendo a nombres y títulos puede encontrarse en SÁNCHEZ SALAS, Bernardo, op. cit., p. 50.
436
Existía una anterior de 1934, precisamente mexicana, dirigida por Chano Urueta. Recomiendo para una interpretación puesta al día de la versión de Sáenz de Heredia el artículo correspondiente de José Luis Téllez en la citada Antología crítica del cine español, pp. 165-167.
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La historia de este episodio es relatada en el artículo de Novedades ya citado.
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Según afirma María Teresa González de Garay, que ha entrado en contacto con la familia y conoce perfectamente el estado de la obra.
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Reconoce la voz de HG: «Mi destino estaba predeterminado, tácitamente, desde antes de que mis padres se unieran con lazo que desataría la muerte. Mi padre había heredado la cátedra de Metafísica del suyo, mi abuelo, y yo la heredaría del suyo» [...] «A estas alturas el planeta sigue pareciéndome un lugar donde fuerzas oscuras, extrañas, incognoscibles... [...] Los sucesos de mi vida posterior no han corregido la versión primera que el mundo me dio de su fisonomía y el comercio de libros aumento mi desconcierto» (p. 20), y la siguiente reflexión, expresión de un máximo desarraigo: «Yo lo sé: eres padre, novio y niño, sin hijo, sin novia y sin infancia, en uno tres sentimientos químicamente puros». Quizás «De ahí proviene esa ligereza alada, virgen y un poco tinta que tienes» (p. 270).
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«El comercio de libros aumento mi desconcierto» (p. 20) «¡Hamlet, no hagas más literatura!» (p. 212), «Su reino está en vosotros viejos libros eternos, espíritus que flotáis sobre los vientos cambiantes de los siglos» (p. 246).