Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.

  —307→  


ArribaAbajoCanto XIX


ArribaAbajo Con su dulce familia el regocijo
Por Barcelona desplegaba el vuelo,
Desterrando al pesar, al escondrijo
Mas escuro y mas íntimo del suelo,
A causa de haber dado al Conde un hijo  5
Por singular favor y gracia el cielo,
Que de sus canas el regalo fuese,
Y en el ilustre estado sucediese.
En cañas, toros, justas, y torneos,
Galas, saraos, divisas, y ornamentos,  10
Caballos, armas, máscaras, y arreos,
En altas obras de altos pensamientos;
Y en todos los demás nobles empleos
De los ilustres lícitos contentos,
Ocupa el regocijo en Barcelona  15
Qualquier estado y suerte de persona.
No hay señor, no hay hidalgo, ó caballero,
Que no se muestre en lo que mas confia;
O ya representando un Marte fiero
Con generoso esfuerzo y gallardía;  20
O ya depuesto el relumbrante acero,
Mostrando general cortesanía
En gala, en ademán, en gracia, y ayre,
En dulzura, en regalo, y en donayre.
—308→
El mismo Conde alegre y consolado  25
Sus nobles cortesanos acompaña,
O sea en sala, ó sea en estacado,
O sea en plaza, ó calle, o en campaña;
Y diestro, y animoso, y remozado,
Ya doma al toro la furiosa saña,  30
Ya gana el prez en el torneo, ó justa,
Ya en las follas las armas barahusta.
Ya en aparatos de altas invenciones
Con grandeza real y pompa hechas,
Ya en varios casos de altas ocasiones,  35
Que dan las sendas de virtud estrechas,
Dexa los valerosos corazones,
Y las heroycas almas satisfechas,
Poniendo el real término en su silla
Con amable admirable maravilla.  40
Y ya entre mil blanduras y mil galas,
Conversable, apacible, y cortesano,
Con las servidas damas en las salas
Convierte en blanda la robusta mano,
Dando mayor lugar á que sus alas  45
Desplegue y trate el regocijo humano,
Y toda la contenta compañia
Que le ministra, y acompaña, y guia.
Y al fin, por dulce fin de estos contentos,
Que fueron tales, que dobló la fama  50
Todos los sonorosos instrumentos
Con que por la ancha tierra se derrama,
Consigo á sus reales aposentos
A los varones de su estado llama,
Y en su mesa real con ellos junto  55
Quiere en las nobles fiestas hacer punto.
—309→
Vinieron los Barones de su estado,
Y fué el banquete rico y suntuoso,
De todas las grandezas adornado,
Que adornarle pudiera un Rey famoso;  60
A donde no faltó quien, acordado
Al instrumento y son artificioso,
Con dulce pecho y voz, quiebro y garganta,
Cantáse como fué Narciso planta.
Y como con menguada voz su pena  65
Muestra Eco, y de su amado el devaneo,
Como Ariadna en la desierta arena
Llama llorando al pérfido Teseo,
Como Venus del cielo se enagena
Por ser solo su Adonis su recreo,  70
Como Alcídes mató, y porque al Centauro,
Y como fué vencido el Minotauro.
Y como del clarísimo Planeta
Huyó volando Dafnes infelice,
Como sacaba el músico Poeta  75
De la carcel eterna á su Euridíce,
Como en la noche lóbrega y secreta.
Alcion vió anegado á su Ceíce,
Como se coronó Baco de yedra,
Y como Aglaura fué mudada en piedra.  80
Con tales cosas del real banquete
El regalo el cantor acrecentaba,
Y quanto con la música promete
El regocijo largamente daba;
Quando allí fué sacado de un retrete  85
El que las fiestas célebres causaba,
Traido para gozo de su padre
Por su segunda regalada madre.
—310→
El dulce hijo, que al Jofre famoso
Dió con tal gozo el favorable cielo,  90
Por quien su fuerte pueblo generoso
Estaba en regocijo y en consuelo,
Traido al pecho dulce y amoroso
De que alimenta el tierno corpezuelo,
A donde estaba el padre entró, ilustrando  95
Quanto con los ojuelos va mirando.
Y apenas la ama con el tierno infante
A la mesa del Conde habia llegado,
Quando el monge, en su cruz fuerte y constante,
Entra en la sala á su cadena atado:  100
Mandó el Conde traelle allí delante,
Habiendo en la comida del tratado,
Bien fuera de entender que le inspiraba
El cielo á él lo que él allí mandaba.
¡O infinita de Dios sabiduría,  105
Por quan secretas sendas y admirables
Tu sempiterna omnipotencia guia
Sus excelsas hazañas memorables!
¡O felice cristiana monarquía,
Que divinos favores tan amables  110
Recibes de la mano omnipotente
De tu gran Dios dulcísimo y clemente!
Pero ¿que no ha de dar al cristianismo
De gracias y favores celestiales,
Quien con tan alto amor se dió á sí mismo  115
Con manos en tal grado liberales?
¡O ceguedad, ó confusion, ó abismo
De ingratitud de míseros mortales!
Dádivas recibidas en tal suma,
Que el olvido en el alma las consuma?  120
—311→
¡O ingratitud de humanos corazones!
¡O por fiera dureza de diamante,
O por fragilidad que en tus pasiones
Tan varias te mantiene tan constante!
¡Quan admirables y divinos dones  125
Desprecias como cosa no importante,
Miserable mortal, por las miserias
En que tienes tus tratos y tus férias!
¡Ambicion de grandezas y de estados
De esta caduca y momentánea vida,  130
A cuyos vanos peligrosos grados
Se sube por tan áspera subida,
Es la que en tu memoria da cuidados,
Que la traen de afanes combatida,
Con olvido total y con desprecio  135
De aquellos bienes de tan alto precio!
¡Codicia insaciable de riquezas,
Solo para que el cuerpo se recree
Con sensuales vicios y torpezas
En que quanto hay en la ancha tierra emplee,  140
Envidias, y pasiones, y asperezas
Con que se postre á quien virtud posee,
Como si fuese oprobio vil del suelo,
Siendo el regalo y el honor del cielo!
¡Indómita soberbia y arrogancia  145
De estos vicios horrendos producida,
Asentada en la bárbara inorancia,
De mentira cubierta y revestida,
Es lo que en l'alma tiene cierta estancia,
Y della es la virtud desposeida,  150
Y así el pecar es su mas cierto trato,
O con desprecio, ó con olvido ingrato!
—312→
¡Padre piadoso, Dios que solo quieres
Dotar al hombre, por tu gracia pura,
De los grandes y riquísimos haberes  155
Con que enriqueces tu gloriosa altura,
Humilde te suplica, por quien eres,
Esta, Señor, tu amada criatura,
Que tan ingrata así en pecar se emplea,
Que otro Garin en penitencia sea!  160
El qual, como ya dixe, habia llegado
A donde el Conde y los demás habian
Con la comida suntuosa dado
A las fiestas el fin que pretendian;
Y siendo el santo monstro contemplado  165
Por los señores que le circuían,
Y sobre él varias cosas discurriendo,
Su especie y calidades inquiriendo;
Milagroso suceso! el tierno infante,
Que el ama en su regazo sostenia,  170
Con clara voz y angélico semblante,
Vuelto á la fiera lleno de alegria,
Dixo: Dios quiere ya que se levante,
Garin, tu rostro al ser que antes tenia,
Que ya tu penitencia es acabada,  175
Y tu culpa del todo perdonada.
Y el pequeñito niño apenas hubo
Estas altas palabras declarado,
Con que en admiracion inmensa tuvo
Aquel ilustre pueblo allí juntado;  180
Quando Garin el rostro alzó, y sostuvo
En los dos pies el cuerpo fatigado,
Y con humilde y santa reverencia
Llegó: del Conde á la real presencia.
—313→
Y con palabras, cuyo afecto un monte  185
Mover pudiera de su firme asiento,
Y convertir el reyno de Aqueronte
A blando y amoroso sentimiento:
Puestos los ojos en el horizonte,
Y en su esperanza el alto pensamiento,  190
Al Conde dixo así sucintamente,
Toda su corte y casa allí presente.
Yo soy, Príncipe sábio y valeroso,
Aquel que á Dios y á tí con grave ofensa
Dí causa de emplear el poderoso  195
Rigor, que con justicia se dispensa:
Yo soy Garin, y si nombrarme oso,
Es para dar debida recompensa
De mis grandes pecados, de la suerte
Que tu ofendida calidad concierte.  200
Aquí me tienes ante tu presencia,
Puedes satisfacerte á tu contento,
O sea con rigor, ó con clemencia,
Mi vida, ó muerte es ya tu mandamiento;
Y á las dos cosas yo con obediencia  205
Doy como debo aquí consentimiento,
Pidiendo arrepentido y humillado
Perdon á Dios y á tí de lo pasado.
No dice mas el santo monge, y queda
Como elevado y de rodillas puesto,  210
La admiracion del todo al Conde veda
Poderle responder á lo propuesto;
Pero ya reportado y vuelto en rueda
El admirado rostro, aunque compuesto,
Dice el sábio señor de Barcelona:  215
Tambien perdono yo á quien Dios perdona.
—314→
Alzáos, ó santo monge, alzáos del suelo,
Que aunque tan gravemente me ofendistes,
Pues con tan gran favor y amor del cielo
Perdon de vuestras culpas merecistes,  220
Yo tambien os perdono y os consuelo,
Y de lo que en mi daño cometistes
En recompensa solo aquí se elija
Que me digais á donde está mi hija.
Con el mayor decoro que ser pudo  225
Dixo el caso Garin, no claramente,
Sino cubierto de un honroso escudo
Para todas las partes mas decente:
Oyólo el Conde, y que esté ya desnudo
El santo penitente no consiente:  230
Manda que luego se le dé vestido,
Y al punto de ermitaño fué vestido.
Y dexa el Conde allí determinado
De partir luego para el monte santo,
A sacar dél el cuerpo sepultado  235
De la hija que quiso y lloró tanto;
Y tambien para ver el celebrado
Retrato de la Virgen, que ya el canto
De la fama veloz le divulgaba,
Y á irle á ver las gentes incitaba.  240
Ya en aquella comarca venturosa,
Con dulce son de altísimo consuelo,
Canta la fama la maravillosa
Merced que goza del piadoso cielo,
Con mil en que la mano poderosa  245
Del alto Dios muestra el gustoso zelo
De que se pidan por la imagen santa,
Que la fama veloz divulga y canta.
—315→
Toda movida la provincia tiene
Ya de la fama el canto de alegria,  250
Con voz que en la devota oreja suene
Celestial consonancia y armonía,
Por quien con santo afecto y zelo viene
Ante el sacro retrato de MARIA,
A pedir al Señor de los señores  255
Gracias, mercedes, dones, y favores.
Parte pues con Garin y con su gente
Para el bendito Monserrate el Conde,
Y al deseo de todos igualmente
La presta diligencia corresponde:  260
Al lugar llegan donde la inocente
Dama venturosísima se esconde,
Mira el sitio Garin en la espesura,
Y señala despues la sepultura.
Abren por la señal la dura tierra  265
Diestros sirvientes con robustas manos,
No pretendiendo mas en lo que encierra
De un cuerpo ya comido de gusanos,
Para que se traslade de la sierra
Al honroso lugar de sus ancianos,  270
Y allí qual los demás se deposite
Hasta que al gran juicio resucite.
Mas, ó gran Dios en todo poderoso!
No cuerpo allí es hallado desta suerte,
Sino vivo, fresquísimo, y hermoso,  275
Libre de las señales de la muerte;
Cuyo alto rostro con mirar gracioso
Al dulcísimo padre se convierte,
Y cuyos pies á él se van, y cuyas
Manos al padre toman de las suyas.  280
—316→
Levante aquí el humano entendimiento
Las alas ligerísimas en vuelo
A la contemplacion del sentimiento
Que causaria aquel favor del cielo:
Considérese el gozo y el contento,  285
La inmensa admiracion y alto consuelo
Del padre, y hija, de Garin triunfante,
Y de la atenta gente circunstante.
Ofuscada del gozo inmenso queda
A cada qual el alma allí y la mente,  290
La extraña admiracion á todos veda
Otra accion que miralla atentamente:
Que ojos lengua alguno mover pueda
La nueva maravilla no consiente,
En mar de gloria cada qual el alma  295
Tiene gozosa en admirable calma.
¿Qué se le puede preguntar á aquella
Señora ilustre de sí misma ahora?
O ¿qué á qualquier pregunta podrá ella
Responder á la gente que la adora?  300
De claro aljofar la una y otra estrella
Hinche de gozo, y con el padre llora,
Que con abrazo de dulzura lleno
Riega con tiernas lágrimas el seno.
Y con palabras llenas de dulzura  305
Dice la dama llena de contento:
Merced, á que de humana criatura
Ni llega merecer, y entendimiento;
Favor, á gloria de la Virgen pura,
Y de su sin igual merecimiento;  310
Gracia, que del mar dellas se deriva,
Es lo que veis en mí viéndome viva.
—317→
Una señal sacó la dama ilustre
Que adornaba el suceso milagroso,
Que fué una raya de encendido lustre  315
En el cuello blanquísimo y hermoso,
Como en él puesta para que se ilustre
Su blancura por modo artificioso,
Y era la parte tierna y delicada
Por donde fué la dama degollada.  320
Todo era admiracion de la espantosa
Obra divina del poder eterno,
De aquel Señor que con su voz piadosa
Nos llama siempre con amor tan tierno;
Y todo era triunfar de la envidiosa  325
Sierpe cruel del espantoso infierno
Aquel buen monge, en paga y recompensa
De la pasada lastimosa ofensa.
¡Qué gozo, qué consuelo, qué alegria,
Con este triunfo altísimo y victoria,  330
El pio Garin en l'alma sentiria,
Teniendo en lo pasado la memoria!
Y ¡qué dolor y pena causaria
A su fiero adversario con su gloria,
Viendo vencer con triunfo tan subido  335
Al que él pensó del todo haber vencido!
En pena eterna y en dolor redunda
El triunfo de Garin, gozo, y consuelo
Del infernal poder, con que confunda
Su iníca saña el pio y justo cielo:  340
Dobló su llanto y su pasion profunda
El príncipe de eterno desconsuelo,
Victoria el santo monge dél teniendo,
Y su temido monte en gloria viendo.
—318→
Van al fin todos, tras haber pasado  345
De gozo y de consuelo un dulce rato,
Al templo santo, donde está el sagrado
De la Virgen Santísima retrato:
El qual adora cada qual postrado
Con tierno corazon y ánimo grato,  350
Y de veras allí se regocija
El monge, el Conde, y la dichosa hija.
Y ya que en tal consuelo entretenidos
Algunos breves dias estuvieron,
Y los tuvo aquel gozo divertidos,  355
Como el mas grande que jamás sintieron:
Ya que para partirse apercibidos,
Y á punto el Conde y los demás se vieron,
La sábia dama al padre sábio y fuerte
Descubre su alto intento desta suerte.  360
Bien fuera digna de castigo eterno,
Dulce padre y señor, sino mirára
A la merced presente con interno
Zelo de gratitud, siendo tan rara:
Fuera culpa bien digna del infierno  365
Si desta obligacion yo me olvidára,
Y por volverme á Dios no pospusiera
Quanto del mundo desear pudiera.
Que aunque puedo volviendo á Barcelona,
En compañia de mi madre y vuestra,  370
Emplear sábiamente mi persona
En lo que el cielo en nuestro bien nos muestra,
Mas en la religion se perficiona
La alta virtud del sumo bien maestra,
Con quien segun la obligacion que tiene  375
La alma cristiana su vivir ordene.
—319→
Todo es aquí suceso milagroso,
Mi vida, vuestro gozo, el admirable
Perdon de este bendito religioso,
Y esta sagrada imagen tan notable:  380
Todo pues en su modo misterioso
Nos persuade la intencion loable,
Que á mí en l'alma me escribe de su letra
Quien sus cosas mas íntimas penetra.
Digo, porque declare bien mi intento,  385
Que con licencia vuestra yo querria
Quedar, señor, en este santo asiento
Con religiosa y santa compañia,
Que en este punto su acontecimiento
En gran ventura, es grande suerte mia,  390
Y es gran señal que quiere Dios que sea
Esto que tanto mi alma ya desea.
Y es razon que la vida que poseo,
Por tan notable y rara maravilla,
Escoja por dichoso y rico empleo  395
El quedar á servir esta capilla;
Y por debido voto y por trofeo
Se dedique á la Virgen sin mancilla,
Pues por su gracia y mano valedora
Con tal merced yo la poseo ahora.  400
Aquí podrán devotas religiosas
Ofrecerse conmigo en santa vida,
A quien hace estas obras milagrosas
Con que á su amor nos mueve y nos convida:
Sean por vos miradas estas cosas,  405
Y la justicia de que soy movida,
Y dad, señor, con sentimiento justo
A mi loable y santo intento gusto.
—320→
Así mostró la generosa dama,
Con sus palabras llenas de eloqüencia,  410
El santo amor y zelo que le inflama
El alma con altísima prudencia:
Tras lo qual tiernas lágrimas derrama
Del santo afecto efecto y aparencia,
Las quales eran en su rostro al verlas  415
Entre rosas al sol cristal y perlas.
No menos se admiró en la hija amada
El padre contentísimo con esto,
Y la gente que alegre y admirada
Oia atenta su deseo honesto:  420
De lo que su alma fué maravillada,
Y las de los demás en todo el resto;
Y así con alto sentimiento el Conde
En todo con la dama corresponde.
Dice que su intencion se cumpla, y sea  425
Luego de la manera que ha ordenado,
Y manda que al momento se provea
Quanto conviene al caso señalado:
Detiénese allí mas, y luego emplea,
Con lo que está en la casa fabricado,  430
Gasto mayor con trazas mas costosas,
Y habitacion conforme á religiosas.
Las quales fueron como las que ahora
Habitan en San Pedro en Barcelona,
Del orden santo con que ilustra y dora  435
El gran Benito su inmortal corona;
Y dellas fué cabeza la señora,
Que lo pudiera ser en Elicona,
Pues supo la mayor ciencia del suelo
Perfectamente, que es ganar el cielo.  440
—321→
La dama ilustre que escogió ofrecerse
A Dios en el convento milagroso,
Sin confiarse ni desvanecerse
En el mundo y el padre poderoso,
A ser cabeza quiso disponerse  445
En aquel monasterio misterioso
De muchas que con ella estar quisieron,
Y su santo propósito siguieron.
Ya pues que el santo monasterio estaba
Qual á tan alto intento convenia,  450
Y el sacro culto en él se comenzaba
Con principios de altísima alegria;
Y viendo el Conde ya que en él quedaba
Su santa hija en santa compañia,
Y que no tiene en cosa alguna falta  455
De las de su intencion divina y alta,
Determinó dexarla en el deporte
De su devota soledad amada,
Y dar la vuelta con su casa y corte
A su noble ciudad regocijada;  460
Y dado en todo ya el debido corte
Fué para la partida señalada
Por hora aquella en que del sacro oficio
Se da fin al santísimo exercicio.
Ya el claro sol por el abierto oriente  465
Lleno de luz alegre se levanta,
Y ya el devoto Conde con su gente,
Ante la imagen milagrosa y santa,
Oye el divino oficio atentamente,
Que el religioso coro oficia y canta  470
Con voz al celestial contento unida,
El dia señalado á la partida.
—322→
Y ya el divino oficio habia llegado
Al fin alegre de su excelso canto,
Quando el pio Garin todo inflamado  475
En divino fervor y zelo santo,
De un lustre celestial iluminado
Con que causaba á quien le via espanto,
La lengua eloqüentísima desata,
Y de altas cosas memorables trata.  480



  —323→  


ArribaCanto XX


Arriba Puesto del templo en la sublime parte
Al divino evangelio dedicada,
Usando en el principio santo el arte
Que se acostumbra en la licion sagrada;
Con el fervor que el cielo le reparte  5
En l'alma de sus gracias regalada,
Así dice Garin con alto aliento
Al Conde que oye con su pueblo atento.
No puedo, ó gran señor, en modo alguno
Dexar de publicar lo que me inspira  10
Este extraño fervor en mí importuno,
Que así conmigo á todos os admira:
En este tiempo alegre y oportuno,
Que quien así mueve mi pecho mira,
Quiere que diga yo á su santa gloria  15
Cosas dignas de altísima memoria.
Oidme pues, oidme atentamente
Lo que han de oir y ver otras edades,
Que á mi lengua se ofrece y á mi mente
Con altas y lustrosas claridades:  20
Es la intencion de mi sermon presente
Deciros las divinas calidades,
Que con divino y admirable exemplo
Ha de tener este sagrado templo.
—324→
Tú, Rey eterno, que mi pecho inflamas  25
De la luz clara de este templo santo,
Que ha de encender en sus divinas llamas
Innumerables corazones tanto:
Los que con estas maravillas llamas,
De tu luz queden alumbrados quanto  30
Conviene ahora para que veamos
Las grandezas del templo que fundamos.
Y tú, Reyna Santísima del cielo,
Causa destas grandezas milagrosas,
Mientras predico las que en todo el suelo  35
Han de ser predicadas y famosas,
Tú favorece el justo y santo zelo
De celebrar tus memorables cosas,
Y el arte aclara en los oyentes todos
De este sermon, y sus piadosos modos.  40
Tu divino retrato milagroso,
Virgen, luz de las vírgenes prudentes,
Causa de este convento religioso,
Y de sus altos dones permitentes,
Ha de ser el mas célebre y famoso  45
De quantos tengan las cristianas gentes,
Y aquel por quien hará en tu santo nombre
Infinitos favores Dios al hombre.
No habrá nacion en todo lo habitado
Do desta santa imagen no se trate,  50
No asiento alguno se verá ilustrado
Con monasterio de mayor quilate,
No verá el sol lugar mas celebrado
Que el felice y bendito Monserrate,
Y no habrá invocacion en todo el suelo  55
Por quien mayores gracias haga el cielo.
—325→
Como fecunda planta en buen terreno
De diestro agricultor bien cultivada,
Que al buen principio de esperanza lleno
Corresponde con suerte mejorada;  60
Así ha de ser en este monte ameno
Esta divina casa en él plantada,
Que su alto agricultor hará que sea
Mas que deste principio se desea.
Que quien aquí mas altamente vuele  65
En desear su venturoso aumento,
Terrero quedará qual siempre suele
El humano deseo y pensamiento;
Y por mucho que en esto se desvele
Llegar no puede al elevado asiento  70
En que visiblemente yo contemplo
Que ha de estar esta casa y este templo.
Y no mas de cien años les concede
Dios á santas mugeres esta estancia,
No porque en ellas aunque el tiempo ruede  75
Ha de faltar altísima constancia,
Que antes el bien que á la virtud sucede
Tendrá con ellas gran perseverancia,
Sino porque traerán aquí varones
Por justísimas causas y razones.  80
Será tanto el concurso de la gente
Que aquí vendrá de todo el ancho suelo,
A visitar devota y santamente
Esta imagen de altísimo consuelo,
Que ni será bastante ni decente,  85
Ni fuera de peligros y recelo,
El atender las religiosas santas
A la hospitalidad de gentes tantas.
—326→
Un Borrel, sucesor en este estado,
Con zelo santo y discrecion cristiana,  90
Su conveniente intento autorizado
Por la Silla Apostólica Romana,
Dexará este convento transplantado
En su ciudad con honra soberana,
Y en vez de las castísimas doncellas  95
Monges pondrá del orden mismo que ellas.
Pues quanto desde entonces adelante
Ha de ir creciendo la grandeza santa
Desta casa real, desta importante
Divina, excelsa, y milagrosa planta,  100
No hay lengua humana á lo decir bastante,
Porque ha de ser de maravilla tanta,
Que los que entonces llegarán á vella
Aun apenas podrán comprehendella.
Una perpétua fama en todo nueva  105
Criará el cielo en este tiempo, solo
Para que en honra de esta casa mueva
Quantos vivientes mira el claro Apolo
De las riquezas que en sus ondas lleva
El Indo, el Tajo, el Hemo, y el Pactólo,  110
Y de la luz de la Febea llama,
Se ha de adornar esta gloriosa fama.
Y á par del tiempo ha de durar creciendo
Por puntos siempre en voz y en hermosura,
De este templo santísimo poniendo  115
El dulce nombre en la mayor altura,
Maravillas rarísimas diciendo
Llenas de celestial gozo y dulzura,
Ricas gracias y altísimos favores
Siempre mas milagrosos y mayores.  120
—327→
Ciudades moverá, moverá estados
A venir á pisar estos umbrales,
Trayendo á sus señores y prelados
Con deseos y afectos celestiales;
Y todos en amor santo abrasados,  125
Con poderosas manos liberales,
Ofrecerán aquí famosos dones
De rentas, joyas, oro, y posesiones.
Y esto será con muy mayor instancia,
Con mas fervor, mas zelo, y mas freqüencia,  130
Quando pongan aquí santa observancia
Dos Reyes de católica excelencia:
Los quales en divina coligancia,
Viviendo con altísima prudencia,
En honra de sus hechos señalados  135
Serán Reyes Católicos llamados.
Vendrá á ser desto el lustre y ornamento
De esta bendita casa en sumo grado,
Crecerá el sitio, crecerá el convento
Con mil comodidades mejorado:  140
Para todos será el alojamiento
Alegre, y apacible, y regalado;
Y asimismo tambien para el divino
Retrato santo en modo peregrino.
Que quanto ser pudiere esta capilla  145
En aquel tiempo se verá ilustrada,
Dando á la imagen mas costosa silla
Con fábrica real acrecentada:
De mano de la misma maravilla
Mostrará ser la obra señalada  150
En devocion, en lustre, y en decoro
Y en la belleza del retablo de oro.
—328→
Y tomando de mí, aunque indigno pobre,
Principio aquí la vida de ermitaños,
Será, que tanto lustre y tanta cobre  155
Perficion santa, ya en aquellos años,
Que este monte será donde zozobre
La infernal rabia, y sus eternos daños;
Y donde el celestial divino aviso
Dé á sus cultores dulce paraiso.  160
Catorce humildes celdas repartidas
Por este santo monte venturoso
Poseerán los monges, que las vidas
Ofrecerán al singular reposo;
Donde en contemplacion entretenidas  165
Las almas con regalos de su esposo,
Convertirán este dichoso suelo
En dulce parte para sí del cielo.
Que con el orden y la compostura
De sus celdas, y templos, y exercicios,  170
Y el asiento, y la vista, y hermosura,
Y todos los humanos beneficios;
Y el alto acuerdo de la eterna altura,
Y el olvido total de humanos vicios,
No será en ellos menos que una gloria  175
Este momento de célebre memoria.
Pues quanto los benditos religiosos,
En estos sacros claustros encerrados,
Han de ilustrar con hechos virtuosos
Estos santos y fértiles collados,  180
Y con los rayos, mas que el sol lustrosos,
De sus divinos bienes y cuidados
Han de dar luz á quanto el ayre rueda,
No hay lengua humana que decirlo pueda.
—329→
De ordinario serán mas de sesenta  185
Estos benditos monges recogidos,
Todos hombres de letras y de cuenta,
Famosos en la tierra, y escogidos;
Y donados habrá mas de noventa,
Todos en vida activa entretenidos  190
Con huéspedes y pobres ordinarios,
Y en otros ministerios necesarios.
Y demás de estos ínclitos varones,
De religiosos hábitos ornados,
Serán en otras mil ocupaciones  195
Otros doscientos hombres ocupados;
Sin los que á varias partes y naciones
Serán por las limosnas enviados,
Con los regalos de la Cofradía
Que aquí ha de haber en honra de MARIA.  200
La qual ha de tener por sus cofrades
Todos los Potentados que en la tierra
Seguirán las santísimas verdades
Del que en el suelo el cielo abre y cierra:
El qual de las mayores calidades  205
Que su poder universal encierra
Ha de dotar la Cofradía ilustre,
Que será deste monte eterno lustre.
Pero ¿qué voz, qué espíritu y aliento
Las memorias dirá, las de mercedes  210
Que adornarán deste real convento
Las colunas, los techos, y paredes?
No podrás ver, ó sol, tal ornamento
En quanto ver de todo el mundo puedes,
Como el que aquí pondrán fieles devotos,  215
Con presentes, con dádivas, y votos.
—330→
El enfermo llegado al postrer punto,
Y la alumbrada el de parir llegado,
Con su mortaja el que ya fué difunto,
La madre con el hijo ya anegado,  220
En estos claustros serán vistos, junto
Con mil que, ó en desierto, ó en poblado,
Por mil traidoras manos enemigas
Tuvieron mil peligros, mil fatigas.
Aquí de aquel mancebo á quien convino  225
Que de su propia patria siempre ausente
En la comun de Corte el desatino
Comun siguiese en su veloz corriente,
Y esta alta invocacion le abrió el camino
A la salud del alma conveniente,  230
La oferta se verá de cortesano,
No ingrato, ni soberbio, ni tirano.
Aquí de aquel varon á quien en suerte
Cupo el seguir al espantoso Marte,
En vida que es una perpétua muerte,  235
Sin que en cosa de vida alcance parte,
Y tuvo esta alta devocion de suerte
Que vino á ser de su milicia el arte,
Las armas se verán con gozo y gloria
Rendidas en señal de gran victoria.  240
Aquí del preso y del cautivo rota
La doblada cadena será vista,
Aquí la nave que enemiga flota,
O tormenta bravísima resista,
Aquí el vaxel que en áspera derrota  245
En altas peñas, ó en baxíos embista,
Pintados se verán en las tablillas,
Que son memorias de estas maravillas.
—331→
Y aunque estas gozosísimas señales
Serán ya mas que yo decir podria,  250
Al tiempo que los dones celestiales
Comience á reparar la Cofradía;
Quando sus altas fuerzas principales
Alcance la Española Monarquía,
Tendrá esta maravilla un admirable  255
Punto de aumento, excelso, y memorable.
Que así como será favorecida
Entonces esta casa milagrosa
Por los Reyes de aquella edad florida,
Que serán Condes de esta tierra honrosa;  260
Así tambien del cielo enriquecida
Con mano liberal maravillosa,
Será esta santa Iglesia entonces tanto,
Que vendrá á ser un celestial espanto.
Quando el sacro Felipe poderoso  265
Será Monarca de lo que es España,
Y digno por su ser maravilloso
De mandar quanto el mar circuye y baña,
Llegará este convento milagroso,
Y el nombre de esta célebre montaña,  270
Al rico ser de celestial fineza,
Y al colmo de su altísima grandeza.
Habránse visto ya milagros tantos
Por esta invocacion santa en el suelo,
Y estarán ya los religiosos santos  275
Con fama tal por su divino zelo,
Tendrán tal bien y tal remedio quantos
Aquí vinieren por favor del cielo;
Que entonces en el mundo no habrá cosa
Mas celebrada, excelsa, y milagrosa.  280
—332→
Monserrate será la maravilla
Mayor del mundo en aquel tiempo bueno,
Que por Felipe á la española silla
La mayor suerte albergará en su seno:
Esta casa, este templo, esta capilla,  285
Y este retrato de alta gloria lleno,
Entonces echarán rayos mayores
De milagrosas gracias y favores.
¿Qué será ver en aquel tiempo tanto
Concurso aquí de peregrinas gentes?  290
¿Qué oir el incesable y dulce canto
Del sacro oficio en horas diferentes?
¿Qué será ver honrado el templo santo
De riquezas al culto suficientes?
¿Qué las luces eternas colocadas  295
En oro, y plata, y joyas estimadas?
¿Qué será ver labrar un rico templo,
Que en aquel tiempo emprenderá el convento?
El qual ya desde aquí miro y contemplo
Ser obra de riquísimo ornamento:  300
Bien mostrará tener el alto exemplo
De la que entonces con divino intento,
Hará aquel sábio Rey de eterna fama
En las faldas del alto Guadarrama.
¿Qué será ver el orden y aparato  305
Para hospedar Pontífices y Reyes?
¿Y el ordinario y abundante plato
Que aquí darán á innumerables greyes?
¿Qué contemplar el celestial ornato,
Los órdenes, preceptos, y las leyes,  310
Con que lo humano y lo divino junto
Aquí pondrán en su perfecto punto?
—333→
Bien se echará de ver en esta parte
Que tendrá entonces la española tierra
En su favor al poderoso Marte,  315
Que en este altar en blanco arnés se encierra;
Y que siguiendo siempre su estandarte
Militará Felipe en justa guerra,
Contra los fieros del contrario bando,
Mil hidras y mil monstros sujetando.  320
El qual, vencido habiendo monstros tales
Con excelso valor, divino, y santo,
Llamado ya á los reynos celestiales
Con gozo dellos, regocijo, y canto;
Vencido de accidentes corporales,  325
Que causarán al mundo inmenso espanto,
En ellos por un Job siendo estimado,
Para siempre á reynar será llevado.
Y no menos entonces será claro
El gran favor del cielo poderoso,  330
En aumento, y en honra, y en amparo
De nuestra España, y de su Rey famoso,
En darle un sucesor, que en el preclaro
Nombre, y en el valor maravilloso,
Sea retrato de su padre, tanto  335
Que cause en tierna edad gozoso espanto.
Hará con la esperanza solamente
En aquel tiempo el jóven Rey Felipe,
Que tan de veras la española gente
Del gran favor del cielo participe,  340
Que el coro de virtudes excelente,
Que gusta de las aguas de Aganipe,
Tendrá mas dulce albergue en nuestra España,
Que en quanto el sol rodea, y el mar baña.
—334→
Y juntamente dos Infantas bellas,  345
Dignas hermanas de este Rey glorioso,
Entonces mostrarán vivas centellas
De su gran Rey, qual de su sol lumbroso:
Siendo las dos clarísimas estrellas
Que ilustren aquel siglo venturoso,  350
Dando Isabel á Flandes luz divina,
Y al Piamonte, aunque breve, Catalina.
Y no será en España solamente
La buena suerte entonces, que yo creo,
Segun lo que mi alma nota y siente  355
Del sumo bien que en este templo veo,
Que en quanto alumbra el sol resplandeciente
Verá cumplido el fiel su fiel deseo,
Viendo tener á quanto mire Apolo
Solo un Pastor, en un aprisco solo.  360
Y así se ha de creer que quando sea
La alta felicidad de este convento,
Quanto ahora en el mundo se desea
Ha de llegar á su lugar y asiento:
Dichoso el hombre que lo alcance y vea,  365
Y gozar sepa de aquel gran contento,
Y no menos dichosos los que en esta
Iglesia celebramos esta fiesta.
No es menos buena nuestra alegre suerte
Que la que en este caso declaramos,  370
Pues el clemente cielo nos advierte
Del rico bien del templo que fundamos;
Y mas si vale para que se acierte
El camino real á que aspiramos,
A cuya causa Dios nos la declara  375
Con dulce amor y maravilla rara.
—335→
Y esto aquí se contemple, esto se sienta,
Y á esto cada qual el alma encare,
Pues tanto mas ha de quedar contenta,
Quanto mas desta suerte aquí repare:  380
Por esto Dios su sacro culto aumenta,
Y ha de aumentar mientras el sol no pare
En este santo monte, con eterno
Dolor y espanto del escuro infierno.
Por esto aquí su sacra Madre amada,  385
Por medio de su imagen milagrosa,
Ha de ser sumamente venerada,
Y ha de mostrar su mano poderosa;
Y por esto ha de ser tan freqüentada
Esta fértil montaña venturosa  390
En todo tiempo, y mucho mas el dia
Del santo nacimiento de MARIA.
O Virgen soberana! ¿qué pinceles,
Qué matices, qué esmaltes, qué colores,
Qué Zeuzis, qué Timantes, ó qué Apeles,  395
Bastarán á pintar vuestros loores?
O ¿qué cuenta podrán contar los fieles
Que aquí recibirán vuestros favores
Este bendito dia, dedicado
Por el mayor de vuestro templo amado?  400
En este dia que esta sacra puerta,
Llena de gozo y de dulzura tierna,
Estará como siempre franca abierta
Representando la real eterna,
Se verá por notada cuenta cierta,  405
Que la experiencia larga la discierna,
De cinco á seis mil almas ser entrada,
Dándoles hospedage y dulce entrada.
—336→
Que puesto que vendrán por todo el curso
Del año innumerables peregrinos,  410
Mas tal será este dia su concurso,
Que ocuparán el monte y los caminos;
Pues, ó gran Dios! si hago aquí discurso
De los grandes favores y divinos
Que en dia tal con tu clemencia tanta  415
Harás aquí por esta imagen santa.
Antes que pueda la mas breve parte
Con presteza decir sucintamente,
El claro sol que el dia nos reparte
Le llevará consigo al ocidente:  420
Todo sirva, Señor, para agradarte,
Todo tu culto y religion aumente,
Pues todo tú, gran Dios, de eterno nombre,
Quieres que sea para bien del hombre.
En suma digo, ó Conde poderoso,  425
Y pueblo ilustre á mi sermon atento,
Que en este santo templo venturoso,
Y en este felicísimo convento,
Y por este retrato milagroso,
Y su alta invocacion y llamamiento,  430
En cuerpo y alma sus devotos todos
Alcanzarán favor en varios modos.
Los cuitados enfermos de accidentes
A las humanas ciencias incurables,
Con lástimas y afanes diferentes,  435
Con lisiones y penas espantables,
Sumamente afligidos y dolientes,
Tristes en todo extremo y miserables.
Si aquí la devocion los encamina,
Del cielo alcanzarán la medicina.  440
—337→
Los desterrados pobres y afligidos
Del cruel mundo acá y allá arrojados,
Los dél, como no suyos, perseguidos,
Con su envidia y malicia atormentados,
Los hombres libres, sueltos, distraidos,  445
Y en humanas miserias engolfados,
Aquí viniendo, altísimo consuelo,
Gracias, y dones hallarán del cielo.
Los que el soberbio espíritu ambicioso
Traen revuelto en vanos pensamientos,  450
Qual suelen del hinchado mar dudoso
Las aguas revolver soberbios vientos,
Aquí, si con afecto fervoroso,
Para no zozobrar con sus intentos,
Piden gobierno qual conviene al alma,  455
Hallarán puerto de segura calma.
Al fin aquí de todos quantos males
El mísero mortal teme y padece,
Que quantos sean en el mundo, y quales
En la alma y cuerpo á cada qual parece,  460
Si con santos afectos celestiales
A la Virgen santísima se ofrece,
Poniendo esta alta invocacion por medio,
En cuerpo y alma alcanzará remedio.
¡Virgen piadosa, que de la afligida  465
Alma sois dulce puerto de consuelo!
¡Virgen gloriosa, que á la humana vida,
Para la eterna puerta sois del cielo!
¡Virgen hermosa, que del sol vestida
Luz sois que alumbra todo el ancho suelo,  470
Aquí los penitentes peregrinos
Estos dones tendrán por vos divinos!
—338→
¡Santa, sábia, graciosa, honesta, y bella,
Ilustre y hermosísima MARIA,
De aqueste tempestuoso mar estrella  475
En la dulce region de la alegria,
Vos nos llevad con vuestra gracia á ella,
Siéndonos norte de infalible guia
La invocacion de este retrato vuestro,
Inmenso bien, de vuestra mano, nuestro!  480
Vuestra bendita imagen, colocada
Con tal favor de esa divina mano,
En esta excelsa sierra dedicada
A ser del cielo ya camino llano,
Con viva fe y espíritu invocada  485
En las miserias del linage humano,
Será el refugio suyo, y el gobierno,
El gozo temporal, y el bien eterno.
Ea pues, no haya alguno que no sea
Devoto de esta imagen sumamente,  490
Desta sagrada imagen, por quien crea
Tener favor del alto omnipotente,
Tal, que en esta mortal fiera pelea,
Que perpétua en el mundo el hombre siente,
Ganará al enemigo la victoria,  495
Y triunfo alcanzará de eterna gloria.
Aquí dió fin el santo religioso
Al sermon santamente predicado,
Y al Conde y á su pueblo venturoso
Dexó en amor santísimo abrasado:  500
El qual consoladísimo y gozoso,
El tiempo de partirse ya llegado,
Se despidió con tierno sentimiento
Del templo, y de su hija, y del convento.
—339→
Garin tambien, y en la bendita sierra  505
Volvió á tomar su solitaria estancia,
Y la señora á quien el claustro encierra
Quedó con las demás en su observancia;
Y aquella sacra imagen que en la tierra
Para el favor del cielo y su importancia  510
Nos es tesoro de tan gran quilate,
Así convierte en cielo á Monserrate.




 
 
FIN