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El pretendiente al revés

Tirso de Molina



PERSONAS
 

 
EL DUQUE DE BRETAÑA.
LEONORA,   duquesa de Bretaña.
ENRIQUE,   duque de Borgoña.
SIRENA,   dama.
CARLOS,   caballero.
FLORO,   caballero.
LUDOVICO,   caballero.
GUARGUEROS,   sacristán.
NISO,   barbero.
CORBATO,   alcalde, pastor viejo.
CARMENIO,   pastor.
PEINADO,   pastor.
TIRSO,   pastor.
CELAURO,   pastor.
MENGO,   pastor.
CLORI,   pastor.
FENISA,   pastor.
TORILDA,   pastor.
Dos pajes.
Una dama.
Pastores.
 

La escena es en Nantes y sus cercanías.

 




ArribaAbajoActo I

 

Plaza delante del palacio de SIRENA, en un pueblo a seis millas de Nantes.

 

Escena I

 

CARMENIO, CELAURO y TORILDA, cantando y bailando, y TIRSO con ellos; Pastores.

 
 

Cantan TODOS.

 
«Buenas eran las azucenas;
mas las clavellinas eran más buenas.»
UNO
«Si las rosas eran lindas,
lindas son las maravillas,
mejores las clavellinas, 5
olorosas las mosquetas.»
TODOS
«Buenas eran las azucenas;
mas las clavellinas eran más buenas.»
UNO
«Verde estaba el toronjil,
el mastuerzo y perejil, 10
y más verde por abril
el poleo y la verbena.»
TODOS
«Buenas eran las azucenas,
mas las clavellinas eran más buenas.»
CARMENIO
¿Venimos tarde o temprano? 15
CELAURO
Buena hora pienso que es;
que agora raya las tres
del reloj del sol la mano,
y el cura hisopaba ya,
señal que acabado había 20
las vísperas.
TORILDA
¡Lindo día!
TIRSO
Es San Juan: ¿qué no tendrá?
Poca gente ha de venir
hoy al baile.
TORILDA
Han madrugado,
y estará el pueblo cansado, 25
sin hartarse de dormir;
que las tardes de San Juan
siempre son tan dormidoras,
como son madrugadoras
las mañanas.
CELAURO
Acá están
30
con tal silencio en palacio,
que nadie nos ha sentido.
CARMENIO
Habrán a las dos comido,
y descansarán despacio.
TIRSO
Mal hemos hecho en armar 35
hoy el baile acostumbrado,
que es, en fin, día cansado.
CARMENIO
¡Bueno es eso! Por bailar
no comerá una mujer
ni dormirá en todo un año. 40
TORILDA
Claro está; de cualquier daño
la culpa hemos de tener.
CARMENIO
¿Si saldrá a vernos Sirena,
como acostumbra?
CELAURO
¿Pues no?
¿Cuándo de alegrar dejó 45
nuestra fiesta, estando buena?
TIRSO
Para ser tan prencipal,
y, en fin, dueño del aldea,
su conversación recrea
desde la seda al sayal. 50
¿Hay señora más afable?
CARMENIO
Muestra al menos que es posible
ser grave y ser apacible,
ser ilustre y conversable.
CELAURO
Pardiez, ella es buena moza. 55
¡Venturoso el desposado
que ha de comer tal bocado!
TIRSO
Poco el amor la retoza.
No se casará tan presto;
que en fe de su libertad, 60
ha dejado la ciudad,
y en el ejercicio honesto
desta aldea, gozar deja
sin sospechas su edad verde.
CARMENIO
El tiempo que agora pierde, 65
llorará cuando sea vieja.
Pero volved a cantar,
porque si duerme la siesta,
despierte, y salga a la fiesta;
que es ya hora de bailar. 70

 (Cantan.) 

«Buenas eran las azucenas,
mas las clavellinas eran más buenas.»


Escena II

 

SIRENA. -Dichos.

 
SIRENA
Tan buena es vuesa venida
como la música es buena.
TIRSO
A ser la vuesa, Sirena, 75
pudiera ser que dormida
la gente, se descuidara
de los alegres extremos
que el día de fiesta hacemos
en vuestra casa, y tardara 80
de venir al baile.
SIRENA
¡Bueno!
Eso es decir que he dormido
mucho, y que tarde he salido.
CELAURO
Por San Juan, el campo ameno
dilata a la tarde el sueño 85
que por la mañana agrada;
pero no valemos nada
sin vos, que sois nueso dueño,
y llama el amor tardanza
a lo que no es dilación. 90
SIRENA
Merécelo mi afición.


Escena III

 

NISO, CLORI. -Dichos.

 
NISO
Por adonde va la danza
iba el otro pescudando
el Corpus, después que había
día y medio que dormía; 95
y yo le voy imitando,
porque si no me despierta
Clori, hoy se hace sin mí
la fiesta.
CARMENIO
Sentaos aquí,
Niso, mientras se concierta 100
el baile.
CELAURO
Presto los dos
os pareáis.
CARMENIO
Siempre quiero
tener contento al barbero;
como lo sois, Niso, vos,
gusto andar a vueso lado, 105
y contentaros codicio.
NISO
¿Por barbero?
CARMENIO
Es vueso oficio
peligroso y delicado.
Anda puesta en vuesa mano
la vida, y si se os encaja, 110
al tumbo de una navaja
podéis tumbar un cristiano.
NISO
Y aun por aquesa razón
Dionisio, que no fiaba
de barberos, se quemaba 115
la barba con un tizón
a un espejo, pelo a pelo.
CELAURO
Ese lo más tenía andado
para puerco chamuscado.
NISO
¡Ved lo que puede un recelo! 120
TORILDA
¡Y lo que un barbero sabe!
No dejará de encajar
su historia en cada lugar,
por cuanto hay.
CLORI
Cuando se alabe
de leído, hacello pudo; 125
que no es mucho, quien intenta
aguzar siempre herramienta,
que de aguzar quede agudo.
TIRSO
Si el discreto, en cualquier parte,
dicen que parte un cabello, 130
¿qué mucho que venga a sello
quien tantos cabellos parte?
TORILDA
Todo barbero es picudo.
CELAURO
Unos imposibles vi
ayer, y entre ellos leí 135
pedir un barbero mudo.
NISO
No hablo mucho, pues consiento,
callando, tanto picón.
SIRENA
Niso ha tenido razón;
déjenle, y muden de intento. 140


Escena IV

 

CORBATO, FENISA. -Dichos.

 
CORBATO
Salve y guarde.
SIRENA
Bien venido,
alcalde. ¿Cómo tan tarde?
CORBATO
¡Oh señora! Dios la guarde,
y dé un famoso marido.
Pardiez, que hemos arrendado 145
unos prados del concejo;
pujolos Antón Bermejo,
y picose Bras Delgado.
Volvió a pujallos más;
y emberrinchándose Antón, 150
pegoles otro empujón;
pujó cuatro reales Bras;
y a tal la puja los trujo,
que aunque los llevó Delgado,
creo, según han pujado, 155
que quedan ambos con pujo.
TIRSO
No ha gastado el tiempo en balde.
CLORI
Ni se ha empezado a bailar.
SIRENA
Denle al alcalde lugar.
CELAURO
Asiéntese aquí el alcalde. 160
SIRENA
Fenisa.
FENISA
¡Señora mía!
SIRENA
Triste venís: ¿qué tenéis?
FENISA
Porque la fiesta no agüéis
ni el baile de aqueste día,
aunque me afrija y me aburra, 165
no he de decir lo que ha habido.
SIRENA
Por amor de mí, ¿qué ha sido?
FENISA
Movió habrá un hora mi barra:
ya su merced la conoce,
la mohína...
SIRENA
Bien está.
170
FENISA
Que cuando al molino va,
no hay burro que no retoce.
Unos dicen que de ojo,
porque era linda criatura;
pero yo me atengo al cura, 175
que dice que fue de antojo.
SIRENA
¿De antojo?
FENISA
Como lo pinto.
SIRENA
¿Y fue el antojo?
FENISA
Creo yo,
que porque almorzar me vio
dos sopas en vino tinto, 180
porque rebuznó al momento,
y sé yo que come bien
sopas en vino también;
ella, en fin, movió un jumento,
con su cola y con hocico, 185
tan acomodado y bello,
que si se lo cuelga al cuello
su merced, no habrá borrico
que tras ella no se vaya.
SIRENA
El presente es de estimar. 190
FENISA
Hoy juré de no bailar.
SIRENA
Jura mala en piedra caya.
FENISA
Y más en tocando Gil;
que si va a decir verdá,
a cada golpe que da, 195
me retoza el tamboril.


Escena V

 

GUARGUEROS. -Dichos.

 
GUARGUEROS
¿La fiesta se hace sin mí?
CORBATO
¿Qué fiesta hay sin sacristán?
SIRENA
Y más fiesta de San Juan.
GUARGUEROS
¡Oh señora! ¿Vos aquí? 200
Los cielos salud os den,
larga vida, honra y provecho,
y un esposo hecho y derecho,
per omnia saecula, amen.
SIRENA
Dios os dé lo que deseáis, 205
Guargueros.
FENISA
Serán entierros.
TIRSO
Aqueso no, doyle a perros.
GUARGUEROS
A lo menos que paráis
de dos en dos los infantes
las mujeres desta aldea 210
el sacristán os desea,
y os caséis antes con antes,
que es desearos lo mismo;
porque no hay melancolía
ni pariente pobre el día 215
que es de boda o de bautismo.
NISO
¿Qué hay de bodigos, Guargueros?
GUARGUEROS
Buena ha estado el pie de altar.
SIRENA
¿Qué hace el cura?
GUARGUEROS
Repasar
antífonas y dineros, 220
con unos antojos viejos
y un sombrero con más grasa
que el arroz que hacéis en casa.
Ha dado en criar conejos,
y va a vellos al corral, 225
donde tal vez, si se enoja,
el báculo les arroja;
y al que alcanza por su mal,
le sentencia al asador
y a un salmorejo que el ama 230
hace, con que la sed brama,
hasta que aplaque el calor
un sabroso ojo de gallo,
que saltando con pies rojos,
se quiere entrar por los ojos. 235
CARMENIO
¡Qué bien sabéis alaballo!
GUARGUEROS
Harto mejor sé bebello.
CELAURO
¡Linda vida rompe un cura!
GUARGUEROS
Es regalada y segura;
no me muera yo hasta sello. 240
NISO
¿Hemos de jugar un rato?
GUARGUEROS
Ajedrez no, damas sí.
NISO
Vaya, pues, sentaos aquí.
TORILDA
Juego donde no hay barato,
no es bueno.
NISO
Venga el tablero.
245
SIRENA
¡Qué ordinario es cada vez
jugar damas o ajedrez
un sacristán y un barbero!
GUARGUEROS
Un peón me habéis de dar,
y tablas.
NISO
Aqueso no,
250
media pieza os daré yo.
GUARGUEROS
Las tablas quiero soltar,
y dadme la pieza entera.
NISO
Vaya, no os quejéis de mí.
CORBATO
¿Qué hacéis los demás aquí? 255
Echemos el pesar fuera.
¿Hay naipes?
CELAURO
Donde yo estoy,
¿pueden faltar?
CARMENIO
Claro es.
CORBATO
Juguemos los cuatro, pues.
TIRSO
¿Qué juego?
CORBATO
Flor, o rentoy.
260
CELAURO
Va al rentoy: tended la capa.
CARMENIO
Dos contra dos.
CORBATO
Claro está.
CELAURO
Carmenio, pasaos acá.
TIRSO
¿Juega bien?
CELAURO
Mejor quel Papa.
 

(Juegan a las damas GUARGUEROS y NISO, y sobre una capa en el suelo CORBATO, CELAURO, CARMENIO y TIRSO; y a otra parte, al rededor de SIRENA, que está en una silla, sentadas en el suelo, parlan TORILDA, CLORI y FENISA.)

 
SIRENA
Clori, ¿cómo va de tela? 265
CLORI
Ya está empezada a tejer.
SIRENA
¿Es delgada?
CLORI
¿Qué ha de ser?
¿Si como murió mi abuela,
no me ha vagado el hilar?
Y así saldrá poca y gruesa. 270
SIRENA
De vuestros males me pesa.-
¿Está bueno el palomar,
Fenisa?
FENISA
Hay poca alcarceña,
y culebras y estorninos
me comen los palominos. 275
SIRENA
¿Qué, no hay ganancia?
FENISA
Pequeña.
NISO
Coma vuesarcé esa dama,
comerele cuatro yo.
GUARGUEROS
Par Dios que me la pegó.
SIRENA
¿Y el niño, Torilda?
TORILDA
A un ama
280
le he dado, señora mía;
que yo crío al de un marqués.
SIRENA
Mal hacéis.
TORILDA
El interés,
y el dar leche a un señoría
de quien espero favor, 285
hace que a mi hijo olvide.
SIRENA
No es madre aquella que impide
con interés el amor.
Clori, ¿tenéis muchos gansos?
CLORI
Gansos y pavos, señora, 290
he dado en criar agora.
SIRENA
Provechosos son y mansos.
¿Qué tantos tendréis?
CLORI
Tendré
como obra de dos docenas.
CORBATO
Rentoy.
CELAURO
¿Tenéis cartas buenas?
295
CARMENIO
Así, así.
CORBATO
Rentoy.
CARMENIO
¿Querré?
CELAURO
Sí.
CARMENIO
Pues quiérole...
CORBATO
Perder.
CELAURO
La malilla.
CORBATO
Rendivuy.
CARMENIO
Non rendire, permanfuy;
que aún otro juego ha de haber. 300


Escena VI

 

CARLOS. -Dichos.

 
CARLOS

  (Dentro.) 

Tené este estribo.
SIRENA
Este es
Carlos.
FENISA
Ya yo me espantaba
que nuestra fiesta olvidaba.
 

(Sale CARLOS, y levántanse todos.)

 
CELAURO
Quédese para después
el juego.
CARLOS
¡Prima, Sirena!
305
SIRENA
Ya yo, Carlos, os quería
acusar la rebeldía.
CARLOS
Sin culpa fuera esa pena.
SIRENA
¿Sin culpa, día de San Juan,
y mi primo estar sin ver 310
a quien por sola y mujer,
los que en este pueblo están
vienen a hacer compañía?
CARLOS
Unas cartas de importancia
que he despachado al de Francia, 315
envidiosas, prima mía,
del gusto que tengo en veros,
el tiempo me han ocupado.
¡Oh Tirso, oh alcalde honrado,
Niso, Carmenio, Guargueros, 320
Clori, Torilda, Fenisa!
Donde vosotros estáis,
¿qué falta en mi ausencia halláis?
CORBATO
Por Dios que es cosa de risa
la fiesta y conversación 325
do no está su señoría.
FENISA
Sin él la mejor es fría.
CARLOS
Todo es pagar mi afición.
Ea, vuélvanse a poner
los bolos en su lugar; 330
volveos todos a sentar,
a jugar y entretener.
 

(Se vuelven a sentar como estaban primero, menos las pastoras, que se apartan de SIRENA, la cual habla con CARLOS, silla a silla.)

 
TIRSO
Pardiez, pues nos da licencia,
que hemos de acabar un juego.
CARLOS
Jugad, y báilese luego. 335
GUARGUEROS
Yo he perdido la paciencia,
y he de ver si aquesta vez
la desquito.
CARLOS
¿Qué es, Guargueros?
¿Habéis menester dineros?
GUARGUEROS
Pocos gasta el ajedrez; 340
mas se juega por la honrilla.
Yo agradezco la merced.
NISO
Entable vuesa merced.
CARMENIO
Siempre os entra la malilla.
GUARGUEROS
Yo abriré el ojo, de suerte 345
que no me sopléis más pieza.
CARLOS
Mi bien, sin vuestra belleza,
todo es pena, todo es muerte.
Sola una legua que dista
mi castillo de Peñalba 350
de este lugar, donde el alba
amanece en vuestra vista;
cuando os vengo a ver, se me hace
una peregrinación
prolija: la dilación 355
que del no gozaros nace,
con pinceles del deseo
pinta en lienzos del temor
lejos y sombras de amor,
que en cortas distancias veo. 360
SIRENA
No son, mi esposo, diversos
los pensamientos prolijos,
del amor que os tengo, hijos.
¡Qué de lisonjas y versos
digo al sol porque se vaya, 365
y en la noche su luz borre,
dándole porque no corre,
para que se corra, vaya!
¡Qué de veces que le riño,
porque contra mi consejo, 370
madrugando como viejo,
nace y llora como niño!
Suelo decirle que guarde
en su autoridad la ley,
pues es de los cielos rey, 375
y el rey se levanta tarde.
Que de su poco amor pienso
que es mentira lo que dél
publica Dafne en laurel,
como Leucóthoe en incienso, 380
y que si a Clicie quisiera,
y su amor no le enfadara,
de madrugar se cansara
y en sus brazos se durmiera.
En fin, porque salga menos, 385
le ruego que a los caballos
les hurte al aparejallos,
Mercurio sillas y frenos;
y todo es por el deseo
que con la noche cumplís, 390
esposo, cuando venís,
y en vuestros brazos poseo
gustos que el temor limita,
y el sol, de envidioso, loco,
para que los goce poco, 395
madrugando me los quita.
CARLOS
Ya, Sirena de mis ojos,
que el Duque se ha desposado,
y mudando de cuidado
muda mis penas y enojos; 400
sin el peligro y temor
que hizo mudo al secreto,
tendrá el esperado efeto
nuestro venturoso amor.
Un año ha que a vuestro llanto 405
pone fin y a mi fatiga,
la noche, discreta amiga,
pues calla y encubre tanto,
sin que hayamos parte dado,
por lo que el peligro enseña, 410
ni vos a doncella o dueña,
ni yo a amigo o criado.
Las fuentes de aquel jardín
son solas las que aseguran
nuestro amor, que aunque murmuran, 415
es entre dientes al fin.
Ellas saben solamente
el temor que, en perseguiros
el Duque, dio a mis suspiros
otra más copiosa fuente. 420
¡Qué de veces les di cuenta
de los celos y temor
con que mi competidor
nuestros amores violenta;
y pidiéndoles consejo, 425
como si pudieran dalle,
hice alarde de mi talle,
siendo sus vidros mi espejo;
porque advirtiendo mis faltas,
pudiese conjeturar 430
qué partes podía envidiar,
en él, más perfetas y altas!
Y aunque os parezca arrogancia,
más de una vez al mirarme,
dije: «¿Quién puede igualarme 435
en cuerpo e ingenio en Francia?»
Y si el temor no me engaña,
más de dos me pareció
que el agua me respondió:
«¿Quién? El duque de Bretaña». 440
De aquesta suerte he pasado
un año, Sirena mía,
siempre aguando mi alegría
el temor desconfiado,
hasta que cansado ya 445
de cansaros, se casó
el Duque, y alientos dio
a mi esperanza, que está
lozana, alegre y gozosa;
pues sin estorbo, Sirena, 450
os llamará a boca llena
y no con temor, esposa.
SIRENA
¡Qué largo se me ha de hacer,
por corto que sea, ese plazo!
NISO
Soplo aquesta.
GUARGUEROS
Soy un mazo.
455
CELAURO
Rentoy.
CORBATO
Hele de querer.
GUARGUEROS
Fablas son: ¿qué hay que esperar?
La calle tengo de en medio
y una dama: ¿qué remedio?
NISO
Juegue, y comience a contar 460
las tretas; que tengo yo
tres damas, y la forzosa
verá a seis tretas.
GUARGUEROS
¡Donosa
flema!
CORBATO
Gran juego ganó.
FENISA
Torilda, daca el pandero, 465
que los quiero despertar,
si es que habemos de bailar.
TORILDA
Saca al sacristán primero.
 

(Levántase FENISA, y cantando al son del pandero, saca a GUARGUEROS.)

 
FENISA
«¡Ah mi señor Guargueros! Salga y baile.»
GUARGUEROS

 (Responde sentado, cantando al son de una pieza con que toca el tablero.) 

«Por vida de Guargueros, que tal no baile.» 470
TODOS
Salga al baile, salga al baile.
GUARGUEROS
En entablando otro juego.
CORBATO
No, Guargueros, salí luego.
GUARGUEROS
No haré, por vida del fraile.
FENISA

 (Cantando.) 

«¡Ah mi señor Guargueros, cuerpo garrido! 475
Deje el juego, pues al baile le convido.»
GUARGUEROS
«No puedo, porque he perdido cuatro reales.»
FENISA
«¡Ah mi Guargueros! Salga y baile.»
GUARGUEROS
«Que por vida de Guarguerico, que tal no baile.»


Escena VII

 

El DUQUE, FLORO. -Dichos.

 
DUQUE

 (Dentro.) 

Avisad a la Marquesa. 480
SIRENA
O mi sospecha me engaña,
o es el duque de Bretaña.
CARLOS
¡Apenas un temor cesa,
cuando entran en su lugar
sin número los recelos! 485
¡Oh cadenas de los celos,
que os habéis de eslabonar!
SIRENA
Mi bien, tu esposa soy, deja
el temor.
CARLOS
Soy desdichado,
mozo el Duque, enamorado, 490
tú mujer: justa mi queja;
¿qué he de hacer sino morir?
SIRENA
Sufre y calla, si eres cuerdo.
CARLOS
Hoy, Sirena, el seso pierdo,
¿y he de callar y sufrir? 495
 

(Salen el DUQUE y FLORO.)

 
DUQUE
Ya que a darme no habéis ido
los parabienes, Sirena,
si es bien dallos a la pena
que en vuestra ausencia he tenido,
y por verme con estado 500
y esposa no os conformáis
con los demás, y os holgáis
(que sí haréis) que haya cuidado
que a mi amor pueda obligalle
a que de vos se divierta; 505
porque advirtáis que no es cierta
vuestra sospecha, a Belvalle
vengo a veros, y podré
daros con más fundamento
de mi nuevo casamiento 510
el parabién, pues que fue
para bien vuestro el casarme,
conforme vuestra opinión,
que con tan poca afición
obligó a desesperarme. 515

 (Aparte. 

Y para mal de mi amor,
que siendo en mí más terrible,
halla el remedio imposible
cuando su fuego es mayor.)
SIRENA
Vueselencia, pues es sabio, 520
en mí podrá disculpar
el no habelle ido a dar
parabienes, pues no agravio
la obligación que confieso,
si mi impedimento ha sido 525
estar sin padre y marido.
DUQUE
Yo, sin esperanza y seso.
SIRENA
Goce un siglo prolongado
de la duquesa Leonora
la gracia que en ella mora 530
vueselencia, y noble estado;
que de su buena elección
ha llegado acá la fama.
De muy discreta y muy dama
tiene en Bretaña opinión; 535
y, según esto, mal hace
en dejar Vuestra Excelencia,
por venir acá, presencia
de quien tanto valor nace;
pues siendo ya prenda suya, 540
justamente pedirá,
si en nuestro poder está,
que yo se la restituya.
DUQUE
Siempre vos, bella Sirena,
dando a mis tormentos copia, 545
por no tenerme por propia,
me llamastes prenda ajena.
¡Oh Carlos! ¿Acá estáis vos?
CARLOS
Parentesco y vecindad
en aquesta soledad, 550
señor, nos junta a los dos.
El ver tan sola a mi prima
me obliga a mirar por ella.
DUQUE
Yo no solo vengo a vella,
sino por lo que la estima 555
mi persona: ya que tengo
estado, en razón juzgué
que a Sirena se le dé.
Por esto a Belvalle vengo,
pues cuando el Marqués murió 560
su padre dejole al mío
encargado lo que fío
sabré por él cumplir yo.
No está Sirena aquí bien,
sujeta a agravios y enojos; 565
mientras que pongo los ojos
y la voluntad en quien
la merezca, me parece
que en la Duquesa hallará
más recreo, y la tendrá 570
en el lugar que merece.
Ella lo desea mucho,
y os está bien a los dos.
CARLOS

 (Aparte.) 

¿Estáis contento, Amor dios?
¡Con qué de sospechas lucho! 575
Apenas he visto el puerto,
cuando me vuelvo a engolfar.
Si de celos es el mar,
y hay tormenta, yo soy muerto.
DUQUE
Que siga mi corte quiero 580
Carlos también; que se queja
porque de alegralla deja
tan notable caballero.
CARLOS
Beso tus pies. Siempre huyo
la corte y su confusión. 585
DUQUE
No hacéis bien, porque es razón
darle al tiempo lo que es suyo.
A una vejez jubilada
le está bien tanta quietud,
no a la noble juventud, 590
por cortesana estimada.
El ver allá a vuestra prima,
pues la tenéis en lugar
de hermana, os ha de obligar.
CARLOS
Y el hacer yo justa estima 595
de lo que vos, gran señor,
mandáis.
DUQUE
Para entreteneros
entre mozos caballeros,
sois mi cazador mayor.
CARLOS
Honrándome de esta traza 600
pondré a Peñalba en olvido.

 (Aparte. 

Cazador soy: si has venido,
Duque, a espantarme la caza,
no harás presa en el amor
que en ofensa mía deseas, 605
pues por cazador que seas,
soy yo cazador mayor.)
DUQUE
¿Qué me respondéis, señora,
a lo que he determinado?
SIRENA
Puesto me habéis en cuidado: 610
no sé lo que os diga agora,
sino agradecer la estima,
gran señor, que de mí hacéis.
DUQUE
Ya, Carlos, la razón veis
que hay para estar vuestra prima 615
en más decente lugar,
y la voluntad que os muestro.
Hoy he de ser huésped vuestro;
mañana os he de llevar
a la corte; la Duquesa 620
lo quiere, Sirena, así.
SIRENA
Quisiera tener aquí,
por lo mucho que interesa
con tal huésped esta casa,
lo que en vuestra corte sobra; 625
pero siempre el deudor cobra
mal de hacienda que es escasa.

 (Aparte. 

¡Ay, Carlos, y cómo siento,
lo que aquí sintiendo estás!)
CARLOS

 (Aparte.) 

A mi enemigo, amor, das, 630
cruel, casa de aposento;
la sospecha que me abrasa,
hoy de mi honor me ha de hacer
perro; ladrar y morder
sabré por guardar la casa. 635
FENISA
En fin, ¿el baile se queda...?
CORBATO
Está el lugar enducado;
todo con velle ha cesado.
CLORI
¡Mal haya el oro y la seda
que así entristece el sayal! 640
SIRENA
Vueselencia, gran señor,
entre en su casa.
TIRSO
Mijor
será echar a fuera el mal.
Cantemos.
DUQUE
Id vos delante;
pues sois luz, Sirena bella, 645
alumbrareisnos con ella.
GUARGUEROS
¡Bravo dicho!
NISO
Es estudiante.
CARLOS

 (Aparte.) 

Vivid alerta, mi honor;
no sufráis que en la Marquesa
haga la deshonra presa, 650
pues sois cazador mayor.

  (Cantan.) 

«Buenas eran las azucenas;
mas las clavellinas eran más buenas.»

  (Vanse.) 



Escena VIII

 

Salón del palacio del DUQUE en Nantes.

 
 

LEONORA, LUDOVICO; un paje y una dama, retirados.

 
LEONORA
¿Tan presto el Duque me engaña?
LUDOVICO
La primera voluntad 655
es la que siempre acompaña
al alma.
LEONORA
Si eso es la verdad,
¿para qué vine a Bretaña?
Mejor me estaba en Borgoña.
LUDOVICO
No es mucho que sintáis tanto 660
los celos, que sois bisoña,
y suele aplacar el llanto
la fuerza de su ponzoña.
Es la marquesa Sirena
mujer de tanto valor, 665
que os puede aplacar la pena,
y agora mucho mejor
que es el Duque prenda ajena;
pues cuando libre no pudo
ser bastante la promesa 670
del santo y conyugal nudo,
ni el esperar ser duquesa
de Bretaña, a que el desnudo
amor del Duque encender
pudiese en su pecho llama; 675
ya menos ha de querer
admitir nombre de dama
quien no admitió el de mujer.
LEONORA
No sé en eso el natural
de su voluntad incierta. 680
Una mujer principal
sé yo que tuvo una huerta,
y en ella un bello peral
cuya fruta apetecida
hasta del mismo rey era, 685
sin que a ella en toda la vida
se le antojase una pera,
ni preñada ni parida.
Las puertas le desquiciaban
de noche, y por ir a hurtar 690
la fruta, le desgajaban
el pobre árbol, que a guardar
los de casa no bastaban;
y viendo que cerca y puerta
eran flaco impedimento 695
para no tenella abierta
de noche al atrevimiento,
vendió a un vecino la huerta.
Luego, pues que la vio ajena,
la que peras no comía, 700
tuvo por peras tal pena,
que en su mesa cada día
eran su comida y cena.
Ved si con ejemplo igual
en Sirena podrá hacer 705
la privación otro tal,
siendo en el gusto mujer,
y viendo ajeno el peral.
LUDOVICO
Mientras que fuere rogada,
no os tengáis por ofendida, 710
porque la más recatada
se enamora aborrecida,
y aborrece recuestada.
LEONORA
Ludovico, esa ignorancia
no es de vuestra discreción: 715
¿Qué Sagunto o qué Numancia
no conquistó la ocasión,
y más con perseverancia?
Vence el amor que porfía,
y el oro todo lo merca; 720
y aun por aqueso quería,
para gozarla más cerca,
tenerla en mi compañía.
LUDOVICO
¿Eso, señora, os pidió?
LEONORA
Dice que la tiene a cargo, 725
porque se la encomendó
con un discurso muy largo
su padre cuando murió:
y que por esta ocasión,
y porque yo me entretenga, 730
y goce su discreción,
gusta que a la corte venga.
¡Ved lo que los hombres son!
LUDOVICO
Eso os está bien, señora;
porque si tenéis en casa 735
a vuestra competidora,
podréis saber lo que pasa,
y ser vos su guardadora.
Sed espía y centinela;
Sirena en palacio esté; 740
que amor que sospecha y vela,
menos siente el mal que ve,
que el que dudoso recela.
LEONORA
Ese es consejo extremado;
en seguille me he resuelto; 745
que un contrario declarado
más mal hace estando suelto,
que no cautivo y atado.
Vamos atajando engaños
a costa de mis desvelos; 750
que al fin viendo yo mis daños,
por no llorar entre celos,
lloraré entre desengaños.
¿Cuánto está de aquí el lugar
adonde vive esa dama? 755
LUDOVICO
Seis millas debe de estar
de aquí.
LEONORA
¿Belvalle se llama?
LUDOVICO
Bello se puede llamar
porque es bella recreación.
LEONORA

 (Al paje.) 

¡Hola! Aderezadme un coche. 760
 

(Vase el paje.)

 
LUDOVICO
¿Qué es, señora, tu intención?
LEONORA
Traella a casa esta noche;
que daña la dilación.
Yo sé que el Duque está allá;
si es tan cerca, yendo, impido 765
lo que amor temiendo está.

 (A la dama.) 

Lorena, dame un vestido
de camino.
 

(Vase la dama.)

 
LUDOVICO
¿No será
justo pensallo mejor?
LEONORA
No, que si no vamos luego 770
dando al remedio calor,
por lo que tiene de fuego
suele apagarse el amor.
 

(Vanse.)

 


Escena IX

 

Calle con vista de la casa de CORBATO. Es de noche.

 
 

CARLOS, vestido de pastor y rebozado.

 
CARLOS
    Un año, cielos, ha, que amor me obliga
a la dicha mayor que darme pudo; 775
que, en fin, de puro dar, anda desnudo,
y por tener que dar, pide y mendiga.
   A Sirena me dio, porque le siga,
en amoroso e indisoluble nudo;
mas con tal condición, que siendo mudo, 780
goce callando: ¡viose tal fatiga!
   Callar y poseer sin competencia,
aunque el bien es mayor comunicado,
posible cosa es, pero terrible;
   mas que tanto aquilaten la paciencia 785
que obliguen, si el honor anda acosado,
a que calle un celoso, es imposible.

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