Escena
I
|
|
BEATRIZ y
MANFREDO, sentados junto a
la chimenea y muy cerca uno de otro.
|
MANFREDO |
Estás triste como
nunca, |
|
y de mi mano tu mano |
|
huyó, sintiendo tal vez |
|
repugnancia a mi contacto. |
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|
BEATRIZ |
Estoy triste como siempre, |
5 |
que la tristeza ha tomado |
|
asiento en mi corazón, |
|
con tal imperio y tal mando, |
|
que sólo la muerte
puede |
|
dar libertad al esclavo. |
10 |
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MANFREDO |
Pues venga para los dos, |
|
que tampoco lo rechazo. |
|
|
|
BEATRIZ |
¿Tú morir?
¿Por qué, Manfredo? |
|
¿Pues no conseguiste
acaso |
|
mi amor? ¿Y mi amor no ha
sido |
15 |
todo lo que has codiciado? |
|
Pues vive y goza: o confiesa |
|
que del deleite en el vaso |
|
ya sólo queda amargura, |
|
y vergüenza y desencanto. |
20 |
|
|
MANFREDO |
Porque es mentira tu amor. |
|
Porque te tengo en mis brazos |
|
y sólo estrecho una
fría |
|
inerte estatua de
mármol. |
|
Y tu ser, tu pensamiento, |
25 |
tu alma, lo que yo más
amo, |
|
hielo escupiéndome al
rostro, |
|
se escapan bajo mis labios, |
|
diciendo en voz
desdeñosa: |
|
«No somos para el
bastardo.» |
30 |
|
|
BEATRIZ |
No es eso, no me comprendes. |
|
|
|
MANFREDO |
Que sólo a Jaime has
amado; |
|
esto es lo que yo comprendo. |
|
|
|
BEATRIZ |
Yo te amé, Manfredo,
tanto, |
|
que con ser Jaime tan noble, |
35 |
y con ser tú tan
villano, |
|
huyó de
«él» y fuése a ti |
|
todo mi ser arrastrado |
|
por la atracción del
abismo |
|
que en tu corazón
labraron, |
40 |
o las garras de Satán |
|
o la hiel del
desengaño. |
|
Y ya vencido mi honor, |
|
y ya tu empeño logrado, |
|
me dije: «Pues esta
dicha |
45 |
impura me cuesta tanto, |
|
apurémosla, que debe |
|
ser digna del ángel
malo», |
|
y quise gozar, vivir, |
|
cobrarme de mi pecado..., |
50 |
y no pude, porque siempre, |
|
entre mi pecho y tus brazos, |
|
«¡él!» se
interpuso. |
|
|
|
BEATRIZ |
Jaime.
|
|
Sentí el fuego de sus
labios, |
|
y su cariñosa voz, |
55 |
y a veces hasta su mano |
|
recogiendo en mis mejillas |
|
los despojos de mi llanto. |
|
|
|
MANFREDO |
(Pensativo.)
|
Yo también. Mas fué
ilusión, |
|
los muertos jamás
lograron |
60 |
ni alzar la fúnebre
losa, |
|
ni desnudar los sudarios. |
|
|
|
BEATRIZ |
(Con supersticioso
terror.)
|
¿Y si quedan insepultos |
|
de un castillo abandonado |
|
entre las sangrientas ruinas? |
65 |
¿Y si tan sólo
lograron |
|
por losa un torreón
hundido, |
|
la ortiga y el jaramago |
|
por mortaja, y en el pecho |
|
su sangre por epitafio? |
70 |
Y entonces, di: ¿no
podrán |
|
una noche, y a los rayos |
|
de la luna, levantarse...? |
|
¿Qué es eso?...
¿No has escuchado? |
|
De la noche en el silencio, |
75 |
el eco triste y lejano |
|
de una trompeta de guerra |
|
repitió los toques
bárbaros. |
|
Alguien se acerca al castillo |
|
y avisa a los castellanos. |
80 |
¡Si fuera Jaime! |
(Con espanto, acercándose a
MANFREDO y buscando en
él protección.)
|
|
|
MANFREDO |
Imposible.
|
|
(Asomándose a la ventana.)
|
Nada se oye. Fué un
engaño |
|
de tu loco pensamiento, |
|
o de ave salvaje el canto, |
|
o quizá de hambriento
lobo |
85 |
el aullido prolongado. |
|
|
|
|
MANFREDO |
Beatriz,
|
|
¿aún dudas?
Murió mi hermano |
|
la noche aquella,
después |
|
de rechazar tres asaltos. |
90 |
Los fugitivos lo dicen, |
|
la fama lo ha pregonado, |
|
y lo demuestra su ausencia... |
|
|
|
BEATRIZ |
(Al
oído.)
|
Y nosotros lo deseamos. |
|
¿Verdad? |
|
|
|
BEATRIZ |
Pues oye:
|
95 |
no sé cómo, ni
sé cuándo, |
|
pero yo sé que
vendrá. |
|
Alguna vez con espanto |
|
le veremos al volver |
|
hacia atrás el rostro
cárdeno. |
100 |
¡Manfredo!
¡Manfredo!... ¡Mira! |
|
(Volviendo la cabeza y
señalando su propia sombra.)
|
|
|
MANFREDO |
Es de tu cuerpo adorado |
|
la sombra que sobre el muro |
|
esas llamas arrojaron. |
|
|
|
BEATRIZ |
¡Y qué negra me
parece! |
105 |
|
|
MANFREDO |
¡Y a mí tu cuerpo,
qué blanco! |
|
¡Mal haya fuego que
trueca |
|
en negrura el alabastro! |
|
|
|
BEATRIZ |
Pues el fuego de tu amor |
|
hizo conmigo otro tanto. |
110 |
|
|
|
(Se vuelven a sentar junto al fuego y quedan
silenciosos.)
|
|
BEATRIZ |
No lo sé.
|
|
¡Son pensamientos tan
vagos! |
|
Y tú, ¿qué
tienes? |
|
|
MANFREDO |
¿Qué tengo?
|
|
Que siempre sabor amargo |
|
hay en todas las palabras |
115 |
de tus labios y mis labios. |
|
¿Por qué no somos
felices? |
|
(Con desesperación.)
|
¿Por qué, di, si nos
amamos? |
|
|
|
BEATRIZ |
Yo no lo sé. ¡Calla!
¡Escucha! |
|
|
|
|
|
(Escuchan los dos con angustia.)
|
BEATRIZ |
Fué un prolongado
|
120 |
gemido. |
|
|
MANFREDO |
Tienes razón.
|
|
Pero es Juana. Está
llorando. |
|
Pasa un día y otro
día, |
|
sin reposo y sin descanso, |
|
junto a la puerta de bronce |
125 |
que cierra el fúnebre
espacio |
|
en que fué a morir
Roger. |
|
Y si sube por si acaso, |
|
es que escuchó desde
lejos |
|
del puente el desplome
rápido. |
130 |
Entonces viene. |
|
|
|
MANFREDO |
(Con misterio.)
|
A preguntar si ha llegado. |
|
|
|
BEATRIZ |
(Con temor.)
|
¡Si ha llegado!
¿Quién? ¡Responde! |
|
|
|
MANFREDO |
(Con
repugnancia.)
|
¿Quién ha de
ser? |
|
|
|
|
BEATRIZ |
Ve a buscarla. Quiero verla. |
135 |
|
|
|
BEATRIZ |
¿Su presencia te da
miedo? |
|
|
|
|
|
|
|
MANFREDO |
Prudente es averiguarlo. |
140 |
(Vase por la izquierda, segundo
término.)
|
|
|
Escena
V
|
|
BEATRIZ,
DON JAIME y MANFREDO. BEATRIZ, desmayada en los brazos de
DON JAIME, pero volviendo
poco a poco en sí. MANFREDO, por la izquierda, segundo
término.
|
MANFREDO |
Rogué a Juana, pero en
vano... |
240 |
(Aparte. Reparando en el grupo que
forman DON JAIME y
BEATRIZ.)
|
¡En ajenos brazos
ella!... |
|
¡Miserable! |
(Dice esto precipitándose sobre DON JAIME; éste se vuelve y se
reconocen.)
|
¡Jaime!
|
(Retrocediendo.)
|
|
|
DON JAIME |
(Con explosión de
alegría.)
|
¡Hermano!
|
|
A mi pecho, o ¡vive
Dios! |
|
que creeré que te doy
miedo. |
|
|
|
MANFREDO |
¡Jaime!... ¡Jaime! |
(Acercándose poco a poco.)
|
|
|
DON JAIME |
¡Ven, Manfredo!
|
245 |
¡En un abrazo los dos! |
|
|
|
|
(Sin soltar a BEATRIZ, coge con el brazo a su
hermano.)
|
|
|
BEATRIZ |
¿Dónde estoy? |
(Mirando, como si no comprendiese,
a DON JAIME y a
MANFREDO.)
|
¡Virgen sagrada!
|
|
¡Jaime y tú! |
(Reconociéndolos al fin.)
|
|
|
|
|
|
|
(Los dos se arrancan de los brazos de DON JAIME; los dos retroceden unos
pasos y quedan a alguna distancia de él,
contemplándole con terror. Pausa.)
|
DON JAIME |
Singular recibimiento, |
|
y recibimiento triste. |
|
No comprendo en qué
consiste, |
|
pero extraña angustia
siento. |
|
Vuestro aspecto al contemplar |
255 |
dudo si soy, y esto es llano, |
|
el esposo y el hermano |
|
que torna al fin a su hogar, |
|
o más bien sombra
importuna, |
|
sin contornos y sin vida, |
260 |
de unas ruinas desprendida |
|
a los rayos de la luna; |
|
sombra de muerte y tristeza, |
|
que viene a llamar medrosa |
|
a la puerta desdeñosa |
265 |
de su antigua fortaleza. |
|
|
|
MANFREDO |
(Reponiéndose algo y
acercándose con fingido afán.)
|
¿Qué dices? No, por
favor... |
|
(A BEATRIZ.)
|
Confunde nuestra
alegría... |
|
|
|
DON JAIME |
Pues cualquiera
pensaría, |
|
al veros, que era pavor. |
270 |
|
|
MANFREDO |
(Esforzándose de nuevo por
fingir.)
|
¡Qué idea!... Si es
que... se dijo... |
|
por gentes que aquí
llegaron |
|
que los franceses que entraron |
|
a nadie, a nadie..., de fijo, |
|
dejar quisieron con vida. |
275 |
|
|
DON JAIME |
No quisieron, eso es cierto. |
|
|
|
BEATRIZ |
Y entonces te juzgué
muerto. |
|
(Dice esto con supremo esfuerzo, por decir algo, y rompe a
llorar. DON JAIME se
acerca a ella con interés. Ella le tiende los brazos con
afán convulsivo.)
|
¿Ves mi faz
descolorida? |
|
|
|
DON JAIME |
Sí, cual lirio que se
trunca. |
|
Esta faz... |
|
|
|
DON JAIME |
Pero aun así estás
muy bella; |
|
¡quizá más
bella que nunca! |
|
|
|
BEATRIZ |
Y mis ojos, Jaime, di, |
|
¿brillan como antes mis
ojos? |
|
|
|
DON JAIME |
Sí brillan, pero
están rojos. |
285 |
|
|
|
DON JAIME |
¿No me engañas?
¿No? Mi bien, |
|
ese llanto triste y puro; |
|
¿fué por
mí? |
|
|
|
MANFREDO |
(Con verdad y celosa
amargura.)
|
Por ti, lo juro
también. |
290 |
|
|
DON JAIME |
¡Os creo! |
(Con arranque de noble confianza.
Pausa. Queda de nuevo pensativo.)
|
¿Pero el horror
|
|
que sentisteis y el
espanto?... |
|
|
|
BEATRIZ |
¡Es que se parecen
tanto, |
|
Jaime, el placer y el dolor! |
|
|
|
DON JAIME |
¡Eso para ser feliz |
295 |
es necesario que sea! |
|
¡Eso es preciso que
crea! |
|
(Como queriendo imponerse a
sí mismo.)
|
|
|
BEATRIZ |
(Con ansiedad.)
|
¿Pero lo crees? |
|
|
DON JAIME |
(Con nuevo arranque de amor y de
confianza.)
|
¡Sí, Beatriz!
|
|
Con tanta sangrienta herida |
|
y con tanto delirar, |
300 |
casi he llegado a olvidar |
|
cómo se vive en la
vida; |
|
que del dolor el tormento |
|
en mí se echó la
suerte |
|
que las sombras de la muerte |
305 |
aún traigo en el
pensamiento. |
|
¡Otra vez a mí los
dos! |
|
(Abriendo los brazos con
expansión y alegría.)
|
|
|
|
(BEATRIZ se acerca
a su esposo. MANFREDO
también.)
|
|
|
(Se abrazan otra vez; MANFREDO se separa al instante, con
dulzura, y trata de variar la conversación.)
|
MANFREDO |
No nos dijiste
|
|
cómo salvarte pudiste. |
|
|
|
DON JAIME |
¿Cómo? Por obra de
Dios. |
310 |
(Coge a BEATRIZ
por una mano y la hace sentar. Él se sienta a su lado.
MANFREDO, en pie.
Pausa.)
|
Rechazar pude el asalto |
|
con mis bravos
montañeses, |
|
y con cuerpos de franceses |
|
vióse el foso rebosar. |
|
Por el fuego derretido |
315 |
vomitaba cada almena, |
|
como monstruo a boca llena, |
|
plomo hirviente sin cesar. |
|
Siempre las hondas silbando, |
|
y las ballestas crujiendo, |
320 |
y los de afuera cayendo |
|
al pie siempre del
torreón. |
|
Y a la luna, y en mi mano, |
|
por mi sangre ya manchada |
|
y por todos aclamada, |
325 |
la bandera de Aragón. |
|
Pero estaba el enemigo |
|
en la misma fortaleza, |
|
y aunque Dios me es buen
testigo |
|
que luché para morir, |
330 |
o por débiles sus
brazos, |
|
o mi cuerpo por robusto, |
|
o el Destino por adusto, |
|
no lo pude conseguir. |
|
Sólo, sí,
perdí el sentido; |
335 |
algo horrible vino luego: |
|
tempestad de sangre y fuego |
|
por encima me pasó. |
|
Transcurrieron muchas horas, |
|
el castillo fué
incendiado, |
340 |
y fué luego abandonado |
|
cual cadáver: «como
yo». |
|
«Él» y yo en
abrazo estrecho. |
|
Yo enterrado hasta los
hombros, |
|
como si él con sus
escombros |
345 |
consiguiérame abrazar. |
|
Y a mi vez con ansia loca, |
|
aferrado, en mi agonía, |
|
a las piedras que podía |
|
con mis brazos alcanzar. |
350 |
A otra noche, entre las
ruinas, |
|
moribundo y desangrado, |
|
o ya en ellas sepultado, |
|
o guardándolas tal vez, |
|
por piedad que el cielo
premie, |
355 |
con mi helado cuerpo dieron |
|
unos monjes que vinieron |
|
del convento de Argelez. |
|
Mal cerradas mis heridas, |
|
pero el alma otra vez brava, |
360 |
del rey supe que se hallaba |
|
detenido en Cervellón. |
|
Llegué; vile, dije al
punto: |
|
«Aún me queda alguna
sangre; |
|
si aprovecha, cual barrunto, |
365 |
tómala, rey de
Aragón.» |
|
Y ésta es toda mi
aventura. |
|
Pero el rey... |
|
|
|
(Se oye ruido del puente levadizo.)
|
|
DON JAIME |
Ha querido que le abrigue |
|
una noche por leal |
370 |
el castillo de mis padres. |
|
Y presumo que ha llegado, |
|
porque el puente han
desplomado |
|
de la torre señorial. |
|
(Se levanta, va a la ventana y
mira por ella.)
|
Ya se escuchan los clarines; |
375 |
y las armas ya rechinan; |
|
hacia el puente se encaminan: |
|
ven, Beatriz, vamos los dos. |
|
Que don Pedro te contemple, |
|
y que piense bien y note |
380 |
que más más vale que
su lote |
|
el que quiso darme Dios. |
|
|
|
|
(Vanse por el foro BEATRIZ y DON JAIME.)
|
Escena
VII
|
|
MANFREDO y
JUANA, por la izquierda,
segundo término. Viene vestida de luto, y al entrar mira con
empeño a MANFREDO.
|
MANFREDO |
Juana, ¿qué buscas
aquí? |
425 |
|
|
JUANA |
Lo único que ya me
resta: |
|
la venganza. |
|
|
|
|
|
|
|
JUANA |
¡Villano!
|
|
¿No fuiste tú su
asesino? |
430 |
|
|
MANFREDO |
Yo, no. Lo fué su
destino. |
|
|
|
JUANA |
Pero lo fué por tu
mano. |
|
(Pausa.)
|
El amor de mi Roger |
|
era cuanto yo tenía: |
|
ni más venturas
pedía, |
435 |
ni más codiciaba ser, |
|
de este tránsito mortal |
|
en el áspero sendero, |
|
que del humilde escudero |
|
la compañera leal. |
440 |
Dió por ciega la
fortuna |
|
a ti y a los tuyos todo; |
|
y a nosotros, ¡pobre
lodo!, |
|
mala fosa y mala cuna. |
|
Para la cuna, el dolor; |
445 |
para la fosa, una cruz; |
|
y sólo un rayo de luz |
|
de la una a la otra: «el
amor». |
|
Pues ese rayo, remedo |
|
de más altos
resplandores, |
450 |
lo apagaron tus furores. |
|
¡Y no sé por
qué, Manfredo! |
|
¿Tomé parte alguna
vez |
|
en tus glorias o reveses? |
|
¿Te he impedido yo que
fueses |
455 |
conde o duque de Argelez? |
|
¿Fuí yo de tu
bastardía |
|
la causa ni la ocasión? |
|
¿Pues qué ganó
tu blasón |
|
con «su muerte» y mi
agonía? |
460 |
|
|
|
JUANA |
¿Tu perdón? Ya viene
tarde; |
|
y con mostrarte cobarde, |
|
aún haces mayor mi
encono. |
|
|
|
|
|
|
JUANA |
Con tu hermano.
|
|
(Al notar un movimiento de
MANFREDO.)
|
Sé que vino. Aunque
lejano, |
|
oí ladrar a su lebrel. |
|
Tendido y triste esperaba |
|
junto al puente levadizo. |
470 |
Yo en un negro pasadizo |
|
junto a una puerta lloraba. |
|
Pero él tuvo mejor
suerte |
|
que mi suerte maldecida: |
|
su dueño tornó con
vida, |
475 |
mi dueño quedó en la
muerte. |
|
En fin, ello es que los dos |
|
al mismo tiempo esperamos |
|
y al mismo tiempo lloramos; |
|
y de este modo, ante Dios, |
480 |
en lenguaje bien sencillo, |
|
de un puente los duros gonces, |
|
y de una puerta los bronces, |
|
probarán que este
castillo |
|
dentro de su barbacana, |
485 |
no vió bajo sus
dinteles |
|
más que dos seres
fieles: |
|
«un lebrel y una
villana». |
|
|
|
MANFREDO |
(Acercándose
amenazador.)
|
¿Por qué dices
eso? |
|
|
JUANA |
Tú
|
|
no puedes interrogarme. |
490 |
|
|
|
|
MANFREDO |
(Cogiéndola de un
brazo.)
|
¡Por Belcebú,
|
|
que hablarás! |
|
|
|
|
JUANA |
No entera.
|
|
Alguna: y de tal manera, |
495 |
que ésa te sube a la
tez. |
|
|
|
MANFREDO |
¡Juana! |
(Amenazando.)
|
Vete.
|
|
|
JUANA |
(Conteniéndose.)
|
Cuando le hable.
|
|
|
|
|
|
MANFREDO |
¡Y me provoca!
|
|
Eres implacable o loca. |
|
|
|
JUANA |
Lo que tú fuiste:
implacable. |
500 |
|
|
|
|
MANFREDO |
El soberano
|
|
viene con él. |
|
|
JUANA |
(Con
alegría.)
|
¡Con tu hermano!
|
|
|
|
MANFREDO |
El rey. |
(Asomándose al
fondo.)
|
|
|
|
Escena
VIII
|
|
DON JAIME,
BEATRIZ, DON PEDRO III DE ARAGÓN,
MANFREDO, JUANA, varones, capitanes, escuderos,
pajes, etc.; todos llegan por el fondo. Delante, dos pajes, que
corren el tapiz, y otros dos con luces, que las dejan o sobre la
mesa o en las basas de los trofeos. DON JAIME, BEATRIZ y el REY, a medida que el diálogo lo
indica, avanzan hasta colocarse en primer término, pero a la
izquierda; MANFREDO y
JUANA quedan en primer
término, pero a la derecha; los varones, casi en primer
término; en segundo, el resto del acompañamiento;
guardia de almogávares a la puerta.
|
DON JAIME |
Entrad, señor, y tenga mi
castillo, |
505 |
baluarte heroico de pasados
tiempos |
|
la honra de ver sobre sus anchos
muros |
|
al vencedor, y al rey, y al
caballero. |
|
|
|
REY |
Varón aragonés, mi
noble conde, |
|
bien defendiste el apretado
cerco. |
510 |
Mucho Aragón te debe. |
|
|
DON JAIME |
(Con repugnancia y
enojo.)
|
¡Nada, nada!
|
|
|
|
REY |
Tu mano: yo también mucho te
debo. |
|
(Le da la mano.)
|
Para ti no quisiste
recompensa. |
|
|
|
DON JAIME |
No la quise, señor; no la
merezco. |
|
|
|
REY |
Mal juez en propia causa es uno
mismo. |
515 |
|
|
DON JAIME |
¿Dónde hallarlo,
señor, más justiciero? |
|
(Con amargura.)
|
El perder un castillo, más
merece |
|
que noble galardón, duro
escarmiento. |
|
|
|
REY |
Al que infame vendió la
fortaleza, |
|
tu brazo se lo impuso y yo lo
apruebo. |
520 |
Al que cual tú se
hundió bajo sus ruinas... |
|
|
|
DON JAIME |
Nególe Dios, por justo o por
severo, |
|
el solo galardón a que
aspiraba: |
|
de ellas hacer sepulcro de su
cuerpo. |
|
|
|
REY |
Venza tu voluntad, pues tú
lo quieres; |
525 |
pero en esta ocasión yo te
recuerdo |
|
que muchas veces me pediste,
conde, |
|
lo que yo te negué y hoy te
concedo. |
|
(Movimiento de DON
JAIME.)
|
Ennoblecer a un hombre que tu
sangre |
|
lleva en sus venas y quizá
tu aliento. |
530 |
|
|
|
(Movimiento de MANFREDO.)
|
DON JAIME |
¡Señor,
señor! |
(Con extraordinaria
alegría.)
|
|
|
REY |
¿En dónde está
tu hermano?
|
|
Quiero hacerle tu igual. |
|
|
|
(MANFREDO
retrocede instintivamente a segundo término, y se hunde, por
decirlo así, en sí mismo. El actor
interpretará con su talento las sensaciones que debe
experimentar al ver que por méritos del hermano, a quien
deshonra, y por ruegos suyos puede realizar todos sus sueños
de ambición.)
|
|
|
(JAIME se dirige
gozoso a MANFREDO, le trae
de la mano y se lo presenta al REY. MANFREDO dobla la rodilla y aún
más la cabeza. Al ir a traerle.)
|
|
REY |
Conde del Ampurdán, que un
mismo padre |
|
su sangre os repartió
prueben tus hechos. |
|
(Le hace levantar.)
|
¿También rechazas la
merced que le hago? |
535 |
(A DON JAIME.)
|
|
|
DON JAIME |
Esta no la rechazo, no; la
acepto. |
|
Y aunque él la
pagará, que mucho puede, |
|
somos dos los deudores, rey don
Pedro. |
|
|
|
MANFREDO |
Para que haya deudor es
necesario |
|
que haya otra cosa más:
deuda primero. |
540 |
|
|
REY |
La deuda existe, pues la acepta el
conde. |
|
(Con extrañeza y acento de
severidad.)
|
|
|
MANFREDO |
(Con
energía.)
|
Si él la acepta,
señor, yo no la acepto. |
|
|
|
|
MANFREDO |
La verdad, y esto no amengua
|
|
ni mi lealtad, señor, ni mi
respeto. |
|
Mas por mérito ajeno
concedida, |
545 |
la merced es afrenta antes que
premio. |
|
(Con fiereza.)
|
|
|
REY |
(Con enojo y
desdén.)
|
Las mercedes que otorga tu
monarca |
|
jamás afrenta son, ni aun
recayendo |
|
en un ser... como tú. |
|
|
MANFREDO |
Porque no corran
|
|
peligro semejante no las
quiero. |
550 |
|
|
|
MANFREDO |
De llevar nombre
|
|
o no llevarlo, ¡oh rey!, yo
soy el dueño; |
|
ni mi hermano ni vos. Soy lo que he
sido. |
|
Pues bastardo nací, bastardo
quedo. |
|
|
|
REY |
(Avanzando
amenazador.)
|
¿Tú
desprecias?... |
|
|
DON JAIME |
(Interponiéndose.)
|
¡Señor!
|
|
|
|
REY |
(Conteniéndose.)
|
Ya basta.
|
555 |
En Aragón, del noble y del
plebeyo |
|
la libertad es ley, según
afirma |
|
de la «unión general
el privilegio». |
|
¿Quieres bastardo ser? Como
te plazca; |
|
mas retírate atrás, y
al par quedemos |
560 |
los que somos iguales: reyes
unos, |
|
varones otros y ambos
caballeros. |
|
(Aparte, pensativo y
sombrío.)
|
Como un bastardo: todos mala
yerba. |
|
Así fué
Fernán-Sánchez, bien me acuerdo. |
|
|
|
DON JAIME |
Su fiereza excusad: es noble
arranque... |
565 |
|
|
|
|
|
|
REY |
No, ciertamente:
|
|
y la noche pasar, en prueba de
ello, |
|
quiero contigo y con tu noble
esposa |
|
en íntima velada y junto al
fuego. |
570 |
No ved al rey en mí. El
huésped sólo |
|
es el que os pide lumbre, albergue
y lecho. |
|
(Se sienta el REY
en uno de los sillones blasonados, al lado del hogar; a su derecha,
BEATRIZ; a su izquierda,
DON JAIME. MANFREDO, siempre en pie, en segundo
término. JUANA, muy
cerca de él. Con tono bondadoso y familiar.)
|
A este castillo feudal, |
|
¿no trajo jamás el
viento |
|
el enamorado acento |
575 |
de la musa provenzal? |
|
¿Ningún trovador
llegó |
|
bien amado o mal ferido? |
|
|
|
DON JAIME |
(Con
interés.)
|
Uno solo, y ése ha sido |
|
mi hermano. |
|
|
REY |
(Con disgusto.)
|
Tu hermano, no.
|
580 |
(A BEATRIZ.)
|
Aunque soy hombre de guerra, |
|
me agrada la poesía. |
|
¿La condesa no
tendría, |
|
de esta torre o de esta
tierra, |
|
guardada allá en su
memoria, |
585 |
que yo sé que es
peregrina, |
|
alguna fabla divina |
|
o alguna sabrosa historia? |
|
|
|
BEATRIZ |
(Con tono glacial, a pesar suyo.
Es mujer y no olvida que acaba el REY de afrentar a MANFREDO.)
|
No puedo al rey, mi
señor, |
|
ofrecer lo que desea. |
590 |
Nada recuerdo que sea |
|
digno de tan alto honor. |
|
|
|
REY |
(Cortés y respetuoso, pero
contrariado y sin poder dominarse por completo.)
|
Perdonad: ¡cómo ha de
ser! |
|
Seguiré la vuelta dando |
|
a la estancia, mendigando |
595 |
un poco de gay saber: |
|
a ti no te he de pedir |
|
(Fijando la vista en DON JAIME y hablándole
afectuosamente.)
|
lo que no me puedes dar. |
|
Tú sólo sabes
luchar. |
|
|
|
DON JAIME |
Y mal, pues no sé
morir. |
600 |
|
|
REY |
(Volviéndose a los de
segunda fila.)
|
¿Y entre esta gente
tampoco |
|
habrá ninguno que
quiera, |
|
de trovador a manera, |
|
o de bufón o de loco, |
|
inflamar su fantasía, |
605 |
aguzar su entendimiento, |
|
y de este modo contento |
|
procurarnos y alegría? |
|
Que estén solas no es
razón |
|
en tal empresa esas ramas, |
610 |
(Señalando a la hoguera.)
|
que todas se vuelvan llamas |
|
para dar luz al salón. |
|
(El REY pasa la vista por varios grupos
que le rodean. Silencio. Pausa. A cada momento se muestra
más y más contrariado, y juega maquinalmente con el
puño de su espada.)
|
Nada: silencio otra vez. |
|
Por ninguna parte medro. |
|
Mal tratan al rey don Pedro |
615 |
en la torre de Argelez. |
|
Menos me costó en rigor |
|
la conquista de Sicilia |
|
que encontrar en tu familia, |
|
bueno o malo, un trovador. |
620 |
|
|
JUANA |
(Adelantándose.)
|
Si una leyenda deseáis, |
|
rey de Aragón, y tras
ella |
|
de un crimen la roja huella, |
|
disteis con lo que
buscáis. |
|
|
|
|
|
REY |
Esa mujer
|
625 |
que se presenta enlutada, |
|
trayendo nuestra velada |
|
dolor en vez de placer, |
|
¿quién es? |
|
|
JUANA |
Quien viene a pedir
|
|
venganza, rey justiciero. |
630 |
|
|
BEATRIZ |
(Con cierto
apresuramiento.)
|
La esposa de un escudero. |
|
|
|
|
DON JAIME |
¿Murió Roger? |
(Con verdadero sentimiento y con
sorpresa.)
|
|
|
|
REY |
(A DON JAIME.)
|
Roger se llamaba un bravo |
|
que tú me enviaste y que al
cabo |
635 |
de San Feliú mandé
yo. |
|
Cierto mensaje le di |
|
que contestación
pedía. |
|
¿La traía? |
|
|
|
|
|
|
JUANA |
Al final
|
|
del cuento o de la conseja. |
|
|
|
|
JUANA |
Tan vieja
|
|
como esta torre feudal. |
|
|
|
|
JUANA |
Tal vez.
|
645 |
Mas contarla corresponde |
|
en justicia... |
|
|
|
|
REY |
(Volviéndose a DON JAIME.)
|
Pues comience el de Argelez. |
|
|
|
|
|
|
JUANA |
La de la puerta de bronce |
650 |
que, al girar sobre su gonce, |
|
se cierra de modo tal, |
|
que ninguno, a no ser vos, |
|
o aquel que el condado herede |
|
y el secreto, abrirla puede. |
655 |
|
|
|
|
|
|
(Pausa. Movimiento general para prepararse a oír la
leyenda.)
|
DON JAIME |
En otros siglos de ambiciones
locas |
|
fundaron esta torre mis
abuelos: |
|
diéronle base las gigantes
rocas |
|
y a sus almenas pabellón los
cielos. |
660 |
El moro fronterizo, el tiempo
duro, |
|
despoblado el breñal, el
torreón fuerte, |
|
sólo su ancho recinto era
seguro |
|
albergue en vida y sepultura en
muerte. |
|
Y así, en la base de la
torre erguida, |
665 |
bajo el cimiento y en la roca
brava, |
|
cual negra cripta y fúnebre
guarida |
|
labróse extensa y anchurosa
cava. |
|
Allí fueron, señor,
de mis mayores, |
|
a dormir en sepulcros,
esparcidos |
670 |
por fosas, nichos y anchos
corredores, |
|
los despojos del alma
desprendidos. |
|
Y en ese del descanso eterno
centro, |
|
que grandezas humanas
avasalla, |
|
descansaré también,
si antes no encuentro |
675 |
sepultura en el campo de
batalla. |
|
|
|
|
DON JAIME |
Señor,
|
|
antigua crónica cuenta |
|
que halló muerte en lid
sangrienta |
|
contra el árabe
Almanzor |
680 |
cierto conde de Argelez, |
|
que su cadáver trajeron |
|
al castillo, y que le hicieron |
|
exequias de su alta prez, |
|
y de su nombre y caudal |
685 |
dignas por toda manera, |
|
que, según pensaban,
era |
|
caballero sin rival. |
|
Tendido en su sepultura, |
|
entre las manos su espada, |
690 |
la lápida levantada, |
|
por mortaja la armadura, |
|
le dejan: salen, en pos, |
|
la puerta de encina y hierro |
|
gira, y en aquel encierro |
695 |
se quedan el muerto y Dios. |
|
Pero no: también
quedaron, |
|
cual severos juzgadores, |
|
las sombras de sus mayores, |
|
las de aquellos que bajaron |
700 |
antes que él a la
región |
|
de la eterna oscuridad, |
|
donde se ve la verdad |
|
sin la llama de un
hachón, |
|
donde el engaño no
medra |
705 |
ni el criminal nos fascina, |
|
donde el cuerpo se reclina |
|
y duerme en lecho de piedra. |
|
Y la leyenda, al llegar |
|
a este punto, diz que luego |
710 |
que todo quedó en
sosiego, |
|
comenzaron a brotar |
|
fantasmas en larga hilera |
|
que el sepulcro circundaron |
|
y que del muro miraron |
715 |
por tan extraña manera |
|
y con mirada tan dura, |
|
si mira huecos sin ojos, |
|
los terrenales despojos, |
|
al través de la
armadura, |
720 |
que ante el negro tribunal |
|
aquella carne sin vida |
|
agitóse estremecida |
|
en su cárcel de metal. |
|
¿Recordó algún
olvidado |
725 |
secreto, antiguo y profundo, |
|
algo que ignoraba el mundo, |
|
crimen, deshonra o pecado? |
|
Ello es que poco
después |
|
rompió la puerta de
encina |
730 |
y huyó a la torre
vecina |
|
un cadáver con
arnés. |
|
Y ya desde aquella noche |
|
no hubo paz en el castillo; |
|
porque al extinguirse el
brillo |
735 |
del sol y su rojo broche |
|
traspasar el monte oscuro, |
|
mostrábase el alma en
pena, |
|
ya apoyada en una almena, |
|
ya vagando por el muro: |
740 |
sombra con fieros rigores |
|
por otras sombras tratada, |
|
y por ellas arrojada |
|
del panteón de sus
mayores; |
|
mísero despojo inerte |
745 |
de un ser noble y poderoso, |
|
a quien nunca dió la
suerte |
|
ni una noche de reposo |
|
en el seno de la muerte. |
|
|
|
JUANA |
(Aparte.)
|
Todos bajan la frente: ¿por
qué todos |
750 |
tiemblan y palidecen y se
callan? |
|
(En voz alta, al REY.)
|
¿No queréis conocer
de la leyenda |
|
la conclusión? |
|
|
|
|
|
JUANA |
La puerta del panteón, que
era de encina, |
|
por otra se cambió fuerte y
pesada, |
755 |
toda de bronce la segunda, y
dicen |
|
que desde Roma una reliquia
santa |
|
trajeron, y por ella, y entre
rezos, |
|
la metálica puerta
fué tocada. |
|
Con esto y con abrirse por
oculta |
760 |
combinación de misteriosa
máquina, |
|
que sólo el conde sabe, se
ha librado |
|
este viejo castillo de
fantasmas. |
|
Hasta aquí la leyenda, y
ahora el crimen. |
|
|
|
|
JUANA |
A reclamarla,
|
765 |
rey de Aragón, a tu poder
acudo. |
|
|
|
|
|
|
JUANA |
Pues en ese panteón, que
hace algún tiempo |
|
del castillo a las gentes franco se
halla, |
|
porque en él una imagen
milagrosa |
770 |
se venera en capilla
subterránea, |
|
un hombre a mi Roger penetrar
hizo, |
|
no sé por qué
razón ni por qué causa, |
|
si por engaño fué,
que sí sería... |
|
|
|
MANFREDO |
(Adelantándose.)
|
Mintió quien dijo tal, que
fué a estocadas. |
775 |
|
|
|
(Movimiento de sorpresa en todos.)
|
REY |
(A JUANA.)
|
Más tarde lo sabremos:
tú, prosigue. |
|
|
|
JUANA |
El hombre de quien hablo a mi
monarca, |
|
dentro la presa ya, la hoja de
bronce |
|
con estruendo y furor cierra y
encaja... |
|
|
|
|
|
(Levantándose. Todos se levantan.)
|
JUANA |
Ya sólo es tiempo
|
780 |
para el castigo, ¡oh rey!, o
la venganza. |
|
|
|
REY |
El asesino di. Pronto, su
nombre. |
|
|
|
|
|
|
DON JAIME |
(Acercándose a él
como para protegerle.)
|
¡Manfredo! |
|
|
JUANA |
¿Vaciláis porque es
su hermano?
|
|
La justicia es mentira. |
|
|
REY |
No, insensata.
|
785 |
De mi ley la cuchilla segar
supo |
|
«cabeza» tan
indómita y tan alta |
|
que el nivel alcanzó no
pocas veces |
|
de don Jaime, su padre y su
monarca. |
|
Nivel halló después
por mi mandato |
790 |
del turbio Cinca en las revueltas
aguas. |
|
Si con mi propio hermano hice
justicia, |
|
con «ése»,
¿qué no haré? |
|
|
|
|
DON JAIME |
(Avanzando respetuoso, pero
decidido, hasta el REY.)
|
Es mi sangre, señor. |
|
|
REY |
No por entero:
|
|
tan sólo la mitad. |
|
|
DON JAIME |
Pues ésa basta
|
795 |
para que yo le quiera y le
defienda |
|
con todo el corazón y toda
el alma. |
|
|
|
REY |
¡Justicia en él
haré si la merece! |
|
|
|
DON JAIME |
Que la merezca o no, de mí
se ampara. |
|
|
|
MANFREDO |
No, Jaime; mi delito
reconozco. |
800 |
La sentencia, señor. |
|
|
|
DON JAIME |
¡No será!...,
perdonad..., mientras yo viva. |
|
Es mi vasallo. |
|
|
REY |
(Imponiendo
silencio.)
|
Y yo soy tu monarca.
|
|
(A un capitán que sale a
cumplimentar la orden.)
|
Buen Oliver, coloca centinelas |
|
del panteón en la puerta.
Con el alba |
805 |
despiértenme, que asuntos
hay que importan. |
|
Y tú, mi noble conde, de mi
cámara |
|
el camino me muestra, que
fué ruda |
|
y sin descanso alguno la
jornada. |
|
|
|
DON JAIME |
(Se dirige, precediendo al
REY, hacia la puerta de la
derecha.)
|
Venid, señor, que vuestro es
el castillo. |
810 |
|
|
|
(Dos pajes toman luces y se disponen a marchar delante del
REY, así como dos
de sus capitanes a acompañarle. El REY se dirige hacia la puerta
expresada, pero lentamente, después de saludar a los
demás varones. BEATRIZ se acerca a su esposo;
JUANA se coloca al lado de
la puerta; MANFREDO, en el
centro.)
|
MANFREDO |
(Inclinándose ante el
REY al pasar
éste.)
|
¡Justicia quiero! |
|
|
BEATRIZ |
(Adelantándose unos
pasos.)
|
¡Compasión!
|
|
|
|
REY |
(En el umbral de la
puerta.)
|
Con la luz de la aurora
querrá el Cielo |
|
dar luz también al que de
allí la aguarda. |
|
|
|
|
(Salen en el orden siguiente, por la puerta de la derecha:
los dos pajes, con las luces; el REY; dos capitanes. Quedan al lado de
la puerta DON JAIME y
BEATRIZ; algo separada,
JUANA; en el centro,
MANFREDO. Salen por el
fondo las demás personas.)
|