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El labrador venturoso

Lope de Vega



  -fol. 192v-  
PERSONAS
 

 
DOÑA ELVIRA.
CELIA.
EL REY DON ALFONSO.
ZAIDE.
AUDALLA.
DON MANRIQUE.
DORISTO.
ALFONSO.
LAURO.
LEONOR.
FILENO,   viejo.
ZULEMA,   rey de Sevilla.
FELICIANO.
FILANDRO.
LISEO.
RISELO.





ArribaAbajoJornada I

 

Sale DOÑA ELVIRA y CELIA.

 
ELVIRA
Mil vidas quiero perder,
bárbaro padre engañado.
CELIA
Ya queda determinado
en que has de ser su mujer.
ELVIRA
Eso, ¿cómo puede ser,5
-fol. 193r-
si la ley cristiana adoro,
y el Rey de Sevilla es moro?
CELIA
Ya lo ha mirado quien sabe,
y aunque es negocio tan grave,
no se ofende tu decoro;10
que dicen que ser podría
que como amor te tuviese,
a nuestra Fe se volviese,
y que en su aumento sería.
ELVIRA
Si yo dejase la mía,15
¿no es el peligro mayor,
teniéndole el mismo amor?
CELIA
No, porque enseñada estás,
ni es posible que jamás
dieses en tan grande error.20
ELVIRA
De los padres la obediencia
ha de ser en cosas justas,
que a las que son tan injustas
es justa la resistencia.
Apelo de la sentencia25
que hoy pronuncia contra mí,
cristiana, Celia, nací,
esto quiero que me llames,
que de sus paces infames,
¿qué bien me resulta a mí?30
Más justo pienso que fuera
que un ejército sacara,
con que del Betis temblara
toda la Andaluz ribera,
que no que una hija diera,35
a un moro Rey de Sevilla,
que ha llegado hasta la orilla
del Tajo con sus caballos.
CELIA
Harto a sus nobles vasallos
su pretensión maravilla,40
entre los cuales, alguno
pudiera mejor honrarte,
cuando quisiera casarte.
ELVIRA
No quiero, Celia, a ninguno.
Pero si el Rey importuno,45
a mi desdén y temor
igualara mi valor,
¿cuánto mejor me empleara
en un Manrique de Lara
que en un Zulema Almanzor?50
Pero no tendrá poder,
pues hay veneno y acero,
sáquenme el alma primero
que llegue a ser su mujer.
Cobarde debe de ser55
contra el valor castellano,
y si fuera intento vano
casarme contra mi gusto;
¿cómo no ve que no es justo
con un bárbaro africano?60
Celia, tú me has de ayudar
para salir de Toledo;
¿qué respondes?
CELIA
Tengo miedo.
ELVIRA
Ayúdame con callar.
CELIA
Pues, ¿cómo piensas dejar65
la grandeza en que has nacido?
ELVIRA
Mudando, Celia, el vestido
se mudará la grandeza,
pues era mayor bajeza
rendirme a tan vil partido.70
 

(Sale el REY DON ALFONSO, ZAIDE y AUDALLA, moros, y DON MANRIQUE.)

 
ZAIDE
¿Podremos de esa suerte, Rey cristiano,
besar la mano a nuestra Reina?
REY
El día
que me determiné que fuese vuestra
-fol. 193v-
os corre obligación.
AUDALLA
Dadnos, señora,
las manos, aunque indignos de besarlas75
como a vasallos vuestros, los primeros
que os reconocen por señora y reina
de la parte mejor que tiene España,
y el claro Betis con sus ondas baña.
ZAIDE
Vais a ser reina, no del Reino solo,80
sino de nuestras almas; vais, señora,
a la mejor ciudad que mira Apolo,
desde el Ocaso a la rosada Aurora:
ocupa el nombre de Almanzor el Polo,
cuyas nieves el Sol apenas dora,85
y con tan verdes años que no alcanza
toda su luz el fin de su esperanza.
ELVIRA
Amigos, yo me tengo por dichosa
en ser mujer de un príncipe que pudo
obligar a mi padre, Rey cristiano,90
con ley tan diferente, Dios os guarde.
AUDALLA
¡Qué dulce sol en nuestros ojos arde!
ZAIDE
¡Qué divina belleza! Porque tengas
mayor gusto, señora, desta dicha,
que así puedes llamar tu casamiento,95
te quiero dar este retrato suyo
que me dio en esta joya, en ella puedes
considerar si representa al vivo
la Majestad Real, y le acompaña
marcial aspecto, de los Reyes digno.100
ELVIRA
De espacio le veré, guárdeos el cielo.
AUDALLA
Él quiera que tan presto te veamos
con la corona insigne de Sevilla,
cuanto lleguemos a la verde orilla
del Betis, que te espera laureado105
de las perlas que el mar le ofrece y rinde.
REY
¿Qué os parece de Elvira?
AUDALLA
Que tendremos
una estrella por reina, un sol, un cielo.
REY
Venga luego, Almanzor, que ya querría
darle mis brazos como hijo.
AUDALLA
Él tiene
110
tal deseo de verte, que entretiene
con mil desasosiegos la esperanza.
REY
Paz con Castilla para siempre alcanza.
  -fol. 194r-  
 

(Vanse todos, y queda solo DON MANRIQUE.)

 
MANRIQUE
Cuando pudiera el dolor
tener licencia de hablar,115
aun no me deja quejar
el estremo del rigor.
Ya no me quejo de amor,
que amor, mientras no me diga,
ni desmerece, ni obliga.120
De la fortuna me quejo,
pues ya no tengo consejo
para que no me persiga.
Solo puede consolarme,
en que a tal estado vengo,125
que de sus rigores tengo
ocasión para vengarme,
pues no tiene que quitarme,
ni tengo que le pedir,
como quien llega a morir,130
que no estima lo que deja,
y así mi amor no se queja
de morir, ni de vivir.
Ah Rey, que en tu mocedad
estos bárbaros hiciste135
temblar, ¿cómo los temiste
en tu más discreta edad?
¿Ha faltado la lealtad
de los Castellanos? No;
fe pienso que te faltó140
pues das a un hombre sin fe
tu sangre, y sangre que fue
la que este Reino te dio.
¿Un ángel le das a un moro,
olvidado del suceso145
que tiene Castilla impreso
en mármol con letras de oro?
¿Veré la prenda que adoro,
cielos, de un moro mujer?
Amor, ¿qué tengo de hacer,150
si a la muerte me remites?
¿Cómo vivir me permites
para que lo pueda ver?
 

(Sale DOÑA ELVIRA con rebociño y sombrero.)

 
ELVIRA
En tal desesperación
todo lo atropello y dejo,155
porque es el mejor consejo
la breve resolución.
Que mientras el pensamiento
lo que es mejor determina,
veloz el tiempo camina,160
lleva la ocasión el viento.
Mi remedio está en hüir.
Ánimo temor, no aguardes,
que es remedio de cobardes
querer dejarse morir.165
Hombre me parece aquel,
si intenta reconocerme,
¿cómo podré defenderme
de mis desdichas y dél?
Noche, dame tu favor,170
y ayuda mi atrevimiento.
MANRIQUE
Pasos parece que siento,
¿quién va?
ELVIRA
¿No lo veis, señor?
Una mujer sola soy,
que no os da que recelar.175
MANRIQUE
Oíd.
ELVIRA
Dejadme pasar,
en grande peligro estoy.
MANRIQUE
¡Del Alcázar a estas horas
mujer! Yo os tengo de ver.
ELVIRA
Recelos de una mujer,180
¿adónde hay tantas señoras?
MANRIQUE
Pues, ¿a quién servís aquí,
que lo niega el buen olor?
ELVIRA
Dejadme pasar, señor,
y no reparéis en mí,185
que solo a saber entré
si está aquí un hombre celosa.
  -fol. 194v-  
MANRIQUE
¿De fuera sois?
ELVIRA
¿Pues no es cosa
fácil de entender?
MANRIQUE
No sé.
ELVIRA
Eso es ya descortesía.190
MANRIQUE
¿Y si os quiero acompañar?
ELVIRA
De aquí no habéis de faltar.
MANRIQUE
¿Por qué?
ELVIRA
¡Qué necia porfía!

 (Vase.) 

MANRIQUE
Por Dios que fue necedad
no reconocerla bien,195
que aunque mostraba desdén,
fue poca curiosidad.
Pero es tanta mi tristeza,
que para nada me aliento,
y un vil entretenimiento200
es de un alto amor bajeza.
¡Oh mujer que quieres bien,
y celos te traen aquí,
si los tuvieras de mí,
no me mostraras desdén!205
Que yo soy tan desdichado,
que sirviera de consuelo
a tus celos, y aun recelo
que tú me lo hubieras dado.
Rejas, lastimaos de mí,210
pues no me puedo apartar
de vosotras y el lugar
adonde el alma perdí.
Si detrás de vos mi vida
duerme, y aquel Sol que adoro,215
que ha de ser Luna de un moro,
de vil menguante ofendida;
decilde que no me atrevo
a esperar su luz hermosa,
que amanezca en pura rosa220
para dar su envidia a Febo.
Que yo puesto que del llanto
su Aurora pudiera ser,
por no dejarme entender,
no puedo atreverme a tanto.225
 

(Vase, salen DORISTO y FILENO, labradores.)

 
DORISTO
¿Ataste bien los pollinos?
FILENO
Como tengan que pacer,
ellos se sabrán tener.
DORISTO
Anda gente en los caminos,
y en sintiendo bestias, suelen230
irse tras ellas.
FILENO
No harán,
dormid, seguros están,
no temáis que vos desvelen.
DORISTO
Ya poco debe de haber
de aquí al Alba.
FILENO
Echaos ahí.
235
DORISTO
Pon las alforjas aquí.
FILENO
Dormid, Doristo, a pracer.
DORISTO
¿Qué has comprado en el mercado?
FILENO
Vale tan caro en Toledo,
que apenas jurarvos puedo,240
que unas cintas he comprado.
Concertaba unos breviescos,
y no alcanzó la soldada
de un año, pues una espada...
DORISTO
¿Breviescos?
FILENO
Par Dios, tan frescos,
245
que ponérselos podía
la misma Infanta.
DORISTO
Ya el sueño
me coge.
FILENO
Para mi dueño,
si Dios quiere que algún día
lleve una rica patena:250
¿dormís? Durmiose, pues yo
también me duermo1; mas no,
que gente en el prado suena.
Pero serán los pollinos,
que acaso retozarán,255
que bien seguros están
a tal hora los caminos.
Quiero decir la Dotrina
que mi abuela2 me enseñó,
que el dimuño siempre huyó260
del hombre que se presina.
San Llorente
-fol. 195r-
persíname la frente;
san Gonzalo,
líbrame del malo;265
san Benito,
que ningún esprito
durmiendo se me entre
en la boca ni en el vientre,
y el agua bendita,270
que los pecados quita,
cuando cerca esté,
hisopada que le dé,
por siempre jamás,
seculórum séculas,275
amén Jesús.
 

(En recostándose sale DOÑA ELVIRA.)

 
ELVIRA
Ánimo vil corazón,
pues dicen que la mujer
mayor le suele tener
que el hombre en esta ocasión.280
Lejos de Toledo estáis,
salid del camino agora,
que si os halla en él la Aurora,
a grande peligro vais.
Pero sin tomar descanso,285
¿cómo podéis caminar?
Aquí me ofrecen lugar
verde yerba y viento manso.
Todo está en silencio, cielos,
ayudad mi justa empresa,290
si quien ser vuestra profesa
puede obligaros a celos.
No me dejéis entregar
a un moro, contra el decoro
cristiano, que darme a un moro295
celos os puede causar.
Sueño, si a los desdichados
tal vez ayudáis, venid,
y un instante divertid
la causa de mis cuidados.300

 (Échase junto a FILENO.) 

FILENO
Paréceme, y no es en vano,
que el Alba quiere reír;
¡oh qué mal puede dormir
en no cenando un cristiano!
Qué sueños tan tristes son305
los de quien no bebe bien:
¿qué es lo que mis ojos ven?
¿Qué tiento?, ¡qué tentación!
Cosa branda me parece
esto que he sentido aquí;310
voto al Sol que no me engaño,
aquí duerme un serafín.
Cosa que el dimuño sea,
porque dicen que es sotil,
mas yo recé la oración315
desde el in principio al fin.
¿Si se me olvidó algún santo?
Hao Doristo.
DORISTO
¿Es hora?
FILENO
Sí,
porque antes de la del cielo,
el Alba he visto reír.320
DORISTO
¿Qué dices?
FILENO
Que una señora
ha dormido junto a mí,
que parece entre claveles
tiritaña de jazmín.
DORISTO
¿Has andado con la bota325
en ayunas? Que es gentil.
FILENO
Si es vino lo que os he dicho,
por los ojos le bebí.
DORISTO
Voto al Sol que es verdad.
FILENO
Mira,
qué serafín de marfil.330
Si esto es bota, voto al Sol
que se emborrachen dos mil,
que yo durmiese con ella
sin sentirlo. Voto a mí,
que si lo hubiera sentido.335
DORISTO
¿Si despierta?
FILENO
Creo que sí.
ELVIRA
¡Ay cielos!, ¿qué gente es esta?
Muerta soy, ¡ay Dios!
FILENO
Mentís,
-fol. 195v-
que más cerca estáis, señora,
de matar que de morir;340
no os alteréis.
ELVIRA
¿Quién sois, hombres?
DORISTO
Hombres, como vos decís,
y lo que os enseña el traje,
tan sencillo como vil.
ELVIRA
¿Vais o venís de Toledo?345
DORISTO
Venimos.
ELVIRA
¿Qué vais en fin?
DORISTO
A nuestras casas.
ELVIRA
¿Qué casas?
DORISTO
No están muy lejos de aquí,
aunque en medio desos montes.
ELVIRA
Desdichas con que nací350
me llevan desesperada,
y solo os puedo decir
que ganaréis en llevarme
un alma.
FILENO
El cuerpo gentil,
aunque soy pobre villano,355
podéis, señora, decir.
ELVIRA
Mil joyas tengo que daros.
FILENO
Bien decís, porque yo vi
el aparador del cielo
en esa tienda de abril.360
Doristo, yo he de llevarla.
DORISTO
¿Y si nos pueden seguir?
FILENO
Los montes sé de memoria.
ELVIRA
¿Qué determináis?
FILENO
Venid,
que aunque me maten por vos,365
será gloria para mí.
 

(Vanse.)

 
 

(Sale el REY, CELIA y DON MANRIQUE, y un Capitán.)

 
REY
¿Esto guardaba el cielo
a mis postreros años?
MANRIQUE
Justamente
crece tu desconsuelo
haberle dado causa.
REY
Solo siente
370
mi alma haberle sido
en alguna manera fementido.
Mas sabe Dios mi intento,
y que fié, Manrique, en su grandeza,
que deste casamiento,375
pues entre reyes hay igual nobleza,
la luz resultaría,
que para bien de España pretendía.
Mas tú, Celia enemiga,
que pudiste avisarme y no lo has hecho,380
¿qué quieres que te diga?
Bien fuera justo atravesarte el pecho.
CELIA
Pues, ¿quién imaginara
que tan crüel resolución tomara?
Apenas prevenía385
el claro Sol por el rosado Oriente
la nueva luz al día,
cuando se transformaba tiernamente
-fol. 196r-
en más hermosa Aurora,
llorando perlas, si diamantes llora.390
En este sentimiento
las horas continuaba de tal suerte,
que tuvo pensamiento
de remediar su pena con su muerte.
Yo triste la forzaba,395
y a que te obedeciese la animaba.
Con esto, resolviendo
tan estraña partida, sin hablarme,
que iba al jardín fingiendo,
porque no la impidiese con quejarme,400
salió donde se entiende,
que el cielo por su causa la defiende.
MANRIQUE
A decir no me atrevo,
que yo la hablé, que yo la vi, que he sido
quien más sentirlo debo.405
REY
Bien parece que el cielo está ofendido,
que si él no la amparara,
¿qué tierra en sus entrañas la guardara?
Oh nunca yo tuviera
pensamiento tan vil.
MANRIQUE
Señor, yo pienso
410
que si el cielo no fuera
su defensor, con su poder inmenso,
ningún hombre atrevido,
para tu gran valor lo hubiera sido.
Promete no casalla415
con este, si bien Rey, bárbaro en todo,
que no hay para buscalla
a gusto de los cielos mejor modo.
REY
Ya sabe el cielo santo
mi segura intención, como mi llanto.420
Si Elvira pareciere
mil votos hago de no darla al Moro,
ni a hombre que no fuere
mi igual en sangre y en Real decoro,
que bien se ve que el cielo425
me castiga con tanto desconsuelo.

 (Vase.) 

MANRIQUE
Ay, Celia, no es posible
-fol. 196v-
que creas lo que yo te diré agora.
En pena tan terrible,
yo aquella noche hablé con tu señora,430
yo pude detenella
mi desdicha no pudo conocella.
Yo así sus brazos bellos,
yo, Celia, yo toqué sus manos bellas,
pienso que sus cabellos435
conocerme negaron sus estrellas,
con la noche podía,
pero no pude, que la hicieron día.
Dirás que soy culpado,
no lo fui yo, la culpa fue mi estrella.440
CELIA
¿Cómo habiéndola hablado
no supiste, Manrique, conocella?
Desdicha fue notable.
MANRIQUE
¿Qué importa que la vea y que la hable,
si el cielo la defiende?445
CELIA
Lo cierto es que tú no te atreviste.
MANRIQUE
Tu ignorancia me ofende,
¿qué haré, Celia?, ¿qué haré?
CELIA
Vivir muy triste,
pues tus ojos te culpan.
MANRIQUE
La noche y la desdicha me disculpan.450
 

(Salen ALFONSO y LAURO, labradores con gabanes de seda y sombreros, medias de color y jubones ricos.)

 
ALFONSO
No te descompongas tanto,
Lauro, así te guarde Dios,
que ni el ser primos los dos,
ni de nuestra prima el llanto
me podrá tanto obligar,455
que no lleguemos a ser
enemigos, hasta ver
quien la ha de servir y amar.
LAURO
Alfonso, en esta montaña
hay solas dos caserías460
de nuestros padres, podrías,
sino es que el amor te engaña,
considerar que no es justo
preferirte a quien yo soy;
y si en servirla te doy465
celos, enojo y disgusto,
déjala tú de servir,
pues que también me le das,
que con eso no tendrás,
ni tendré que te pedir.470
Que pensar que de otra suerte
no he de querer a Leonor,
es afrenta de mi honor,
que de su verdad te advierte.
Muero por ella y sería475
dejártela gran bajeza.
ALFONSO
Yo pensé que en tu nobleza,
Lauro, este gusto hallaría,
-fol. 197r-
que no ha sido preferirme,
ni a mayores levantarme,480
sino a tus pies humillarme,
y a tu nobleza rendirme.
Que deje yo de querer
como he querido a Leonor,
acábalo con mi amor,485
cosa que no puede ser,
que yo dejaré de amalla,
pero queriéndola bien,
y ella a mí, Lauro, también,
es imposible dejalla.490
Tú podrás, pues no te quiere,
y está más puesto en razón.
LAURO
Esa loca presunción,
posesión injusta adquiere,
que yo sé que a mí me adora.495
ALFONSO
¿A ti?, ¿cómo?, ¿cuándo?
LAURO
Advierte
que presumir desa suerte
ni merece ni enamora.
Y no fíes en mujer
cuando es fácil en amar,500
que tienen el olvidar
como sombra del querer.
ALFONSO
Si della tienes favor
te quiero dejar la empresa.
LAURO
De que no entiendas, me pesa,505
que nació mujer Leonor.
Yo no me quiero alabar,
porque no es de hombres de bien.
ALFONSO
¿En fin de quererla bien
no quieres, Lauro, dejar?510
LAURO
No puedo, que sí querría.
ALFONSO
Pues si habemos de reñir,
lo que te quiero pedir,
te merezca en cortesía.
Hidalgos y caballeros515
han sido nuestros pasados,
que esto de campos y arados
trujo el faltarles dineros.
Aquí mi abuelo dejó
una lucida armería,520
que mi padre guarda hoy día,
y que le codicio yo.
No riñamos, pues no es bien,
como villanos.
LAURO
Yo quiero
reñir como caballero.525
ALFONSO
Si tú quieres, yo también.
Un crïado viene aquí,
que suele tener la llave.
LAURO
No la dará si lo sabe.
ALFONSO
Que es para burlas le di.530
 

(Sale DORISTO.)

 
LAURO
Doristo, Alfonso y yo estamos
deseosos de saber
las armas, que puede ser
que algún día las traigamos.
Querríamos esgrimir,535
por tu vida que nos des
dos espadas.
DORISTO
Dos, y aun tres,
pero no habéis de decir
que yo las truje, a señor,
no se enoje si lo sabe.540
LAURO
No hayas miedo.
DORISTO
Voy.

 (Vase.) 

LAURO
Acabe
mi vida amando a Leonor.
Él va por ellas.
ALFONSO
Yo creo,
si este fue nuestro destino,
que no habrá mejor camino545
de acabar nuestro deseo.
Sobra en aquesta montaña,
Lauro, el uno de los dos,
que no cabemos los dos,
si no es que el valor me engaña.550
Es notable la riqueza
de nuestros padres, y así
ha crecido en ti y en mí
-fol. 197v-
la soberbia o la nobleza,
quede el uno y sea señor.555
LAURO
De tus presunciones temo,
que como Rómulo y Remo,
haces Italia a Leonor.
 

(Sale DORISTO con dos espadas.)

 
DORISTO
Las dos mejores espadas
pienso, Lauro, que escogí.560
LAURO
Esta es buena para mí.
DORISTO
Ambas las truje doradas.
ALFONSO
Yo no tengo que escoger,
porque las espadas son
el temple del corazón,565
que es quien las ha de mover.
Vete, Doristo, de aquí.
DORISTO
Luego, ¿no tengo de ver
como esgrimís?
ALFONSO
Ha de ser
en sabiéndolo.
DORISTO
Es ansí,
570
pero ¿qué importa? ¿Soy yo
algún capitán?
ALFONSO
Ven luego.
DORISTO
Necio he sido, estuve ciego,
Lauro la color perdió.
No me contenta la esgrima,575
alguno quiero llamar.

 (Vase.) 

ALFONSO
Ya no tienes que aguardar,
tu loca furia me anima,
porque tanta confianza
me promete buen suceso,580
que quisiera, te confieso,
tal valor mi amor alcanza,
que fueras un escuadrón
de hombres.
LAURO
Obra y habla menos,
como lo han de hacer los buenos.585
ALFONSO
Mi sangre y mi amor lo son.
 

(Salen DORISTO y FILENO con hondas.)

 
DORISTO
Digo que se están matando.
FILENO
Pardiez que tienes razón,
despartamos la cuestión.
DORISTO
¿Cómo?
FILENO
Comiendo y tirando
590
los cayados en aceros,
y en guarniciones las rejas:
huera digo.
DORISTO
¿Son ovejas?
FILENO
Fuera digo, caballeros.
ALFONSO
Ah villano.
FILENO
¿A mí villano?
595
Bien pagas lo que me debes.
LAURO
Pues, Fileno, ¿a mí te atreves?
FILENO
Téngase todo cristiano.
ALFONSO
¿Con hondas tiráis, groseros?
LAURO
¿Piedras tiráis?
FILENO
Qué turrón.
600
DORISTO
Dejen luego la cuestión.
FILENO
Huera digo, caballeros.
ALFONSO
Lauro, dejémoslo así,
que no faltará lugar.
LAURO
Cuánto no es dejar de amar605
a Leonor, dejo por ti.
FILENO
¿Podrá saber la ocasión
desta pendencia, Fileno?
ALFONSO
¿Tú te azoras?
FILENO
Oh qué bueno,
¿paréceos que era razón610
dejaros matar así?
LAURO
¿Y si muerto alguno hubieras?
FILENO
No tiraba yo de veras,
que no estoy huera de mí.
La honda tiraba a tiento,615
y tan por alto se hue,
que al viento descalabré,
pues hay cabezas de viento.
Mas decidme la ocasión,
¿por qué dos primos y hermanos620
habéis venido a las manos?
ALFONSO
Amores y celos son.
LAURO
Quiere Alfonso que no quiera
a Leonor, y quiere amor
que quiera a Leonor, Leonor625
desengañarme pudiera,
pero escucha mis amores.
-fol. 198r-
Leonor: ¿qué preguntas más?
FILENO
En la disculpa que das
quieres más de mil Leonores.630
¿Pero lo cierto es que ama
Leonor a Alfonso?
LAURO
No sé.
FILENO
Aborrece y te daré
una zagala de fama,
que a casa truje de un monte,635
que no ve cosa más bella
de la una a la otra estrella
el Sol por este horizonte.
Yo la truje para mí,
mas viéndome tan grosero,640
quiero dejar lo que quiero,
y dártela, Lauro, a ti.
LAURO
Pues, ¿a quién sirve?
FILENO
A señor.
LAURO
Alfonso, ¿hasla visto?
ALFONSO
Agora
la oí nombrar.
FILENO
Es señora
645
de gran pergeño y valor,
puesto que en humilde traje.
LAURO
Si me agrada dejaré
a Leonor.
ALFONSO
Muy bien a fe.
FILENO
Pues cuando no la aventaje,650
yo me doy por mentecato.
LAURO
Vámosla a ver.
FILENO
Entra pues.
LAURO
¿Y cómo se llama?
FILENO
Inés.
LAURO
Buen nombre.
FILENO
Es toda un retrato
de un serafín de marfil.655
LAURO
Pues será sin destos celos.
FILENO
Tiene en los ojos anzuelos.
LAURO
¿Pesca?
FILENO
Agarra a lo sutil.
LAURO
Toma, Doristo, la espada,
porque no riña señor.660
DORISTO
Pardiez, que viene Leonor
de tu pendencia enojada.
 

(Vase LAURO y sale LEONOR, labradora rica.)

 
LEONOR
Dicha he tenido en hallarte
solo, que si a Lauro viera,
pienso que mi amor supiera665
matarle y desagraviarte.
¿Qué es esto?
ALFONSO
¿Qué puede ser?
Celos.
LEONOR
Dame aquesa espada.
DORISTO
Suelta.
LEONOR
Muestra.
DORISTO
Estás airada.
ALFONSO
Prima, ¿qué quieres hacer?670
LEONOR
Matar a Lauro.
ALFONSO
Detente,
que no es eso lo que dice
Lauro.
LEONOR
Este amor contradice
tu sospecha, y Lauro miente.
Vete, Doristo, de aquí.675
DORISTO
Si habéis de reñir también,
llamaré a Fileno.

  (Vase.) 

ALFONSO
Bien.
Ay, Leonor, muero por ti,
¿no me dirás qué favor
es este de que se alaba?680
LEONOR
¿Él se alaba?
ALFONSO
Agora acaba
de persuadirme tu amor.
LEONOR
Tú no ves que es desatino,
y que yo te adoro a ti.
ALFONSO
¿Es aquel mi padre?
LEONOR
Sí.
685
ALFONSO
Leonor, su enojo adivino,
tú le puedes esperar.
 

(Vase y sale FELICIANO, viejo con DORISTO.)

 
FELICIANO
¿Para qué niegas, Doristo,
lo que yo he sentido y visto?
DORISTO
Porque me pude engañar,690
que dijeron que esgrimían.
FELICIANO
¿Dónde está Alfonso, Leonor?
LEONOR
Al campo salió, señor,
que dijeron que querían
él y Lauro degollar695
un valiente jabalí,
puesto que los dos aquí
no pueden armas hallar
para matarlo, seguras.
  -fol. 198v-  
FELICIANO
Cuentan, que Apolo celoso700
de Adonis, mancebo hermoso,
que en las de Arcadia espesuras,
la Diosa Venus gozaba,
revistió en un jabalí
una furia, si es ansí,705
con razón tu ingenio daba
a los celos ese nombre,
que aún es más fiero animal.
LEONOR
La causa interpretas mal.
FELICIANO
¿Mal?
LEONOR
Sí, porque Alonso no es hombre
710
que me estimara tan poco,
que con su primo riñera.
FELICIANO
Bien quiero yo que te quiera,
mas no con amor tan loco.
Ahora bien, pues ya cesó715
la antigua caballería
que aqueste solar tenía,
cuando el amor comenzó,
yo haré tapiar esa puerta
donde las armas están,720
que es muy hombre ese galán
para que la tenga abierta.
Ven tú conmigo, Leonor,
yo te enviaré a la montaña,
si más a tu primo engaña725
tan necio y injusto amor.
Vuélvete allá con tu madre,
fidalgos viven allá
con quien casarte.
LEONOR
Si ya
te cansas de ser mi padre730
en lugar del que perdí,
donde quisieres me envía.
FELICIANO
Tú sabes si yo tenía
hijo y dote para ti.

 (Vase.) 

DORISTO
Si envían a la montaña735
por celos a Leonor bella,
y me destierran con ella,
la ocasión me desengaña.
 

(Salen LAURO y DOÑA ELVIRA en hábito de labradores, y FILENO.)

 
LAURO
Si de Leonor hasta aquí
los ojos me enamoraron,740
todo su amor me quitaron
cuando tus estrellas vi.
Que aunque es hermosa Leonor,
eres tú más bella Inés,
para cuyo ejemplo ves745
las estrellas de mi amor.
Más te quiero en un instante
que puede haber que te veo,
que si un siglo de deseo
fuera de Leonor amante.750
ELVIRA
Vete, Lauro, norabuena,
que se lo diré a señor.
FILENO
De escuchar tu desamor
me estoy muriendo de pena,
¿a Lauro no quieres bien?755
ELVIRA
¿Yo, Fileno, estás en ti?
LAURO
Habla, Fileno, por mí,
ablanda tú su desdén.
FILENO
¿En efeto te agradó?
LAURO
Muriéndome estoy por ella.760
FILENO
Pues déjame hablar con ella.
LAURO
Habla, que me turbo yo.
FILENO
Inés, bien sé la ocasión
porque a Lauro eres ingrata,
y aunque la causa es tan justa,765
me pesa de ser la causa.
Bien sé que el favor le niegas
porque estás enamorada
de mí desde que me viste,
y te truje a nuestra casa.770
Pero yo soy desta hacienda
un hombre que a veces ara,
-fol. 199r-
y a veces Inés vendimia,
y a veces ganados guarda.
No siempre vivo en la aldea,775
con los toros y las vacas
suele ser mi habitación,
por las ásperas montañas.
Agora creo el refrán
que de vuestros gustos habla,780
siempre escogéis lo peor.
ELVIRA
Fileno, tu confianza
ha sido justa y discreta,
en tus méritos fundada.
Que corresponda tan mal785
no es culpa tuya, pues basta
quererte yo para ser
en quererte desdichada.
¿Piensas tú que la lindeza,
el rico cabello y barba,790
las acciones femeniles,
y las femeniles galas
vencen a todas mujeres?
Pues mas a muchas agrada
un mancebo como tú,795
robusto de cuerpo y alma.
Los hombres han de ser hombres,
estos sirven, estos aman,
esotros quieren hacer
el oficio de las damas,800
que los requiebren a ellos,
y así los verán que hablan
desdeñosos desabridos,
enfermo el amor y el habla.
No me hables más en esto,805
que ingratamente me pagas,
llévame a Lauro de aquí,
que bien podrás si le engañas,
y verás lo que te estimo.
FILENO
No pienso que se regala810
la cera al Sol como yo,
oyéndote esas palabras;
¿qué me quieres?
ELVIRA
¿Qué te quiero?
FILENO
Voy a hacer lo que me mandas,
seguro de que eres mía.815
ELVIRA
Pues, ¿quién no adora esa cara?,
¿quién no celebra ese ingenio?,
¿esas piernas, esas gracias,
esa limpieza y aseo?
FILENO
Andallo mi Sabastiana,820
voto al Sol si en todo el valle
hombre te mira ni habla,
que le he de comer de celos.
ELVIRA
Vete Fileno, ¿qué aguardas?
FILENO
Lauro, Inés te quiere bien,825
pero dice que la tratas
como a mujer sin favor,
pues los términos no guardas,
que los hombres cortesanos
suelen tener con las damas,830
que las regalan y sirvan,
con fiesta, música y galas,
y otras cosas que se usan.
LAURO
Bien dice, pero se engaña
en pensar de mí, que soy835
de condición tan villana,
que una cosa es declarar
el amor con tiernas ansias,
y otra pedirle favor,
darele notables galas.840
No habrá palmillas en Cuenca,
ni tendrá Valencia granas,
que no le sirvan, Fileno,
de sayuelos y de sayas.
¿Qué aparador de Toledo845
tendrá potencias de plata,
corales de Barcelona,
de Córdoba filigranas,
que no adornen cada día
su bellísima garganta?850
Pues fiestas, yo le haré fiestas
-fol. 199v-
al uso de nuestra patria,
que envidie Zocodover,
y entre moros Vivarrambla.
El domingo doy principio.855
FILENO
Vamos, que por oro y plata
camina a la posesión
lindamente la esperanza.
 

(Vanse.)

 
ELVIRA
Desiertos campos, soledad gustosa,
líquidos, sonorosos arroyuelos860
que hacéis al prado cristalinos velos,
donde se mira esta arboleda umbrosa.
Oh quién hubiera sido tan dichosa,
que por su patria los benignos cielos
le dieran vuestros soles, vuestros yelos,865
donde la paz y la quietud reposa.
Huyendo vengo del rigor de un moro,
no sé si un padre en tales pensamientos,
que ofendieron el cielo y su decoro.
Oh cómo los mostráis a mis intentos,870
que no están los contentos en el oro,
sino al revés, el oro en los contentos.
 

(Sale ALFONSO.)

 
ALFONSO
Tanto enojo y tanta grita
para cosa tan pequeña,
nunca de su necedad875
los hombres viejos se acuerdan.
¿Qué muertos tienen los campos,
qué sangre corre el aldea
para tan malas palabras?
Vive Dios que si me aprietan,880
que dé conmigo en Toledo,
y que me voy a la guerra.
Vive Dios; pero, ¿qué es esto?
Bien dicen, que a quien se ciega
de cólera y pesadumbre,885
con ocasión o sin ella,
pongan delante un espejo,
y más con luna tan bella.
¿Quién eres mujer del cielo?
ELVIRA
Una mujer de la tierra890
que vino a servir aquí.
ALFONSO
¿A servir?
ELVIRA
Pues, ¿qué os altera?
¿Qué habéis visto agora en mí
que serviros no merezca?
¿No sois hijo de señor?,895
¿no sois Alfonso?
ALFONSO
Quisiera
ser hijo del rey Alfonso
que hoy a Castilla gobierna,
para poder igualarte.
¿Eres tú quien desas sierras,900
más morenas ya por ti,
pues con ese sol las quemas,
trujo Fileno?
ELVIRA
Yo soy.
ALFONSO
¿De dónde eres?
ELVIRA
No lo sepas
por tu vida por agora,905
que no quiero que me tengas
por arrogante.
ALFONSO
No haré,
aunque digas que eres reina,
porque lo pareces toda.
ELVIRA
Es esta la vez primera910
-fol. 200r-
que te veo y no es razón
que hablarte tanto me vean,
que no tendrá más valor
una mujer forastera
del que ella se diere a sí.915
ALFONSO
Ya que quien eres me niegas,
óyeme a mí que yo soy.
ELVIRA
Ya lo sé, no me detengas.
ALFONSO
Ay, Inés, en esta casa
creo que es tu nombre.
ELVIRA
Aciertas.
920
ALFONSO
De mi padre una sobrina.
ELVIRA
La historia, si es larga, abrevia.
ALFONSO
Servíamosla Lauro y yo,
hoy reñíamos por ella,
si Fileno no llegara,925
que porque no la quisiera,
se ofreció de darle a ti.
ELVIRA
Pues qué, ¿soy yo suya?
ALFONSO
Espera,
dijo que si le agradabas,
cosa que juzgaba incierta,930
a Leonor me dejaría,
y agora quiero que entiendas
que yo le dejo a Leonor,
hoy cesa la competencia,
porque quiero yo ser tuyo.935
ELVIRA
Hoy mis desdichas comienzan;
¿quieres otra cosa?
ALFONSO
Solo
que cuando mi primo veas
le digas, que yo te sirvo,
aunque no me favorezcas.940
ELVIRA
Adiós.

  (Vase.) 

ALFONSO
¡Qué brío, qué talle,
qué donaire, qué belleza!
Parece rayo el amor,
que presto el alma penetra.
Soy yo, Leonor, ¿quién te ama?945
¿Cómo es posible que pueda
olvidar años de amor,
y amor que las sangres mezcla
un instante de otros ojos?
 

(Sale FILENO.)

 
FILENO
Serán estremadas fiestas.950
ALFONSO
¿Qué fiestas, Fileno?
FILENO
Alfonso,
las fiestas que Lauro ordena.
ALFONSO
¿Por Leonor?
FILENO
Que no hay Leonor.
ALFONSO
¿Cómo?
FILENO
Ni della se acuerda,
que apenas la bella Inés955
le enseñé, cuando por ella
está perdiendo el juicio.
ALFONSO
Pues dile que no le pierda,
sino que sirva a Leonor,
que libre puede quererla960
porque yo adoro en Inés.
FILENO
¿Es de burlas o de veras?
ALFONSO
Tan de veras que mil vidas
perderé si no la deja.
FILENO
Pues, señor, ni Inés es tuya,965
ni suya, con que esto queda
remediado por agora.
ALFONSO
¿Pues cúya?
FILENO
Y basta que sea
prenda de un hombre de bien,
de cuyas patas y piernas970
está huertemente herida.
Que no es de las que desean
hombres de azúcar rosado,
que se rizan y se peinan,
sino de gente robusta.975
ALFONSO
¿Quién es por tu vida?
FILENO
Espera,
que no me atrevo a decillo.
ALFONSO
¿Quién hay en toda la aldea,
desde la falda del valle
a la cumbre de la sierra,980
que merezca tanta dicha,
-fol. 200v-
que tanta gloria merezca?
FILENO
Yo era.
ALFONSO
¿Quién?
FILENO
Yo.
ALFONSO
¿Qué dices?
FILENO
Que me quiere y me requiebra,
me pecilga y me constriñe.985
ALFONSO
Habrante engañado bestia;
¿un ángel a ti?
FILENO
Pues ven,
y pregúntaselo a ella.
ALFONSO
Ven conmigo.
FILENO
Bien lo entiendes,
hay mujer que más se precia990
de un borrico que anda llano,
que del caballo Babieca.
 

(Vanse.)

 

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