El lagarto
Antonio Almendros Aguilar
CUENTOS DE ABUELA Dedicados al señor Vizconde de San Javier. |
-¡Acabas tan pronto, abuela!... | |||
-Pues qué ¿quieres, enemigo, | |||
Que me esté charlando ahora | |||
y venga el sueño improviso, | |||
y sin mis rezos se queden, | |||
por complacer al chiquito, | |||
mi Jesús de los Descalzos1, | |||
mi Virgen de San Francisco?... | |||
-Es que si rezas me duermo; | |||
Mira, Bastián se ha dormido | |||
con la cabeza en la silla | |||
y la espalda en los ladrillos. | |||
-Pero sin dejar el trompo. | |||
-Y si los tres nos dormimos, | |||
¿Quién nos despierta?... tendrás | |||
que cargar con tus hijitos | |||
en brazos-. Con un zapato | |||
despiertan pronto los niños. | |||
-No más que otro cuento, abuela, | |||
que Maruja y yo te oímos. | |||
más contentos se pondrán | |||
de vernos entretenidos, | |||
que con esos pater noster | |||
de bostezos y suspiros | |||
tu Jesús de los Descalzos | |||
tu Virgen de San Francisco. | |||
-Va por Dios y va de cuento. | |||
¿Aquella cueva habéis visto | |||
por donde arroja la fuente | |||
de la Magdalena un río?... | |||
Pues cala más de cien leguas | |||
por debajo del castillo, | |||
y hay un palacio encantado | |||
de la cueva en el principio. | |||
En él se crio un lagarto | |||
en tiempo del rey Perico | |||
-¿Es el que rabió2 por gachas?3... | |||
-Es mucho antes y..., ¡chito!4 | |||
El lagarto era tan grande, | |||
que entre colmillo y colmillo, | |||
un caballo con jinete | |||
y con lanza entraba limpio. | |||
Los bigotes de ballena, | |||
los ojos de basilisco, | |||
las escamas de esmeraldas, | |||
de dragón fiero el hocico, | |||
y el rabo de ochenta palmos | |||
-Luego lo sueño de fijo. | |||
-Calla, Marujilla, escucha. | |||
-Era guardián el bicho | |||
de una princesa encantada, | |||
en hermosura un prodigio. | |||
la rosa blanca y la roja | |||
dieron a su tez el brillo, | |||
el sol el fuego a sus ojos, | |||
color la noche a sus rizos, | |||
y dos sartillas de perlas | |||
eran sus dientes pulidos, | |||
en una arquita guardadas | |||
de rubíes y jacintos. | |||
Para comer el lagarto | |||
salía de su escondrijo, | |||
y lo mismo se zampaba | |||
un rabadán5 que un novillo | |||
con cuero y todo, que el caso | |||
era saciar su apetito. | |||
El terror de los pastores, | |||
claro está que era grandísimo; | |||
ni arcabuces ni ballestas | |||
conjuraban el peligro, | |||
pues las flechas y las balas | |||
eran para él un mimo. | |||
-¡Con su concha de esmeraldas!... | |||
-Figúrate tú ni un risco. | |||
Los cazadores le huían. | |||
Los bravos perros lo mismo, | |||
los soldados lo temblaban, | |||
mucho más los campesinos. | |||
¿Quién va por la Virgen-Blanca | |||
ni la mora con aprisco?... | |||
¿Quién sale a podar las vides?... | |||
¿Quién sale a escardar los trigos?... | |||
La ciudad está asombrada, | |||
de noche cierra el portillo, | |||
en el arrabal no hay novios | |||
en la reja ni el postigo | |||
¡Jesús, qué tribulación, | |||
tener la vida en un hilo!... | |||
Juntos van los de justicia | |||
de justicia los ministros | |||
a una torre del adarve6, | |||
y traspasan el rastrillo7 | |||
y bajan a un calabozo | |||
donde hay, por hierros ceñido, | |||
un hombre de luenga barba, | |||
de rostro y mirar torcidos. | |||
Juan Sin Dios, diz8 que le llaman, | |||
y es un famoso asesino. | |||
Tiene sobre su conciencia | |||
más muertes que el tabardillo9, | |||
dicen que ha robado iglesias | |||
y hasta que ha robado niños. | |||
La justicia lo condena | |||
y va a purgar sus delitos | |||
en cuanto llegue el verdugo, | |||
que ya se ha puesto en camino. | |||
La justicia ha consultado | |||
al rey, y el rey les ha dicho, | |||
que le perdona la vida | |||
con tal que con maña o brío | |||
le dé la muerte al lagarto, | |||
de un mes al término fijo, | |||
Y para ello le den armas | |||
cuantas pida y utensilios. | |||
Los ojos hacia los cielos | |||
Joan sin Dios alzó al oírlo: | |||
«No quiero más que un caballo. | |||
El que más corra, les dijo, | |||
y de pólvora y metralla | |||
un saco grande, metido | |||
en el redaño de un toro, | |||
y que Dios sea conmigo, | |||
que aunque me llaman Sin Dios, | |||
mi arrepentimiento es íntimo». | |||
Diéronle lo que pidiera | |||
Y era un caballo magnífico, | |||
de los que Guadalquivir | |||
abreva en su cauce rico10. | |||
Una mañana salió | |||
y se fue derecho al sitio | |||
lleva el saco y una mecha, | |||
y puesto en Dios el espíritu. | |||
Salió el monstruo, Juan le arroja | |||
a provocar su apetito | |||
el saco y guarda la mecha. | |||
y en cuanto lo engulle el bicho, | |||
enciende la punta y pica | |||
de espuelas firme y tranquilo, | |||
Y sale a escape... el dragón | |||
le va detrás con ahínco, | |||
y corren, corren y corren, | |||
mientras en muro y portillos | |||
el pueblo, que está mirando, | |||
prorrumpe en extraños gritos. | |||
Frente de San Ildefonso, | |||
(a cuyo santo recinto, | |||
en cuerpo y alma la Virgen | |||
de la Capilla11 y su Hijo | |||
vinieron desde los cielos) | |||
el caballo cae rendido, | |||
y al ir a tragarse el monstruo | |||
al jinete semi-vivo, | |||
en dos mitades revienta, | |||
con tan enorme chasquido, | |||
que se cayeron cien casas, | |||
no quedó entero ni un vidrio, | |||
y en dos la leña de Castro | |||
abrió de su cresta el risco. | |||
Juan con la Virgen, llamaron | |||
a Juan Sin Dios los vecinos. | |||
Y él, en memoria del hecho, | |||
para asombro de los siglos, | |||
que una mitad colocaran | |||
del terrible cocodrilo | |||
en San Ildefonso y otra | |||
en la Magdalena, quiso12. | |||
La princesa agradecida | |||
y desencantada, hizo | |||
brotar un raudal del antro, | |||
claro, dulce, fresco y rico. | |||
Desde entonces, el que quiere | |||
ver a un contrario hecho añicos. | |||
del lagarto de Jaén | |||
le desea el estallido. |
FUENTE
Antonio Almendros Aguilar, Cuentos de Abuela. Flor de infancia. Periódico de los niños, 1866, pp. 136-140.
Edición: Pilar Vega Rodríguez.