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ArribaJornada tercera

 

Entren COSME, lleno de polvo, y ALEJANDRO, lleno de sangre, saltando poco a poco, como que salen a escuras.

 
COSME
Tú que sabes destas cosas,
y tú que nunca has temido,
respóndeme, ¿dónde estamos?
Si hemos saltado hacia el limbo,
que este seno es para mí, 5
o más propio o más debido,
pues aunque estoy bautizado,
contigo me desbautizo.
ALEJANDRO
Habla quedo y no te pierdas,
que está a escuras.
COSME
Ya te digo
10
que no me puedes perder
si traes narices.
ALEJANDRO
No he visto
senda o línea donde pueda
librarme yo de mí mismo.
COSME
Después que con la del martes 15
le has pegado a Federico,
con la del miércoles temo
que te han de pegar, amigo.

 (Tope con un bufete.) 

Bufete es este, por Dios.
ALEJANDRO
Y esta es puerta.
COSME
Señor mío,
20
discurramos, que para esto
nos hizo Dios entendidos
tú esta noche te tiraste
a ese tejado vecino
desde tu casa, sin ver 25
que es tu tejado de vidrio.
ALEJANDRO
Dices bien, los dos saltamos,
y a esta casa hemos venido,
que no sé cuya es.
COSME
Ni yo;

 (Llamen recio a una puerta que esté en medio del teatro.) 

que llamaron imagino 30
a una puerta.
ALEJANDRO
Dices bien.
COSME
¿Si acaso nos han seguido
cómo nos vieron saltar?
ALEJANDRO
Puede ser; yo me retiro
hacia esta parte.
COSME
Pues yo,
35
mesa como iglesia pido.
ALEJANDRO
Puerta es esta, otra vez llaman.
Mas ¿qué importa?

 (Vase.) 

COSME
Acabosito;
si oyeron donde saltamos
no doy por mi vida un higo. 40

 (Métese debajo del bufete.) 

 

Salen JULIA y DIANA con una luz, medio vestida, y a este mismo tiempo llamen a la misma puerta.

 
JULIA
Tente ¿dónde vas, Diana?
DIANA
A los golpes me he vestido
que he escuchado.
JULIA
¿Quién será?
DIANA
¿Si es mi hermano Federico?
Prueba a abrir.
JULIA
Tengo temor.
45
DIANA
El corazón atrevido,
roto el volante del alma
se desconcierta en latidos.
JULIA
No acierto.
DIANA
Deja la llave.

 (Abre la puerta.) 

 Sale CARLOS

Entra, acaba; ¿Federico? 50
¿cómo tan tarde? ¿qué es esto?
Bronce helado me corrijo.
CARLOS
¿Diana?
DIANA
Carlos, dulce esposo,
turbada estoy, dueño mío,
imán seguro que atrae 55
los yerros de mi albedrío;
¿el color, cómo trocado?
¿El paso, cómo atrevido?
¿Sin rienda, cómo el deseo?
¿La pasión, cómo sin tino? 60
¿La voz, cómo sin palabras?
¿Cómo el dolor sin suspiros?
¿A estas horas (¡pena grave!)
arrojado (¡fuerte indicio!)
pretendes (¡poca atención!) 65
profanas (¡grave delito!)
el templo (¡cruel empeño!)
adonde está retraído
de tus palabras mi honor,
de tus méritos mi arbitrio, 70
de tus desvelos mi fama,
de tu atención mi delirio,
de tus quejas mi constancia
y mi amor de tus hechizos?
CARLOS
¡Oh, pluguiera a mi dolor, 75
mucho juro, mucho digo,
que fueran para mi voz
más capaces tus oídos!
¡Ay mal lograda hermosura!
¡Ay rojo clavel marchito, 80
que el rocío te dio alientos
y se los quitó el granizo!
¡Ay desvanecida fuente,
que hoy ejemplo tuyo mismo
al monarca de los mares 85
pagas feudo cristalino!
DIANA
No me suspendas las penas
con rodeos tan prolijos,
no es profundo mal el mal
que halla vado al referirlo; 90
mal que tiene fondo en llanto,
ese sí, es mal más activo;
pero el mal que hacia la voz
discurrir sabe el camino,
no es mal, pues puede explicarse; 95
según esto, bien colijo
que si por tantas veredas
admite tu pena alivios,
hoy, hipócrita modesto
de tu pena y dolor vivo, 100
parecerá que lo sientes,
mas no que sabes sentirlo.
CARLOS
Como para declararle
tantas sendas solicito,
te parece que las hallo 105
y no es sino que las finjo.
DIANA
Pues si con la voz no puedes,
con los ojos te suplico
que del alma racional
son los mejores sentidos, 110
que hagas la seña a tu pena.
CARLOS
Diana, ya te la digo,
porque no hay tan muda lengua
ni labio que esté tan tibio,
que para una voz, si es sola, 115
no sepa esforzar suspiros.
DIANA
Pues dila presto.
CARLOS
¡Ay de mí!
Te he perdido.
DIANA
¿Me has perdido?
¿Cómo, Carlos (¡fuerte pena!)
me has perdido? muerta vivo. 120
¿Soy tuya?
CARLOS
No lo serás.
DIANA
¿No has de quererme?
CARLOS
Es preciso.
DIANA
¿No he de pagarte?
CARLOS
Es dudoso.
DIANA
¿Por qué, Carlos?
CARLOS
Te he ofendido.
DIANA
¿Qué es la ofensa?
CARLOS
No lo sé.
125
DIANA
Dímela.
CARLOS
Fuera delito.
DIANA
¿Fue forzosa?
CARLOS
Fue forzosa.
DIANA
¿No prosigues?
CARLOS
No prosigo.
DIANA
No debe de ser gran mal
mal que yo no le adivino. 130
CARLOS
¿Pero yo en qué me suspendo?
DIANA
No tengas tan indecisos
mal colgados de tu voz
tantos linajes de indicios.
CARLOS
Digo, que...
DIANA
Solos estamos.
135
CARLOS
Julia, cierra ese postigo.

 (Cierre JULIA.) 

DIANA
Ojos tiene tu pasión:
no la temo.
CARLOS
Estoy perdido.
¿Yo tengo honor?
DIANA
¿Quién lo niega?
CARLOS
Pues yo, dulce dueño.
DIANA
Dilo.
140
CARLOS
Tengo celos.
DIANA
¿Tú con celos,
y te llamas dueño mío?
De mí tienes esos celos,
y de tu amor lo colijo,
porque cuando estáis celosos, 145
estáis los hombres más finos.
CARLOS
¿Ya sabes que tengo hermana?
DIANA
Y que soy su amiga has visto.
CARLOS
Pues siendo hermosa Casandra
y muy galán Federico, 150
o por amor o por tema,
o ciego o desvanecido,
de la fuerza de mi honor
romper la muralla quiso;
argos Alejandro entonces, 155
que con cien ojos ha visto
mi agravio, porque el honor
es lince para el castigo...

 (Llamen más recio.) 

Pero a la puerta han llamado.
DIANA
Sin duda que es Federico, 160
y ansí, Carlos...
CARLOS
No es tu hermano.
DIANA
¿Quién será?
JULIA
No lo he entendido.
DIANA
Mata la luz.
JULIA
Que me place.

 (Mate la luz.) 

DIANA
Oyes, lleva a Carlos...
JULIA
Dilo.
DIANA
A mi retrete.

 (Tome a CARLOS de la mano JULIA.) 

 

Sale ALEJANDRO por donde entró.

 
ALEJANDRO
A esta puerta
165
han llamado, y yo no he visto,
con requerir tantas piezas,
a mi libertad camino;
yo he de salir a la calle
por la puerta.
JULIA
Ven conmigo.
170
ALEJANDRO
Hacia allí ha de estar la puerta.
JULIA
¿No me sigues?
CARLOS
Ya te sigo.

 (Llamen.) 

DIANA
Más golpes dan.
CARLOS
Mas ¿qué es esto?
 

(Topen el uno con el otro, y abrácense, procurando detenerse el uno al otro.)

 
ALEJANDRO
Hombre es, o el tacto ha mentido,
el que en mis brazos consiento. 175
CARLOS
Hombre es este, que ofendido
me suspende, valeroso,
mis impulsos bien nacidos.
JULIA
El diablo anda en Cantillana,
ya escampa y freían tocino. 180
ALEJANDRO
Bulto, ¿quién eres, que osado...?
CARLOS
¿Quién eres tú, que atrevido...?
ALEJANDRO
¿Me suspendes?
CARLOS
¿Me detienes?
DIANA
Él encontró a Federico;
aquí el remedio mejor 185
es abrir, pues así evito
a ejecuciones tan nobles
tan evidentes peligros;
entre quien... ¿pero qué veo?

 (Abre la puerta DIANA.) 

 

Sale EL DUQUE, y LOS CRIADOS delante, con hachas, y los dos se aparten, empuñando las espadas.

 
CARLOS
¿Qué es esto, cielos?
DUQUE
¿Qué miro?
190
DIANA
O es ilusión de la idea...
ALEJANDRO O
es ente de los sentidos...
DUQUE
O es antojo del deseo...
CARLOS
O es que finjo lo que miro...
DIANA
O este es Alejandro.
ALEJANDRO
O es
195
este mi hermano atrevido.
DUQUE
Estos son los que mataron
inocente a Federico.
DIANA
Pues muera mi amor de enojos.
ALEJANDRO
Muera de celos mi indicio. 200
CARLOS
De celos mi amor se queje.
DUQUE
Pero aquí ¿cómo han venido?
DIANA
¿Aquí el gran Duque? ¿qué es esto?
ALEJANDRO
Mi traición me da el castigo.
CARLOS
Mi culpa me trae al riesgo. 205
DUQUE
La pena trae su delito.
DIANA
¿En mi casa vuestra Alteza?
¿Tan tarde? sin reparar...
DUQUE
Tened, que os vengo a avisar
CARLOS
Agora mi mal empieza. 210
DUQUE
Un suceso, que por cierto
le ha de sentir mi dolor.
DIANA
No me detengáis, Señor.
¿Qué es?
DUQUE
Que vuestro hermano es muerto.
DIANA
Pues porque llore constante 215
mi amarga infelice suerte,
decid, ¿quién le dio la muerte?
DUQUE
Los dos que tenéis delante.
DIANA
Señor... advertid... mirad...
¿Hay tan infeliz mujer? 220
DUQUE
¿Qué decís?
DIANA
Que puede ser
que sea yerro.
DUQUE
Esto es verdad.
DIANA
¿Pues cómo en tantos enojos
y en tan precisas ofensas
se atreven a estar suspensas 225
mis lágrimas en mis ojos?
¿Cómo a vengar no me obligo
esta injuria, esta traición?
¿Y cómo no es mi pasión
prevención de su castigo? 230
Sombras de otros cuerpos mudas
los dos de otros dos mitades
que a tan dudosas verdades
dais tan obedientes dudas.
Respondedme a lo que os digo, 235
decid, ¿quién os ha enseñado
a prevenir el sagrado
en casa del enemigo?
Decid
¿Cómo este afecto me llama? 240
pero primero es mi fama,
que es antes que fue mi amor)
¿Cómo vuestro acero atroz
le ha muerto? Mi pena irrito;
hablad, si no es que el delito 245
os haya helado la voz.
CARLOS
Yo, ¿por qué? si ha sido ofensa,
que yo a Alejandro primero...
DIANA
¿Tan retórico el acero,
y la lengua tan suspensa? 250
Si hubo acero a la traición
con filos para el agravio,
afilad la lengua al labio
y pasadme el corazón;
ea, que yo esperaré 255
en tanto abismo de males
vuestras heridas mortales.
ALEJANDRO
Oíd, que, yo os lo diré;
que ya sabéis, imagino,
que soy cruel y tirano, 260
que era Güelfo vuestro hermano,
y que yo soy Gibelino;
pues con cauteloso amor,
sabed, que amante o astuto
pretendió coger el fruto 265
en el jardín de mi honor;
tengo hermana, y es mujer;
y, en fin, con amor sin par,
como él la supo engañar
ella le supo querer; 270
del caso me aseguré
con evidencias bastantes,
porque siempre los amantes
piensan que nadie los ve;
llamé a mi padre y mi hermano: 275
su sangre helada encendí,
ellos cuerdos, yo sin mí,
ellos crueles, yo inhumano,
o por valor o por suerte,
que el vencer fortuna es, 280
hemos cobrado los tres
noble venganza en su muerte;
estos fueron los recelos
que habéis llegado a escuchar,
agora falta cobrar 285
otra venganza a mis celos.
Como a luz que en la mañana
confunde la noche fría
dando quilates al día,
adoro el sol de Diana; 290
que Carlos lo sabe es llano,
y pues sabiéndolo ansí
otra vez le he hallado aquí,
he de matar a mi hermano;
y el Duque y todos se estén 295
mirando lo que yo hiciere,
porque al que me lo impidiere
he de matarle también;
mi valor y mi osadía,
o ya mi venganza atiende, 300
sangre que a mi sangre ofende
no es posible que sea mía;
y así, Carlos enemigo,
pues das celos a mi amor,
por sanear mi dolor 305
he de comprar tu castigo.

 (Saque la espada.) 

CARLOS
Escucha, Alejandro, y piensa,
que aunque me cueste la vida,
supuesto que es permitida,
me he de poner en defensa. 310
ALEJANDRO
Será tu defensa en balde;

 (Riñen.) 

vos en balde le amparáis.
DIANA
¡Hay tal pena!
DUQUE
¿Que esperáis?
Ea, prendedle y matadle.
ALEJANDRO
Dareos la muerte primero. 315
CARLOS
¡Extraña resolución!
ALEJANDRO
¡Cielos, que en esta ocasión

 (Quiébrasele la espada.) 

me haya faltado el acero!
DUQUE
Date a prisión, o tu muerte
has de ver en mi venganza 320
ALEJANDRO
Ya no hallo humana esperanza;
cobardes, de aquesta suerte

 (Tírales la guarnición, coge el bufete, y COSME sale debajo dél.) 

he de quedar satisfecho,
si mi ira a mi industria apoya.
COSME
Descubriose la tramoya; 325
acabose, aquesto es hecho;
cayó.
DUQUE
Asidle.
COSME
Cierra, España.
ALEJANDRO
¿Que agora cayese yo?
COSME
Mejor fue que tú, y cayó
la princesa de Bretaña. 330
 

(Prenden los criados a ALEJANDRO.)

 
ALEJANDRO
¡Vengadme, cielos, de mí!
Que me deis castigo es bien.
COSME
¿Mas que el Duque cae también
en llevarme preso a mí?
DUQUE
Carlos, dadme vuestro acero. 335
DIANA
¡Qué desdicha, qué rigor!
CARLOS
Y con mi acero, Señor,
mi vida ofreceros quiero.

 (Dale la espada.) 

DIANA
Que estoy sin alma confieso.
COSME
Que han de llevarme acredito. 340
DUQUE
Yo veré vuestro delito
vuestro padre está ya preso.
DIANA
Murió mi esperanza vana;
pero primero es mi honor:
justicia os pido, Señor. 345
DUQUE
Yo os la prometo, Diana;
Venid.
CARLOS
Nací desdichado.
DIANA
Nací infeliz, soy amante.
DUQUE
Vaya Alejandro delante,
y traed ese criado. 350
COSME
Zapatos.
DIANA
¡Desdicha fuerte!
CARLOS
Pero mi vida ¿qué espera?
DIANA
¡Ay Carlos, y quién pudiera
castigarte y defenderte!
 

(Vanse.)

 
 

Sale DAMIÁN con grillos, y con cadena.

 
CÉSAR
No me consueles, Damián; 355
déjame ya.
DAMIÁN
Ya te dejo,
pero consuélame a mí,
pues no quieres mi consuelo;
dimos en la ratonera,
pescáronnos el coleto, 360
que este, en lenguaje germano,
es vocablo más de adentro.
CÉSAR
¡Ay mi Alejandro, ay mi hijo!
DAMIÁN
¿Agora sales con eso,
cuando estamos en la trena 365
tan apretados, que temo
que ya que no en caperuza,
nos han de dar en pescuezo?
De Alejandro no receles,
porque desde el jardín nuestro 370
eligió salto de tapia
por no andar rogando a buenos.
CÉSAR
¡Que nos encontrase el Duque!
DAMIÁN
Tú tienes la culpa desto
en venirte tan de espacio; 375
pero ¿qué mucho, si es cierto,
que estás por cierto accidente
atacado por de dentro?
¡Ah, bien haya mi Señor,
pues viendo preciso el riesgo, 380
tomo las de Villa Carlos
como las de Villa Diego!
CÉSAR
¿Y dónde estará Alejandro?
DAMIÁN
Supuesto que no está preso,
él sabrá volver por sí; 385
deja ya de hacer extremos
y olvídate deste hijo,
que aunque clueco, estás tan viejo,
que aunque más y más le empolles
te ha de salir hijo huero. 390
CÉSAR
Dime, ¿y vístele saltar?
DAMIÁN
Por mis ojos.
CÉSAR
Y dime esto,
¿era peligroso el salto?
DAMIÁN
No tengas de eso recelo
siete tapias, que las salta 395
cualquier liebre y cualquier lego.
CÉSAR
¿Y adónde vino a parar?
DAMIÁN
Cayó a una casa.
 

Sale COSME con grillos.

 
COSME
Laus Deo.
DAMIÁN
¿Cosme?
COSME
¿Damián? Señor mío.
CÉSAR
¿Qué es aquesto?
COSME
Lo que es eso.
400
DAMIÁN
¿Qué ha sido?
CÉSAR
¿Qué ha sucedido?
COSME
Oídme los dos atentos:
apenas a Federico
dentro en vuestro cuarto mesmo
al buscar el pan de boda 405
le disteis el pan de perro;
apenas los dos saltando,
o ya por fuerza o por riesgo
hicimos agilidades
de nuestros benditos cuerpos; 410
cuando después de gran rato
dimos, del peligro huyendo,
en casa de la señora
Diana nosotros mesmos;
el gran duque de Florencia 415
que andaba de ronda en esto,
y hecho duque del refugio
llevaba a su casa el muerto,
cogió tres de una redada
cogiéndome a mí con ellos, 420
tu dedo malo, Alejandro,
y a Carlos, tu dedo bueno;
hízosele grande fiesta,
porque le hicimos primero
con una danza de espadas 425
mudanzas de mil extremos;
Quisímonos ir los tres;
pero nuestro Duque, viendo
que era tarde y que hace todos,
nos metió en su coche mesmo; 430
hanos hecho dos mil honras,
de que obligados nos vemos;
pues nos trujo por las calles
con mucho acompañamiento;
pues Alejandro, tu hijo, 435
como es cortés, en efeto,
con las manos las acciones
le hizo dos mil cumplimientos;
no quiso el Duque sufrir
tanta cortesía, y luego, 440
para que no hiciese tantas
le hizo atar entrambos dedos;
y, en fin, como ya era tarde,
por no saber si está abierto
tu cuarto y no alborotar 445
la gente que duerme dentro,
nos ha traído a esta casa,
donde luego que nos vieron
nos abrieron las dos puertas
un alcalde y dos porteros; 450
cerráronnos luego al punto,
y luego nos escribieron
en un libro, donde estaban
otros convidados nuevos;
luego otro hombre muy cortés 455
ante nuestro acatamiento
puso por más cortesía
una rodilla en el suelo;
y cogiéndome los pies
o no sé si descogiendo, 460
cortés a macha martillo,
hizo lo que quiso dellos;
estotro es en cuanto a esto;
es aquesto en cuanto a esto,
tu hijo llega a esta sala, 465
y yo desalado vuelvo;
él te dirá lo demás,
que yo solamente temo
que se han de vender mañana
muy baratos los pescuezos. 470

 (Vase.) 

CÉSAR
Vete, Damián, allá fuera.
DAMIÁN
Lo que mandas obedezco.

 (Vase.) 

 

Sale ALEJANDRO con esposas, dos pares de grillos y cadera.

 
ALEJANDRO
Reniego de mi paciencia;
airado maldiga el cielo
a quien por naturaleza 475
me ha dado este ser que tengo;
de mis venas el coral
en pálido humor resuelto
naciendo para lisonja
fallezca para escarmiento; 480
niégueme la luz el sol,
la tierra me niegue el centro,
y ni aun para respirar
halle descanso en los vientos;
¿yo, que a Italia he sujetado, 485
a un frágil metal sujeto?
¿Yo postrado, pese a mí,
de la sujeción al fuero?
CÉSAR
¿Hijo?
ALEJANDRO
Los cielos maldigan
el destilado alimento 490
que en mi desdichada infancia
infundió a mi vida esfuerzos.
CÉSAR
¿Alejandro?
ALEJANDRO
El claro arroyo
que el margen burla sereno,
para castigo mayor 495
a mi sed se enturbie ciego.
CÉSAR
Hijo, ¿no me hablas agora?
Refrena los sentimientos
que se hará para tus penas
incapaz todo tu pecho. 500
ALEJANDRO
¡Oh hierros, que sujetáis
mi valor! viven los cielos,
que con los dientes yo propio
os he de hacer menos ciertos!
CÉSAR
Refrénate por tus ojos, 505
témplate advertido y cuerdo,
que cuando no son posibles,
se hacen males los remedios.
ALEJANDRO
Quítate, caduco anciano,

 (Derriba a su padre.) 

que vive mi ardiente fuego, 510
que es el Dios que en mi coraje
tiene la corona y cetro,
que te haga tantos pedazos.
 

Sale CARLOS.

 
CARLOS
Padre y Señor, ¿qué es aquesto?
¿Tú en el suelo deste modo, 515
y Alejandro tan soberbio
en el sagrado de amor
profana su ser primero?
¡Viven los cielos, tirano...!
CÉSAR
¿Quién os mete a vos en eso? 520
Noramala para vos,
idos allá fuera luego,
no estéis aquí un punto más.
CARLOS
¿Señor?
CÉSAR
Salid.
CARLOS
Ya obedezco.

 (Vase.) 

CÉSAR
Hijo, ¿por qué me aborreces? 525
¿Ha sido porque te quiero?
No haces bien, que ingratitudes
son para otro amor más ciego.
ALEJANDRO
¿No basta que eres mi padre?
CÉSAR
¿Por ser tu padre te ofendo? 530
ALEJANDRO
Sí, y a poder, yo a mí mismo
sacarme tu sangre, creo
que por ser tuya no más
la derramara del pecho.
 

Sale CARLOS.

 
CARLOS
¿Padre y Señor?
CÉSAR
Mira, hijo,
535

 (Hable con ALEJANDRO sin mirar a CARLOS.) 

tú te buscaste a despecho
de los astros otra estrella
distinta a tu nacimiento.
CARLOS
¿César, padre?
CÉSAR
¿Qué me quieres?
CARLOS
Vete de aquí.
CÉSAR
Escucha atento,
540
porque ya...
CÉSAR
¿Qué es lo que dices?
CARLOS
Llegó el plazo.
CÉSAR
Dilo presto.
CARLOS
De nuestra muerte.
CÉSAR
¡Qué pena!
ALEJANDRO
Prosigue.
CARLOS
Ya lo refiero:
siendo la parte Diana, 545
el gran duque siendo Güelfo
y nosotros Gibelinos,
bien sustanciado el proceso,
reconocida la culpa,
por desvanecer a un tiempo 550
estos dos bandos de Italia,
cenizas de tal incendio,
que aunque el tiempo las apure
los vuelve a encender el tiempo;
pensando también el Duque 555
que en no castigarnos luego
por tener tantos parciales,
puede haber posible riesgo,
promulgó cruel sentencia
de muerte a los tres, diciendo 560
que alevosamente anoche
dimos muerte a un caballero;
y escuché (¡grave dolor!)
del inviolable decreto
que pues todos tres la hicimos, 565
que todos tres la paguemos.
Yo sin temor y sin sustos,
sin lágrimas y sin miedos,
porque el valor es aquí
el más decente consuelo, 570
he venido a dar aviso
de mi suceso y del vuestro;
pues en el mar de la muerte
igual fortuna corremos.
Sabe mi dolor, que es mucho, 575
que yo solamente siento
ver hecho cristal menudo
de mis años ese espejo;
pues cuando en la blanca luna
me miré de su consejo, 580
componer supe mis iras,
afeitar supe mis yerros.
¡Oh, quién tuviera mil vidas!
Poco en esto lo encarezco,
porque mil vidas feriara 585
de sólo tu nombre al precio.

 (Llore CÉSAR.) 

¿Lágrimas, César, agora?
Templa el mortal sentimiento,
que no es buena medicina
para el mal el desconsuelo; 590
valor sane tu accidente,
sea triaca el sufrimiento,
que a este veneno no sabe
curar contrario veneno.
Con el valor al delito 595
hagamos igual ejemplo,
pues quien muere con valor
mataría con esfuerzo.
Y reprimo fugitivo
ese aljófar lisonjero 600
que según sale cansado
por dos márgenes de hielo
no parece quinta esencia
del fuego ardiente del pecho,
sino trasudor del alma, 605
que, mayorazgo del cuerpo,
le ha dado esos desperdicios
de aljófar en alimentos;
y pues hemos de morir...
 

Sale DAMIÁN.

 
DAMIÁN
Agora no moriremos. 610
CÉSAR
¿Qué dices?
DAMIÁN
Lo que te digo.
CARLOS
Acaba, Damián.
DAMIÁN
Ya empiezo.
El gran Duque de Florencia,
el valiente, el sabio, el recto,
el que con ser tan piadoso 615
se precia de justiciero,
sabiendo que no hay ministro,
decirlo más claro debo,
sabiendo que no hay verdugo
que ejecute sus decretos, 620
pues después que ajusticiaron
en Florencia un caballero
que por galán y bien quisto
era de Florencia espejo,
no ha habido en toda la Italia 625
quién se haya atrevido a serlo;
porque todos los muchachos,
no hay verdugo, cuando luego
con piedras y con cuchillos,
y con varios instrumentos 630
tan a su cargo le toman
que le hacen por fuerza el reo;
dio en la cárcel un pregón,
que aquel que admitiese serlo,
le perdonaban cualquiera 635
delito, aunque fuese hecho
contra la persona real.
Por la cárcel discurrieron,
y con haber tantos hombres
por raros delitos presos, 640
con saber que han de morir,
no ha habido uno en todos ellos
que admitiese ser verdugo;
porque todos eligieron
más muriendo, muerte honrosa, 645
que vida infame viviendo.
Y, en fin, como no le hallaron...
 

Sale COSME vestido de verdugo, con cordel y cuchillo.

 
COSME
Ya le han hallado por cierto.
Señores, los mis señores,
mis amigos siempre buenos, 650
vosotros que sois mis amos,
ya pasados como huevos;
los que yendo a cazar gangas,
escarramanes más nuevos,
habéis cazado esos grillos 655
que os canten a todos tiempos;
de lo que quiero intentar
a pediros perdón vengo,
que es la primer caravana
que hacen los verdugos nuevos, 660
Señores, ya tengo oficio
real; pero yo confieso,
que aunque no es de mucha honra,
tampoco no es de provecho.
Sentenciado estoy a muerte, 665
y sabe Dios que no tengo
si me quitan esta vida
con que remudarme luego.
Como otro os ha de ahorcar
que más activo y más fiero 670
no os haya tomado nunca
ni una mano ni un pescuezo,
más vale que yo os degüelle,
señores; porque, en efecto,
siendo yo de vuestra casa, 675
moriréis entre los vuestros.
Yo os prometo degollaros
tan sutil y tan ligero
que parezca que el cuchillo
ha nacido en el pescuezo. 680
Y cuando, como otros hacen,
os haya de dar el beso,
pues que mis maestros sois,
llevaré mi bolsa y puerros;
y adiós, que voy a afilar 685
dos o tres cuchillos nuevos
porque muráis a placer,
que están muy mohosos estos
y siempre a mis parroquianos
y amigos, echarles pienso 690
a unos el mejor esparto,
y otros el mejor acero.
CARLOS
Tente, Cosme.
COSME
No me tengas.
CÉSAR
¿Dónde vas?
COSME
Veranlo presto.
DAMIÁN
¿Tú, verdugo?
COSME
¿Por qué no?
695
DAMIÁN
Mira que...
COSME
Aquesto resuelvo.
CARLOS
¿En fin, te vas?
COSME
Con los pies;
en fin, ¿vustedes creyeron
que he de ser verdugo?
DAMIÁN
Sí.
COSME
¿Y lo creéis?
CARLOS
Y lo creo.
700
COSME
Pues sea verdugo un calvo
destos que andan descubiertos,
que los que traen cabelleras
tienen vergüenza de serlo;
porque yo ni lo he de ser, 705
ni lo seré ya, ni pienso
haberlo sido en presente,
en futuro ni en pretérito.

 (Arroje el cuchillo y cójale ALEJANDRO.) 

ALEJANDRO
Pues por esas diez esferas
cuyo rapto y movimiento, 710
o por más diestro o más noble
rige el otro mayor cielo,
que he de dar a la memoria
el más trágico suceso
que esculpe el mármol y el bronce 715
en los anales del tiempo.
Parricida y fratricida
he de ser, el más sangriento
que ha divulgado la fama
por la voz del metal hueco. 720
El más impropio verdugo,
desde este hasta el polo opuesto,
me llamará la crueldad
o me nombrará el despecho.
Vida infame solicito 725
a un tiempo airado y resuelto,
y de mi propio intenté
tomar venganza yo mesmo.
Pues para matarla en mí,
tomarla en mi padre quiero, 730
y ser yo propio de mí
la muerte y el instrumento.
Y si para tener vida
esta ofensa hacer me debo,
viva yo, y muera mi padre, 735
que si es cierto que muriendo,
vida, honor, y ser y fama
a un tiempo los tres perdemos,
ya que se haya de perder
he de perderla viviendo. 740
CÉSAR
¿Cielos, que es esto que oí?
Hijo ¿por qué tomas fiero
y airado ese infame acero?
ALEJANDRO
Para darte muerte a ti.
CÉSAR
¿Tú darme la muerte?
ALEJANDRO
Sí.
745
CÉSAR
Dime, ¿tú quieres hacer
tal crueldad? ¿y tú has de ser
mi verdugo y mi enemigo?
¿Por qué?
ALEJANDRO
Por darte el castigo
de haberme dado este ser. 750
CÉSAR
¿Posible es que el labio nueves
a delito tan horrible?
¿No te acuerdas, es posible,
de lo mucho que me debes?
¿Cómo a articular te atreves 755
injurias contra mi fe
cuando tu ofensa se ve?
ALEJANDRO
No me debes más a mí,
que yo te he debido a ti
ni te deberé.
CÉSAR
¿Por qué?
760
ALEJANDRO
Fácil un discurso elijo
con que a mis crueldades cuadre:
yo te he hecho a ti ser buen padre,
y tú me hiciste mal hijo.
CÉSAR
Ese discurso prolijo 765
por extraño le condeno.
ALEJANDRO
No le acredites ajeno
si con justa causa igualo,
que cuanto yo soy más malo
vienes a ser tú más bueno. 770
CÉSAR
¿Qué discurso o qué verdad
ese afecto tuyo indicia?
ALEJANDRO
Es que con mi gran malicia
sobresale tu bondad.
CARLOS
Y, dime, ¿no es impiedad, 775
nunca al dolor prevenida,
ni por la estrella influida,
ni amagada por la suerte,
que vengas a dar la muerte
a aquel que te dio la vida? 780
CÉSAR
Yo te engendré, yo te di
el noble ser que gozaste.
ALEJANDRO
Por tu gusto me engendraste,
que no lo hicistes por mí:
y no me llores ansí, 785
que no podrá tu prudencia
reducirme a tu obediencia;
y pues oyes mi razón,
no me hagas obligación
lo que fue tu conveniencia. 790
CÉSAR
Pues redúcete por ver
siquiera que te he criado.
ALEJANDRO
¿Tan buen hijo me has sacado
que te lo he de agradecer?
CÉSAR
Sea siquiera por ser 795
yo. (¡qué terrible dolor!)
quien su amor con su dolor
juntar supo y dividir.
ALEJANDRO
Y dime, para vivir
¿me hará provecho tu amor? 800
CARLOS

 (Aparte.) 

En vano obligarle piensa
su ingratitud: del indicio
que avisarle un beneficio
es acordarle una ofensa.
CÉSAR
Contigo propio dispensa 805
ese afecto, ese rigor;
repara en el deshonor
de tu fama esclarecida.
ALEJANDRO
Si me han de quitar la vida,
¿para qué quiero el honor? 810
César, y no padre, advierte,
que tres veces he soñado
que soberbio y arrojado
me dabas sangrienta muerte;
pues por librar desta suerte 815
un indicio, que aun incierto
tiene apariencias de cierto,
de mi coraje inducido,
la que me diste dormido
procuro vengar despierto. 820
CÉSAR
En efeto, ¿tú pretendes
darme la muerte?
ALEJANDRO
Eso quiero.
CÉSAR
Soy tu padre.
ALEJANDRO
Y mi enemigo.
CARLOS
Mira...
ALEJANDRO
No escucho consejos.
CÉSAR
¿Y a tu hermano?
ALEJANDRO
Es sangre mía
825
y he de verterla por eso.
CÉSAR
¿Y a mí?
ALEJANDRO
Porque me criaste.
CARLOS
Advierte.
ALEJANDRO
Ya estoy resuelto.
CÉSAR
¿No hay medios?
ALEJANDRO
No los procures.
CARLOS
¿Ni hay lágrimas?
ALEJANDRO
Soy de hielo.
830
CÉSAR
¿Ni hay quejas?
ALEJANDRO
Nací montaña.
CARLOS
¿Y tu opinión?
ALEJANDRO
No la tengo.
CÉSAR
¿Y tu sangre?
ALEJANDRO
Soy cruel.
CARLOS
Mira la infamia...
ALEJANDRO
Estoy ciego.
CÉSAR
¿Y tu nobleza?
ALEJANDRO
Perdila.
835
CARLOS
¿A qué aspiras?
ALEJANDRO
Vivir quiero.
CÉSAR
¿Y ha de ser?
ALEJANDRO
Ya lo publico.
CÉSAR
¿No hay remedio?
ALEJANDRO
No hay remedio.
CÉSAR
Pues remedio hay, Alejandro.
ALEJANDRO
¿Cuál es?
CÉSAR
Decírtelo quiero.
840
Ya que has intentado aquí
darme la muerte atrevido,
más bien será parecido
que yo te dé muerte a ti;
yo el ser que tienes te di, 845
tú intentaste airado, impío,
quitarme ser y albedrío.
Pues di, ¿qué ha de parecer,
que yo te diese a ti el ser,
y tú me quites el mío? 850
Mas bien visto será, advierte,
a Italia, al mundo y a Dios,
que os dé la muerte a los dos,
que no que me des la muerte;
trocada verás tu suerte, 855
pues si cuando más te sigo
eres mi hijo y mi enemigo,
hoy para tu destemplanza
llegó el plazo a la venganza
y la ocasión al castigo. 860
Reducirte he pretendido,
como padre y como viejo,
con el amor y el consejo,
y obligarte no he podido;
tú mi muerte has elegido; 865
y así, pues, no hay esperanza
de hallar en tu amor templanza,
seré, si al cielo le plugo,
el más impropio verdugo
por la más justa venganza. 870
Y adiós, Carlos de mis ojos,
que aunque estos abrazos tiernos
llegan tarde, nunca llegan
las finezas a mal tiempo.

 (Abrace a CARLOS.) 

CARLOS
¿Pues qué intentas?
CÉSAR
Que Alejandro
875
no sea verdugo nuestro.
CARLOS
¿Y tú has de serlo?
CÉSAR
No sé.
CARLOS
Míralo bien.
ALEJANDRO
Vive el cielo,
que antes de mis propias manos
serás infame escarmiento. 880
CÉSAR
Témplate, Alejandro, hijo,
y verás como me templo.
ALEJANDRO
Yo he de matarte.
CÉSAR
No es justo.
CARLOS
Si he de morir, en efeto,
muera a manos de mi padre, 885
y no a tus manos, sangriento.
ALEJANDRO
Ese es rigor.
CÉSAR
Es piedad.
ALEJANDRO
Será infamia.
CÉSAR
Será ejemplo.
ALEJANDRO
Déjame obrar como malo
si eres bueno.
CÉSAR
No lo apruebo;
890
no es bien que mi propio hijo
sea mi verdugo mesmo.
ALEJANDRO
¿Y será bien que mi padre
me dé muerte a mí?
CÉSAR
No es bueno;
pero en dos males tan grandes 895
se debe elegir el menos.
CARLOS
Pues, Señor, muera a tus manos.
CÉSAR
¡Oh, qué de afectos te debo!
ALEJANDRO
Mis manos han de matarte.
CÉSAR
¡Qué de crueldades te creo! 900
CARLOS
¡Padre, adiós!
CÉSAR
¡Carlos, adiós!
¿Alejandro?
ALEJANDRO
Dilo presto.
CÉSAR
Deja el intento que tienes
y yo dejaré mi intento.
ALEJANDRO
Vive Dios, padre tirano, 905
que si no lo impide el cielo,
o tu acero ha de matarme
o ha de matarte mi acero.
CÉSAR
Pues deme el cielo venganza.
ALEJANDRO
No querrá vengarte el cielo. 910
 

(Vanse.)

 
 

Salen JULIA, DIANA y CASANDRA.

 
CASANDRA
Vine a tu casa a ampararme,
bella Diana, y en ella
presumiendo hallarte airada,
vine a examinarte cuerda.
Bien haya tu entendimiento; 915
pues a un tiempo mismo mezclas
a la ira la templanza,
y a la crueldad la prudencia.
JULIA
¿Dónde vamos, qué es tu intento?
DIANA
Hablar al Duque quisiera, 920
y pedirle que perdone,
o por ruego o por clemencia,
con Alejandro y con Carlos
a tu anciano padre César.
Pues maestro mi dolor 925
en mi soledad me enseña
que no recojo esta sangre
porque se derrame aquella.
JULIA
Esta es la puerta, Diana,
de la cárcel.
CASANDRA
Y por ella
930
agora sale el gran Duque;
porque para esta sentencia
el propio vino a la cárcel.
DIANA
Allí un cadalso se muestra.
JULIA
Y de la cárcel presumo, 935
si no es que la vista mienta,
que salen Damián y Cosme
DIANA
Es verdad, entrambos llegan.
 

Salen COSME y DAMIÁN.

 
DAMIÁN
Acabose, aquesto es hecho.
COSME
Soltáronos de la escuela 940
adonde solos los grillos
son los que hacen buena letra.
Verbum caro factum est.
JULIA
¿Ha, Cosme?
COSME
¿Quién me cosmea?
DIANA
Llegaos acá.
COSME
¿Qué queréis?
945
DIANA
¿Conoceisme?
COSME
Diana bella,
de hermosa a la aurora queja
... qué podéis dar cuando sale
CASANDRA
¿Sales de la cárcel?
COSME
Sí.
DIANA
¿Qué hay de nuevo?
DAMIÁN
Si deseas
950
oír el caso más raro
que antiguas historias cuentan,
oye, como no hay verdugo,
como sabes, en Florencia...
COSME
Yo lo contaré mejor. 955
El hijo mayor de César...
DAMIÁN
¿Quién le mete en eso a él?
COSME
¿Quién me ha de meter? mi lengua.
DAMIÁN
Yo se la sabré sacar.
COSME
Mejor lo hablará más suelta. 960
DAMIÁN
¡Vive Dios!
JULIA
El Duque sale.
DAMIÁN
Pues agradezca...
COSME
Agradezca...
 

Sale EL DUQUE y ACOMPAÑAMIENTO.

 
DIANA

 (Ap. 

Esta es ocasión; yo llego.)
Duque insigne de Florencia,
que adonde llega la fama 965
eterno tu nombre llega,
si como de justiciero
de ser piadoso te precias,
ayer te habló la justicia
y agora el perdón te ruega. 970
Hermana de Federico
soy, y soy la parte mesma
que tiene la mayor parte
en el dolor y en la pena.
A pedirte que perdones 975
vengo mi agravio y mi ofensa,
que por ilícitos medios
no es honrado quien se venga.
Y así...
DUQUE
Detened, Diana.
DIANA
¿Qué me decís?
DUQUE
Que vos mesma
980
me pedisteis el castigo.
DIANA
Ya lo confiesa mi lengua.
DUQUE
Pues yo cumplí mi palabra.
DIANA
Lágrimas, tened la rienda.
¿Es muerto Carlos?
DUQUE
Ya es muerto.
985
VOCES

 (Dentro.) 

Tenedle, prendedle.
TODOS

 (Dentro.) 

Muera.
 

Sale CÉSAR con el cuchillo sangriento.

 
CÉSAR
Antes que me deis la muerte,
pretendo ver a su Alteza.
DUQUE
¿Qué es esto?
CÉSAR
Un hombre infeliz
que a besar tus plantas llega. 990

 (De rodillas.) 

DUQUE
César, ¿qué ha sido?
CÉSAR
Señor,
que antes que mi muerte quieras,
te he de rogar que me escuches.
DUQUE
Habla, ya tienes licencia.
CÉSAR
Ya tú sabes que Alejandro 995
contra la humana obediencia
quiso quitarme la vida.
DUQUE
Es verdad; prosigue César.
CÉSAR
Y ya sabes tú, Señor,
aunque lo acuerdo, que a fuerza 1000
de no poder reducirles,
te rogué me permitieras
que fuese el ministro infame
de tu castigo y mi ofensa.
DUQUE
Yo lo consentí, es verdad; 1005
porque era injusta violencia
que el que es padre en un suplicio
a manos del hijo muera.
CÉSAR
Pues Señor, subí al suplicio,

 (Levántase.) 

(nunca al suplicio subiera), 1010
tropezando con los ojos,
que son los pies de la pena;
ligué a mis hijos las manos,
puse a sus ojos dos vendas
a tiento, porque mi vista 1015
estaba entonces más ciega.
Volví a exhortar a Alejandro
que olvidando su soberbia
tuviera para su intento
sus iras menos resueltas. 1020
Templele, hallele cruel,
y viendo en tantas finezas
que irritándose del ruego
se olvidaba de la ofensa,
con el cuchillo que miras 1025
y con esta mano diestra
de su garganta cruel
tomé venganza sangrienta,
agora, agora te pido
que a lo principal me atiendas, 1030
pues más llamo a tu atención
que procuro tu clemencia.
Señor, este hijo que ves,
ya muerto a mis manos mesmas,
ha sido el hijo más malo. 1035