Escena
I
|
|
ORDOÑO y
MENDO, sentados a la
chimenea, cuyo fuego avivan.
|
MENDO |
Mala noche, amigo
Ordoño. |
|
|
|
|
MENDO |
Para este huracán del
diablo |
|
está el castillo muy
viejo. |
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ORDOÑO |
Las torres se bambolean |
5 |
desde la almena al cimiento. |
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|
|
MENDO |
Al anochecer se hundió |
|
de la muralla un buen lienzo. |
|
¿Bajaste a ver los
escombros? |
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ORDOÑO |
Bajé; y el foso está
lleno: |
10 |
si hay quien pretenda asaltar |
|
el castillo, ¡vive el
Cielo!, |
|
que ya brecha practicable |
|
lluvias le abrieron y vientos. |
|
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|
MENDO |
El foso, por el derribo; |
15 |
la muralla, por el hueco; |
|
esta torre, por las rejas |
|
que suben de trecho en trecho |
|
del zócalo a la
ventana, |
|
y por los monstruos horrendos |
20 |
de piedras que las adornan |
|
cual fantásticos
engendros, |
|
juro que no hay en el valle, |
|
Ordoño, un solo montero |
|
que en cuatro saltos no llegue |
25 |
a este salón. |
|
|
|
MENDO |
De Orgaz el noble castillo |
|
rinde ya su propio peso, |
|
o del aire las injurias, |
|
o las injurias del tiempo. |
30 |
|
|
ORDOÑO |
Mal se apresta a recibir |
|
a su señor y a su
dueño; |
|
mal a la bella condesa, |
|
cuando ante sus plantas fiero, |
|
en vez de tender alfombras, |
35 |
sólo escombros va
tendiendo. |
|
|
|
MENDO |
De la boda bien no auguro. |
|
Pero, en fin..., aviva el
fuego. |
|
(Pausa. Avivan el fuego de la chimenea.)
|
¿Viste la puesta del
sol? |
|
|
|
ORDOÑO |
Toda la tarde allá
dentro |
40 |
pasé arreglando
salones, |
|
que son muchos los viajeros: |
|
Albornoz y doña Laura, |
|
por una parte, y agrego |
|
don Rodrigo y la marquesa; |
45 |
paje, damas, escuderos |
|
además; dueñas sin
duda, |
|
venerables por supuesto, |
|
de las que será el
castillo |
|
quizá el hermano
gemelo, |
50 |
y cuenta que con la gente |
|
menuda yo nunca cuento. |
|
Me hablas de puesta de sol... |
|
¡Soles a mí!...
¡Por los cuernos |
|
de Satán! |
|
|
|
ORDOÑO |
¿Tú la viste? Lo
celebro. |
|
|
|
MENDO |
Desde aquel sitio. |
(Señalando a la
ventana.)
|
|
|
|
MENDO |
Todos los vidrios abiertos, |
|
y allá el ocaso, y el
sol |
|
en negras nubes envuelto. |
60 |
De repente un rojo rayo |
|
las rasgó como un
acero, |
|
y vino a dar en la frente |
|
de aquel retrato, de lleno. |
|
|
|
ORDOÑO |
(Volviéndose sin levantarse
tal taburete y mirando el retrato de DON JUAN.)
|
Albornoz veinte años ha |
65 |
era un hermoso mancebo. |
|
|
|
MENDO |
Hermoso, tienes razón; |
|
pero algo triste y siniestro |
|
vi en ese rostro al herirle |
|
del sol el postrer reflejo. |
70 |
Y no es esto sólo. |
|
|
|
MENDO |
La vista bajé al
momento, |
|
y vi del bosque salir, |
|
montado en un potro negro |
|
en blanca espuma
bañado, |
75 |
a todo escape un mancebo, |
|
como ese retrato hermoso, |
|
como el retrato siniestro, |
|
el sol también en su
frente, |
|
flotando al aire el cabello. |
80 |
¿Fue ilusión? Yo no
lo sé, |
|
pero ¡era igual al del
lienzo! |
|
Sólo que estaba tan
pálido, |
|
que con ser humano el cuerpo, |
|
y aquello un cuadro no
más, |
85 |
creyeran todos, al verlos, |
|
vivo al de aquella pintura |
|
y al del negro potro muerto. |
|
Miró al castillo un
instante; |
|
hundió sus dos manos
luego |
90 |
en la revuelta melena; |
|
los acicates sangrientos |
|
en los ijares del bruto |
|
clavó, al bruto
revolviendo, |
|
y se alejó del castillo |
95 |
mesándose los cabellos. |
|
Hundióse el sol en
ocaso, |
|
en sombras quedó ese
lienzo, |
|
y entre las sombras del bosque |
|
perdióse el del potro
negro. |
100 |
|
|
ORDOÑO |
Mal presagio, si es verdad |
|
que ya rondan caballeros, |
|
castillo que tan mal puede |
|
guardar, por ruinoso y viejo, |
|
hechiceras castellanas |
105 |
de ojos azules o negros. |
|
(Se oye el ruido del puente levadizo.)
|
Pero escucha..., cayó el
puente..., |
|
(Levantándose y
asomándose a la ventana.)
|
pasan muchos..., serán
ellos. |
|
|
|
MENDO |
Vamos allá. |
(Se levanta.)
|
|
|
|
|
Escena
II
|
|
MENDO,
ORDOÑO,
BRÍGIDA y
RAMIRO. Los dos
últimos, por la izquierda, segundo
término.
|
BRÍGIDA |
¡Gracias al Cielo
|
110 |
que llegamos! |
|
|
|
BRÍGIDA |
¡Qué cansada!...
¡Yo me muero! |
|
Ramiro..., dame tu mano..., |
|
ayúdame... Tú eres
bueno..., |
|
(Va caminando apoyándose en
RAMIRO.)
|
dulce..., amable...,
complaciente. |
115 |
Gracias..., gracias... |
(Llega a uno de los taburetes e
intenta sentarse pero no puede conseguirlo por la rigidez de sus
huesos y el dolor del cansancio.)
|
¡Ay, no puedo!
|
|
No te pareces a Nuño... |
|
(Apoyándose en RAMIRO.)
|
Al fin... |
(Mirando a ORDOÑO y a MENDO, después de
sentarse.)
|
¡Hola, aquí
tenemos
|
|
dos hidalgos! Dios os guarde. |
|
|
|
|
BRÍGIDA |
A lo que pienso,
|
120 |
¿sois de la casa del
conde? |
|
|
|
ORDOÑO |
Acertó de medio a medio |
|
la muy venerable dueña. |
|
|
|
BRÍGIDA |
Pues se acerca vuestro
dueño: |
|
conque salid a esperarle. |
125 |
|
|
ORDOÑO |
(Aparte, a MENDO.)
|
Por no ver tal estafermo, |
|
fuera yo a esperar al diablo |
|
a las puertas del infierno. |
|
|
|
|
(Salen ORDOÑO y MENDO por la izquierda, segundo
término.)
|
Escena
III
|
|
BRÍGIDA y
RAMIRO. Este último
hace un movimiento para seguir a los escuderos.
|
BRÍGIDA |
No te vayas, no, Ramiro. |
|
Ven; más cerca. |
|
|
RAMIRO |
(Aparte.)
|
¡Qué tormento!
|
130 |
|
|
BRÍGIDA |
Tras de los hombres de guerra |
|
se va siempre tu deseo. |
|
Aún eres niño. |
|
|
RAMIRO |
No tanto.
|
|
A Nuño, el buen
escudero, |
|
lanza, caballo y espada |
135 |
preguntad cómo manejo. |
|
Preguntad a don Fernando... |
|
|
|
BRÍGIDA |
Fácil es. Si no
sabemos, |
|
dónde está. Tú
ya recuerdas |
|
que el infeliz cayó
enfermo |
140 |
con una fiebre...,
¡qué fiebre! |
|
Que el marqués, terco que
terco, |
|
mientras Fernando luchaba |
|
con la agonía en el
lecho, |
|
de Laura la voluntad |
145 |
torció con mano de
hierro; |
|
y que al fin, esta
mañana, |
|
ella de angustia muriendo |
|
y el de Albornoz de ventura, |
|
se casaron. |
|
|
RAMIRO |
Bien me acuerdo
|
150 |
Pero esta mañana vi |
|
a don Fernando en el templo. |
|
|
|
|
RAMIRO |
Sí, por Dios,
|
|
pero no más que un
momento: |
|
en un pilar apoyado, |
155 |
casi entre sombras envuelto. |
|
La lámpara de la
Virgen, |
|
con resplandores inciertos |
|
a veces iluminaba |
|
aquel rostro triste y bello; |
160 |
y era tal su palidez, |
|
que pensé un instante al
verlo |
|
que estatua de mármol
era |
|
que del funerario lecho |
|
de algún sepulcro se
alzaba |
165 |
para reclamar, siniestro, |
|
al conde su bella esposa, |
|
y a Laura sus juramentos. |
|
Un «sí» se
oyó en el altar, |
|
se oyó un gemido en el
temple, |
170 |
y del pilar en la sombra |
|
desapareció el mancebo. |
|
|
|
BRÍGIDA |
Pues se ignora desde entonces |
|
de Fernando el paradero. |
|
Por eso doña Violante, |
175 |
los amorosos extremos |
|
del desesperado mozo |
|
con mucha razón
temiendo, |
|
acompaña a doña
Laura |
|
a este castillo funesto, |
180 |
a pesar de los pesares |
|
y de sus tristes recuerdos. |
|
¿Por eso digo?
Además, |
|
otras razones sospecho |
|
que debe tener, Ramiro; |
185 |
hace días que yo
observo |
|
que es la marquesa la sombra |
|
de su esposo. |
(Pausa.)
|
Junto al lecho
|
|
de Fernando, Nuño y
ella |
|
con sigilo y con misterio |
190 |
hablaron. Lágrimas
hubo; |
|
a Nuño quiso el mancebo |
|
en un rapto de furor |
|
matar; mas cayó de
nuevo |
|
en el delirio. Ese
Nuño... |
195 |
que habló el marqués
yo recelo...; |
|
aquella carta... |
|
|
|
BRÍGIDA |
¡Miren el mal rapazuelo |
|
y qué curioso! |
|
|
|
BRÍGIDA |
Bien que la calpa me tengo. |
200 |
|
|
|
BRÍGIDA |
¡Digo que calles!
|
|
(Rumor lejano.)
|
Que al fin han llegado creo. |
|
(Escuchando.)
|
Ayúdame a levantar. |
|
(Se levanta.)
|
¡Ay..., que apenas me
sostengo! |
|
|
|
Escena
IV
|
|
DON JUAN,
LAURA, DON RODRIGO, DOÑA VIOLANTE, NUÑO, MENDO, BRÍGIDA y RAMIRO. Los nuevos personajes entran
por la izquierda, segundo término, y se colocan en el orden
siguiente, de izquierda a derecha: DON JUAN y LAURA, DOÑA VIOLANTE y DON RODRIGO, NUÑO y MENDO, BRÍGIDA y RAMIRO; estos últimos, ya junto
a la chimenea. NUÑO
mira al salón con curiosidad; DOÑA VIOLANTE, con espanto; la
actriz interpretará como su talento le inspire esta
situación difícil.
|
DON RODRIGO |
Tú desfalleces,
Violante. |
205 |
|
|
DOÑA VIOLANTE |
Es el cansancio no mas. |
|
(Aparte.)
|
¡Pensé no volver
jamás! |
|
|
|
NUÑO |
(Aparte. Mirando el retrato de
DON
JUAN.)
|
De aquel retrato el
semblante... |
|
|
|
DON JUAN |
(A LAURA.)
|
Voy tu mirada buscando, |
|
y no encuentro tu mirada. |
210 |
|
|
DOÑA LAURA |
Madre..., madre... |
(Como huyendo de DON JUAN y acercándose a
DOÑA
VIOLANTE.)
|
|
|
|
DOÑA LAURA |
(A DOÑA VIOLANTE, en voz
baja.)
|
¿Dónde
está..., dó está Fernando? |
|
|
|
NUÑO |
(A MENDO, en voz baja, señalando
el retrato.)
|
¿Quién es el mancebo
aquel |
|
de hermosa y soberbia faz? |
|
|
|
MENDO |
¿Quién ha de
ser? |
(Aparte.)
|
El de Orgaz
|
215 |
cuando mozo. |
|
|
NUÑO |
(Aparte y con
alegría.)
|
¡Al fin!... Es
él.
|
|
¡Tu instinto,
Nuño! |
(DON JUAN se
aproxima a LAURA y a
DOÑA VIOLANTE, y
los tres quedan a la izquierda. MENDO se acerca a BRÍGIDA y a RAMIRO y forman otro grupo a la
derecha; en el centro quedan DON
RODRIGO y NUÑO.)
|
Señor...
|
|
(A DON RODRIGO.)
|
¡Lo sé todo...,
todo! |
|
|
|
NUÑO |
¡Le encontré!...
¡Por Belcebú! |
|
|
|
DON RODRIGO |
De la vida del traidor |
220 |
yo decidiré más
tarde |
|
como cumpla a mi derecho. |
|
|
|
|
(DON RODRIGO se
separa de NUÑO y se
acerca a DOÑA
VIOLANTE; los dos, DON
JUAN y LAURA,
forman un grupo a la izquierda; siempre a la derecha, BRÍGIDA, MENDO y RAMIRO; NUÑO queda en el
centro.)
|
NUÑO |
(Aparte.)
|
Mientras dormís en el
lecho, |
|
yo castigaré al
cobarde. |
|
|
|
DON RODRIGO |
(En voz alta, dirigiéndose
a LAURA.)
|
Ya mi obligación
cumplí; |
225 |
a noble esposo te doy, |
|
y libre quedo desde hoy |
|
de la palabra que di. |
|
Yo te amparé en tu
orfandad |
|
con mi casa y con mi espada; |
230 |
mas ya cesa de Moncada |
|
la paterna autoridad. |
|
(Dirigiéndose a
DON
JUAN.)
|
La tomasteis por esposa |
|
violentando su deseo; |
|
hoy vuestra esposa la veo; |
235 |
hacedla, conde, dichosa. |
|
Pero tengo corazón, |
|
quiero a esa niña, y si
cesa |
|
autoridad que me pesa, |
|
no cesa mi protección. |
240 |
Una noche os vi asaltar |
|
mi palacio; no os maté, |
|
cual debí, porque
pensé |
|
más justo su honor
salvar. |
|
(Señalando a LAURA.)
|
Quizá fuí con Laura
duro; |
245 |
mas la traigo pura y bella: |
|
no me hagáis volver por
ella, |
|
porque entraré por el
muro. |
|
|
|
DON JUAN |
No ha menester en rigor |
|
abrir al muro portillo. |
250 |
quien ya dentro del castillo |
|
es del castillo señor. |
|
(Inclinándose
cortésmente.)
|
|
|
|
|
|
|
|
DOÑA VIOLANTE |
(Aparte; abrazando a LAURA.)
|
¡Desdichada!
|
|
|
|
|
(DOÑA
VIOLANTE, DON
RODRIGO y DON JUAN
se dirigen hacia la izquierda, primer término. LAURA queda en el
centro.)
|
|
MENDO |
(Señalando la puerta de la
derecha.)
|
Por allí.
|
|
|
|
DON JUAN |
Pronto, Mendo, ve delante. |
|
|
|
DON RODRIGO |
(Despidiéndose.)
|
Albornoz... |
|
|
DON JUAN |
(Saludando.)
|
Doña Violante...
|
|
|
|
|
|
|
(Salen por la izquierda, primer término,
DOÑA VIOLANTE y
DON RODRIGO, y
detrás, NUÑO, precedidos por
MENDO, que, al llamarle
DON JUAN, se separó
de BRÍGIDA y de
RAMIRO y tomó la
luz que había sobre la mesa. Hasta la misma puerta los
acompaña DON JUAN,
y en ella queda hasta que desaparecen. LAURA, en el centro. La escena,
iluminada tan sólo por la lámpara que pende de la
bóveda. BRÍGIDA y RAMIRO salen por la derecha, al mismo
tiempo que DOÑA
VIOLANTE y DON
RODRIGO.)
|
Escena
V
|
|
LAURA y
DON JUAN. DON JUAN, en la puerta de la
izquierda, contemplando a LAURA. Ésta, en el centro, sin
mirarle; DON JUAN se
acerca lentamente.
|
DON JUAN |
Laura, Laura,
¡compasión |
|
en esta implacable lucha; |
|
y aquí en el silencio
escucha |
|
la voz de mi corazón! |
|
(LAURA vuelve la
cabeza y le mira un momento.)
|
Pero hasta haberme escuchado |
265 |
no fijes en mí los
ojos, |
|
no me hables de tus enojos; |
|
recuerdos de lo pasado |
|
de tu espíritu
destierra, |
|
y piensa que nunca fue |
270 |
amada cual yo te amé |
|
mujer alguna en la tierra. |
|
Yo sufro con tu dolor, |
|
yo maldigo mi egoísmo; |
|
mi alma, Lauira; es un abismo, |
275 |
pero un abismo de amor; |
|
¡tan grande, que ya de
todo |
|
me siento por ti capaz! |
|
Vuelva la dicha a tu faz, |
|
y si acaso buscas modo |
280 |
y término a tu sufrir, |
|
pronuncie tu labio puro, |
|
sólo una vez:
«¡Te amo!», y juro |
|
ante tus plantas morir. |
|
Una palabra de amor, |
285 |
una tan sólo, y
después |
|
libre por siempre te ves |
|
de este pobre soñador. |
|
Dime: «¡Te amo!»,
y caigo inerte; |
|
tan sólo una vez:
«¡Te adoro!» |
290 |
¡no es para secar mi
lloro, |
|
es para darme la muerte! |
|
|
|
DOÑA LAURA |
¡Vos morir! No, por mi
vida; |
|
muerte yo sola merezco; |
|
yo, conde, que os pertenezco, |
295 |
y tengo el alma rendida |
|
y rendido el corazón |
|
(escuchad bien) a otro hombre. |
|
Conque, don Juan, no os
asombre |
|
si tras esa confesión |
300 |
necesaria, aunque cruel, |
|
castigo de vos imploro, |
|
por vuestro propio decoro, |
|
para la esposa infiel. |
|
|
|
|
DOÑA LAURA |
Inútil porfía.
|
305 |
Por ventura, ¿he de
engañaros? |
|
¿No debo acaso
mostraros |
|
tal cual es el alma
mía? |
|
|
|
DON JUAN |
¡Basta...,basta..., por
piedad! |
|
|
|
DOÑA LAURA |
Yo cumplo así mi deber. |
310 |
|
|
|
|
|
DOÑA LAURA |
Escuchad.
|
|
(Pequeña pausa.
LAURA se acerca a
DON
JUAN.)
|
Es mi eterna tentación; |
|
ante mí siempre le veo: |
|
ya le finge mi deseo, |
315 |
ya le evoca el corazón. |
|
Y son mis esfuerzos vanos; |
|
en vano mi honor se afana. |
|
¡Qué más!
¡Si aun esta mañana, |
|
enlazadas nuestras manos, |
320 |
(Cogiéndole una mano a
DON JUAN y
acercándose más a él.)
|
postrados ante el altar, |
|
teniendo a mi Dios delante, |
|
vi su pálido semblante |
|
en la sombra de un pilar! |
|
(DON JUAN se
separa de ella, no queriendo oírla; LAURA le sigue con
insistencia.)
|
No basta, no, que sujete |
325 |
al rebelde pensamiento: |
|
las sombras, la luz, el viento |
|
vida le dan. Un jinete |
|
pensé que nos
perseguía |
|
al pasar el bosque ha poco, |
330 |
y era el pensamiento loco |
|
que otra vez me le
fingía. |
|
¿No veis el retrato
allí |
|
(Señalando al
retrato.)
|
de un joven cuya mirada |
|
está en nosotros
clavada? |
335 |
Pues cuando entramos
aquí, |
|
al muro la vista elevo, |
|
algo a mi pesar buscando, |
|
y allí estaba mi
Fernando |
|
(Señalando al
retrato.)
|
en la imagen del mancebo. |
340 |
(De nuevo se separa DON
JUAN; de nuevo le sigue LAURA.)
|
¿Qué más,
conde? (Y observad |
|
a dó llega mi delirio.) |
|
Pintabais vuestro martirio, |
|
de mí implorabais,
piedad |
|
hace poco suplicante; |
345 |
yo alguna vez os miré, |
|
¡oh insensata!, y
encontré |
|
en vuestro propio semblante |
|
(¡se concibe tal
locura!) |
|
y en vuestra propia mirada |
350 |
¡de Fernando reflejada |
|
la varonil hermosura! |
|
¡Por eso hasta el
corazón |
|
alguna vez vuestro acento |
|
penetró; por eso siento |
355 |
por vos, conde,
compasión! |
|
|
|
|
DOÑA LAURA |
Pero no; vana quimera: |
|
la verdad os debo entera. |
|
¡Mi compasión es por
él! |
360 |
¡Por él..., que
doquier contemplo!... |
|
¡Sobre las piedras del
muro!... |
|
¡En vuestro semblante
duro!... |
|
¡En el bosque!... ¡Y en
el templo! |
|
|
|
DON JUAN |
Pues te falta verle...
allí, |
365 |
en la nada sumergido, |
|
de donde sólo ha salido |
|
para atormentarme a mí. |
|
|
|
DOÑA LAURA |
Y a la esposa... ¿Qué
escarmiento?... |
|
|
|
DON JUAN |
Ninguno, porque ¡te
adoro! |
370 |
(Con voz
ahogada.)
|
¿Ves?... ¡Me
escarneces... y aun lloro! |
|
|
|
DOÑA LAURA |
Don Juan, llevadme a un
convento. |
|
(Con dulzura.)
|
¡A un convento, por
piedad.! |
|
|
|
DON JUAN |
¿Perderte?... ¡Vana
porfía; |
|
el mismo Dios te hizo
mía |
375 |
por toda una eternidad! |
|
|
|
|
DON JUAN |
Me has visto gemir
|
|
y llorar y padecer; |
|
pero ¿sabes tú,
mujer, |
|
que resistirme es morir? |
380 |
|
|
DOÑA LAURA |
(Acercándose a DON JUAN.)
|
Eso quiero. |
|
|
DON JUAN |
(Alejándose de
ella.)
|
Vete. No...
|
|
Vete, Laura. |
(Pausa. LAURA,
después de contemplar algunos momentos al CONDE, se dirige lentamente a la
puerta de la derecha. NUÑO sale por la izquierda y
avanza poco a poco, manteniéndose en segundo término.
Al llegar LAURA a la
puerta se vuelve a mirar al CONDE; éste la mira
también, pero sin acercarse.)
|
¿Me amarás?
|
|
(Tendiendo hacia ella los brazos y
con acento de súplica.)
|
|
|
DOÑA LAURA |
¿Amaros, conde?
¡Jamás! |
|
(Sale.)
|
|
|
DON JUAN |
(Con
violencia.)
|
¿Quién puede
impedirlo? |
|
|
|
(DON JUAN se
precipita hacia la puerta por donde salió LAURA; NUÑO le cierra el
paso.)
|
|
Escena
VI
|
|
DON JUAN y
NUÑO.
|
DON JUAN |
Déjeme paso el villano. |
385 |
|
|
|
|
NUÑO |
Pues yo, buen conde,
pensé |
|
que quien partió por su
mano, |
|
armada de duro acero, |
|
de un asalto en la
ocasión |
390 |
y en este mismo salón, |
|
la frente del escudero, |
|
al ver esta roja y ancha |
|
cicatriz, recordaría |
|
aquella deuda, y
querría |
395 |
dar al hidalgo revancha. |
|
|
|
|
(DON JUAN le oye
desde el principio con atención, y ambos se adelantan hasta
colocarse en primer término.)
|
DON JUAN |
¡Aquél!... |
(Con extrañeza y curiosidad
y como procurando recordar.)
|
|
|
|
|
NUÑO |
(Señalando al
retrato.)
|
Preguntad a ese mancebo |
|
y a esta cicatriz que llevo |
|
veinte años, ¡por
Belcebú! |
400 |
|
|
DON JUAN |
(Con
desprecio.)
|
¿Y qué pretendes?
¿Matarme? |
|
|
|
|
DON JUAN |
Estás demente.
|
|
Vete a descansar. |
|
|
NUÑO |
Prudente
|
|
será, don Juan,
escucharme. |
|
|
|
DON JUAN |
(Saca la espada con su vaina del
cinto y la coloca en el trofeo.)
|
Si ésta tu sangre
vertió, |
405 |
fue en lucha franca y leal. |
|
|
|
NUÑO |
Pues en otra lucha igual |
|
vuestra sangre busco yo. |
|
|
|
DON JUAN |
¡Vive el cielo que si
salgo |
|
del torreón a la
explanada...! |
410 |
|
|
|
DON JUAN |
¿Tanto me aborreces? |
(Acercándose a él
con nueva curiosidad.)
|
|
|
|
DON JUAN |
Yo no desciendo hasta ti. |
|
|
|
NUÑO |
Hidalgo soy, buen Orgaz, |
|
y está diciendo mi faz |
415 |
(Señalando la
cicatriz.)
|
que vos pusisteis en
mí, |
|
y donde jamás se
esconde |
|
y es de nobleza destello, |
|
de vuestras armas el sello; |
|
¡conque iguales somos,
conde! |
420 |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
DON JUAN |
Pues, bien, Nuño de
Peralta, |
425 |
nobilísimo escudero: |
|
a este humilde caballero |
|
ya la paciencia le falta, |
|
y aunque tus timbres se
enojen, |
|
si no me dejas pasar, |
430 |
mis hombres voy a llamar |
|
y a ordenarles que te arrojen |
|
por el muro (que gran
maña |
|
tienen para esto mis gentes), |
|
pues con ánimo te
sientes |
435 |
para salir a campaña. |
|
|
|
NUÑO |
Si aquí no me detuviera |
|
la precisa obligación |
|
de dar castigo a un
felón, |
|
por verme bien pronto fuera |
440 |
de este castillo que es llano |
|
a un noble de tal valer |
|
(Señalándole.)
|
deshonrar a una mujer |
|
y temblar ante un anciano, |
|
no desde el muro,
señor, |
445 |
desde la torre más alta |
|
saltara Nuño Peralta |
|
de buen grado y sin temor. |
|
|
|
DON JUAN |
(Acercándose.)
|
¿Qué estás
diciendo? |
|
|
NUÑO |
¿Entendéis
|
|
por fin, conde, que interesa |
450 |
al honor de la marquesa |
|
que al escudero
escuchéis? |
|
|
|
DON JUAN |
Habla claro y diligente: |
|
el de Orgaz te está
escuchando; |
|
y por Dios que va pensando |
455 |
que tal vez será
prudente, |
|
por evitar un desliz |
|
de tu lengua desmenguada, |
|
que renueve con su espada |
|
esa vieja cicatriz. |
460 |
|
|
NUÑO |
¿Habéis de
opinión cambiado? |
|
|
|
|
|
|
NUÑO |
Guardé,
|
|
aunque en mi sangre anegado, |
|
aunque hendida la cabeza, |
465 |
siempre un recuerdo punzante, |
|
y la carta de
Violante |
|
trocó mi duda en
certeza. |
|
|
|
DON JUAN |
(Con nueva
sorpresa.)
|
¿Tú tienes la
carta? |
|
|
NUÑO |
Sí.
|
|
(DON JUAN hace un
movimiento para acercarse a NUÑO; éste le mira
irónicamente.)
|
Pero en sitio bien seguro. |
470 |
Si os doy la muerte, yo juro, |
|
pues que vengar
conseguí |
|
la deshonra de mi
dueño, |
|
la carta al punto rasgar |
|
y vuestra infamia olvidar |
475 |
como se odvida un mal
sueño. |
|
Mas si reñir no os
agrada, |
|
al marqués la carta
doy, |
|
que ha mucho tiempo que soy |
|
escudero de Moncada, |
480 |
y mi señor don Rodrigo |
|
no ha de vivir deshonrado |
|
por ella, por mí
engañado, |
|
y el burlador sin castigo. |
|
Y como este viejo ignora |
485 |
(Golpeándose en el
pecho.)
|
lo que es una felonía |
|
y busca da luz del día, |
|
esto que os repito ahora, |
|
esto a la marquesa dije |
|
y a don Fernando en su lecho. |
490 |
Conque ensanchad vuestro pecho |
|
y ved si por fin elige |
|
ponerse de mí delante, |
|
pero sin más
dilación, |
|
a la vuelta del
torreón, |
495 |
o dar la muerte a Violante. |
|
Escoged pronto, don Juan, |
|
o hago avisar al
marqués. |
|
(Acercándose con
ánimo decidido a la puerta de la
derecha.)
|
|
|
DON JUAN |
¡Calla, insensato!...
¡Después! |
|
|
|
NUÑO |
(Llamando a dicha puerta de la
derecha.)
|
¡Ramiro! |
|
|
|
|
DON JUAN |
(Con ira.)
|
¿Quieres morir?
|
|
|
|
NUÑO |
Nos espera la explanada; |
|
al fin está despejada |
|
la luna. Podemos ir. |
|
|
|
DON JUAN |
Ahora no, Nuño. Más
tarde. |
505 |
|
|
NUÑO |
(Llamando aún en voz
alta.)
|
¡Ramiro! |
|
|
|
NUÑO |
¡Cómo! |
(Acercándose mucho a
DON JUAN y
mirándole fijamente.)
|
¿Dudáis
todavía?
|
|
(Con profundo
desprecio.)
|
¿Os habréis vuelto
cobarde? |
|
|
|
DON JUAN |
(Le coge con violencia por un
brazo y le contempla algunos momentos.)
|
¡Vamos!... |
(Se precipita al trofeo de la
derecha y toma la espada que en él dejó, mas con tal
ira y apresuramiento, que deja caer alguna de las armas al suelo.
Desnuda la espada, arroja la vaina, se acerca a NUÑO le coge por un brazo y le
habla con voz reconcentrada y terrible. A pesar de estas
indicaciones, el actor interpretará la escena precedente
como juzgue oportuno.)
|
¿Y al sentir hundido
|
|
en la garganta este acero, |
510 |
recuerde el necio escudero |
|
que él tan sólo lo ha
querido! |
|
|
|
|
(Se dirigen DON
JUAN y NUÑO
hacia la puerta de la izquierda, segundo término; pero antes
de salir aparece RAMIRO en
la puerta de la derecha, y en ella se detiene, vacilante, como si
no pudiera desprenderse de las sombras del sueño. Al fin,
DON JUAN y NUÑO salen con las espadas
desnudas.)
|
Escena
VIII
|
|
LAURA y
RAMIRO. Sale LAURA por la derecha, segundo
término, vestida de blanco, andando con precaución y
hablando en voz muy baja.
|
DOÑA LAURA |
¡Ramiro!...
¡Ramiro!... |
(Llamándole.)
|
|
|
|
DOÑA LAURA |
¿Has escuchado
|
540 |
hace poco en esta sala |
|
voces... y gritos
extraños..., |
|
ruido de armas al caer |
|
del suelo en el duro
mármol?... |
|
¿O eras por ventura
tú? |
545 |
|
|
RAMIRO |
No en verdad; yo descansando |
|
de las fatigas del viaje |
|
me hallaba, y he despertado |
|
porque tres veces
«¡Ramiro!» |
|
con ronco acento gritaron. |
550 |
Llegué al
salón... |
|
|
|
RAMIRO |
Yo no sé si vi bien
claro... |
|
|
|
DOÑA LAURA |
¿Qué pensaste ver?
¡Concluye! |
|
|
|
RAMIRO |
Dos hombres que espada en mano |
|
caminaban a la par |
555 |
del corredor a lo largo. |
|
|
|
DOÑA LAURA |
¡Dos hombres!...
¿Quiénes? |
(Alarmada.)
|
|
|
|
DOÑA LAURA |
Nadie al castillo ha llegado. |
|
¿No es cierto?... Di... Las
cadenas |
|
del puente no rechinaron. |
560 |
|
|
RAMIRO |
Lo ignoro; ha rato
dormía. |
|
|
|
DOÑA LAURA |
Yo no he dormido: he
llorado..., |
|
y nadie vino. |
|
|
RAMIRO |
¿Quién sabe?
|
|
Uno de los dos...; no trato |
|
de alarmaros; pero creo |
565 |
que era don Juan. |
|
|
DOÑA LAURA |
¿Y Fernando
|
|
el otro? |
(Con angustia.)
|
|
|
|
DOÑA LAURA |
Imposible.
|
|
¡El cielo no es tan
tirano! |
|
¡Son demasiadas
angustias |
|
para un día!
¡Está colmado |
570 |
el sufrimiento!... Mas no... |
|
(Mirando por la
ventana.)
|
¡Amanece!...
¡Está más claro!... |
|
(Entiéndase que esto es ilusión de
LAURA; no amanece, pero ha
salido al fin la luna, y las tres ventanas y el fondo están
iluminados por el resplandor del astro.)
|
¡Ya no es un día...,
ya es otro! |
|
Vete..., Vete..., te lo
mando... |
|
|
|
|
DOÑA LAURA |
¡A todas partes!
|
575 |
Del corredor a lo largo |
|
busca a esos hombres...
Pregunta..., |
|
¡pregunta por mi
Fernando! |
|
|
|
|
|
RAMIRO |
Nunca he temblado;
|
580 |
y pues lo queréis,
señora, |
|
hombres, fantasmas o diablos, |
|
tras ellos he de correr |
|
sin reposo hasta encontrarlos. |
|
|
|
|
(Sale RAMIRO por
la puerta del corredor; es decir, por la izquierda, segundo
término.)
|
Escena
IX
|
|
LAURA;
después, FERNANDO.
|
DOÑA LAURA |
En vano quise olvidar; |
585 |
en vano cerré mis
párpados; |
|
siempre ante mí se
presenta |
|
la imagen del ser amado. |
|
(Fijando la vista en el retrato de
DON
JUAN.)
|
¡Otra vez él!... De
las llamas |
|
(Señalando a la
chimenea.)
|
al llegar sobre el retrato |
590 |
el rojizo resplandor, |
|
en ese joven gallardo |
|
me hace ver... No hay duda...,
sí...; |
|
su mirar..., su rostro
pálido... |
|
|
|
|
(LAURA queda
vuelta de espaldas a la ventana y mirando como fascinada el retrato
de DON JUAN. FERNANDO, vestido de negro aparece en
la ventana del fondo, trepando hasta subirse en ella;
consiguiéndolo, queda en pie sobre el antepecho de la
división del centro, agarrado a una de las columnillas con
una mano, dominando la escena, un poco inclinado hacia el exterior
de la torre, con la cabeza descubierta, encerrado, por decirlo
así, en el marco de la ventana, como lo está el
retrato de DON JUAN en su
propio marco, y destacándose sobre el fondo claro del
paisaje. Pronuncia los versos siguientes sin saltar al
suelo:)
|
DON FERNANDO |
Ya del abismo salí |
595 |
sobre vosotros trepando, |
|
los que la torre
guardáis, |
|
dragones, grifos y endriagos, |
|
y escalas del aire fueron |
|
vuestras melenas y garfios. |
600 |
¡Monstruos de piedra, que al
muro |
|
para rechazar mi asalto |
|
brotabais de entre las
sombras, |
|
vencidos quedad abajo, |
|
con las fauces de granito |
605 |
abiertas al negro espacio! |
|
¡Al fin dentro del
castillo! |
|
|
|
|
(Saltando al suelo desde el antepecho de la ventana.
LAURA se vuelve y se
reconocen.)
|
|
|
DOÑA LAURA |
¡Mi Fernando!
|
|
(Precipítanse uno hacia otro con amoroso
transporte.)
|
¿Es ilusión del
deseo? |
|
|
|
DON FERNANDO |
¡Al fin, Laura, estoy
aquí!... |
610 |
|
|
|
|
|
(Se abrazan de nuevo apasionadamente.)
|
DOÑA LAURA |
¡Al fin, Fernando, te
veo! |
|
¡Me juraban que
morías...; |
|
ir a ti no me dejaron...; |
|
hasta el altar me
arrastraron...; |
615 |
te llamaba y no venías! |
|
|
|
DON FERNANDO |
Lazos de fuego me ataban |
|
en un lecho de dolor... |
|
y jamás me contestaban! |
|
¡Preguntaba por mi amor |
620 |
Pero esta mafiana
huí...; |
|
en un templo te miré |
|
hacer traición a mi
fe...; |
|
por el bosque te
seguí...; |
|
un castillo negro y alto, |
625 |
por entre monstruos de piedra |
|
y agarrándome a la
hiedra, |
|
tomé después por
asalto... |
|
¡Y al fin ya estoy junto a
ti!... |
|
¡Eres mi Laura, mi bien! |
630 |
¡Mis ojos al fin te ven! |
|
Y ahora, ¡que vengan
aquí!, |
|
¡que vengan en su
demencia |
|
a arrancarte de mis brazos, |
|
y verán los torpes
lazos |
635 |
que empezó por la
violencia |
|
y acabó por la
traición |
|
ese conde infame y vil. |
|
rotos en pedazos mil |
|
al golpe del corazón! |
640 |
|
|
DOÑA LAURA |
¡Silencio, por Dios,
Fernando: |
|
puede venir el de Orgaz! |
|
|
|
DON FERNANDO |
Yo nunca escondo mi faz; |
|
al de Orgaz vengo buscando. |
|
(Alejándose de
ella.)
|
¡Yo robar a tu pureza, |
645 |
mujer, en noche callada, |
|
una criminal mirada! |
|
¡Yo en tu divina
belleza, |
|
como ladrón que se
esconde |
|
el bien ajeno al hurtar, |
650 |
mis viles ojos saciar |
|
a escondidas de ese conde! |
|
¡Si tal creyera de ti, |
|
si yo tal cosa pensara, |
|
por liviana te matara |
655 |
y por miserable a mí! |
|
¡A todos llama! |
|
|
|
|
DOÑA LAURA |
(En tono de
súplica.)
|
¡No puede ser!
|
|
|
|
|
DOÑA LAURA |
¿Qué vas a
hacer?
|
|
¡Silencio..., silencio,
impío! |
660 |
¡Madre!... |
(Acercándose a la puerta de
la izquierda, primer término, y llamando en voz
baja.)
|
No temas, Fernando.
|
|
¡Madre!... ¡No temas,
vendrá;! |
|
la pobre no dormirá; |
|
que bien sé yo que
llorando |
|
esta noche de agonía |
665 |
pasó junto al triste
lecho. |
|
|
|
DOÑA VIOLANTE |
(Apareciendo en la
puerta.)
|
Laura... |
|
|
DOÑA LAURA |
¡Se rasga mi pecho!...
|
|
¡Él!... |
(Acercándose a DOÑA VIOLANTE y extendiendo el
brazo hacia FERNANDO.)
|
|
|
|
|
Escena
X
|
|
DOÑA
VIOLANTE, LAURA y
FERNANDO.
|
DOÑA VIOLANTE |
¡Tú aquí!...
¡Lo estoy viendo y dudo! |
|
¿Qué buscas? |
|
|
DON FERNANDO |
(Señalando a LAURA.)
|
Busco a mi bien:
|
670 |
y si es preciso,
también |
|
vengo a servirte de escudo. |
|
|
|
DOÑA VIOLANTE |
¡Templa, por Dios, tu
irritada, |
|
delirante fantasía! |
|
|
|
|
|
|
DON FERNANDO |
No, madre amada.
|
|
De esta cárcel de dolor |
|
saldréis las dos a la
vez: |
|
(A DOÑA
VIOLANTE.)
|
¡tú, el ángel
de mi niñez!, |
|
(A LAURA.)
|
¡y tú, el ángel
de mi amor! |
680 |
Veréis mi espada
sangrienta; |
|
caerá rechinando el
puente; |
|
(A LAURA.)
|
pasarás alta la frente |
|
(A DOÑA
VIOLANTE.)
|
y tú vengada la
afrenta. |
|
|
|
|
|
DON FERNANDO |
(A DOÑA
VIOLANTE.)
|
Ten confianza
|
685 |
en la altivez de mi pecho. |
|
|
|
DOÑA VIOLANTE |
Yo sola tengo derecho |
|
para pedirte venganza. |
|
(Con
energía.)
|
|
|
|
DOÑA VIOLANTE |
¡Si venganza no te pido |
690 |
es que Dios no la ha querido! |
|
¡Vete, Fernando, por
Dios! |
|
¡De tu pobre madre anega |
|
los ojos amargo llanto! |
|
¡Ella, que te quiere
tanto, |
695 |
en vano a tus plantas ruega! |
|
|
|
|
DOÑA VIOLANTE |
¡Compasión!
|
|
Pero alguien viene!... |
(Volviéndose alarmada hacia
la izquierda y explorando con la vista el
corredor.)
|
¡Qué miro!...
|
|
|
|
|
|
|
Escena
XI
|
|
DOÑA
VIOLANTE, LAURA,
FERNANDO y RAMIRO. RAMIRO entra precipitadamente por la
izquierda, segundo término; viene pálido,
descompuesto, volviendo atrás la vista y con un puñal
de hoja muy ancha en la mano: el mismo que limpiaba NUÑO en la escena primera del
primer acto. Todos le rodean con interés.
|
RAMIRO |
¡Socorro!... ¡Tras el
torreón..., |
700 |
(Con voz
interrumpida.)
|
al terminar la explanada..., |
|
con un acero hasta el
puño |
|
en el pecho..., ¡muere
Nuño! |
|
|
|
|
RAMIRO |
¡Aunque empañada
|
|
ya su voz por la
agonía..., |
705 |
una, y dos veces, y tres..., |
|
preguntó por el
marqués: |
|
dijo que verle
quería... |
|
Negra pluma de sombrero |
|
rompe con mano convulsa; |
710 |
moja en la mano que impulsa |
|
la herida; sobre este acero |
|
escribe, que en el
puñal, |
|
enmohecido la roja |
|
tinta bien prende; me arroja |
715 |
la carta al fin de metal, |
|
prohibiéndome que la
lea, |
|
y aunque algo más
murmuraba |
|
yo comprendí que
deseaba |
|
que don Rodrigo la vea. |
720 |
¿Dónde está el
marqués?... ¡Señor! |
|
(Llamando.)
|
¡Don Rodrigo!... |
|
|
DON FERNANDO |
(Pidiéndolo.)
|
¡Ese puñal!...
|
|
|
|
DOÑA VIOLANTE |
¿Qué
dirá? |
(A FERNANDO, con angustia y en voz
baja.)
|
|
|
|
|
(FERNANDO le quita
el puñal a RAMIRO,
y él y su madre buscan luz para leer lo que en el
puñal está escrito.)
|
DOÑA VIOLANTE |
(Señalando la
lámpara que pende de la bóveda.)
|
De esa luz al resplandor... |
|
|
|
RAMIRO |
Salida hacia la explanada |
725 |
hay de este lado... |
|
|
|
|
|
(Él y su madre procuran leer al pie de la
lámpara.)
|
RAMIRO |
¡Don Rodrigo!
|
(Sale por la izquierda, primer
término.)
|
|
|
Escena
XII
|
|
DOÑA
VIOLANTE, LAURA y
FERNANDO.
|
DON FERNANDO |
¡Por la cruz!
|
|
«¡En el puño de
la espada!» |
|
(Leyendo lo que dice en el
puñal.)
|
¡Con sangre así
escribió Nuño! |
|
|
|
DOÑA VIOLANTE |
¡Se confunde mi
razón! |
730 |
|
|
DON FERNANDO |
(A DOÑA
VIOLANTE.)
|
¡Tu carta de
perdición |
|
de la espada está en el
puño! |
|
|
|
|
DON FERNANDO |
¡Infeliz!
|
|
¡Recuerda aquella
velada, |
|
la venganza de Moncada |
735 |
y la muerte de Beatriz! |
|
|
|
|
(Pausa.)
|
DOÑA VIOLANTE |
(Como hablando para sí, con
expresión de profundo terror.)
|
¡Ramiro hasta el
moribundo |
|
va a conducir a mi esposo!... |
|
¡Nuño
hablará!... ¡Dios piadoso, |
|
en qué abismo tan
profundo |
740 |
la fatalidad me arroja!... |
|
(Retrocediendo hacia la mesa, como
si huyese de alguien.)
|
|
|
|
|
DOÑA VIOLANTE |
¡No puedo!...
|
|
¡No puedo... ¡Tengo
miedo!... |
|
(Se abraza a su hijo con angustia
y demuestra en todo el profundo terror que la domina. La actriz,
sin embargo, interpretará este momento como crea
oportuno.)
|
¡Aparta de mí esa
hoja! |
|
|
|
|
(FERNANDO arroja
sobre la mesa el puñal y sostiene a su madre, que cae en sus
brazos desfallecida; él y LAURA la consuelan, formando los tres
un grupo estrechamente unido.)
|
Escena
XIII
|
|
DOÑA
VIOLANTE, LAURA,
FERNANDO y DON JUAN. Este último sale por
la izquierda, segundo término.
|
DON JUAN |
El se empeñó; no
hablará: |
745 |
lleva el secreto consigo. |
|
(Deteniéndose y mirando el
grupo que forman DOÑA
VIOLANTE, LAURA y
FERNANDO.)
|
¡Un hombre allí!...
¡Don Rodrigo |
|
el lecho abandona ya! |
|
|
|
|
(Se acerca DON
JUAN, se vuelve FERNANDO y se reconocen. DOÑA VIOLANTE y LAURA a FERNANDO, como dispuesta a
contenerlo.)
|
|
|
|
DON JUAN |
¡Junto a mi Laura al
mirarte |
750 |
ansia inmensa de matarte |
|
de mí se va apoderando! |
|
|
|
DON FERNANDO |
Pues sacia tus ansias, conde: |
|
mata si puedes. |
|
|
|
DON JUAN |
¡Hace alardes de
bravío |
755 |
y entre mujeres se esconde! |
|
|
|
DON FERNANDO |
(Con terrible
desprecio.)
|
¡Esconderme!...
¡Desdichado! |
|
|
|
DOÑA LAURA |
(Conteniéndole.)
|
¡Fernando!... |
|
|
|
DON FERNANDO |
Madre,
|
|
cuando venga aquí mi
padre |
|
ha de hallar su honor vengado. |
760 |
Quizá templen su
crueldad |
|
del infame los despojos. |
|
(Señalando a DON JUAN.)
|
|
|
DOÑA VIOLANTE |
(Alzando las manos al
cielo.)
|
¿Dónde acaban tus
enojos |
|
y comienza tu piedad? |
|
|
|
DON JUAN |
(A FERNANDO.)
|
¿Quién te trajo? |
|
|
DON FERNANDO |
¡Belcebú,
|
765 |
que él también te
trajo a ti! |
|
|
|
|
|
DON JUAN |
Pues de una vez acabemos, |
|
que es nuestro odio muy
profundo, |
770 |
y ya juntos en el mundo |
|
no cabemos. |
|
|
DON FERNANDO |
No cabemos.
|
|
Yo Pude dichoso ser |
|
si tú no hubieras
nacido, |
|
que por ti solo he perdido |
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mi dicha en esa mujer. |
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Al acercarme a su amor |
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siempre tú te
interpusiste, |
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y siempre, insensato, fuiste |
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mi castigo y mi dolor, |
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cual si quisieran los hados, |
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para atormentarme así, |
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hacer un engendro en ti |
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de mis culpas y pecados. |
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DON JUAN |
¡Basta ya! ¡Basta,
Moncada!... |
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Quiero calma y busco paz, |
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y a morir vas en Orgaz |
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por el hierro de mi espada. |
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(Desnuda el
acero.)
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DON FERNANDO |
Si mucho me odias a mí, |
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el odio que por ti siento |
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ni cabe en el pensamiento |
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ni casi me cabe aquí. |
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(Golpeándose el
pecho.)
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Contempla estas dos mujeres |
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que me estrechan en sus
brazos. |
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De aquestos divinos lazos, |
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de aquestos divinos seres, |
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sin motivo y sin razón, |
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piensa, don Juan, lo que has
hecho... |
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(Desprendiéndose, en un
arranque de ira, de DOÑA
VIOLANTE y de LAURA
y desnudando el acero.)
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¡Y cubre, don Juan, tu
pecho, |
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porque voy al corazón! |
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DOÑA VIOLANTE |
(Sujetándole de
nuevo.)
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¡No, Fernando!... |
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DON FERNANDO |
¡Madre mía!...
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¡Suelta!... |
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DOÑA VIOLANTE |
¡Imposible, Fernando!
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(Abrazándose a él,
desesperada.)
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DOÑA VIOLANTE |
¡Te ruego..., abrazando
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tus rodillas!... |
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(Se desprende de DOÑA VIOLANTE y de LAURA y cae sobre DON JUAN con ímpetu terrible;
las espadas se cruzan y comienza el combate.)
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DON JUAN |
(Al cruzar su hierro con el de
FERNANDO.)
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¡Al fin! |
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DOÑA VIOLANTE |
¡Por piedad!...
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¡No más!... ¡No
más!... |
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DOÑA VIOLANTE |
¡Lo quiere el cielo
divino!... |
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¡Cúmplase su
voluntad! |
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(Se precipita entre los combatientes y sujeta el brazo a
FERNANDO; DON JUAN baja su espada al ver que su
adversario no puede defenderse. DOÑA VIOLANTE a FERNANDO.)
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¡Detén el hierro
homicida!... |
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¡Para el brazo!...
¡Caiga inerte!... |
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¡Tú no puedes dar la
muerte |
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a quien te ha dado la vida! |
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DON FERNANDO |
¡Él! |
(Dando un paso hacia atrás
y dejando caer el hierro.)
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DON FERNANDO |
(Con voz
ahogada.)
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¡Por favor!
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¡Yo no he comprendido,
madre! |
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DON FERNANDO |
(Señalando a DON JUAN.)
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¡Mi padre!
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(Se alejan uno de otro, horrorizados; DON JUAN se cubre el rostro con las
manos; FERNANDO queda
inmóvil, como petrificado con la terrible
revelación.)
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(Pausa. Quedan todos inmóviles, silenciosos,
anonadados. A pesar de las anteriores indicaciones, los actores
interpretarán esta escena como crean oportuno.)
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Escena
XIV
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DOÑA
VIOLANTE, LAURA,
FERNANDO, DON JUAN y DON RODRIGO. Este último, por
la puerta del corredor.
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DON RODRIGO |
(Enjugándose una
lágrima y con voz conmovida.)
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¡Pobre Nuño!... Los
impíos |
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muerte le dieron. |
(Fijando la vista en los
demás personajes.)
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¿Qué es esto?
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(Pausa. Después se dirige a
DON
JUAN.)
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Vuestro castillo es funesto |
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sin duda para los míos. |
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En este castillo fue |
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donde amenazó la vida |
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de mi Violante querida |
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un traidor que nunca
hallé. |
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Allí, sobre la
explanada |
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y a la espalda del
torreón, |
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traspasado el corazón |
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por el hierro de una espada, |
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murió Nuño..., mi
escudero. |
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Corro a buscaros, y cuando |
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os encuentro, a mi Fernando |
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amenaza vuestro acero. |
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¡Mucho mi sangre os
enoja!... |
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El pobre Nuño
murió..., |
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mas Ramiro me advirtió |
835 |
que de un puñal en la
hoja |
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algo con sangre hay escrito. |
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¿Dónde está
ese hierro? |
(Busca con la mirada por todas partes; los demás
personajes, saliendo de su estupor, siguen con la vista a
DON RODRIGO. Al fin,
éste divisa el puñal sobre la mesa.)
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¡Allí!...
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¡Allí lo veo!... |
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(Se dirige hacia la mesa; movimiento de terror en
todos.)
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DOÑA VIOLANTE |
¡Ay de mí!
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(Volviéndose hacia
FERNANDO e implorando su
protección.)
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DON FERNANDO |
(Se precipita y coge el
puñal en el instante mismo en que DON RODRIGO extiende la mano hacia
él. Aparte.)
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¡Jamás! |
(En voz alta y cogiendo el
puñal.)
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¡No!
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(FERNANDO y
DON RODRIGO quedan cerca
de la mesa, mirándose fijamente: aquél, con el
puñal en la mano; éste, extendiendo el brazo para
cogerlo. Los demás personajes se acercan con ansiedad:
DOÑA VIOLANTE, al
lado de su hijo; DON JUAN,
al lado de DON RODRIGO;
LAURA, al lado de
DOÑA
VIOLANTE.)
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¡Lo necesito!
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840 |
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DON RODRIGO |
¡Mi sangre se inflama!
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(Procurando coger el
puñal.)
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DON FERNANDO |
¡No ha de ser! |
(Resistiendo.)
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DON FERNANDO |
(Aparte, con acento
terrible.)
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¡El abismo me reclama! |
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(FERNANDO se halla
entre DON RODRIGO, que le
sujeta el brazo para coger el puñal, y DOÑA VIOLANTE; DON JUAN y LAURA, en las posiciones indicadas. En
los movimientos de DON
RODRIGO para apoderarse del puñal y de FERNANDO para impedirlo, ambos
personajes y los que los rodean se habrán separado de la
mesa, viniendo al centro del escenario.)
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DOÑA VIOLANTE |
(Al oído de su hijo, con
suprema angustia.)
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¡No puedes borrarlo!...
¡No!... |
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¡Te observa! |
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DON RODRIGO |
¡Aunque no te cuadre!
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(Haciendo un esfuerzo para coger
el puñal.)
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DON FERNANDO |
(Acercándose a su madre y
con acento trágico.)
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¡Cómo no borrarlo,
madre, |
|
mientras tenga sangre yo! |
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(Se desprende violentamente de todos, se hunde el
puñal en el pecho y cae; todos le rodean. El puñal
debe quedar en la herida hasta el final del drama.)
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LAURA, JUAN y
RODRIGO |
(Al mismo
tiempo.)
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¡Fernando!
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DON FERNANDO |
(A DON RODRIGO, con
afán.)
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¡Perdón!...
¡Vivir no podía |
850 |
sin la dulce prenda
mía! |
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(Volviéndose hacia su madre
y en voz baja.)
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¡Aquí, dentro de mi
pecho |
|
queda el secreto guardado! |
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DON RODRIGO |
¡Y tú morir!...
¡No!... ¡Socorro!... |
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(Levantándose y andando de
un lado a otro.)
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¡Ah de mis gentes!...
¡Yo corro |
855 |
a buscarlas!
¡Desdichado! |
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(Sale,
vacilante.)
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Escena
XV
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DOÑA
VIOLANTE, LAURA,
FERNANDO y DON JUAN.
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DON FERNANDO |
Mi muerte,
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madre, borra tu deshonra. |
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DOÑA VIOLANTE |
¡Qué me importa vida y
honra, |
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hijo, si llego a perderte! |
860 |
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DON FERNANDO |
(A DON JUAN, con voz muy
ahogada.)
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Por la violencia me diste |
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vida que yo no quería, |
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tal vez porque
presentía |
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que era la vida muy triste. |
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Me engendraste por, sorpresa, |
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me engendraste sin amor, |
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y pues comprendo,
señor, |
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por tu angustia, que te pesa, |
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me apresuro a devolverte |
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tu sangre..., ¡padre del
alma!, |
870 |
y voy a buscar la calma |
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en los brazos de la muerte. |
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¡Para ti..., mi
corazón! |
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(Abrazando a su
madre.)
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¡Oye..., para ti..., el
convento! |
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(Atrayendo a sí a
LAURA y en voz
baja.)
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¡Para ése..., el
remordimiento!... |
875 |
(Extendiendo el brazo a
DON JUAN; después
se detiene; parece luchar consigo mismo, y al fin le abre,
llorando, los brazos, en último y supremo
arranque.)
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¡No, padre..., no...; mi
perdón! |
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DON JUAN |
(Cayendo de rodillas ante
él.)
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¡Fernando!...
¡Fernando!... ¡Ved!... |
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DON FERNANDO |
¡Don Rodrigo viene
allí! |
|
¡Lejos, muy lejos de
mí!... |
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(Rechazándole
dulcemente.)
|
¡Vuestra aflicción...
contened! |
880 |
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