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El Hogar de los Blest en Sligo, Irlanda

Moisés Hasson Camhi





El apellido Blest está en la retina permanente de los chilenos. Por un lado tenemos a un destacado novelista, que con sus obras ayudara a consolidar una imagen de cómo somos, y cómo fuimos, y que es parte del imaginario que todo estudiante lleva consigo al egresar de la escuela. Por el otro lado un destacado político y dirigente gremial contemporáneo que cruzó decenas de años con sus luchas y ejemplo. Alberto Blest Gana se llamaba el primero, y Clotario Blest el segundo. No son los únicos Blest en Chile, y la relación de esta familia con nuestra historia en los primeros años del siglo XIX es tan interesante que creemos que merece la pena de conocerse en más detalle.

El prominente estudioso Raúl Silva Castro, en su premiado trabajo con análisis de la vida y obra de Alberto Blest Gana, señala que el hogar donde se criara el progenitor de este, don Guillermo Cunningham Blest debía ser aquel en donde los hijos adquirieron «[...] un don de gentes y una respetabilidad que son por lo común herencia de familia afinada en el ejercicio cotidiano del hogar»1. También se ha indicado en estudios más contemporáneos sobre Clotario Blest: «[...] [su bisabuelo] pertenecía a una familia protestante. Rechazando la Iglesia y la religión de su familia por encontrarla muy hipócrita, junto a un pequeño industrial de Escocia fundó numerosas comunidades cristianas inspiradas en la Biblia»2. Nos proponemos en este artículo dar una descripción más completa sobre los padres, el hogar y el medio en donde se criaran Guillermo y sus hermanos, así como el ambiente que pudo hacer que en una comunidad irlandesa enfrascada en disputas religiosas, pero a la vez un pujante puerto comercial, salieran estos hijos que son orgullo y parte importante de la formación del Chile independiente.

La familia corresponde al matrimonio formado por Albert Blest y Ann Maiben, quienes tuvieron muchos hijos, de los que solo siete llegaron a la vida adulta, cinco varones y dos mujeres3. Conocemos con algún detalle a tres de sus hijos quienes se instalaron, prosperaron y dejaron descendencia en Chile. El mayor de ellos, Andrés (Andrew) comerciante, empresario y emprendedor y quien fuera el que señalara el camino a los restantes. Juan (John), médico que oscilara entre Chile y Perú, para establecerse definitivamente en Chile; y Guillermo, médico también y fundador de la Escuela de Medicina de Chile y padre de la connotada familia Blest-Gana.

Los Maiben eran ricos comerciantes de origen escocés, y se asentaron en la región de Sligo algo antes del año 1780 en busca de un buen lugar donde desarrollar el intercambio comercial en boga en ese tiempo, y que tenía en la región un gran auge con los tejidos y el lino. Blest, en cambio, es un apellido de origen inglés y lo llevo a la zona un oficial del ejército originario de Leeds, quien mientras estuvo destinado en la área, conoció y casó con una joven de la localidad de cuyo matrimonio solo tuvieron un hijo -Albert Blest- en el año 1755, un 25 de Abril4.

Vista de la ciudad

Vista de la zona Sur de la ciudad alrededor de 1870

Pero volvamos a Sligo. La denominación corresponde tanto el nombre de un pueblo como del condado que lo rodea. Se ubica en la zona noreste de Irlanda, hoy día a unas dos o tres horas de Dublín (210 kilómetros), en un pequeño golfo que permite la existencia allí de un puerto cabecera para muchos intercambios comerciales. La zona está cubierta de cerros, los que unido a su clima, le otorgan una belleza admirada por muchos, y fuente de inspiración del poeta W. B. Yeats quien pasó aquí su infancia y juventud, y donde hoy se encuentra enterrado. En el siglo XIX fue uno de los puertos más importantes de Irlanda, y por ello se transformó en uno de los sitios predilectos para la emigración de irlandeses -fundamentalmente a Norteamérica-, llegando a contabilizar unos 10.000 por año, durante decenas de años.

Según algunos autores, en Sligo se conjugan todos los factores que caracterizan a Irlanda: el geográfico -con su bahía, islas y cerros-, el arqueológico -con sus ruinas prehistóricas de piedra-, el histórico -reflejando por su territorio todos los eventos importantes de la isla- y el comercial. Ningún otro condado de la República tendría todos estos elementos juntos. Incluso hace ya doscientos años, contemporáneos de Albert Blest señalaba: «Probablemente no hay ningún otro pueblo en el reino que disfrute de más diversidad o de una vecindad más pintoresca que Sligo»5. El mismo testigo nos describe así la ciudad misma: «Las calles, en la sección antigua de la ciudad, son delgadas, sucias, mal pavimentadas y difícilmente preparadas para el dinamismo que necesita el comercio exportador. Mercados dedicados a productos específicos y grandes almacenes, sin embargo, se han construido, y la extensión de la ciudad en anchas calles regularmente diseñadas y construidas harán que muy pronto se obvien las dificultades e irregularidad de las partes más antiguas»6.

El lino, su producción, hilado y tejido es también parte relevante de la historia de la zona desde aproximadamente 1750 y hasta 1830. Antes de esa fecha prácticamente no había industria y solo existía agricultura de subsistencia. Recién en 1720 se comienza a dar una cierta vida comercial producto del lino. Se instalaban allí industriales que contrataban el sembradío de campos, y también ponían a arrendatarios en sus terrenos con la misión de hilar -tarea asumida esencialmente por las mujeres y los niños- y las de tejer -a cargo de los varones-. Era esta su única ocupación, la que también por tanto dependía del valor de la tela. Para la compra/venta de las telas se construyeron edificios especiales. Así el consejo del Distrito de Sligo entrega en el año 1760 su acuerdo para proceder a la construcción allí del Linen-Hall, o edificio exclusivo para el intercambio de este bien. Los testimonios mencionan que en 1802 se encontraba muy activo, pero ya en 1815 comenzaba a caer para el año 1824 ofrecer las telas a cualquier precio para concluir que en el 1834 «el intercambio de lino prácticamente no existe» en la ciudad7.

Pero volvamos a Albert Blest. Al poco tiempo de nacido, sus progenitores lo dejan al cuidado de sus abuelos maternos, dada las responsabilidades de su padre en el ejército, quienes lo crían de manera muy condescendientemente. Con esta disciplina relajada al poco tiempo se convierte en un chiquillo muy independiente, y acostumbrado a decidir por sí solo. Así, acompañado de sus abuelos, pasó una infancia casi sin regulaciones ni esfuerzos mayores. Su vida se iba en pasarlo bien, y compartir especialmente con su abuelo con quien se avino muy bien y quien le enseñara sus primeras lecciones. Siempre lo recordó con cariño reconociendo en él una mente cultivada, una disposición de carácter más bien reservada, pero de una fuerza moral a toda prueba.

Llegados sus padres a instalarse nuevamente en Sligo, once años después, mantuvieron de alguna forma este tipo de crianza en donde el joven decidía solo que hacer. Esta actitud pronto se mostró nefasta, dado que el joven se rodeó de malas influencias y participó con ellos en múltiples fechorías menores que molestaron mucho a sus padres. Estos lo enfrentaron y le reprendieron duramente lo que causó que el joven se enfureciera y -demostrando una firmeza de carácter que lo caracterizaría toda su vida-, decidió huir de casa. Lamentablemente para él las condiciones de clima, y las malas experiencias a las que se vio sometidos por un par de días en que estuvo abandonado a su suerte en el campo, le hicieron recapacitar la decisión tomada y pensó que lo mejor ahora era volver al hogar. Llegó donde un pariente quien lo ayudo a encarar la furia de su padre, un militar suponemos muy acostumbrado a respetar y exigir respeto sin contravenciones. Acordaron términos de retorno, el principal de ellos era que asumiera como aprendiz en una fábrica de teñido del lino cercana en Greenville, en el condado vecino de Coolaney. Cumplido el plazo de este aprendizaje, Albert pudo volver a su casa ya con la madurez que obtuviera al estar todo este tiempo sin sus seres queridos y con la responsabilidad de cumplir con su trabajo diariamente.

Albert ya crecido y responsable, se mostró muy inquieto en el tema religioso a su vuelta de esta temporada, y así explorando opciones se puso en contacto con Andrew Maiben, con quien finamente haría una alianza religiosa y familiar al desposar a su segunda hija. Andrew venía de Escocia, como una persona de riqueza, pero también como una persona muy culta y versada en los temas bíblicos habiendo pertenecido en su tierra natal a la Iglesia Presbiteriana. En Sligo decidió aportar su esfuerzo para propagar la educación y la fe cristiana, estableciendo una especie de escuela religiosa con oración todas las tardes. Allí fue donde Albert llegó y terminó convencido transformándose muy pronto en el brazo derecho de Andrew, para luego liderar un tiempo el solo este esfuerzo.

Albert tenía un gran talento para la música, cosa que al parecer desarrolló mucho con su grupo de amigos, antes de su estadía en la fábrica de Greenville. Continuó con esta afición más adelante dedicándose a reunir baladas campesinas irlandesas, siendo reconocido por algunos estudiosos en su tiempo por ello8, aún cuándo hoy no existe ningún registro que haya sobrevivido de aquel esfuerzo. También se señala que la poesía le gustaba mucho, pero este ardor literario lo volcó a la lectura religiosa y posteriormente en su tarea como pastor y director de la sociedad Hibernian. Tal vez aquí ya estamos viendo la raíz de las aficiones literarias de sus nietos Alberto y Guillermo Blest Gana en Chile.

Sabemos de Albert que fue un líder permanente en su comunidad. Cuando un grupo de tropas venidas desde Francia, en un segundo intento de las fuerzas revolucionarias de ese país de atacar un flanco de su enemiga Inglaterra, invadió el territorio irlandés en septiembre de 1798 y se temió que avanzara sobre el pueblo de Sligo desde la bahía cercana donde habían desembarcado, fue Albert Blest quien unió a sus conciudadanos y los hizo formar milicias ciudadanas (las que finalmente no fueron necesarias). Otras fuentes indican que solo mantuvo el espíritu de las fuerzas que permanecieron defendiendo el pueblo, al reunir a su congregación y permanecer entonando himnos religiosos. Mencionemos que muchos notables, ante esta misma situación, solo atinaron a embarcarse en buques surtos en la bahía y dispuestos a huir en caso de producirse lo peor. En un libro de 1802 se dice textualmente: «A ellos [los soldados] se les unieron un número de metodistas, cantando himnos religiosos, encabezados por su pastor, Albert Blest, un hombre de gran piedad, y destacado por su humanidad y caridad»9, mientras en otra obra se dice «[...] todo hombre en capacidad de portar armas [...], resolvieron defender la ciudad, y se les unieron un número de metodistas, encabezados por su pastor, Albert Blest»10.

También participó en el gobierno de la ciudad (Borough) y sus aledaños, siendo uno de los comisionados vitalicios escogidos para ello, aprovechando un Acta Real de 1803 en que se permitió a los ciudadanos con cierto nivel económico escoger a 24 comisionados vitalicios para el cuidado del puerto y la ciudad. Sus responsabilidades estaban en la administración y mantención del puerto y de las innumerables actividades propias de la ciudad11. Al mudarse de localidad Albert habría renunciado a este puesto, pero siempre continuó apoyando a sus conciudadanos y así, por ejemplo, en el año 1816 lo vemos integrar un nuevo comité especial, el del alivio a los afectados por la pérdida de la cosecha de la papa.

Ya desde comienzos del siglo se venían produciendo problemas con las cosechas de la papa, que se había tornado alimento fundamental de la gran mayoría pobre del país. Y en ese año se produjo una primera gran hambruna producto de esto, y él estuvo en el comité de ayuda que se formó en el condado12. La crisis de la papa eclosionaría finalmente en los años 1846-1848 con la Gran Hambruna, ocasión en que muchos miles de irlandeses murieron en todo el país, forzando a otros miles a buscar futuro en otros países, lo que dio origen a la inmensa inmigración a los EEUU. Según registros oficiales, la población de Sligo disminuyó un 37% en el condado entre 1841 y 1851, tanto por los muertos en la hambruna como por los emigrados a América.

Sellos

Dos sellos de documentos de la Corporación de adelanto de la ciudad de Sligo

Como ya indicamos anteriormente, Albert comenzó a asistir a los servicios religiosos que Andrew Maiben ofrecía, en un antiguo edificio de la zona, una sala de un castillo feudal que aún existía allí. Aún cuando Maiben era Presbiteriano, y ya existía allí un ministro de esta denominación, decidió crear su propio servicio al no estar de acuerdo con éste en las doctrinas que predicaba.

Sintiéndose Blest cada vez más atraído comenzó a conversar largamente, y Andrew de inmediato observó en él a un hombre de valor. Así la intimidad entre ambos fue cada vez mayor, invitándolo innumerables veces a su hogar, para terminar finalmente casándose con su segunda hija el 3 de Mayo de 1780, y transformándose en su consejero personal tanto en temas religiosos como privados. Comenzaron a dar el servicio en forma alternada denominando a esta congregación como «La Congregación Independiente de Sligo»13.

La situación religiosa existente en la zona en las postrimerías del siglo XVII era de tensa pero quieta confrontación. De muchos años venían ya historias de enfrentamientos con resultado de muerte entre protestantes y católicos -o papistas como les decían en ese tiempo-. Todo había comenzado en los tiempos de Enrique VIII, en especial mediante la acción de su canciller Cromwell, quién accionó para forzar la conversión de los católicos, y cuando no fuera esto posible, su traslado y confiscación de bienes y tierras. Por ejemplo en un texto de 1714 se cita que el Gran Jury (el órgano integrado por los principales propietarios de tierras) habría enviado un reporte diciendo que «los papistas son tan numerosos en este condado que sin un ejército residente no es posible hacer nada bueno»14.

Pero conocemos una situación que involucró directamente a Albert Blest y toda su familia, y que está expuesto en la biografía de la Condesa Selina.

El día 2 de Enero de 1791, se inauguraba una nueva capilla de la Sociedad Evangélica en Sligo. Sin embargo a los pocos días, un grupo de exaltados católicos forzó los barrotes de las ventanas del nuevo edificio, rompió estas y arrojó antorchas encendidas en su interior con la intención de destruirlo por completo. Lo lograron solo en forma parcial, y los miembros de la comunidad decidieron establecer una guardia para proteger lo que quedó. Sin embargo la banda volvió decidida a completar su tarea, y fue Albert Blest quien los enfrentara protegido con armas que él tenía en su poder. Después de una discusión Albert disparó su arma sin herir a nadie, pero esto enardeció a la turba y debió huir por su vida a su casa. Fue seguido por ellos, los que al llegar forzaron la entrada a su casa y trataron de capturarlo siendo socorrido por unos criados de fe católica que trabajaban allí. Todo esto -se cuenta- en presencia de la esposa embarazada y de sus 12 hijos. Finalmente fue llevado a juicio, junto con un cuñado y los sirvientes que lo habían ayudado. Allí Albert logró demostrar la verdad y encauzar legalmente a los delincuentes15.

Con su suegro Albert mantuvo activo el servicio religioso y lo reemplazaba cada vez que éste no podía cumplir con él, sin embargo el fallecimiento de éste el año 1806, y la mudanza de Albert a la cercana localidad de Greenville en 1803 hizo que este servicio no continuara, y los fieles se acercaron a un par de otras iglesias protestantes existentes ya ese año allí. Su esposa lo apoyaba plenamente en sus actividades, y juntos se preocuparon mucho de inculcar educación, fe, rectas costumbres y el valor del esfuerzo en sus hijos.

En el ámbito de los negocios, al parecer trabajó un tiempo con su suegro y su familia. Sin embargo el año 1803 está registrado como único arrendatario de una fábrica de teñido de lino en la cercana localidad de Greenville -de hecho el mismo sitio al que fuera enviado obligado a trabajar años antes por su padre- así como unas granjas cercanas. Se mudó allí para administrarlos, y estuvo allí un tiempo dejando luego a su hijo Andrew a cargo (mismo que años más tarde migrara a Chile). Los registros apuntan a que en 1825 anunció que dejaba el arriendo, cosa que realmente efectuó al año siguiente16. Sabemos que ya Andrew no estaba en Irlanda allí para ayudarlo, y también sabemos que otros dos de sus hijos estaban estudiando medicina en la universidad o ya estaban graduados y ejerciendo. También que años antes se había envuelto en un tema que lo apasionaba mucho: la educación a través de la Biblia de los jóvenes irlandeses. Para ellos aceptó el ofrecimiento de una sociedad londinense para que se hiciera cargo del brazo irlandés de la Sociedad Hibernian. En una primera instancia fue solo en el área de Sligo, pero pronto su dedicación y capacidad hizo que le ofrecieran la administración de toda la sociedad en Irlanda.

La London Hibernian Society corresponde a una de las múltiples sociedades formadas en esos años para educar a través de la lectura de Biblia, logrando dos objetivos: subir el nivel cultural de los niños y jóvenes, en general analfabetos, e introducirlos en la piadosa lectura bíblica, entendiendo que a través de ella crecerían moralmente. Fue fundada en Londres en el año 1806, e inicialmente su principal foco fue la educación religiosa. Sin embargo con el tiempo se fue inclinando más hacia la causa de la educación per se, reflejando el año 1814 este cambio en su propia constitución indicando que se dedicarían a instalar escuelas y difundir las sagradas escrituras en Irlanda17. Parte importante en este cambio al parecer fue producto de la misma acción de Albert quien privilegió la enseñanza y educación, fundando múltiples escuelas, lo que llamó la atención del comité de la sociedad en Londres. Se ha señalado que al menos instalaron unas 350 escuelas, y ya en al año 1818 contaban con unos 27.000 alumnos.

Coincidente con el nuevo rumbo de la sociedad Hibernian, Albert debió mudarse a Dublín junto con su familia al aumentar sus responsabilidades. Así el año 1813 sale de Sligo junto a su familia que aún permanecía con él. De los siete hijos que llegaron a la adultez, sabemos que tres de los cinco varones estudiaron medicina (Albert, Juan y Guillermo), un cuarto siguió los pasos de sus abuelos maternos y se dedicó a la industria y comercio (Andrew/Andrés). El último de los hermanos, al parecer también estudió medicina pero se quedó en Inglaterra (Anthony) hecho que no hemos podido comprobar fehacientemente, aún cuando tenemos claros indicios a este respecto.

La historia del mayor parece semejante a aquella de los que vinieron a Chile. Emigró buscando opciones, pero en su caso partió a los territorios de la India. Alrededor de 1820 sabemos que su hija Elizabeth nace en Kandy, capital entonces de Ceylán isla que los ingleses hacía pocos años habían conquistado, y al poco tiempo -en 1823- aparece residiendo en Madras (India). En Dublín lo encontramos ya de vuelta el año del fallecimiento de su padre, a quién acompañó en sus últimos días18.

Para 1813 varios de los hijos ya estaba viviendo en forma independiente, o estaba en plena juventud. Andrew con certeza envuelto en el comercio con Chile, y John practicando la medicina en estos mismos territorios. William, de unos 14 años, ya estaba muy cerca de comenzar sus estudios universitarios en el Trinity College de Dublín19, y situaciones parecidas debían presentar los restantes hermanos.

Portada

Portada del libro publicado en 1843 con la biografía de Albert Blest y la silueta de él que se incluye en el libro

Como ya vimos, Albert fue hijo único, y prácticamente no tenía familia en Irlanda por su rama paterna. Sin embargo sí tenía muchos familiares por el lado de su esposa. Sabemos que al menos dos de ellos eran médicos (Richard Maiben, hermano de Ann y que además fuera cirujano del regimiento de milicia de Sligo20 que también integró Thomas Blest que aparece registrado como soldado en el año 1802; y William Maiben quien aparece como uno de los dos médicos que respaldan de la titulación de John Blest en 181521), y por lo tanto creemos que ellos fueron los impulsores de esta especial disposición a la medicina que se dio en los hijos.

Podemos concluir que para la fecha del traslado a Dublín, ya la familia estaba formada, y el carácter y educación de los hijos era tarea resuelta, por lo que esta mudanza el año 1813 no significó ningún cambio para ellos, quedando aquí ya cubierto el objeto de este trabajo.

Sin embargo nos gustaría completarlo con una visión del resto de la existencia de Albert. Su esposa Anna Maiben sufrió desde aproximadamente 1815 de un serio problema reumático que la dejó con muchas dificultades para moverse, falleciendo finalmente en 1826. Muy piadosa siempre se dedicó a apoyar a su marido, y ayudar a los necesitados. Se cuenta que al no poder moverse, se dedicó a leer la Biblia a una persona ciega todos los días domingo. Meses después de fallecida ella, Albert sufre otro ataque del destino, su hija Eliza fallece luego de haber arrastrado por muchos años una débil salud. Albert continuó su actividad en la Sociedad pero su salud fue menguando cada vez más. Finalmente en Enero de 1837 fallece en su hogar en Dublín, acompañado de su hijo mayor Albert, quién en ese tiempo también residía en la misma ciudad. Ese mismo año en Chile, Andrés ya estaba casado con Concepción Prats y residía en Valparaíso junto con sus primeras hijas; Juan estaba ejerciendo la medicina en Santiago, junto con su esposa María Faustina Zavala -con quién se casara en Moquehua (Perú)- y sus primeros hijos; y Guillermo estaba al frente de la Escuela de Medicina, y compartía su hogar con María de Luz Gana, y sus retoños Guillermo, Alberto, Joaquín y José Francisco.





 
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